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CAPITULO 20 Petra A. Mertens Introduccién En Ios tiltimos aftos, la conducta agresiva de Jos perros hacia las personas ha recibido un aumen- to de atencién por parte de los medios. Sin em- bargo, la interpretacién de lasinfarmaciones fan- to los medios populares como de la prensa cien- tifica deberian tomarse con precaucién, debido a numerosos factores que confunden. El niime- ro actual de perros agresivos también puede ser mucho mis alto de lo que se supone general- mente, ya que la mayoria de la: se registran si requieren atencién médica. Un estudio de Guy et al. (20002) indicé que sélo un 9.3% de las victimas de mordeduras de perro que se daban en la familia visitaban un clinico. Se estima que la incidencia de las mordeduras de perros en los EEUU. varia considerablemente, de 500.000 a 4,7 millones de mordeduras por ato (Parrish et al., 1959; Moore ef al., 1977: Sosin ct al., 1992; Sacks et al., 1996; Weiss et al., 1998) agresiones s6lo Ademas, ciertas razas tienen mas probabili- dades que otras de recibir atencisn por parte de los medios en casos de agresién, y el aumento de conciencia de la poblacién puede afectar con- secuentemente la probabilidad de informar de ncidentes. Como resultado, las estadé cas que registran una sobrerepresentacién de perros del tipo pit bull terrier pueden ser erré- neas. ma Una precaucién similar puede aplicarse a los datos sobre peleas entre perros. En un afo, los propietarios presentaron 206 perros a una clini AGRESIVIDAD CANINA ca veterinaria de Frankfurt, Alemania, debido a las mordeduras de otros perros que recibieron durante peleas. Sélo 41 incidentes de mordedu- ras de perro fueron registrados oficialmente en el total de la zona de Frankfurt en un periodo de 4 aftos (Roll, 1994) Las leyes nacionales y las regulaciones regio nales se hacen bajo el supuesto de que ciertos perros, razas de perro 0 grupos de propietarios ponen en peligro al puiblico. Estas leyes pueden limitar la propiedad de perros en general, pro- hibir ciertas razas o regular el manejo de los pe- rros que hayan manifestado una conducta agre- siva en el pasado. Los Actos de los Perros Peli- grosos varian en gran manera de contenido, y generalmente faltan bases cientificas sdlidas que podrian mejorar su eficacia controlando proble- mas graves (Horwitz y Mertens, 2001). Ataques a los humanos Parece que los ataques a personas se dan ma- yormente en casa de la victima (62-85%) y los miembros de la familia, amigos o vecinos que son conocidos del perro. La mayoria de los es- tudios que se basan en los registros de control de la policia y del animal, o en los datos de ser- vicios de emergencia, encuentran que las mor- deduras hacia los nifios se registran més frecuen temente que las mordeduras que afectan a los adultos (Kizer, 1979; Anénimo, 1991; Sacks et al, 2000). Sacks ef al. (19967) estimd que tos nitios son 15 veces mas probables de ser victima de una agresién de perro y 3 veces mas probables 313 314 MANUAL DE COMPORTAMIENTO EN PEQUENOS ANIMALES de requerir tratamiento. El 45% de 3.228 nifios escolares encuestados entre los 4 y los 18 afos de edad, dijeron que un perro les habia mordi- do; aproximadamente la mitad de los nifios ha- bian sido mordidos por un perro de un vecino y casi un tercio por un perro conocido (Beck y Jo- nes, 1985). Los nifios entre las edades de 5 a 9 afios son mordidos més frecuentemente, corriendo un riesgo 3 veces mayor los nifios que las nifas. Tipicamente, las heridas por mordeduras se en- contraron en la cara de los niios, cuello y cabe- za (Jones y Beck, 1984; Weiss et al., 1998). El papel de la conducta humana en la agresion canina Una comparacién de las mordeduras de los pe- ros y los gatos indicd que el 55,4% de las mor- deduras de perros registradas se dieron sin pre- sunta provocacién, mientras que se advirtio al- guna forma de provocacién no especificada en €1 89,4% de las mordeduras por gatos (Patrick y ORourke, 1998). La motivacién del perro para morder puede variar de caso a caso. Las inter- pretaciones antropomérficas y la falta de cono- cimiento de la conducta canina puede llevar al propietario a entablar, sin darse cuenta, interac- ciones peligrosas con un perro, con la consecuen- cia del ataque siendo entonces descrito como no provocado. Las historias de perros que se han presentado por agresién a la Clinica de Conducta de la Universidad de Minnesota indican que las causas comunes de las mordeduras son: * La falta de socializacién del perro. * La conducta de la victima y su interpretacién por el perro, * La falta de comprension relativa de la victima © la mala percepcién de la conducta canina. El capitulo 2 da los detalles de la interpretacién del lenguaje corporal canino. Muchas veces, en las agresiones de los perros se subestima el papel de la victima. Podberscek y Serpell (1997) descubrieron que los propieta- tios de perros altamente agresivos tienen mé: probabilidades de estar tensos, inestables emo- cionalmente o ser indisciplinados. Las condue- tas tensas o impredecibles (por ejemplo, el casti-+ go) pueden exacerbar un problema existente & intensificar las conductas agresivas. Frente la desobediencia de su perro, se ha visto que los hombres reaccionan més fuerte que las mujeres, y permiten emociones como la ira y la irritacién que causa la conducta dominante (Ben Michael et al., 2000). Los datos de los propietarios alemanes de pe- 110s implicados en peleas de perros mostraron que el perro que inicié la pelea pertenecia a un hombre de un educacién e ingresos altos (Roll, 1984), Las diferencias importantes fueron obser- vadas en los acercamientos de los propietarios para corregir la conducta no deseable. Lo mas comtin es que las victimas de los ataques reali cen reprimendas verbales, los propietarios de los, perros que han atacado suelen pegar al perro, corregitlo con la correa o aplicar palizas. Una proporcidn més alta de este grupo también sin- {26 que entreaar al perro no era necesario. Perfiles Un anilisis de las mordeduras de perros en el Condado de El Paso, Texas, mostré que los pe- rros macho (65,5%) con un propietario identifi- cado (868%) se vieron implicados en mas casos de agresién que las hembras y las llamadas ca- licjeras. La mayoria de los perros (55,7%) fue- ron contenidos cuando se realiz6 la mordedura (Patrick y O'Rourke, 1998). Guy (20012) registr6 que el 15,6% de 3.226 perros incluidos en una encuesta de las clinicas veterinarias canadien- ses habfan mordido una persona en algtin mo- mento de sus vidas. En esta poblacién, el grupo con mayor riesgo de morder eran los perros macho castrados de menos de 1 aio de edad. Sin embargo, el andlisis de los factores de ries- go observados en casos de conducta agresiva a miembros de la familia o visitas frecuentes in- cluyeron caracteristicas que uno puede no aso- ciar necesariamente a los Hamados pertos peli- grosos (Guy, 20016): nero: hembra. * Tamaio: pequeno, * Familia y manejo: nifios adolescentes de la casa; una persona durmiendo en la cama a las 8 semanas de adquirir el perro * Médico: historial de problemas dermatoligi- cos que requieren tratamiento. * Otras conductas: agresién por la comida a las 2 primeras semanas de estar en la casa; exci- tacidn alta; miedo a grupos de ninos, hombres © desconocidos. Muchos perros se presentan por agresién cuan- do tienen entre 1 y 3 afos de edad. Esto puede ser debido a los cambios asociados con el tama- fo del perro, a que la gravedad de la agresi6n no se tolera cuande el perro aleanza la madurez social de los 12 a los 36 meses de edad © puede ser debido a cambios de maduraci6n genuinos. Un historial cuidadoso puede revelar que la agresién ya existia tan pronto como a las 9 s manas dé edad (Beaver, 1983; Borchelt y Voith, 1986; Uchida et al., 1997). Desafortunadamenie, los problemas de con- dueta son una raz6n comtin para la eutanasia en perros. Reisner et al. (1994) demostré que los factores que aumentaban la probabilidad de un perro agresivo «dominante» fuera eutanasiado inclufan * Peso corporal por encima de los 18,2 kg. + Conducta agresiva como respuesta a desatios de «dominio» benignos. * AgresiGn que es impredecible para el propie- tario. * El hecho de que un perro fue comprado (como contraste a perros que fueron gratuitamente adquiridos). Razas de perros Ciertas razas estén implicadas a menudo por ser més probables de morder, pero una revision de la literatura cientifica disponible revela resulta- dos incoherentes. También preocupan los méto- dos utilizados para obtener los datos de estos estudios. Por ejemplo, todo lo que se parece a un staffordshire bull terrier puede encontrarse etiquetado como pit bull terrier cuando Ia aten cin de los medios esta sobre esta raza; también, los perros mas grandes son mds probables de ser registrados (Roll, 1994; Sacks et al., 2000; Guy, 20010, c). La habilidad del perro para comunicar agre- sion/miedo y dominio/sumisin puede ser cri- tico para prevenir una escalada de las amena- zas agresivas. Las sefias caninas, su interpreta~ cién y desarrollo se describen en el capitulo 2, pero las razas varian enormemente en aparien- cia y esto podria tedricamente afectar su impli- cacién en la agresién. 20. Ackesivipan CANINA 315 La calidad de las seiales producidas varia con la raza. Una comparacién de la calidad y canti- dad de expresién facial en diferentes generacio- nes de cruce entre caniche/lobo mostraron que las sefiales de conducta usadas en 10s lobos fue- ron drésticamente alteradas en individuos que tenian un fenotipo predominantemente de pe- 70, Los cruices que tenian mayormente un feno- tipo del tipo lobo generalmente asumian un ran- 0 social mas bajo que los individuos cuyos ras 20s parecian caniche (Feddersen-Petersen, 1989; Reulecke, 1990). Feddersen-Petersen (1992) ob- servé que los caniches jévenes tendian a enta- blar, en aumento, una variedad de conductas agcesivas hacia los lobos cuando los cachorros habian crecido y habian estado juntos en casa. Los lobos juveniles mostraron un niimero ma- yor de conductas apaciguantes y sumisas hacia los caniches. Las razas que son menos parecidas a los lo- bos parecen mostrar una falta desproporciona- da de conductas sumisas. Esta deficiencia limi- talahabilidad para apaciguar un conflicto a tra- vésde conductas ritualizadas, y pone a los perros en un mayor riesgo de provocar agresién en en- cuentros sociales con congéneres (Goorwin et al., 1997). El hecho de que la domesticacién de 1os perros haya Ilevado a una habilidad reducida para comunicarse tiene que tenerse en cuenta en los problemas que algunos perros experimen- tan con fa agresisn intraespecifica, La interven- cién humana puede ser suficiente para prevenir Jas peleas entre perros, pero la mala comunica~ cién entre las personas y sus perros, debido ala poca habilidad de las personas para leer las ex- presiones faciales o posturas de los perros, pue- de ser una de las muchas razones de las morde- duras inesperadas. El papel del aprendizaje en el desarrollo de la conducta agresiva Los propietarios pueden no ser conscientes del hecho de que todos los encuentros diarios del perro con personas, perros y otros animales pue- den tener un impacto importante en el desarro- Ilo de las conductas no deseadas, incluyendo la agresividad. Es decir, un perro siempre esta aprendiendo, Estas situaciones pueden incluir conflictos con el propietatio, paseos atado con la correa, encuentros sin correa bajo la supervi-

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