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net/publication/235953356
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Fernando Bastida
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FERNANDO BASTIDA
TRABAJOS DE Bastida, F. (l981).-La esquistosidad primaria: una síntesis sobre sus características y
G lE O 1 O G XA desarrollo. Trabajos de Geología, Univ de Oviedo, 11,35-54.
El presente trabqjo pretende ser una síntesis del estado actual de conocimientos sobre la
esquistosidad primaria, la cual ha sido definida como aquella que se origina por la
deformación y modificación directa de una fábrica sedimentaria. El trabajo comienza por
una descripción de los principales tipos morfológicos (esquistosidad grosera, «slaty clea-
vage» grosero, «slaty cleavage» y «schistosity»), para seguir después con un somero
análisis de las relaciones entre esquistosidad primaria y deformación interna. Finalmente,
se discuten con cierto detalle los principales mecanismos que intervienen en el desarrollo
de dicha esquistosidad, destacando su importancia relativa en función de la litología y de
las condiciones físicas de la deformación; se destacan como mecanismos más importantes
la cristalización y recristalización de filosilicatos orientados y la disolución por presión.
The present paper pretends to be a synthesis of the present knowledge on primary clea-
vage. Primary cleavage has been defined as the result of deformation and modification of a
sedimentary fabrico A description of principal morphological types of cleavages and brief
analysis of the cleavage-strain relationships is presented. Finally, the mechanisms invol-
ved on the development of this cleavage are discussed with detail, stablishing its depen-
dence on lithology and environmental conditions of deformation. Crystallization and
recrystallization of phillosilicates and pressure solution are the main deformation mecha-
nisms involved.
Los procesos tectónicos que dan lugar a la mite, en consecuencia, obtener interesantes
deformación de las rocas en la corteza terrestre conclusiones acerca de los mecanismos que in-
conducen a menudo a la modificación de su tervienen en la deformación de las rocas.
microestructura, produciendo cambios en la po- 2.-A menudo se origina una esquistosidad en
sición, forma, tamaño y composición de los cada uno de los episodios de deformación im-
componentes minerales. Como consecuencia de portantes que se desarrollan en una región de-
estas modificaciones se origina con frecuencia terminada, por lo cual es una de las estructuras
una anisotropía aproximadamente plana en las más útiles en el establecimiento del número y
rocas que se conoce con el nombre de esquisto- características de estos episodios.
sidad. Cuando esta anisotropía se desarrolla di- 3.-Presenta unas relaciones genéticas y geo-
rectamente sobre una fábrica inicial sedimenta- métricas claras con los pliegues a los que se
ria diremos que se trata de una esquistosidad encuentra asociada. Este hecho permite por un
primaria. La importancia de la esquistosidad en lado determinar a qué fase o episodio de defor-
Geología Estructural es muy grande y viene mación pertenece un pliegue dado y, por otro,
constatada por los siguientes hechos: reconstruir estructuras mayores con base en la
l.-Es una estructura que, a partir de un cierto posición relativa entre estratificación y esquis-
grado de deformación y de metamorfismo, pre- tosidad.
senta un carácter omnipresente en numerosas 4.-La anisotropía que define la esquistosidad
rocas. Su morfología depende, por tanto, de la hace variar de forma muy significativa el com-
litología, de la intensidad de la deformación y portamiento mecánico de la roca en que se pre-
del grado de metamorfismo y su análisis per- senta, controlando en buena medida las caracte-
36 F. Bastida TRABAJOS DE GEOLOGIA II (1981)
Fig. I.-Esquistosidad grosera desarrollada en areniscas con porcentaje variable de filosilicatos. En A se observa el desarrollo
heterogéneo que a veces presenta esta estructura. En B y e se observa un frecuente desarrollo de sombras de presión
en los granos de cuarzo. O, esquistosidad en dominios; en los microlitones se observa la existencia de micas detríticas
pobremente orientadas. F, esquistosidad grosera en cuarcitas. Muestras recogidas en la costa cantábrica entre la región
de Cabo Peñas y Tapia de Casariego (Asturias) , con un metamorfismo regional que oscila entre la anquizona (muestra
A) y la parte baja de la zona de la clorita (muestra E y F).
grado de metamorfismo muy bajo o nulo. en el sentido de que requiere una mayor inten-
Cuando el porcentaje en matriz es práctica- sidad de la deformación y del metamorfismo .
mente nulo (cuarcitas o calizas puras) esta es- Algunos ejemplos de esquistosidad grosera se
quistosidad se desarrolla con mayor dificultad, encuentran ilustrados en la Fig. 1. Esta estruc- '
38 F . Bastida TRABAJOS DE GEOLOGIA II (1981)
Fig. 2.-«Slaty cleav age» grosero desarrollado en margas CA y B) Y en areni scas con elevado contenido en matriz CC y D).
Muestras recogidas en la costa cantábrica astu riana (A , B Y C, región de Cabo Peñas; D, Tapia de Casari ego).
tura se presenta frecuentemente como una es- la esquistosidad grosera tampoco es en domi-
quistosid ad en dominios en la que se distinguen , nios (Fig. lF), ma nifestándose por una orienta-
por un lado , unas láminas de esquistosidad ción dime nsional deficiente de los granos; en las
orientadas en las que existe generalmente una muestras en las que se desarrolla, sobre todo en
mayor proporción de minerales ' fémicos y, por la cuarcitas , suele existir un cierto porcentaje
otro lado , unos microJitones, más cuarzosos o de granos nuevos si n orientar que aparecen
calcíticos, con un grado menor de orientación como consecuencia de una recristalización di-
de los constituyentes . Las lá min as de esquisto- námica.
sid ad son líneas onduladas, anastomosadas y a El término de esquistosid ad grosera se ha
veces estilolíticas en las que abundan los mine- aplicado en el presente trabajo con un carácter
rales arcillosos , óxidos de hierro , clorita, seri- algo más restringido que el propuesto por Gray
cita, etc.; su continuidad es muy variable. El (1978) , quien s ugiere que la esquistosidad gro-
espesor de los microlitones es también variable sera es el equivalente morfológico del «slaty
y frecuentemente esta esquistosidad presenta c1eavage » en las rocas psamíticas.
un desarrollo muy desigual según zonas (Fig.
1A). A veces no se trata de una esquistosidad «Slaty cleavage» grosero (rough slaty clea-
en dominios, sino que se ma nifiesta por una vage).-Es una fábrica plana y heterogénea con
orientación dimensional preferente de los mine- todos sus elementos estadísticamente orienta-
rales de la matriz , la cual está distribuida uni- dos en la que los cristales de filosilicatos son de
formemente a través de la muestra, mientras pequeño tamaño (no visibles a simple vista).
que los granos se presentan sin orientar. En las Algunos ejemplos se muestran en la Fig. 2. Aná-
rocas monominerales , cuarcitas o caliza s puras, logamente al caso de la esquistosidad grosera,
TRABAJOS DE GEOLOGI A 11 (1981) Esquistosidad primaria 39
Fig. 3.-«Slaty c1eavage » desarrollado en pizarras situadas en la zona metamórfica de la clorita (costa cantáb rica, Asturias).
Fig. 4.-«Schistosity » desarrollada en esquistos situados en la parte baja.de la zona de la biotita (costa cantábrica, Lugo).
40 F. Bastida TRABAJOS DE GEOLOG I A 11 (1981 )
Fig. 5.-Esquistosid ad espaciada desarrollada en areniscas (A , B Y C) Y en cali zas margosas (D). En A y B la esqui stosidad es
en abani co convergent e. En C se observa có mo la esqui stosid ad se refracta al pasar de niveles pelíticos a un nivel
arenoso. Muestras recogid as en la costa cantábrica asturiana (A , B Y C. inmed iaciones de Cudill ero; D, región de Cabo
Peñas).
Fig. 6.-Esquistosidad de plano axial desalTollada en una alternancia de pizarras y sil titas (costa cantábrica, Asturias) . Puede
observarse cómo las laminaciones de sil titas aparecen con frecuencia parcialmente destruidas como consecuencia de
fenómenos de disolución por presión.
42 F. Bastida TRABAJOS DE GEOLOGIA II (1981)
les (Tullis, 1976). Finalmente resaltaremos que, Fig. 7.-Contornos del campo de deformación correspon-
aunque las anteriores afirmaciones se han reali- diente a las rocas con «slaty cleavage» en una proyección
logarítmica de la deformación (basada en Wood, 1974).
zado principalmente para el «slaty cleavage»
son válidas también para los demás tipos de
esquistosidad primaria. Otro aspecto de interés se refiere al conoci-
La hipótesis de que la esquistosidad es un miento de los valores que presenta la deforma-
fenómeno de cizalla surgió como consecuencia ción en las rocas con esquistosidad. Esta cues-
de la falsa idea de que la esquistosidad es un tión ha sido analizada con detalle por Wood
fenómeno de fractura. Esta idea es, sin em- (1974) quien ha establecido un campo de defor-
TRABAJOS DE GEOLOGIA 11 (1981) Esquistosidad primaria 43
ser atravesadas por las láminas de esquistosidad tosidad, más o menos onduladas y anastomosa-
constituidas por minerales oscuros. Este hecho das y constituidas esencialmente por filosilica-
es frecuente cuando la litología consiste en una tos y minerales opacos, las cuales estan separa-
alternancia de pizarras con laminaciones de sil- das por microlitones con un grado de definición
titas o areniscas de grano fino (Fig. 6B). En la muy variable. Estos aspectos han sido descritos
actualidad, este fenómeno se interpreta como y atribuidos a disolución por presión por nume-
debido a la pérdida de volumen que se produce rosos autores (Plessman, 1964; Durney, 1972;
al migrar el material en algunas zonas por fe- Williams, 1972; Means, 1975; .Jroshong, 1975;
nómenos de disolución por presión durante el Beutner, 1978; .Jray, 1978; Kerrich y Allison,
proceso de deformación (Fig. 8) (3roshong, 1978; White y Knipe, 1978; Beach, 1979; Bas-
1975; Alvarez el al., 1976; Hobbs el al., 1976; tida, 1980). Su significado es el mismo que el de
Kerrich, 1978; Kerrich y Allison, 1978; Bastida, las diferenciaciones minerales observadas a es-
1980). Este desplazamiento aparente se produce cala mesoscópica.
cuando la dirección del acortamiento es oblicua B. Existencia de granos, generalmente de
a la capa. cuarzo o calcita con sus bordes largos cortados
por las láminas de esquistosidad (Fig. 9A) y lo
presentando sus bordes cortos, más irregulares,
sombras de presión (F ig. 1B). Estos aspectos
antes del son de los más citados en la literatura geológica
acortamiento como pruebas de disolución por presión (Dur-
ney, 1972, 1975; Williams, 1972; ElIiot, 1973;
.Jeiser, 1974; Wood, 1974; Holeywell y Tullis,
1975; .Jroshong, 1976; McClay, 1977; .Jray,
1978; Kerrich, 1978; Kerrich y Allison, 1978;
Beach, 1979; Bastida, 1980). Estas estructuras
~ después del se explican en función del principio bien cono-
cido según el cual los granos sufren disolución
~acortamiento
en los bordes sometidos a alto esfuerzo com-
~
presivo, mientras que la precipitación se ve fa-
vorecida en los bordes sometidos a bajo es-
fuerzo compresivo. Tal como afirman Kerrich y
Fig. S.-Desplazamiento aparente que se produce a través de
Allison (1978) es muy probable que las láminas
una capa como resultado de un proceso de disolución por de esquistosidad descritas anteriormente se ini-
presión. El material representado mediante un rayado desa- cien en los límites de estas partículas rígidas,
parece como consecuencia de dicho proceso (basada en Alva- cuyo papel es el de realzar el esfuerzo en la
rez el al. 1976).
matriz adyacente. Posteriormente estas láminas
pueden crecer por propagación lateral y coales-
Conviene destacar que con posterioridad a su cencia entre ellas.
formación, las láminas de esquistosidad consti- C. Existencia de fragmentos fósiles corta-
tuyen zonas de debilidad a lo largo de las cuales dos y parcialmente destruidos por láminas de
la roca puede romper, con lo cual estas zonas esquistosidad (Fig. 9B). Este aspecto se pre-
adquieren el aspecto de fracturas. Este hecho senta a menudo en calizas deformadas y su sig-
ha sido, sin duda, una de las causas por la que nificado es el mismo que el de los granos corta-
las superficies de esquistosidad se han interpre- dos (Durney, 1972; Groshong, 1976; McClay,
tado erróneamente a veces como originadas por 1977).
cizalla. Como ya hemos dicho, la naturaleza y fre-
Entre las pruebas de disolución que se han cuencia de las pruebas de disolución por pre-
citado con mayor frecuencia a escala microscó- sión varía en función de la litología y grado de
pica están las siguientes: metamorfismo. En las rocas arenosas, la fre-
A. Existencia de una diferenciación mineral cuencia de dichas pruebas aumenta al hacerlo el
en areniscas, calizas y más raramente en piza- contenido en matriz. Este hecho está de
rras (Figs. lA, C y 2). Esta diferenciación da acuerdo con la afirmación generalmente admi-
lugar a la aparición de unas láminas de esquis- tida de que la presencia de filosilicatos en este
TRABAJOS DE GEOLOGIA 11 (1981) Esquistosidad primaria 45
Fig. 9.-Pruebas de disolución por presión en rocas afectadas por esquistosid ad. A, granos de cu arzo alargados y cortados por
filosilicatos, desarrollando bordes suavemente fe stoneados (a reniscas en las inmediaciones de la ría del Nalón, Astu-
rias). B, fragmento fósil parcialmente destruido por disolución por presión , desarrollá ndose bordes estilolíticos (caliza
de la región de Cabo Peñas, Asturias).
tipo de rocas favorece un aumento de la veloci- timamente ligadas a difusión de material como
dad de disolución por presión del cuarzo, por lo consecuencia de fenómenos de disolución por
cual las evidencias de este mecanismo se desa- presión , aunque las evidencias de este proceso
rrollan mejor en litologías «i mpuras » (Kerrich y son por el momento escasas en estas rocas.
Allison, 1978). Sin embargo, en las rocas de tipo Con relación al grado de metamorfismo , y de
pelítico las evidencias de disolución por presión acuerdo con nuestras observaciones en la zona
son menos espectaculares; no obstante , en estas Asturoccidental-leonesa (NW de España) , pa-
rocas los granos de cuarzo suelen estar fuerte- rece que las evidencias de disolución por pre-
mente alargados en la dirección de la esquisto- sión aumentan al disminuir el grado de éste,
sidad , a pesar de no presentar en muchos casos presentando un máximo en la zona anquimeta-
evidencias de deformación intracristalina impor- mórfica y en la parte alta de la zona de la
tante, lo cual sugiere que la disolución por pre- clorita.
sión ha podido ser muy grande. Hay que desta- En definitiva, puede decirse que la disolución
car que es muy posible que las rocas pelíticas por presión contribuye al desarrollo de la es-
sufran globalmente menos disolución por pre- quistosidad primaria de diversas maneras:
sión que las arenosas con cierto contenido en l. Dando lugar a la aparición de películas
matriz, ya que , si se admite la serie de minera- orientadas de minerales fémicos (principalmente
les propuesta por Trurnit (1968) según su solubi- filosilicatos y minerales opacos).
lidad por presión, el cuarzo es más soluble que 2. Dando lugar a un alargamiento orientado
los filosilicatos. No obstante , hay que tener en de los granos minerales (principalmente cuarzo
cuenta que la cristal ización y recristal ización de y calcita).
flIosilicatos, que tienen lugar en rocas pelíticas 3. Facilitando el desarrollo de la cristaliza-
para originar el «slaty cleavage » y que más ade- ción y recristalización de filosilicatos orienta-
lante trataremos, es muy posible que estén Ín- dos.
4ó F. Bastida TRABAJOS DE GEOLOGIA 1I (1981)
De esta manera, el mecanismo de disolución de las rocas metamórficas de bajo grado, los
por presión puede bastarse por sí mismo para minerales más frecuentes que cumplen esta
producir una esquistosidad grosera o un «slaty condición son los filosilicatos.
cleavage» grosero. Sin embargo, en la forma- Para conocer la intensidad de la rotación su-
ción del «slaty cleavage» aunque la disolución frida por los filosilicatos en una roca deformada
por presión juega un papel importante, se re- y su papel en el desarrollo de la esquistosidad
quiere, como se verá más adelante, la interven- se ha compaginado el análisis de diversos mode-
ción de, al menos, otro mecanismo. La disolu- los teóricos y experimentales con análisis basa-
ción por presión suele dar lugar a fábricas hete- dos en observaciones realizadas en rocas afec-
rogéneas, con una frecuente diferenciación en tadas por esquistosidad.
dominios, mientras que el «slaty cleavage» con- Los modelos teóricos más utilizados en el
siste en una fábrica prácticamente homogénea. estudio de la rotación de minerales son los si-
guientes:
A. Modelo de March (l932).-Analiza la
INFLUENCIA DE LA ROTACIÓN
MECÁNICA DE FILOSILlCATOS
orientación preferente que se produce cuando
una distribución uniforme de partículas tabula-
EN EL DESARROLLO DE LA
ESQUlSTOSIDAD
res embebidas en un medio con idénticas pro-
piedades que ellas, es sometida a una deforma-
Una de las principales controversias que sur- ción homogénea. El modelo supone, en conse-
gieron, ya en el siglo pasado, en tomo a los cuencia, una rotación pasiva de las partículas.
mecanismos que dan lugar a la esquistosidad, se B. Modelo de Jeffery (l923).-Considera la
centra en el conocimiento de si el mecanismo rotación de partículas rígidas elipsoidales uni-
dominante es el proceso mecánico de orienta- formemente distribuidas en un medio viscoso y
ción de minerales por rotación o de si, por el sometidas a una deformación homogénea.
contrario, el factor dominante es el proceso Los modelos de March y Jeffery predicen
químico de cristalización o recristalización de resultados análogos (Tullis, 1976), obteniéndose
minerales orientados. Esta polémica se man- en ambos casos una orientación preferente per-
tiene aún en la actualidad; sin embargo, estos pendicular a la dirección de máximo acorta-
dos mecanismos no son incompatibles entre sí, miento finito.
de forma que incluso los mantenedores de un C. Modelo de March modificado. Owens
punto de vista determinado en esta polémica (1973) ha ampliado el modelo de March a cual-
han admitido generalmente la participación del quier tipo de distribución inicial de partículas.
mecanismo alternativo. En las líneas que siguen Hobbs et al., (1976) lo han aplicado al caso
a continuación discutiremos el papel de la rota- particular de una fábrica de partículas planas
ción de minerales. con una orientación preferente inicial y some-
Es bien conocido que el proceso de deforma- tida a una deformación homogénea cuya direc-
ción conduce generalmente a la rotación de las ción de máximo acortamiento es paralela a los
líneas o componentes materiales del cuerpo que planos definidos originalmente por las partícu-
se deforma. La naturaleza y características de las; las distribuciones de orientaciones que se
esta rotación pueden ser variables, pudiéndose obtienen a partir de este modelo para distintos
distinguir dos tipos: valores del acortamiento final se encuentran
- Rotación activa; la que se origina como ilustradas en la Fig. 10, observándose una dis-
consecuencia del diferente comportamiento me- tribución bimodal y simétrica respecto al plano
cánico entre los granos de una especie mineral XY del elipsoide de la deformación.
determinada y el medio que los rodea. De los anteriores modelos se desprende que,
- Rotación pasiva; en ella los granos minera- si la distribución inicial de las partículas es uni-
les actúan como marcadores pasivos durante la forme, se tendrá como resultado, con una de-
deformación. formación suficientemente grande, una aniso-
Desde el punto de vista de la esquistosidad tropía capaz de definir una esquistosidad; si,
nos interesa particularmente la rotación de por el contrario, se trata de una fábrica inicial
aquellos granos que por su hábito tabular o aci- orientada, el anterior resultado no se producirá.
cular, puedan dar lugar al desarrollo de una Otra suposición importante que llevan consigo
orientación dimensional preferente. En el caso estos modelos es que no existe interacción entre
TRABAJOS DE GEOLOGIA II (1981) Esquistosidad primaria 47
60
mayores a altas temperaturas que a bajas y ma-
55 yores también que las predichas por la teoría de
50 March, por lo cual concluyen que, aunque la
45
rotación existe, es un mecanismo subordinado a
la cristalización y recristalización de filosilica-
40
tos.
35
Resulta difícil obtener conclusiones a partir
30 de los experimentos que se acaban de reseñar.
25 90% 90%
Interesa destacar la ausencia en todos ellos de
0%
una fábrica inicial orientada, lo cual es un hecho
20 0%
que, como veremos más adelante, parece muy
discutible que se cumpla en condiciones natura-
les. Por otro lado, las contradicciones que se
observan a partir de la contrastación mutua de
los trabajos analizados reflejan probablemente
10 O 10 20 30 40 50 60 70 80 90
la dificultad que existe en el laboratorio de re-
Fig. 1O.-Diagrama que muestra la distribución de frecuencias producir cristalizaciones y recristalizaciones
(F) de las orientaciones de marcadores planos pasivos ini- comparables a las que se producen en las con-
cialmente orientados, las cuales aparecen como consecuencia
de una deformación homogénea en la que la dirección de
diciones físicas naturales. En consecuencia, po-
máximo acortamiento es paralela a la fábrica inicial. El án- demos afirmar que los experimentos realizados
gulo a. es el que forman los marcadores con la dirección de para analizar el papel de la orientación mecá-
máxima elongación y los números sobre las curvas corres- nica en el desarrollo de la esquistosidad aportan
ponden a diversos valores de la máxima deformación com-
presiva (según Hobbs el al., 1976).
en la actualidad pocos datos para la resolución
del problema.
Los trabajos dedicados a investigar los meca-
las partículas del modelo. Evidentemente, la nismos que conducen al desarrollo de la esquis-
comprobación de estos aspectos requiere la uti- tosidad primaria y basados en observaciones o
lización de modelos experimentales y la realiza- medidas realizadas en rocas naturales, son los
ción de observaciones minuciosas en rocas con más abundantes. En esta línea, Tullis y Wood
esquistosidad. (1975), a partir de medidas de orientación prefe-
Los modelos experimentales que se han utili- rente y de deformación mediante el modelo de
zado para determinar la importancia de la rota- March en pizarras cámbricas de Gales, han
ción mecánica en el desarrollo de la esquistosi- concluido, aunque con ciertas reservas, que la
dad primaria han dado lugar a resultados con- rotación mecánica podría bastarse para explicar
tradictorios. Los realizados sobre rocas han la orientación de los filosilicatos en estas piza-
sido poco fructíferos hasta la fecha (Means, rras.
1977), siendo los más interesantes los que han El análisis de la orientación preferente de las
sido llevados a cabo con partículas de óxidos o micas detríticas en rocas con esquistosidad, ha
con filosilicatos; los óxidos permitieron el desa- permitido a diversos autores obtener importan-
rrollo sintectónico de filosilicatos. tes conclusiones en torno al mecanismo de ro-
Experimentando con estos materiales, Means tación. Dicho análisis se basa en la distinción de
y Paterson (1966) y Tullis (1976) han concluido dos tipos de micas: detríticas y de neoformación
que la rotación de minerales es el mecanismo (Williams, 1972; Holeywell y Tullis, 1975; Ethe-
predominante en el desarrollo de la esquistosi- ridge y Lee 1975; Williams, 1977; Bell, 1978;
dad. Means y Paterson se basan en que los Roy, 1978; Mancktelow, 1979; Bastida, 1980).
resultados que obtienen a altas y bajas tempera- Las micas detríticas (Figs. 1D Y 11) se pre-
turas son análogos; Tullis afirma que el papel de sentan en granos grandes con una orientación
la recristalización es favorecer la rotación de las deficiente, presentando a menudo extinción on-
partículas al disminuir la interacción entre ellas, dulante y en algunas ocasiones sombras de pre-
con lo cual se obtienen los modelos predichos sión; también aparecen a veces plegadas. Las
por March y J effery. Contrariamente a los auto- micas de neoformación (Fig. 11) presentan un
res anteriores, Etheridge el al. (1974) mediante tamaño mucho menor, se concentran principal-
experimentos análogos, obtienen orientaciones mente en las láminas de esquistosidad y su
48 F. Bastida TRABAJOS DE GEOLOG IA 11 (1981)
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