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Anastasia Melnik

Clemens Franken Kurzen


Literatura Universal II - LET1012-3
Miércoles 29 de agosto, 2018.

La caída del hombre y su voluntad, la paradoja del determinismo.

“Macbeth” es una tragedia escrita por William Shakespeare, representada por primera vez en
1606 y estrenada oficialmente en el Primer Folio de 1623. Siendo esta su tragedia más breve, fue
inspirada en un personaje histórico de las Crónicas de Holinshed, Macbeth, rey de los
escoceses entre 1040 y 1057. Este drama fue compuesto en una época en la cual Inglaterra estaba
enfrentando importantes cambios políticos, con Jacobo I de Monarca había un temor por la
reufederalización, por lo que se puede desprender que Shakespeare intenta plasmar la
importancia de un gobierno legitimo que creara paz y orden con Escocia, cuyo monarca era
Jacobo VI, descendiente directo de Banquo (un personaje de la tragedia). Conjuntamente, había
una persecución de los puritanos hacia los teatros, lo que junto con otras circunstancias
desembocaron en un patetismo trágico del hombre, quien se encuentra en una constante tensión
entre el bien y el mal, como también se vislumbra en la obra con la traición y ambición
desmedida, en donde héroes pugnan por comprender su propio destino, aunque muchas veces
resultan incapaces de confrontarlo y son asolados por sus propias pasiones.

Toda la acción dramática tiene lugar en Escocia el siglo XI, durante el reinado de Duncan, cuyo
primo es el valiente guerrero, arriesgado y fiel Macbeth. En la primera escena de la obra se
exponen los asuntos que darán origen al conflicto, Macbeth con Banquo se encuentran saliendo
del campo de batalla, del cual salen victoriosos de la pugna contra los noruegos, cuando en la
misma llanura se encuentran a las brujas, las hermanas fatídicas, que llaman a Macbeth por
Thane de Glamis(su título desde la muerte de su padre, luego por Thane de Cawdor (titulo que
recibe por honor a su victoria en manos de Duncan) y finalmente, es nombrado Rey. Este suceso
alimenta claramente la ambición y sed de poder propias del hombre, es este hito que marcara el
desarrollo y el desenlace de esta obra, y donde entra la cuestión de la paradoja del determinismo.
Si bien Macbeth recibió un presagio de las brujas, que representan la fuerza externa fatalista del
universo, de su sino predeterminado, la premisa que se plantea en este escrito busca demostrar
que la resolución catastrófica propia de esta tragedia , la forma en que fue encaminada es debido
a la voluntad y libre albedrio del hombre, de la forma en que decidió Macbeth concretar y
acelerar su destino.

El objetivo de este estudio es analizar hasta que punto el vaticinio de las tres brujas sobre el
destino de Macbeth guió su actuar hacia su caída inminente ,debido a ser consumido por sus
pasiones y ambición. En esta misma línea, cabe preguntarse entonces si es que se puede hablar
de libre albedrío, ya que la acción de Macbeth está sometida a la creencia en las ciencias de la
adivinación, su ambición e influencias externas, y a su vez plantear una coexistencia entre los
conceptos de predestinación y libre albedrío, lo que se demostrará realizando en primera
instancia un análisis de lo que es el libre albedrío propiamente tal y como este se observa en
Macbeth, posteriormente el desglose de la reacción frente a la predicción permitirá unir los
elementos del libre albedrío, ya analizados, con la predestinación.

El libre albedrío es la capacidad del hombre de elegir entre el bien y el mal sin coacción externa,
y desde el inicio de la obra se ve a la dificultad de distinguir entre estas fuerzas, como se
desprende del inicio de la obra cuando las brujas habla del bien es malo, y el mal es bueno. En el
interior del personaje se gesta la forma en que puede llevar a cabo la profecía, punto esencial
donde se tiene la capacidad de elegir entre actuar y no actuar, por otro lado está consciente de las
consecuencias que significaría el actuar. Su naturaleza movida por la ambición lo lleva a formar
la idea de asesinar al Rey, sin embargo en su interior las vacilaciones respecto de sus actos
reflejan cómo dentro del personaje se bate una lucha en la que es libre de elegir cómo actuar,
señalando en un momento determinado sus dudas respecto del asesinato del rey Duncan:
“Tenemos que renunciar a ese horrible propósito. Las mercedes del Rey han llovido sobre mí.
Las gentes me aclaman honrado y vencedor. Hoy he visto los arreos de la gloria, y no debo
mancharlos tan pronto”.1
El libre albedrío del que goza Macbeth se pierde en el momento en que es influenciado por Lady
Macbeth al llevar a cabo el asesinato, señalando ésta que: -“Lo demás se cumplirá también, pero
desconfío de tu carácter criado con la leche de la clemencia. No sabes ir por atajos sino por el

1 Shakespeare, William. Macbeth, Otelo y Julio César. Madrid, Ed. Edaf, 2009, p. 44.
camino recto. Tienes ambición de gloria, pero temes el mal. Quisieras conseguir por medios
lícitos un fin injusto, y coger el fruto de la traición sin ser traidor. Te espanta lo que vas a hacer,
pero después de hecho, no quisieras que se deshiciese. ¡Ven pronto! Infundiré mi alma en tus
oídos, y mi lengua será azote que espanto y disipe las nieblas que te impiden llegar a esa
corona, que el hado y el influjo de las estrellas aparejan para tus sienes.”2
Frente a un hecho del que se tiene certeza que ocurrirá, se tienen distintos caminos a elegir: la
acción o el abandono a la certeza del eventual cumplimiento de los hechos. A través del escrito
Macbeth se traslada de la acción al abandono, lo que ocurre en primera instancia al dejarse
influenciar por Lady Macbeth y tras la segunda predicción de las hermanas fatídicas. La acción
de Macbeth toma lugar en primer lugar al asesinar al rey: “(…) el pensamiento del homicidio,
más horroroso que la realidad misma, comienza a dominarme y a oscurecer mi albedrío. Sólo
tiene vida en mí lo que aún no existe.”. Esta toma de consciencia frente al bien y el mal del
personaje finaliza en que se deja llevar por la oscuridad y la ambición. De lo siguiente cabe
cuestionarse si había otro modo en que Macbeth hubiese llegado a ser rey, ¿fueron sus decisiones
acaso víctimas también de haber apresurado los hechos para concretar mas próximamente su
predestinación irremediable?

Volviendo a la propuesta principal respecto a la coexistencia entre predestinación y libre albedrío


es que podemos señalar que en la obra hay un conflicto constante, donde es difícil diferenciar
cuando se está obrando en libre albedrio y cuando prima la predestinación, sin embargo con lo
expuesto es que afirmamos la coexistencia de ambos, en el sentido que la predestinación es el
punto final donde irremediablemente Macbeth llegará. El punto final, si bien no posee una ruta
establecida, es en donde opera el libre albedrío ya que es esta parte de la obra donde el personaje
debe decidir si debe dejarse llevar por el irremediable destino final o luchar para superar la
predicción, tal convicción lleva a que Macbeth sea ambicioso en relación a la corona, sin
embargo el ser consciente de las consecuencias de los actos , pone la actor totalmente en manos
de la libre elección, y es así como este elige el camino para llegar a lo que ya estaba
predestinado.

2 Ibíd. p. 41.
Bibliografía
- Shakespeare, William. Macbeth, Otelo y Julio César. Madrid, Ed. Edaf, 2009.
- http://www.ladeliteratura.com.uy/sala/renacoro/shakespeare/macbeth.pdf
- http://www.tramayfondo.com/actividades/vii-congreso/las_diosas/downloads/brasil-
vanessa.pdf

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