Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
net/publication/320211502
CITATIONS READS
3 207
2 authors:
Some of the authors of this publication are also working on these related projects:
Comunidades de habla e interacción lingüística. Un acercamiento a las dinámicas sociolingüísticas entre el mapuzugun y el castellano View project
All content following this page was uploaded by Aldo Olate Vinet on 04 October 2017.
Aldo Olate
Universidad de La Frontera
Resumen /
El presente artículo esboza una evaluación tentativa de la vitalidad
etnolingüística actual de la lengua mapuche en Chile en el marco de los
parámetros propuestos por Landweer (2000) y sobre la base de los resultados
de la encuesta mapuche CEP 2016.
Además, se compara la situación actual con aquella registrada por la encuesta
mapuche del CEP de 2006 y analizada por Zúñiga (2007).
La principal conclusión es que el mapuzugun se encuentra en un estado de
mayor precariedad sociolingüística que hace diez años, y que la necesidad
de políticas públicas e iniciativas privadas que conduzcan a una revitalización
efectiva y eficaz en el corto plazo es aún más imperiosa si se quiere salvar a la
lengua de la extinción.
Resumen en mapuzugun /
Tüfa chi küzaw mew tukulpagey chumlen mapuzugun fantepu Landweer (2000)
ñi azkünüzugu mew, kiñeke zugu txipalu ramtukawün zugu epu waranka mari
kayu txipantu zewmagelu.
Ka txürümgey kiñeke zugu txipalu ramtukawün zugu epu waranka kayu txipantu
zewmagelu, Zuñiga (2007) küzawyefilu.
Mapuzugun zoy wesha amuley rupalu mari txipantu mew, fey mew
zuamniegefuy fill püle ñi küzawyegeal ñi wiño wütxampüramgetual ñi matu
matu wiño yafülüwal, femgechi ñamlayafuy.
N. de A.: Agradecemos los valiosos comentarios de Isabel Aninat y Ricardo González. Cual-
quier error u omisión, sin embargo, es de nuestra responsabilidad.
[1] Trabajos anteriores del primer autor de este artículo (Zúñiga 2006, 2007) tratan el
nombre mapuche de la lengua indígena como un préstamo no integrado a la grafía y la
gramática castellanas y lo escriben según la propuesta del Alfabeto Mapuche Unificado:
mapudungun. Aun cuando el uso de la palabra se ha generalizado en varios ámbitos en
Chile en el transcurso de los últimos años y se puede tratar el vocablo como un préstamo
integrado (“mapudungún”, no en cursiva y con acento gráfico según las reglas castellanas),
aquí hemos optado por la grafía mapuzugun, siguiendo la convención azümchefe (CONADI
2005) y la práctica actual de diversos ámbitos académicos en Chile.
1/
La vitalidad etnolingüística del mapuzugun
El fenómeno de lenguas que se ven amenazadas por diversas circuns-
tancias no es nuevo, pero la literatura especializada ha señalado que la
escala actual del mismo probablemente no tenga parangón en la histo-
ria. Según algunas estimaciones que la mayoría de los estudiosos con-
sideran conservadoras (p. ej. Moseley 2007), unas 2.000 lenguas están
amenazadas en algún grado en la actualidad en el mundo, y en círculos
especializados se sigue manejando la proyección de que la mitad de las
aproximadamente 6.500 lenguas actualmente habladas se extinguirán en
el transcurso de los próximos cien años. Esta situación ha motivado el
interés de lingüistas, antropólogos y educadores, pero también de agen-
cias gubernamentales e internacionales preocupadas de la diversidad y el
[5] En el original: “The language is used for face-to-face communication within all gene-
rations, but it is losing users”.
[6] En el Chile actual, especialmente en los medios de comunicación masiva, el término
redes sociales se utiliza con frecuencia para denotar los servicios de redes sociales o redes
sociales virtuales (es decir, plataformas en Internet que permiten o facilitan la comunicación
entre personas de una misma estructura social). Para el presente artículo, seguimos a Land-
weer (2000) y los estudios de muchas otras disciplinas y utilizamos el término en su amplio
sentido original; una red social es una estructura social compuesta por un conjunto de ac-
tores, y puede adoptar diversas formas, incluyendo las virtuales, pero sin limitarse a ellas.
[8] No es este el sitio adecuado para una defensa o crítica de lo que actualmente se conoce
como sistema neoliberal (especialmente por parte de sus detractores), ya sea en economía
o en política. Utilizamos el término a pesar de sus contornos imprecisos y su fuerte carga
ideológica actual, con el fin de señalar la continuidad relevante para el diagnóstico según el
último parámetro de Landweer (2000) entre la versión chilena del liberalismo tecnocrático
contemporáneo y la versión chilena del liberalismo clásico de los años ochenta.
[9] Dos ejemplos relevantes relacionados con el comercio que aún están vigentes son la
Feria Pinto de Temuco, con la venta de diversos productos agrícolas por parte de mapu-
ches, y comunas como Carahue, Imperial y Puerto Saavedra, pero también varios pueblos
de la región de La Araucanía, con la venta de papas a escala media (en algunos casos) y
otras hortalizas.
[10] Véanse los estudios de Sallabank (2011) y Hinton (2011). Compare el lector además la
situación actual de dos lenguas celtas, el gaélico irlandés y el galés; la vitalidad de la segun-
da es innegablemente mayor que la de la primera, a pesar de haber gozado el irlandés de
reconocimiento y apoyo oficial efectivos por mucho más tiempo que el galés (Mac Giolla
Chríost 2005, 2012).
2/
Los datos
Zúñiga (2007) citó el Ethnologue disponible entonces (Gordon 2005),
el cual daba 202.000 hablantes para el mapuzugun en Chile en 1982 (in-
cluyendo los dialectos pehuenche y huilliche, este último listado como
lengua aparte en aquella fuente) y 100.000 hablantes en Argentina se-
gún estimaciones del año 2000. El Ethnologue de hoy (Lewis et al. 2016)
da estimaciones más recientes, citando el artículo sobre Sudamérica en
Moseley (2007), a cargo de la investigadora neerlandesa Mily Crevels:
250.000 hablantes en Chile y 8.620 en Argentina. El total ha disminui-
do en 20,5%, lo cual corresponde a un aumento de 23,8% para Chile y
una disminución de 91,4% para Argentina —si bien el orden de mag-
nitud desde una perspectiva sudamericana se mantiene relativamente
constante: las (pocas) grandes lenguas del continente tienen varios mi-
llones de hablantes, como el guaraní paraguayo (4.850.000 según Lewis
et al. 2016), y las (muchas) pequeñas tienen solo pocos miles o cientos,
como el coreguaje en Colombia (2.100 según Lewis et al. 2016).
Según Zúñiga (2007), no obstante, los resultados de la encuesta ma-
puche del CEP de 2006 sugerían que el número de hablantes en Chile
en aquel entonces se encontraba entre unas 150.000 y unas 400.000
personas, dependiendo de qué significa ser hablante y de cuántas per-
sonas se autoidentifican como mapuches. A continuación veremos las
cifras de ambas encuestas (2006 y 2016) para tener una idea de cómo ha
cambiado la situación.
En la Tabla 1-A se aprecia cómo se autoevalúan los encuestados ma-
puches (M) y no mapuches (NM), tanto aquellos que viven en zonas
urbanas (U) como los residentes de zonas rurales (R), en relación con
su competencia lingüística. 28 personas de un total de 2.984 declara-
ron hablar el mapuzugun mejor que el castellano (MQC), de los cuales
todos se identificaron como mapuches y 20 vivían en zonas rurales. De
modo similar, de los 95 encuestados que dijeron hablar ambas lenguas
[11] Al igual que en las otras tablas de este tipo, las cifras aparecen aproximadas al primer
decimal después de la coma, lo cual da lugar a aparentes inconsistencias (p. ej. 0,3% +
0,7% = 0,9% en la columna de MQC para 2016; una aproximación al tercer decimal daría
0,267% + 0,668% = 0,936%). Dichas inconsistencias, sin embargo, no resultan de errores
de cálculo, y los porcentajes solo buscan orientar al lector de manera aproximada; las
cifras reales provenientes de la encuesta son aquellas que se refieren a los encuestados.
359
Fuente: Datos de encuestas CEP, “Los mapuche rurales y urbanos hoy”, años 2006 y 2016.
Ahora bien, la simplificación “blanda” agrupa los cuatro primeros va-
lores (o sea, los tres de la interpretación “dura” más aquellos encuestados
que dijeron entender el mapuzugun pero no hablarlo) bajo personas con
competencia activa o pasiva (CAP). Las personas que dicen no hablar
ni entender la lengua mapuche son aquellas sin competencia activa ni
pasiva según este criterio (SCAP). Las cifras correspondientes pueden
apreciarse en la Tabla 3 a continuación.
Un resultado que se aprecia con claridad en estos cuadros resumidos
es el hecho de que solo una minoría de quienes se autoidentificaron
como mapuches dijeran ser competentes en la lengua, situación que se
ha agravado entre 2006 y 2016. Los mapuches que sostuvieron tener
competencia activa (resumen “duro”) hace una década eran 23,9% (=
354/1.483), y dicha cifra cayó a 15,9% (= 231/1.456) en 2016. Incluso
si se considera competencia activa y pasiva (resumen “blando”), eran
43,6% en 2006 (= 647/1.483) y ahora solo 31,7% (= 461/1.456). Las
diferencias entre encuestados mapuches y no mapuches son significati-
vas, por supuesto, así como también lo son, en líneas generales, aquellas
entre la población urbana y la rural.
Al extrapolar estas cifras a la población total, Zúñiga (2007) llegó a
una estimación de cuántos hablantes tenía el mapuzugun en Chile en
2006. Según el censo de 2002, 602.677 personas se autoidentificaron
como mapuches; por lo tanto, el número de hablantes se habría localiza-
do entre 143.862 (competencia activa, 23,9%) y 262.935 (competencia
activa y pasiva, 43,6%). Haciendo el mismo ejercicio, según el censo de
2012, 1.442.214 personas se autoidentificaron como mapuches; por lo
tanto, el número de hablantes se localizaría entre 229.312 (competencia
activa, 15,9%) y 457.182 (competencia pasiva, 31,7%). Sin embargo,
nótese el dato poblacional de 1992 (928.060 mapuches), según el cual
dichas cifras llegarían a 221.533 (23,9%) y 404.892 (43,6%) respectiva-
mente. El total de personas que se han autoidentificado como mapuches
en estos tres censos ha variado significativamente, lo cual con toda pro-
babilidad se debe al menos a tres factores independientes: el aumento
poblacional, una valoración positiva de la identidad indígena (en parti-
cular de la mapuche) y diferencias metodológicas importantes entre los
tres censos. En consecuencia, no estamos en condiciones de presentar
Fuente: Datos de encuestas CEP, “Los mapuche rurales y urbanos hoy”, años 2006 y 2016.
361
Fuente: Datos de encuestas CEP, “Los mapuche rurales y urbanos hoy”, años 2006 y 2016.
cifras actualizadas basadas en la encuesta mapuche CEP de 2016. El
orden de magnitud de 250.000 dado en Lewis et al. (2016) sigue siendo
una estimación razonable.
Las cifras presentadas hasta ahora configuran una especie de foto-
grafía de la situación en 2006 y 2016 —aun cuando deben entenderse
sujetas a las limitaciones propias del instrumento, tanto metodológicas
como conceptuales. Otros datos recogidos por la encuesta complemen-
tan dichas cifras y añaden información que permite especular acerca de
la situación futura. Por ejemplo, la Tabla 4 a continuación resume cifras
respecto de con quién aprendieron quienes dicen saber algo de mapuzu-
gun (MU y MR se refieren a mapuches urbanos y rurales respectiva-
mente; NMU y NMR son los correspondientes grupos no mapuches.
“Otro+” agrupa tanto la categoría “otro” propiamente tal de la encuesta
como “con la pareja”, “no sabe” y “no contesta”.)[12]
Obsérvense nuevamente en la Tabla 4 las importantes diferencias
entre zonas rurales y las urbanas, así como también aquellas entre ma-
puches y no mapuches. Grosso modo, los mapuches (urbanos y rurales)
dicen continuar aprendiendo la lengua indígena con algún pariente,
mientras que los no mapuches la aprenden sobre todo de otras personas,
si bien un 19,7% de los no mapuches urbanos dicen aprenderla de algún
pariente diferente de los padres y los abuelos. Nótense especialmente el
marcado descenso de las cifras de aprendizaje de los abuelos (quienes
tradicionalmente se quedan más en el campo en contextos de migración
hacia la ciudad) para los no mapuches; al parecer, los urbanos además ya
no aprenden el mapuzugun tanto de conocidos (40,5% → 13,2%), pero
los rurales dan mucha más importancia a los conocidos como personas
con las cuales aprender la lengua indígena (26,6% → 44,2%).
La Tabla 5 a continuación resume las respuestas de los encuestados a
la pregunta de con qué frecuencia hablaban en mapuzugun. No debería
sorprender que los mapuches lo hablen con mayor frecuencia que los no
mapuches, ni que la lengua indígena se utilice más frecuentemente en
[12] Al igual que los cuadros anteriores, las Tablas 4 a 7 incluyen información de la encues-
ta mapuche CEP de 2006, pero estos últimos reportan cifras presentadas de manera algo
diferente de Zúñiga (2007), por la manera en que dicho artículo trató diversos residuos.
Hemos adaptado la presentación aquí para facilitar la comparación y la comprensión.
MU MR NMU NMR
2006 2016 2006 2016 2006 2016 2006 2016
Padres 29,0% 28,5% 53,6% 46,2% 5,4% 0,0% 20,3% 1,4%
Padre/
17,0% 16,0% 15,8% 13,4% 2,7% 5,6% 16,5% 0,6%
madre
Abuelos 26,5% 24,3% 16,7% 25,3% 16,2% 4,3% 13,9% 2,6%
Otro
7,1% 6,5% 3,7% 5,1% 8,1% 19,7% 6,3% 2,9%
pariente
Fuente: Datos de encuestas CEP, “Los mapuche rurales y urbanos hoy”, años 2006 y 2016.
[13] Presentamos aquí los datos solo para 2016 porque aquellos de 2006 reportaban res-
puestas ligeramente diferentes, a saber: “frecuentemente”, “a veces”, “nunca”.
MU MR NMU NMR
Ocasiones esp. 33,3% 15,8% 17,0% 7,5% 34,2% 16,7% 23,8% 4,3%
(Casi) nunca 31,5% 45,7% 15,7% 31,4% 39,5% 62,1% 33,8% 61,5%
Fuente: Datos de encuestas CEP, “Los mapuche rurales y urbanos hoy”, años 2006 y 2016.
Fuente: Datos de encuestas CEP, “Los mapuche rurales y urbanos hoy”, años 2006 y 2016.
MU MR
Fuente: Datos de encuestas CEP, “Los mapuche rurales y urbanos hoy”, años 2006 y 2016.
3/
Conclusiones
3.1 Qué se ha hecho
Sin duda hay una mayor sensibilización en Chile que hace diez años
sobre el estado del mapuzugun y respecto del espacio central que debería
tener entre las demandas de la sociedad mapuche, lo cual ha llevado a
diversos acontecimientos favorables. En primer lugar, se han instaurado
cursos regulares de lengua y cultura indígenas en varias universidades tra-
[14] No hemos podido encontrar estudios que den cuenta de la situación en la Zona Cen-
tral, si bien las cifras correspondientes a estudiantes indígenas (no solo mapuches) pare-
cen ser mucho menores (5% en la Universidad Metropolitana de Ciencias de la Educación
y 1% en la Universidad de Playa Ancha; los autores agradecen a Paulina Peña de la UMCE
y Carlos González de la UPLA por esta información). La Universidad de Chile informó
en un encuentro realizado en 2015 un aumento de estudiantes indígenas de 6% entre
2010 y 2015, destacando a mapuches y aimaras (http://www.uchile.cl/noticias/113672/re-
flexiones-sobre-inclusion-de-pueblos-originarios). La Universidad de Santiago de Chile y
la Pontificia Universidad Católica de Chile no recogen información de matrícula que per-
mita discriminar por adscripción étnica. Al parecer, las universidades de la Zona Central
simplemente ponen menos atención a las cuestiones indígenas.
[15] Según la página web del partido, ‘los integrantes del Wallmapu’ o ‘compatriotas del
país mapuche’. La expresión wallmapu significa literalmente ‘tierra / territorio circundan-
te’, pero denota en especial el territorio histórico de asentamiento mapuche en el Cono
Sur, cuyos límites precisos en diferentes momentos son, como cabe esperar, materia de
debate por parte de historiadores, antropólogos, políticos y juristas.
[16] Véase Hinton (2011) para una discusión de casos de aplicación reciente de estos cua-
tro modelos, especialmente en casos seleccionados en EE.UU.
Referencias /
Antimil, J. y A. Olate. “Procesos sociolingüísticos, historia y colonialismo chile-
no en una comunidad rural mapuche”. En arbitraje para Universum.
Banco Mundial (2016). World Bank Open Data. Versión en línea: http://data.
worldbank.org/indicator/SP.URB.TOTL.IN.ZS (consultada el 01.10.16).
___ (2016). “Los mapuche rurales y urbanos hoy, Marzo-Mayo 2016”. San-
tiago.
Mac Giolla Chríost, D. (2005). The Irish Language in Ireland. From Goídel to
Globalisation. Abingdon: Routledge.