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“sí, la selva es una mujer insaciable, sabia para los besos, inflexible para las traiciones, que
emborracha a sus amantes con el secreto de una hermosura hecha de trinos y de abismos,
que llama pero nunca se entrega, que promete pero nunca se rinde.” (Espino, 1996, págs.
82-83)
La novela telúrica también pretende exponer al hombre como sujeto oprimido por las injusticias
sociales. la novela “Hombre contra la muerte” expone la explotación de indios y negros en la selva
de Belice y muestra los sufrimientos de los que son objeto. Sirva como ejemplo el fragmento
siguiente:
“La montería, de golpe, le pareció un lugar de tortura. Juan Martínez había tomado
medidas radicales. El trabajo comenzaba a las dos de la mañana, bajo una llovizna que no
cesaba de golpear en los huesos ateridos. Calor y humedad. Humedad y sofocación. Calor y
lasitud.” (Espino, 1996, pág. 51)
En cuanto al movimiento literario que se hace presente en la obra, es necesario hacer ciertas
aclaraciones y es que existe convergencia de realismo crítico, realismo mágico y surrealismo. El
movimiento que prepondera es el realismo crítico. Esto se evidencia en la narración de diferentes
formas. Puede prestarse atención a las acciones de los personajes, a los díalogos o a las
intervenciones del narrador. Este movimiento ya puede definirse como un la tendencia literaria
que propugna por evidenciar las injusticias sociales, los abusos que sufre un grupo en específico, y
que pretende dar cuenta de las tensiones entre las clases sociales. este movimiento tiene
características como la exposición del problema o las injuticias que se cometen. En la obra se hace
una crítica a la explotación que sufrieron los indios y negros. Se muestra de la siguiente manera:
“en el fondo, la verdad es que se trabaja para la injusticia, porque se trabaja para la explotación…
hay esclavitud. Aunque esta palabra no quepa en la bandera británica, la verdad es que en Belice el
trabajo no canta” (Espino, 1996, pág. 33)
Como se puede apreciar, la crítica es directa hacia las formas obligatorias de trabajo que se
imponían a los negros e indios en la selva belicense y, articula una crítica a los extranjeros que se
aprovecharon de la situación.
Ene l mismo sentido, la solución, para los personajes se encuentra entre la aceptación e
implementación del capitalismo o del socialismo. Esto puede verse en el siguiente fragmento:
“pero la nueva vida americana, que excluye la guerra ¿qué color tiene? ¿es capitalista, es
comunista? ¿cómo resuelve los problemas que Europa quiere resolver por las armas?” (Espino,
1996, pág. 168)
Como se dijo antes, en la novela confluyen diferentes movimientos literarios. Habiendo expuesto
la presencia del realismo crítico se procede a dar evidencia sobre la influencia del realismo mágico.
Este movimiento pretende dar otra explicación a la realidad, incluyendo elementos fantásticos
como parte de la cotidianidad y no como elementos extraños. En la obra, el personaje “Canoj”
representa las creencias indígenas esas creencias que dan otra explicación para la existencia y otra
conceptualización de la experiencia del hombre en el mundo. A dicho personaje se le atribuyen
las siguientes capacidades:
“Son los secretos del nahualismo maya, conservados en las madrigueras de Belice por estos
sacerdotes del prodigio. Canoj puede convertirse en árbol y puede alargar su cuerpo en un rugido
de tigre. Fue quien secó un río que pasaba cerca de una choza en donde vivió la única mujer que
hizo conmover su corazón…” (Espino, 1996, págs. 104-105)
Por su parte, el surrealismo tiene parte en la narración como representante de los ismos de
vanguardia. Este movimiento que surge con la teoría psicoanalítica de Freud y el descubrimiento
del inconsiente y de las pulsiones, da pasa a una nueva explicación del hombre y sus acciones. En
literatura se ponderan los sueños como las manifestaciones del inconsiente. En la obra, lo onírico
se deja ver de la siguiente manera:
“siguen los recuerdos y los sueños golpeando la frente del hombre dormido.
Ramiro Cañas amaneció una madrugada, rodeado de los peones, impartiendo órdenes,
sembrando estacas, poniendo señales. Una gran agitación corría por la finca. El padre lo
vio, y una alegría blanca le colmó los ojos. Su hijo trabajaba. Ya no importaba morir. Su
hijo estaba ahí. Había un centinela contra el mal tiempo. Una dulzura de sesenta años le
llenaba las venas y lo mantenía clavado, en el corredor, mirando el movimiento en torno al
muchacho, que tomaba notas sobreuna libreta… Ramiro despertó; la barraca estaba en
silencio. Serían las dos de la mañana…” (Espino, 1996, págs. 38-39)
En este caso, el componente onírico tiene un valor especialmente significativo ya que funciona
como una especie de premonición o anticipación del cumplimiento de una tarea que le había sido
encomendada.
En la obra se observa una diversidad de temas que son parte de la percepción de la realidad del
autor. Vale destacar que la obra puede ser considerada como el momento previo al realismo
socialista en El Salvador. Sin embargo, con su postura crítica sobre la realidad abona a la puesta en
marcha de la narrativa revolucionaria en el país. Entre los temas que se tratan en la obra están: la
muerte, la injusticia, la explotación tanto del hombre como de los recursos naturales, el abuso de
poder, las ideas de revolución, la tierra como elemento importante, la diáspora salvadoreña, etc.