La Ley de Recursos Hídricos, en su artículo 79°, establece que la Autoridad Nacional del Agua

autoriza el vertimiento del agua residual tratada a un cuerpo natural de agua continental o
marino, previa opinión técnica favorable de las Autoridades Ambiental y de Salud sobre el
cumplimiento de los Estándares de Calidad Ambiental del Agua (ECA-agua) y Límites Máximos
Permisibles (LMP).

Electroquímica microbiana: Según Uwe Schroder, Falk Harnisch y

Largus T. Angenent (2015), se conoce a la investigación e interacción
entre microorganismos y un material conductor de electrones.
Celda de combustible microbiana: se conoce al sistema que
convierte la energía química del material orgánico de las aguas
residuales en energía eléctrica. Uwe Schroder, Falk Harnisch y
Largus T. Angenent (2015).
Aguas residuales: Según OEFA (2014). Están conformadas por
aquellas aguas que han sido modificadas antrópica mente, y para ser
reusada necesita de un tratamiento previo que modifique las
características para un vertimiento adecuado.
Aguas grises: Según Lifeder (2017) este tipo de agua son
generadas por el uso de lavado de utensilios y herramientas
caseras, pudiendo ser el agua el agua de las duchas, lavadora,
lavamanos, lavaplatos.
Es importante decir que de todos los tipos de agua las aguas grises
son las que menos contaminación presentan pudiendo ser más
accesible un tratamiento para riego.

Bacterias electro génicas: Según Hernández Sánchez, M. (2017), son

bacterias productoras de electricidad llevada a cabo por microorganismos, la
eficiencia en la generación de energía es el potencial de la llamada
bioelectrogénesis.
Humedal electrogénico: se le llama así a la integración de tecnología
electroquímica microbiana, que contienen bacterias electroactivas con un
electro conductor que tiene la función de depurar con 10 veces mayor a una
tecnología habitual en humedales. Aguas residuales info. (2017).
Geobacter Sulfurreducens: son bacterias que degradan materia orgánica y
genera electricidad de los restos orgánicos y materia renovable usando celdas
de combustible microbiano. Una de sus mayores es que puede ser cultivado en
laboratorio bajo ciertas condiciones. Omicromo, (2016).