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Plantaciones renovables
para conservar la tierra, en
su día
Una empresa productora de papel cultiva miles de hectáreas de pino y eucalipto.

   

POR: MONICA SAÉZ

Mónica Sáez

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NOTICIAS | 22 de Abril de 2014 - 19:12

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Detrás de cada hoja de papel en la que escribimos o imprimimos y  de cada caja en la que empacamos un
objeto, hay un proceso de elaboración en la que cientos de personas ponen su mayor esfuerzo. Por eso
antes de arrojarlos a la basura piense en reciclar para proteger la tierra y conservar el planeta.

Para la gran mayoría de personas pasa desapercibida la transformación de nuestros recursos naturales
hasta el producto final; pocas veces nos detenemos a indagar o conocer los procesos científicos e
industriales que mueven hoy día millones de empleos e ingresos a importantes sectores  de la economía
colombiana. 

Lejos de los mitos y realidades alrededor del papel, que van desde las hectáreas de bosques taladas o la
afectación a fuentes de agua, hay una historia que merece ser contada y divulgada en el Día de la Tierra. 
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AdLa frase de cajón que reciclemos porque nuestros bosques desaparecerán y que nuestras futuras generaciones ya no podrán sentarse bajo la
sombra de un frondoso árbol para resguardarse de las inclemencias del sol no tiene cabida para la industria colombiana del papel que desde
hace más de 40 años tomó conciencia que por cada árbol que se aproveche se siembran por lo menos diez.

La iniciativa “Yo amo el papel”, promovida por Andigraf y las industrias que hacen parte de la Cámara de Pulpa, Papel y Cartón de la ANDI, inició
una estrategia de comunicación para resaltar las bondades del papel y su proceso de fabricación sostenible. En Colombia, la empresa Smurfit
Kappa lidera la siembra de miles de eucaliptos y pinos en las plantaciones forestales de los departamentos de Caldas, Cauca, Risaralda,
Quindío y Valle del Cauca.

El ingeniero Rudolp Rahn, actual vicepresidente Forestal y Recursos de Smurfit Cartón de Colombia, indicó
que esta empresa tiene sembradas 17 mil hectáreas de eucaliptos y 27 mil hectáreas de pino. Estos
cultivos están el 35% en el Valle, el 31% en el Cauca y el resto en el eje cafetero.

Existe la creencia que el papel utilizado proviene de bosque natural, "si se derrota esa creencia con la
realidad que proviene de una plantación forestal, pasamos un peldaño importante. El consumir un papel le
trae beneficios económicos tanto al país como a la comunidad”, dijo el vicepresidente Forestal y Recursos
de Smurfit.

“El papel es el único material de una fuente renovable, es reciclable, también, entonces es noble con el
medio ambiente. Se requiere que se entienda estos conceptos y que no se dejen guiar por unos conceptos
que han aparecido en el mercado que no son ciertos, que no son verdad”, dijo.

Y añadió: “El papel proviene de plantaciones certificadas renovables y el papel es reciclable”.

Sobre esta campaña, Robisson Ruiz, gerente General de Delcop en Colombia, distribuidor exclusivo de
Xerox en el país, dijo: como proveedores de tecnología somos conscientes de que debemos trabajar por
 conservar el planeta y que hacemos más si trabajamos en equipo.
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“Nuestra relación no se basa sólo en hacer un papel sostenible y amigable con el medio ambiente sino en
las buenas practicas que se deben implementar para generar el menor impacto y conservar bosques
nativos. Buscamos contribuir al uso responsable del papel y un ciclo sostenible del mismo, por eso
respaldamos las prácticas forestales sostenibles a través de nuestro compromiso con la ONG The Nature
Conservancy". comenta.

Cultivadores de fibras

Del cuidado de un grupo de mujeres depende que miles de árboles crezcan en las plantaciones forestales
de los departamentos de Valle y Cauca. Ellas, con un amor casi comparable al cuidado de un niño alistan todos los días cientos de
plantas en el vivero forestal Rancho Grande, en Restrepo, Valle, sitio donde comienza el proceso de creación del papel.

"Para el caso de los pinos somos cultivadores de fibras, en el caso de las coníferas fibras largas porque hay
una gran relación entre las propiedades de la madera y las propiedades que la madera le da al papel. La
fibra larga sirve para hacer productos especiales en la empresa como los sacos donde se empaca el
cemento, debe tener la madera y el contenido las fibras un tamaño para que le dé la resistencia al papel que
estamos buscando. Un saco de cemento se descarga y manipula y  tiene que tener la fibra esa elasticidad
para que no se vaya a rasgar", explicó en diálogo con EL HERALDO, el ingeniero forestal Carlos Mario
Jiménez, superintendente del vivero.

"Con los eucaliptos, de ahí obtenemos productos distintos, como son papeles blancos de impresión, ya no
necesitamos que la fibra tenga un tamaño largo porque no estamos buscando resistencia al rasgado; 
entonces por eso decimos que somos cultivadores de fibras, fibras largas y cortas, de coníferas y de
eucaliptos", agregó el ingeniero.

"Aquí arranca todo el proceso, todo lo verde es la generación del año 2031”, dijo señalando el vivero. Sostuvo
que un pino se demora 18 años para ser cortado, mientras que el eucalipto son siete años. “Tenemos que tener una buena visión del largo plazo
en materia de planeación  estratégica, táctica y operativa para saber lo que tenemos que plantar todos los años para tener en el  futuro la
madera que necesitamos para hacer los productos”, anotó.

El patrimonio forestal de la multinacional está en alrededor de 70 mil hectáreas, de las cuales tienen
 21.530 hectáreas de bosque natural protegido en zona de cordilleras, en una franja entre los 1.000 y 3.000
metros donde está el 75 % de la población colombiana.

“Esas 21.530, - dijo Jiménez, - son la reserva de la biodiversidad de nuestro país, en esas hectáreas hemos
encontrado, a través de estudios, que hay especies seriamente amenazadas tanto animales como en
vegetales que están en vía de extinción. Tenemos plantadas 50 mil hectáreas en 35 municipios de siete
departamentos del país”.

Desde hace muchos años, esta compañía decidió certificar su proyecto forestal en desarrollo
sostenible, basado en la parte social, económica y ambiental. Lo sensible es lo social y lo ambiental. “En la parte ambiental existe el respeto
por la normatividad que tiene la ley, no nos apartamos. Es el primer principio de la certificación”, indicó.

El Vivero Forestal Rancho Grande produce, también, plantas para reforestadores particulares, porque todo
el desarrollo en la genética e investigación, durante 35 años para ver cómo crecen las especies. La empresa
invierte dos millones de dólares anuales en investigación.

La empresa corta alrededor de 3.000 a 3.500 hectáreas, procesan cerca de 890 mil toneladas de madera,
es decir, unas 370 mil toneladas de papel. Para hacer una tonelada de papel es necesario dos o tres
toneladas de madera.
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“No llamemos talar sino aprovechar. Esto hay que verlo como cultivo; para mí cultivar pino
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no tiene nada
Entendido
distinto a sembrar maíz, aguacate yuca,  porque es la misma intervención con el suelo y las mismas
tácticas agronómicas. Esto hay que verlo como un cultivo agrícola”, añadió el profesional.

El vivero es la primera cadena del eslabón. El año pasado, en el proyecto forestal de Smurfit- Cartón se
emplearon, a través de contratistas, cerca de 2.500 familias del campo.  Hay mujeres que están a punto de
pensionarse con su trabajo y en su mayoría son de campo. El 80 % de los trabajadores son mujeres y en el
campo las mujeres no tienen muchas oportunidades de trabajo.

Explicó el superintendente del Vivero que se trabaja desde allí en lo social y ambiental. No se intervienen
cauces de agua y se respeta los nacimientos de agua. Hay más de 500 bocatomas en los terrenos del
bosque natural.

Dentro de los parámetros de Forest Stewardship Council, FSC, para obtener la certificación internacional de buen manejo forestal están que las
áreas donde se cultiven no pueden tener conflictos, es decir que no pueden ser zonas de reservas, parques naturales, territorios indígenas, entre
otros.

En cuanto al apoyo a la comunidad, desde hace treinta años, Smurfit a través de su Fundación crea los
institutos técnicos agropecuarios y forestales ITAF, en Cajibió y El Tambo, en el Cauca, y Calima- Darién en
el Valle, establecimientos de educación básica, secundaria y media técnica para contribuir con la formación
integral de jóvenes campesinos.

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