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Introducción

Los funcionarios y servidores públicos deben ser conscientes de que su


responsabilidad no solo es brindar lo mejor de sí mismos para asegurar servicios
de calidad a la ciudadanía, sino que su actuar debe enmarcarse dentro de los
parámetros de la ética. Actualmente, el Perú cuenta con un marco normativo para
la ética de la función pública (la ley Nº 27815 de 2002 y su reglamento), donde se
nos habla de ocho principios, seis deberes y cinco prohibiciones explícitas para
estas personas que le mostraremos en el presente trabajo monográfico.

Los desafíos en nuestro país no se vinculan con la existencia o no de un código de


ética. Los numerosos casos de corrupción que periódica e históricamente salen a
la luz no son más que el reflejo de un desprecio por la función pública y una falta
de valores que van mucho más allá de cualquier marco normativo o amenaza de
sanción.

En nuestro país, existen una serie de obras que han examinado dicho fenómeno
desde un punto de vista exclusivamente jurídico. Recientemente, producto de
diversos escándalos, se han desarrollado ensayos que han tratado de enmarcar
debidamente las diferentes formas de corrupción en el Peru, atendiendo más a
criterios históricos, filosóficos y sociológicos.

En consonancia con el propósito expresado de identificar, describir y analizar los


valores y principios que rigen el comportamiento del funcionario público según la
normativa legal peruana, en el estudio se insiste en la necesidad inaplazable de
disponer de información válida, confiable, oportuna y permanentemente
actualizada, como condición esencial para el implante de cultura hacia la ética.

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