Está en la página 1de 9

PSICOLOGÍA SOCIAL Y

COMUNITARIA
Procesos colectivos (empoderamiento, desarrollo social y
redes sociales y comunitarias)
• Procesos colectivos (empoderamiento, desarrollo
social y redes sociales y comunitarias)

http://soeci.org/web/wp-content/gallery/infotep-soeci/cursococina3.jpg

Como parte de la clarificación de conceptos propios de la psicología social y comunitaria cabe


anotar la existencia, dentro de sus marcos conceptuales, de una serie de procesos constitutivos
en los cuales se desarrollan y reproducen acciones y movimientos de carácter colectivo que
posibilitan la inserción de las comunidades y grupos en el debate púbico, a partir de la
consolidación de proyectos e iniciativas visibles de promoción y protección de derechos
fundamentales. En este sentido, se expondrán cada uno de los procesos que se establecen
como transversales en las prácticas organizativas comunitarias, por lo que se pueden establecer
nuevos márgenes de acción y de abordaje para los psicólogos sociales y comunitarios.

Es importante establecer que los procesos que a continuación se desarrollarán hacen parte de la
cosmovisión y del sentido epistemológico que acompaña el devenir comunitario

[POLITÉCNICO GRANCOLOMBIANO]
2
contemporáneo en el cual es indispensable reconocer los intereses de las comunidades, sus
formas de comprender los procesos en los que se ven inmersas y su naturaleza de abordaje, así
como sus valores culturales, comunicativos y políticos. En este sentido cabe referir algunos de
los aportes distintivos de la psicología social y comunitaria a lo colectivo y lo comunitario que le
darán forma a los establecimientos de los procesos denominados transversales. Los aportes
iniciales son los siguientes:

1. La consideración de que los participantes son actores sociales constructores de


realidades; por lo tanto tienen capacidad de decisión, de acción y de transformación de
su vida cotidiana y de su entorno.

2. La consideración del valor de igualdad que está ligado a los de libertad y transformación
social. De acuerdo a esto se determina que una psicología que define a sus sujetos como
actores constructores no puede someterlos a la condición de ejecutores de acciones
prescritas, sin discusión alguna y dirigidas externamente.

3. La puesta en escena de la conciencia como condición para el conocimiento, así como la


posibilidad de que esa conciencia, que caracteriza la voz de la comunidad, se expanda y
se movilice para el beneficio colectivo. De la conciencia aparecen también algunos
valores constitutivos como la liberación y el conocimiento, ambos definitivos para la
acción colectiva y para el restablecimiento de condiciones de vida de los miembros del
grupo o de la comunidad.

4. La promoción de las concepciones de diversidad, igualdad y justicia, valores que pueden


leerse de forma integradora. La diversidad de los actores sociales da cabida a múltiples
formas de comprensión y construcción de los fenómenos vividos y de sus propios modos
de conocerlos. Respecto a la igualdad se puede decir que permite que todos los agentes
involucrados vean reconocida su posibilidad y capacidad de generar conocimiento y de
poder expresarlo sin reparos ni condiciones. A estas concepciones se une también la
solidaridad, por cuanto el intercambio de conocimientos supone una forma de colaborar
en unión con el otro, reconociéndolo como par en sus intenciones de desarrollo.

Con esta base axiológica, indispensable para la comprensión de cualquier asunto de


carácter colectivo, se pasará ahora a la explicación de los procesos más relevantes
asumidos por la psicología social y comunitaria contemporánea.

[PSICOLOGÍA SOCIAL Y COMUNITARIA] 3


Empoderamiento comunitario

Son muchas las características que constituyen y le dan sentido a las comunidades, como su
historia, sus prácticas y sus formas relacionales; sus sentires y significancias, sus expresiones y
discursos, sus imaginarios, sus tensiones y necesidades, y sus desafíos y pretensiones de cambio
y transformación. El empoderamiento comunitario se considera, desde las últimas décadas, un
proceso mediante el cual las comunidades emprenden un camino de fortalecimiento de
convicción que permite, entre otras, fortalecer los lazos y la confianza de sus miembros para la
acción y para la consecución de espacios de reconocimiento y de mejoramiento de condiciones
de vida. Respecto al empoderamiento comunitario son muchos los aportes, pero principalmente
son los aportes de la perspectiva latinoamericana los que han dado un marco de sentido más
pertinente, quizás por los escenarios de vulneración de derechos a las comunidades y por sus
condiciones de pobreza y desarraigo.

El empoderamiento lleva consigo un sinnúmero de componentes, cada uno de ellos sensibles


para explicar los devenires de la comunidad. Entre estos componentes se encuentra el
compromiso, que parece estar instalado en el mundo colectivo desde su propia naturaleza. Este
principio hace referencia, en primera instancia, a lo que significa seguir los objetivos y las metas
de la comunidad, por lo que trae consigo la cualidad de la virtud, que parece necesaria para
trabajar en, con y para la comunidad. Klinger (2000) registra los siguientes sentidos para el
término compromiso o commitment en el contexto del trabajo social y comunitario:

1. La decisión momentánea de alcanzar una meta en particular.


2. La intención, públicamente anunciada, de realizar un acto (como declaración formal del
compromiso).
3. La fuerza en la intención de alcanzar una meta o la adhesión personal a su búsqueda.
4. Dedicación u obligación de un individuo con la vida o sociedad mediante la consecución
de metas significativas.

El carácter crítico del compromiso

La psicología social y comunitaria desarrollada en América Latina ha percibido varios aspectos


críticos del compromiso. Lane y Sawaia (1991) fueron los responsables de iniciar la discusión en
este sentido, y lo hicieron desde la perspectiva crítica gramsciana, la cual permite explicar y a la
vez cuestionar la función misma de los profesionales en psicología social y comunitaria. Las
autoras permitieron hacer las siguientes distinciones, que precisamente logran determinar
asuntos propios del abordaje comunitario y por lo tanto comprender el empoderamiento de las
mismas.

[POLITÉCNICO GRANCOLOMBIANO]
4
El compromiso comunitario es: El compromiso comunitario no es:

• Acto crítico de encuentro entre • Una actitud benevolente de un


agentes externos e internos. actor externo para con la
• Valoración de lo popular en sí comunidad.
mismo. • Populismo.
• Reconocimiento del derecho a • Beneficencia o caridad para arreglar
participar que tiene la comunidad. los problemas de la comunidad.
• Consideración activa del ser • Empirismo irreflexivo.
humano.

Entonces, el empoderamiento como proceso que incorpora el compromiso a manera de eje


fundamental podría definirse como el proceso selectivo, consciente e intencionado cuyo
objetivo es igualar o equiparar las distintas oportunidades entre los actores sociales. En efecto,
se considera un proceso selectivo porque el criterio central es identificar y contribuir con la
transformación de sectores sociales excluidos. Dicha transformación permite establecer
relaciones comunitarias más equilibradas, aún más cuando existen expresiones de poder hacia
comunidades excluidas, lo cual facilita nuevas y mejores posibilidades para su propio desarrollo.

Desde la perspectiva comunitaria, el empoderamiento se relaciona con la forma de estudiar


procesos de trabajo con grupos minoritarios, excluidos o vulnerados históricamente y que
precisamente por sus condiciones de precarización no logran movilización hacia el cambio o la
transformación. El concepto de empoderamiento es considerado, incluso por las agencias
multilaterales de desarrollo, como un componente fundamental en las estrategias de
erradicación de la pobreza.1

Por otro lado, el empoderamiento es un estado de las personas que se asumen como sujetos o
actores de sus propias vidas, con la posibilidad de actuar basados en la conciencia de sus
intereses y en el reconocimiento de sus propias capacidades (Sen, 2001). Los individuos y las
comunidades empoderadas tienen la capacidad de ser agentes de sus intereses y motivaciones;
para esto es indispensable actuar en calidad de ciudadanos que elaboran, proponen y gestionan
sus iniciativas de forma dinámica para mejorar condiciones de vida. Se podría decir, entonces,
que en contextos de elevada presencia de exclusión el empoderamiento permite hacer el
tránsito entre dicha situación y la inclusión social; es decir, los individuos y los grupos de
personas desarrollan pertenencia, autodeterminación, eficacia, calidad de vida, autosuficiencia,
cohesión, transparencia, confianza, reciprocidad, apropiación del conocimiento, competitividad,
desarrollo y, de manera especial, participación en las diferentes instancias de decisión sobre el
destino de la colectividad.

1
CEPAL. Globalización y desarrollo social. Naciones Unidas: Cepal, 2005.

[PSICOLOGÍA SOCIAL Y COMUNITARIA] 5


Por último, es importante determinar que el empoderamiento revitaliza y promociona las
condiciones mismas de los grupos sociales y comunidades, por lo que posiciona la expresión
colectiva en espacios decisorios y emana componentes que se sitúan incluso en el devenir
político y participativo de actores vulnerados por estructuras de poder mediadas por discursos
de mercado. Con esto se establece para la psicología social y comunitaria, más que un esfuerzo
mediático, un posicionamiento estratégico para la construcción de sociedades más justas y
deliberativas.

Desarrollo social

Hablar de las comunidades y sus procesos inherentes es hablar implícitamente de sus


condiciones de vida y de sus posibilidades de transformación, e incluso, para el continente
latinoamericano, de sus posibilidades de supervivencia, si de lo que se trata es de comunidades
que por circunstancias de carácter socioeconómico y político se encuentran muy cerca del
exterminio. Por estas y otras razones, la psicología social y comunitaria emprende el desafío de
acompañar procesos donde, en muchos casos, es evidente el abandono, la precariedad y la
persecución a comunidades urbanas y sociales. Dicha situación posee un sinnúmero de
explicaciones, todas ellas con un carácter contundente y con impactos directos en la vida de las
personas y las comunidades.

El modelo económico soportado en lógicas de mercado, al cual también se vinculan aparatos de


guerra y de presión política, hace de las comunidades desde objetos para la oferta, hasta
víctimas directas de estrategias de control y persuasión, ya sea por el territorio que habita, por
su condición política, sexual, generacional o de procedencia. Estas circunstancias generan
afectación emocional, desarraigo territorial, impactos sobre la tradición y las prácticas culturales,
e incluso invisibilidad política y pobreza en todos sus niveles. Y es que parece que dicho modelo
formula un discurso de desarrollo soportado en la libertad comercial, la rentabilidad y la
competencia desaforada, lo cual genera expresamente cada vez más distancias
socioeconómicas, mientras las comunidades, en un elevado porcentaje, son quienes reciben las
cargas e impactos de no pertenecer a la línea estructural. Por estas razones, en América Latina
se constituyen nuevos marcos de referencia para incluir a las comunidades y a sus muy diversas
necesidades sentidas, lo cual posibilita su acceso y su inclusión en iniciativas de desarrollo no
necesariamente económico, sino social; es decir, para visibilizar necesidades y promover su
dignificación.

Según las tesis de Max Neef, el desarrollo social puede explicarse a partir de la escala humana,
que se refiere a las personas y no a los objetos, y considera que el mejor desarrollo será aquel
que permita elevar más la calidad de vida de las personas y las comunidades, entendiendo que
la calidad dependerá de las posibilidades que estas tengan de satisfacer adecuadamente sus
necesidades humanas fundamentales. Por lo mismo, nombrar el desarrollo social y comunitario
significa orientar acciones a la satisfacción de necesidades trascendiendo la racionalidad
económica convencional, precisamente porque compromete a las personas y a sus dimensiones

[POLITÉCNICO GRANCOLOMBIANO]
6
en una totalidad, lo cual integra armónicamente valores de participación social, espacios
deliberativos y de toma de decisiones y formas de solidaridad y cooperación.

En esta perspectiva contemporánea y de carácter alternativo se suma también la propuesta Sen


(2000), quien establece que el desarrollo social puede concebirse como un proceso de
expansión de las libertades reales que disfrutan los individuos y las comunidades. La expansión
de esta libertad se presenta a partir de la eliminación de las principales fuentes de eliminación
de la libertad misma, como la pobreza, la tiranía, la escasez de oportunidades económicas y las
privaciones sociales sistemáticas.

El desarrollo social se convierte entonces en una condición altamente relevante para quienes se
acercan a las comunidades desde una perspectiva disciplinar, y consideran que el aporte de la
acción es claramente la construcción de alternativas de vida digna, siendo la psicología social y
comunitaria, en muchos de los casos, la que moviliza y promueve discusiones y aportes
metodológicos para la acción dignificadora y el restablecimiento de valores comunitarios, que
finalmente se dirigen a transformar el territorio y las relaciones que se tejen en este,
emancipando y promoviendo valores para la liberación, la movilización y para el mejoramiento.

Redes comunitarias

[PSICOLOGÍA SOCIAL Y COMUNITARIA] 7


http://3.bp.blogspot.com/PTa1axV2UE0/TeT9nx3mwqI/AAAAAAAAAEo/ouCIte841u0/s1600/
barrio_cine

Para finalizar esta unidad de conceptualización respecto a la psicología social y comunitaria y


sus procesos de interés, se hará una breve descripción acerca de un escenario de abordaje
indispensable para comprender tanto el empoderamiento comunitario como su desarrollo
mismo; este se refiere a la conformación de redes organizativas colaborativas, el cual ha sido
motivo de interés y desarrollos teóricos en los últimos años. Para Montero (2000) es
indispensable reconocer la pluralidad que hace presencia en los distintos territorios, lo cual
hace evidente no solo la diversidad de necesidades, sino también los elementos comunes que se
conjugan y que fácilmente pueden abordarse de manera colectiva y colaborativa. La clave,
según Montero, es pensar en la posibilidad de impacto que genera una iniciativa construida de
forma colectivamente organizada, a diferencia de lo que significa asumirla de manera fracturada
e independiente.

Existen para el trabajo en redes comunitarias y colaborativas algunas premisas que bien pueden
constituir un nuevo marco de referencia para el abordaje de las necesidades de poblaciones y
comunidades diversas. Estas son:

1. Pluralidad y diversidad de miembros: Con esta posibilidad de multiplicidad de prácticas,


de géneros, de procedencia, de intereses, etc., se constituye una complementariedad
que finalmente se asume como recurso para la consecución de alguna meta común.
2. Multimodalidad y multidimensionalidad de la intervención: En esta característica surge
la idea concreta de intervenir sobre una necesidad común establecida desde la
diferencia, lo cual potencia y enriquece el trabajo comunitario.
3. Interrelación de todos los miembros: Esto supone que todos los miembros que
componen la red manejan la misma información a través del flujo constante. Con esto se
puede determinar que las redes comunitarias parten de la premisa del todo organizado.
4. Dinámica de las relaciones: Esto implica que los diferentes puntos de las redes están
constantemente activados en la interconexión de unos con otros, por lo que se establece
un proceso de retroalimentación en las relaciones más que una continua transferencia
de información, donde los elementos manejados son reflexionados, transformados y
llevados a la práctica dentro de esta dinámica relacional.
5. Construcción colectiva: Dado el proceso dinámico de esta red, los productos que dentro
de ella se manejan son el resultado de una labor conjunta, la cual supone la transmisión
e intercambio de experiencias y conocimientos entre quienes forman parte de la red.
6. Interdependencia: Cada uno de los integrantes de la red establece una relación con los
otros y reconoce que tanto la participación de éstos como la suya es importante para la
acción y toma de decisiones, mas no indispensable.

[POLITÉCNICO GRANCOLOMBIANO]
8
Con estos elementos fundamentales para el trabajo social y comunitario se cierra esta unidad,
no sin antes recordar que al asumirlos con rigor y corresponsabilidad se garantiza en parte un
abordaje de impacto para la comunidad, una comunidad que se encuentra viva y comprometida
con su propio desarrollo.

[PSICOLOGÍA SOCIAL Y COMUNITARIA] 9

También podría gustarte