La cátedra de Chespirito
Carlos Julio Cuartas Chacón*
y pueden estar muy de moda por un “Cállate que me desesperas”, o “No con- su medio de comunicación privilegiado,
tiempo, y luego desaparecen sin dejar taban con mi astucia”. En verdad se tra- tiene un poder inmenso sobre los pue-
huella alguna. La razón está en la sim- taba de una maravillosa vecindad. blos y afecta significativamente su cul-
plicidad de las historias y la ausencia de El humor blanco, como se ha repetido tura y sus valores. Y algo más, porque
violencia física, pues terminaban siendo en los últimos días, tuvo en Don Roberto alrededor de su obra, pudimos olvidar-
graciosos e inofensivos los golpes propi- el mejor de sus exponentes. Sus progra- nos de las diferencias, crear un recuerdo
nados con ‘el chipote chillón’ o el atraco mas perfectamente se podían transmi- común que hoy sirve de lazo para unir a
cometido por el Chómpiras; la explica- tir en horario familiar, sin necesidad de millones de hombres y mujeres en dis-
ción también está en la decencia de un ‘la compañía de un adulto’ que pudiera tintos rincones del planeta
lenguaje que no apelaba a las vulgari- tranquilizar al menor o ayudarle con una *Asesor del Secretario General.