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José María Mercado Luna une al Teul, Zacatecas y a San Blas, Nayarit
Las Manzanillas, juego de mesa del grupo Vigías del Patrimonio Cultural del Teul
Viene de la pág. 3
Con el arrinconamiento de sin transformaciones en las condiciones quien tenía coincidencias de oficio (por
Francisco Villa y la disolución de la miserables de vida de la mayoría de la ser ambos abogados), gusto por la
División del Norte, Lauro G. Caloca se población. Tampoco eso quería para sí oratoria y pasión por la justicia.
quedó en el desamparo político, el volcán de anhelos y de ideales que Inmediantamente y con la prontitud de
huérfano de partido, flotando a la era Lauro. Estas dos opciones la amistad y el carácter franco del
deriva en el mar revuelto de la significaban un suicido o un resignarse temperamento campesino se le
Revolución de 1910, sin grupo de a una existencia gris y arrepentida del reconocen sus méritos hacia la causa
pertenencia, sin ejército. quijotismo juvenil que lo había del pueblo mexicano y se le ratifican
involucrado en el movimiento armado. sus grados militares.
Contaba con tres alternativas: 1)
retirarse a la vida privada; 2) afiliarse Antonio Díaz Soto y Gama era Este tiempo de proximidad entre
al carrancismo; 3) buscar un grupo el principal portavoz del zapatismo en ambos y con el círculo de intelectuales
revolucionario radical, vigente, donde la Convención Revolucionaria. Al del zapatismo, reafirmaron en Lauro
él pudiera congeniar y seguir fracaso de este intento de unidad y sus convicciones de que la Revolución
participando. La primera opción era de reconciliación de las fuerzas tenía que devolver el derecho y la tierra
cobardes o de cínicos que se habían revolucionarias, el abogado de San al campesino. La convivencia con el
enriquecido con los botines de los Luis Potosí se refugia en el estado de ejército zapatista lo regresaron a sus
campos de batalla. Y Lauro no era ni lo Morelos, bastión de Emiliano Zapata. orígenes campesinos y al
uno, ni lo otro. La segunda opción Esa pequeña porción de la República convencimiento de que en la tierra y en
significaba una claudicación. El era el único terreno beligerante contra la justicia para la clase campesina está
carrancismo era la parte tibia de la el carrancismo. Ahí llegó Lauro. el futuro de la patria.
revolución. La reforma política, pero Buscando a Díaz Soto y Gama, con
Nº 43, Abril de 2018 8
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Descubrí mi lugar
Severino Salazar (1947-2005) fue un escritor nacido en Tepetongo, Zacatecas. Estudió Letras Inglesas en la UNAM y
se quedó en la Ciudad de México para trabajar y hacer su obra literaria. Cultivó su vocación de escritor. Su sueño era llegar a
ser modesto escritor. Pero fue mucho más que eso. Admirador de la obra de Luisa Josefina Hernández, Rosario Castellanos,
Juan José Arreola, William Faulkner, Carson McCullers, Flannery O’Connor, Tennesse Williams, Eudora Welty y Walker
Percy, tuvo el proyecto de novelar la historia de Zacatecas. Descubrió que si otros grandes de la literatura habían hecho con su
lugar de origen un amplio y profundo escenario literario, él podía hacer lo mismo. Y se dedicó a hacer de la memoria de
Tepetongo un lugar y un tiempo para escribir sobre los grandes temas de la literatura.
Uno queda marcado por el lugar de origen. Severino Salazar vio el mundo y lo escribió desde sus raíces de hombre
nacido y criado en un lugar pequeño. Desde ahí se volvió un cazador de historias. Su tierra natal, su geografía, su cultura y
sus personajes, fueron su escenario literario. Su vasta obra se nutrió de las imágenes y recuerdos del solar natal.
Severino Salazar Muro escribió con la fuerza, el encanto, la imaginación, la originalidad y el fuego que nacen del
hecho de saberse hijo de una tierra y heredero de un lugar pequeño. Severino Salazar descubrió el llamado de la tierra.
Gracias a la generosidad de María de Jesús Salazar Muro, hermana de Severino, compartimos con nuestros lectores un
texto manuscrito del escritor que hizo de Tepetongo el corazón de su creatividad. Este texto es una declaración de principios,
una confesión acerca de la importancia de haber descubierto la vena creativa de la identidad.
Con una invitación a leer la obra de Severino Salazar, los dejamos con el texto mencionado:
Me di cuenta que el lugar, la geografía, implicaba una detenidamente y las historias, las anécdotas iban a saltar
forma de ver el mundo desde ese lugar tan particular. Que como liebres de los matorrales más insospechados.
implicaba una cosmovisión. Que uno nacía marcado por el
Llegué a la conclusión que cualquier ser humano, de
pedazo de tierra donde había caído al mundo, y donde había
cualquier lugar del mundo, era tan importante y tan singular
vivido sus primeros años.
que se podía convertir en sujeto literario. Y que las raíces de
Que en el lugar estaba toda la cultura, toda la todo su contexto estaban enterradas en el pedazo de
tradición; el lugar era el lente desde donde se observa la geografía donde había nacido y vivido.
vida.
Desde ahí, sobre ese lugar pensaba y actuaba, sufría
Entonces, pues, ese microcosmos contenía todo el y gozaba los grandes temas que hacen la literatura, a saber:
mundo como El Aleph de Borges. la vida, el trabajo, el amor, Dios y la muerte. Y no en ese
orden, pues todos tienen el mismo grado de importancia.
El chiste ahora consistía en esculcarlo con las
herramientas necesarias. Observar sus comportamientos Por analogía con otros lugares, descubrí mi lugar.
SS