A lo largo del tiempo el hombre se ha caracterizado por trabajar y moverse por diferentes lugares para encontrar todo lo que ha necesitado para vivir; alimento, refugio, incluso como método de supervivencia contra los ataques de especies salvajes. Los primeros caminos que aparecieron con ese fin, seguramente, fueron los de tipo peatonal, veredas que las tribus nómadas formaban al deambular por las regiones en busca de alimentos. Posteriormente, cuando esos grupos se volvieron sedentarios, los caminos peatonales tuvieron finalidades religiosas, comerciales e incluso de conquista. En América y México en particular, este tipo de caminos florecieron durante el periodo en el que las civilizaciones mayas y aztecas estaban en su auge, tal como se muestra en la imagen 1.1. Con la invención de la rueda, aparecieron las carretas jaladas por personas o bestias, y fue necesario acondicionar los caminos para que el tránsito se desarrollara lo más rápido y cómodo posible. Fue así como Fenicios y Espartanos hicieron los primeros caminos de los que se tiene antecedente. Los romanos los construyeron tanto en la península itálica como en varios puntos de Europa para Imagen 1.1. Proyección aérea de la antigua Tenochtitlan.
extender sus dominios.
Cuando las vías peatonales se formaban sobre terrenos blandos o de lodazales, las tribus trataban de mejorar las condiciones de éstas colocando piedras en el trayecto para evitar resbalar o sumergir los pies en el lodo. Los caminos para carreteras se revestían de tal forma que las ruedas no se incrustaran en el terreno: para construir estos revestimientos se utilizaba desde piedra machacada hasta empedrados como los de la vía Apia (Imagen 1.2), en donde se realizaban carreras de carretas. La colocación de las piedras o revestimientos en los lodazales de caminos peatonales tenían la finalidad de que las vías recibieran las cargas sin ruptura estructural, así como distribuir los esfuerzos en zonas cada vez más amplías con la profundidad para que los soportara el terreno natural, funciones que siguen siendo las principales de los Imagen 1.2. Vía Apia, Roma, Italia. pavimentos actuales. Las antiguas brechas, labradas por los pies desnudos de nuestros antepasados indígenas, fueron sustituidas por los caminos reales, hasta llegar a las modernas carreteras de asfalto. Para comprender el avance que han tenido los caminos, basta imaginar que en 1850 el viaje de Veracruz a México tomaba tres días y algo más. Bien cabe ahora, lo que por esas fechas predicaba Don Guillermo Prieto en su cátedra de jurisprudencia: “los agentes más poderosos del cambio son la moneda, el crédito y la facilidad de las comunicaciones”. Actualmente los caminos son construidos con procesos mucho más elaborados; son analizados y proyectados de tal manera que su función se prolongue lo máximo posible y, sobre todo, cabe recalcar que su planificación y construcción conllevan una serie de estudios y análisis que hacen de su realización un verdadero desafío, pero que sin embargo son indispensables para cumplir con el objetivo que se ha propuesto. Carreteras, pasos peatonales y andadores, vías de ferrocarril, aeropuertos y todas aquellas obras de infraestructura (Imagen 1.3) que auxilien al comercio y al traslado de productos serán indispensables en el desarrollo de cualquier economía, es por eso que estas vías de comunicación dicen mucho del desarrollo de un país, son un gran pilar de éstos, y de ahí la vital importancia de llevar a cabo un proyecto confiable, factible y sobre todo funcional.