Pasaba de salón en salón sin saber a quién llevar Hasta que en el salón 4 un maestro pudo avistar Llevaba puesta una bata y en la mano un matraz, Era Miss Marielba a la que oyó explicar a los niños como el experimento se debía realizar: -No sean chenchos y pongan atención, que a la parca no parece gustarle mi lección. Dos cucharas de azúcar a la mezcla añadirán Para que la densidad del agua ustedes puedan apreciar. La parca, confundida y cansada dio un salto y agarró, del hombro a miss Marielba arrastrándola al panteón –no es nada personal- a los alumnos aclaró- es solo que no entiendo ni un reverendo limón- Saltando de alegría, la calaca se alejó, con otra maestra a su lista con su pluma añadió. Apunto de irse la catrina estaba, cuando una advertencia hizo que su cabeza volteara. Era miss norma que, asustada y temerosa a sus alumnos alentaba: -No tengan miedo, chaparritos de esta flaca esquelética, no viene por ustedes ni por las de limpieza, ella quiere almas ricas en sabiduría y experiencia y la única forma de obtenerlas es llevándose a las maestras. La pobre no entiende del español y mejor no hablemos de química o computación, es pésima en la escuela y no lo puede aceptar, que un diez en su boleta jamás podrá encontrar - La calaca enfurecida entró al salón y con un diccionario a la maestra atacó. Varios golpes recibió, pero eso no la afectó, en cambio más fuerza a miss norma le dio. Soltándole un puño se pudo librar, de la horrenda golpiza que la catrina le acababa de propinar, se puso de pie rápidamente y logró llamar a todas sus amigas y un par más, para alejar a la catrina completamente del lugar… Libros y libretas se veían volar, plumas y plumones, rompiendo un cristal, la parca no aguantó y corriendo se fue, tomando sus enaguas hacia otra institución. -No te acerques nunca más, que el hispa no es tu hogar, las maestras estamos listas por si de lista te quieres tú pasar-