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FACULTA DE DERECHO Y CIENCIAS

POLITICAS

DOCENTE: JESUS DELGADO Y MANZANO

ALUMNO: FLORES DÁMAZO FAVIO

CURSO: ACTO JURIDICO

CICLO: III
Dedicatoria:
EN PRIMER LUGAR, A DIOS POR HABERME
PERMITIDO LLEGAR HASTA ESTE PUNTO Y
HABERME DADO SALUD, SER EL
MANANTIAL DE VIDA Y DARME LO
NECESARIO PARA SEGUIR ADELANTE DÍA A
DÍA PARA LOGRAR MIS OBJETIVOS,
ADEMÁS DE SU INFINITA BONDAD Y AMOR.
Contenido
INTRODUCCIÓN: ......................................................................................... 4
MODALIDADES DEL ACTO JURÍDICO ........................................................... 5
LA CONDICIÓN: ....................................................................................... 6
Clases de condiciones ............................................................................ 7
Condición Legal (“Condicio Iuris”) Y Condición Voluntaria
(“Condicio Facti”) ............................................................................. 7
Condición Suspensiva Y Condición Resolutoria: .................................... 8
Condiciones Propias y Condiciones Impropias .................................. 9
Condiciones Potestativas, Causales y Mixtas .................................... 9
Condición Positiva y Condición Negativa ......................................... 11
Condiciones Simples y Condiciones Complejas................................ 11
Condición Perpleja ........................................................................... 11
Condiciones Expresas y Tacitas ............................................................ 11
Eficacia de la condición: ................................................................ 12
PLAZO: ............................................................................................... 14
Beneficio del plazo: ..................................................................... 18
La Caducidad del plazo: ............................................................. 20
EL CARGO......................................................................................... 22
Cumplimiento del cargo: ............................................................ 23
BIBLIOGRAFIA: ...................................................................................... 26
INTRODUCCIÓN:
El acto jurídico se asienta sobre la base de tres pilares fundamentales
que van a influir directamente en su existencia jurídica, en un acto en
particular, e incluso, sobre los efectos del mismo. ¡Éstos son los
denominados elementos de! acto jurídico, pudiendo ser en
consideración a aquél: esenciales, naturales y accidentales,
respectivamente.
Los elementos esenciales, son aquellos que no pueden faltar en el acto
jurídico, importan a su existencia jurídica y eficacia; no pudiendo las
partes, por su sola voluntad, prescindir de ellos.
Estos elementos, si bien interesan al acto jurídico en general, lo son
también para cada acto en particular; requiriendo de ellos para
alcanzar independencia respecto a los demás actos jurídicos, con la
finalidad de adquirir, en suma, individualidad y denominación
concretas (compraventa, mutuo, permuta, etc.). Éstos son los
comprendidos en el artículo 140 del Código Civil, cuya inobservancia
producirá inevitablemente su nulidad.
Existen otros elementos que, si bien no actúan dentro de la esfera del
acto jurídico en general, lo hacen en el de uno en particular; es decir,
son inherentes a ellos. Estos elementos denominados naturales; no
obstante ser considerados por la ley como propios del acto en concreto,
a diferencia de los esenciales, pueden ser obviados por voluntad de las
partes celebrantes, sin que esto importe en lo absoluto afectar su
validez, como sucede con las obligaciones de saneamiento, en los
supuestos de transferencia de propiedad, posesión o uso de un bien
(1489 y 1484, respectivamente).
Conjuntamente con aquellos que determinan la existencia y
configuración jurídica del acto, existen otros que le son ajenos, por
cuanto ni son requisitos exigidos para su validez ni mucho menos
corresponden a su naturaleza, pero que una vez incorporados a ellos
por expresa decisión de sus partes, los efectos derivados de los mismos
estarán subordinados a su realización. Son los denominados elementos
accidentales; que el Código Civil regula expresamente en el Título V
del Libro II como Modalidades del Acto Jurídico, y dentro de los cuales
se encuentran la condición, plazo y cargo.
MODALIDADES DEL ACTO JURÍDICO
Las modalidades del acto jurídico son ciertos elementos accidentales
que modifican los efectos normales del acto, ya tornando incierta la
existencia de dichos efectos (condición), ya limitando en el tiempo esos
efectos (plazo), ya limitando la ventaja económica del beneficiario de
un acto de liberalidad (cargo).
Se les denomina accidental porque pueden existir o no; su existencia
depende de que las partes, sin estar obligadas, las hayan añadido al
acto jurídico, estos elementos vienen a ser los que el código civil
denomina modalidades, considerando como tales a la condición plazo
y cargo, también llamado modo.
Tan bien se les conoce como elementos accesorios. La condición y el
plazo son accidentales o accesorios, en cuanto son extraños a la
estructura del acto, pero una vez que las partes, los añaden al acto
que celebran, dejan de ser extraños, para devenir en elementos que
tienen una importancia análoga a la de los elementos esenciales,
puesto que de ellos se hace depender la eficacia del acto; por otro lado
no sucede lo mismo con el modo o cargo, que una vez incorporado en
el acto no pierde su naturaleza de accesorio; no es requisito de eficacia
del acto.
Ejemplos: A trasfiere gratuitamente a B la propiedad de un bien; este
es un contrato de donación pura. A se obliga a donar a B si es que este
opta su título profesional el próximo mes de diciembre; este es un
contrato de donación bajo condición. A dona a B cincuenta cabezas de
ganado, obligándose a entregar diez cabezas de ganado por mes; este
es un contrato de donación sujeto a plazo. A dona B una casa, con la
obligación del donatario B de pagar una pensión mensual a C por un
año; esta es una donación de cargo.
Las modalidades no se pueden añadir a todo tipo de acto jurídico, pues
hay actos que, por razones de intereses superiores, de estabilidad,
seguridad, o morales, son esencialmente puros, y de eficacia inmediata
y definitiva; ejemplo, el matrimonio, la adopción, el reconocimiento de
un hijo, etc.
LA CONDICIÓN:
La condición como vocablo jurídico deriva del latín condiction, que es indicativo
de cualidad, índole, situación y hasta de cláusula de un contrato.
Debido a la gran diversidad de acepciones que se tienen sobre la condición, es
necesario precisar el concepto de la condición como modalidad del acto jurídico,
o simplemente como condición-modalidad; esto es delimitar su concepto para
darle un sentido estricto, como modalidad del acto jurídico, a fin de que se
entienda como lo señala Fernando Vidal Ramírez citando a Coviell:
“Como la cláusula por la cual las partes del negocio jurídico hacen depender su
eficacia o resolución de una acontecimiento futuro e incierto. De este modo la
condición viene a ser el mismo hecho, acontecimiento o suceso futuro e incierto
del que se hace depender la eficacia del acto jurídico para que empiece a
desplegarse o para que cese”1.
Por su parte Aníbal Torres Vásquez manifiesta de la condición que:
“Es el evento futuro e incierto (natural o humano), establecido arbitrariamente
por la voluntad del agente (conditio facti), de cuya verificación se hace depender
el surgimiento (condición suspensiva) o la cesación (condición resolutoria) de la
eficacia de un acto jurídico, o de una o alguna de sus cláusulas o
estipulaciones”2.
1. Requisitos o caracteres de la condición:

a) La incertidumbre: Es requisito de la condición que el hecho del cual se


hace depender la eficacia del acto sea incierto, de realización insegura; el
hecho ha de ser incierto, eventual, en el sentido de que puede o no
realizarse.

La incertidumbre puede ser objetiva o subjetiva. En su acepción objetiva,


no depende col conocimiento o desconocimiento del agente, sino de la
misma naturaleza del evento puesto como condición; el evento es de
realización insegura para todos. En su noción subjetiva el cumplimiento
de la condición es inseguro solamente para los otorgantes del acto; se
admite que los hechos pasados cuya existencia ignoren las partes pueden
ser condición.
b) La futuridad: Esta es una característica de la condición que está en
estrecha vinculación con la incertidumbre. El hecho puesto como
condición para que sea incierto debe ser futuro.

El hecho presente o pasado pude ser desconocido, pero no es incierto.


Aunque las partes ignoren que el hecho ya ocurrió (incertidumbre
subjetiva), el acto produce sus efectos desde su celebración. Hay
incertidumbre objetiva de la condición solamente cuando se trate de un
evento futuro
Hay que concluir que la condición consiste en un evento que al momento
que se celebra el acto todavía no ha sucedido o en la verificación futura
de un hecho de un hecho pasado que se ignora o no se tiene certidumbre
que haya sucedido.

c) Es establecida arbitrariamente: La condición como modalidad del acto


jurídico tiene su origen en la autonomía de la voluntad y, por eso, el hecho
de que la condición consiste debe ser necesariamente pactado por las
partes, sin más limitaciones que aquellas a las que está sometida la
autonomía de voluntad

Clases de condiciones
Condición Legal (“Condicio Iuris”) Y Condición Voluntaria (“Condicio Facti”)
La condición legal o condicio iuris, esta preestablecida por el ordenamiento
jurídico, independientemente de la voluntad de las partes, como dato necesario
para la eficacia del acto, ya sea por juzgarla necesaria por la naturaleza de las
cosas, o por presumirla en la intención de las partes.
Aquí se habla de condición en sentido impropio, pues no tiene la calidad de
modalidad del acto jurídico en sentido técnico jurídico, porque no es establecida
arbitraria mente por el sujeto, sino que es impuesta por la ley.
La condición voluntaria, denominada también condicio facti o condición propia,
es la expresión de la autonomía de las partes que la establecen arbitrariamente.
Esta es la condición propia en sentido técnico jurídico. Son los sujetos (agentes
o partes) y no es la ley, los que supeditan los efectos del acto al cumplimiento
de un evento incierto y futuro.
“Tanto la condición legal como la voluntaria son requisitos de eficacia del acto
ambas dan lugar a la pendencia de los efectos del acto. Pero la condicio iuris
proviene de la ley, es un elemento extrínseco (ab extra), lógico, objetivo del acto;
y la condicio facti es establecida por la voluntad del sujeto, está contenida en la
declaración de voluntad, por eso es un elemento intrínseco (ab intus), voluntario,
accidental. La condición legal puede consistir en un evento cierto o incierta, y la
voluntaria consiste en un evento necesariamente incierto. La legal es expresa y
la voluntaria puede ser expresa o tácita.
Las condiciones desde una perspectiva lata pueden ser legales o voluntarias,
pero desde una perspectiva estricta, son solo las voluntarias, por eso en adelante
nos ocuparemos de esta última.
Condición Suspensiva Y Condición Resolutoria:
La condición suspensiva o inicial es aquella de la cual depende la eficacia del
acto; en otras palabras, los efectos del acto quedan supeditados a la realización
del hecho previsto como condición. Ejemplo, te dono mi automóvil si te recibes
de abogado.
La condición resolutoria es cuando el acto produce los efectos que normalmente
le son propios, pero cesa de producirlos si se verifica la condición. Ejemplo, te
concedo el uso de mi departamento mientras no tenga otro hijo.
Aníbal Torres Vásquez citando a Pastori señala que:
“El Derecho Romano Clásico reconoció sin reservas la condición suspensiva
que tiene el efecto de diferir la entrada en vigor del reglamento negocial hasta
cuando la condición se verifique. No se reconoció la condición resolutoria cuya
verificación determina el fin de la regulación de intereses”3.
Entonces ¿Cómo surge la condición resolutoria?
Para alcanzar los fines prácticos de la condición resolutoria admitida por la
dogmática moderna, se recurrió al pacto de resolución, como en el caso de la
lex commisoria, por ejemplo, se pacta que la compraventa deviene ineficaz si el
comprador no paga el precio en el plazo establecido. Juliano considero que este
negocio es puro, pero junto a el se estipula un pacto de resolución con condición
suspensiva contraria, así, al verificarse el evento puesto como condición devenía
en operante el pacto de resolución y cesaban los efectos del negocio (D.18, 2,
1). Pero en la hipótesis de la lex commisoria, el pacto de resolución opera
solamente si el vendedor declara valerse de él, en cambio, la condición
resolutoria opera ipso iure. Otra figura con la cual se lograba los efectos de la
condición resolutoria, mediante el recurso al pacto de resolución, era la in diem
addictio, es decir, el caso de la compraventa sujeta a la condición
de que el vendedor dentro de un cierto tiempo obtenga una oferta más ventajosa
(D. 18, 2, 1), y el pactum displicentiae, que era la venta a prueba, en cuanto sus
efectos están condicionados a que el comprador dentro de un cierto tiempo
declare que son de su agrado (D. 19, 5, 20).
Tenemos que la doctrina moderna, respecto a ellas mantiene el mismo contenido
conceptual que adquirieron desde su origen; así lo manifiesta Fernando Vidal
Ramírez citando a Coviello, quien:
“Conceptúa la condición suspensiva como el acontecimiento futuro e incierto del
que se hace depender el negocio jurídico, esto es el negocio existente aun antes
de que la condición se cumpla, pero permanece en suspenso su eficacia; y , la
condición resolutoria como el acontecimiento futuro e incierto del cual se hace
depender la eficacia ya nacida del negocio, esto es, el negocio existe y produce
todos los efectos de que es capaz hasta que la condición se realice”4.
Por otro lado, en el derecho moderno hay autores que consideran que solamente
existe la condición suspensiva; que la división de la condición en suspensiva y
resolutoria no tiene, en el fondo, nada de real. Afirman que la condición
resolutoria también es suspensiva, porque lo que está en suspenso en la

.
condición resolutoria, es la resolución de la obligación; en otras palabras, está
en suspenso la ineficacia del acto.
La distinción entre condición suspensiva y resolutoria es clara. La condición es
suspensiva cuando la eficacia del acto queda supeditada a la realización del
evento previsto, y es resolutoria si al verificarse el evento, el acto pierde eficacia.
En la suspensiva está pendiente la eficacia del acto y en la resolutoria está
pendiente la ineficacia del acto.
Condiciones Propias y Condiciones Impropias
Las condicione propias consisten en eventos inciertos, futuros, posibles y lícitos.
En cambio, las condiciones impropias son eventos o secesos necesarios,
imposibles, ilícitos, presentes o pasados. También son impropias las condiciones
legales.
La denominada condición necesaria no es condición sino plazo, por cuanto se
establece una limitación en el tiempo en cuanto al momento en que comienza o
terminan los efectos del acto. Ejemplo, te doy cien si después del día viene la
noche, no hay condición porque falta la incertidumbre.
La condición es imposible cuando el evento puesto como condición no se puede
comprobar por motivos de índole natural. Ejemplo, si mi caballo canta.
La condición es lícita o ilícita según sea conforme o contraria a normas
imperativas, al orden público o las buenas costumbres; son ilícitas cuando la
condición consiste en ciertas conductas que no pueden llevarse a cabo por estar
prohibida por el ordenamiento jurídico. Ejemplo, si te dedicas al contrabando, si
robas a Ticio; también son ilícitas por atentar contra el orden público, puesto que
lesionan libertades irrenunciables d la persona. Ejemplo, si te cambias a
determinada fe religiosa.
Las condiciones consistentes en eventos presentes o pasados que el sujeto no
sabe aún que están acaeciendo o que han acaecido, no son verdaderas
condiciones, porque no hay pendencia sino ignorancia de la realidad, por lo que
el acto es eficaz si ellas. El suceso presente o pasado no es incierto, lo que es
incierto es si se llega o no a ser conocido. Si se pone como condición este
segundo supuesto si estamos ante una condición propia, por ejemplo, se pone
como condición la verificación futura de la suerte que ha corrido un bien dado
por perdido. Aquí se trata de la verificación futura de un evento que ya puede
haber sucedido en el momento del acto, pero del cual todavía no se tiene
certidumbre si se ha verificado o no.
Las condiciones suspensivas imposibles o ilícitas invalidan el acto, y las
condiciones resolutorias imposibles o ilícitas se consideran no puestas.

Condiciones Potestativas, Causales y Mixtas


Esta clasificación se hace en base a tipo de evento que sirve como causa
eficiente de la condición.
Las condiciones pueden ser potestativas, causales o mixtas, según que su
realización se dependiente de la voluntad de una de las partes; que su
realización sea independiente de la voluntad de las partes y que dependa solo
de la casualidad, llamándoseles también, por eso fortuitas, o que su realización
dependa a la vez de la voluntad de una de las partes y de la casualidad.
La condición potestativa o facultativa depende de la voluntad de una de las partes
de la relación jurídica. Ejemplo, te presto mil si quiero; te doy cien si haces
testamento a favor de Ticio; te vendo mi casa si decido trasladarme a otra ciudad.
El maestro Aníbal Torres Vásquez manifiesta que: “Hay que distinguir la
condición potestativa propia, o condición potestativa ordinaria o condición
potestativa simple, de la condición meramente potestativa (o arbitraria o
puramente potestativa). La primera hace referencia un hecho voluntario, cuyo
cumplimiento, sin poder considerarse como una condición casual, presente
algún interés apreciable para el agente que incline su voluntad en un sentido u
otro; hay una voluntad actual, aunque condicionada, de adquirir el derecho o de
asumir la obligación (ejemplo, te compro el vino si me gusta; te compro el bien si
asumes el préstamo como hipoteca sobre el mismo bien, te vendo mi casa bajo
condición suspensiva de que decida trasladarme a otra ciudad; tomo en
arrendamiento tu negocio bajo la condición de que decida dedicarme al
comercio).la condición meramente potestativa consiste en la pura voluntad del
sujeto, en su mero arbitrio, más allá de cualquier juego de intereses y de
conveniencia; no hay una voluntad actual de adquirir el derecho o de asumir la
obligación(ejemplo, si me animo a vender mi casa; si considero que es justo y
razonable) o de un evento voluntario del todo irrelevante que pueda ejecutar u
omitir sin ninguna consecuencia para él , por ejemplo, si doy un paseo por el
parque; te vendo mi casa a condición que decida venderla. Aquí declaro que
“quiero si querré”, que equivale a decir que “por ahora no quiero”. El deudor no
está obligado sino cuando lo quiera, quedando el acreedor a merced del arbitrio
de aquel, razón por la que el acto jurídico sujeto a condición meramente
potestativa es nulo”5.
Al respecto el tratadista Leon Barandiaran, citado por Fernando Vidal Ramírez;
sostiene de las condiciones potestativas:
“Que pueden diferenciarse, según se trate de condiciones potestativas de
pendientes de la voluntad de la parte acreedora o de la voluntad de la parte
deudora. Enfatizo que esta diferenciación era imprescindible y en sus
comentarios al código civil de 1936 explico que si la condición potestativa
dependía de la voluntad del deudores acto era nulo en cuanto a su obligación
concierne, porque uno no puede obligarse y al mismo tiempo desobligarse al
quedar a su arbitrio comprometerse o no por esa obligación, mientras que, en
cambio, podía pactar validamente una obligación sujeta a condición potestativa
dependiente de la voluntad del acreedor, quien puede exigir el cumplimiento o
condonar la obligación, lo que ha servido para que el código civil vigente se
declare nula la condición potestativa parti debitoris (art.172)”6.
La condición causal es cuando la verificación del evento depende de la pura
casualidad o de la voluntad de un tercero (si no hay sequía; si tu abuelo vive
hasta cien años; si tu hijo llega a ser abogado).
La condición mixta es cuando su cumplimiento depende en parte de la voluntad
de uno de los interesados y en parte de factores extraños (te dono cien si viajas
a Roma, cosa que no depende solamente de tu deseo de viajar; si obtengo
ganancias de tal negocio, lo que no depende solamente de mi deseo de realizar
el negocio).
Condición Positiva y Condición Negativa
Esta clasificación como la anterior se hace en base al tipo de evento puesto como
condición.
La condición puede ser positiva o negativa según que el evento puesto como
condición comporte o no una modificación de la realidad existente.
La condición positiva consiste en que se verifique un hecho que modifique el
estado actual de la realidad (ejemplo, te doy cien si apruebas todos los cursos,
te doy cien si contraes matrimonio). La condición negativa consiste en que no se
verifique un hecho, de tal modo que no cambie el estado actual de la realidad
(ejemplo, te doy cien si te quedas soltero; te doy cien si te quedas con el único
hijo que tienes).

Condiciones Simples y Condiciones Complejas


La condición simple consiste en un suceso único (ejemplo, si te dan la beca).la
condición compleja está integrada por varios sucesos (ejemplo, te doy el
préstamo si te quedas a vivir en lima, reconoces a tu hijo y aceptas el trabajo que
te ofrezco)
Cuando la condición es compleja, los efectos del acto jurídico se producirán
(condición suspensiva) o cesaran (condición resolutoria) cuando se han
realizado todos los sucesos puestos como condición.
Si varios sucesos se ponen alternativamente como condición, no hay condición
compuesta sino simple, basta que se verifique uno de ellos (te vendo el fundo si
optas el título de ingeniero agrónomo o veterinario).

Condición Perpleja
La condición perpleja es la que tiene una contradicción interna que no permite
establecer lo que quiere el declarante. Hace ininteligible y contradictoria consigo
misma la declaración de voluntad al extremo de privar al acto de un apreciable
contenido volitivo. Si no se puede establecer con una interpretación razonable,
cual fue la voluntad del sujeto se invalida. (Por ejemplo, te instituyo mi heredero
si mueres antes que yo).

Condiciones Expresas y Tacitas


La incorporación de la condición en el acto jurídico puede ser expresa o tácita.
No es necesario que la condición se declare expresamente, siempre que se
infiera indubitablemente de la actitud o circunstancias del comportamiento de los
agentes que se quiso al acto sub condición (art. 141). De allí que la existencia
de la condición no se presume, sino que debe ser aprobada por quien la invoca
Eficacia de la condición:
Pactada la condición, si para tener eficacia debe ser propia el acto jurídico queda
válidamente celebrado, pero subordinado a la condición pactada y a la eficacia
que este despliegue: si es suspensiva, la eficacia del acto está en suspenso
hasta que la condición se realice y despliega la suya, si es resolutoria, el acto
despliega su eficacia hasta que la condición se realice y por efecto de ella, la
haga cesar.

La "condición legal", o está preestablecida por el ordenamiento jurídico,


independientemente de la voluntad de las partes, como dato necesario para la
eficacia del acto, "sea por juzgarla necesaria por la naturaleza de las cosas, o
por presumirla en la intención de partes. Integra el presupuesto normativo
complejo para que se produzca el efecto jurídico. Aquí se habla de condición en
sentido impropio, pues no tienen la calidad de modalidad del acto jurídico en
sentido técnico jurídico, porque no es establecida arbitrariamente por el sujeto
sino que es impuesta por la ley, no como un elemento accesorio sino como un
dato inseparable del acto para que produzca sus efectos. Constituye una
condición objetiva de eficacia del acto jurídico, y es casi siempre suspensiva. Por
ejemplo, la muerte del testador es el dato necesario para que el testamento
produzca sus efectos (art. 686); el tercero beneficiario de un contrato en el cual
no es parte, para poder exigir el derecho estipulado en su favor, debe hacer
conocer a las partes contratantes su voluntad de hacer uso de ese derecho; la
donación hecha por razón de matrimonio está sujeta a que el casamiento se
realice; la compraventa a prueba se considera hecha bajo la condición
suspensiva de que el bien tenga las cualidades pactadas o sea idóneo para la
finalidad a que está destinado ; la compraventa de bien futuro está sujeta a
condición suspensiva de que el bien llegue a existir.

Las "condición voluntaria" (denominada también condicio facti", "condición de


hecho" o "condición propia") es la expresión de la autonomía privada de los
particulares que lo establecen arbitrariamente. Esta es la condición propia en
sentido técnico jurídico. Son los sujetos (agentes o partes), y no es la ley, los que
supeditan los efectos del acto al cumplimiento de un evento incierto y futuro.

Tanto la condición legal como la voluntaria son requisitos de eficacia del acto,
ambas dan lugar a la pendencia de los efectos del acto. Pero la condicio iuris
proviene de la ley, es un elemento extrínseco (ab extra), lógico, objetivo del acto;
y la condicio facti es establecida por la voluntad del sujeto, está contenida en la
declaración de voluntad, por eso, es un elemento intrínseco (ab intus), voluntario,
accidental. La condición legal puede consistir en un evento cierto o incierto, y la
voluntaria consiste en un evento necesariamente incierto. La legal es expresa y
la voluntaria puede ser expresa o tácita.

La condición suspensiva o inicial es aquella de la cual depende la eficacia del


acto; en otras palabras, los efectos del acto quedan supeditados a la realización
del hecho previsto como condición. Ejemplo, te dono mi automóvil si te recibes
de abogado.
Se habla de condición resolutoria cuando el acto produce normalmente los
efectos que le son propios, pero cesa de producirlos si se verifica la condición.
Ejemplo, te concedo el uso de mi departamento mientras no tenga otro hijo.

La distinción entre condición suspensiva y resolutoria es clara. La condición es


suspensiva cuando la eficacia del acto queda supeditada a la realización del
evento previsto, y es resolutoria si al verificarse el evento, al acto pierde eficacia.
En la suspensiva está pendiente la eficacia y la resolutoria está pendiente la
ineficacia del acto. No se puede confundir la situación del acreedor bajo
condición suspensiva con la del deudor bajo condición resolutoria.

La etapa de pendencia de la condición:

La condición pasa por dos períodos de tiempo: el primero es el que sigue


inmediatamente a la celebración del acto y se extiende por el tiempo que sea
incierta la verificación del evento (candido pendet: condición pendiente); mientras
perdure la incertidumbre sobre la verificación o no de la condición se dice que
estupendo, encontrándose las partes en una situación de expectativa. El
segundo es el momento en que se produce una situación de certeza, o porque
el evento se ha verificado (candido exist: condición cumplida) o porque el evento
no se ha verificado, falta la condición, (candido deest: condición fallida).

En la fase de la pendencia de la condición, el derecho del acreedor queda en


Suspenso, su nacimiento está supeditado a que se verifique la condición,

Si la condición es suspensiva, el adquirente bajo condición no es titular de un


derecho que no sabe si llegará o no a existir, sino que se encuentra en un estado
de expectativa; es titular de una expectativa o esperanza. La expectativa es un
derecho preliminar, o prodrómico, o instrumental, que está tutelado por la ley.
Esta expectativa se convertirá en-derecho si se verifica el evento puesto como
condición. La tutela de la expectativa consiste en que se faculta al sujeto a
realizar actos conservatorios en vista a que no se vea disminuido el derecho que
se le ha atribuido en caso de que se verifique la condición.

Si la condición es resolutoria, pendiente la condición el acto es eficaz, el titular


del derecho puede ejercitarlo, el derecho le pertenece, pero el transferente bajo
condición se encuentra en una situación expectante de poder readquirir ese
derecho si es que se verifica el evento; tiene la expectativa o esperanza de poder
readquirir ese derecho (ejemplo, te cedo mi oficina, pero si no obtienes tu título
profesional el próximo diciembre me la devuelves), por lo que también puede
realizar actos conservatorios en vista a la realización del evento puesto como
condición.

El cumplimiento de la condición:

La etapa de cumplimiento de la condición, es la que sobreviene si la condición


se realiza del hecho en que la condición consistía, si era suspensiva, el acto
comienza a desplegar su eficacia, y si era resolutoria, cesa en sus efectos, Los
derechos tornan en firmes, constituidos o adquiridos y, las obligaciones en
exigibles.
El defecto de la condición:

Como hemos ya indicado la condición puede pasar por etapas de las que no
hemos ya ocupado; el de pendencia de la condición y la de cumplimiento de la
condición. Sin embargo, como también lo hemos indicado, puede presentarse
una tercera etapa que es la de la falta de cumplimiento de la condición o déficit.

Esta última, es excluyente con la del cumplimiento, pues cesando la etapa de la


pendencia la condición o se cumple o defecciona, Esta situación constituye el
defecto de la condición.

El cumplimiento de la condición como sanción de mala fe:

El código Civil ha considerado un modo de realización de la condición, dándola


por cumplida, como sanción a la mala fe y que nosotros tratamos separadamente
en razón de que no corresponde propiamente a la manera como debe operar la
condición, aunque desde luego, si estamos de acuerda con la solución
planteada.

El artículo 176 establece que “Si se impidiese de mala fe el cumplimiento de la


condición por la parte en cuyo detrimento habría de realizarse, se considerara
cumplida. Al contrario, se considerará no cumplida, si se ha llevado a efecto de
mala fe por la parte a quien aprovecha tal cumplimiento”. La norma fue tomada
del Proyecto de la comisión Reformadora y registra como antecedente el artículo
1111 del Código civil de 1936.

PLAZO:
El plazo esta indesligablemente vinculado al transcurso de tiempo, que es el
hecho jurídico de mayor relevancia y al que el ordenamiento legal le atribuye las
más importantes consecuencias jurídicas, pues está vinculada a la existencia
humana misma y de él depende, por ejemplo, alcanzar la mayoría de edad y con
ella la capacidad de ejercicio, así como la vigencia de los contratos. Sustenta
instituciones jurídicas tales como la prescripción adquisitiva y extintiva y la
caducidad. El plazo, entonces, como transcurso del tiempo, adquiere una
trascendencia fundamental en relación a los actos jurídicos.
El tiempo deviene, pues, en una relación jurídica en cuanto que el derecho
objetivo lo reconoce un factor de las relaciones jurídicas y lo aprehende mediante
las normas para el cómputo de su transcurso.
El plazo, que es transcurso del tiempo, considerado como modalidad, viene a
ser, al igual que la condición, una limitación puesta por las partes a la eficacia
del acto jurídico que han celebrado.
Concepto:
El plazo tiene como finalidad indicar el momento desde el cual se inicia o finaliza
la eficacia del acto jurídico.
Entre algunas definiciones que podemos citar tenemos:
El jurista Aníbal Torres Vásquez refiere:
“El plazo como modalidad es el evento futuro y cierto de cuyo acaecimiento se
hace depender el nacimiento, la exigibilidad o la finalización de los efectos del
acto jurídico.

Diferencias con otras expresiones:


Se suele utilizar plazo y término como sinónimos, aunque la diferencia radica en
que el término es el día inicial y final del plazo; y el plazo es el lapso desde el
cual comienza la existencia o el ejercicio de las consecuencias del acto y hasta
el cual duran esas consecuencias.
La condición y el plazo presentan analogías por cuanto ambos son elementos
accidentales, consisten en eventos futuros, y permiten que el acreedor
condicional o a plazo pueda realizar actos conservatorios. Pero entre la
condición y el plazo existen diferencias. Mientras la condición hay incertidumbre
en el inicio o el fin de la eficacia del acto. Por ejemplo, te pagó el día en que Juan
contraiga matrimonio (Juan puede o no casarse y si se casa no se sabe cuándo
será el casamiento). En el plazo hay certidumbre en el nacimiento o la extinción
de la eficacia del acto. Por ejemplo, te pagaré el 25 de diciembre del año 2011.
Existen algunos actos que no admiten plazos, al igual de lo que sucede con la
condición, por razones de orden moral, público o de interés general, algunos
actos no toleran ser supeditados en cuanto a su plena eficacia a plazo alguno.
Por ejemplo, no pueden estar sujetos a plazo el matrimonio, la adopción (art.
381), el reconocimiento de hijo (art, 395), la aceptación y renuncia de la herencia
(art. 677), el giro de cheques (art. 136, me. 2 de la Ley 16587), etc.

Requisitos:
Son requisitos del plazo: la futuridad, la certidumbre y el establecimiento
arbitrario por las partes.
a) La futuridad: El plazo se refiere siempre a un hecho futuro que necesaria
y fatalmente debe ocurrir, por oposición a la condición en la que el hecho
futuro es esencialmente contingente.

b) La certidumbre: El plazo se caracteriza porque existe la total y absoluta


certeza de que el evento futuro acaecerá, aun cuando en algunos casos
se ignore el momento preciso en que tendrá lugar.

c) El establecimiento arbitrario por las partes: La partes libremente, en


ejercicio de la autonomía de su voluntad privada, pueden incorporar el
plazo en el acto jurídico que celebran con el fin de diferir o limitar en el
tiempo sus efectos o el ejercicio de los mismos.
Clasificación:

Plazo expreso y plazo tácito:


El plazo puede ser expreso o tácito. La existencia de un plazo, como de la
condición, no se presupone; ha de surgir de la manifestación de voluntad, sea
que se haya producido de manera expresa o manera tácita, conforme a las reglas
del artículo 141.

El plazo puede ser de duración determinada o de duración indeterminada:

Según pueda determinarse o no su duración al momento de celebrarse el acto


jurídico. El primero es un y, el segundo, un Uno y otro pueden ser expresos o
tácitos.
Para el plazo de duración determinada, el Código Civil contiene normas para su
cómputo, pues su determinación es sobre la base de una fecha. Por eso, es
posible que por anticipado se fije el día del vencimiento.
El plazo de duración indeterminada depende de un hecho de necesaria
realización, pero que no puede preverse la oportunidad o fecha de su realización.
El plazo existe, porque existe la certidumbre de que el acontecimiento se
producirá, pero no puede conocerse anticipadamente la fecha de su ocurrencia,
cuando, como en el ejemplo anterior, se constituye una renta para un interdicto,
pero a partir de la muerte de sus padres.

Plazo suspensivo y plazo resolutorio:

Es la distinción más importante por cuanto, conceptuado el plazo como un hecho,


suceso, acontecimiento o evento del cual se hace depender la eficacia del acto
jurídico, la idea del plazo suspensivo o del plazo resolutorio está Ínsito en el
concepto. Así, el plazo es suspensivo, cuando se suspende el nacimiento o la
exigencia de todos o algunos de los efectos del acto jurídico hasta la llegada de
un determinado momento o fecha. Por ejemplo: Se celebra un contrato de
arrendamiento el 6 de junio, precisándose que el contrato tendrá efecto a partir
del 28 de julio. En este caso el contrato se perfeccionó el 6 de junio, pero su
eficacia se retardo hasta el 28 de julio.
El plazo es resolutorio, consiste en una fecha a partir de la cual los efectos del
acto cesan de producirse. Limita en el tiempo la eficacia del acto. Por ejemplo,
un contrato de arrendamiento celebrado por el plazo de 2 años, dejará de tener
eficacia al vencimiento del segundo año desde su perfeccionamiento.
Los derechos y las obligaciones nacidas de un acto jurídico sometido a un plazo
son derechos firmes, constituidos o adquiridos, porque dependen de un hecho
de necesaria realización. En el plazo suspensivo los derechos y las obligaciones
han nacido, existen, pero no son exigibles hasta el vencimiento del plazo, como
cuando se celebra un contrato de compraventa y se pacta que la entrega del
bien y el pago del precio se efectuarán el primero de enero del año siguiente.
Por el contrario, en el plazo resolutorio, los derechos y las obligaciones han
nacido, existen, son exigibles, pero hasta el vencimiento del plazo, como cuando
se constituye una renta en favor de un menor hasta que cumpla la mayoría de
edad.
El Código Civil distingue con toda claridad el plazo suspensivo del plazo
resolutorio en su artículo 178: "Cuando el plazo es suspensivo, el acto no surte
efecto mientras se encuentre pendiente. Cuando el plazo es resolutorio, los
efectos del acto cesan a su vencimiento.

Plazo legal:

Es el que está estipulado expresamente en la ley; tal como en el caso de que no


se haya fijado plazo para la devolución ni ésta resulta de las circunstancias, se
entiende que es de treinta días contados desde la entrega (art. 1656), los plazos
establecidos para la prescripción extintiva de las acciones (art. 2001), el plazo
del compromiso de contratar será no mayor de un año y cualquier exceso se
reducirá a este límite. A falta de convencional rige el máximo fijado por este
artículo (art. 1416), etc., (Revisar los arts. 921, 950,951.1 1596)

Plazo judicial:

Es aquél que señala el Juez observando lo dispuesto en el Código en art 182,


cuyo tenor literal es el siguiente: Si el acto no señala plazo, pero de la naturaleza
y circunstancias se dedujere que ha querido concederse al deudor, el Juez fija
su duración.
También fija el Juez la duración del plazo cuya determinación haya quedado a
voluntad del deudor o un tercero y éstos no lo señalaren.
La demanda se tramita como proceso sumarísimo.
El primer párrafo se refiere al plazo tácito. Pues, no es el Juez el que sustituye a
las partes, señalando un plazo cierto, sino que tiene que tomar en cuenta la
naturaleza y circunstancias para determinar su extensión, cuando las partes no
han señalado un plazo.
El art. 1115 del C.C. derogado es antecedente de la norma en comentario, este
dispositivo establecía que el plazo judicial es el que señala el juez en vista de las
circunstancias y de la naturaleza, y a falta de estipulación entre las partes
convencionalmente.
La segunda parte del art. 182 tiene mayor alcance que el art, 1115 del C.C. de
1936, porque faculta al juez a fijar la duración del plazo, cuando éste ha quedado
a voluntad solamente del deudor sino también del tercero y éstos no lo
señalasen. El legislador ha querido señalar que hay plazo judicial cuando ha
quedado a voluntad del deudor, el que puede hacerlo cumpliendo la obligación
por su propia voluntad o cuando disponga de los recursos suficientes para
cumplir con la obligación que contiene el acto jurídico.

Plazo convencional:

Es el que estipulan las partes declarantes de común acuerdo. Según Teófilo


Idrogo Delgado citando al jurista Bejarano:
Es convencional el plazo que ha sido fijado por la voluntad de las partes en un
contrato, o por el autor de una declaración unilateral de la voluntad; se origina en
la decisión libremente asumida del creador o los creadores de un acto jurídico.
Beneficio del plazo:
Según lo prescrito por el art. 179 del C.C.; "El plazo suspensivo se presume
establecido en beneficio del deudor, a no ser que del tenor del instrumento o de
otras circunstancias resultase haberse puesto en favor del acreedor o de
ambos".
Este dispositivo tiene una presunción, en favor del deudor, a no ser que las
partes hayan estipulado otra cosa y que conste en documento a favor del
acreedor, o que ello resulte de las circunstancias. Por ejemplo, Pedro conviene
con Pablo en el pago de una deuda de cincuenta mil nuevos soles el diez de
agosto de 2005. Esto no quiere decir que el deudor no tenga la facultad de pagar
antes del 10 de agosto; este puede hacerlo antes de que se cumpla el plazo
pactado en cualquier fecha. De lo que se concluye que el plazo se presume en
beneficio del deudor. Sin embargo, las partes pueden pactar que el plazo opere
en beneficio del acreedor. En el caso anterior si Pablo es deudor de una suma
de dinero a Pedro, y se estipula como plazo para cancelar la deuda dos años y
con la facultad de demandar la devolución del dinero mutuado en cualquier fecha
después de la suscripción del documento, que contiene el acto jurídico del
mutuo. El plazo puede estipularse también en favor de ambos, es decir que ni el
acreedor pueda exigir el cumplimiento de la obligación ni el deudor pueda pagar
antes de la fecha, estando pendiente el plazo.
La presunción que contempla el art. 179 admite prueba en contrario; puesto que
siendo el deudor el beneficiado la carga de la prueba recae sobre el acreedor. El
está obligado a probar que el plazo está pactado a su favor, o en favor de ambos.
Esto significa que el acreedor en cualquier momento puede exigir el
cumplimiento de plazo y el deudor no puede rehusar; pero si el deudor quien
cumplir antes del plazo al acreedor se le puede obligar a recibir el pago antes del
vencimiento del plazo.
Al respecto, el distinguido jurista Torres Vásquez acota: "En las obligaciones con
intereses, si las partes convienen el pago anticipado, el deudor debe tener
derecho a los descuentos de los intereses proporcionales en relación con el
tiempo anticipado, porque en caso contrario el acreedor recibe un interés
compensatorio (interés que se paga como retribución por el uso del capital) al
que no tiene derecho, lo que sucede con mucha frecuencia en la práctica
contraviniendo lo dispuesto en el art. 1954"
1. Repetición del pago:

El art. 180 del C.C., dispone lo siguiente: "El deudor que paga antes del
vencimiento del plazo suspensivo no puede repetir lo pagado. Pero si pagó por
ignorancia del plazo, tiene derecho a la repetición".
En el primer caso, cuando el deudor cumple con su obligación sujeta a plazo,
cumple con lo que debe, y aun cuando lo efectúe antes de tiempo, se trata de
una obligación existente. Se debe considerar que con ese pago anticipado el
deudor está renunciando al beneficio del plazo.
Cuando el plazo se estableció en beneficio del deudor y paga lo que todavía no
adeudaba, tiene derecho a la acción de repetición.
Cuando el deudor ha pagado indebidamente por ignorancia del plazo, tiene
derecho a hacer uso de la acción de repetición o restitución. Aquí el deudor hizo
un pago indebido, no en cuanto a la ausencia del mismo sino en cuanto a la
oportunidad del pago; y puede repetir porque el pago le ha perjudicado, toda vez
que ha dejado de gozar del capital y de sus intereses. Pero si el deudor sabe
que el plazo le favorece y no lo aprovecha, no hay lugar a la acción de repetición.
Por ejemplo, Julio a la muerte de su padre se encuentra con su testamento que
le manda pagar a Pablo inmediatamente 20 mil soles y después de haberle
pagado descubre un segundo testamento que le concede dos años para pagar
dichos 20 mil soles, el deudor tiene derecho a repetición o restitución.
Cómputo del plazo:

En el cómputo del plazo debe observarse las siguientes prescripciones


señaladas en el art. 183 del C.C.
El plazo civil se computa de acuerdo al calendario gregoriano, es decir sin tomar
en cuenta los días hábiles, inhábiles (feriados, festivos, etc.), computándose
indiscriminadamente. Así el plazo para la inscripción de partida de nacimiento es
de 30 días, el último día es el vencimiento.
El plazo señalado por días se computa por días naturales, de media noche a
media noche y no se cuenta el día de la realización del acto, pero si el día de su
vencimiento; de esta manera, si se celebra el acto jurídico el primero de enero,
con el plazo de cinco días, la obligación será exigible el día seis de enero, de tal
modo que hayan transcurrido cinco días enteros.
En el inciso 1° del art. 183, deja a salvo que la ley o el acto jurídico establezcan
que el plazo se compute por días hábiles, como sucede con los plazos
procesales, cuyo cómputo por mandato expreso del C. de P. C. es por días
hábiles. El mismo inciso deja también a salvo que las partes puedan pactar el
plazo en días hábiles. Pero en todos los actos jurídicos se observan los plazos
civiles y no los plazos procesales.
Efectos del plazo
El plazo suspensivo comienza a surtir sus efectos desde que se cumple y deja
de producirlos cuando el cumplimiento corresponde a un plazo resolutorio (art.
178). Sin embargo, vamos a tratar lo relativo a la exigibilidad de los derechos y
obligaciones que emanan del acto jurídico practicado. Por lo general, mientras
el plazo esté pendiente el titular del derecho o acreedor no puede exigir el
cumplimiento de la obligación, salvo que la ley le autorice expresamente.

Entre los efectos más importantes del plazo podemos señalar los siguientes:

 El acreedor a plazo fijo no puede ejercer ninguna acción civil, porque para
que la acción proceda, es indispensable que la obligación sea exigible en
razón de tiempo, lugar y modo.

 El acreedor tiene derecho a ejercer todas las acciones conducentes a la


conservación de su derecho, como por ejemplo pedir en prueba anticipada
el reconocimiento de un documento privado donde consta la obligación,
solicitar la inscripción del crédito si importa un derecho real, etc.

 El acreedor tiene derecho a hacer uso de la acción revocatoria contra los


actos fraudulentos que realiza el deudor en perjuicio de su crédito.
La Caducidad del plazo:
Consistiendo el plazo en un hecho de necesaria realización el simple transcurso
del tiempo da lugar a su cumplimiento. Pero, como acabamos de ver, la regla
general es que he plazo se pacte en beneficio del deudor, puede ocurrir que se
produzca un hecho que determine la caducidad del plazo, esto es, que antes de
su vencimiento se le pueda dar por cumplido.
Partiendo, pues, de la premisa de que el plazo se establece en beneficio del
deudor, su caducidad lo es en su detrimento, por las causales previstas en el
Código Civil en su artículo 181: El deudor pierde el derecho a utilizar el plazo:
 Cuando resulta insolvente después de contraída la obligación, salvo
que garantice la deuda. Se presume la insolvencia del deudor si dentro
de los quince días de su emplazamiento judicial, no garantiza la deuda
o rio señala bienes libres de gravamen por valor suficiente para el
cumplimiento de su prestación.

 Cuando no otorgue al acreedor las garantías a que se hubiese


comprometido.

 Cuando las garantías disminuyeren por acto propio del deudor, o


desaparecieren por causa no imputable a este, a menos que sean
inmediatamente sustituidas por otras equivalentes, a satisfacción del
acreedor. La pérdida del derecho al plazo por las causales indicadas
en los incisos precedentes, se declara a petición del interesado y se
tramita como proceso sumarísimo. Son especialmente procedentes las
medidas cautelares destinadas a asegurar la satisfacción del crédito.

Como puede apreciarse, las tres causales, si bien están interrelacionadas, son
diferenciables, pues la primera se basa en la insolvencia sobreviniente del
deudor, la segunda en el incumplimiento en cuanto a la constitución de las
garantías ofrecidas y, la tercera, en la disminución del valor de las garantías que
ha constituido.

a) La insolvencia sobreviniente del deudor:

El acreedor, quien le ha otorgado plazo a su deudor para que cumpla con la


prestación, tiene el derecho a ser pagado y por eso la insolvencia que le
sobreviene al deudor, luego de contraída la obligación, le hace perder el
beneficio del plazo. Es la causal prevista en el inciso 1 del artículo 181. Sin
embargo, puede recuperarlo si constituye garantías o señala bienes libres que
aseguren a su acreedor la efectivizarían de su derecho.
a) El incumplimiento en cuanto a la constitución de las garantías
ofrecidas:

El acreedor que ha concedido el plazo puede haber otorgado el crédito confiando


en el ofrecimiento de su deudor en cuanto a la constitución de garantías. La falta
de cumplimiento del deudor es, entonces, causa suficiente para que pierda el
derecho a utilizar el plazo. Es la causal prevista por el inciso 2 del artículo 181.
Debe tratarse de garantías convenidas en la celebración del acto jurídico que
origina el crédito y, por eso, la pérdida del derecho al beneficio del plazo se
justifica, ¡por cuanto la concesión de! crédito por el acreedor se dio en mérito de
las garantías que para asegurar el cumplimiento ofreció el deudor. La causal no
distingue la naturaleza de las garantías, por lo que puede tratarse de garantías
reales, como la prenda, la anticresis y la hipoteca, o de garantías personales
como la fianza.
Al igual que en el caso del inciso 1, la caducidad del plazo debe ser materia de
pronunciamiento judicial debiendo el deudor, para tal fin, tramitar su demanda
como proceso sumarísimo y haciendo uso de las medidas cautelares que estime
convenientes a su derecho.
No obstante que el inciso 2 del artículo 181 no lo ha previsto, consideramos que,
si el deudor constituye las garantías y estas las acepta el acreedor, el plazo
puede ser restablecido.
a) La disminución del valor de las garantías:

Las garantías a que se viene haciendo referencia, como lo hemos indicado,


pueden ser reales o personales, y ofrecer seguridades al acreedor en cuanto a
la efectividad de su crédito, pues su valor debe ser suficiente para cubrir el monto
del crédito que debe ser solventado en el plazo pactado, por lo que la
disminución de ese valor acarrea la pérdida del beneficio del plazo. Esta es la
causal prevista por el inciso 3 del artículo 181.
La causal se ha puesto en las hipótesis de que las garantías disminuyen por acto
propio del deudor o desaparecieren por causa no imputable al mismo deudor.
La disminución del valor de las garantías debe entenderse, en el caso de las
garantías reales, la disminución del valor de los bienes afectados en prenda,
anticresis o hipoteca. SI se trata de garantías personales, la disminución del valor
debe entenderse referida a la situación patrimonial del garante o fiador, quien
puede devenir o estar deviniendo en la insolvencia.
EL CARGO

1. Concepto
El modo (del latín modus = medida), cargo, carga o encargo, consiste en una
obligación accesoria que, sólo en los actos gratuitos de liberalidad Ínter vivos o
mortis causa, puede ser impuesta por el disponente a cargo del destinatario de
la liberalidad, consistente en dar hacer o no hacer algo en favor del disponente
o de un tercero o del beneficiario mismo, o de emplear de una determinada
manera el bien objeto de la disposición.
La palabra "carga" es utilizada aquí en su sentido vulgar. En su sentido técnico
jurídico, la carga consiste en una obligación vinculada a la titularidad de
determinados bienes (ejemplo la servidumbre).
El cargo tiene un carácter doble, por su naturaleza constituye una obligación y,
como tal, su cumplimiento puede ser exigido, incluso coercitivamente, y al mismo
tiempo es una obligación accesoria al derecho que adquiere el destinatario de
una liberalidad; éste no Los actos gratuitos pueden o no ser de liberalidad. En
los actos gratuitos de liberalidad hay una atribución patrimonial (como la
donación, la renta vitalicia gratuita, el testamento, la renuncia, la cesión gratuita
del rango hipotecario, etc.), en cambio, en los actos gratuitos que no son de
liberalidad falta la atribución patrimonial (ejemplo el mandato, el depósito
gratuito). Todo acto de liberalidad es gratuito, pero no todo acto gratuito es una
liberalidad; hay aquí una relación de género a especie, el género lo constituyen
los actos gratuitos y la especie, los actos de liberalidad. El modo solamente
puede ser impuesto en los actos gratuitos de liberalidad, no así en los actos
gratuitos que no impliquen una atribución patrimonial.

Los sujetos vinculados al acto modal son:


a) El autor de la liberalidad (o disponente), o sea, el que realiza el acto de
disposición a título gratuito (donante, testador);
b) El beneficiario de la liberalidad (donatario, heredero, legatario), obligado a
cumplir el cargo.
c) El beneficiario del cargo.
A su vez, el beneficiario del cargo puede ser:
El propio disponente (ejemplo, A dona una casa a B con el cargo de que éste
construya un monumento que recuerde al donante).
Un tercero determinado o determinable (ejemplo, A instituye como su heredero
a B, con el cargo de B de pasar una pensión alimenticia a C por un año; A
dona un lote de terreno a la Municipalidad de Lima para que la destine a un
parque público).
El propio beneficiario de la liberalidad (ejemplo la donación hecha con el fin de
que el donatario se costee sus estudios profesionales; se dona un capital a un
instituto científico, con el cargo de destinarlo a una particular investigación).
Es esencial que el modo sea impuesto por el disponente y que grave al
beneficiario de la liberalidad, sea en favor de aquél, del propio beneficiario o de
un tercero, o en general, que el beneficiario emplee de una determinada manera
el objeto de la disposición. Como dice Barbero, constituye "para el beneficiario,
ya un límite a su libertad de iniciativa en la disposición del objeto de la liberalidad
recibida, ya una obligación de hacer o de dar, y en general, siempre, un
gravamen que reduce el beneficio de la atribución patrimonial, por lo cual se le
denomina también "carga" (que no hay que confundir con la "carga" como
relación jurídica distinta del "deber")".
La relación entre la liberalidad y el modo es de subordinación: el modo es
accesorio respecto de la liberalidad, por lo que el incumplimiento del modo no
impide la adquisición del derecho ni determina su extinción. Como sostiene
Albaladejo, el cargo es algo accidental en el negocio, en cuanto que el tipo
abstracto de este no lo requiere para existir; pero también en el negocio particular
en el que se inserta, es una parte accesoria que depende de la parte principal.
La parte principal puede ser válida y eficaz, aun en defecto del modo, mientras
que éste no puede subsistir sin aquella. Así, cuando el modo es inválido el
negocio deviene puro, o el incumplimiento del modo no deja necesariamente sin
efecto el negocio modal.

Función:
El modo o cargo se distingue de la condición por la función que cumple en el
acto jurídico,
La condición suspende la eficacia del acto y el modo obliga. La condición pone
en contingencia los efectos del acto jurídico, mientras que el modo limita la
ventaja económica del beneficio de una atribución patrimonial gratuita. La
condición no comporta obligación alguna ("condicio non est in obligatione"); el
modo es fuente de obligaciones que pueden tener por objeto prestaciones de
dar, hacer o no hacer algo (modus est in obligatione).
La condición, el plazo y el modo son elementos accidentales del acto jurídico,
pero mientras los dos primeros una vez añadidos al acto dejan de ser accesorios
para devenir en requisitos de eficacia del acto (así, convirtiendo a esa eficacia
en precaria al suspender su existencia o ejercicio, o limitándola en el tiempo), el
modo no afecta la eficacia del acto, no pierde su carácter de accesorio para
convertirse en requisito de eficacia, sino que se resuelve en una obligación a
cargo del beneficiario de la liberalidad, quien debe efectuar una cierta prestación.
Dentro de las estipulaciones que integran el contenido del acto jurídico, el cargo
es una estipulación (accesoria y como tal no impide la adquisición del derecho
ni su ejercicio por parte del beneficiario de la liberalidad.
Si se pacta que el cargo impuesto debe ser cumplido antes como un requisito
para que el destinatario de la disposición a título gratuito adquiera el derecho, no
estamos frente a un acto sub modo, sino sub condicione.
En caso de duda, se juzgará que existe cargo y no condición, en vista a que
cuando se celebra un acto jurídico es para que produzca efectos y no para que
no los produzca (cuando el acto es condicionado, no se sabe si el derecho va a
nacer o no).
Cumplimiento del cargo:
Artículo 185.- El cumplimiento del cargo puede ser exigido por el imponente o
por el beneficiario. Cuando el cumplimiento del cargo sea de interés social, su
ejecución puede ser exigida por la entidad a la que concierna.
El modo, llamado también cargo, carga o encargo, consiste en una obligación
accesoria impuesta al beneficiario de una liberalidad por el disponente de ésta
(ejemplo se dona un predio, imponiendo al donatario la carga de pagar una
pequeña pensión a favor de una persona del afecto del donante). La palabra
"carga" es utilizada aquí en su sentido vulgar. En su sentido técnico jurídico, la
carga consiste en una obligación vinculada a la titularidad de determinados
bienes (ejemplo, la servidumbre).
La imposición del modo no afecta ni suspende la atribución patrimonial realizada
con carácter gratuito, ni la convierte en onerosa. La relación entre la liberalidad
y el modo es de subordinación: el modo es accesorio respecto de la liberalidad,
por lo que el incumplimiento del modo no impide la adquisición del derecho ni
determina su extinción. El modo no es una contraprestación a cargo del
beneficiario de la liberalidad, de la cual es accesorio; en el acto sub modus no
es de prestaciones reciprocas, porque la obligación que tiene que cumplir el
beneficiario no tiene la calidad de contraprestación de la prestación objeto de la
obligación del disponente, en los actos con prestaciones reciprocas la prestación
es causa de la contraprestación y al contrario; en el acto modal no hay una
relación de interdependencia entre la obligación del disponente y la del
beneficiario, sino una relación de accesoriedad de ésta frente a aquélla.
Plazo para el cumplimiento del cargo:
Art. 186.- si no hubiese plazo para la ejecución del cargo, éste debe cumplirse
en el que el juez señale.
La demanda se tramita como proceso sumarísimo.
El cargo será ejecutado en el plazo por el imponente; a falta de este plazo, si
acreedor y deudor no se ponen de acuerdo, el cargo se cumplirá en el plazo que
señale el juez en un proceso sumarísimo, atendiendo a las circunstancias del
caso (ejemplo, la facilidad o dificultad para realizarlo).

Intensidad de la limitación modal:


Art. 187.- el gravado con el cargo no está obligado a cumplirlo en la medida en
que exceda el valor de la liberalidad
Puede suceder que la limitación modal impuesta sea excesiva al extremo que
reabsorba enteramente el beneficio patrimonial atribuido, o incluso superarlo, de
manera que el destinatario de la liberalidad para poder ejecutar el modo tuviera
que utilizar no solamente lo recibido sino también lo suyo propio pero esto no
implica que el beneficiario de la liberalidad esté obligado a ejecutar el cargo en
lo que excede al valor de la liberalidad; en la parte que el cargo excede a la
liberalidad deja de ser una obligación jurídica, para devenir en una obligación
puramente moral (obligación natural) que si el deudor quiere la cumple sino no.
Como la finalidad del acto de liberalidad es enriquecer al beneficiario, el cargo
debe ser de una entidad inferior o, a lo más, igual a la liberalidad. Por esta razón,
el art. 187 dispone que el beneficiario de la liberalidad no está obligado a cumplir
el cargo que exceda a la liberalidad.
El destinatario de la liberalidad no está obligado a ejecutar el cargo más que
dentro de los límites del valor de los bienes recibidos, aunque haya aceptado la
liberalidad con cargo sin reservas.
Transmisibilidad del cargo
Artículo 188.- La obligación de cumplir los cargos impuestos para la adquisición
de un derecho pasa a los herederos del que fue gravado con ellos, a no ser que
sólo pudiesen ser cumplidos por él, como inherentes a su persona.
En este caso, si el gravado muere sin cumplir los cargos, la adquisición del
derecho queda sin efecto, volviendo los bienes al imponente de los cargos
o a sus herederos.
La obligación de cumplir el cargo, como toda obligación, se trasmite a los
herederos, excepto cuando se trata de una obligación inherente a la persona del
deudor (intuito personae), lo prohibe la ley, o se ha pactado lo contrario (art.
188,660 y 218).
Conforme al art. 188, si el beneficiario de la liberalidad fallece antes de haber
cumplido el cargo, sus herederos deben satisfacer la obligación si ella no es
inherente a la persona. Si el cargo consiste en una obligación intuito personae y
el beneficiario muere sin cumplirla, los bienes objeto de la liberalidad revierten al
imponente del cargo o sus herederos. Por ejemplo, se dona un bien a un
abogado con el cargo de que él personalmente defienda al donante en un
proceso judicial; el abogado muere sin haber cumplido el encargo; sus herederos
deben devolver al donante o a sus herederos el bien materia de la donación.

Cargo ilícito o imposible :


Artículo 189.- Si el hecho que constituye el cargo es ilícito o imposible, o llega a
serlo, el acto jurídico subsiste sin cargo alguno.
Como sabemos, la relación entre la liberalidad y el modo es de subordinación: el
modo es accesorio respecto de la liberalidad. Aquí es de aplicación el principio
que dice que lo accesorio sigue la suerte de lo principal, pero no al contrario, por
lo que si la estipulación que contiene el cargo o modo se invalida, esto no afecta
para nada al acto jurídico que permanece como un acto puro. La imposibilidad o
ilicitud del cargo puede ser inicial o sobrevenida, pero en ambos supuestos la
nulidad del cargo no afecta la validez del acto. Por ello, el art. 189 establece que
en caso de que el modo impuesto sea ilícito o imposible, o llegara a serlo, el acto
jurídico subsite sin cargo alguno.
No se pueden poner cargos ilícitos o imposibles, pero su presencia no invalida
el acto, sino que se los tiene por no puestos (yitiatur sed non vitiat), subsistiendo
el acto jurídico sin cargo alguno.
BIBLIOGRAFIA:

TORRES VÁSQUEZ, Aníbal; “Acto Jurídico”. Segunda Edición. Editorial


IDEMSA. Lima Perú 2001 Págs. 731.

LEÓN BARANDIARÁN, José; “Acto Jurídico”. Tercera Edición. Editorial Gaceta


Jurídica. Lima Perú. Págs.366.

VIDAL RAMÍREZ, Fernando. “El Acto Jurídico”. Sexta Edición. Editorial Gaceta
Jurídica. Mayo 2005 Lima Perú. Págs. 574.

LOHMANN LUCA DE TENA, Juan Guillermo. “El Negocio Jurídico”. Editorial


Grijley E.I.R.L. Lima Perú 1994.

IDROGO DELGADO, Teófilo. “Teoría del Acto Jurídico”. Segunda

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