“ De Arquimedes a Einstein
con el fin de hacer triunfar sus opiniones (no nos atre 1 Un enigma:
vemos a decir: sus ideas). De esta manera, toda raciona~ Arquimedes y los espejos ardientes
lidad se desvanece. j
Existe ciertamente una buena dosis de juego en estas j
investigaciones «sociolégicas» (por lo menos me compla~
ce creerlo asi). Pero al final van a buen paso y parecen |
bastante présperas en la institucién. Si logran su objeti-
vo, de ello resultaré (entre otras cosas) que la «sociologia FOTOCOPIADORA
de las ciencias» jya no existiré como una ciencia! No. (ELPA,
“obstante, cierta ideologia podria sobrevivir y difundirse. aetna teh
Tdeologia que es del todo propia a favorecer el desarrollo
de un auténtico irracionalismo. Los promotores del mito |
de la Ciencia harian bien en pensar en ello. ;
Paris, marzo de 1988
res cuentan gue,
racion de [os rayos solares. Este relato, que en un prin-
pio fue aceptado sin desconfianza, desata vivas contro-
versias desde hace algunos sigls. Hoy en dia prevalece
la opinién de que se trata de wna pura leyenda. Pero
shay que aceptar este veredicto como definitivo?
elncendié Arquimides, durante el asedio de Siracusa,
las galeras romanas mediante espejos ardientes?
Todavia hoy, esta cuestién no esté esclarecida de ma-
neta absoluta, Pero, en general, los expertos dan mucs-
tras de escepticismo. En 1977, este tema ha sido exami-
4546 De Arquimedes 2 Einstein
Se dice que Arquimedes incendis las galeras de Marcelo mediante ex
pejos ardients. En este grabado, la operacin parece més bien facil
tres espeor, instalados en lo alto de una torre de Siracuse, hacen que
prendan lat llamas en tres puntos diferentes del mismo nevio.. Pero la
realidad de esta hazaa se ha puesto en duda muchas veces. El presence
documento, por otra parte, no consttuye propiamente hablando un do-
‘cumento histérico. Realizado en el siglo XV1 para ilustrar el tratado de
Optica del polaco Witelo (eserito tres silos antes), estdorientado sobre
todo « mostrar cuéles ton los fendmenos que estudia esta cencia. Arriba
17 4 la izquierda, por ejemplo, aparece el arco iris. Por otra parte, el
Duane hace referencia al problema de la perspectiva; y las piernas del
hhombre desnudo, abajo, siren para evocar la refracién (Grabado sa-
cado de Vitellion, Ed. Risner, 1572. Cliché B.N.).
FOTOCOPtADORA
Evia er
Las cacas ovultas de la invenciéa cieatifica, 1 ”
nado una vez mas por un especialista en fenémenos de
Combustion, cl in ED Sepin
GUEFP que en 1632 habia escrito un tratado sobre este
tema. De hecho, (@esde la Edad Media se adiitial GER:
ralmente la existencia de tales espejos. E! fraile franc
cano (Roger Bacon (1214-1294), que a menudo se:pre-
senta como un pionero de la ciencia experimental, laa
‘manifestado una gran confianza en la utilizacion de la
energfa solar. Dado «el poder de la geometria», con un
espejo cOncavo bien disefiado, se podria quemar cual-
‘quien cosa, Tambien seria verosimil, afadia, que «el An-
ticristo se sirva de tales espejos para destruir por el fuego
ciudades, campos y ejércitos> 2,
Durante @lIRSRRGHRRIEHED, varios autores han trabajado
sobre este tema, Oroncio Fine) primer titular de la ci
tedra de mateméticas en el Colegio Real fundado por
Francisco I, construyé espejos ardientes y les dedicé todo
un tratado en 1551; resalta que el espejo parabélico es
mis eficaz que el espejo.esférico, Diversos documentos
histéricos muestran que, (H]GSa\eDOGa, (FaUbastantelire>
cuente construir tales instrumentos, Jerénimo Cardan, al
mismo tiempo que Oroncio Fine, estimalgquellosiespejos
de Arquimedes fueron «disefiados en parabola, en circu-
Jo 0 en redondez», Algo mis tarde, Giambattista della
Poke critica en su Magia natural las ideas de Cardan,
Pero a su vez, propone una soluci6n original: un espejo
parabélico truncado que concentre los rayos solares ha-
Gia atta... Una de las grandes fuentes de estas especula-
? Ver W. E. Knowles Middleton, «Archimedes, Kircher, Buffon and
the burning mirrors, Isis, 52 (1961), pags. 541 y siguientes
Mem PLA.
Las caras ocultas dela invencién cientifiea, 1 ”
ciones es el tratado de éptica del polaco Witelo, escrito
en el siglo XIII € impreso en 1535. Asi se constituye una
tradici6n a la ver cientifica y técnica que conduce a mo:
delos de espejos bastante complejos (por ejemplo, me-
diante la combinaci6n de espejos céncavos y convexos) °.
Kircher y Buffon aceptan el reto
En esta atmésfera de euforia resuenan las criticas de
Descartes: las proezas de Arquimedes no son sino va~
nos suefios. Pero un jesuita, el padre (ARHSARSIGSIRAREHE?,
recoge el guante ert 16A6./ERperimehta y comprucba que
con cinco espejos planos, dispuestos juiciosamente, se
obtiene un calor «casi intolerable» a mas de cien pies (33,
metros). Con més espejos se obtendrfan efectos atin mis
Sorprelidentes (Kircher ademés, va a investigar cl lugar
de autos, a Siracusa. &y Meduee que poset no ne-
cssitaba un espejo de largo sesncaasbanabes pode
centrar el calor a treinta pasos, lo que hacia mas feel | 1"
operacién.
En eliSiglO(RVEse multiplican las experiencias con
pejos ardientes. Mencionemos, entre otras, las del fisico
francés(DGIEAD Utiliza, por ejemplo, un modelo bas-
tante mis refinado del que habia hablado Cavalier’ (i
espejo céncavo més un pequefo paraboloide truncado.
Pero ef resultado es decepcionante; A sus 0j05, la historia
de los éspejos de Siracusa es una «fibula». Sin embargo,
considera la posibilidad de que Arquimedes hubiese te-
ido éxito, El mejor método consisttia eg utilizar peque-
a 3: « Varias personas (los) sujetarian con
fos
|a mano y (los) orientarian de forma que las imagenes del
» Ver por ejemplo J. Balrusats, Essai sar une ligende scientifique:
(ec miroir, El mayan-Le Seuil, 1978, pigs. 95 y siguiences.