Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
POLITICAS
CICLO: III
Dedicatoria:
EN PRIMER LUGAR, A DIOS POR HABERME
PERMITIDO LLEGAR HASTA ESTE PUNTO Y
HABERME DADO SALUD, SER EL
MANANTIAL DE VIDA Y DARME LO
NECESARIO PARA SEGUIR ADELANTE DÍA A
DÍA PARA LOGRAR MIS OBJETIVOS,
ADEMÁS DE SU INFINITA BONDAD Y AMOR.
Contenido
INTRODUCCIÓN: ......................................................................................... 4
MODALIDADES DEL ACTO JURÍDICO ........................................................... 5
LA CONDICIÓN: ....................................................................................... 6
Clases de condiciones ............................................................................ 7
Condición Legal (“Condicio Iuris”) Y Condición Voluntaria
(“Condicio Facti”) ............................................................................. 7
Condición Suspensiva Y Condición Resolutoria: .................................... 8
Condiciones Propias y Condiciones Impropias .................................. 9
Condiciones Potestativas, Causales y Mixtas .................................... 9
Condición Positiva y Condición Negativa ......................................... 11
Condiciones Simples y Condiciones Complejas................................ 11
Condición Perpleja ........................................................................... 11
Condiciones Expresas y Tacitas ............................................................ 11
Eficacia de la condición: ................................................................ 12
PLAZO: ............................................................................................... 14
Beneficio del plazo: ..................................................................... 18
La Caducidad del plazo: ............................................................. 20
EL CARGO......................................................................................... 22
Cumplimiento del cargo: ............................................................ 23
BIBLIOGRAFIA: ...................................................................................... 26
INTRODUCCIÓN:
El acto jurídico se asienta sobre la base de tres pilares fundamentales
que van a influir directamente en su existencia jurídica, en un acto en
particular, e incluso, sobre los efectos del mismo. ¡Éstos son los
denominados elementos de! acto jurídico, pudiendo ser en
consideración a aquél: esenciales, naturales y accidentales,
respectivamente.
Los elementos esenciales, son aquellos que no pueden faltar en el acto
jurídico, importan a su existencia jurídica y eficacia; no pudiendo las
partes, por su sola voluntad, prescindir de ellos.
Estos elementos, si bien interesan al acto jurídico en general, lo son
también para cada acto en particular; requiriendo de ellos para
alcanzar independencia respecto a los demás actos jurídicos, con la
finalidad de adquirir, en suma, individualidad y denominación
concretas (compraventa, mutuo, permuta, etc.). Éstos son los
comprendidos en el artículo 140 del Código Civil, cuya inobservancia
producirá inevitablemente su nulidad.
Existen otros elementos que, si bien no actúan dentro de la esfera del
acto jurídico en general, lo hacen en el de uno en particular; es decir,
son inherentes a ellos. Estos elementos denominados naturales; no
obstante ser considerados por la ley como propios del acto en concreto,
a diferencia de los esenciales, pueden ser obviados por voluntad de las
partes celebrantes, sin que esto importe en lo absoluto afectar su
validez, como sucede con las obligaciones de saneamiento, en los
supuestos de transferencia de propiedad, posesión o uso de un bien
(1489 y 1484, respectivamente).
Conjuntamente con aquellos que determinan la existencia y
configuración jurídica del acto, existen otros que le son ajenos, por
cuanto ni son requisitos exigidos para su validez ni mucho menos
corresponden a su naturaleza, pero que una vez incorporados a ellos
por expresa decisión de sus partes, los efectos derivados de los mismos
estarán subordinados a su realización. Son los denominados elementos
accidentales; que el Código Civil regula expresamente en el Título V
del Libro II como Modalidades del Acto Jurídico, y dentro de los cuales
se encuentran la condición, plazo y cargo.
MODALIDADES DEL ACTO JURÍDICO
Las modalidades del acto jurídico son ciertos elementos accidentales
que modifican los efectos normales del acto, ya tornando incierta la
existencia de dichos efectos (condición), ya limitando en el tiempo esos
efectos (plazo), ya limitando la ventaja económica del beneficiario de
un acto de liberalidad (cargo).
Se les denomina accidental porque pueden existir o no; su existencia
depende de que las partes, sin estar obligadas, las hayan añadido al
acto jurídico, estos elementos vienen a ser los que el código civil
denomina modalidades, considerando como tales a la condición plazo
y cargo, también llamado modo.
Tan bien se les conoce como elementos accesorios. La condición y el
plazo son accidentales o accesorios, en cuanto son extraños a la
estructura del acto, pero una vez que las partes, los añaden al acto
que celebran, dejan de ser extraños, para devenir en elementos que
tienen una importancia análoga a la de los elementos esenciales,
puesto que de ellos se hace depender la eficacia del acto; por otro lado
no sucede lo mismo con el modo o cargo, que una vez incorporado en
el acto no pierde su naturaleza de accesorio; no es requisito de eficacia
del acto.
Ejemplos: A trasfiere gratuitamente a B la propiedad de un bien; este
es un contrato de donación pura. A se obliga a donar a B si es que este
opta su título profesional el próximo mes de diciembre; este es un
contrato de donación bajo condición. A dona a B cincuenta cabezas de
ganado, obligándose a entregar diez cabezas de ganado por mes; este
es un contrato de donación sujeto a plazo. A dona B una casa, con la
obligación del donatario B de pagar una pensión mensual a C por un
año; esta es una donación de cargo.
Las modalidades no se pueden añadir a todo tipo de acto jurídico, pues
hay actos que, por razones de intereses superiores, de estabilidad,
seguridad, o morales, son esencialmente puros, y de eficacia inmediata
y definitiva; ejemplo, el matrimonio, la adopción, el reconocimiento de
un hijo, etc.
LA CONDICIÓN:
La condición como vocablo jurídico deriva del latín condiction, que es indicativo
de cualidad, índole, situación y hasta de cláusula de un contrato.
Debido a la gran diversidad de acepciones que se tienen sobre la condición, es
necesario precisar el concepto de la condición como modalidad del acto jurídico,
o simplemente como condición-modalidad; esto es delimitar su concepto para
darle un sentido estricto, como modalidad del acto jurídico, a fin de que se
entienda como lo señala Fernando Vidal Ramírez citando a Coviell:
“Como la cláusula por la cual las partes del negocio jurídico hacen depender su
eficacia o resolución de una acontecimiento futuro e incierto. De este modo la
condición viene a ser el mismo hecho, acontecimiento o suceso futuro e incierto
del que se hace depender la eficacia del acto jurídico para que empiece a
desplegarse o para que cese”1.
Por su parte Aníbal Torres Vásquez manifiesta de la condición que:
“Es el evento futuro e incierto (natural o humano), establecido arbitrariamente
por la voluntad del agente (conditio facti), de cuya verificación se hace depender
el surgimiento (condición suspensiva) o la cesación (condición resolutoria) de la
eficacia de un acto jurídico, o de una o alguna de sus cláusulas o
estipulaciones”2.
1. Requisitos o caracteres de la condición:
Clases de condiciones
Condición Legal (“Condicio Iuris”) Y Condición Voluntaria (“Condicio Facti”)
La condición legal o condicio iuris, esta preestablecida por el ordenamiento
jurídico, independientemente de la voluntad de las partes, como dato necesario
para la eficacia del acto, ya sea por juzgarla necesaria por la naturaleza de las
cosas, o por presumirla en la intención de las partes.
Aquí se habla de condición en sentido impropio, pues no tiene la calidad de
modalidad del acto jurídico en sentido técnico jurídico, porque no es establecida
arbitraria mente por el sujeto, sino que es impuesta por la ley.
La condición voluntaria, denominada también condicio facti o condición propia,
es la expresión de la autonomía de las partes que la establecen arbitrariamente.
Esta es la condición propia en sentido técnico jurídico. Son los sujetos (agentes
o partes) y no es la ley, los que supeditan los efectos del acto al cumplimiento
de un evento incierto y futuro.
“Tanto la condición legal como la voluntaria son requisitos de eficacia del acto
ambas dan lugar a la pendencia de los efectos del acto. Pero la condicio iuris
proviene de la ley, es un elemento extrínseco (ab extra), lógico, objetivo del acto;
y la condicio facti es establecida por la voluntad del sujeto, está contenida en la
declaración de voluntad, por eso es un elemento intrínseco (ab intus), voluntario,
accidental. La condición legal puede consistir en un evento cierto o incierta, y la
voluntaria consiste en un evento necesariamente incierto. La legal es expresa y
la voluntaria puede ser expresa o tácita.
Las condiciones desde una perspectiva lata pueden ser legales o voluntarias,
pero desde una perspectiva estricta, son solo las voluntarias, por eso en adelante
nos ocuparemos de esta última.
Condición Suspensiva Y Condición Resolutoria:
La condición suspensiva o inicial es aquella de la cual depende la eficacia del
acto; en otras palabras, los efectos del acto quedan supeditados a la realización
del hecho previsto como condición. Ejemplo, te dono mi automóvil si te recibes
de abogado.
La condición resolutoria es cuando el acto produce los efectos que normalmente
le son propios, pero cesa de producirlos si se verifica la condición. Ejemplo, te
concedo el uso de mi departamento mientras no tenga otro hijo.
Aníbal Torres Vásquez citando a Pastori señala que:
“El Derecho Romano Clásico reconoció sin reservas la condición suspensiva
que tiene el efecto de diferir la entrada en vigor del reglamento negocial hasta
cuando la condición se verifique. No se reconoció la condición resolutoria cuya
verificación determina el fin de la regulación de intereses”3.
Entonces ¿Cómo surge la condición resolutoria?
Para alcanzar los fines prácticos de la condición resolutoria admitida por la
dogmática moderna, se recurrió al pacto de resolución, como en el caso de la
lex commisoria, por ejemplo, se pacta que la compraventa deviene ineficaz si el
comprador no paga el precio en el plazo establecido. Juliano considero que este
negocio es puro, pero junto a el se estipula un pacto de resolución con condición
suspensiva contraria, así, al verificarse el evento puesto como condición devenía
en operante el pacto de resolución y cesaban los efectos del negocio (D.18, 2,
1). Pero en la hipótesis de la lex commisoria, el pacto de resolución opera
solamente si el vendedor declara valerse de él, en cambio, la condición
resolutoria opera ipso iure. Otra figura con la cual se lograba los efectos de la
condición resolutoria, mediante el recurso al pacto de resolución, era la in diem
addictio, es decir, el caso de la compraventa sujeta a la condición
de que el vendedor dentro de un cierto tiempo obtenga una oferta más ventajosa
(D. 18, 2, 1), y el pactum displicentiae, que era la venta a prueba, en cuanto sus
efectos están condicionados a que el comprador dentro de un cierto tiempo
declare que son de su agrado (D. 19, 5, 20).
Tenemos que la doctrina moderna, respecto a ellas mantiene el mismo contenido
conceptual que adquirieron desde su origen; así lo manifiesta Fernando Vidal
Ramírez citando a Coviello, quien:
“Conceptúa la condición suspensiva como el acontecimiento futuro e incierto del
que se hace depender el negocio jurídico, esto es el negocio existente aun antes
de que la condición se cumpla, pero permanece en suspenso su eficacia; y , la
condición resolutoria como el acontecimiento futuro e incierto del cual se hace
depender la eficacia ya nacida del negocio, esto es, el negocio existe y produce
todos los efectos de que es capaz hasta que la condición se realice”4.
Por otro lado, en el derecho moderno hay autores que consideran que solamente
existe la condición suspensiva; que la división de la condición en suspensiva y
resolutoria no tiene, en el fondo, nada de real. Afirman que la condición
resolutoria también es suspensiva, porque lo que está en suspenso en la
.
condición resolutoria, es la resolución de la obligación; en otras palabras, está
en suspenso la ineficacia del acto.
La distinción entre condición suspensiva y resolutoria es clara. La condición es
suspensiva cuando la eficacia del acto queda supeditada a la realización del
evento previsto, y es resolutoria si al verificarse el evento, el acto pierde eficacia.
En la suspensiva está pendiente la eficacia del acto y en la resolutoria está
pendiente la ineficacia del acto.
Condiciones Propias y Condiciones Impropias
Las condicione propias consisten en eventos inciertos, futuros, posibles y lícitos.
En cambio, las condiciones impropias son eventos o secesos necesarios,
imposibles, ilícitos, presentes o pasados. También son impropias las condiciones
legales.
La denominada condición necesaria no es condición sino plazo, por cuanto se
establece una limitación en el tiempo en cuanto al momento en que comienza o
terminan los efectos del acto. Ejemplo, te doy cien si después del día viene la
noche, no hay condición porque falta la incertidumbre.
La condición es imposible cuando el evento puesto como condición no se puede
comprobar por motivos de índole natural. Ejemplo, si mi caballo canta.
La condición es lícita o ilícita según sea conforme o contraria a normas
imperativas, al orden público o las buenas costumbres; son ilícitas cuando la
condición consiste en ciertas conductas que no pueden llevarse a cabo por estar
prohibida por el ordenamiento jurídico. Ejemplo, si te dedicas al contrabando, si
robas a Ticio; también son ilícitas por atentar contra el orden público, puesto que
lesionan libertades irrenunciables d la persona. Ejemplo, si te cambias a
determinada fe religiosa.
Las condiciones consistentes en eventos presentes o pasados que el sujeto no
sabe aún que están acaeciendo o que han acaecido, no son verdaderas
condiciones, porque no hay pendencia sino ignorancia de la realidad, por lo que
el acto es eficaz si ellas. El suceso presente o pasado no es incierto, lo que es
incierto es si se llega o no a ser conocido. Si se pone como condición este
segundo supuesto si estamos ante una condición propia, por ejemplo, se pone
como condición la verificación futura de la suerte que ha corrido un bien dado
por perdido. Aquí se trata de la verificación futura de un evento que ya puede
haber sucedido en el momento del acto, pero del cual todavía no se tiene
certidumbre si se ha verificado o no.
Las condiciones suspensivas imposibles o ilícitas invalidan el acto, y las
condiciones resolutorias imposibles o ilícitas se consideran no puestas.
Condición Perpleja
La condición perpleja es la que tiene una contradicción interna que no permite
establecer lo que quiere el declarante. Hace ininteligible y contradictoria consigo
misma la declaración de voluntad al extremo de privar al acto de un apreciable
contenido volitivo. Si no se puede establecer con una interpretación razonable,
cual fue la voluntad del sujeto se invalida. (Por ejemplo, te instituyo mi heredero
si mueres antes que yo).
Tanto la condición legal como la voluntaria son requisitos de eficacia del acto,
ambas dan lugar a la pendencia de los efectos del acto. Pero la condicio iuris
proviene de la ley, es un elemento extrínseco (ab extra), lógico, objetivo del acto;
y la condicio facti es establecida por la voluntad del sujeto, está contenida en la
declaración de voluntad, por eso, es un elemento intrínseco (ab intus), voluntario,
accidental. La condición legal puede consistir en un evento cierto o incierto, y la
voluntaria consiste en un evento necesariamente incierto. La legal es expresa y
la voluntaria puede ser expresa o tácita.
El cumplimiento de la condición:
Como hemos ya indicado la condición puede pasar por etapas de las que no
hemos ya ocupado; el de pendencia de la condición y la de cumplimiento de la
condición. Sin embargo, como también lo hemos indicado, puede presentarse
una tercera etapa que es la de la falta de cumplimiento de la condición o déficit.
PLAZO:
El plazo esta indesligablemente vinculado al transcurso de tiempo, que es el
hecho jurídico de mayor relevancia y al que el ordenamiento legal le atribuye las
más importantes consecuencias jurídicas, pues está vinculada a la existencia
humana misma y de él depende, por ejemplo, alcanzar la mayoría de edad y con
ella la capacidad de ejercicio, así como la vigencia de los contratos. Sustenta
instituciones jurídicas tales como la prescripción adquisitiva y extintiva y la
caducidad. El plazo, entonces, como transcurso del tiempo, adquiere una
trascendencia fundamental en relación a los actos jurídicos.
El tiempo deviene, pues, en una relación jurídica en cuanto que el derecho
objetivo lo reconoce un factor de las relaciones jurídicas y lo aprehende mediante
las normas para el cómputo de su transcurso.
El plazo, que es transcurso del tiempo, considerado como modalidad, viene a
ser, al igual que la condición, una limitación puesta por las partes a la eficacia
del acto jurídico que han celebrado.
Concepto:
El plazo tiene como finalidad indicar el momento desde el cual se inicia o finaliza
la eficacia del acto jurídico.
Entre algunas definiciones que podemos citar tenemos:
El jurista Aníbal Torres Vásquez refiere:
“El plazo como modalidad es el evento futuro y cierto de cuyo acaecimiento se
hace depender el nacimiento, la exigibilidad o la finalización de los efectos del
acto jurídico.
Requisitos:
Son requisitos del plazo: la futuridad, la certidumbre y el establecimiento
arbitrario por las partes.
a) La futuridad: El plazo se refiere siempre a un hecho futuro que necesaria
y fatalmente debe ocurrir, por oposición a la condición en la que el hecho
futuro es esencialmente contingente.
Plazo legal:
Plazo judicial:
Plazo convencional:
El art. 180 del C.C., dispone lo siguiente: "El deudor que paga antes del
vencimiento del plazo suspensivo no puede repetir lo pagado. Pero si pagó por
ignorancia del plazo, tiene derecho a la repetición".
En el primer caso, cuando el deudor cumple con su obligación sujeta a plazo,
cumple con lo que debe, y aun cuando lo efectúe antes de tiempo, se trata de
una obligación existente. Se debe considerar que con ese pago anticipado el
deudor está renunciando al beneficio del plazo.
Cuando el plazo se estableció en beneficio del deudor y paga lo que todavía no
adeudaba, tiene derecho a la acción de repetición.
Cuando el deudor ha pagado indebidamente por ignorancia del plazo, tiene
derecho a hacer uso de la acción de repetición o restitución. Aquí el deudor hizo
un pago indebido, no en cuanto a la ausencia del mismo sino en cuanto a la
oportunidad del pago; y puede repetir porque el pago le ha perjudicado, toda vez
que ha dejado de gozar del capital y de sus intereses. Pero si el deudor sabe
que el plazo le favorece y no lo aprovecha, no hay lugar a la acción de repetición.
Por ejemplo, Julio a la muerte de su padre se encuentra con su testamento que
le manda pagar a Pablo inmediatamente 20 mil soles y después de haberle
pagado descubre un segundo testamento que le concede dos años para pagar
dichos 20 mil soles, el deudor tiene derecho a repetición o restitución.
Cómputo del plazo:
Entre los efectos más importantes del plazo podemos señalar los siguientes:
El acreedor a plazo fijo no puede ejercer ninguna acción civil, porque para
que la acción proceda, es indispensable que la obligación sea exigible en
razón de tiempo, lugar y modo.
Como puede apreciarse, las tres causales, si bien están interrelacionadas, son
diferenciables, pues la primera se basa en la insolvencia sobreviniente del
deudor, la segunda en el incumplimiento en cuanto a la constitución de las
garantías ofrecidas y, la tercera, en la disminución del valor de las garantías que
ha constituido.
1. Concepto
El modo (del latín modus = medida), cargo, carga o encargo, consiste en una
obligación accesoria que, sólo en los actos gratuitos de liberalidad Ínter vivos o
mortis causa, puede ser impuesta por el disponente a cargo del destinatario de
la liberalidad, consistente en dar hacer o no hacer algo en favor del disponente
o de un tercero o del beneficiario mismo, o de emplear de una determinada
manera el bien objeto de la disposición.
La palabra "carga" es utilizada aquí en su sentido vulgar. En su sentido técnico
jurídico, la carga consiste en una obligación vinculada a la titularidad de
determinados bienes (ejemplo la servidumbre).
El cargo tiene un carácter doble, por su naturaleza constituye una obligación y,
como tal, su cumplimiento puede ser exigido, incluso coercitivamente, y al mismo
tiempo es una obligación accesoria al derecho que adquiere el destinatario de
una liberalidad; éste no Los actos gratuitos pueden o no ser de liberalidad. En
los actos gratuitos de liberalidad hay una atribución patrimonial (como la
donación, la renta vitalicia gratuita, el testamento, la renuncia, la cesión gratuita
del rango hipotecario, etc.), en cambio, en los actos gratuitos que no son de
liberalidad falta la atribución patrimonial (ejemplo el mandato, el depósito
gratuito). Todo acto de liberalidad es gratuito, pero no todo acto gratuito es una
liberalidad; hay aquí una relación de género a especie, el género lo constituyen
los actos gratuitos y la especie, los actos de liberalidad. El modo solamente
puede ser impuesto en los actos gratuitos de liberalidad, no así en los actos
gratuitos que no impliquen una atribución patrimonial.
Función:
El modo o cargo se distingue de la condición por la función que cumple en el
acto jurídico,
La condición suspende la eficacia del acto y el modo obliga. La condición pone
en contingencia los efectos del acto jurídico, mientras que el modo limita la
ventaja económica del beneficio de una atribución patrimonial gratuita. La
condición no comporta obligación alguna ("condicio non est in obligatione"); el
modo es fuente de obligaciones que pueden tener por objeto prestaciones de
dar, hacer o no hacer algo (modus est in obligatione).
La condición, el plazo y el modo son elementos accidentales del acto jurídico,
pero mientras los dos primeros una vez añadidos al acto dejan de ser accesorios
para devenir en requisitos de eficacia del acto (así, convirtiendo a esa eficacia
en precaria al suspender su existencia o ejercicio, o limitándola en el tiempo), el
modo no afecta la eficacia del acto, no pierde su carácter de accesorio para
convertirse en requisito de eficacia, sino que se resuelve en una obligación a
cargo del beneficiario de la liberalidad, quien debe efectuar una cierta prestación.
Dentro de las estipulaciones que integran el contenido del acto jurídico, el cargo
es una estipulación (accesoria y como tal no impide la adquisición del derecho
ni su ejercicio por parte del beneficiario de la liberalidad.
Si se pacta que el cargo impuesto debe ser cumplido antes como un requisito
para que el destinatario de la disposición a título gratuito adquiera el derecho, no
estamos frente a un acto sub modo, sino sub condicione.
En caso de duda, se juzgará que existe cargo y no condición, en vista a que
cuando se celebra un acto jurídico es para que produzca efectos y no para que
no los produzca (cuando el acto es condicionado, no se sabe si el derecho va a
nacer o no).
Cumplimiento del cargo:
Artículo 185.- El cumplimiento del cargo puede ser exigido por el imponente o
por el beneficiario. Cuando el cumplimiento del cargo sea de interés social, su
ejecución puede ser exigida por la entidad a la que concierna.
El modo, llamado también cargo, carga o encargo, consiste en una obligación
accesoria impuesta al beneficiario de una liberalidad por el disponente de ésta
(ejemplo se dona un predio, imponiendo al donatario la carga de pagar una
pequeña pensión a favor de una persona del afecto del donante). La palabra
"carga" es utilizada aquí en su sentido vulgar. En su sentido técnico jurídico, la
carga consiste en una obligación vinculada a la titularidad de determinados
bienes (ejemplo, la servidumbre).
La imposición del modo no afecta ni suspende la atribución patrimonial realizada
con carácter gratuito, ni la convierte en onerosa. La relación entre la liberalidad
y el modo es de subordinación: el modo es accesorio respecto de la liberalidad,
por lo que el incumplimiento del modo no impide la adquisición del derecho ni
determina su extinción. El modo no es una contraprestación a cargo del
beneficiario de la liberalidad, de la cual es accesorio; en el acto sub modus no
es de prestaciones reciprocas, porque la obligación que tiene que cumplir el
beneficiario no tiene la calidad de contraprestación de la prestación objeto de la
obligación del disponente, en los actos con prestaciones reciprocas la prestación
es causa de la contraprestación y al contrario; en el acto modal no hay una
relación de interdependencia entre la obligación del disponente y la del
beneficiario, sino una relación de accesoriedad de ésta frente a aquélla.
Plazo para el cumplimiento del cargo:
Art. 186.- si no hubiese plazo para la ejecución del cargo, éste debe cumplirse
en el que el juez señale.
La demanda se tramita como proceso sumarísimo.
El cargo será ejecutado en el plazo por el imponente; a falta de este plazo, si
acreedor y deudor no se ponen de acuerdo, el cargo se cumplirá en el plazo que
señale el juez en un proceso sumarísimo, atendiendo a las circunstancias del
caso (ejemplo, la facilidad o dificultad para realizarlo).
VIDAL RAMÍREZ, Fernando. “El Acto Jurídico”. Sexta Edición. Editorial Gaceta
Jurídica. Mayo 2005 Lima Perú. Págs. 574.