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Desde el Centro, queremos aprovechar para trasmitiros una lección que debería estar más

que aprendida en la actualidad.

“Somos iguales, somos diferentes”; y diréis, que frase más contradictoria y si, lo es, pero a
la vez muy cierta. Queremos hablar hoy en el blog sobre la riqueza de la diversidad cultural,
del intercambio de lenguas, de costumbres, de colores, de etnias que nos brinda el día a
día, que nos brinda la vida y queremos fomentar la interculturalidad SIEMPRE con respeto.

Y así es… todos somos diferentes, nacemos en distintas familias, provenimos de distintas
culturas, nos diferenciamos en las costumbres, hasta en la ideología y en las cosas que
valoramos.

Y poco a poco según vamos creciendo y según nos vamos educando, nos convertimos
en quiénes somos y podemos elegir quien queremos ser. Pero en esta vida o carrera
de fondo, nos encontramos obstáculos y uno de ellos se trata de la discriminación que
desvaloriza o no deja conocer a cada persona, cultura o costumbre en su totalidad.

“Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos” dice el artículo 1
de la declaración universal de los derechos humanos.

En nuestro centro como en la mayoría de ellos existen niños de distintas costumbres y


culturas y también de distinto color o procedencia, y es por ello que queremos trasmitir a los
padres y/o tutores que deben educar a sus hijos en la igualdad y en el respeto, al igual que
es parte de la tarea que hacemos en el centro.

Porque… ¿realmente que es lo normal? Pues lo “normal” en si no existe, se trata de un


castillo de ladrillos hecho por nuestras creencias predominantes que luchan contra otras
diferentes. Lo “normal” se usa para describir a lo más habitual, lo común, la mayoría, pero
en cuestión de personas no es un concepto que deba utilizarse.

Y hablando de otros términos, ¿existen las diferentes razas? Hemos de comentar que el
termino raza es un término creado por discursos racistas. Raza de momento solo tenemos
una: todos venimos del Homo Sapiens. Lo que existen son diferentes etnias, colores de piel,
o costumbres.

Nuestros hijos deben saber tolerar y aceptar a compañeros de diferente color o de


diferente cultura sin emitir discursos racistas, exclusión o asombro. Debemos
trasmitirles la interculturalidad como una ofrenda o beneficio con el cual pueden
aprender y adentrarse en otras culturas, en otras creencias, en otros colores y hacer
de ellos adultos respetuosos ricos en información, en valores y sin dogmas.

Debemos enseñar a ver a las personas desde su interior y descubrirán que finalmente
todos somos iguales y todos venimos del mismo lugar. Todos tenemos un corazón, un
esqueleto, dos pulmones y mucho más importante: una personalidad no inherente al lugar
en donde nacemos, a lo que comemos o a quien oramos.

Puesto que la educación debe ser multicultural, la educación que damos a nuestros
hijos y alumnos debe ser flexible. La infancia es el momento mas importante en la
creación y pulimento de la personalidad de los niños.

Debemos trasmitir por ello la idea clara de lo que es el racismo y de que no debemos
manifestarlo a lo largo de nuestra vida. En la etapa de la infancia y la adolescencia, los
adultos somos el modelo principal de los niños, es por ello que las personas mayores
son las primeras que deben concienciarse sobre este tema. Dicho de otro modo, si una
persona de pequeña ha aprendido o está aprendiendo a no ser racista, pero percibe en sus
progenitores, profesores u otros adultos de su círculo estas conductas, esto podría provocar
un choque contra los valores previamente prefijados en la infancia pudiendo provocar una
grave crisis de identidad en la personalidad del adolescente.

Con todo esto, el Centro quiere trasmitir la gran responsabilidad que siente para crear
personas tolerantes, con capacidad de ponerse en el lugar de los demás y respetando los
derechos de los seres humanos, pero sobre todo… también queremos recordar la
importancia del trabajo en equipo para la educación de los niños, es por ello que los padres
deben ser conscientes del problema que aún existe con el racismo.

No es una tarea fácil, requiere de una gran toma de conciencia por parte de todos, una
conciencia que nos ayude a ir consiguiendo la marcada utopía de una convivencia pacífica
desde el respeto de los derechos humanos.

Pero estamos seguros… de que quien quiere… puede.

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