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La esquistosidad primaria: una síntesis sobre sus características y desarrollo

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Fernando Bastida
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LA ESQUISTOSIDAD PRIMARIA: UNA SINTESIS
SOBRE SUS CARACTERISTICAS y DESARROLLO

FERNANDO BASTIDA

TRABAJOS DE Bastida, F. (l981).-La esquistosidad primaria: una síntesis sobre sus características y
G lE O 1 O G XA desarrollo. Trabajos de Geología, Univ de Oviedo, 11,35-54.

El presente trabqjo pretende ser una síntesis del estado actual de conocimientos sobre la
esquistosidad primaria, la cual ha sido definida como aquella que se origina por la
deformación y modificación directa de una fábrica sedimentaria. El trabajo comienza por
una descripción de los principales tipos morfológicos (esquistosidad grosera, «slaty clea-
vage» grosero, «slaty cleavage» y «schistosity»), para seguir después con un somero
análisis de las relaciones entre esquistosidad primaria y deformación interna. Finalmente,
se discuten con cierto detalle los principales mecanismos que intervienen en el desarrollo
de dicha esquistosidad, destacando su importancia relativa en función de la litología y de
las condiciones físicas de la deformación; se destacan como mecanismos más importantes
la cristalización y recristalización de filosilicatos orientados y la disolución por presión.

The present paper pretends to be a synthesis of the present knowledge on primary clea-
vage. Primary cleavage has been defined as the result of deformation and modification of a
sedimentary fabrico A description of principal morphological types of cleavages and brief
analysis of the cleavage-strain relationships is presented. Finally, the mechanisms invol-
ved on the development of this cleavage are discussed with detail, stablishing its depen-
dence on lithology and environmental conditions of deformation. Crystallization and
recrystallization of phillosilicates and pressure solution are the main deformation mecha-
nisms involved.

Fernando Bastida, Departamento de Geotectónica. Universidad de Oviedo. Manuscrito


recibido el 30 de marzo de 1981.

Los procesos tectónicos que dan lugar a la mite, en consecuencia, obtener interesantes
deformación de las rocas en la corteza terrestre conclusiones acerca de los mecanismos que in-
conducen a menudo a la modificación de su tervienen en la deformación de las rocas.
microestructura, produciendo cambios en la po- 2.-A menudo se origina una esquistosidad en
sición, forma, tamaño y composición de los cada uno de los episodios de deformación im-
componentes minerales. Como consecuencia de portantes que se desarrollan en una región de-
estas modificaciones se origina con frecuencia terminada, por lo cual es una de las estructuras
una anisotropía aproximadamente plana en las más útiles en el establecimiento del número y
rocas que se conoce con el nombre de esquisto- características de estos episodios.
sidad. Cuando esta anisotropía se desarrolla di- 3.-Presenta unas relaciones genéticas y geo-
rectamente sobre una fábrica inicial sedimenta- métricas claras con los pliegues a los que se
ria diremos que se trata de una esquistosidad encuentra asociada. Este hecho permite por un
primaria. La importancia de la esquistosidad en lado determinar a qué fase o episodio de defor-
Geología Estructural es muy grande y viene mación pertenece un pliegue dado y, por otro,
constatada por los siguientes hechos: reconstruir estructuras mayores con base en la
l.-Es una estructura que, a partir de un cierto posición relativa entre estratificación y esquis-
grado de deformación y de metamorfismo, pre- tosidad.
senta un carácter omnipresente en numerosas 4.-La anisotropía que define la esquistosidad
rocas. Su morfología depende, por tanto, de la hace variar de forma muy significativa el com-
litología, de la intensidad de la deformación y portamiento mecánico de la roca en que se pre-
del grado de metamorfismo y su análisis per- senta, controlando en buena medida las caracte-
36 F. Bastida TRABAJOS DE GEOLOGIA II (1981)

IÍsticas de toda deformación posterior a su apa- su importancia relativa. Se trata, en definitiva,


rición. de presentar una visión global de esta esquisto-
5.-Las superficies que definen la esquistosi- sidad, describiendo y explicando su variabilidad
dad son a menudo oblicuas a la estratificación morfológica en función de los principales facto-
por lo cual, cuando el conjunto esquistosidad~ res que condicionan su desarrollo.
estratificación se pliega, el análisis de la varia-
ción de las relaciones angulares entre ambas TERMINO LOGIA y DESCRIPCION
permite obtener importantes conclusiones
acerca de los mecanismos de plegamiento. Previamente a cualquier análisis e interpreta-
En el presente trabajo se va a tratar de elabo- ción de la esquistosidad, es conveniente fijar el
rar una síntesis somera sobre el estado actual de significado de algunos de los términos que se
conocimientos acerca de la esquistosidad pri- van a utilizar con frecuencia a lo largo del pre-
maria. Los primeros apartados se dedicarán a la sente trabajo. Esta necesidad viene dada por el
descripción de los principales tipos morfológi- gran confusionismo existente en lo que se re-
cos, para los que se propone una terminología fiere a la nomenclatura de esquistosidades
sencilla; esto es hace necesario en la actualidad (véase, por ejemplo, el trabajo de Powell, 1979).
a causa de la existencia de un notable confusio- Esto se debe a que, con la atención que ha
nismo a este respecto y de la ausencia de una recibido en los últimos años el estudio de esta
base descriptiva y terminológica global de la es- estructura, se han prodigado, además de los
quistosidad que fundamente sólidamente cual- términos clásicos tales como «slaty cleavage» o
quier análisis de esta estructura. En un apartado «schistosity», otros nombres cuya aplicación
posterior se trata muy resumidamente el signifi- precisa no es fácil. Esta confusión se hace aún
cado mecánico del tipo de esquistosidad aquí mayor en lengua castellana como consecuencia
considerado, ya que este aspecto ha sido tra- de la traducción de términos anglosajones y
tado en profundidad por otros autores (Ramsay, franceses. Por estas razones, es frecuente ob-
1967; Siddans, 1972; Wood, 1974). En la última servar en la literatura geológica cómo un mismo
parte del presente trabajo, se analizan con nombre ha sido utilizado por distintos autores
cierto detalle los mecanismos que conducen al para denominar esquistosidades con caractelÍs-
desarrollo de la esquistosidad primaria, los cua- ticas muy diferentes y viceversa.
les han sido objeto de una notable atención en Para resolver este problema de nomenclatura,
los últimos años, por lo cual hemos creido con- han aparecido recientemente algunas clasifica-
veniente poner a punto una síntesis de los co- ciones de esquistosidades (Alvarez et al., 1978;
nocimientos actualmente disponibles a este res- Gray, 1978; Powell, 1979) que presentan algu-
pecto. nos inconvenientes, como son el que frecuen-
El motivo de haber limitado el presente tra- temente aparezcan numerosos términos basados
bajo al análisis de la esquistosidad primaria se en criterios que luego son difíciles de aplicar y
debe a que ésta presenta unas diferencias esen- el que se trate a veces de clasificaciones incom-
ciales en cuanto a su origen con las esquistosi- pletas y que no son aplicables a todos los tipos
dades que se desarrollan con posterioridad. Es- de esquistosidades presentes en la naturaleza.
tas son en su mayolÍa esquistosidades de crenu- En los párrafos que siguen a continuación, tra-
lación que llevan implícito en su desarrollo un taremos de precisar el significado de los térmi-
proceso de intenso microplegamiento por «buc- nos que vamos a utilizar en el presente trabajo,
kling», que no aparece sin embargo como me- los cuales incluyen los principales tipos de es-
canismo esencial en la esquistosidad primaria. quistosidad primaria. Estos tipos son los si-
Creemos, por otra parte, que esta esquistosidad guientes:
constituye una unidad de estudio en Geología Esquistosidad grosera (rough cleavage).-Es
Estructural con una metodología propia. En un término utilizado para definir una fábrica
este sentido, se trata de una estructura cuyas heterogénea a escala microscópica, en la que
características varían en función de la litología y unos elementos de la fábrica aparecen orienta-
de las condiciones físicas de la deformación, lo dos mientras que otros se encuentran sin orien-
cual da lugar a los distintos tipos; no obstante, tar, constituyendo estos últimos una parte im-
los mecanismos involucrados en todos ellos son portante de las rocas. Es caractelÍstica de cali-
esencialmente los mismos, variando únicamente zas y areniscas con bajo porcentaje en matriz y
TRABAJOS DE GEOLOGLA 11 (1981) Esquistosidad primaria 37

Fig. I.-Esquistosidad grosera desarrollada en areniscas con porcentaje variable de filosilicatos. En A se observa el desarrollo
heterogéneo que a veces presenta esta estructura. En B y e se observa un frecuente desarrollo de sombras de presión
en los granos de cuarzo. O, esquistosidad en dominios; en los microlitones se observa la existencia de micas detríticas
pobremente orientadas. F, esquistosidad grosera en cuarcitas. Muestras recogidas en la costa cantábrica entre la región
de Cabo Peñas y Tapia de Casariego (Asturias) , con un metamorfismo regional que oscila entre la anquizona (muestra
A) y la parte baja de la zona de la clorita (muestra E y F).

grado de metamorfismo muy bajo o nulo. en el sentido de que requiere una mayor inten-
Cuando el porcentaje en matriz es práctica- sidad de la deformación y del metamorfismo .
mente nulo (cuarcitas o calizas puras) esta es- Algunos ejemplos de esquistosidad grosera se
quistosidad se desarrolla con mayor dificultad, encuentran ilustrados en la Fig. 1. Esta estruc- '
38 F . Bastida TRABAJOS DE GEOLOGIA II (1981)

Fig. 2.-«Slaty cleav age» grosero desarrollado en margas CA y B) Y en areni scas con elevado contenido en matriz CC y D).
Muestras recogidas en la costa cantábrica astu riana (A , B Y C, región de Cabo Peñas; D, Tapia de Casari ego).

tura se presenta frecuentemente como una es- la esquistosidad grosera tampoco es en domi-
quistosid ad en dominios en la que se distinguen , nios (Fig. lF), ma nifestándose por una orienta-
por un lado , unas láminas de esquistosidad ción dime nsional deficiente de los granos; en las
orientadas en las que existe generalmente una muestras en las que se desarrolla, sobre todo en
mayor proporción de minerales ' fémicos y, por la cuarcitas , suele existir un cierto porcentaje
otro lado , unos microJitones, más cuarzosos o de granos nuevos si n orientar que aparecen
calcíticos, con un grado menor de orientación como consecuencia de una recristalización di-
de los constituyentes . Las lá min as de esquisto- námica.
sid ad son líneas onduladas, anastomosadas y a El término de esquistosid ad grosera se ha
veces estilolíticas en las que abundan los mine- aplicado en el presente trabajo con un carácter
rales arcillosos , óxidos de hierro , clorita, seri- algo más restringido que el propuesto por Gray
cita, etc.; su continuidad es muy variable. El (1978) , quien s ugiere que la esquistosidad gro-
espesor de los microlitones es también variable sera es el equivalente morfológico del «slaty
y frecuentemente esta esquistosidad presenta c1eavage » en las rocas psamíticas.
un desarrollo muy desigual según zonas (Fig.
1A). A veces no se trata de una esquistosidad «Slaty cleavage» grosero (rough slaty clea-
en dominios, sino que se ma nifiesta por una vage).-Es una fábrica plana y heterogénea con
orientación dimensional preferente de los mine- todos sus elementos estadísticamente orienta-
rales de la matriz , la cual está distribuida uni- dos en la que los cristales de filosilicatos son de
formemente a través de la muestra, mientras pequeño tamaño (no visibles a simple vista).
que los granos se presentan sin orientar. En las Algunos ejemplos se muestran en la Fig. 2. Aná-
rocas monominerales , cuarcitas o caliza s puras, logamente al caso de la esquistosidad grosera,
TRABAJOS DE GEOLOGI A 11 (1981) Esquistosidad primaria 39

se trata frecuentemente de una esquistosidad en orientación dimensional preferente de filosilica-


dominios , pero en la que, a diferencia de la tos de pequeño tamaño (no visibles a simple
anterior, todos los constituyentes de la roca se vista). Es característica de rocas pelíticas con
encuentran orientados. Se presenta en rocas bajo grado de metamorfismo regional (pizarras
arenosas con un mayo r porcentqje de mat riz y filitas) y con una cierta intensidad de la de-
que en el caso de la esquistosidad grosera , o formación (Fig. 3).
bien , en el caso de areniscas con bajo porcen-
taje en matriz, requiere una mayor intensidad "Schistosity ».-Fábrica plan a, homogénea o
de la deformació n y del meta molfismo. Tam- heterogénea, en la que todos s us elementos pre-
bién aparece a veces en pizarras cuando el senta n un a orientación dimensional preferente;
se presenta en rocas con cierto grado de meta-
grado de metamorfismo es muy bajo.
morfismo en las que sus granos son de tam año
"Slaty cleavage ».-Término que se refiere a grueso, de forma que los filosi! icatos o los com-
una fábrica pla na y homogénea a la escala del ponentes esenciales de la roca son visibles a
microscopio óptico y que está definida por la si mple vista (F ig. 4).

Fig. 3.-«Slaty c1eavage » desarrollado en pizarras situadas en la zona metamórfica de la clorita (costa cantáb rica, Asturias).

Fig. 4.-«Schistosity » desarrollada en esquistos situados en la parte baja.de la zona de la biotita (costa cantábrica, Lugo).
40 F. Bastida TRABAJOS DE GEOLOG I A 11 (1981 )

Fig. 5.-Esquistosid ad espaciada desarrollada en areniscas (A , B Y C) Y en cali zas margosas (D). En A y B la esqui stosidad es
en abani co convergent e. En C se observa có mo la esqui stosid ad se refracta al pasar de niveles pelíticos a un nivel
arenoso. Muestras recogid as en la costa cantábrica asturiana (A , B Y C. inmed iaciones de Cudill ero; D, región de Cabo
Peñas).

Se han citado además en algunas ocasiones - Esquistosidad continua. Esquistosid ad en la


otros tipos de esquistosid ad primaria que pre- que no se distingue a simple vista un espacia-
sentan un carácter muy restringido . En este miento apreciable entre las superficies de aniso-
sentido , algunos autores citan esquistosid ades tropía.
de crenulación primarias (Voll , J960; Autran et
al., J974) ; a nuestro juicio, este tipo de esquis- - Esquistosidad espaciada. Esquistosidad de-
tosidad es, si exi ste , excepcional y no será ana- finid a mesoscópicamente por superficies sepa-
lizado en el presente trabajo . radas entre sí por distancias apreciables a sim-
Evidentemente, estos son tipos extremos en- ple vist a (F ig. 5).
tre los que existe una amplia gama de tipos
intermedios. No obstante, creemos que es más Hemos procurado evitar términos tajes como
conveniente describir la esqui stosidad en cad a esquistosidad de flujo , esquistosid ad de frac-
caso que utilizar numerosos términos que pue- tura, esquistosidad de strain-slip , etc. , por pre-
dan conducir a confu sión . sentar connotaciones genéticas y por ser térmi-
A los términos anteriormente descritos y de- nos que han sido ya abandonados por la mayor
fmidos a la escala microscópica, añadiremos parte de los autores que se dedican al estudio de
dos términos de campo , que son : estas estructuras.
TRABAJOS DE GEOLOGIA 11 (1981) Esquistosidad primaria 41

RELACION GEOMETRICA ENTRE En todas estas disposiciones, la intersección


ESQUISTOSIDAD y PLIEGUES entre la estratificación y la esquistosidad da lu-
gar generalmente a una lineación subparalela a
Es un hecho de observación conocido desde
las charnelas de los pliegues correspondientes.
el siglo pasado (Sedgwick, 1835; Darwin, 1846;
Sorby, 1853; Rogers, 1856; Harker, 1886) que la El desarrollo de la teoría de plegamiento ha
esquistosidad guarda unas relaciones geométri- permitido constatar la estrecha relación que
cas claras con los pliegues a cuya formación se existe entre la distribución de la esquistosidad y
asocia su desarrollo. De acuerdo con estas rela- de la deformación a través de los pliegues
ciones se han distinguido los siguientes tipos de (Ramberg, 1962, 1963 ; Ramsay , 1967). Esta re-
esquistosidad: lación ha sido expectacularmente puesta de ma-
- Esquistosidad de plano axial (Fig. 6). En nifiesto mediante métodos de análisis numérico
ella las supelficies de esquistosidad son parale- (Chapple, 1968) , del elemento finito (Dieterich ,
las a la supelficie axial del pliegue. Este tipo se 1969 , 1970) y fotoelásticos (Ramberg y
presenta generalmente cuando los pliegues se Stromgard , 1971 ; Roberts y Stromgard, 1972),
desarrollan en materiales predominantemente constatándose cómo el modelo de distribución
incompetentes. de la dirección de máxima elongación sobre el
- Esquistosidad en abanico convergente. perfil del pliegue coincide con el de la distribu-
(Fig . 5A y B). Las superficies de esquistosidad ción de la traza de la esquistosidad sobre dicho
convergen hacia el núcleo del pliegue. Se pre- perfil.
senta en pliegues de clase I de Ramsay desarro- El hecho de que la deformación interna pre-
llados en materiales competentes. El grado de sente diferentes disposiciones en las capas
convergencia disminuye a medida que aumenta competentes e incompetentes hace que la es-
el aplastamiento que frecuentemente se super- quistosidad sufra una brusca desviación al pasar
pone a este tipo de pliegues. de unas a otras, fenómeno que se conoce con el
- Esquistosidad en abanico divergente. Las nombre de refracción de la esquistosidad (Fig.
supelficies de esquistosidad divergen hacia el 5C). Esta desviación es tanto más brusca
núcleo del pliegue. Se presenta en los materia- cuanto más neto es el cambio de litología y se
les incompetentes adyacentes a las capas com- verifica de tal modo que la esquistosidad forma
petentes plegadas , es decir, en la zona de de- un ángulo mayor con la estratificación en la
formación por contacto. capa competente que en la incompetente.

Fig. 6.-Esquistosidad de plano axial desalTollada en una alternancia de pizarras y sil titas (costa cantábrica, Asturias) . Puede
observarse cómo las laminaciones de sil titas aparecen con frecuencia parcialmente destruidas como consecuencia de
fenómenos de disolución por presión.
42 F. Bastida TRABAJOS DE GEOLOGIA II (1981)

ESQUISTOSIDAD y bargo, incompatible con la distribución, hoy


DEFORMACION INTERNA conocida, de la deformación finita a través de
los pliegues. Los desplazamientos que los de-
La interpretación de la esquistosidad prima- fensores de esta teoría observan a lo largo de
ria, y más concretamente del «sI aty cleavage», los planos de esquistosidad pueden explicarse
en términos de deformación ha sido objeto de como separaciones aparentes debidas a pérdi-
una larga controversia que deriva de finales del das de volumen por disolución por presión o
siglo pasado. Esta controversia ha sido recogida bien pueden ser originados con posterioridad al
históricamente y tratada en profundidad por desarrollo de la esquistosidad, al ser aprove-
Siddans (1972) y Wood (1974), por lo cual sólo chados los planos de anisotropía como superfi-
trataremos aquí esta cuestión muy brevemente, cies de debilidad.
remitiendo al lector para mayor detalle a los Algunos autores han cuestionado la exactitud
trabajos de los mencionados autores. de la afirmación de que la esquistosidad es per-
La controversia en torno a las relaciones en- pendicular a la dirección de máximo acorta-
tre esquistosidad y deformación ha surgido miento finito (Williams, 1976). En este sentido,
como consecuencia de dos interpretaciones dis- conviene destacar que tanto la definición de la
tintas. Para unos el «slaty cleavage» se origina posición de la esquistosidad como la de la di-
por un proceso de aplastamiento, de tal modo rección de máximo acortamiento se realizan
que los planos de anisotropía son perpendicula- mediante métodos estadísticos. En la actuali-
res a la dirección de máximo acortamiento; para dad, aún no se conocen bien en detalle los me-
otros, el «sI at y cleavage» representa un fenó- canismos que permitan el que se produzca la
meno de cizalla, de forma que los planos de citada relación entre esquistosidad y deforma-
esquistosidad son planos de alta deformación ción, pero debe tenerse en cuenta que cualquier
por cizalla. mecanismo que se proponga para explicar el
Hoy en día, aunque persiste la polémica en desarrollo de la esquistosidad, debe de explicar
torno a esta cuestión, la mayoría de los autores también dicha relación geométrica, ya que, se
consideran como un hecho de observación el trata, como ya hemos dicho, de un hecho ob-
que los planos de esquistosidad son perpendicu- servable.
lares a la dirección de máximo acortamiento
finito. Esta afirmación aparece como resultado
Cmlomos o 0.5-1-2_3_5% por unidad de superficie
de medidas de deformación realizadas en nume- Iog del campo de deformaCión del "slaty cleavage"

rosas localidades del mundo y para algunos au-


tores (Siddans, 1971), era un hecho suficiente-
mente constatado desde finales del siglo pa-
sado. La teoría de «buckling» permite contras-
tar también esta afirmación, ya que ha permi-
tido comprobar la existencia de una perfecta
concordancia entre la disposición de los ejes
mayores de la elipse de la deformación sobre el
perfil del pliegue (Ramsay, 1967; Chapple, 1968;
Dieterich, 1969, 1970) y la disposición de la
esquistosidad. Hay que destacar además que,
en los últimos años, este hecho ha sido verifi-
cado también en algunos modelos experimenta- 19 la 17 16 15 14 13 12 109 Z/Y

les (Tullis, 1976). Finalmente resaltaremos que, Fig. 7.-Contornos del campo de deformación correspon-
aunque las anteriores afirmaciones se han reali- diente a las rocas con «slaty cleavage» en una proyección
logarítmica de la deformación (basada en Wood, 1974).
zado principalmente para el «slaty cleavage»
son válidas también para los demás tipos de
esquistosidad primaria. Otro aspecto de interés se refiere al conoci-
La hipótesis de que la esquistosidad es un miento de los valores que presenta la deforma-
fenómeno de cizalla surgió como consecuencia ción en las rocas con esquistosidad. Esta cues-
de la falsa idea de que la esquistosidad es un tión ha sido analizada con detalle por Wood
fenómeno de fractura. Esta idea es, sin em- (1974) quien ha establecido un campo de defor-
TRABAJOS DE GEOLOGIA 11 (1981) Esquistosidad primaria 43

mación para el desarrollo del «slaty cIeavage» - Disolución por presión.


basado en más de 5.000 determinaciones de la - Rotación mecánica de minerales.
deformación interna en pizarras cambro-or- - Cristalización y recristalización de minera-
dovícicas de Europa y N orteamérica. El dia- les orientados.
grama obtenido por el citado autor se encuentra - Deformación intracristalina.
representado en la Fig. 7. En él se representa Aunque a menudo se ha destacado la impor-
lag X/y frente a log Z/Y, siendo X > y> Z.los tancia de uno de estos mecanismos respecto a
ejes del elipsoide de la deformación. Si no hay los demás, ellos no son incompatibles entre sí.
cambio de volumen, el campo situado por de- de forma que, en la actualidad, se tiende a ad-
bajo de la línea de pendiente unidad corres- mitir que, en la mayor parte de los casos, estos
ponde a elipsoides de tipo aplastamiento (Ram- mecanismos actúan conjuntamente.
say, 1967), mientras que los situados por en-
cima corresponden a elipsoides de tipo «cons- LA DISOLUCIÓN POR PRESIÓN
tricción» (Ramsay op. cit.). Como puede obser-
varse en la citada Fig. 7, todas las rocas con El estudio de los principios teóricos que ilus-
«slaty cIeavage» caen dentro del campo del tran el mecanismo de disolución por presión fue
aplastamiento. El elipsoide de deformación me- iniciado a mediados del siglo pasado (Thomp-
dio obtenido por Wood para rocas con «slaty son, 1849, 1862). Por la misma época, Sorby
cIeavage» tiene la forma 1,76/1/0,24, lo cual (1863, 1879, 1880) interpretó ya algunas estruc-
corresponde a un acortamiento perpendicular a turas en función de este mecanismo y reconoció
los planos de esquistosidad del 70 '70. Según el su importancia en la formación del «slaty clea-
mismo autor, el valor mínimo del acortamiento vage». Desde entonces los estudios realizados
requerido para que aparezca «slaty cleavage» acerca de la disolución por presión han sido
bien desarrollado es del orden del 50 '70, mien- numerosos, habiendo sufrido un incremento
tras que el máximo de acortamiento que pueden particularmente grande en los últimos años, a
presentar las rocas con dicha estructura es del partir de los trabajos de Plessman (1964, 1965) y
Durney (1972), quienes pusieron un énfasis es-
90 %. Estos datos han sido estimados para el
caso del «slaty cIeavage»; sin embargo, la es- pecial en la importancia de este proceso como
quistosidad grosera o el «slaty cIeavage» gro- mecanismo de deformación, destacando su pa-
pel en el desarrollo de esquistosidades.
sero pueden producirse para acortamientos me-
nores, por lo cual un límite inferior del orden En la actualidad son muchos los aspectos es-
tructurales que han sido interpretados como
del 30 % parece razonable para la esquistosidad
grosera. pruebas de disolución por presión. En el caso
de las esquistosidades que aquí estamos tra-
MECANISMOS DE FORMACION tando estas ev idencias suelen ser numerosas y
DE LA ESQUISTOSIDAD su naturaleza y frecuencia varían en función de
la litología y de las condiciones físicas en que se
El problema del origen y desarrollo de la es- produce la deformación.
quistosidad y sobre todo del «slaty cIeavage,>, A escala mesoscópica dos son los tipos de
ha sido ampliamente debatido desde mediados pruebas más frecuentes:
del siglo pasado (véase, por ejemplo, Siddans, A. Presencia en la esquistosidad espaciada
1972; Wood, 1974). En la actualidad son aún de láminas de esquistosidad constituidas por un
muchos los trabajos que se dedican al estudio material más oscuro que el de los microlitones.
de esta estructura, a pesar de lo cual el pro- Esta diferenciación se interpreta como el resul-
blema de su origen sigue en pie. tado de una movilización de los minerales más
Los mecanismos que intervienen en la forma- solubles (generalmente carbonatos y cuarzo)
ción de los distintos tipos de esquistosidad que desde unas zonas, donde tiene lugar su disolu-
hemos definido anteriormente deben de ser ción, a otras, donde tiene lugar su precipitación.
esencialmente los mismos, variando únicamente Las primeras se empobrecen en carbonatos o
en cada caso su importancia relativa. De cuarzo, concentrándose en ellas los minerales
acuerdo con el estado actual de la investigación menos solubles y convirtiéndose en láminas de
de este tipo de estructuras, los principales me- esquistosidad.
canismos involucrados en su formación son los B. Existencia de laminaciones aparente-
siguientes: mente desplazadas y parcialmente destruidas al
44 F. Baslida TRABAJOS DE GEOLOGIA 11 (1981)

ser atravesadas por las láminas de esquistosidad tosidad, más o menos onduladas y anastomosa-
constituidas por minerales oscuros. Este hecho das y constituidas esencialmente por filosilica-
es frecuente cuando la litología consiste en una tos y minerales opacos, las cuales estan separa-
alternancia de pizarras con laminaciones de sil- das por microlitones con un grado de definición
titas o areniscas de grano fino (Fig. 6B). En la muy variable. Estos aspectos han sido descritos
actualidad, este fenómeno se interpreta como y atribuidos a disolución por presión por nume-
debido a la pérdida de volumen que se produce rosos autores (Plessman, 1964; Durney, 1972;
al migrar el material en algunas zonas por fe- Williams, 1972; Means, 1975; .Jroshong, 1975;
nómenos de disolución por presión durante el Beutner, 1978; .Jray, 1978; Kerrich y Allison,
proceso de deformación (Fig. 8) (3roshong, 1978; White y Knipe, 1978; Beach, 1979; Bas-
1975; Alvarez el al., 1976; Hobbs el al., 1976; tida, 1980). Su significado es el mismo que el de
Kerrich, 1978; Kerrich y Allison, 1978; Bastida, las diferenciaciones minerales observadas a es-
1980). Este desplazamiento aparente se produce cala mesoscópica.
cuando la dirección del acortamiento es oblicua B. Existencia de granos, generalmente de
a la capa. cuarzo o calcita con sus bordes largos cortados
por las láminas de esquistosidad (Fig. 9A) y lo
presentando sus bordes cortos, más irregulares,
sombras de presión (F ig. 1B). Estos aspectos
antes del son de los más citados en la literatura geológica
acortamiento como pruebas de disolución por presión (Dur-
ney, 1972, 1975; Williams, 1972; ElIiot, 1973;
.Jeiser, 1974; Wood, 1974; Holeywell y Tullis,
1975; .Jroshong, 1976; McClay, 1977; .Jray,
1978; Kerrich, 1978; Kerrich y Allison, 1978;
Beach, 1979; Bastida, 1980). Estas estructuras
~ después del se explican en función del principio bien cono-
cido según el cual los granos sufren disolución
~acortamiento
en los bordes sometidos a alto esfuerzo com-
~
presivo, mientras que la precipitación se ve fa-
vorecida en los bordes sometidos a bajo es-
fuerzo compresivo. Tal como afirman Kerrich y
Fig. S.-Desplazamiento aparente que se produce a través de
Allison (1978) es muy probable que las láminas
una capa como resultado de un proceso de disolución por de esquistosidad descritas anteriormente se ini-
presión. El material representado mediante un rayado desa- cien en los límites de estas partículas rígidas,
parece como consecuencia de dicho proceso (basada en Alva- cuyo papel es el de realzar el esfuerzo en la
rez el al. 1976).
matriz adyacente. Posteriormente estas láminas
pueden crecer por propagación lateral y coales-
Conviene destacar que con posterioridad a su cencia entre ellas.
formación, las láminas de esquistosidad consti- C. Existencia de fragmentos fósiles corta-
tuyen zonas de debilidad a lo largo de las cuales dos y parcialmente destruidos por láminas de
la roca puede romper, con lo cual estas zonas esquistosidad (Fig. 9B). Este aspecto se pre-
adquieren el aspecto de fracturas. Este hecho senta a menudo en calizas deformadas y su sig-
ha sido, sin duda, una de las causas por la que nificado es el mismo que el de los granos corta-
las superficies de esquistosidad se han interpre- dos (Durney, 1972; Groshong, 1976; McClay,
tado erróneamente a veces como originadas por 1977).
cizalla. Como ya hemos dicho, la naturaleza y fre-
Entre las pruebas de disolución que se han cuencia de las pruebas de disolución por pre-
citado con mayor frecuencia a escala microscó- sión varía en función de la litología y grado de
pica están las siguientes: metamorfismo. En las rocas arenosas, la fre-
A. Existencia de una diferenciación mineral cuencia de dichas pruebas aumenta al hacerlo el
en areniscas, calizas y más raramente en piza- contenido en matriz. Este hecho está de
rras (Figs. lA, C y 2). Esta diferenciación da acuerdo con la afirmación generalmente admi-
lugar a la aparición de unas láminas de esquis- tida de que la presencia de filosilicatos en este
TRABAJOS DE GEOLOGIA 11 (1981) Esquistosidad primaria 45

Fig. 9.-Pruebas de disolución por presión en rocas afectadas por esquistosid ad. A, granos de cu arzo alargados y cortados por
filosilicatos, desarrollando bordes suavemente fe stoneados (a reniscas en las inmediaciones de la ría del Nalón, Astu-
rias). B, fragmento fósil parcialmente destruido por disolución por presión , desarrollá ndose bordes estilolíticos (caliza
de la región de Cabo Peñas, Asturias).

tipo de rocas favorece un aumento de la veloci- timamente ligadas a difusión de material como
dad de disolución por presión del cuarzo, por lo consecuencia de fenómenos de disolución por
cual las evidencias de este mecanismo se desa- presión , aunque las evidencias de este proceso
rrollan mejor en litologías «i mpuras » (Kerrich y son por el momento escasas en estas rocas.
Allison, 1978). Sin embargo, en las rocas de tipo Con relación al grado de metamorfismo , y de
pelítico las evidencias de disolución por presión acuerdo con nuestras observaciones en la zona
son menos espectaculares; no obstante , en estas Asturoccidental-leonesa (NW de España) , pa-
rocas los granos de cuarzo suelen estar fuerte- rece que las evidencias de disolución por pre-
mente alargados en la dirección de la esquisto- sión aumentan al disminuir el grado de éste,
sidad , a pesar de no presentar en muchos casos presentando un máximo en la zona anquimeta-
evidencias de deformación intracristalina impor- mórfica y en la parte alta de la zona de la
tante, lo cual sugiere que la disolución por pre- clorita.
sión ha podido ser muy grande. Hay que desta- En definitiva, puede decirse que la disolución
car que es muy posible que las rocas pelíticas por presión contribuye al desarrollo de la es-
sufran globalmente menos disolución por pre- quistosidad primaria de diversas maneras:
sión que las arenosas con cierto contenido en l. Dando lugar a la aparición de películas
matriz, ya que , si se admite la serie de minera- orientadas de minerales fémicos (principalmente
les propuesta por Trurnit (1968) según su solubi- filosilicatos y minerales opacos).
lidad por presión, el cuarzo es más soluble que 2. Dando lugar a un alargamiento orientado
los filosilicatos. No obstante , hay que tener en de los granos minerales (principalmente cuarzo
cuenta que la cristal ización y recristal ización de y calcita).
flIosilicatos, que tienen lugar en rocas pelíticas 3. Facilitando el desarrollo de la cristaliza-
para originar el «slaty cleavage » y que más ade- ción y recristalización de filosilicatos orienta-
lante trataremos, es muy posible que estén Ín- dos.
4ó F. Bastida TRABAJOS DE GEOLOGIA 1I (1981)

De esta manera, el mecanismo de disolución de las rocas metamórficas de bajo grado, los
por presión puede bastarse por sí mismo para minerales más frecuentes que cumplen esta
producir una esquistosidad grosera o un «slaty condición son los filosilicatos.
cleavage» grosero. Sin embargo, en la forma- Para conocer la intensidad de la rotación su-
ción del «slaty cleavage» aunque la disolución frida por los filosilicatos en una roca deformada
por presión juega un papel importante, se re- y su papel en el desarrollo de la esquistosidad
quiere, como se verá más adelante, la interven- se ha compaginado el análisis de diversos mode-
ción de, al menos, otro mecanismo. La disolu- los teóricos y experimentales con análisis basa-
ción por presión suele dar lugar a fábricas hete- dos en observaciones realizadas en rocas afec-
rogéneas, con una frecuente diferenciación en tadas por esquistosidad.
dominios, mientras que el «slaty cleavage» con- Los modelos teóricos más utilizados en el
siste en una fábrica prácticamente homogénea. estudio de la rotación de minerales son los si-
guientes:
A. Modelo de March (l932).-Analiza la
INFLUENCIA DE LA ROTACIÓN
MECÁNICA DE FILOSILlCATOS
orientación preferente que se produce cuando
una distribución uniforme de partículas tabula-
EN EL DESARROLLO DE LA
ESQUlSTOSIDAD
res embebidas en un medio con idénticas pro-
piedades que ellas, es sometida a una deforma-
Una de las principales controversias que sur- ción homogénea. El modelo supone, en conse-
gieron, ya en el siglo pasado, en tomo a los cuencia, una rotación pasiva de las partículas.
mecanismos que dan lugar a la esquistosidad, se B. Modelo de Jeffery (l923).-Considera la
centra en el conocimiento de si el mecanismo rotación de partículas rígidas elipsoidales uni-
dominante es el proceso mecánico de orienta- formemente distribuidas en un medio viscoso y
ción de minerales por rotación o de si, por el sometidas a una deformación homogénea.
contrario, el factor dominante es el proceso Los modelos de March y Jeffery predicen
químico de cristalización o recristalización de resultados análogos (Tullis, 1976), obteniéndose
minerales orientados. Esta polémica se man- en ambos casos una orientación preferente per-
tiene aún en la actualidad; sin embargo, estos pendicular a la dirección de máximo acorta-
dos mecanismos no son incompatibles entre sí, miento finito.
de forma que incluso los mantenedores de un C. Modelo de March modificado. Owens
punto de vista determinado en esta polémica (1973) ha ampliado el modelo de March a cual-
han admitido generalmente la participación del quier tipo de distribución inicial de partículas.
mecanismo alternativo. En las líneas que siguen Hobbs et al., (1976) lo han aplicado al caso
a continuación discutiremos el papel de la rota- particular de una fábrica de partículas planas
ción de minerales. con una orientación preferente inicial y some-
Es bien conocido que el proceso de deforma- tida a una deformación homogénea cuya direc-
ción conduce generalmente a la rotación de las ción de máximo acortamiento es paralela a los
líneas o componentes materiales del cuerpo que planos definidos originalmente por las partícu-
se deforma. La naturaleza y características de las; las distribuciones de orientaciones que se
esta rotación pueden ser variables, pudiéndose obtienen a partir de este modelo para distintos
distinguir dos tipos: valores del acortamiento final se encuentran
- Rotación activa; la que se origina como ilustradas en la Fig. 10, observándose una dis-
consecuencia del diferente comportamiento me- tribución bimodal y simétrica respecto al plano
cánico entre los granos de una especie mineral XY del elipsoide de la deformación.
determinada y el medio que los rodea. De los anteriores modelos se desprende que,
- Rotación pasiva; en ella los granos minera- si la distribución inicial de las partículas es uni-
les actúan como marcadores pasivos durante la forme, se tendrá como resultado, con una de-
deformación. formación suficientemente grande, una aniso-
Desde el punto de vista de la esquistosidad tropía capaz de definir una esquistosidad; si,
nos interesa particularmente la rotación de por el contrario, se trata de una fábrica inicial
aquellos granos que por su hábito tabular o aci- orientada, el anterior resultado no se producirá.
cular, puedan dar lugar al desarrollo de una Otra suposición importante que llevan consigo
orientación dimensional preferente. En el caso estos modelos es que no existe interacción entre
TRABAJOS DE GEOLOGIA II (1981) Esquistosidad primaria 47

60
mayores a altas temperaturas que a bajas y ma-
55 yores también que las predichas por la teoría de
50 March, por lo cual concluyen que, aunque la
45
rotación existe, es un mecanismo subordinado a
la cristalización y recristalización de filosilica-
40
tos.
35
Resulta difícil obtener conclusiones a partir
30 de los experimentos que se acaban de reseñar.
25 90% 90%
Interesa destacar la ausencia en todos ellos de
0%
una fábrica inicial orientada, lo cual es un hecho
20 0%
que, como veremos más adelante, parece muy
discutible que se cumpla en condiciones natura-
les. Por otro lado, las contradicciones que se
observan a partir de la contrastación mutua de
los trabajos analizados reflejan probablemente
10 O 10 20 30 40 50 60 70 80 90
la dificultad que existe en el laboratorio de re-
Fig. 1O.-Diagrama que muestra la distribución de frecuencias producir cristalizaciones y recristalizaciones
(F) de las orientaciones de marcadores planos pasivos ini- comparables a las que se producen en las con-
cialmente orientados, las cuales aparecen como consecuencia
de una deformación homogénea en la que la dirección de
diciones físicas naturales. En consecuencia, po-
máximo acortamiento es paralela a la fábrica inicial. El án- demos afirmar que los experimentos realizados
gulo a. es el que forman los marcadores con la dirección de para analizar el papel de la orientación mecá-
máxima elongación y los números sobre las curvas corres- nica en el desarrollo de la esquistosidad aportan
ponden a diversos valores de la máxima deformación com-
presiva (según Hobbs el al., 1976).
en la actualidad pocos datos para la resolución
del problema.
Los trabajos dedicados a investigar los meca-
las partículas del modelo. Evidentemente, la nismos que conducen al desarrollo de la esquis-
comprobación de estos aspectos requiere la uti- tosidad primaria y basados en observaciones o
lización de modelos experimentales y la realiza- medidas realizadas en rocas naturales, son los
ción de observaciones minuciosas en rocas con más abundantes. En esta línea, Tullis y Wood
esquistosidad. (1975), a partir de medidas de orientación prefe-
Los modelos experimentales que se han utili- rente y de deformación mediante el modelo de
zado para determinar la importancia de la rota- March en pizarras cámbricas de Gales, han
ción mecánica en el desarrollo de la esquistosi- concluido, aunque con ciertas reservas, que la
dad primaria han dado lugar a resultados con- rotación mecánica podría bastarse para explicar
tradictorios. Los realizados sobre rocas han la orientación de los filosilicatos en estas piza-
sido poco fructíferos hasta la fecha (Means, rras.
1977), siendo los más interesantes los que han El análisis de la orientación preferente de las
sido llevados a cabo con partículas de óxidos o micas detríticas en rocas con esquistosidad, ha
con filosilicatos; los óxidos permitieron el desa- permitido a diversos autores obtener importan-
rrollo sintectónico de filosilicatos. tes conclusiones en torno al mecanismo de ro-
Experimentando con estos materiales, Means tación. Dicho análisis se basa en la distinción de
y Paterson (1966) y Tullis (1976) han concluido dos tipos de micas: detríticas y de neoformación
que la rotación de minerales es el mecanismo (Williams, 1972; Holeywell y Tullis, 1975; Ethe-
predominante en el desarrollo de la esquistosi- ridge y Lee 1975; Williams, 1977; Bell, 1978;
dad. Means y Paterson se basan en que los Roy, 1978; Mancktelow, 1979; Bastida, 1980).
resultados que obtienen a altas y bajas tempera- Las micas detríticas (Figs. 1D Y 11) se pre-
turas son análogos; Tullis afirma que el papel de sentan en granos grandes con una orientación
la recristalización es favorecer la rotación de las deficiente, presentando a menudo extinción on-
partículas al disminuir la interacción entre ellas, dulante y en algunas ocasiones sombras de pre-
con lo cual se obtienen los modelos predichos sión; también aparecen a veces plegadas. Las
por March y J effery. Contrariamente a los auto- micas de neoformación (Fig. 11) presentan un
res anteriores, Etheridge el al. (1974) mediante tamaño mucho menor, se concentran principal-
experimentos análogos, obtienen orientaciones mente en las láminas de esquistosidad y su
48 F. Bastida TRABAJOS DE GEOLOG IA 11 (1981)

duce una nueva orientación preferente con un


grado de desarrollo variable, que sin embargo
no llega a coincidir con la de la esquistosidad , la
cual está definida por otros aspectos más pene-
trativos , tales como películas de acumulación
de fémicos o pequeños filosilic atos pelfecta-
mente orientados. La rotación se prod uce, tal
como cabe esperar, desde la estratificación ha-
cia la esquistosidad por el camino más corto.
A la vista de los a nteriores resultados , los
autores ya mencionados que han estudiado la
reorientación de micas detríticas han coneluido
que la rotación mecánica, aunque puede produ-
cir un cierto grado de anisotropía en la roca, es
un mecanismo secund ario en el desa rrollo de la
esquistosidad.
Rotación de filosilicato s y deshidratación
te ctónica .-Existen diversos autores que han
considerado a la rotación como el mecanismo
dominante en la formación de ciertas esquisto-
sidades. Para dichos autores, el mencionado
mecanismo y, en consecuencia, el desarrollo de
la esquistosidad , se vería facilitado por proce-
sos de compactación tectónica de sedimentos
no consolidados y ricos en agua (Maxwell,
1962; Moench , 1966, 1970; Powell , 1969 , 1972a
Fig. I l.-Micas detríticas y de neoformación en un a roca con y b, 1973 ; Braddock, 1970; Clark, 1970; Alter-
esquistosidad (inmediaciones de la ría del Naló n, Asturias; man, 1973; Moore, 1973 ; Ross y Barnes , 1975;
zona metamórfica de la clorita). Las micas de neoformación Davies y Cave, 1976; Lobato , 1977). Según es-
son de pequeño tamaño y definen la orientación de la esquis- tos autores, las altas presiones originadas du-
tosidad. Las detríticas son de mayo r tamaño, se orientan casi
transversal mente a la esquistosidad y han permitido el desa- rante la compactación daría n lugar a la deshi-
rrollo de sombras de presión con cristalización de cuarzo. dratación de los sedimentos, con lo cual los
filosilicatos se orienta rían mediante rotación al
orientación es más perfecta que la de las detríti- paso del agua. Entre los principales aspectos
cas. que estos autores consideran como pruebas de
Para determinar la orientación de las micas este proceso se han citado: diques elásticos
detríticas, se ha medido la de las trazas de sus arenosos o siltíticos paralelos a la esquistosi-
planos (001) en láminas delgadas cortadas per- dad , fragmentos de arenisca rodeados de pelitas
pendicularmente a la intersección entre esquis- y estructuras linguoides o de inyección en los
tosidad y estratificación (Williams , 1972; Ethe- contactos pelita-arenisca.
ridge y Lee, 1975; Bell, 1978; Roy, 1978 ; La teoría anterior ha sido cuestionada por
Mancktelow , 1979; Bastida, 1980). Los resulta- numerosos autores (Epstein y Epstein, 1969;
dos de estas medid as indican la existencia de un Williams, 1972 ; Boulter, 1974; Groshong, 1974,
cierto control de la fábrica final por parte de la 1976; Wood, 1974; Geiser, 1974; Etheridge y
estratificación , control que aumenta a medida Lee , 1975; Holeywell y Tullís , 1975; Beutner et
que lo hace el ángulo entre la estratificación y la al., 1977; Beutner, 1978). Entre las principales
esquistosidad. En consecuencia , los menciona- objeciones que se han presentado a esta hipóte-
dos autores han coincidido en admitir la exis- sis como teoría general del desarrollo de la es-
tencia de una fábrica inicial controlada por la quistosidad están las siguientes:
estratificación. Con la deformación se produce - Es muy dudoso , como se ha podido ver,
una rotación mecánica de dichos minerales , con que la rotación sea el mecanismo dominante en
lo cual la fábrica original se modifica y se pro- el desarrollo de la esquistosidad primaria y los
TRABAJOS DE GEOLOGIA \1 (1981) Esquistosidad primaria 49

partidarios de la deshidratación tectónica no mentarse a lo largo de la deformación. Desde el


aportan pruebas concluyentes de la importancia punto de vista de la esquistosidad, los minerales
de este mecanismo. más relevantes por su crecimiento orientado
- En muchos casos, aunque se presentan al- son los filosilicatos.
gunas de las pruebas invocadas por los partida- La cristalización y recristalización de filosili-
rios de la deshidratación tectónica, la edad de catos es un hecho evidente en muchas rocas
las rocas es mucho mayor que la de la deforma- con esquistosidad. Sin embargo, no se conocen
ción, la cual a su vez suele ser sincrónica con aún bien las características de este proceso, no
un proceso de metamorfismo regional. En estas sabiéndose cómo tiene lugar el desarrollo de
condiciones las rocas debían estar consolidadas filosilicatos orientados a partir de minerales ar-
mucho tiempo antes de producirse la esquisto- cillosos; esto hace que no se pueda cuantificar
sidad. este posible crecimiento orientado de una forma
- Asociadas a las pizarras, existen a veces análoga a como se cuantifica la rotación mecá-
otras rocas con esquistosidad en las que la au- nica mediante los modelos de March o de Jef-
sencia de agua ha sido total o casi total. Tal es fery. Incluso la constatación de este proceso
el caso de rocas ígneas o de rocas con metamor- no es siempre fácil de realizar. Desde el punto
fismo retrógrado (Wood, 1974). de vista teórico, dos parecen ser los factores
- En algunas regiones aparecen a veces fósi- más importantes que controlan el desarrollo de
les deformados en las rocas afectadas por «slaty una orientación dimensional preferente por cre-
c1eavage», lo cual es también una seria objeción cimiento y recristalización de filosilicatos:
a esta teoría de la deshidratación, ya que, tal
1. Influencia del sistema de esfuerzos .-Las
como admite Wood (op. cit.) es difícil concebir
ideas generales acerca de cómo influye la exis-
que estos se deformasen antes de su fosilización
tencia de un campo de esfuerzos sobre la crista-
o que estuviesen litificados antes que la roca
lización de minerales fueron expuestas por
encajante.
Kamb (1959, 1961), quien afirmó que los mine-
- Los diques c1ásticos han sido citados en
rales sometidos a un campo de esfuerzos son
diversos medios sedimentarios (Reineck y
termodinámicamente más estables en unas di-
Singh, 1973) y su paralelismo con la esquistosi-
recciones que en otras, de forma que los mine-
dad podría explicarse por la deformación poste-
rales con unas .orientaciones tenderán a disol-
rior a la litificación (Holeywell y Tullis, 1975 y
verse y los que presenten otras crecerán. Poste-
3roshong, 1976). Asimismo, las estructuras lin-
riormente, Flinn (1965) analizó el caso de las
guoides podrían ser debidas a la deformación en
micas, concluyendo que estas tienden a crecer
la interfacies entre litologías de competencias
con sus planos basales perpendiculares al má-
diferentes, la cual estaría asistida por fenóme-
ximo esfuerzo compresivo, lo cual puede dar
nos de disolución.
lugar al desarrollo de una esquistosidad.
Como resultado de estas objeciones, no pa-
rece suficientemente probada, en ningún caso, 2. Influencia de la anisotropía de la
la compactación y deshidratación tectónica roca.-Cuando crecen minerales en una roca que
como mecanismo esencial en el desarrollo de la se deforma, sus orientaciones están influidas
esquistosidad, por lo cual debe desecharse por la anisotropía previa de la roca. En este
como mecanismo general responsable de esta sentido, la forma de los poros y de los granos
estructura. preexistentes determinarán en gran medida la
orientación de los granos nuevos. Este meca-
CRISTALIZACIÓN y RECRISTALlZACIÓN
nismo no produce una nueva orientación prefe-
DE MINERALES ORIENTADOS
rente, pero puede realzar de forma considerable
la previamente establecida. Se sabe, por otra
Como ya se ha visto anteriormente, la crista- parte, que los filosilicatos crecen con más rapi-
lización y recristalización de minerales orienta- dez paralelamente a los planos (001) (Vernon,
dos se ha considerado generalmente como un 1976; Williams, 1977), por lo cual el crecimiento
mecanismo alternativo frente a la rotación me- de granos con sus planos basales oblicuos a los
cánica de filosilicatos en el desarrollo de la es- planos de la orientación preferente previa será
quistosidad. Realmente, estos dos mecanismos pronto interrumpida por los granos adyacentes,
no son excluyentes, sino que pueden comple- lo cual favorecerá el crecimiento mimético des-
50 F. Bastida TRABAJOS DE GEOLOGIA II (1981)

crito. Este tipo de crecimiento puede producirse zaclOn y recristalización de filosilicatos es un


incluso después de la deformación y ha sido mecanismo muy importante (Etheridge y Lee,
destacado por numerosos autores (Spray, 1969; 1975; Holeywell y Tullis, 1975; Bell, 1978; Roy,
Oertel, 1970; Hobbs et al., 1976; Vernon, 1976; 1978; Mancktelow, 1978; Bastida, 1980). El ar-
Means, 1977; Siddans, 1977; Williams, 1977). gumento en que se basa la anterior afirmación
Un caso particular de anisotropía aparece se refiere a las diferencias existentes entre las
cuando previamente a la cristalización se ha fabricas finales de ambos tipos de micas. La
producido una diferenciación mineral en domi- fábrica de las micas detríticas presenta una
nios debida a procesos de disolución por pre- orientación preferente controlada en parte por
sión. En este caso, y de acuerdo con Wood la estratificación, evidenciando una fábrica ini-
(1974), la cristalización de micas se verá favore- cial; la orientación final está de acuerdo con el
cida en las láminas de esquistosidad, por ser en modelo de March modificado o incluso es me-
ellas donde tiene lugar una concentración de nor que la predicha por este modelo. Por el
minerales arcillosos que aparecen como resi- contrario, las micas de neoformación presentan
duos insolubles en los citados procesos. un alto grado de orientación preferente y su
Resulta difícil contrastar el papel de estos proporción y tamaño aumenta con el grado de
factores y las predicciones teóricas esbozadas metamorfismo, de forma que al aumentar su
en las rocas con esquistosidad. No obstante, proporción aumenta también la penetratividad
existen algunos aspectos en ellas que nos permi- de la esquistosidad; su grado de orientación es
ten obtener algunas conclusiones en torno a la mayor que el predicho por el modelo de March
importancia del mecanismo de la cristalización modificado.
y recristalización de filosilicatos orientados. Los hechos anteriores permiten suponer que
Desde el punto de vista experimental, las estos pequeños filo silicatos de neoformación
aportaciones al conocimiento del presente me- crecen orientados de acuerdo con la teoría ya
canismo son escasas, tal como sucedía en el expuesta de Kamb (1959, 1961) y Flinn (1965),
caso de la rotación de filosilicatos. Los experi- definiendo en consecuencia la esquistosidad.
mentos relevantes son los ya mencionados para Cabría pensar que estos filosilicatos creciesen
el caso de la orientación mecánica. En este sen- en un principio al azar a partir de minerales
tido, ya hemos visto cómo Means y Paterson arcillosos y después se orientasen por rotación,
(1966) y Tullis (1976), a partir de sus experimen- lo cual explicaría también la diferencia de fá-
tos con óxidos y filosilicatos dedujeron un papel brica con las micas detríticas; sin embargo, esta
dominante para la orientación mecánica, mien- hipótesis está en desacuerdo con los análisis
tras que Etheridge et al. (1974) dedujeron en teóricos citados y con el hecho de que estas
experimentos análogos un papel dominante para micas presenten siempre una excelente orienta-
la cristalización orientada de filosilicatos. Los ción, independientemente de la intensidad de la
resultados son, por tanto, poco concluyentes en deformación y de su proporción en la muestra.
lo que respecta al conocimiento de la importan- De acuerdo con la teoría de Kamb (1959,
cia relativa de estos dos mecanismos. 1961), y Flinn (1965) los filosilicatos crecerán
La contrastación del papel del mecanismo de con sus planos (001) perpendiculares al máximo
cristalización de filosilicatos orientados a partir esfuerzo comprensivo. A lo largo del proceso
de observaciones realizadas en rocas, se basa, de deformación es muy probable que la direc-
al igual que en el caso de la rotación, en el ción de este esfuerzo sufra ligeros cambios, con
análisis de la orientación de estos minerales. En lo cual se producirían como respuesta cristales
estos se han distinguido frecuentemente, como con orientaciones ligeramente diferentes. En tal
ya se ha visto con anterioridad, dos generacio- caso, la existencia de pequeñas rotaciones real-
nes de micas; el estudio de las micas detríticas zará la orientación preferente producida por la
ha conducido a diversos autores a considerar cristalización dependiente del esfuerzo, de tal
que la rotación mecánica es un mecanismo se- modo que, en cada momento, la orientación de
cundario en el desarrollo de la esquistosidad los planos de anisotropía se mantendrá perpen-
primaria. Por otro lado, la comparación de la dicular a la dirección de máximo acortamiento
fábrica final de estas micas detríticas con la de finito.
las micas de neoformación ha permitido a la El aumento de tamaño de grano producido
mayoría de estos autores afirmar que la cristali- por la cristalización descrita y por la aparición
TRABAJOS DE GEOLOGIA 11 (1981) Esquislosidad primaria 51

de un crecimiento mimético cuando la propor- Clono Cuando surge de la modificación directa


ción de micas de neoformación es apreciable, de una fábrica sedimentaria la denominamos
pueden conducir al desarrollo de una «schisto- esquistosidad primaria. Dentro de ésta, existen
sity», lo cual lleva implícito la existencia de un diversos tipos que se diferencian por el tamaño,
cierto grado de metamorfismo. homogeneidad y grado de orientación de los
Puede concluirse que la cristalización de mi- componentes de la fábrica. En el presente tra-
nerales orientados es un mecanismo muy impor- bajo se han considerado los siguientes tipos:
tante en el desarrollo de la esquistosidad prima- -Esquistosidad grosera.
ria, y particularmente del «slaty cleavage» gro- -«Slaty cleavage» grosero.
sero, del «slaty cleavage» y de la «schistosity». -«Slaty cleavage».
La importancia de este mecanismo está íntima- -«Schistosity» .
mente ligada al grado de metamorfismo y tam- El desarrollo de una u otra depende de la
bién a otros mecanismos, como son la disolu- litología, de la intensidad y velocidad de la de-
ción por presión y la rotación mecánica de mi- formación y de las condiciones físicas en que
nerales; sobre este aspecto se insistirá más ade- ésta se verifica.
lante. La esquistosidad primaria es una estructura
que se asocia generalmente a un proceso de
LA DEFORMACI6N INTRACRISTALINA EN EL plegamiento, con el que se desarrolla simultá-
DESARROLLO DE LA ESQUISTOSIDAD neamente cuando se alcanza un valor mínimo
de acortamiento (del orden del 30 %). Por esta
La deformación intracristalina es un meca-
razón, existe una relación geométrica clara en-
nismo que tiene una importancia dependiente
tre pliegues y esquistosidad, de forma que los
del mineral que se considere y su papel en el
planos de anisotropía suelen ser subparalelos a
desarrollo de la esquistosidad varia por tanto en
los planos axiales, o bien convergentes o diver-
función de la litología.
gentes hacia el núcleo de los pliegues. En la
En las micas, la deformación intracristalina se
mayoría de los casos, la lineación que resulta de
lleva a cabo generalmente por deslizamiento a
la intersección entre estratificación y esquisto-
lo largo de los planos basales (Etheridge, el al.,
sidad es subparalela a las líneas de charnela.
1973; Vernon, 1976) que puede llevar consigo el
Es un hecho de observación que la geometría
plegamiento o rotación de las mismas. Del aná-
de la esquistosidad primaria guarda una relación
lisis de las microestructuras de los filosilicatos y
definida con el elipsoide final de la deforma-
de su rotación se desprende que la deformación
ción, de forma que los planos de esquistosidad
intracristalina tiene generalmente poca impor-
son planos XY de dicho elipsoide, es decir,
tancia en el desarrollo del «slaty cleavage».
perpendiculares a la dirección de máximo acor-
En el caso del cuarzo la deformación intra-
tamiento finito. Este hecho concuerda con la
cristalina presenta mayor importancia. Así, en
distribución de los ejes de la elipse de la defor-
las cuarcitas se observa en muchas ocasiones
mación que se obtiene sobre perriles de pliegues
como la orientación dimensional preferente-
a partir de la teoría de «buckling». Cualquier
mente de los granos, que da lugar a la esqui.sto-
sidad grosera, aumenta a medida que lo hace su hipótesis sobre el desarrollo de la esquistosidad
primaria debe por tanto de tener en cuenta y
deformación intracristalina, la cual a su vez
aumenta con la deformación y el grado de me- explicar este hecho. Por otro lado, y como con-
secuencia del diferente estado de deformación
tamorfismo. Se desprende, en consecuencia,
que suele existir en las diferentes capas de un
que la deformación intracristalina es un meca-
«multilayef», la esquistosidad sufre desviacio-
nismo muy importante en el desarrollo de la
nes al pasar de unas capas a otras con diferente
esquistosidad grosera en cuarcitas y también
competencia, fenómeno que se conoce con el
probablemente en el caso de otras rocas mono-
nombre de refracción de la esquistosidad.
minerales como, por ejemplo, las calizas puras.
La esquistosidad primaria es el resultado de
la acción combinada de diversos mecanismos,
SINTESIS FINAL
entre los cuales destacan los siguientes:
La esquistosidad es una anisotropía aproxi- -Disolución por presión.
madamente plana que se origina en las rocas -Cristalización y recristalización de filosilica-
como consecuencia del proceso de deforma- tos.
52 F. Bastida TRABAJOS DE GEOLOGIA JI (1981)

-Rotación mecánica de filosilicatos. rrollo de la esquistosidad primaria y su papel es


-Deformación intracristalina de minerales. el de realzar la orientación dimensional prefe-
La importancia de estos mecanismos varía de rente producida por cristalización orientada de
unos minerales a otros y es, por tanto, función filosilicatos.
de la litología, dependiendo también de las con- La deformación intracristalina tiene también
diciones físicas de la deformación. En general, una importancia secundaria en el desarrollo de
los dos primeros mecanismos son los más im- la esquistosidad primaria. Unicamente en el
portantes. caso de algunas rocas monominerales, como
La disolución por presión contribuye al desa- cuarcitas y calizas puras, este mecanismo es
rrollo de la esquistosidad dando lugar a la apari- importante en el desarrollo de la esquistosidad
ción de una diferenciación mineral, con el desa- grosera.
rrollo de láminas orientadas de minerales fémi- Los mecanismos anteriormente descritos pre-
cos y el alargamiento de granos minerales, prin- sentan una interrelación muy estrecha a lo largo
cipalmente de cuarzo o calcita. Estos aspectos del proceso de deformación. Así, por ejemplo,
son los que definen la esquistosidad grosera o el la disolución por presión implica a su vez preci-
«slaty cleavage» grosero característicos de las pitación y cristalización de minerales; la crista-
areniscas impuras o calizas impuras en las zo- lización y recristalización de filosilicatos se ve
nas con metamorfismo regional muy bajo o favorecida en las zonas de concentración de
nulo, en las que este mecanismo es esencial. En minerales arcillosos originadas en el proceso de
el «slaty cleavage» este mecanismo debe de ser disolución por presión; la deformación intracris-
también importante, pero sus efectos suelen que- talina de micas puede dar lugar a la vez a su
dar parcialmente enmascarados por los corres- rotación; la orientación de la fábrica originada
pondientes a otros mecanismos. por cristalización dependiente del esfuerzo
La cristalización y recristalización de filosili- puede realzarse continuamente mediante pe-
catos orientados ha sido reconocida como un queñas rotaciones que responden a la variación
mecanismo esencial en el desarrollo del «slaty en el tiempo de este esfuerzo, etc.
cleavage» y de la «schistosity». Su importancia Podemos concluir que la esquistosidad prima-
crece al aumentar el grado de metamorfismo. ria es una estructura que resulta, en parte, de
La orientación preferente producida por este un proceso de deformación y, en parte, de un
mecanismo se debe, según las predicciones teó- proceso de metamorfismo. Su significado me-
ricas, a que los filosilicatos tienden a crecer con cánico, aunque aún se discute, parece en la
los planos (001) perpendiculares al máximo es- actualidad bastante claro. También se conocen
fuerzo comprensivo. Por otro lado, cuando se cuáles son los factores y mecanismos más im-
desarrolla una anisotropía, el crecimiento de los portantes que intervienen en su formación.
cristales está condicionado por ella, con la cual Sin embargo, la naturaleza íntima de estos me-
se produce un crecimiento mimético que tiende canismos y su importancia relativa aún no son
a realzar la mencionada anisotropía. Este cre- suficientemente conocidos en el detalle, por lo
cimiento puede incluso proseguir en condicio- cual estos aspectos del desarrollo de la esquis-
nes estáticas, es decir, con posterioridad al pro- tosidad permanecen aún en el campo de las
ceso de deformación. hipótesis, las cuales requieren la realización en
La rotación mecánica de filosilicatos contri- el futuro de contrastaciones cuidadosas y siste-
buye generalmente de forma secundaria al desa- máticas que permitan constatar su veracidad.

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