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Colección: Argumentos
Número: 394
FEDERALISMO Y RELACIONES
INTERGUBERNAMENTALES
EN MÉXICO Y BRASIL
PRESENTACIÓN
7
La experiencia de los autores de Federalismo y relaciones interguberna-
mentales en México y Brasil constituye una convocatoria para hurgar en el
plano de las redes gubernamentales; invita a preguntarnos: ¿cuánto mejo-
raría el desempeño y rendimiento públicos a través de la acción concertada,
inteligente y por ello, republicana?
Esta obra persigue los siguientes objetivos: por un lado, justipreciar
el estudio de las relaciones intergubernamentales en México y Brasil,
con el propósito de identificar alcances, límites y asignaturas pendientes
de este marco de análisis y, por otro lado, documentar el curso de las rela-
ciones intergubernamentales en diferentes competencias. Ambos objetivos
han sido establecidos como estrategias para ofrecer al público interesado
información útil que le permita, a través de su propia experiencia, valorar
las condiciones en que el gobierno finca sus éxitos o provoca sus fracasos
por la calidad de las relaciones entre los seres humanos que habitan el espa-
cio gubernamental.
8
Tendencias contemporáneas del federalismo en México
José Chanes Nieto
Introducción
En el Estado federal hay dos administraciones: la nacional y la de los estados.
En México se agrega a la Constitución Política de los Estados Unidos Mexi-
canos, desde 1917, la municipal y en 1996 la del Distrito Federal, que a partir
de 2016 es la de la Ciudad de México. El título V de la Norma Suprema “De
los Estados de la Federación y del Distrito Federal” se cambió a “De las En-
tidades Federativas” que comprenden a la Ciudad de México y a los estados.
Posteriormente al regreso al poder Santa Anna en 1853, por fortuna por vez
postrera, vuelve abiertamente, como cuarta etapa, la centralización política
del país, que terminará con el triunfo de la Revolución de Ayutla en 1855 y
la convocatoria a un Congreso Constituyente cuyo fruto fue la Carta Supre-
ma de 1857 de carácter federal.
Durante aquella época era abierta, amplia, transparente y profunda la
discusión política. Hay debate permanente entre los partidarios del Estado
unitario y los del federal, formando bandos irreductibles, porque esta op-
ción política fundamental comprende así mismo la distribución del poder;
es una forma para democratizar y no únicamente para organizar al Estado.
Confirmada por la experiencia, las características del país y los deseos del
pueblo, el constituyente de 1856-57 restaura la forma de Estado federal y es-
tablece el principio fundamental para distribuir competencias entre las auto-
ridades federales y las estatales en su artículo 117.
Desde el 5 de febrero de 1857 hasta nuestros días es opción política fun-
damental. Hubo infortunadamente una interrupción en algunas entidades
debida a la invasión francesa y al denominado segundo imperio. A partir del
triunfo de la República en 1867 no vuelve a ser enjuiciada abiertamente. Pero
hay enemigos de esta forma de Estado; más que combatirla francamente lo
hacen solapados y centralizan, entre otros caminos, mediante la llamada eu-
femísticamente federalización, consistente en el incremento de las atribucio-
nes de las autoridades federales, y por ello es difícil vencerlos. Incrustados en
los gobiernos posteriores a 1857 han contribuido a la creciente centralización
del país en todos los órdenes. Entre los argumentos para calificar a México de
capitalista, se invoca la toma de las decisiones más importantes de naturaleza
política, económica, jurídica, social, educativa, cultural, recreativa o admi-
nistrativa en la capital de la República. En ella se genera la información, con
tendencia a uniformarla y dar prioridad a la proveniente de la Ciudad de
18
México. En los estados se difunden más los acontecimientos de la capital
de la República que los ocurridos en ellos. Los políticos y administradores
para destacar localmente lo deben hacer en el ámbito federal.
22
Suprema Corte de Justicia de la Nación se aprueba por “mayoría de por lo
menos ocho votos, tendrá efectos generales”; en los demás casos sólo tendrá
efectos respecto de las partes en la controversia.
La ley de Amparo, Reglamentaria de los artículos 103 y 107 de la Cons-
titución Política de los Estados Unidos Mexicanos, publicada el 7 de abril
de 2013 en el Diario Oficial de la Federación, en el Capítulo VI del Título
IV, incluye la declaratoria general de inconstitucionalidad. Por ella, dispone
su numeral 231, “cuando las salas o el pleno de la Suprema Corte de Justicia
de la Nación, en los juicios de amparo indirecto en revisión, resuelvan la
inconstitucionalidad de una norma general por segunda ocasión consecu-
tiva, en una o distintas sesiones, el presidente de la sala respectiva o de la
Suprema Corte de Justicia de la Nación lo informará a la autoridad emisora
de la norma”, con excepción de la materia tributaria.
“Cuando el pleno o las salas de la Suprema Corte de Justicia de la Na-
ción, en los juicios de amparo indirecto en revisión, establezcan jurispru-
dencia por reiteración, en la cual se determine la inconstitucionalidad de
la misma norma general, se procederá a la notificación a que se refiere el
tercer párrafo de la fracción II del artículo 107 de la Constitución Política
de los Estados Unidos Mexicanos.
“Una vez que se hubiere notificado al órgano emisor de la norma y trans-
currido el plazo de 80 días naturales sin que se modifique o derogue la norma
declarada inconstitucional, el pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Na-
ción emitirá la declaratoria general de inconstitucionalidad correspondiente
siempre que hubiera sido aprobada por mayoría de cuando menos ocho votos.
“Cuando el órgano emisor de la norma sea el órgano legislativo federal
o local, el plazo referido en el párrafo anterior se computará dentro de los
días útiles de los periodos ordinarios de sesiones determinados en la Cons-
titución Federal, en el Estatuto de Gobierno del Distrito Federal, o en la
Constitución Local, según corresponda”, conforme a lo preceptuado por el
artículo 232 de la Ley en cita.
“Los plenos de circuito, determina el dispositivo 233 de la misma Ley de Am-
paro, conforme a los acuerdos generales que emita la Suprema Corte de Justicia
de la Nación, podrán solicitar a ésta, por mayoría de sus integrantes, que inicie
el procedimiento de declaratoria general de inconstitucionalidad cuando dentro
de su circuito se haya emitido jurisprudencia derivada de amparos indirectos
en revisión en la que se declare la inconstitucionalidad de una norma general”.
“La declaratoria, ordena el artículo 234, en ningún caso podrá modifi-
car el sentido de la jurisprudencia que le da origen, será obligatoria, tendrá
efectos generales y establecerá: I. La fecha a partir de la cual surtirá sus
efectos, y II. Los alcances y las condiciones de la declaratoria de inconstitu-
cionalidad. Los efectos de estas declaratorias no serán retroactivos salvo en
materia penal, en términos del párrafo primero del artículo 14 de la Cons-
titución Política de los Estados Unidos Mexicanos”.
En el artículo 235 ordena que la “declaratoria general de inconstitucio-
nalidad se remitirá al Diario Oficial de la Federación y al órgano oficial en
23
el que se hubiere publicado la norma declarada inconstitucional para su
publicación dentro del plazo de siete días hábiles”.
Otras proposiciones pretenden suprimir la intervención de la misma
Corte Suprema en materia de control de la legalidad y dejarla exclusiva-
mente como tribunal de constitucionalidad. Las reformas han favorecido
esta medida; seguirá el poder judicial federal ejerciendo el control de lega-
lidad, pero lo hará por conducto de tribunales establecidos en las entida-
des, sin obligar al quejoso a desplazarse a la capital de la República y sin
que necesariamente intervenga la Suprema Corte de Justicia de la Nación;
sin embargo, permanece a cargo de órganos del poder judicial federal la
decisión en última instancia sobre la aplicación e interpretación de la nor-
mativa y de los actos estatales y municipales.
Entre los factores jurídicos centralizadores está la tendencia a uniformar el
derecho y la promulgación de leyes generales que dejan de hecho una mera fa-
cultad reglamentaria para las legislaturas de los estados, mismas que aprueban
automáticamente las reformas a la Constitución Política de los Estados Uni-
dos Mexicanos aunque restrinjan su ámbito competencial, así ha ocurrido,
por ejemplo, en las materias educativa, científica, tecnológica, abasto, registro
civil, cultural, fiscal, de asentamientos humanos, estadística, protección al am-
biente y preservación del equilibrio ecológico, protección civil, deporte, turis-
mo, pesca y acuacultura, cooperativas, datos personales o laboral. En la penal
“las autoridades federales podrán conocer también de los delitos del fuero
común, cuando éstos tengan conexidad con delitos federales”, de conformidad
con el artículo 73, fracción xxi de nuestra Carta Magna. El organismo autó-
nomo garante del acceso a la información pública federal, de oficio o a peti-
ción fundada del organismo garante equivalente de las entidades federativas,
podrá conocer de los recursos de revisión que por su interés y trascendencia
así lo ameriten (art. 6º., apartado A, fracción viii, párrafo quinto).
En años recientes se ha postulado el mando único policial. La unificación
legislativa, como el Código Nacional de Procedimientos Penales,16 la Ley de
Disciplina Financiera de las Entidades Federativas y los Municipios, el Re-
glamento del Registro Público Único de Financiamientos y Obligaciones de
Entidades Federativas y Municipios, la Ley de Coordinación Fiscal, la Ley
General de Contabilidad Gubernamental o el acuerdo por el que se emiten
los Lineamientos de la Metodología para el Cálculo del Menor Costo Finan-
ciero y de los Procesos Competitivos de los Financiamientos y Obligaciones
a (sic) contratar por parte de las Entidades Federativas, los Municipios y sus
Entes Públicos, del secretario de Hacienda y Crédito Público, son muestra de
la recentralización, al igual que los convenios celebrados con las entidades
federativas, la composición desigual de la cámara de senadores, constitucio-
nalmente la de los estados, las reformas a la fracción XXIX del artículo 73, la
última es la X, de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.
20 Mora, José María Luis, “Revista Política de las diversas administraciones que la República Mexi-
cana ha tenido hasta 1837”, en Obras Sueltas, 2a. ed., Editorial Porrúa, S.A., México, 1963, p. 7.
27
necesidades, expectativas y aspiraciones. Pero para hacerlo plenamente
necesitan competencias, recursos, personal capacitado y voluntad política
de autoridades y habitantes. El perfeccionamiento requerido no sólo es de
naturaleza política; sin embargo, sin descentralización política no hay fede-
ración y será precaria o meramente engañosa la de otra índole. En muchí-
simos casos el habitante del país debe trasladarse a la capital de la República
para ejercer o defender sus derechos, cumplir sus obligaciones u obtener un
servicio público o de los particulares, en tanto múltiples empresas privadas
igualmente tienen su sede en la Ciudad de México. Verbigracia más de la
mitad de los emprendedores del país vive en ella (2015). El Consejo Di-
rectivo Nacional “La Escuela al Centro” vigila que las autoridades estatales
cumplan las directivas del gobierno federal a partir de 2016.
La descentralización ha sido, es y será seguramente un tema controvertido.
Su concepto, alcance, contenido, ventajas e inconvenientes, estudiados desde an-
tiguo, continuarán siendo debatidos. En el ámbito de la administración perdu-
ran las confusiones entre otras causas, por ignorarse el punto de vista político.
Descentralizar o centralizar es una de las decisiones políticas fundamen-
tales y, como todas las de esta naturaleza, se justifica en tanto contribuya a la
realización del proyecto de sociedad definido por la nación. Consecuente-
mente, la descentralización adquiere su pleno sentido en combinación con
las restantes decisiones políticas constitutivas del país.
En México la descentralización política, como se ha reiterado, encuentra
su origen en la forma de Estado consagrado en el texto constitucional: la fe-
deral. Con ella se pretende distribuir el poder en varios centros de decisión,
respetar las singularidades regionales y contribuir al desarrollo armónico
nacional. No obstante, el resultado ha sido la concentración del desarrollo
nacional en pocas regiones del país. “Los datos disponibles indican que el
Distrito Federal registra en la actualidad un índice de desarrollo similar al de
las naciones que ocupan las posiciones 21 y 22 en la clasificación mundial, en
tanto que Chiapas y Oaxaca tienen un índice semejante al de los países que
se encuentran en los lugares 101 y 102”. Tres centros absorben la mayoría
de las actividades de toda índole: en primer lugar la capital de la República,
seguido por Guadalajara y Monterrey, con sus respectivas áreas conurba-
das.21 En ellos, según datos del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e
Informática radica el 25.5% de los habitantes del país y se genera el 47.8% del
producto interno bruto nacional, en consecuencia, crece la administración
en los mismos para dar respuesta a la concentración de la población y de las
actividades económicas, políticas, culturales, recreativas y jurídicas.
La centralización en la capital de la República produce rendimientos decre-
cientes en perjuicio de la nación al coadyuvar a la ineficiencia política, económi-
ca, jurídica y administrativa, a la desigualdad social y regional, con grave daño
IV. Perspectivas
Bibliografía
31
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32
La descentralización y el equilibrio de las relaciones
intergubernamentales en el federalismo brasileño
Eduardo José Grin
Martina Bergues
Fernando Luiz Abrucio
Introducción
El tema del equilibrio federativo proyectado por la descentralización políti-
ca, fiscal y administrativa es, todavía, una cuestión abierta en Brasil. Histó-
ricamente, las relaciones intergubernamentales en el federalismo brasileño
estuvieron marcadas por la dificultad de encontrar un equilibrio entre au-
tonomía e interdependencia, a veces centralizando el poder en la Unión, a
veces ampliando la autonomía de los gobiernos sub-nacionales.
La trayectoria reciente del federalismo brasileño no escapa de esos ras-
gos históricos. Por un lado, la Constitución de 1988 (CF 88) desencadenó
un amplio proceso de descentralización y fortalecimiento de los gobiernos
locales. Por otro lado, hubo un intenso proceso de competición horizontal
y vertical que hizo que los primeros años después de la promulgación de la
Carta Constitucional fueran marcados por relaciones poco cooperativas entre
los entes, dificultando el alcance de un equilibrio federativo más sostenible.
Tomando como premisa la teoría secuencial de Tulia Falletti (2010), este
capítulo tiene como objetivo mostrar las razones de las dificultades en esta-
blecer un equilibrio en las relaciones intergubernamentales, desdoblando el
proceso de descentralización en sus dimensiones política, fiscal y adminis-
trativa. El argumento que será discutido es que el caso brasileño no permite
un abordaje simplificador del proceso descentralizador, considerando úni-
camente la variable territorial en su dimensión vertical representada por el
repase de atribuciones del gobierno central. Además de eso, es necesario con-
siderar los diferentes ritmos y caminos que hubo en las dimensiones fiscales,
administrativas y políticas, pues ésas no obedecieron a una misma lógica.
Con este fin, además de esta introducción, el capítulo se divide en cuatro
secciones. En la primera se contextualiza la forma como la federación brasi-
leña ha organizado la relación entre los gobiernos federal y sub-nacionales
y se muestra la teoría secuencial de la descentralización. Las siguientes sec-
ciones analizan las dimensiones de la descentralización por separado y en
la secuencia en que sucedieron en el caso de Brasil. Por lo tanto, la segunda
sección se ocupa de la dimensión política del proceso de descentralización;
la tercera analiza la dimensión fiscal; y, por último, la cuarta presenta la
descentralización administrativa.
33
El proceso de descentralización y las relaciones intergubernamentales
en el federalismo brasileño
Es común en la literatura brasileña la metáfora de la trayectoria del federa-
lismo como un péndulo que oscila entre centralización y descentralización.
Esa es una alusión a la tendencia histórica de alternancia entre momentos
en que las entidades sub-nacionales se fortalecen vis-à-vis a la Unión y mo-
mentos en que la Unión busca concentrar más poderes. El periodo militar
(1964-1985) puede ser identificado como un modelo centralizado que for-
taleció la Unión en el ámbito intergubernamental (Abrucio y Sano, 2011).
Sin embargo, los primeros momentos de la revalorización de las relacio-
nes federales –reforzada en la democratización y con la CF 88– comenzaron
a ser establecidos aún en el régimen militar (Sallum Junior, 1996). Por lo
tanto, con respecto a la (re)configuración de las relaciones intergubernamen-
tales, el retorno a la democracia tras el fin del régimen militar marcó una
nueva era para el federalismo en Brasil (Losada, 2008). Este capítulo se centra
en el proceso de descentralización que se siguió al fin del régimen militar,
o en las palabras de Falletti (2010), en la descentralización post-desarrollista.
Desafiando la idea de que la descentralización siempre aumenta el poder
de los gobiernos sub-nacionales, Falletti (2010) propone una teoría secuen-
cial en la cual los efectos del proceso de descentralización en el equilibrio
de poder intergubernamental dependen de la secuencia temporal de los di-
ferentes tipos de descentralización. Al identificar tres tipos (y momentos)
de reformas descentralizadoras (administrativa, fiscal y política), la tesis
central de la autora es que el tipo de reforma que origina el proceso genera
limitaciones y oportunidades para los actores políticos que participan en las
rondas de reformas siguientes.
La secuencia del caso brasileño puede ser identificada como: una des-
centralización política previamente realizada, luego una descentralización
fiscal y, finalmente, una descentralización administrativa. Para Falletti
(2010), Brasil se puede enmarcar en el patrón de predominio sub-nacional
(subnational dominance path), ya que el proceso de descentralización llevó
a un alto grado de autonomía de los gobernadores y alcaldes.
El mecanismo explicativo utilizado por la autora es que el orden secuen-
cial de los diferentes tipos de descentralización importa, ya que afecta el po-
der de negociación de las entidades territoriales en las próximas rondas de
negociaciones. Por lo tanto, dependiendo del interés territorial (nacional o
sub-nacional) que prevalece, el tipo de reforma de descentralización adop-
tada tendrá características diferentes. En este sentido, si la descentralización
política es la primera, como en el caso de Brasil, la autonomía política que
los gobiernos sub-nacionales reciben en esta primera ronda de reformas les
atribuye mayor poder en las próximas rondas de negociaciones, haciendo
que su interés prevalezca sobre el del gobierno federal. En este argumento,
animada por una presión de los gobiernos sub-nacionales, la descentraliza-
ción fiscal será la próxima. Finalmente, ocurrirá la descentralización admi-
nistrativa (Falletti, 2010).
34
Con base en los intereses territoriales, la teoría de Falletti establece que la
descentralización administrativa está motivada generalmente por el interés de
la Unión de pasar cargas y tareas a las entidades sub-nacionales. Sin embargo,
en Brasil, la descentralización administrativa fue defendida, también, por una
coalición sub-nacional a favor del proceso (Falletti, 2010), configurando
una especificidad en comparación con otros casos latinoamericanos. En ma-
teria de salud, por ejemplo, el movimiento sanitarista, junto con gobernadores
y alcaldes interesados, defendió e influenció la descentralización adminis-
trativa. Tras ese proceso estaba la idea de que con la proximidad del servicio
público de la gente en el nivel local existiría más eficiencia y reducción de
costos. Además, el acercamiento del poder público de las demandas locales
sería encaminado con más control social y democracia.
Con base en las dimensiones del proceso de descentralización, así como
en su secuencia, las siguientes secciones tratan de mostrar cómo ocurrió
cada reforma de descentralización en Brasil y de qué forma afectaron al
equilibrio federativo.
Conclusión
Fuentes consultadas
47
48
El estudio de las relaciones
intergubernamentales en México*
Alejandro Alejo Pompilio Aguilar Miranda
Introducción
En este capítulo se da cuenta del resultado de la indagación consistente en re-
visar la producción académica e institucional sobre el estado que guardan las
relaciones intergubernamentales (rig) como disciplina científica en México.
Específicamente, explora la composición del marco institucional, conceptual
y metodológico en el abordaje de los temas que involucran las interacciones
e interdependencias de las unidades gubernamentales del amplio espectro
federal en el país. Dos motivos principales animan el trabajo, por un lado,
saberme ciudadano de una nación que, si bien tiene un gran número de asig-
naturas pendientes con la democracia y la racionalidad administrativa, ha
adquirido gran complejidad en la atención de sus asuntos públicos, derivada
de su pluralidad social y política y de la sofisticación de las asignaturas emer-
gentes. Por otro lado, contribuir a disipar la confusión respecto a los términos
conceptuales que, debiendo servir para explicar la realidad publiadministra-
tiva han caído, por convención, ignorancia o ligereza, en el uso ordinario que
tan precautoriamente anuncia Sartori (1996) respecto al lenguaje.
El estado de la disciplina se refiere a la revisión de sus productos y de
sus repercusiones programáticas e institucionales; su consistencia y unidad
disciplinar son determinantes para declarar su utilidad explicativa y ela-
borar una agenda coherente respecto a su evolución; lo contrario produce
sólo papel y espacio digital al servicio de la confusión y, por supuesto, a la
desazón intelectual. La salud o enfermedad de las rig deriva en una nota-
ble responsabilidad en la posibilidad o imposibilidad de transformación; su
estado no es inocuo.
El acometer esta misión implicó acopiar y revisar artículos científicos y
de divulgación de revistas especializadas, así como ensayos y notas alusivas;
memorias de congresos y foros reconocidos (cuando estaban disponibles);
libros de algunos sellos editoriales; planes de estudio, programas de investi-
gación y unidades de aprendizaje de las instituciones de educación superior
53
Las fases históricas (evolución histórica).
Las personas, funcionarios, autoridades y grupos de interés, con sus me-
tas y objetivos.
El contexto socio-cultural y jurídico-institucional.
Los medios formales e informales que se emplean en las interacciones.
La diversidad de recursos que se ponen en juego, de índole financiera,
política, jurídica y de información.
La reciprocidad en las relaciones entre diferentes gobiernos.
Evidentemente, la incorporación de elementos contextuales dota al dis-
positivo analítico de mayor pertinencia y evita las adopciones teóricas acrí-
ticas que pudieran deslumbrar a la investigación local. Se refuerza la idea
de que el abordaje de las rig basado en revisar, criticar y/o modificar otras
ofertas de análisis constituye su propia fortaleza; la premisa es ofrecer argu-
mentos sobre la adopción o adaptación de determinado enfoque.
Atendiendo las líneas anteriores, se desprenden algunas interrogantes
sobre la producción académica de rig en México. ¿Hay coincidencia en un
objeto de estudio? ¿Se diferencia claramente del federalismo (especialmente
del predominantemente jurídico)? ¿Qué género predomina (investigación,
difusión, ensayo, opinión)? ¿Hay discusión metodológica que justifique las
decisiones en este aspecto? ¿Qué elementos categoriales predominan (rasgos
característicos, etapas históricas, modelos de autoridad? ¿Qué tendencias
predominan en la cobertura (estudios sectoriales, estudios de caso)? ¿Se per-
ciben aportaciones conceptuales y/o metodológicas? Las respuestas a estas
preguntas permiten formarnos una idea sobre las tendencias que caracteri-
zan el campo de estudio en cuestión, respecto al área de desarrollo interno.
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Penetración institucional
Las transformaciones en la administración pública mexicana que han de-
rivado en mayores interacciones entre las unidades de gobierno de distinto
ámbito han calado en el interés de los investigadores sociales; sólo basta acudir
a los registros de los encuentros académicos especializados para constatarlo. El
Centro Latinoamericano de Administración para el Desarrollo (clad), a tra-
vés de su congreso anual Sobre la Reforma del Estado y de la Administración
Pública es una importante muestra de esa vitalidad, así como diversos eventos
organizados por los principales centros de pensamiento nacionales. Es común
hoy encontrar mesas especializadas en áreas afines a rig; descentralización,
federalismo, gobiernos locales, coordinación gubernamental, entre otras.
En el entendido de que los asuntos públicos en México son atendidos
sustantivamente por las instituciones de educación superior de carácter
público (con la complementariedad de honrosas instituciones de financia-
miento diverso) se han revisado planes y programas de estudio, buscando
contenido cercano a las rig. El resultado indica que la mayoría de los pla-
nes y programas no dedican unidades de aprendizaje que puntualicen en el
campo de estudio, no así el federalismo, que se encuentra en todos y cada
uno de ellos. Los casos que sí incluyen la asignatura lo hacen con diferentes
denominaciones y grados de precisión (véase anexo 1).
La exploración en el diseño curricular indica que predomina la idea de
que las rig son consustanciales al federalismo, pero no se logra plenamente
diferenciarlos para mejorar el análisis, por supuesto que esta circunstancia
suele reflejarse en los proyectos de investigación en donde predomina el fe-
deralismo juridificado.
Por otro lado, el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) ha
dedicado un área de apoyo al impulso de redes temáticas de investigación con el
objetivo de provocar el encuentro y la colaboración entre los investigadores del
país. En el registro de los grupos de investigación beneficiados no hay ninguno
que se ocupe de las rig. Tampoco, en la revisión de las estructuras organizacio-
nales de las universidades públicas, se detecta instancia alguna dedicada a esta
área de estudio, acaso porque queda subsumida en otras con orientación a la
administración pública, estudios políticos, administración, entre otras.
Es posible inferir que el estudio de las rig entre los investigadores socia-
les es producto de la elección individual o de su vocación, pero no del dise-
ño de la estructura programática de las instituciones de educación superior
y estudios avanzados. Empíricamente, el fenómeno tiene plena vigencia,
pero es deseable que se refleje en la oferta educativa y en los programas de
investigación, así como en la división organizacional de las instancias que
se ocupan de los asuntos públicos.
Rigor científico
Ensayos y artículos de opinión sobre rig escasean, los documentos es-
tudiados declaran ser producto de la investigación científica; sin embar-
go, predominan las narraciones sobre eventos que relacionan unidades de
61
gobierno, es decir, sin apuntar hacia una estrategia clara y específica para
el estudio del fenómeno (conceptos empíricos, indicadores, categorías
recurrentes). Si bien es cierto que estos trabajos ofrecen valiosas descrip-
ciones con valor heurístico, también es cierto que no abonan disciplina-
riamente, pues no se comprometen con marcos de análisis antecedentes.
Dicho de otro modo, es deseable que la producción académica procure
mejores niveles de profundidad en el conocimiento de las rig.
Figura 1. Niveles de profundidad en el conocimiento de las rig
Narración Descripción Análisis Explicación
anecdótica
Sin uso de Identificación Separación y Indagación de
categorías del fenómeno estudio de sus fenómenos sociales
específicas (presencia, componentes sobre rig y a partir de
ausencia, y relaciones las rig. Asociación de
clasificación) existentes causas y efectos
Fuente: Elaboración propia.
Quizá el problema central en los trabajos sobre rig sea el propósito ma-
nifiesto de asumir este campo de estudio como estrategia para mejorar la
administración pública. ¿Por qué problema? La premisa en el estudio de
las rig es que encuentra su principal utilidad como marco de análisis para
generar conocimiento sobre el fenómeno y, ya después, a partir de ese logro,
construir propuestas plausibles para mejorar el desempeño gubernamental.
El problema, entonces, no es propiamente de las rig como disciplina, sino
de la práctica de la investigación científica en general.
En contrapartida, los trabajos ejemplares dejan ver un marco concep-
tual y metodológico claro, aunque conviene resaltar la inconexión entre
propuestas diferentes que, se antoja deseable, debieran ser parte de la mis-
ma discusión para identificar similitudes, diferencias y coincidencias, como
se verá más más adelante.
64
Tendencias en la cobertura
El campo de estudio sobre rig temáticamente ha abarcado un amplio
espectro que deja ver su utilidad en la comprensión de la administración
pública y temas afines. La cobertura muestra dos grandes tendencias; los
estudios sectoriales, en donde tiene un lugar importante la materia fiscal, y
los estudios de caso.
En materia fiscal el énfasis se encuentra en lo que denominan relacio-
nes fiscales intergubernamentales. Su principal fortaleza se encuentra en el
estudio de los instrumentos formales, aunque quizá el gran ausente sea el
factor humano y su carga de subjetividades. Pero, finalmente, no implica-
ría mayor problema si hubiera intercambio y discusión con otras áreas de
estudio, el caso es que los trabajos con esta orientación suelen apartarse de
los marcos de análisis más socorridos en la administración pública y go-
bierno y apegarse más al federalismo. Más cercanos al federalismo fiscal, los
documentos revisados muestran proclividad por los mecanismos institu-
cionalizados de coordinación fiscal y, acaso, abordan cuestiones menos for-
males, como los impactos del desempeño de figuras como la relativamente
reciente Conferencia Nacional de Gobernadores. Es, pues, una asignatura
pendiente definir las líneas que separan a estos trabajos de otros, así como
encontrar sus puntos de encuentro y complementariedad.
Los estudios de caso han sido una veta poco explorada, pero bastante
promisoria, ya que la tendencia en este tipo de estudios es referirse a un
marco de análisis específico, bien proveniente de Wright, bien proveniente
de la Teoría de la Organización. Quizá la debilidad del conjunto de estos
trabajos sea la falta de una glosa que extraiga el significado de sus aportacio-
nes. Cabe recordar que los estudios de caso adquieren su mayor importan-
cia cuando en conjunto son capaces de indicar frecuencias y características
para fortalecer construcciones teóricas.
Conclusiones
Así como hace poco más de tres décadas el modelo de autoridad inclusiva
era el a priori en las rig mexicanas, por lo que resultaba poco interesante
su estudio, hoy no estudiarlas, aun reconociendo el escenario de creciente
diversidad y complejidad en la administración pública, significa descono-
cer la agenda social. Sin lugar a dudas, gobiernos y funcionarios públicos
se mueven en arenas de diferente intensidad política, con instrumentos de
diferente índole y con ritmos de velocidad creciente, por lo que la mejor
manera de evitar miradas perplejas es refinar la disciplina científica que
documente su marcha y trace agenda estratégica consecuente.
La necesidad del estudio de las rig se encuentra plenamente acreditada,
aun si persisten aquellas voces que encuentran en su complejidad riesgos de
caos y anomia, o gracias a que se reconoce que su dinámica es parte de una
saludable pluralización de la vida pública.
65
Pero, entender las rig no es tarea del sentido común si consideramos que
su ocurrencia varía en el tiempo y el espacio y que requiere más que la intui-
ción para comprender su estructura y funcionamiento, así como para cons-
truir alternativas de desempeño. Esta circunstancia, aconseja a los centros de
pensamiento, así como a sus investigadores, emprender la tarea de conocer
el fenómeno, lo que sólo puede ocurrir por su desarrollo disciplinario.
El estudio de las rig en México se encuentra en construcción, su cultivo
disciplinario debe cursar una ruta tal que le permita desarrollar sus áreas
interna y externa en mérito de su acreditada existencia empírica en el país.
La temática generalmente abordada da cuenta de que el fenómeno objetivo,
es decir, el incremento en la cantidad, calidad y complejidad de las rig, es
percibido por quienes trabajan en la investigación de los asuntos públicos
y gubernamentales, pero, amén de trabajos excepcionales, abundan aún
aquellos que parten de bases nocionales que impiden precisión conceptual.
Falta organizar el material que se ha producido en torno a las rig, de
tal manera que pueda fehacientemente decirse cómo se ha trabajado en
México el tema, ello coadyuvaría a situar a expertos e iniciados, no en la
evolución del fenómeno, sino en la evolución del estudio del fenómeno, lo
que permitiría discernir, clasificar y usar eficazmente la obra producida;
pero, además, dar cuenta de la historia intelectual de este campo de estudio.
La penetración social de las rig, entendida como la trascendencia del
campo de estudio en las instituciones y centros de pensamiento, muestra un
déficit de atención que debiera ser colmado en atención a su misión de gene-
rar y transmitir conocimiento sobre la realidad. Tal vez sea indicativo de que
las estructuras curriculares y los programas de investigación deban revisar
su pertinencia y correspondencia con la agenda de problemas nacionales.
Sin lugar a dudas, la comunidad mexicana de investigadores sociales ha
producido materiales de excelente calidad y ha mostrado alta capacidad para
la generación del conocimiento e innovación metodológica, pero resulta de-
seable mayor comunicación y discusión intelectual que permita ir generando
unidad disciplinaria, lo que no puede ni debe confundirse como congracia
acrítica, sino entenderse como el viaje de retorno de un saludable intercam-
bio y ajuste de puntos de vista. Curiosamente, la lección es trabajar de forma
reticular, tal y como se espera idealmente que ocurran las rig en México.
Bibliografía
Fuentes consultadas
Anexo 1
72
UNIVERSIDAD PLAN DE ESTUDIOS UNIDAD DE
APRENDIZAJE
UNIVERSIDAD DE LICENCIATURA EN INTERRELACIÓN
GUADALAJARA ADMINISTRACIÓN DE LOS NIVELES DE
GUBERNAMENTAL Y GOBIERNO
POLÍTICAS PÚBLICAS
LOCALES
LICENCIATURA EN REDES PÚBLICAS
ESTUDIOS POLÍTICOS INTERNACIONALES
Y GOBIERNO
MAESTRÍA EN POLÍTI- COORDINACIÓN
CAS PÚBLICAS HACENDARIA
UNIVERSIDAD LICENCIATURA EN NO SE IMPARTE
NACIONAL CIENCIAS POLÍTICAS
AUTÓNOMA DE Y ADMINISTRACIÓN
MÉXICO PÚBLICA
MAESTRÍA EN GO- FEDERALISMO, RE-
BIERNO Y ASUNTOS LACIONES INTERGU-
PÚBLICOS BERNAMENTALES Y
GOBIERNO LOCAL
DOCTORADO EN NO SE IMPARTE
CIENCIAS POLÍTICAS
Y SOCIALES
UNIVERSIDAD MAESTRÍA EN GO- FEDERALISMO Y
AUTÓNOMA DEL BIERNO Y ASUNTOS RELACIONES INTER-
ESTADO DE PÚBLICOS GUBERNAMENTALES
MÉXICO EN MÉXICO
LICENCIATURA EN CABILDEO Y
CIENCIAS POLÍTICAS RELACIONES DE
Y ADMINISTRACIÓN GOBIERNO
PÚBLICA
FACULTAD MAESTRÍA EN GO- RELACIONES INTER-
LATINOAMERICANA BIERNO Y ASUNTOS GUBERNAMENTALES
DE CIENCIAS PÚBLICOS EN MÉXICO
SOCIALES. MÉXICO
MAESTRÍA EN POLÍ- RELACIONES INTER-
TICAS PÚBLICAS COM- GUBERNAMENTALES
PARADAS
UNIVERSIDAD MAESTRÍA EN CIEN- NO SE IMPARTE
AUTÓNOMA DE CIA POLÍTICA Y ADMI-
TAMAULIPAS NISTRACIÓN PÚBLICA
73
UNIVERSIDAD DE MAESTRÍA EN GES- RELACIONES INTER-
OCCIDENTE TIÓN Y POLÍTICAS GUBERNAMENTALES
PÚBLICAS
74
El estudio de las relaciones intergubernamentales en Brasil
Eduardo José Grin
Martina Bergues
Fernando Luiz Abrucio
Introducción
Aunque federalismo y relaciones intergubernamentales (rig) no sean la mis-
ma cosa, cuando se busca identificar cómo los entes federados comparten
políticas públicas es muy difícil separar los dos conceptos tanto a nivel teó-
rico como empírico. Sobre todo cuando el énfasis reside en analizar de qué
forma se organizan arreglos entre los niveles de gobierno. De acuerdo con
Elazar (1987: 67) el proceso federal incluye, entre otros aspectos, intentar ne-
gociar políticas y programas comunes entre las partes que componen el pacto
federativo. Si lo anterior no es posible se debe entonces preservar la integri-
dad de los entes. Así, no sería equivocado considerar que en el interior del
abanico constitucional de las federaciones las rig sean medios para buscar
cimentar la operación del federalismo. En ese sentido, las distintas unidades
de gobierno tienen como alternativas combinar la unidad con la diversidad,
o bien, la autonomía política con la dependencia de políticas. Teniendo esa
visión general como punto de partida, este capítulo aborda la trayectoria de
las rig en Brasil desde el comienzo de su experiencia federalista en 1889.
Si la federación fija las reglas que organizan la división de poder entre las
unidades territoriales, las rig son el lado más concreto de los vínculos po-
líticos y administrativos. De acuerdo con Agranoff (2007: 259), “cuando el
concepto de rig era nuevo, los estudiosos empezaron a hablar acerca de los
medios del federalismo cooperativo”. Sobre esa base se discute en este capítulo
la experiencia brasileña, que enfatiza aquellos modelos colaborativos entre las
unidades territoriales ante la oferta de políticas públicas, vigentes luego de que
la Constitución de 1988 reconfiguró los contornos de la federación. El nue-
vo ordenamiento constitucional que resultó al final del régimen militar tenía
como un eje básico disminuir la centralización en manos de la Unión mediante
una descentralización a favor de los gobiernos sub-nacionales. La política so-
cial de los gobiernos municipales se constituyó como el principal elemento. El
instrumento estructurador de las rig pasó a ser ese proceso de transferencia
de responsabilidades y recursos financieros de la Unión hacia las localidades.
La nueva Constitución no configuró un mecanismo devolutivo o desin-
tegrador ni prorrogó el modelo centralizador. Fue un nuevo esquema que
combinó las dos tendencias de manera compleja, como será analizado en este
capítulo. Así, la cooperación federativa no tuvo una sola ruta, pero sí una mez-
cla de posibilidades influenciada por las trayectorias anteriores con novedosos
instrumentos alrededor de vínculos entre territorios y políticas públicas.
75
De acuerdo con Krane y Wright (2000), las rig son actividades recípro-
cas e interdependientes entre unidades funcionales o territoriales, basadas
en intereses y preferencias de los actores involucrados, que enfatizan cues-
tiones financieras, políticas y de políticas públicas. Ese proceso genera arre-
glos políticos e institucionales en los cuales importa verificar la discreciona-
lidad permitida por nivel de gobierno y/o agencia funcional. Equilibrar esas
cuestiones puede generar diferentes formas de colaboración.
Sin embargo, es relevante identificar el patrón de relaciones que puede
ser establecido, ya sea entre gobiernos o en cada arena de políticas (Krane
y Leach, 2007). Como vamos a ver, además de la redefinición de las rig
en la política social territorial, las cuestiones fiscales y de descentralización
política deben ser incluidas para comprender el rediseño federal de 1988.
Cuando esas cuestiones son analizadas, considerando la particularidad del
caso brasileño, es preciso moderar muchos de los supuestos teóricos que
son ofertados con la finalidad de discutir federalismo y rig.
4 El gobierno del general Ernesto Geisel (1974-1979) es identificado por la literatura como el
primer gobierno del régimen militar que comenzó el proceso de apertura política y transición
para la democracia. Conforme él prometió, la apertura debería ser lenta, gradual y segura.
5 El movimiento de las Diretas Já fue organizado por varios sectores de la sociedad para
defender el retorno de las elecciones directas para la presidencia en el año 1984.
79
democrática (Abrucio y Costa, 1998). Asimismo, legitimados por la elección
directa, los gobernadores fueron capaces de ajustar sus demandas de descentra-
lización con las exigencias por democracia (Falletti, 2006).
Como contribución para cambiar el equilibrio de poder entre el gobierno
federal y los estados, se destaca la aprobación en 1983 de la enmienda Passos
Porto que aumentó el porcentaje de transferencias automáticas a los estados
con el fin de reducir su dependencia de las transferencias voluntarias de la
Unión (Falletti, 2006). A diferencia de las primeras iniciativas que otorgara
la Unión al comienzo del gobierno de Geisel, la desconcentración fiscal de
1983-1984 fue “arrancada” del gobierno federal debido a la crisis económica
en la que éste se encontraba (Sallum, 1996). Dos marcas son esenciales de ese
periodo de transición política a finales del régimen militar en los ochentas: el
comienzo de la descentralización política que reinserta bases de acción más
autónoma de los gobiernos sub-nacionales y la reducción de la centralización
decisoria en el gobierno federal, lo que incluso coincidió con la disminución de
su actuación más discrecional junto a los entes federativos.
Es importante destacar las etapas que restituyeron la dinámica federativa
hacia el inicio de los ochenta, teniendo en cuenta la caracterización hecha
por Falletti (2010): en Brasil la descentralización empezó por la dimensión
política, fue seguida por el retorno del poder fiscal de los gobiernos sub-na-
cionales, sobre todo los estados, y culminó con el repase de atribuciones,
especialmente en el campo de las políticas sociales. Siendo esa la secuencia,
los gobernadores y alcaldes primero recobraron la capacidad de actuar po-
líticamente, lo que generó fuerza en las arenas decisorias para concederles
más recursos financieros en detrimento de la centralización del periodo mi-
litar. Cuando la nueva Constitución fue promulgada en 1988, la descentra-
lización política y fiscal ya estaba bien avanzada y fue completada, además
de ser ampliada con la descentralización de políticas públicas. En ese marco,
el péndulo de las rig puso a los gobiernos sub-nacionales como los actores
clave al tener fuerza política, recursos financieros y más responsabilidades
en términos de la oferta de servicios y actividades antes más centralizadas.
Por lo tanto, los cambios realizados en la década de 1980 y culminados en
la Constitución de 1988 alteraron el estándar de las rig en el federalismo bra-
sileño. Lo más importante es que la descentralización política, de políticas y
fiscal pasó a ser el trípode que conformó el diseño y operación de los vínculos
intergubernamentales desde entonces. Luego de 1988, hablar de una es casi
lo mismo que hablar de la otra. Si bien, con excepción de la República Velha y
del periodo más equilibrado en términos de la concentración de poder entre
1946-1964, la relación entre los entes federales estuvo inclinada a favor del
gobierno federal, la redemocratización cambió esta lógica, favoreciendo a las
entidades sub-nacionales. La Constitución de 1988 ha coronado esta inver-
sión, dando mayor poder a los estados y, sobre todo, a los municipios.
Sin embargo, el péndulo se fue al otro extremo sin una contraparte ca-
paz de compensar la autonomía de las entidades sub-nacionales a través de
mecanismos de interdependencia y cooperación. El debilitamiento político
80
y económico del gobierno federal a partir del fin del régimen militar y el for-
talecimiento progresivo de los gobiernos estatales creó un modelo federativo
fraccionado en el campo de las políticas públicas y competitivo en el campo de
las finanzas intergubernamentales. Este modelo se extendería hasta mediados
de la década de 1990, cuando el gobierno federal recuperó algo de su poder
y logró reequilibrar la relación, especialmente en el campo financiero. La si-
guiente sección busca profundizar los cambios con respecto a la democratiza-
ción y a las innovaciones introducidas en el ámbito de la nueva Constitución,
buscando enfatizar las alteraciones en las rig y en las políticas públicas.
107
Otra forma posible de cooperación intergubernamental vertical son los
“convenios”, o sea, acuerdos que tienen como finalidad el logro de objetivos
institucionales comunes a través de una colaboración mutua entre los organis-
mos gubernamentales. La colaboración puede tomar la forma de transferencia
de fondos, uso de equipos, recursos humanos, transferencia de conocimien-
tos, entre otras modalidades (Abrucio y Franzese, 2007). También en térmi-
nos de cooperación vertical Farah y Jacobi (1997) señalan la conveniencia de
que la cooperación vertical tenga origen opuesto: de abajo para arriba. Esto es,
para el éxito de la política local se requiere la colaboración de los niveles más
amplios de gobierno, en lugar de que las entidades sub-nacionales se adhieran
a un modelo propuesto por el gobierno federal. Como ejemplos, los autores
citan políticas de desarrollo local sostenible y políticas ambientales.
Conclusión
112
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116
Relaciones fiscales intergubernamentales entre la
Federación y los estados mexicanos. La encrucijada
entre centralización y desarrollo
Ady Patricia Carrera Hernández
Introducción
El objetivo de este capítulo es examinar la evolución y el perfil actual de las
relaciones fiscales entre la Federación y los gobiernos estatales en México. El
texto se estructura en cuatro secciones: en la primera se reflexiona sobre la
forma en que la teoría de las relaciones intergubernamentales puede ayudar a
analizar los procesos de descentralización fiscal. La segunda sección aporta al-
gunas consideraciones teórico-empíricas que sirvan para evaluar la descentra-
lización fiscal y su impacto en las relaciones intergubernamentales. La tercera
parte reseña y estudia el proceso de descentralización fiscal en México de 1980
a la fecha. La última sección contiene las conclusiones y reflexiones finales.
Vertiente de la descentralización
La descentralización fiscal puede instrumentarse con base en tres al-
ternativas (Porcelli, 2009): i) Descentralización de ingreso, ii) descentra-
lización de gasto, y iii) una combinación de las dos anteriores. Aunque se
recomienda que la asignación de mayores ingresos propios sea acompañada
de más responsabilidades de gasto (imf, 2009), lo cierto es que en países
como México, en general, esto no se ha observado y más bien se ha adop-
tado la primera o la segunda vertiente. En la primera vertiente, el gobier-
no central asigna facultades tributarias a los gobiernos subnacionales para
colectar ingresos propios, tales como impuestos y derechos. Con mayores
recursos financieros, los gobiernos subnacionales pueden mejorar la pres-
tación de bienes y servicios para su población, lo que a su vez mejora la
calidad y nivel de vida y estimula el desarrollo económico (Baisalbayeva,
2013). Existe evidencia de que los gobiernos subnacionales que dependen
más de su propia recaudación dedican menos recursos al gasto corriente y
más al de inversión (Smoke, 2012). Esto ocurre siempre y cuando los go-
biernos subnacionales sean responsables y tengan una rendición de cuentas
eficaz; si son corruptos, esta estrategia no rendirá los resultados esperados
(Baisalbayeva, 2013).
En la segunda vertiente, el gobierno central asigna responsabilidades
de gasto a los gobiernos subnacionales, generando lo que se denomina des-
equilibrio fiscal vertical, que es el resultado de la diferencia entre las respon-
sabilidades de gasto y los ingresos disponibles. Ante la carencia de recursos,
los gobiernos intermedios y/o locales no pueden hacer frente a las necesi-
dades de sus comunidades, y para solucionar este problema, el gobierno na-
cional debe canalizarles transferencias. Financiar su gasto mediante la bolsa
central estimula la pereza fiscal de los gobiernos subnacionales, es decir, no
aprovechan de manera eficiente sus fuentes de ingreso propio; gastan más
de lo que gastarían si los recursos provinieran de su propia recaudación;
además de excesivo, su gasto se hace improductivo y las autoridades no
119
tienen presión para rendir cuentas ante su población. Esta falta de disci-
plina fiscal es más grave cuando existen amplios desequilibrios regionales
y cuando los gobiernos subnacionales, frente a la bancarrota, saben que el
gobierno central los rescatará (Eyraud y Lusinyan, 2011).
Autonomía fiscal
Si la descentralización se realiza por la vía del ingreso, es necesario dotar a
los gobiernos subnacionales de un grado significativo de autonomía fiscal.
Esta última se define como la capacidad de un ámbito de gobierno de de-
terminar su nivel general de ingreso y gasto sin la constante intervención
de otros órdenes de gobierno. Para lograr esto, son necesarias cuatro con-
diciones (Carrera, 2005): i) poseer una fuente sustantiva de ingreso propio;
ii) tener un considerable grado de autonomía para la administración de esa
fuente de ingreso, lo cual implica capacidad para determinar las tasas de
los tributos cuya explotación les otorga la ley; iii) elevar su capacidad para
determinar cómo erogar su presupuesto, y iv) reducir la injerencia de otros
niveles o ámbitos de gobierno.
Capacidad institucional
La capacidad institucional del sector público se define como las habilida-
des del mismo para llevar a cabo sus funciones y responsabilidades de ma-
nera eficiente, efectiva y sostenible con base en su estructura y recursos
internos, en el marco de una interacción permanente con los actores del
sector privado y social (Carrera y Rivera, 2012). Desde esta perspectiva,
consiste en el desarrollo de distintos áreas que apoyan la gestión pública,
entre las que destacan:
La profesionalización de los servidores públicos, proceso en el que se le
dota a las personas del conocimiento y las habilidades para desempeñar-
se con eficacia. De ahí la necesidad de crear un servicio civil que permita
contar con funcionarios públicos con conocimientos y experiencia en la
gestión financiera (imf, 2009).
El desarrollo de las estructuras de gestión así como los procesos y proce-
dimientos internos y externos. Las recomendaciones más importantes son
procesos óptimos de planeación, programación y presupuestación; siste-
mas contables homogéneos en todas las esferas de gobierno, lo que a su vez
permita tener mecanismos de control y evaluación eficaces (idem). A ello
habría que añadir la necesidad de contar con un organismo integrado por
expertos que sean responsables de analizar el proceso de descentralización
fiscal, asesorar a todos los niveles de gobierno y determinar los cambios
necesarios para mejorar los resultados.
El marco jurídico que norma la gestión financiera, indispensable entre
otras cosas para sustentar la rendición de cuentas o definir claramente la
capacidad de endeudamiento de los gobiernos subnacionales.
Una vez que se cuenta con un marco de referencia básico para el dise-
ño y operación de un proceso de descentralización fiscal, en la siguiente
sección se analizará la forma en que se ha instrumentado dicho proceso en
México y los resultados que ha tenido en términos de las relaciones entre la
Federación y los estados.
121
El proceso de descentralización fiscal y las relaciones entre la Federación
y los estados mexicanos
Antecedentes
México es una República federal que cuenta con un territorio de casi dos
millones de kilómetros cuadrados, dividido en 32 entidades federativas,
incluida la Ciudad de México, y que actualmente tiene casi 2 500 munici-
pios. La Constitución Política de 1917 es la base jurídica del Estado mexi-
cano contemporáneo, por lo que en ella deberían definirse las facultades
fiscales de cada uno de los tres ámbitos de gobierno. Sin embargo, desde
su creación, la Constitución federal no estableció claramente las faculta-
des recaudatorias entre la Federación y los gobiernos estatales. En 1944, la
Suprema Corte de Justicia definió jurisprudencia en relación con la distri-
bución de poderes tributarios y concluyó que había concurrencia de facul-
tades fiscales entre estos ámbitos de gobierno en la mayoría de las fuentes
de ingresos (artículo 73), es decir, que ambos compartían la capacidad de
recaudar esos recursos.
A partir de entonces, la legislación federal fue limitando cada vez más las
facultades recaudatorias de los estados, asignando los ingresos más importan-
tes como facultades exclusivas de la Federación. Desde el punto de vista for-
mal, los antecedentes para la construcción del actual esquema de relaciones
fiscales intergubernamentales se remontan a 1925, cuando la Federación y
los gobiernos estatales iniciaron esfuerzos para coordinarse en materia fis-
cal. Diversos fueron los mecanismos adoptados para ello, pero entre 1948
y 1970, sólo 15 de los 29 estados que existían entonces habían firmado con-
venios de coordinación con la Secretaría de Hacienda y Crédito Público
(shcp). En 1972 se creó la Reunión de Tesoreros de Estados Coordinados;
en el siguiente año, todas las entidades federativas participaban en ese or-
ganismo. Hasta entonces, había una gran diversidad de convenios entre la
Federación y los estados; para unificarlos, en 1978 se inició la firma de los
Convenios Uniformes de Coordinación Fiscal (Núñez, 1981).
Paradójicamente, mientras los mecanismos de coordinación fiscal entre
los gobiernos federal y estatales iban mejorando, estos últimos iban reci-
biendo menos recursos financieros. El gobierno federal había concentrado
las fuentes de ingreso público más productivas, flexibles y estables. Por su
parte, los estados tuvieron que renunciar a la mayor parte de los ingresos
fiscales que compartían con la Federación, por lo que su capacidad para
generar recursos propios quedó muy limitada. Hasta 1980, sus principales
fuentes de ingreso eran: impuestos sobre la propiedad, ventas, actividades
comerciales, gasolina, alcohol, herencias, sobre la renta, y evaluación espe-
cial de obra pública (Johnson, 1968). La gráfica 1 muestra que entre 1930 y
1980 sus ingresos disminuyeron casi dos terceras partes, como proporción
del ingreso público total, y cómo la Federación fue concentrando cada vez
más el ingreso público del país.
122
Gráfica 1. Porcentaje del ingreso público total por ámbito de gobierno
1930-1980
69 67 72 76 78 81 79 88 86 90 89
100
23 25 23 194 193 163 183
8 8 5 111 122 91 91
0
1930 1935 1940 1945 1950 1955 1960 1965 1970 1975 1980
123
Cuadro 1. Ingresos tributarios de México como porcentaje del pib*
Año % Año %
1960 9.0 1970 8.9
1980 10.1 1990 11.1
1993 11.4 1996 8.9
1999 11.3 2000 9.7
2006 8.6 2010 9.0
Gráfica 2. Ingreso tributario por nivel de gobierno 2009 (como % del pib)
Fuente: Ter-Minassian y Jiménez (2011: 21).
40
4.6 3.4 8.5
20 1.4 2.4 0.6 0.5 0.4
20.3 17.4 16.7 14.6 13.1 13.5 13.9 9.6
0
Argentina Bolivia Brasil Chile Colombia Costa Rica Ecuador México
Central Subnacional
125
El Fondo de Aportaciones para la Nómina Educativa y Gasto Operativo
se creó en 1998 con el nombre de Fondo de Aportaciones para la Educación
Básica y Normal con el objetivo de garantizar el acceso generalizado a la
educación básica. Estos recursos se destinan a pagar los salarios del per-
sonal que se encarga de atender los servicios educativos. De 1998 a 2012,
la Federación distribuyó estos recursos entre las entidades federativas para
que éstas los administraran (Cámara de Diputados, 2002). En febrero de
2013, una vez que el pri regresó al gobierno federal, el fondo se sustitu-
yó por el de Aportaciones para la Nómina Educativa y el Gasto Operativo.
Acorde con la tradicional centralista de ese partido, uno de los cambios más
importantes de esta reforma fue la recentralización de su administración, ya
que nuevamente la shcp se hizo cargo de ella, desapareciendo las responsa-
bilidades de los estados en su gestión. Además de ello, se asignaron nuevos
recursos para cubrir también el gasto operativo (cefp, 2014).
El Fondo de Aportaciones para los Servicios de Salud tiene como objeti-
vo apoyar el fortalecimiento y consolidación de los servicios de salud en los
estados, así como pagar los sueldos y salarios del personal médico y el man-
tenimiento, rehabilitación y construcción de infraestructura médica. La Se-
cretaría de Salud federal distribuye estos recursos considerando variables
como el inventario de infraestructura médica, las plantillas de personal, los
gastos de operación e inversión y otros recursos destinados para promover
la equidad en los servicios de salud. Por su parte, el Fondo de Aportaciones
para la Infraestructura Social se propone incrementar este tipo de infraes-
tructura en los lugares donde habita la población más marginada del país.
Se divide en dos fondos, uno para los gobiernos estatales y otro para los
municipales. La Federación determina la fórmula de distribución de estos
recursos considerando las carencias y el número de habitantes en pobreza
extrema (Cámara de Diputados, 2002; dof, 2014).
El Fondo de Aportaciones Múltiples canaliza recursos a las entidades
federativas para programas alimentarios y de asistencia social a la comuni-
dad, así como para la construcción, equipamiento y conservación de espa-
cios de educación básica, media superior y superior. Los criterios de distri-
bución son definidos por las Secretarías de Salud y Educación Pública del
gobierno federal. El Fondo de Aportaciones para la Educación Tecnológica
y de Adultos otorga recursos a los estados para cubrir los servicios del Co-
legio Nacional de Educación Profesional Técnica (Conalep), y el Instituto
Nacional para la Educación de los Adultos (inea). Para su distribución en-
tre los estados, en el primer caso se consideran elementos tales como los re-
gistros de planteles, de instalaciones educativas y de plantillas de personal;
y en el segundo se toman en cuenta las prioridades específicas y estrategias
compensatorias para el abatimiento del rezago en materia de alfabetización,
educación básica y formación para el trabajo (dof, 2014).
126
Por su parte, los recursos del Fondo de Aportaciones para la Seguridad
Pública de los Estados y del Distrito Federal tienen como objetivo crear re-
cursos humanos e infraestructura física para la función de seguridad social
(Cámara de Diputados, 2002). Las estrategias para lograr estos objetivos y
los montos correspondientes a cada entidad son definidos por el Consejo
Nacional de Seguridad Pública, integrado por actores federales y estatales,
y estos últimos se ocupan de ejercer y administrar los recursos. Finalmente,
el Fondo de Aportaciones para el Fortalecimiento de las Entidades Fede-
rativas se propone fortalecer los presupuestos de las mismas y los de sus
regiones, se destina a diversos propósitos, tales como infraestructura físi-
ca, amortización de deuda pública, saneamiento del sistema de pensiones,
modernización de los registros públicos de la propiedad, modernización de
los sistemas de recaudación, fortalecimiento de proyectos de investigación
científica, sistemas de protección civil, educación pública y fondos de las enti-
dades con el Distrito Federal para infraestructura concesionada (dof, 2014).
Como se verá a continuación, el sncf se ha convertido en el basamento
de las relaciones fiscales intergubernamentales y en el principal medio para
la descentralización fiscal en México. En el siguiente apartado se examinarán
las consecuencias que ello ha tenido para los gobiernos estatales.
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128
Lo anterior es consecuencia del defectuoso diseño del proceso de descen-
tralización fiscal adoptado por el gobierno federal. En primer lugar, la centra-
lización de facultades recaudatorias por parte de la Federación ha significado
que los estados no cuentan con ninguna fuente de ingreso importante. La
mayor parte actualmente recauda el impuesto sobre nóminas, sobre servi-
cios de hospedaje, gravámenes por la venta final de productos con conte-
nido alcohólico, loterías, rifas y sorteos, o juegos con apuestas. Algunos de
ellos tienen otras fuentes menores de ingreso, como el impuesto sobre nego-
cios jurídicos e instrumentos notariales de Aguascalientes; el impuesto sobre
actividades mercantiles e industriales de Baja California; impuestos sobre la
preservación del patrimonio cultural, infraestructura y deporte de Campe-
che; impuesto por remediación ambiental en la extracción de materiales
pétreos de Coahuila; etc. (kpmg, 2014). En todo caso, como se mostró, estos
ingresos aportan una proporción mínima del ingreso estatal, con lo que se
genera un enorme desequilibrio fiscal vertical.
Este desequilibrio se ha cubierto con transferencias federales, las cuales
no poseen varias de las características necesarias para que el proceso de des-
centralización fiscal rinda los frutos que la teoría le atribuye. No han sido
eficientes ya que la mayor parte de los recursos proviene de la bolsa federal,
no hay correspondencia entre lo que colectan los estados de su ciudadanía
y los beneficios que ésta recibe de la bolsa federal. De ahí que la mayor parte
de los fondos públicos se despilfarre en el pago de la burocracia. El sncf,
además de un eficaz medio de subordinación política, económicamente fue
concebido para lograr eficiencia y no equidad. Por ello, hasta finales del
siglo pasado, aunque la recaudación total se incrementó en términos reales,
los criterios de distribución del Fondo de Participaciones no contribuye-
ron a reducir las desigualdades regionales, por el contrario, las agudizaron
(Morgenstern, 1997; Kraemer, 1997; Cabrero, 1998).
Desde el punto de vista de la equidad, una evaluación realizada en 2010
concluyó que en general, los recursos del Ramo 33 o Aportaciones habían
tenido resultados favorables, aunque no con la intensidad que se hubiera
deseado. Además, se encontró que más del 80 por ciento de los recursos se
destinaron para gasto corriente, principalmente para cubrir el pago de per-
sonal, mientras que el resto se orientó preferentemente hacia el gasto de ca-
pital. De acuerdo con ese ejercicio, las necesidades de entidades federativas
y municipios no se resolverían con mayores recursos para el Ramo 33, sino
mejorando la eficiencia, eficacia, economía, rentabilidad y oportunidad de
estos fondos (shcp-inap-bid, 2011).
Otro trabajo determinó que la gestión de estos recursos se realizaba sin
una práctica sistemática de evaluación o de análisis sobre su uso ni sobre
su posible impacto; no existía información homogénea disponible acerca
de su destino. También se señaló que era necesario hacer transparentes las
fuentes de información y bases de datos con los cuales se hacían los cálculos
de distribución de recursos entre estados y municipios. A ello se añadía que
la Ley de Coordinación Fiscal presentaba vacíos legales que dificultaban la
129
rendición de cuentas de los gobiernos subnacionales ante las instancias fis-
calizadoras (Coneval, 2011).
En relación con la viabilidad administrativa, existe evidencia de que las
administraciones estatales no cuentan con las capacidades para administrar
adecuadamente estos recursos. Al 31 de diciembre de 2009, en 14 de las 31
entidades federativas sólo se había ejercido 8.7 por ciento de los recursos del
Fondo de Infraestructura Social Estatal. Los resultados de la evaluación de
control interno de los estados mostraron la existencia de insuficiencias im-
portantes en los procesos operativos del fondo, así como debilidades en los
sistemas de control contable y administrativo y en los mecanismos de ope-
ración. Finalmente, 33 por ciento de los recursos totales ejercidos se usó en
obras y acciones que no beneficiaron a la población en rezago social y pobre-
za extrema ni se identificaron como de alcance o ámbito regional o intermu-
nicipal, es decir, no cumplieron con los objetivos de este fondo (asf, 2011).
Otro dato contundente es el análisis realizado al Fondo de Aportaciones
para la Seguridad Pública de los Estados y el Distrito Federal en 2011. A
pesar de contar con más recursos no se observó evidencia de sus resultados;
uno de los mayores problemas fue que debido a la limitada coordinación y
cumplimiento de la normatividad, una tercera parte de todos los recursos
de este fondo no se había ejercido (México Evalúa, 2011: 10). Por su parte,
una evaluación realizada al Fondo de Aportaciones para la Educación Básica
y Normal concluyó la falta de precisión en los objetivos general y específi-
cos del fondo, así como que la ausencia de una regulación federal y estatal
para la aplicación de los recursos permitió a los estados utilizar recursos para
acciones y programas que no estaban directamente vinculados con dichos
objetivos. Asimismo, se determinó que el personal de mando de las áreas
operativas de los estados no cuenta con el perfil adecuado y/o carece de expe-
riencia para realizar sus funciones. En muchos casos, estos nombramientos
se realizan por los dirigentes sindicales del magisterio, es decir, son nombra-
mientos políticos, no con base en el nivel de profesionalización (asf, 2011b).
Dado lo limitado del espacio disponible para este texto, ya no se apor-
tará más evidencia empírica sobre los efectos que ha tenido el proceso de
descentralización fiscal en las relaciones entre la Federación y los estados
en México. Con base en la información que se ha presentado se elaboran
algunas conclusiones y reflexiones finales en la siguiente sección.
Conclusiones
La distribución desigual de recursos fiscales entre las diferentes esferas de
gobierno se diseñó para reforzar la lógica del sistema político mexicano. La
estructura de las relaciones fiscales intergubernamentales proporcionó al
Ejecutivo federal todos los elementos para reforzar su control político sobre
los gobiernos subnacionales a través del control financiero. Sólo los cam-
bios derivados del proceso de democratización y la reconfiguración de los
espacios políticos lograron que la descentralización fiscal tuviera un nuevo
empuje. Lamentablemente, se prefirió la vertiente de gasto por sobre la del
130
fortalecimiento de las facultades recaudatorias de los estados, lo que ha te-
nido resultados sumamente negativos.
Desde el punto de vista económico, el diseño de las transferencias fe-
derales para los estados ha generado todos los problemas que la literatura
internacional ha detectado en los procesos de descentralización mal dise-
ñados. En el sistema de coordinación fiscal del Estado mexicano no hay
consistencia, ya que el gobierno federal y los estados tienen concurrencia
impositiva en muchas fuentes de ingreso. La solución a este problema ha
sido la centralización de los ingresos más importantes por parte de la Fe-
deración. Al no tener fuentes sustantivas de ingreso propio, es decir, cierto
grado de autonomía fiscal, los estados dependen casi completamente de la
bolsa federal para cubrir sus presupuestos; lo que ha desincentivado su es-
fuerzo fiscal y los ha vuelto muy irresponsables en la forma de ejercer esos
recursos. Aunque los gobiernos estatales reciben tanto transferencias no
condicionadas como condicionadas, lo cierto es que su diseño no ha garan-
tizado la disciplina fiscal.
Como se evidenció, estos recursos no han sido ni eficientes ni equitati-
vos, y los gobiernos estatales han mostrado un elevado grado de incapacidad
institucional en el manejo de estos fondos. A ello han contribuido en gran
medida factores políticos más que técnicos. La falta de instituciones eficaces
para garantizar la disciplina fiscal, la transparencia y la rendición de cuentas
ha ayudado enormemente a que los gobiernos estatales no administren estos
recursos de manera óptima, lo que, sumado al mal diseño de las transferen-
cias federales, arroja los resultados que ya se han examinado. Los funcio-
narios públicos encargados de estos fondos son seleccionados con base en
criterios políticos más que profesionales, los procesos de planeación, pre-
supuestación, control y evaluación son deficientes, y el marco jurídico que
existe no se cumple. Es imposible que los estados inviertan estos recursos de
manera eficiente y eficaz si no existen instituciones que los obliguen a ello.
Ante este panorama resulta lógico preguntarse por qué los actores es-
tatales no han cuestionado y buscado la transformación de este esquema
de rigs en el ámbito fiscal que tanto limita su capacidad para responder a
las necesidades de desarrollo de sus jurisdicciones. La respuesta que parece
más evidente es que es lo más conveniente para sus intereses políticos y
personales. La posibilidad de hacer uso indebido de los recursos que no les
ha costado ningún esfuerzo recaudar y sobre los que nadie les pide cuentas
es tentadora para cualquier actor político. Pero ello representa un enorme
problema para el desarrollo del país, ya que cada día aumenta el número de
pobres. De acuerdo con el Coneval, en 2014, casi la mitad de la población
estaba en situación de pobreza y 10 por ciento vivía en pobreza extrema.
Esto significa que la pobreza en México se encuentra en la misma situación
que en 2010 (René, 2015); es decir, en los últimos cinco años no ha habido
avances en el desarrollo de una gran parte de los mexicanos.
Más allá de consideraciones de tipo político, resulta indispensable re-
estructurar el esquema de arreglos fiscales, y por ende, el de las relaciones
131
intergubernamentales, con el fin de garantizar condiciones dignas de vida
para la mayor parte de la población. La inequidad que existe actualmente
entre las regiones y grupos sociales es una de las más grandes del mundo, y
cada día se agudiza más. El entorno que enfrenta México hace doblemente
complicada esta tarea, la escasa recaudación del gobierno federal no ha sido
mejorada por la reforma hacendaria realizada en 2013.
En el plano internacional, el país tiene una enorme dependencia del pe-
tróleo, que de 1985 a 2010, ha aportado casi 40 por ciento del ingreso federal
total (Tello, 2010: 42). Y el precio de este bien se desplomó en 2014, lo que
ha forzado a la disminución del gasto público. Por su importancia en la bolsa
federal, una gran proporción de los fondos descentralizados provienen de los
ingresos petroleros, lo que significa que los gobiernos estatales verán reduci-
dos significativamente sus ingresos vía transferencias en los siguientes años.
La disminución del ingreso público total fuerza a tomar acciones para forta-
lecer las fuentes de ingreso propio de los estados; buscar otras alternativas de
financiamiento, tales como las asociaciones público-privadas, transformar el
patrón de gasto a favor del aumento de la inversión y la disminución del gas-
to corriente y, sobre todo, buscar mayor eficacia y eficiencia en el uso de los
fondos públicos. Para esto último, la creación de un auténtico servicio civil de
carrera, o al menos la profesionalización de los funcionarios, es indispensable.
Estas medidas representarían un cambio radical en el proceso de des-
centralización fiscal, y lo cierto es que el actual gobierno federal ha mostra-
do una marcada inclinación hacia la recentralización. A ello se suman las
graves crisis políticas y económicas que han caracterizado la administra-
ción de Enrique Peña Nieto. Al respecto, la literatura sobre descentraliza-
ción advierte explícitamente que las crisis económicas o sociales tienden a
magnificar el papel del gobierno central, y por lo tanto, a debilitar la auto-
nomía de los gobiernos subnacionales (Oates, 1993). Este fenómeno es co-
nocido como “el efecto crisis”, y ocurre cuando hay una propensión a darles
menos autonomía en aquellos países donde hay una continua amenaza de
ingobernabilidad o quebranto económico (Bahl y Linn, 1992).
El escenario no podría ser menos propicio, pero la reestructuración de
las relaciones fiscales entre la Federación y los estados no podría ser más ur-
gente. La solución a todos estos problemas involucra aspectos económicos,
políticos y sociales, lo cual la hace extremadamente compleja. A pesar de
ello, los actores de los tres ámbitos de gobierno deben encontrar respuestas
adecuadas a estos retos y para ello es indispensable que la ciudadanía se
convierta en un agente activo en la demanda de transparencia y rendición
de cuentas. De ello depende que la mayor parte de la población siga en la
pobreza, o bien, se sienten los cimientos de un país más equitativo con base
en un proceso adecuado de descentralización.
132
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135
136
Distribución de los recursos y las relaciones
intergubernamentales entre los estados
en la federación brasileña
Ricardo Carneiro
Aline Martins Ribeiro Tavares Rezende
Introducción
Brasil es considerado, por muchos autores, un caso de federalismo muy
complejo, en el que conviven tres polos de poder (federal, estatal y munici-
pal), llegando a ser considerado a efectos fiscales, el país más descentraliza-
do de América Latina (Afonso, 1994; Affonso, 2000). No es sorprendente,
por lo tanto, la amplia literatura1 sobre el federalismo brasileño, en particu-
lar en su dimensión fiscal. Abrucio (2005: 41) señala que los estudios “[...]
privilegian el análisis del choque, hoy y a lo largo de la historia, entre el go-
bierno central y las entidades territoriales [...]”, lo que muestra la relevancia
del tema de las relaciones intergubernamentales (rig).
Desde una perspectiva normativa, la complejidad de la articulación fe-
derativa refleja, en gran parte, las disputas por autoridad sobre los ingresos
fiscales en la medida en que esto afecta a la autonomía de decisión de las
entidades federales, tanto en relación con el poder para la configuración de
la agenda, como en cuanto a su control sobre el gasto (Arretche, 2012). Esta
perspectiva se ha impuesto con fuerza durante el proceso de democratización
que surgió en la década de 1980 cuando se promulgó una nueva Constitu-
ción —la Constitución Federal de 1988 (cf 1988)— y un nuevo sistema fiscal
se hizo efectivo. La característica más destacada de este nuevo sistema es la
tendencia de transferencia de competencias fiscales y de los ingresos desde el
nivel central a los niveles subnacionales de gobierno (Mendes, 2013).
Sin embargo, desde la perspectiva de los gobiernos estatales2 el régimen
fiscal establecido por la cf 1988 no enfrenta adecuadamente el problema de
1 Véase, por ejemplo, Abrucio (2005); Affonso (1994, 2000); Affonso (1994); Arretche (2004);
Oliveira (2007) y Prado (2003).
2 En Brasil hay 26 estados y el Distrito Federal, que también se considera un estado, reparti-
dos en cinco regiones, las cuales son las siguientes: la región Norte con los Estados de Acre,
Amazonas, Amapá, Rondônia, Roraima, Pará y Tocantins; la región Noreste con los Estados
de Alagoas, Bahia, Ceará, Maranhão, Paraíba, Pernambuco, Piauí, Rio Grande do Norte y
Sergipe; la región Sureste con los Estados de Espírito Santo, Minas Gerais, Rio de Janeiro y São
Paulo; la región Sur con los Estados de Paraná, Rio Grande do Sul y Santa Catarina; y la región
Medio Oeste con los Estados de Distrito Federal, Goiás, Mato Grosso do Sul y Mato Grosso.
137
las altas disparidades regionales del país, sobre todo acerca de la distribución
de los ingresos, que se traduce en conflictos constantes entre las entidades
federativas para las futuras transferencias. Por lo tanto, las discusiones abor-
dan el tema de la necesidad de ampliar las transferencias de recursos del go-
bierno central y la revisión de las normas de contabilidad– principalmente
de los recursos transferidos obligatoriamente a través del Fondo de Partici-
pación de los Estados (fpe) – y la dirección deseada sobre la autonomía del
principal impuesto estatal, el icms, que ha generado un conflicto federativo
horizontal perverso, designado “guerra fiscal”. Este conflicto federal se ha
producido bajo un contexto de fuertes restricciones fiscales incidentes sobre
las entidades subnacionales y de un proceso de descentralización creciente
hacia un rol más amplio del gobierno local, dejando aún más restringidas las
opciones de mejora de la actuación del gobierno a nivel estatal.
Bajo ese contexto, este capítulo aborda las cuestiones fiscales en las re-
laciones entre la Unión y los estados en Brasil, centrándose en el análisis
de la base de ingresos de los gobiernos estatales y las transferencias inter-
gubernamentales dirigida a ellos. Para lograr ese objetivo, el texto se divi-
de en cinco secciones, además de esta introducción. La segunda sección
describe el diseño constitucional actual de participación en los ingresos,
discutiendo cómo la desigualdad regional se refleja directa e intensamente
en la recaudación de impuestos. La tercera y cuarta secciones exploran los
ingresos de las transferencias intergubernamentales e incluso problemati-
zan las preguntas relacionadas con el icms, señalando los mayores proble-
mas y desafíos de la asignación de recursos en la federación brasileña y la
participación de los gobiernos estaduales. Finalente, en la quinta sección se
presentan las conclusiones.
139
Con la cf 1988, la estructura de distribución de los recursos se ha con-
vertido en un extenso y complejo problema. Considerando solamente los
gobiernos de los estados, la Constitución dicta las siguientes transferencias
resultantes de la descomposición de los ingresos tributarios de la Unión:
1) las transferencias del Fondo de Participación de los Estados (fpe), que
comprende 21.5 por ciento de los ingresos del ir y del ipi; 2) el Fondo
Constitucional para el financiamiento de los Estados del Norte, Noreste
y Medio Oeste, que comprende 3 por ciento de los ingresos del ir y del
ipi, para aplicación en programas de financiaciamiento del sector produc-
tivo; 3) transferencias del 10 por ciento de los ingresos del ipi distribui-
dos a los estados en proporción a sus exportaciones (ipi-exportación); 4)
transferencias del 29 por ciento de los recursos de la Contribución de In-
tervención en el Dominio Económico (cide) que grava la importación y
comercialización de petróleo y sus derivados, gas natural y sus derivados y
el combustible de etanol (cide-Combustibles); 5) transferencias de 30 por
ciento al estado originario del producto de los ingresos tributarios del iof
recaudados sobre el oro (iof-oro), cuando esté definido por la ley como un
activo financiero o un instrumento de cambio; y 6) transferencias del 20
por ciento del impuesto que establezca la Unión fuera de los impuestos ya
inscritos en la cf 1988.
Además de las mencionadas transferencias, la cf 1988 también prevé la
transferencia por la Unión de los fondos de compensación por la exención
del icms sobre las exportaciones, según lo dispuesto por la Ley Kandir4, que
determina la exención de este impuesto en las operaciones de exportación,
obligando al gobierno central a compensar a los estados por sus pérdidas
en la recolección.
Aunque no tengamos un listado de todas las posibilidades de transfe-
rencias de recursos entre las entidades federativas que figuran en la nor-
ma constitucional y legal, en general se puede observar que las transfe-
rencias intergubernamentales tienen un peso significativo en el sistema
de relaciones federativas. Ya que la mayoría de las transferencias se ha de-
terminado en la cf 1988, los recursos transferidos cumplen los criterios
de transferencia obligatorios, independientes de las determinaciones o
conveniencias políticas. El fpe es el principal instrumento de transferen-
cia intergubernamental, presentando más del 90 por ciento de los fondos
transferidos por el gobierno federal a los gobiernos estatales, como se
muestra la gráfica 1.
140
Gráfico 1 - Transferencias intergubernamentales
obligatorias del gobierno central para
los estados en Brasil - 2014
0,1%
1,9% 0,0%
6,1%
FPE
IPI Exportación
Ley Kandir
CIDE
IOF-Oro
91,9%
141
Gráfico 2 - Ingresos fiscales de los gobiernos
estatales brasileños - 2013
18.4%
21.8% 59.8%
5 Se utilizó como parámetro los ingresos corrientes del Estado, ya que está compuesto,
entre otros, por los ingresos tributarios y por las transferencias intergubernamentales,
cuya mayor parte es el FPE, siendo en gran parte un ingreso permanente del sector públi-
co. Así que para hacer esa elección, se purgan automáticamente los ingresos de inversión.
142
Gráfica 3 - Participación del ICMS y del FPE en los ingresos corrientes de los estados Brasileños - 2013
70%
66%
28% 29%
30%
26%
24%
22%
143
disponible para el gobierno central se redujo de 60.1 por ciento en 1988 a 56.2
por ciento en 1995, lo que refleja la expansión de los mecanismos de trans-
ferencias intergubernamentales y la asignación de autonomía a las entidades
territoriales para la recaudación de varios impuestos (Oliveira, 2007).
Las transferencias intergubernamentales de recursos, sin embargo, recién
se han reducido, disminuyendo su capacidad de compensar las desigualdades
regionales. En seguida se enuncian algunos factores que contribuyen a este
movimiento. Uno de ellos se refiere a la mayor atención del gobierno central
en el aumento de los ingresos no compartidos a expensas de los impuestos
compartidos con los estados – como los que componen el FPE -. Además,
otras transferencias han sido sistemáticamente reducidas, como en el caso
de las transferencias de Ley Kandir, que no tienen sus cantidades definidas
expresamente en la norma jurídica, y la CIDE-combustible, que ha sido ob-
jeto de exoneraciones por el gobierno central6. Otro punto importante son
los criterios para compartir el FPE. Las normas que dictan la distribución de
estos recursos son obsoletas y su cambio trae discusiones intensas, destacan-
do las muchas tensiones federales sobre la asignación de recursos en el país.
20%
6 El Poder Ejecutivo Federal, a través del Decreto núm. 7764, del 22 de junio de 2012,
pone en cero las tasas de incidencia en combustible.
144
seguridad social, una especie de tributo de uso específico que, en gran parte,
no se comparte con los niveles subnacionales de gobierno. En la transición
a la próxima década, estos ingresos pasaron a mayor relevancia en la estruc-
tura de recaudación central, lo que corresponde en 2014 a 43 por ciento de
los fondos administrados por la oficina nacional de recaudación, como se
muestra en la gráfica 4.
En este sentido, Oliveira (2007) señala que este movimiento hacia las
contribuciones sociales refleja la poca calidad del sistema fiscal, en la me-
dida en que acumula los impuestos y tiene efectos perversos sobre la capa-
cidad de reducir las desigualdades horizontales y verticales existentes en la
federación brasileña. Si bien muestra una apropiación vertical de ingresos
por parte del gobierno central, eso tiene un impacto directo en las trans-
ferencias para los gobiernos sub-nacionales, ya que la exploración adicio-
nal de las contribuciones sociales se hace a costa de los ingresos fiscales
que conforman los criterios de distribución, como el ir y el ipi. De forma
ilustrativa, Mendes (2013) menciona la reducción del Impuesto sobre So-
ciedades, que pasó de 35 a 25 por ciento de las ganancias con la creación
simultánea de una contribución social sobre las ganancias de las empresas,
con la misma base impositiva de impuestos, favoreciendo, por lo tanto, a los
ingresos tributarios no compartidos (2013: 13).
Se agrega al deterioro de los fondos de impuestos federales comparti-
dos, la reducción de las sumas transferidas por la Unión, como en el caso
de la Ley Kandir y de la Cide-combustibles. Dichas transferencias han pre-
sentado una tendencia a la baja desde el año 2004, con el descenso real
acumulado de 75.2 por ciento en el periodo, como se muestra en la gráfica
5, afectando de manera desigual a los diferentes estados.
Gráfica 5 - Transferencias del gobierno central a los Estados
- Ley Kandir y Cide-Combustibles (2004-2014)
6.000.000.000
10.4%
5.000.000.000
-21.1%
-23.6%
4.000.000.000
-34.2%
-37.4% -35.3%
3.000.000.000 -49.8%
-55.4%
2.000.000.000
-74.6%
-75.2%
1.000.000.000
2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013 2014
145
Por lo tanto, la configuración del régimen fiscal actual concentra cerca
de 68 por ciento de los ingresos directos en el gobierno central y el 58 por
ciento de la renta disponible, de acuerdo con datos de 2005 (Oliveira, 2007:
50), manteniéndose en niveles similares en años posteriores —representando
la inversión, aunque sea parcialmente, del diseño inicial definido por la cf
1988—. Paralelamente a la tendencia del gobierno central sobre la prioriza-
ción de los ingresos no compartidos, lo que implica una apropiación vertical
de recursos, algunos autores discuten la capacidad real para reducir las des-
igualdades regionales en los instrumentos redistributivos como el fpe.
Como señaló Oliveira Junior (2009), pasados 70 años, la proporción del
Producto Interno Bruto (pib) sufrió cambios importantes entre las regiones
de Brasil. De 1939 a 2005, la participación de las regiones Noreste y Sureste
disminuyó de 16.73 a 13.06 por ciento y de 62.91 a 56.53 por ciento, res-
pectivamente. Las otras regiones han ampliado su participación, pasando la
región Sur de 15.56 al 16.59 por ciento, y las regiones Norte y Medio Oeste de
2.66 a 4.96 por ciento y 2.14 a 8.86 por ciento, respectivamente.
La crítica principal del fpe es que sus coeficientes de distribución se
definieron en 1989, sin actualizaciones posteriores. Esta situación ha pro-
vocado incluso la decisión de la Corte Suprema (stf), de 2010, declarando
la inconstitucionalidad de esos coeficientes, imponiendo su revisión por el
Congreso Nacional. Además, según Mendes (2013), como el fpe propone
en la distribución de sus recursos la asignación de 85 por ciento hacia el
Norte, Noreste y Medio Oeste ya indica un problema significativo de “foco
de la redistribución” (ibidem, 56). Aunque las regiones Norte y Noreste pre-
sentan un perfil de bajo desarrollo, el Medio Oeste se compone de estados en
proceso de crecimiento acelerado y del Distrito Federal, que tiene el mayor
ingreso per cápita en el país. Para los autores, el fpe no seguiría cumpliendo
el objetivo de reducir la brecha fiscal entre los estados.
Otro punto a destacar son las tensiones sobre la discusión de los nuevos
criterios de división de recursos que empeoran el conflicto federal, lo que di-
ficulta aún más la evolución de los mecanismos de transferencias interguber-
namentales. En el caso del fpe, aunque la ley haya establecido la posibilidad
de cambios posteriores en la norma, el debate sobre su adecuación dio lugar
a varios enfrentamientos políticos en la federación que obstaculizó su realiza-
ción. Solamente en 2013, tras de la decisión de la Corte Suprema, se aprobaron
nuevos criterios para la asignación del fpe, que además de ser compleja, no ha
implicado cambios sustanciales en su estructura original. En el nuevo estándar
hasta el año 2015 se cumplió un periodo de transición cuando se usaron los
mismos criterios que existían, promoviendo a partir del 2016, la corrección de
los importes pasados que seguirá en una mezcla de criterios en proporción a la
población e inversamente proporcional a la renta per cápita del estado.
Las dificultades para llegar a un acuerdo sobre la estructura fiscal más
adecuada de las transferencias intergubernamentales estuvieron presentes
desde el comienzo del nuevo régimen establecido por la cf 1988. La propia
Constitución estipulaba que se haría una revisión de las normas cinco años
146
después de su promulgación, pero ese examen no ha sucedido. Como subra-
yó Oliveira (2007), se introdujeron sólo parches en el sistema fiscal.
Por lo tanto, la crítica más mordaz a las transferencias interguberna-
mentales se refiere al debilitamiento de su capacidad para promover una
nivelación fiscal más eficaz, reduciendo las disparidades socioeconómicas
históricas entre las regiones (Oliveira, 2007; Mendes, 2004; Rezende, 2007).
Estos resultados demuestran la complejidad de la articulación federal, espe-
cialmente un proceso de creciente descentralización hacia los municipios. En
este sentido, se registra una nueva norma aprobada por el Congreso Nacional
(Enmienda Constitucional núm. 84, 2014), que amplía los recursos asigna-
dos a los municipios por el Fondo de Participación de los Municipios (fpm),
que constituyen la misma base tributaria del fpe.
De hecho el arreglo institucional vigente en materia de transferencias in-
tergubernamentales a los estados muestra los conflictos y disputas entre los
niveles de gobierno sobre los recursos adicionales, lo que evidencia un juego
federal cada vez más competitivo y depredador.
9 La Ley de Directrices Presupuestarias (LDO) es una ley que dicta directrices que se-
rán observadas en la elaboración del presupuesto. Es editada anualmente e establece los
objetivos fiscales de los gobiernos para el período de un año, y por lo tanto debe prever,
entre otros, el importe de los beneficios fiscales concedidos, así como indicar las acciones
a tomar si estos beneficios implican negativamente en el esfuerzo fiscal del gobierno.
149
Por otra parte, a pesar de la “guerra fiscal”, la necesidad de mejorar la
recaudación de los estados para financiar sus políticas públicas se está re-
emplazando por una concentración de los impuestos del icms en los sec-
tores que no cuentan con la posibilidad de negociación de los incentivos
fiscales. Como señaló Afonso (2013), citado por Mendes (2013: 23) “no
menos del 35 por ciento de la recaudación del icms en Brasil provienen de
tres sectores: energía, combustible y comunicaciones”.
Aunque este enfoque no agote todo el problema relativo al icms, están
claras las dificultades en torno a su colección, de forma que la “guerra fiscal”
expresa uno de los principales problemas del federalismo fiscal brasileño en
el periodo contemporáneo. Se han discutido varias propuestas para solu-
cionar el problema, pero aun sin la formación de un consenso nacional. Los
recientes cambios en la legislación brasileña promovieron algunos ajustes
en el sistema tributario que, sin embargo, aún necesita una reforma estruc-
tural. De todos modos, la propuesta aprobada por la Enmienda Constitu-
cional núm. 87, 2015, transmitirá, progresivamente, todos los ingresos de
icms al estado de destino, cuando el destinatario es el consumidor final,
incluyendo por lo tanto, las operaciones de comercio electrónico. Se desta-
can también las propuestas en discusión en el Congreso Nacional, como la
Enmienda a la Constitución (pec) núm. 233/2008, propuesta por el Poder
Ejecutivo federal, que propone como medida principal, la simplificación y
unificación de las leyes estatales de icms en una sola norma, y la Medida
Provisional10 núm. 683 de 2015, que también se inscribe en el contexto de
la reforma fiscal. Esta medida provisional prevé la creación del Fondo de
Asistencia Financiera para la convergencia de las alícuotas del icms, con el
fin de compensar financieramente a los estados, como un mecanismo para
que se reduzcan las tasas de icms en las operaciones y servicios interesta-
tales, así como para informar todos los actos relativos a los incentivos o
beneficios fiscales cuya subvención no se ha presentado al Confaz.
Conclusiones
10 La Medida Provisional es una medida del proceso legislativo brasileño, con asignación
exclusiva del Presidente del país. Su objetivo es tratar asuntos de contenido urgente y
relevante, por lo que tiene fuerza de ley, a pesar de que se debe presentar de inmediato al
Congreso, que tiene un plazo de cuarenta y cinco días a su aprobación.
150
Las transferencias intergubernamentales, a pesar de que se han magni-
ficado por la cf 1988 en los últimos años, demuestran las muchas tensiones
federales sobre la asignación de ingresos en el país, sobre todo la necesidad
de ajustar los mecanismos hacia un equilibrio fiscal más eficaz.
La recaudación del icms y los efectos de los problemas relativos a la
“guerra fiscal” muestran los conflictos y disputas entre los niveles de go-
bierno sobre los recursos, a la vez que contribuyen al debilitamiento fiscal
de los estados. Estas dos cuestiones se han puesto en la agenda como prin-
cipales problemas y desafíos de la asignación de recursos en la federación
brasileña y la participación de los gobiernos estatales. Sin embargo, sin la
formación de un consenso nacional, la estructura tributaria brasileña ac-
tual carece de una mayor coordinación de roles y la coordinación efectiva
de la Unión, sobre todo en las disputas sobre la competencia fiscal.
Es importante, sin embargo, que la agenda de cambios esté impregnada
por la necesidad de reducir las desigualdades regionales. Aunque las pro-
puestas actualmente en discusión en el Congreso, como la citada Medida
Provisional núm. 683, de 2015, intenten abordar este problema, un cambio
más eficaz sería la reforma de todo el sistema tributario brasileño, inclu-
yendo las reglas sobre las transferencias intergubernamentales de recursos.
Fuentes consultadas
152
Las transferencias intergubernamentales
entre los estados y municipios brasileños
Mauro César Da Silveira
Introducción
Aunque cada federación es, en cierta medida, única y peculiar, las transfe-
rencias intergubernamentales que tienen lugar en ellas pueden entenderse y
analizarse de acuerdo a un marco conceptual común. Por ejemplo, se puede
observar que en todas las federaciones del mundo, el gobierno federal y
provincial/estatal recogen la mayor parte de los recursos. Esta diferencia
se justifica desde el punto de vista de la eficiencia técnica y fiscal. Según
Oates (1977), por razones de eficiencia se requiere que la estructura federal
contemple a los gobiernos locales ya que estos pueden proporcionar mejor
calidad en los servicios que el gobierno central, debido a su cercanía con la
gente. En el campo de la eficiencia del sistema tributario, la recaudación y
supervisión centralizada asegura la estandarización de las leyes nacionales,
reduciendo los costos de las empresas para adaptarse a los diferentes pro-
cedimientos legales de recaudación de impuestos y contribuciones (Prado,
2001; Mendes, et.al. 2008; Giambiagi e Além, 2000).
En este sentido, la Unión, por una serie de factores, tales como la es-
tructura de cobro, poder de policía, entre otros, concentra los principales
impuestos sobre la renta y activos, sobre la producción, lo que ocasiona que
la recaudación permanezca centralizada. Sin embargo, esta circunstancia
entra en conflicto con la tendencia mundial de descentralizar cada vez más
las cargas administrativas, acentuada en las últimas dos décadas.
En Brasil no fue diferente. El país vive, a partir de la Constitución de
1988, un proceso de descentralización, por medio del cual, los gobiernos
locales asumieron mayores atribuciones y responsabilidades. Los gobiernos
subnacionales recibieron mayores atribuciones y se convirtieron en respon-
sables de la ejecución de un mayor volumen de recursos en la prestación de
los servicios públicos e implementación de políticas públicas. Asimismo, la
Constitución de 1988 impulsó y formalizó el proceso de descentralización,
con el fin de mejorar la gobernanza, acelerando la acción del gobierno y
proporcionando un paquete más satisfactorio de servicios, al obtener más
información local para decidir sobre la cobertura de estos (Bahl, 1999).
Esta situación creó el reto de que los ciudadanos de las diferentes regio-
nes obtuvieran acceso a los servicios públicos y oportunidades, de manera
153
mínimamente equitativa. Las bases tributarias, a partir de las cuales los mu-
nicipios pueden generar ingresos propios, así como las demandas de servi-
cios públicos, son distribuidas de manera desigual a lo largo del territorio.
El territorio de Brasil es significativamente heterogéneo, por lo que requiere
una compensación tributaria horizontal a través de las transferencias inter-
gubernamentales (Rezende, 2006).
Este capítulo, además de la introducción, dispone de tres apartados. En
el primero se analizará la participación de las transferencias interguberna-
mentales en los ingresos municipales brasileños y en seguida se ofrece una
comparación de esta acción en otros países. El segundo, ofrece las carac-
terísticas del sistema de transferencias intergubernamentales entre los es-
tados y municipios. En el último apartado, se clasifican las transferencias
intergubernamentales entre los estados y municipios de Brasil, con el fin de
facilitar la descripción de dichas transferencias.
160
Por otro lado, la definición de las participaciones a través de reglas de-
terminadas en la Constitución y las leyes resta flexibilidad para absorber los
problemas financieros de coyuntura. Por lo tanto, en tiempos de crisis fiscal,
en la que necesitaría el gobierno federal reducir la cantidad total transferida
a los municipios para equilibrar sus cuentas, no puede hacerlo porque la
Constitución establece que las transferencias constituyen un porcentaje fijo
de la recaudación del ir y el ipi. En la práctica, esta transferencia tiene un
carácter pro-cíclico, porque en tiempos de crecimiento económico, cuando
los ingresos fiscales se expanden, aumenta automáticamente el gasto de la
Federación a través de las transferencias a los municipios (y la disponibili-
dad de recursos de los municipios para el gasto). En la crisis, con la contrac-
ción de la recaudación, ocurre un movimiento simétrico de contracción de
las transferencias y el gasto municipal.
Con respecto a los criterios de redistribución regional de recursos fisca-
les (entre regiones y municipios), el fpm deja mucho que desear. Como se
describió anteriormente, el criterio de población predomina como factor de
repartición de recursos del Fondo. El uso de esta variable está mal resuelto,
con un fuerte sesgo en favor de los municipios menos poblados, ya que
muestra una fuerte caída en el ingreso per cápita del fpm, a medida que au-
menta la población municipal. El principal determinante de este resultado
es la cuota mínima fija del fpm–Interior para municipios con hasta 10188
habitantes, lo que genera altos ingresos per cápita para los municipios con
baja densidad de población.
Por otro lado, uno tiene que preguntarse si el fpm debe plantearse
como propósito reducir las desigualdades regionales. Es difícil usar las
transferencias a los municipios como herramienta para la reducción de
las desigualdades regionales. Este tipo de objetivos parece ser más ade-
cuado para las transferencias a los niveles más agregados de gobierno,
como estados o regiones. Los municipios de una misma región pueden
tener gran disparidad en los niveles de desarrollo y de capacidad fiscal. Si
el objetivo es proporcionar recursos a las regiones más pobres, a través de
las transferencias a los municipios, se corre el riesgo de dañar excesiva-
mente a los municipios pobres ubicados en estados o regiones de ingresos
más altos.
Desde otra perspectiva, si el objetivo es aportar recursos a los munici-
pios más pobres, para que hagan las inversiones necesarias para reducir la
desigualdad regional, también aparecen dificultades significativas. La supe-
ración de las desigualdades regionales depende principalmente de inversio-
nes en infraestructura de transporte y comunicaciones capaces de reducir
los costos de conexión de las zonas más atrasadas a los centros de consumo.
Este tipo de inversión no debe atribuirse a los gobiernos municipales, ya
que impacta diferentes lugares, debe ser asumida por los gobiernos estatales
o por el gobierno federal.
161
Otras transferencias federales
Además del fpm, hay tres transferencias intergubernamentales entre Fede-
ración y municipios que se refieren a los siguientes impuestos: sobre la renta
retenida en la fuente (irrf), sobre la propiedad territorial rural (itr) y so-
bre las operaciones financieras con el oro (iof). Sin embargo, estas transfe-
rencias representan un valor muy bajo. Todas estas transferencias no están
condicionadas, son obligatorias, devolutivas y sin contrapartida.
La porción del irrf que les corresponde a los municipios es la que estos
retienen en calidad de empleadores o contratistas. A su vez, el itr lo cobra
la Unión, transfiriéndole 50% al municipio donde se encuentra la propie-
dad rural tributada. Existe la posibilidad de que los municipios asuman la
recaudación de impuestos, obteniendo así el 100% de la recaudación. Sin
embargo, esto no es una opción comúnmente ejercida. Por último, el iof
recaudado por la Federación es distribuido en proporción de 30% para
los estados y 70% para los municipios. También en este caso, el criterio es
transferir al municipio la mayor parte de la recaudación.
Consideraciones finales
La característica central del proceso de descentralización en Brasil es la falta
de coordinación. A diferencia de otros países de América Latina, la descen-
tralización de Brasil no fue obra del gobierno federal, pero sí de los estados
y sobre todo de los municipios. En otros países, la descentralización se de-
rivó de la crisis fiscal del Estado o por la severa pérdida de gobernabilidad,
que llevó al gobierno federal a deshacerse de parte de sus encargos, transfi-
riéndolos a estados y municipios, en un intento por incorporar a sectores al
margen del poder del Estado, con la promesa de la descentralización (como
en Colombia, por ejemplo).
En Brasil, la descentralización llegó con el regreso de la democracia, en
medio de una profunda crisis económica. El factor decisivo, y que hace única la
experiencia brasileña, es que la democracia se llevó, en primer lugar, en los go-
biernos subnacionales, con la elección de gobernadores y alcaldes en los años
80, y hasta 1988 alcanzó al núcleo central del estado, con la Asamblea Nacional
constituyente y, en 1989, con la elección directa para presidente de la república.
Affonso (1996) señala que hubo una identificación entre la lucha contra
el autoritarismo y la lucha por la descentralización. La Unión se quedó sin
defensores durante la redacción de la Constitución de 1988 y la descentra-
lización se procesó de forma descoordinada, sin un proyecto articulador, y
además, el proceso se encuentra inconcluso y plagado de conflictos.
164
En este contexto se insertan transferencias intergubernamentales entre
estados y municipios, con el gran reto de avanzar hacia una mayor equidad
y eficiencia del gasto público, lo que sin duda requiere de profundos cam-
bios institucionales en las estructuras de los poderes de los niveles subna-
cionales de gobierno, así como en su interrelación.
Este hecho, combinado con las necesidades de formación técnica de los
gobiernos subnacionales para asumir funciones anteriormente realizadas
por la Unión, ha pulverización el gasto público, en ausencia de mecanismos
eficaces de coordinación, provoca, a su vez, superposiciones, o incluso, la
incapacidad para atender obras y/o actividades cuya escala excede la capa-
cidad de financiamiento local.
Por otro lado, es necesario modernizar la gestión fiscal municipal con el
fin de elevar los ingresos propios de esta esfera de gobierno y contribuir a la
reducción del déficit y la deuda pública, así como para aumentar el control
social del Estado brasileño.
En la actualidad, la gran diferencia entre los ingresos tributarios de los
municipios con nivel de ingresos y rango de población similar revela un
potencial tributario no explorado. Lo que también es cierto y debe conside-
rarse, es que los municipios con recaudación estándar razonable son los que
tienden a invertir más en tecnología de la información, capacitación de los
empleados y registro de contribuyentes, con énfasis en la racionalización y
modernización de los procedimientos administrativos existentes.
Específicamente, en relación con las transferencias intergubernamen-
tales a los municipios, se deberían privilegiar las transferencias condicio-
nadas, y no las no condicionadas, como el fpm. A medida que el adminis-
trador local no se preocupa por las externalidades positivas que afectan a
otras jurisdicciones, hay que obligarlo a gastar los recursos en áreas sociales
especificadas previamente, de lo contrario, preferirá gastar recursos en acti-
vidades cuyos resultados armonicen con sus electores.
Las transferencias federales relacionadas con irrf, itr e iof, atendiendo
su monto insignificante, así como los principios de eficiencia tributaria, de-
berían extinguirse, con la incorporación de las bases de cálculo del fpm. En
este sentido se comprende que es necesario mejorar el proceso de descen-
tralización de Brasil. Para ello, algunos autores sostienen que, entre otras
medidas, sería necesario profundizar en la transferencia de gastos sociales
básicos para los municipios.
El punto es que dichos gastos no pueden ser financiados por el aumento
de la participación local en los ingresos de los impuestos federales y estata-
les, ni por el aumento de los niveles de deuda. Sobre esto último, vale la pena
recordar que la Ley de Responsabilidad Fiscal tiene por objeto propiciar si-
tuaciones en donde los diferentes niveles de gobierno no gasten más de lo
que recaudan. Por lo tanto, nuestro reto es construir mecanismos de coordi-
nación descentralizados y democráticos con el fin de enfrentar con eficacia
las desigualdades sociales que obstaculizan el desarrollo en nuestro país.
165
Referencias bibliográficas
166
Finanzas públicas: la programación del
gasto intergubernamental en México
Joel Mendoza Ruiz
Introducción
El objetivo del presente texto es analizar la programación del gasto coor-
dinado en temas específicos como carreteras, educación, salud y asistencia
social; mediante la revisión de los antecedentes de centralización-descen-
tralización acontecidos en el siglo xx, así como las características y discre-
cionalidad permitida en los gastos de ayuda federal contemporáneos; para
iniciar con la modelación de las relaciones intergubernamentales (rig) del
sistema federal mexicano, y sistematizarlas como línea estratégica de gene-
ración y aplicación del conocimiento.
Sobre el anterior propósito, los temas y categorías de análisis fueron to-
mados del clásico Para entender las relaciones intergubernamentales de Deil
S. Wright (1930-2009), cuya versión en español fue publicada en 1997 por
el Fondo de Cultura Económica. La programación del gasto interguberna-
mental es el tercer tópico de estudio de ocho que integran el contenido del
libro. En él se hace énfasis del papel histórico-tendencial desarrollado por los
gobiernos nacionales y estatales, de la naturaleza y características de los gas-
tos coordinados, así como de la discrecionalidad que permiten los distintos
programas de inversión. Más que diferir de la publicación expuesta, la repro-
ducción de temas y categorías de análisis parte de una comparativa implícita
como metodología básica de estudio, principalmente en el campo de los sis-
temas federales. Como limitación importante, a diferencia de la obra de Wri-
ght, las tendencias de gasto no se basan en registros estadísticos históricos, las
razones son: 1) La inexistencia de estadísticas oficiales estatales y municipales
clasificadas por rubros de gasto correspondientes a la etapa temprana del si-
glo xx; 2) la confusión en las cifras totales del gasto federal a partir de los
años setenta por la conformación de un amplio sector paraestatal y autóno-
mo, así como de transferencias federales que acusan simultáneamente en el
gasto federal y en el estatal; y 3) el registro de gastos del Distrito Federal como
parte del gobierno nacional antes de 1997, por separado después de ese año,
y en algunas estadísticas como parte del gasto de las entidades federativas.
En el contexto federal mexicano, el estudio de las competencias y la coordi-
nación parte obligadamente de la valoración cualitativa del proceso de centraliza-
ción o nacionalización posrevolucionaria. Para el caso, el Presidente de la Repú-
blica mexicana disfrutaba de las llamadas facultades metaconstitucionales, esto
167
es, normas no escritas del sistema político mexicano de la época. Su partido po-
lítico de origen, perpetuado en el poder por varias décadas, se convirtió entonces
en el principal mecanismo de negociación de intereses con entes políticamente
subordinados: los gobiernos estatales y municipales. En lo formal, las decisiones
centrales se oficializaban a través de instrumentos como los convenios de coordi-
nación y las intervenciones estratégicas de organismos especializados federales.
La posterior descentralización de la vida nacional, pluralización política
y la discrecionalidad consecuente del gasto coordinado vigente han que-
dado organizadas en tres tipologías de inversión: a) los fondos de aporta-
ciones fundados en la Ley de Coordinación Fiscal, que en teoría son gasto
descentralizado para decisiones estatales y municipales en el marco del fe-
deralismo, tienen su origen en los convenios de descentralización de gasto
iniciados en la década de los setenta; b) el gasto sectorial descentralizado,
que son decisiones sectoriales en función de la estrategia federal de desarro-
llo, para su implementación desconcentrada a través de convenios específi-
cos con gobiernos estatales y municipales, comparte el origen enunciado en
el inciso anterior; y c) el gasto federal reasignado, constituido por decisiones
estatales con financiamiento federal negociado directamente por los goberna-
dores ante la Cámara de Diputados durante la elaboración del presupuesto
federal de egresos, es una práctica vigente desde 2003 debido a la influencia
de la Conferencia Nacional de Gobernadores (conago). En lo general, las
fuentes federales son vastas con respecto a las escasas partidas estatales y
municipales, la proporción entre usos estratégicos y fondos es asimétrica,
los fondos generalmente mezclan aplicaciones.
Este texto está organizado en nueve apartados además de la presen-
te Introducción. El breve marco conceptual está contenido en el siguien-
te subtítulo, Contenido de Deil S. Wright sobre la programación del gasto
coordinado. La valoración cualitativa del proceso de centralización posre-
volucionaria, en función de los temas seleccionados, ocupa las siguientes
cuatro secciones: 1) Construcción de carreteras: la coordinación en el pasa-
do y el presente, 2) La política nacional de educación básica y su posterior
desconcentración, 3) La imperecedera coordinación en la salud pública, y
4) Asistencia social: beneficencia pública, nacionalización e hiper-coordi-
nación. La descentralización, características político-administrativas y
discrecionalidad del gasto coordinado vigente se abordan en los tres apar-
tados continuos: a) Los fondos de aportaciones fundados en la Ley de Coor-
dinación Fiscal, b) El gasto sectorial descentralizado, y c) El gasto federal
reasignado. Al cierre del presente se encuentran las Conclusiones.
Conclusiones
Los orígenes de los programas mexicanos de financiamiento federal coordi-
nado estuvieron íntimamente ligados a la evolución política nacional. Al ini-
cio de los años setenta, aún durante la etapa histórica del partido hegemóni-
co nacionalista, el gasto sectorial descentralizado por convenio surgió como
esquema de coordinación intergubernamental estandarizada motivado por
acuerdos internacionales. Su permanencia hasta la actualidad obedece a que
los convenios aseguran la discrecionalidad decisoria del Poder Ejecutivo
federal. Los fondos de aportaciones federales fueron la primera evolución
política del esquema anterior. En 1997 representaron el avance de la primera
legislatura pluripartidista en el sentido de otorgar garantía financiera a los
gobiernos estatales y municipales, moderando a la vez la discrecionalidad
del Ejecutivo federal en la asignación de techos financieros. El gasto federal
reasignado fue la segunda evolución política. En 2004, la Cámara de Diputa-
dos dio apertura para que los gobernadores gestionaran el financiamiento de
sus decisiones estratégicas durante el proceso de aprobación presupuestal.
Según cifras oficiales, los fondos de aportaciones muestran un incre-
mento constante durante el periodo 2000-2011, con mayores incrementos
registrados en coyunturas políticas seguidos de imperceptibles tendencias
de decremento proporcional. Los demás esquemas registraron un repun-
te importante al inicio de la administración federal 2012-2018, antecedi-
do de periodos de decremento. El gasto sectorial descentralizado decreció
durante el periodo 1998-2006 a razón del - 0.54 por ciento, para el gasto
federal reasignado la tendencia fue de - 10.07 por ciento durante el sexenio
2006-2012. Las propensiones expuestas reiteran la vinculación política de
los esquemas de financiamiento, cuya ponderación se da en función de la
discrecionalidad permitida al Ejecutivo federal.
Las restricciones para la discrecionalidad de los órdenes de gobierno be-
neficiarios de las transferencias federales son dos: 1) la normatividad federal
asociada a la estandarización de los grandes rezagos que pretenden atender
las partidas presupuestales, y 2) las limitaciones político-administrativas de
estados y municipios. A partir de éstas se estructuran grandes paradojas para
gobernadores y ayuntamientos. Los fondos de aportaciones federales, que en
teoría son gasto descentralizado para decisiones estatales y municipales en el
marco del federalismo, en realidad sólo incluyen dos esquemas completamente
discrecionales de un total de ocho, el fortamundf y el fafef, con ciertas prio-
ridades perversas como un endeudamiento insinuado. El resto de los fondos
están destinados al gasto operativo comprometido (fanego, fassa, faeta y
fasp), o bien, al gasto estratégico con una multitud de aplicaciones (fais y fam).
194
El gasto sectorial descentralizado, que se presenta como estrategias y
decisiones del gobierno nacional para su implementación descentraliza-
da, cumple con ello en 25 programas de una muestra de 37. No obstante,
coexiste con otros programas que permiten cierta discrecionalidad: nueve
permiten decisiones asociadas al cofinanciamiento estatal o municipal, dos
remiten la toma de decisiones a órganos intergubernamentales, y uno más
concede la elaboración de una propuesta estatal a validar por la contraparte
normativa. El gasto federal reasignado, que surgió como decisiones esta-
tales para gestión de financiamiento federal, en realidad tales resoluciones
también quedan afectadas por la normatividad federal, de mayor comple-
jidad en comparativa con la estatal, así como por el factor endógeno que
constituye las deficiencias técnico-administrativas propias.
La discrecionalidad queda también sujeta a la orientación y proporción
comparativa de los tres esquemas de transferencias de gasto. Los fondos
de aportaciones están mayoritariamente orientados a la educación y a la
asistencia social, el gasto sectorial descentralizado a la asistencia social y
el gasto federal reasignado a la salud y a carreteras. En 2013 los fondos de
aportaciones constituyeron 70.4 por ciento del total de transferencias fe-
derales, el gasto sectorial descentralizado el 16 por ciento y gasto federal
reasignado el 0.6 por ciento. De ese modo, la asistencia social representa
la mayor prioridad al repetirse como preferencia de los dos principales sis-
temas de transferencias federales, seguida en orden de importancia por la
educación, la salud y las carreteras.
En la particularidad de los temas de análisis del presente texto, la cons-
trucción de carreteras presentó las mayores aportaciones en materia de re-
laciones intergubernamentales. En paralelo a un ajuste mutuo o juego no
cooperativo han existido dos etapas de cooperación nacional-estatal. Entre
los años treinta y ochenta, la creación y desempeño de Juntas Locales de Ca-
minos para cada entidad federativa permitió construir el sistema carretero
primitivo de México, mediante una cooperación nacional-estatal diferida.
A partir de 2004, los gobiernos estatales han ejecutado obras aprovechando
los recursos del gasto federal reasignado en proyectos específicos, como la
modernización de autopistas, la construcción de carreteras alimentadoras
y la conformación de caminos rurales. Las obras carreteras son el segundo
rubro en importancia del gasto federal reasignado. Una variante, de mayor
aplicación puntual y menor frecuencia, es la implementación de obras a
cargo del gobierno federal a través de la aplicación de recursos de fideico-
misos determinados, las obras están estrechamente relacionadas con planes
maestros y requerimientos técnicos extraordinarios. Un tercer esquema vi-
gente se refiere al ejercicio rutinario de tres fondos de aportaciones federa-
les y cinco del gasto sectorial descentralizado.
Los demás temas analizados en el presente texto presentan menores
aportaciones en materia de rig, lo cual se atribuye a que la educación básica,
la salud y la asistencia social fueron objeto de la rigidez política que carac-
terizó el proceso de nacionalización estratégica posrevolucionaria, seguido
195
de la descentralización administrativa estandarizada. En el caso de la educa-
ción básica, los instrumentos de nacionalización fueron: a) la política federal
de generación de escuelas primarias y maestros rurales, b) la celebración de
convenios mediante los cuales algunos gobiernos estatales cedieron sus fun-
ciones de construir y administrar escuelas, c) la especialización financiera y
técnica del gobierno federal en la construcción de escuelas a partir de 1944,
d) el estímulo de la participación ciudadana en la construcción de escuelas
federales desde 1953, y e) la distribución masiva de libros de texto gratuitos
que comenzó en 1959. En la etapa reciente, la descentralización educativa
todavía no ha sido asimilada plenamente por los gobiernos estatales. En la
educación básica aplican ocho esquemas de gasto federalizado: cuatro de
aportaciones federales, cuatro de gasto sectorial descentralizado y ninguno
en concreto del gasto federal reasignado.
En materia de salud, la conformación de una política nacional perma-
nentemente coordinada se ha valido de la integración de los funcionarios
estatales de salubridad a las delegaciones sanitarias federales en los treinta,
así como de la creación subsecuente de infraestructuras y programas fe-
derales de salud sin reproducciones estatales importantes. La descentrali-
zación financiera permite en la actualidad la operación de un total de 17
esquemas de gasto coordinado en salud, de los cuales tres son de aportacio-
nes federales, 13 pertenecen al gasto sectorial descentralizado, y en el gasto
federal reasignado se cuenta con el esquema de mayor importancia.
Sobre el tema de asistencia social, el proceso de nacionalización con-
sistió en la apropiación gradual de las iniciativas que originalmente perte-
necían a las fundaciones de la beneficencia pública del siglo xix. En para-
lelo, la evolución estratégica partió desde la organización de la producción
y consumo masivo de los principales satisfactores sociales, realizada hasta
los sesenta, y concluyó en los primeros programas federales de corte ne-
tamente asistencial. La secuela de lo anterior fue, en un primer momento,
la coordinación intersectorial, seguida de la descentralización operativa de
programas y sus inercias a los gobiernos estatales, como segunda fase y esta-
tus actual. La asistencia social coordinada cuenta con la mayor cantidad de
esquemas de transferencias federales con un total de 28, de los cuales cuatro
pertenecen a las aportaciones federales, 24 al gasto sectorial descentraliza-
do y ninguna al gasto federal reasignado.
Con respecto a la reorganización de las rig, éstas han permanecido
contextualmente afectadas por la normalización financiera y administra-
tiva federal que, en función de los rezagos históricos, prescribe programar
soluciones tipificadas desde el centro valiéndose del instrumento jurídico
enemigo: el convenio de coordinación. Los gobiernos estatales y munici-
pales han contribuido también con tendencias nocivas, el cuestionamiento
de su eficiencia administrativa adiciona desconfianza a las interacciones y
limita gravemente el aprendizaje incremental.
Sin embargo, la modelación de las escasas potencialidades virtuosas
de un sistema federal ampliamente coordinado como el mexicano motiva
196
a proyectar, ya como compromiso académico del autor, un diccionario de
órganos intergubernamentales de los Estados Unidos Mexicanos. En éste de-
ben figurar en primer término los esquemas históricos: las Juntas Locales
de Caminos, los Fideicomisos Sectoriales o de Obra Determinada, el Primer
Congreso Nacional de Instrucción Pública 1889-1890, el Segundo Congreso
Nacional de Instrucción Pública 1890-1891, así como las Unidades Sanitarias
Municipales Atendidas por Visitadores. Hacia la etapa contemporánea, el fa-
nego cuenta con la reunión anual para analizar alternativas y propuestas que
apoyen una mayor equidad e impulsen la mejor utilización de los recursos
transferidos a las entidades federativas (lcf, art. 28). El fasp se apoya en el
Consejo Nacional de Seguridad Pública (lcf, art. 45). Dentro del gasto sec-
torial descentralizado están: el Grupo de Coordinación Estatal del Programa
Jornaleros Agrícolas, así como el Comité de Validación Estatal del Programa
Opciones Productivas. A su vez, el gasto federal reasignado aporta el trabajo
que año con año se desarrolla en las Comisiones de Gasto de la Cámara de
Diputados. El estudio a detalle de los órganos anteriores es el que verdadera-
mente caracterizará las rig mexicanas.
Por el momento, sobre estas últimas sólo queda destacar dos grandes vir-
tudes encontradas. La primera es que, con defectos y virtudes, el sistema de
transferencias federales ha sido el aula básica de profesionalización de fun-
cionarios estatales y municipales, quienes por esa vía han aprendido a justifi-
car las decisiones intergubernamentales y soportarlas con evidencia empírica
en beneficio de las clientelas locales, haciendo de lado los vicios e inercias de
las rutinas administrativas. Tal fue la experiencia del autor como funcionario
público municipal en la etapa de reciente egreso de los estudios profesionales.
La segunda es que el gasto sectorial descentralizado, las aportaciones federa-
les y el gasto federal reasignado constituyen una escala subsidiaria que, con
sentido formativo colectivo, puede orientarse al desarrollo secuencial de dis-
tintos grados de eficiencia administrativa estatal y municipal. Son tres niveles
de decisiones para que, paso a paso, los componentes federales evolucionen
ante el reto de formar un sistema mexicano más equilibrado.
197
Fuentes consultadas
202
Las transferencias intergubernamentales en la educación
brasileña:
Un análisis del papel de los directivos de las escuelas
Ana Paula Massonetto
Catarina Ianni Segatto
Lara Elena Ramos Simielli
Fernando Luiz Abrucio
Introducción
Este capítulo tiene como objetivo analizar las transferencias interguberna-
mentales a las escuelas públicas. Existe un debate en la literatura sobre la
relación entre el federalismo y las políticas públicas que divergen sobre la
compatibilidad entre la garantía de los derechos sociales universales de las
políticas de bienestar social y la diversidad, característica del federalismo.
Algunos autores muestran, que la compatibilidad es posible a partir de los
mecanismos federales destinados a establecer normas mínimas de coordi-
nación y reducir las desigualdades regionales mediante las transferencias
intergubernamentales (Segatto, 2015).
Por tanto, estas transferencias son extremadamente importantes en fede-
raciones desiguales, como es el caso de Brasil, que se caracteriza por cinco
tipos de heterogeneidades que necesitan ser consideradas por las políticas re-
gionales especiales. Estas heterogeneidades son: geográfica/territorial; demo-
gráfica; cultural/regional; socioeconómica e institucional, en este último caso,
se alude a las diferencias en las capacidades del Estado entre los niveles de go-
bierno, así como una mayor fragilidad en la gestión de los gobiernos locales.
Estas dos últimas condicionantes influyen fuertemente en los resultados de las
políticas de educación en el país, en la medida en que la desigualdad socioeco-
nómica influye en la situación económica de los estudiantes y también influye
en la disponibilidad de los recursos para los departamentos municipales y la
profesionalización de su burocracia (Abrucio y Segatto, 2014).
En este sentido, las transferencias intergubernamentales pueden reducir
las diferencias de ingresos y, por tanto, el gasto entre entidades federativas,
lo que a su vez reduce las desigualdades institucionales entre ellos. El pro-
pósito de este capítulo es entender el grado de discrecionalidad de la gestión
escolar en el uso de los fondos presupuestarios asignados a la escuela, así
como la relación que se establece a partir de ellos, entre los gobiernos federal,
estatal y/o municipal. Para ello, la investigación empírica incluyó la realiza-
ción de entrevistas semiestructuradas con los directores de las escuelas del
estado y las redes de municipios.
203
Este capítulo se divide en tres partes principales. La primera se refiere a
la sistematización de la literatura internacional sobre las transferencias de
recursos a las escuelas. La segunda trata de la historia de las transferencias
a las escuelas en Brasil y en los pocos estudios sobre el tema en Brasil. Por
último, se describen y analizan las entrevistas con los directores de escuela.
204
como los estudiantes con problemas de aprendizaje o de familias vulnera-
bles; iii) programas educativos o programas de estudios específicos, como las
escuelas que cuentan con programas complementarios de música, idiomas o
deportes; y iv) las características de la escuela tales como su tamaño, el grado
de aislamiento (para las ubicadas en zonas rurales) y las condiciones de la
estructura escolar.
Para Caldwell, Levacic y Ross (1999), estos grados de complejidad se re-
fieren a diferentes etapas en la evolución de las fórmulas de financiamiento
escolar. Las fórmulas de primera generación estaban basadas en el número
de alumnos de un mismo grado escolar y asumían que todos tienen las
mismas necesidades educativas y por lo tanto tienen el mismo costo. En la
segunda generación entran en juego las necesidades especiales de los es-
tudiantes, por lo que deben recibir más recursos que otros porque tienen
dificultades específicas (Índice de Ross en Australia) —los costos no se ba-
san en el análisis de costos complejos, pero sí en una tasa determinada de
transferencia de recursos adicionales de acuerdo con el número de alumnos
con necesidades especiales en cada escuela—. La tercera generación es una
revisión de las políticas de segunda generación basadas en las necesidades
de los estudiantes, lo que garantiza que los costos se establezcan a partir de
un análisis más detallado. El objetivo era especificar los programas y po-
líticas adicionales para las escuelas con el fin de cumplir con este tipo de
estudiantes. Y, por último, hubo un intento de diseñar las políticas de cuarta
generación, con indicadores de equidad más complejos, basados en la rela-
ción entre las transferencias a las escuelas y el rendimiento de los estudiantes.
Para Hanushek (2013), es fundamental que estas variables se acompa-
ñen de medidas de rendimiento escolar. Por lo tanto, es esencial comprobar
cómo el desempeño de los estudiantes está relacionado con la financiación
de las escuelas mediante la introducción de este debate en un marco más
amplio y la integración de la financiación con otras políticas destinadas a
mejorar el rendimiento escolar.
209
Las transferencias intergubernamentales a las escuelas estatales y muni-
cipales en São Paulo
4 Uno de los encuestados dijo que hace unos años, en un determinado periodo, se les pidió
a las escuelas ahorrar energía, pero reconociendo su consumo, los posibles ahorros fueron
promovidos por el secretario municipal.
211
Para fines didácticos, los programas de transferencia de recursos se pue-
den clasificar en tres grupos o categorías diferentes, de acuerdo con el for-
mato del programa (criterios de adhesión, cálculo de las prestaciones y la
asignación de fondos): a) programas de transferencia automática para cos-
tear bienes duraderos o de consumo en general; b) programas educativos
que hacen hincapié en los proyectos de adherencia y, a veces, la selección; c)
programas específicos para fines específicos.
El Programa Dinero Directo en la Escuela es la base para la creación de
otros programas del gobierno federal, así como de programas municipales y
estatales, entre ellos el Programa de Transferencia de Recursos Financieros
(ptrf) del Ayuntamiento de São Paulo. Con formas similares, ambos se inte-
gran de un componente fijo y uno variable, calculado en función del número
de alumnos, el tipo de educación y la ubicación de la escuela. También son
similares en la definición preliminar y detallada de la asignación permitida
por los recursos, los gastos de funcionamiento general (bienes de consumo)
y de capital (bienes duraderos).
Otra categoría consiste en programas que implican la transferencia de
fondos para la ejecución de los proyectos educativos estándar, la adhesión
voluntaria de las escuelas y, a veces, dependen de los criterios de selección
del organismo de financiación. Ellos son: Programa Más Educación y Pro-
grama Secundario Innovador. Aunque destinados a diferentes tipos de edu-
cación, dependen del compromiso de las escuelas, previa presentación de
proyectos educativos insertados en macrocampos predeterminados para
cada uno de los programas, a condición de configurar la Escuela de Tiempo
Completo. Los beneficios se calculan principalmente basados en el número
de estudiantes y el diseño de la escuela elegida.
A pesar de que debe dirigirse a proyectos específicos aprobados, la
asignación de fondos de Más Educación y Proemi se asemeja al Programa
Dinero Directo en la Escuela y al Programa de Transferencia de Recursos
Financieros y debe cubrir los gastos de operación y capital empleado en la
adquisición de materiales y consumos permanentes, con una diferencia im-
portante: el Más Educación prevé el reembolso de los gastos de transporte
y los monitores de los alimentos y los tutores responsables del desarrollo de
las actividades del programa, llamado “voluntarios”.
La última categoría incluye programas específicos, con normas y dispo-
siciones específicas. Un ejemplo es que una de las escuelas entrevistadas, en
el marco del Programa Federal de Escuelas Sustentables, cuyo objetivo es
promover la sostenibilidad social y ambiental de las unidades escolares de
educación básica que fue apoyada en 2014 con R$12 mil reales. Otro ejem-
plo de transferencias a escuelas estatales en el marco del Plan de Desarro-
llo de la Educación, también federal, que da prioridad a la transferencia de
fondos para la asistencia técnica y financiera a las escuelas públicas estatales
y locales con prioridades, basado en el Índice de Desarrollo de la Educa-
ción Básica de bajo rendimiento, le fueron transferidos R$ 15 mil reales en
2011. Por último, está el programa del gobierno estatal de São Paulo llamado
212
“Tracto en la Escuela”, que fue apoyada en 2015 con R$ 7,000.00 para la com-
pra de materiales y contratación de servicios, con el fin de “preparar a todas
las escuelas de las escuelas públicas para el regreso a ciclo escolar, dejándola
limpia y organizada” (São Paulo, 2015).
Hay que tener en cuenta que aunque los fondos se transfieren directa-
mente a las escuelas, y el registro y la presentación de informes se llevan a
cabo en línea, también directamente por los programas escolares, incluyen-
do el federal, a menudo las solicitudes son “mediadas” por las redes estatales
y municipales que participan en los procesos y ayudan a llenar los formatos
de los proyectos así como de la rendición de cuentas.
Por ejemplo, un director de una escuela municipal de São Paulo, en sus
informes antes de la gestión del actual alcalde, Fernando Haddad, reportó
que sólo tuvo conocimiento de dos escuelas municipales que se habían uni-
do al Programa Más Educación. Después de que el Ayuntamiento realizó
acciones de divulgación del programa, organización de los procedimientos,
así como la orientación a las escuelas y convirtió en norma estas labores, se
tuvo como resultado que más escuelas se unieron al programa. Además, el
gobierno de São Paulo realizó el pago de “voluntarios”, que eran maestros de
las mismas escuelas y que eran asignados a realizar viajes extraordinarios y
que debían ser pagados con el subsidio del Programa Más Educación. El im-
porte de la remuneración proporcionada por el Programa Más Educación es
muy pequeño, por lo que es difícil contratar personal calificado y dispuesto
a aplicar encuestas a las escuelas por la cantidad ofrecida; no obstante, se
percibió una mejora sustancial de la calidad de las actividades, ya que el pro-
grama ha permitido la asignación de estas cantidades para otras actividades,
impulsando áreas poco favorecidas.
La red también muestra la influencia del ámbito estatal. Un director de
una escuela estatal dijo que “no tenía la intención de unirse al Programa
Más Educación y sólo lo hizo después de la insistencia de su Consejo Re-
gional al que no puede eludir”.
Por último, además de las transferencias del gobierno, las escuelas pueden
contar con recursos propios recaudados a través de la Asociación de Padres
y Maestros (apm), convertidos en la UE, cuya normatividad varía de un mu-
nicipio a otro. Aunque existen normas estrictas en cuanto a la recaudación
de fondos, las lagunas jurídicas permiten cierto grado de autonomía en la
gestión de la escuela, por lo que la variable del volumen de los recursos dis-
ponibles puede incluso superar los recursos disponibles de otros programas
de financiación pública en algunos casos.
Las Asociación de Padres y Maestros de las escuelas públicas cuentan
con los recursos del comedor escolar (venta o alquiler de R$ 1,000 hasta
1,200 mensuales en los casos aquí encuestados) y las contribuciones de las
empresas de graduación o uniforme (donación directa de los uniformes),
eventos pagados y colección de los padres, entre otras posibilidades. El con-
junto de contribuciones procedentes de las Asociación de Padres y Maestros
se utilizan de manera variada debido al tipo de educación (gradualmente
213
reducida desde preescolar hasta primaria), las condiciones socioeconómi-
cas de las familias y la capacidad de movilización de la gestión escolar. Sin
embargo, este ingreso se ha reducido a medida que se implementan las nue-
vas fuentes de financiamiento de los gobiernos.
Las Asociación de Padres y Maestros encuestadas en el ámbito munici-
pal refirieron no apoyarse en las contribuciones de los padres; sin embargo,
en 2005, después de la puesta en práctica de Programa de Transferencia
de Recursos Financieros y otros programas gubernamentales, se convirtió
en prescindible. También se limitaron en la gestión de los comedores y no
tenían otra fuente de fondos, a excepción de una fiesta que se celebró en
la escuela, como el último festival de junio, que generó 6 mil reales para la
Asociación de Padres y Maestros de las escuelas después de dos años sin
cualquier aprovisionamiento.
Como se puede ver, hay una definición previa que limita extremada-
mente los usos permitidos por la financiación (federal, estatal o municipal),
que constituyen el principal obstáculo a la autonomía de los directores es-
colares. Todos los programas de transferencia delimitan los usos permitidos
de los recursos, por lo que se deja un grado limitado de autonomía al direc-
tor de la escuela. El “grueso” de los recursos es para la compra de materiales
educativos, incluyendo el consumo, mantenimiento de la escuela y repara-
ciones menores de la estructura física, salvo el Programa Más Educación,
que proporciona la asignación de pago de los “voluntarios”.
Mientras que las escuelas pueden elegir el porcentaje de financiación y el
capital, la lista exhaustiva de capítulos permitidos y prohibidos en cada pro-
grama ignora las especificidades regionales de cada escuela y crea situaciones
complicadas. Si la fianza requerida excede el límite permitido de recursos
Programa de Transferencia de Recursos Financieros, las adquisiciones se
realizan con fondos del Programa Más Educación, no sólo para un proyecto
específico, sino para satisfacer la demanda de toda la escuela. Este es el tipo
de regla general violentada para permitir la gestión de la dirección.
Por otra parte, aunque algunos programas permiten la reasignación de
recursos entre proyectos o líneas y un uso diferente del recurso mediante
una justificación, hay casos de rechazo y el director determinó el retorno de
las cantidades. Una de las escuelas encuestadas informó que el director res-
pondió a un procedimiento en el Tribunal de Cuentas (tcu) para devolver
los fondos utilizados para la escuela, que no fue aprobado por el respectivo
proyecto federal.
Hay un obstáculo más estricto que determinará los plazos para el uso
de los recursos o de cada elemento, bajo pena de devolución. Los recursos
para el mantenimiento de la estructura física de la escuela aprobada por el
Gobierno del Estado de São Paulo, por ejemplo, deben aplicarse a finales
de enero, cuando el saldo de la cuenta es redimido automáticamente por la
Fundación de Desarrollo de la Educación (sdf). Esto lleva a la utilización
de los fondos de capítulos superfluos mientras que las demandas urgentes
siguen pendientes.
214
La discrecionalidad en el manejo de los recursos de Asociación de Pa-
dres y Maestros por lo general es mayor que para la gestión de los recursos
del gobierno, con el único uso para el beneficio del estudiante, otra variable
que puede interferir con la discrecionalidad del director de gestión de re-
cursos de Asociación de Padres y Maestros con respecto a la posición que
ocupa en la estructura en la Asociación de Padres y Maestros. Si el director
es el presidente de la misma, aunque sólo sea para facilitar los trámites para
proporcionar cuentas comunes a Asociación de Padres y Maestros y la es-
cuela, tiene una autonomía “natural” de la posición en la estructura.
Otro aspecto que reduce la autonomía del equipo directivo de la escuela
se refiere a la imprevisibilidad de los ingresos. Esto hace que sea imposible
la planificación presupuestaria y, en consecuencia, limita la planificación pe-
dagógica. En este sentido, las escuelas no saben exactamente qué programas
estarán vigentes el próximo año, sin darse cuenta de los plazos de solicitud,
cuánto van a recibir de cada programa, cuándo van a recibir los valores dife-
ridos y especialmente si, de hecho, recibirán las cantidades prometidas. Todas
las escuelas visitadas y encuestadas tenían cuotas pendientes de un programa
gubernamental, lo que complica enormemente la gestión de los proyectos,
en lugar de la gestión de recursos. Uno de los directores dijo que si los mo-
nitores no fueron pagados directamente por el ayuntamiento, el proyecto iba
a funcionar sólo mientras los recursos fueran suficientes para remunerar el
“voluntario”, o cualquier financiación de este proyecto se utilizaría para ello.
De este modo, los encuestados dijeron que la escuela no tiene un presu-
puesto. Sólo en una escuela municipal, el entrevistado dijo que hay un Plan
Anual de Actividades (eap) con hojas de cálculo que deben ser entregadas
a la Junta Regional con las estimaciones de todos los gastos del año escolar.
Dicho equipo de dirección se aprovecha de las hojas de trabajo para recoger
las demandas con los maestros, pero dejó en claro que esto no es un instru-
mento eficaz de planificación.
El resultado más importante se relaciona con las limitaciones de la pla-
nificación y las innovaciones en el programa de educación porque no toda
la demanda puede satisfacerse. En general, los directores tienen el reto, en
la gestión de la escuela, de interrumpir proyectos y continuarlos siempre
que sea posible. Un director ha estado equipando una sala multimedia len-
tamente en la escuela y, en su caso, la elección de proyectos macrocampos
que permitan su presentación.
Como resultado, los proyectos educativos extraordinarios suelen ser pla-
nificados en un apuro. Esto es lo que ocurrió con los proyectos de Más Edu-
cación en 2014 en dos escuelas entrevistadas. En uno, el consejo escolar no
quería inscribirse debido a las dificultades en la implementación de las acti-
vidades de las horas de clase, principalmente por el espacio físico suficiente
para asignar proyectos y personal para gestionar el personal y los estudian-
tes. Debido a la fuerte insistencia del Departamento de Educación, la escuela
estuvo de acuerdo en participar, pero optó por proyectos que podrían ser
aplicados por los profesores de la escuela y el personal que permitieron la
215
ocupación de la logística de los espacios escolares. Sin haber tenido tiempo
para una planificación adecuada, el equipo está resolviendo la adversidad
imprevista en la planificación del proyecto.
Otra variable que puede restringir la autonomía de gestión de las escue-
las es la participación de la Junta Escolar y Asociación de Padres y Maestros
en la toma de decisiones. Sin embargo, en los casos analizados, la toma de
decisiones antes se centra en el director o el equipo directivo de la escuela,
lo que valida sólo formalmente al lado de los órganos colegiados. La parti-
cipación de otras personas sólo se produce en el diagnóstico, que varía en
el grado de participación de los docentes en la indicación de sus demandas.
En una escuela, en la sala de profesores, hay un gran panel en el que las
demandas se insertan de forma esporádica y no existe una evaluación con-
junta de demandas conocidas y pendientes. En otra escuela, los maestros
trabajaron en los proyectos pedagógicos de Más Educación.
En todas las escuelas entrevistadas la participación de los padres y es-
tudiantes es formal y rara, ya que sólo dan quórum necesario para las reu-
niones del Consejo, son por lo general conjuntos a la Asociación de Padres
y Maestros, con participación restringida al uso de los recursos financieros.
Un director dice que “hay meses en los que no hay noticias, no hay nada
que se discutan en la reunión, que es obligatorio, y a los padres no les gusta
participar”. Algunos estudiantes participan porque ya están en la escuela,
y los maestros porque no hay incentivo o castigo. En las escuelas públicas
hay una mayor dependencia “burocrática” de los miembros de los padres
de Asociación de Padres y Maestros, de que dos de ellos firman todos los
cheques utilizados por la escuela y no hay mayor movimiento de fondos
de la propia Asociación de Padres y Maestros. Aún así, las decisiones están
centralizadas, no afectan a la autonomía del director.
El último factor específico para la gestión financiera que restringe la
autonomía del director es el exceso de burocracia, marcado por la rigidez y
procedimientos excesivos en la gestión de recursos impuestos por los pro-
gramas y/o las propias redes. Si no ocurre el día exacto programado, el di-
rector paga el interés en el periodo transcurrido.
La rendición de cuentas es considerada compleja, con hojas de trabajo
detalladas y específicas para cada Programa. En las escuelas públicas, la en-
trega de la rendición de cuentas debe hacerse personalmente por el director.
En el sistema estatal, el movimiento de las cuentas corrientes no se puede
hacer a través de internet, exigiendo la presencia del director (el único per-
mitido) en la rama bancaria fijado arbitrariamente por el Consejo Regional.
Cinta excesivo rojo y limitar el desempeño del equipo de dirección, di-
rector de tiempo (dos encuestados estiman 80 a 90 por ciento de las veces).
Por lo tanto, la gestión pedagógica está en el fondo.
Todos los encuestados consideran que el volumen de recursos suficien-
tes actualmente recibidos para mantener el funcionamiento de la escuela, a
pesar de un director de escuela del estado ha proporcionado que carecen de
dinero para Asociación de Padres y Maestros si el mantenimiento no tenía
216
almacenamiento. Ellos dicen que la falta de volumen y autonomía los ha
limitado mucho “fue peor cuando comenzaron las primeras transferencias
fueron a pintar, la necesidad o no.”
"Hay recursos y las escuelas están bien equipadas, pero muchas deman-
das y prioridades de la escuela no se cumplen debido a la falta de autonomía
del director de aplicar los recursos en lo que realmente necesitamos". En
general, el gerente no puede, por ejemplo, adquirir ciertos tipos de pro-
ductos o contratar servicios (tecnología de la información, por ejemplo,
más urgentes en el sistema estatal, ya que en la ciudad la Junta Regional de
Educación cumple satisfactoriamente la demanda de asistencia), no puede
sustituir la compra de un producto por otro imprevisto (incluso en casos
de emergencia), hacer un trabajo, incluso si se trata de una emergencia y/o
recurrir a tales, y no pueden permitirse un equipo más caro o imprevisto,
reuniendo recursos excedentes de diferentes programas.
Tales limitaciones de un escenario generan consecuencias preocupantes
que vale la pena mencionar. En primer lugar, provoca situaciones extrañas
y/o requiere la adopción de “subterfugios”, a veces ilegal, que permiten la ges-
tión de rutina de la escuela. Algunos ejemplos son representativos: comprar
materiales sobrantes sólo para utilizar los recursos en el marco de tiempo re-
querido; proporcionar líneas más amplias (reforma hidráulica frente a cambio
de toma) y/o una lista completa de los materiales vendidos por los grandes
almacenes para permitir la reubicación; ordenar facturas de genéricos o des-
cripción de los diversos elementos adquiridos (documento de compra y recibe
talón); Los socios confían en proveedores de servicios para “adaptarse” a los
plazos y normas requeridas (para llevar a cabo una reparación de emergencia
y el cobre por el servicio sólo cuando el recurso está disponible, por ejemplo);
aprovechar las características de un proyecto específico para satisfacer la de-
manda de toda la escuela (compra de papel o de capítulos deportivos para
toda la escuela, a pesar de que la función ha sido diseñada para una sola clase).
En segundo lugar, las limitaciones burocráticas, tales como transferen-
cias a escuelas, impactaron de manera indirecta el rendimiento educativo
de manera adversa, ya que, mediante la adopción de la mayor parte del
tiempo de los directores con minucias administrativas relacionadas con las
transferencias de estas características reducen el tiempo que ellos deberían
dedicar a la planificación educativa.
El programa Más Educación, por ejemplo, es un paso en esta direc-
ción, ya que, además de la cantidad satisfactoria de los recursos, vincu-
la la asignación directa en proyectos educativos, forzando a la escuela a
pensar y ejecutar proyectos en ciertas áreas que no se trabajaron sin este
incentivo. Sin embargo, se oponen a la elección de los proyectos pedagógi-
cos más orientados con su realidad y el plan pedagógico político para cada
escuela, y a menudo para permitir un proyecto después de la escuela, hay
carencia de estructura física y de personal, por ejemplo, que la ruta regla no
está autorizada por los programas. La discontinuidad de los proyectos es
otra variable que influye en el avance de rendimiento.
217
En tercer lugar, este modelo de transferencias a las escuelas potencia la
dependencia de habilidades específicas o excepcionales del gestor para el
logro de resultados, en la medida en que la creatividad pasa a ser impres-
cindible para permitir la consecución de objetivos. Más que su capacidad
técnica, su liderazgo y su capacidad para influir e involucrar a la comunidad
en la gestión escolar, su conocimiento de las reglas, su disposición y crea-
tividad para encontrar y proponer caminos alternativos también se hacen
importantes para el gestor.
En este escenario, el “gerente de la oficina ‘tiende a tener más dificulta-
des y peor rendimiento que un gerente más informal y accesible, reducien-
do significativamente el canal de diagnóstico y la solución de los problemas,
que se resuelven a menudo de inmediato en la vida cotidiana siempre que
sea posible a través del diálogo.
El cambio en este escenario, de acuerdo con los gerentes entrevistados,
requiere: i) reducir la burocracia y el tiempo dedicado a la gestión financiera,
con la posible distribución de coordinación pedagógica y de gestión financie-
ra entre dos directores diferentes; ii) la previsibilidad del presupuesto; iii) la
flexibilidad en la asignación y términos de uso de los recursos de acuerdo con
las prioridades establecidas por la propia escuela, permitiendo e incluyendo
el pago y autonomía personal para despedir y redistribuir el personal, ya que
los directores fueron unánimes al afirmar que la diferencia en el rendimiento
en la escuela es resultado de buenos profesionales y bien equipados, pero,
sobre todo, bien pagados, comprometidos, disponibles y cualificados.5
Yo quiero decidir cómo gastar, porque tiene un largo camino en lo que mis ne-
cesidades de la escuela y lo que creo que necesita, y quiero ser monitoreado en
relación con los resultados que promovieron. Todas las escuelas están equipadas
de la misma forma pero sus actuaciones son todavía diferentes. El dinero llega de
la misma manera para todos, pero no se ejecuta de la misma manera. En lugar de
decir lo que me pasó, comprobará si se llevaron a cabo las actividades acordadas,
nadie viene a la escuela para ver lo que sucede en ella.
Consideraciones finales
Existe una gran diversidad en las transferencias intergubernamentales de
recursos a las escuelas entre los países. En Brasil, este movimiento co-
menzó a partir de la administración Cardoso y se ha fortalecido con el
tiempo, incluso hubo una difusión de los programas y fondos similares
en los Departamentos Municipales y Estatales de Educación. Se entiende
que estas características son parte de los mecanismos de coordinación
5 Una de las escuelas entrevistadas cayeron en ideb, que fue relativamente alta durante
dos años consecutivos y el director explicó que la caída se debió a la jubilación de los
profesores de portugués y matemáticas, que eran geniales. A un año de sus ausencias
cayó el desempeño de la escuela.
218
federal que, a diferencia de las federaciones como Brasil, pueden reducir
el gasto de la desigualdad.
Aunque se ha fortalecido este tipo de transferencia, poca investigación
se ha hecho sobre el tema. En este sentido, este capítulo tiene como objetivo
describir los fondos recibidos y utilizados por las escuelas y cómo se utilizan
y hacer suposiciones sobre cómo pueden influir en el rendimiento de los
estudiantes. Los resultados preliminares de los análisis empíricos muestran
que, aunque el volumen de fondos aumentó en las últimas décadas, la auto-
nomía del director de la escuela se ve afectada principalmente por la rigidez
de las normas y los límites impuestos por los programas (requisitos para ser
miembro, definición de valor de los criterios para la asignación y rendición
de cuentas de los recursos). El grado de autonomía en el uso de los recursos
y su imprevisibilidad para prevenir que las escuelas puedan planificar sus
actividades educativas y gestión de recursos financieros es limitado; se hace
una definición previa y detallada de la asignación de cada consejero, auto-
nomía limitada de los recursos que genera como consecuencia del uso de
subterfugios que permiten su gestión y se sobreestima las habilidades espe-
cíficas del administrador de la escuela. En los casos analizados, los directo-
res más flexibles, con una mayor capacidad de alinear la gestión financiera
en la planificación educativa, son aquellas escuelas con mejor rendimiento.
Por lo tanto, estas variables parecen desempeñar un papel.
Los resultados de la encuesta muestran que es necesario, en el campo
de las relaciones intergubernamentales en el sistema escolar, reflexionar so-
bre cómo descentralizar el poder en las escuelas; no simplemente transferir
recursos y cierta autoridad sobre ellos, es esencial crear las condiciones de
manejo para esta transferencia de dinero y poder. Este cambio requerirá
acciones en los dos extremos: por un lado, las unidades escolares con más
poder, con la flexibilidad de funcionamiento de estos programas, y otros,
la autonomía de los directores de la escuela para administrar esos fondos,
dándoles las condiciones para no perder el foco en lo que es más importan-
te: la gestión pedagógica. En este doble movimiento se requerirá de una me-
jora de las relaciones federales, se suma otro desafío: cómo garantizar que la
sociedad, a través de instituciones como Asociación de Padres y Maestros
o similar, pueda influir más en la decisiones. Aquí la cuestión clave es la
relación entre la escuela y el aspecto comunitario, ya que la investigación
empírica no se ha fortalecido con los programas de transferencia creados
desde la era Fernando Henrique Cardoso. Después de todo, la mejora de la
gestión de la escuela no puede ser separada de su democratización.
Fuentes consultadas
220
La implementación del gasto intergubernamental
en México: discrecionalidad, resultados e impactos
Jaime Espejel Mena*
Fermín Leonel Reyes**
Introducción
La discusión en torno a las relaciones intergubernamentales (rig) hay que
asociarla a dos procesos que aparentemente son independientes entre sí,
aunque en estricto sentido se encuentran estrechamente vinculados. Por
un lado, la pérdida de capacidad de los gobiernos para atender con éxito
las demandas de los ciudadanos. La crisis del denominado Estado de bien-
estar, presentada en sociedades posindustriales por el incremento desme-
surado de expectativas sugiere visiblemente la colaboración subsidiaria de
organizaciones civiles, el fortalecimiento del capital social y un paulatino
abandono del Estado en la prestación de los bienes públicos dada su inefi-
cacia e ineficiencia. En segundo lugar, está la ausencia o limitada institucio-
nalización formal por la presencia de estructuras autoritarias. Los arreglos
institucionales para conducir la dinámica social se basaban en estructuras
autocráticas, en burocracias patrimonialistas, en una sociedad civil débil,
como sus organizaciones. En estas condiciones, diferentes grupos de in-
terés fueron ganando espacio en los procesos de la liberalización política
y económica, en detrimento de grupos en desventaja económica, política,
cultural o minorías.
En los dos procesos el concepto de rig pone de manifiesto la necesaria
reflexión sobre la relación entre el Estado y la sociedad civil a través de la
presupuestación del gasto público, el tema de los límites de lo social, lo
gubernamental y lo estatal, e invita a discutir la centralidad, verticalidad o
unilateralidad de la acción pública o de las políticas, toda vez que la génesis
de la ciencia de políticas fue propia de la gobernación del Estado, para me-
diados del siglo xx los Estados sociales tenían como rasgo preponderante
un incuestionable protagonismo del Estado en la dirección de la sociedad.
236
El ingreso público
Los ingresos públicos en México se dividen en petroleros y no petroleros.
Los primeros son los ingresos a los rendimientos petroleros y el Impuesto
Especial Sobre Producción y Servicios (ieps). Los ingresos no petroleros
incluyen a los ingresos tributarios y no tributarios. La mayor captación es
los tributarios que corresponden a los impuestos sobre la renta, al valor
agregado, a la producción de bienes y servicios, a la importación, a los acce-
sorios, a la exportación, impuestos por la compra de automóviles nuevos, la
tenencia, el sustituto del crédito al salario, impuestos por bienes y servicios
suntuarios, impuesto a los depósitos, entre otros.
La dependencia de los ingresos petroleros en nuestro país representa
el 30 por ciento de los ingresos totales y el 70 por ciento de los ingresos
no petroleros del periodo 2006-2011, donde el gobierno federal concentra
la mayor parte de las contribuciones de los ciudadanos. Los datos indican
que los ingresos totales del sector público han tenido un crecimiento pro-
medio anual del 7.8 por ciento en el mismo periodo de referencia (véase
gráfico 1).
Gráfico 1
Ingresos fiscales del gobierno federal 2006 - 2001
(Estructura porcentual)
74.9
80 70.4 71.2 69.0
65.1 66.2
70
60
50
34.9 33.8
40 29.6 28.8 31.0
25.1
30
20
10
0
2006 2007 2008 2009 2010 2011
Petroleros No petroleros
Fuente: Elaborado con base en Ingresos y gastos públicos en México 2012, inegi.
Fuente: Elaborado con base en Ingresos y gastos públicos en México 2012, inegi.
Impuestos 10.3
238
El gasto público
Para atender los compromisos del gobierno, las necesidades de la población y la
estabilidad de las variables económicas, el gobierno federal, mediante la política
del gasto, integra el Presupuesto de Egresos. La principal fuente de financiamien-
to son las contribuciones ciudadanas, así como el pago de derecho, productos,
aprovechamiento e ingresos por venta de bienes y servicios públicos. La aplica-
ción de los recursos es mediante la política del gasto establecida por el gobierno
federal en su momento administrativo. En términos de igualdad, el monto de los
ingresos públicos y el endeudamiento equivale al monto del gasto público.
19.1 18.5
20
18.5
15.9
14.5 14.1
15 13.4
13.8 12.5
10
6.1 5.8
5.2 5.5
5
0
1980 1982 1984 1986 1988 1990 1992 1994 1996 1998 2000 2002 2004 2006 2008 2010 2012
Fuente: Elaborado con base en los datos del Centro de Estudios de las Finan-
zas Públicas de la Cámara de Diputados 1980-2012.
2,500,000
2,000,000
1,500,000
1,000,000
500,000
0
1980 1982 1984 1986 1988 1990 1992 1994 1996 1998 2000 2002 2004 2006 2008 2010 2012
Fuente: Elaborado con base en los datos del Centro de Estudios de las Finan-
zas Públicas de la Cámara de Diputados 1980-2012.
2,500,000
2,000,000
1,500,000
1,000,000
500,000
0
1980 1982 1984 1986 1988 1990 1992 1994 1996 1998 2000 2002 2004 2006 2008 2010 2012
241
La clasificación funcional permite conocer la asignación del gasto en
funciones de hacia dónde y para qué se asigna el presupuesto: ¿para qué
gasta el gobierno? Atendiendo a este cuestionamiento, el gobierno gasta para
el desarrollo social, desarrollo económico y funciones relacionadas con la
prestación y oferta de bienes públicos.
En funciones de desarrollo social se tiene a la educación, salud y seguridad
social; en desarrollo económico se gasta en energía, comunicaciones, desarro-
llo agropecuario y desarrollo forestal; finalmente, el desembolso para las fun-
ciones del gobierno es para Gobernación, Relaciones Exteriores y Hacienda.
El gasto en desarrollo social representó en el 2012 el 56.1 por ciento del
gasto programable, el 33.3 por ciento para desarrollo económico y el 10.6
por ciento para funciones del gobierno. Situación inversa fue para el año
1990, donde en primer lugar el mayor recurso fue destinado para desarrollo
económico con 52.4 por ciento, 38.2 por ciento en desarrollo social y 9.4
por ciento para actividades de gobierno. Esto indica una brecha considera-
ble en estos dos rubros iníciales, donde el gobierno destina más recursos al
desarrollo humano en los rubros de educación y salud.
El desarrollo social muestra un crecimiento anual promedio del 6.3 por
ciento en el periodo 1990-2012, con el nivel más alto en el año 2011 con 1,
693,887.1 millones de pesos, que representa el 11.4 por ciento del producto
nacional del país.
Gráfico 7
Gasto público en clasificación funcional 1990 - 2012
(millones de pesos de 2012)
1,800,000
1,600,000
1,400,000
1,200,000
1,000,000
800,000
600,000
400,000
200,000
0
1990 1992 1994 1996 1998 2000 2002 2004 2006 2008 2010 2012
400,000
200,000
0
1980 1982 1984 1986 1988 1990 1992 1994 1996 1998 2000 2002 2004 2006 2008 2010 2012
-200,000
-400,000
-600,000
-800,000
-1,000,000
Fuente: Elaborado con base en los datos del Centro de Estudios de las Fi-
nanzas Públicas de la Cámara de Diputados 1980-2012.
Esto indica que los ingresos presupuestarios no son suficientes para cu-
brir los objetivos y metas planteadas en cada año. El gasto federal descen-
tralizado se refiere al gasto destinado a entidades y municipios en el ramo
33 denominado Aportaciones federales para entidades y municipios, ramo
28 llamado Participaciones a Entidades Federativas y Municipios y el ramo
25 Previsiones y Aportaciones para los Sistemas de Educación Básica, Nor-
mal, Tecnológica y de Adultos (véase gráfico 9).
Gráfico 9
Gasto federal descentralizado
(millones de pesos corrientes)
600,000
500,000
400,000
300,000
200,000
100,000
0
2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013
Fuente: Elaborado con base en los datos del Centro de Estudios de las Fi-
nanzas Públicas de la Cámara de Diputados 1980-2012.
243
El ramo 33 ha tenido un crecimiento promedio anual del 8.7 por ciento
en el periodo 2000-2013, el ramo 28 un 10.1 por ciento y el ramo 25 un
incremento anual del 9.6 por ciento. El 52 por ciento de los recursos del
ramo 33 están destinados a nueve entidades federativas, colocando en pri-
mer lugar al Estado de México con cerca del 10 por ciento, a Veracruz con
el 7.2 por ciento y al estado de Chiapas con el 5.7 por ciento en el año 2007.
Las Participaciones a Entidades Federativas y Municipios cerca del 40 por
ciento de los recursos están destinados a seis estados, nuevamente el Estado
de México con mayor participación, así como Veracruz y Chiapas (véase
gráfico 9).
Comentarios finales
El trabajo del gobierno consiste en fijar normas y establecer una dirección,
el papel de las rig es constituirse en una herramienta que cubra ese espa-
cio; para Deil Wright las rig tienen que enfrentar y solventar problemas
particulares en diversas jurisdicciones a través de la construcción de re-
des de comunicación para producir resultados significativos y útiles. Para
Agranoff se trata de separar a las organizaciones a través del desarrollo de
acciones conjuntas y encontrando posibles líneas de actividad de gestión
compartida. Afirma que las redes y sus resultados no responden a los ges-
tores como contralores del sistema administrativo. El gestor efectivo de-
sarrolla un papel de facilitador, no persigue una sola estrategia, busca dos
o más trayectorias para promover una red que fomente una acción y un
beneficio conjunto.
Frente a las ventajas que aportan estos mecanismos de articulación
de intereses y de provisión de bienes públicos a través del presupuesto, se
alza la sombra de la falta de legitimidad que es producto de la ausencia de
procesos de control democrático de las decisiones públicas. Esto conduce
a un dilema: las rig cumplen funciones necesarias para la superación de
las insuficiencias de los sistemas de negociación, pero no pueden con-
siderarse instituciones formales por sus propias deficiencias. Este es el
problema de la legitimidad en sistemas políticos basados en la respon-
sabilidad democrática del presupuesto público. Se trata de instituciones
informales, esto es, no organizadas formalmente, no jerárquicas en las
que se entablan relaciones relativamente permanentes entre actores para
lograr beneficios comunes.
Un número creciente de trabajos empíricos de investigación exponen,
especialmente en el contexto de organizaciones supranacionales, la proli-
feración de rig en las que los distintos actores implicados en el diseño y la
implantación del gasto público coordinan sus intereses a través de procesos
de negociación no jerárquica, lo que no es incompatible con el hecho de que
la coordinación jerárquica y la desregulación desempeñen un papel impor-
tante en la elaboración de políticas públicas.
244
Fuentes consultadas
245
Los desafíos del control de la recaudación en las grandes
metrópolis: el caso de San Pablo
Gustavo Andrey de Almeida Lopes Fernandes
Marco Antonio Carvalho Teixeira
Luciana Paes Elmais
Brauner Geraldo Cruz
Rafaella Lopes
Introducción
El control sobre la administración pública en un entorno democrático,
corresponde al proceso de responsabilidad política de los gobernantes
para asegurarse de que actúan, de hecho, como representantes del pue-
blo (Arantes, Couto, Loureiro y Teixeira, 2010). El control vertical, se-
gún O'Donnell (1998), sería el juicio de los votantes sobre el desempeño
de los gobernantes y representantes, expresados a través de elecciones
libres y justas. Sin embargo, también es importante el monitoreo entre
periodos electorales: lo que llamamos control horizontal. El control ho-
rizontal brasileño, presenta dos formas de inspección: el (i) externo, rea-
lizado en Brasil por la legislatura, con la ayuda de tribunales (los órganos
reguladores autónomos de cuentas), y el (ii) interno, que se ejerce por
los órganos internos del Estado, responsable de controlar la actividad.
Este control es esencial para asegurar la legalidad, eficacia y eficiencia
de la gestión.
A diferencia de los antiguos tribunales de cuentas, la experiencia de las
contralorías generales es mucho más reciente, siendo marcada por la insti-
tución de la Contraloría General de la Unión, a nivel federal, en el año 2002.
Entre las grandes ciudades brasileñas, la cgmsp, destaca como la primera
experiencia importante de control interno.
En 2013, tras la aprobación de la Ley Municipal 15.764 / 2013, la cgm
fue creada por la Corregiduría General, Defensora del Pueblo en la Mu-
nicipalidad, Coordinadora de Auditoría Interna y Promoción de la In-
tegridad En el año 2013, a partir de la aprobación de la Ley Municipal
15.764/2013, la cgmsp fue formada por La Corregiduría, Defensoría Ge-
neral del municipio, Coordinación de Auditoría Interna y la Coordina-
ción de Promoción de la salud pública (Prefectura de San Pablo, 2013).
Formalmente, la cgmsp tiene como objetivo la defensa del patrimonio
247
público, así como garantizar la rendición de cuentas y transparencia en la
gestión municipal, evitando los actos de corrupción y promoviendo una
mayor interacción con la sociedad civil. Teniendo en cuenta la importan-
cia que el tema del control de la Administración Pública posee, tanto para
la agenda política brasileña, como para la sociedad civil, este capítulo tiene
como objetivo comprender cuáles fueron las consecuencias de la creación
y funcionamiento de la cgmsp en la producción de políticas públicas,
especialmente en la capacidad recaudatoria de los gobiernos locales. En
particular, dos temas orientarán la búsqueda de este objetivo: las acciones
para combatir la corrupción; y la adopción de mecanismos de mejora de
la gestión del gobierno municipal.
El sistema de recaudación de San Pablo se enfrentó a una de las ma-
yores crisis jamás vistas por los Estados subnacionales en Brasil. Según el
periódico Folha de San Pablo (2014), el esquema podría haber causado
un agujero de hasta R$500 millones a las arcas municipales. El diario, Es-
tado de SP (2014), señaló que sólo el 10% del monto recaudado era para
las arcas públicas, el resto se desviaba. La magnitud del ingreso tributario
refleja el impacto que la política de recaudación tiene sobre el municipio
y, por lo tanto, justifica el estudio sobre el funcionamiento del sistema de
recaudación.
La cgmsp inició operaciones a finales de 2013, con un complejo trabajo
de análisis de enriquecimiento ilícito, que duró más de un año. La elec-
ción por la política de recaudación se justifica no sólo por el gran impacto
nocivo que el caso ha generado a las finanzas del municipio, sino también
por permitir, plenamente, analizar el impacto de la obra de la cgmsp sobre
las políticas públicas, inclusive en lo que corresponde a la reducción de
deformidades.
La mejor comprensión de los diversos mecanismos de control imple-
mentados por la Contraloría General Municipal de San Pablo y las conse-
cuencias de sus actividades, permitirá evaluar la eficacia de las contralorías
internas, en particular, en el caso de la ciudad brasileña más grande, como
una herramienta para luchar contra la corrupción, además de inferir su
capacidad para mejorar el funcionamiento de la máquina pública, con el
objetivo de adoptar mejores prácticas.
Este capítulo se divide en seis partes. En la primera, después de esta
breve introducción, presentamos los detalles del sistema de recaudación de
San Pablo. Enseguida, se discute brevemente la metodología, detallándose
los resultados de las entrevistas en la cuarta sección. Por último, se discuten
los resultados.
El sistema de recaudación en la Prefectura Municipal de San Pablo
(pmsp): funcionamiento.
En 2014, el municipio de San Pablo tenía un ingreso corriente de R$ 41,35
billones, de los cuales aproximadamente R$ 20 billones, correspondían a la
recaudación de impuestos, el más grande entre las capitales del país. Según
248
la Constitución Federal de 1988, en su artículo 156, los municipios pueden
establecer tres modalidades de impuestos:
249
2014 2013 2009 2004
iptu R$ 5.963. R$ 5.448. R$ 3.226. R$ 2.121.682.
748.376,61 089.754,40 271.058,33 422,95
Impuesto sobre la R$ 1.418. R$ 1.285. R$ 816. R$ 518.028.
Renta y Ganancia de 173.815,03 183.636,34 383.254,35 601,93
Cualquier Natureza
itbi R$ 1.495. R$ 1 1.415. R$ 687. R$ 258.251.
264.875,00 530.846,93 008.321,83 292,72
2014 2013 2009 2004
1.1.3 Impuesto sobre R$ 11.379. R$ 10.136. R$ 5.954. R$ 2.592.542.
la producción y 496.977,91 074.125,55 568.066,71 001,78
circulación
iss R$ 11.379. R$ 10.136. R$ 5.954. R$ 2.592.542.
496.977,91 074.125,55 568.066,71 001,78
Metodología
Comprender la importancia del control no sólo como un mecanismo para
luchar contra la corrupción, sino también como un instrumento para la
mejora continua de la gestión pública. La idea es que los canales de control
produzcan inteligencia, es decir, una base de datos detallada y estratégica,
que facilite la toma de decisiones, así como mecanismos de acción que ayu-
den a mapear redes de corrupción y por lo tanto, refuercen las áreas vulne-
rables, haciéndolos menos susceptibles a la corrupción.
Así, la pregunta de investigación de este capítulo pretende determinar si
la creación de la cgmsp ha hecho posible la lucha contra la corrupción en la
Ciudad de San Pablo y la consiguiente mejora de la gestión, en el sentido de
mejorar la eficiencia de la productividad operativa y la eficacia de las accio-
nes de la Prefectura, principalmente en áreas consideradas vulnerables. Las
hipótesis de investigación son:
• ¿El trabajo realizado por la cgmsp ha impactado positivamente el sis-
tema de recaudación del municipio?
• ¿El impacto de la cgmsp en las políticas públicas es limitado, si el sis-
tema de control interno de la ciudad está fragmentado?
• ¿El sistema de recaudación de impuesto tiene deformaciones que difi-
cultan reducir la corrupción?
Resumen de entrevistas
Durante el primer semestre de 2015, se realizaron diez entrevistas a agentes
involucrados en las distintas etapas de la recaudación, permitiendo contras-
tar la información recopilada de documentos oficiales del gobierno local,
así como de la legislación. La descripción y caracterización de los entrevis-
tados se detallan en la tabla 2.
250
Tabla 2. Descripción y caracterización de los encuestados
Órgano de
Área de Cargo Información
Entrevistado pertenen-
trabajo ocupado Adicional
cia
Asocia- Auditores Tres auditores fiscales
ción de fiscales; fueron entrevistados.
Auditores Presidente
A Fiscales de de la Aso-
San Pablo ciación de
Auditores
Secretaría Fiscales;
de Finanzas
(SF) Coordi- Coordina- Auditor concursado de la
nación de dor (2015) sf desde 1999; Formado
Control en Administración, Dere-
B Interno cho y Ciencias Contables;
(cocin) Trabajó como asesor en
el Gabinete del Subsecre-
tario de ingresos.
Consejero Fue concejal de la Ciudad
(2002-2015) de San Pablo dos veces,
por el Partido de los
Trabajadores (PT) en
el periodo de 1989 a
1995. También trabajó
Tribunal de
en las políticas urba-
C Cuentas del
nistas en el Municipio
Municipio
de San Andrés, durante
(tcm)
la administración de
Celso Daniel (pt). Más
tarde, fue presidente de
la Empresa Municipal
de Urbanización de San
Pablo (emurb).
Coordi- Auditor Grado de ingeniería civil;
nación de General del funcionario de carrera
D Auditoria Municipio del cgu, transferido a la
Contraloría
General del Interna (2013-2015) cgmsp (comisionado en
Municipio (audi) la cgmsp)
(cgm) Corregi- Corregidor Auditor de Ingreso
E duría General del Federal, comisionado en
Municipio la cgmsp
(2013-2015)
251
Tabla 2. Descripción y caracterización de los entrevistados (continuación)
252
Entrevistado A
Según el entrevistado A, la clase de los auditores se compone de cerca de
600 servidores. Después de la ley complementaria 166, que instituyó la re-
caudación municipal del iss, el municipio de sp fue el que obtuvo mayor
recaudación fiscal entre las grandes capitales, lo que probaría la eficacia re-
caudatoria del Municipio. Para obtener la recaudación del iss, se hace un
recorrido imprevisto a los contribuyentes de la construcción y se comprue-
ba si el contribuyente ha pagado todo lo que está establecido por la ley o no.
Una vez pagado, el contribuyente debe dirigirse a la Secretaría de Finanzas
a exigir el certificado de pago del iss, el cual será requerido posteriormente
para que la subprefectura le autorice utilizar el inmueble o habitarlo.
Una de las mayores preocupaciones de los auditores es cómo evitar frau-
des y evasión de impuestos, ya que el control se lleva a cabo básicamente
por ellos, siendo responsables de la recaudación de impuestos. Así, en vir-
tud de la discrecionalidad, había margen para la corrupción, agravada por
la falta de transparencia a raíz del secreto fiscal. Esto crea barreras al con-
trol, ya que no se pueden publicar los nombres de las empresas que están
siendo investigadas por el fisco. El resultado práctico del escándalo del iss
era la mala reputación de la Secretaría, afectando a todos los auditores.
Un segundo punto se relaciona con las interferencias políticas y económi-
cas del sector fiscal, que puede conducir a desviaciones en la conducta de los
servidores responsables de la recaudación de impuestos, como resultado de
chantajes administrativos. Además, la complejidad y burocracia del sistema
tributario dan margen a altos niveles de corrupción, tanto en la conducta de
los servidores, como en los contribuyentes, que se encuentra con muchas obli-
gaciones y, a veces, acaba por declarar un valor más pequeño que el captado.
Así, según los entrevistados, se le sugirió a la Secretaría de Finanzas la
creación de un sistema electrónico, buscando el cruzamiento de facturas
fiscales, en la idea de que las operaciones tributarias del iss pasaran por
un control más rígido, reduciendo el grado de subjetividad en este análisis,
sin embargo, no fue tomado en cuenta. Más aun, existía la propuesta de la
creación de una contraloría. Además de la creación de la cgmsp, el sistema
tributario debe ser desburocratizado: la simplificación de las obligaciones
de los contribuyentes es necesaria, así como el intercambio de información
entre las tres esferas de gobierno.
Por otro lado, el efecto fiscal de la cgmsp, en opinión de los auditores,
no era muy relevante, a pesar del gran impacto. Aunque es posible que haya
existido un desvío de más de 500 millones de reales, comparando este valor
con la recaudación de todo el iss, que ronda los 10 billones de reales, uno
se da cuenta de que el caso del iss, corresponde a un aumento de sólo el 0,5%
de la recaudación de todos los impuestos. En términos nominales, un valor de
50 millones es demasiado grande, pero corresponde con la pequeña recau-
dación del iss del municipio, lo que explica la razón de por qué no fue fácil
descubrir los desvíos por años.
253
Entrevistado B
La Coordinación de Control Interno (cocin), fue creada en febrero de 2015
a iniciativa de la Secretaría de finanzas, para crear una instancia propia de
control interno en reacción a la labor de la cgmsp de la pmsp. Con el descu-
brimiento de la mafia del iss, se evidenció la necesidad de la Secretaría de
Finanzas de fortalecer sus mecanismos de control interno. El equipo de la
cocin está formado por el coordinador y otras tres personas, dos auditores
y una funcionaría de carrera de la Secretaría, entrenados en las áreas de
Derecho, Matemáticas, Ingeniería, entre otras.
En el ámbito de la Secretaría de Finanzas, la cocin fue creada para lle-
var a cabo un trabajo de cumplimiento de las normas y mejora de la ges-
tión de los procesos, proponiendo mecanismos más eficaces, economía y
seguridad de los procesos públicos. El objetivo es evitar la corrupción y
aumentar la transparencia, dando más seguridad al propio servidor, ya que
muchas veces no está claro lo que se espera en cada etapa de los procesos
del órgano. Así, entre las actividades realizadas, se pretende estandarizar los
procedimientos en el mediano y largo plazos, actuando en cada unidad de
la Secretaría de Finanzas.
Para ello, trabajan con un manual de actividades en el año 2015, con
exámenes de evaluación de gestión operativa de conformidad con las uni-
dades de la Secretaría, para identificar oportunidades de mejora. En parale-
lo, hay actividades que se llevan a cabo por el equipo de la cocin, como el
manejo de personal, así como de defensoría del pueblo. De hecho, todas las
quejas recibidas por la Defensoría del Pueblo, se reenvían a la cocin, que
turna la información a las unidades apropiadas.
Según el entrevistado, la cgmsp ha desempeñado un papel de colabora-
ción para la cocin, ya que existe un intercambio constante de experiencias
entre los órganos. Un ejemplo de ello es la adopción de la matriz de riesgo
de la cgmsp, con la ayuda de la Contraloría. Se puede ver que las cgmsp y la
cocin realizan trabajo complementario, ya que la Contraloría actúa princi-
palmente de manera correctiva, mientras que la cocin trabaja fuertemente
en la prevención de actos de corrupción.
Con respecto a los otros controles de la Prefectura, aun no hay relación
entre la Coordinación y las secretarías de la pmsp. Hay perspectivas de que
las relaciones se estrechan si las otras secretarías también crean sus instan-
cias de control interno. Sería importante, ya que las otras secretarías debe-
rán realizar un autocontrol, lo que actualmente no ocurre en el municipio.
Por último, el entrevistado considera que es demasiado pronto para ha-
blar de cambios institucionales en la Secretaría de Finanzas, aunque ya ha
cambiado la forma de pensar sobre el tema, y que los servidores se resisten
menos al establecimiento de controles internos.
Entrevistado C
Para el entrevistado, la competencia del Tribunal de Cuentas del Municipio es
ejercer el control externo, a través del análisis de los gastos y los ingresos de la
254
Prefectura Municipal, siguiendo una línea jurídica. En caso de licitación, por
ejemplo, si hay un gasto de más $R 100 millones, la auditoría del Tribunal es
responsable de revisar el contrato. Contratos con un valor inferior también se
monitorean por si presentan riesgos a la administración pública. Sin embargo,
no existe un procedimiento específico para el control de la recaudación.
Sobre el vínculo del tcm con el control interno de la pmsp, no hay nin-
guna relación institucionalizada con los controles de las secretarías, mien-
tras que, con la cgmsp, existe cooperación en algunos casos de denuncia.
Sin embargo, la cooperación todavía se basa en acciones específicas.
Entrevistado D
La existencia de la Coordinación de Auditoría Interna precede a la creación
de la cgmsp. La Auditoría General (aud, antigua nomenclatura de la Au-
ditoría) no era un órgano autónomo, ya que pertenecía a la Secretaría de
Finanzas. Su papel se limitaba a las auditorias contables en las empresas,
además de demandas esporádicas que se presentaron a lo largo del trabajo
realizado. Con la ley de creación de la cgmsp, que une la Auditoría al órgano
central de control, la audi ya no realiza auditorías Contables.
Actualmente, es responsable de responder las denuncias externas, que
pueden estar vinculadas a las políticas públicas. Las denuncias hechas di-
rectamente a la Auditoría, o encaminadas por la Defensoría, son centraliza-
das por el gabinete del Coordinador de Auditorías. Los procesos que se re-
fieren a los contratos de la Prefectura también deben ser monitoreados por
la audi: una vez identificado el problema y realizada la auditoría, el órgano
debe hacer un informe y, posteriormente, monitorear la estructura auditada
para que se adecúe a las medidas señaladas en el informe de auditoría.
Con respecto a la supervisión, para el entrevistado, a menudo es difícil
para la Auditoría lograrla, puesto que el equipo es muy reducido, lo que
provoca que sus miembros ejerzan papeles diversos. Para resolver este pro-
blema, se elaboró un proyecto de ley para la profesionalización del auditor,
que se encuentra en valoración por la Cámara, para la contratación espe-
cializada de personas.
Funcionarios que entiendan mejor cuáles son las principales brechas
de cada Secretaría serán de extrema importancia para el control interno en
General, ya que las secretarías también tienen un cuerpo técnico considera-
blemente restringido, especialmente en materia de control interno. Debido
a esto, en opinión del entrevistado, la cgmsp es la instancia que ha logrado
tanto el control primario, como el secundario. Otra fragmentación en el sis-
tema de control interno se muestra en la relación entre la AUDI y el TCM,
ya que, la relación entre los dos es prácticamente inexistente.
Entrevistado E
Según el entrevistado E, la Corregiduría es un órgano normativo del sistema
de corrección de la pmsp. Antes de ser vinculado a la estructura de la Contra-
loría General del Municipio, la Corregiduría era un órgano autónomo con
255
estructura reducida, en la cual había un Corregidor General, un asistente
y dos procuradores. Actuaba, solamente, en la corrección de las unidades
de la Prefectura Municipal, realizando un trabajo paralelo al Departamen-
to de Procedimientos Disciplinares, (proced), que es el órgano encargado
de realizar investigaciones administrativas, disciplinarias y averiguaciones.
Para que no hubiese competencia entre los dos órganos, la Corregiduría no
tenía competencia para llevar a cabo averiguaciones patrimoniales, ni seguir
procedimientos disciplinarios.
Actualmente, la Corregiduría es el órgano central del sistema correc-
cional, siendo responsable de crear e instruir las averiguaciones, analizar
desviaciones funcionales de los servidores de la pmsp, a través de proce-
sos de investigación, que se crean e instruyen por la propia Corregiduría.
Además, el órgano tiene competencia para supervisar todos los procesos
de disciplina permanente en las secretarías, desde que sea caracterizada la
importancia del objeto, el impacto social o la relevancia económica de los
procedimientos. Si no se identifica alguno de los tres puntos mencionados
anteriormente, la Corregiduría sólo debe guiar los procedimientos, de
modo que Proced los conduzca.
Las demandas se presentan a la Corregiduría de tres maneras, a saber,
(1) una denuncia (2) un trabajo puntual iniciado en el área de inteligencia
de la cgmsp - que se remite a la Corregiduría-, (3) o un procedimiento
iniciado en la propia Corregiduría. Entonces, se establece una denuncia
que es encaminada a la comisión de averiguación, la cual es responsable de
profundizar las investigaciones. Si hay suficiente evidencia, se propone una
segunda fase de investigación administrativa, realizada por la proced, o
por la (que aún no realiza las investigaciones debido a la falta de estructura
necesaria para la tarea).
Los trabajos han mejorado debido a la implementación del sistema de
registro de bienes de servidores públicos (sispatri), lo que le permitió a la
cgmsp realizar una comparación rápida entre el ingreso el servidor y los
bienes que posee, utilizando las herramientas más apropiadas para cruzar
los datos. Este mecanismo, fue incorporado gracias a la propuesta de la
cgu, así como de Averiguación Patrimonial, fue incorporado en el caso
de la mafia del iss, a través del cual se recabó información, conjuntamente
con el Ministerio Público, con quien la Corregiduría mantiene una rela-
ción bastante estrecha. Se obtuvieron resultados de los trabajos, a pesar de
la diminuta estructura de la Corregiduría.
Entrevistado F
Según el entrevistado F, La Defensoría del Pueblo data del año 200, su pri-
mer titular provino del gobierno del estado. Más tarde, la Comisión Estatal
de Derechos Humanos creo una terna para indicar a los posibles auditores,
replicándose hasta el año 2005. Actualmente, el Defensor del Pueblo es de-
signado por el Prefecto. Antes de su incorporación a la cgmsp, el Defensor
del pueblo sólo podía formular recomendaciones a los demás órganos a
256
través de canalizarles las denuncias. Tenía categoría de Secretaría, aunque
nunca realizó ningún proceso. Los órganos relacionados con el control
(como la Auditoría de la Corregiduría y la propia Defensoría) estaban dis-
persos. Esta realidad cambió con la creación de la Contraloría General del
Municipio, pues permite la articulación de estas áreas y garantiza que las
antiguas recomendaciones de la Defensoría sean canalizadas directamente
a la Auditoría o a la Corregiduría, con lo que las quejas fundadas derivan
en medidas correctivas.
Según la ley de creación de la cgmsp, la Defensoría cuenta con cuatro
unidades, entre las que destacan (1) Atención, (2) Procesamiento de de-
manda (3) Informes y (4) Transparencia – a la que le fueron transferidas
las facultades de la Coordinación de Promoción de la Integridad. En la
práctica, el área de Atención (ya sea por teléfono, oficios o cartas) recibe
una demanda, la que remite al Área de Procesamiento. Si un servicio se
identifica como susceptible de ser corregido, se canaliza al Área de Infor-
mes; de lo contrario, se turna Denuncias, que es responsable de enviar la
información completa a la Corregiduría o a la Auditoría, si es necesario.
Entrevistado G
La Coordinación de Promoción de la Integridad (copi) se estructuró en
mayo 2013. Es actualmente responsable de las actividades de prevención y
promoción de la integridad, y se dividen en cuatro áreas, a saber: (1) Fomen-
to al control Social, encargado de realizar talleres públicos sobre la Ley de
Acceso a la Información (laf); (2) División de Transparencia, encargado de
hablar con todos los empleados que utilizan el e-sic en la pmsp, esta instancia
administra todo ese sistema; (3) División de Fortalecimiento de la Gestión,
a la que le corresponde, según la legislación, el monitoreo y cumplimiento
de la Ley de Pregones y del área de compras públicas; y (4) la División de
Ética, que creó por Decreto un Código de Conducta Funcional, que obliga a
que el área sea responsable de informar sobre cualquier actividad que pueda
provocar un conflicto de intereses entre los órganos.
Para el entrevistado, el correcto funcionamiento de la cop requiere vo-
luntad política, ya que los empleados son enteramente encargados, además
de que el equipo es muy reducido.
Entrevistado H
Mientras fue parte de la Contraloría General de la Municipalidad, la Coor-
dinación de Promoción de la Integridad, dice el entrevistado H, que fue
posible notar algunas consecuencias de su creación en la estructura de la
Prefectura. Entre ellas está la creación de la Coordinación de Control Inter-
no (cocin) en la Secretaría de Finanzas.
La cgmsp también intentó actuar en la prevención de actos de corrup-
ción, realizando acciones dirigidas a la promoción de transparencia y con-
trol social. Se realizaron estudios y recomendaciones para la mejora de pro-
cesos, talleres sobre la ley de acceso a la información, entre otras actividades.
257
La Contraloría, sin embargo, enfrenta grandes obstáculos en la estruc-
tura de la Prefectura de San Pablo, que dificultan su desempeño. Entre
ellos, podemos citar la baja profesionalidad de los servidores, en general; el
bajo nivel de documentación y racionalización de procesos, lo que da lugar
a discrecionalidades; y la incipiente relación del sistema de control de la
cgmsp, en particular con el Tribunal de Cuentas del Municipio, que tiene
un staff poco técnico.
Entrevistado I
Según el entrevistado, la principal atribución del área de Producción de In-
formación e Inteligencia es el análisis patrimonial de los servidores de la
pmsp, tarea que fue facilitada y mejorada con la creación del Registro de
Bienes de los Servidores Públicos (sispatri). Actualmente, el área tiene acceso
a muchas bases de datos, que facilita y enriquece el trabajo del personal en-
cargado del análisis patrimonial, como ocurrió en el caso del descubrimiento
de la mafia del iss.
Además del análisis patrimonial, el área de inteligencia también tiene
como atribución el monitoreo de las finanzas públicas, con el fin de controlar
los precios y los costos de las secretarías, con el fin de mejorar su gasto. Para
ello, se propone implementar un Observatorio del Gasto Público (pao, por
sus siglas en portugués), estructura que ya existe en la Contraloría General
de la Unión y que es responsable de producir información e indicadores para
ayudar en la toma de decisiones sobre el uso de los recursos públicos. Sin em-
bargo, la implementación de tal estructura está todavía lejos de la realidad.
En el área de Inteligencia, la principal dificultad, mencionada durante la
entrevista, es la estructura reducida, que ha impedido una mayor coordina-
ción con otras áreas de la cgmsp. Actualmente, el sector tiene comunicación
solo con la Defensoría y con la Auditoría, en gran medida por el trabajo
muy específico que ejerce. Sobre el fortalecimiento del sistema de control,
con el descubrimiento de casos de corrupción, el entrevistado afirmo que
hubo mejoría en el sistema de control de la Prefectura, en particular, en la
Secretaría de Finanzas, que ha vuelto sus procesos menos discrecionales.
Entrevistado J
Según el entrevistado, el control debe ocurrir en las distintas etapas de una
política pública, lo que no acontecía en el municipio de San Pablo. La admi-
nistración y los servidores tenían, en general, una visión extremadamente
formalista e históricamente construida sobre el control. Además, la Prefec-
tura tenía solamente auditoría contable, la audig, no existiendo un sistema
de control interno y gobierno.
El objetivo básico con la creación de la Contraloría fue establecer un
sistema de control interno en la pmsp. En el período anterior a su ley de
creación, la cgmsp se estableció como una secretaría especial, que no tenía
un presupuesto propio y utilizaba el de la Secretaría de Gobierno. También
hubo resistencia de las secretarías antes de la creación del órgano, debido a
258
las diferentes interpretaciones del significado del control interno que exis-
ten en la Prefectura, y que están en disputa en todo momento.
El propio Tribunal de Cuentas del Municipio vio con recelo la creación
de la cgmsp, y hasta el momento de la realización de la investigación, tiene
una relación con la Contraloría que no es fluida, y que consiste más en la
competencia institucional que en la cooperación. Esto es, exactamente, por
lo que en opinión de los asesores, la creación de la cgmsp no sería posible
sin el apoyo de la alta dirección.
El primer Contralor General del municipio, proveniente de la Contra-
loría General de la Unión, tenía una visión muy clara sobre el trabajo que
le gustaría implementar en el municipio de San Pablo. Para lograr sus ob-
jetivos, configuró un equipo a través de sus redes personales. Los auditores
fueron, en su mayoría, funcionarios de carrera de la cgu, incluso el Auditor
General; en la Corregiduría, se asignaron a los procuradores de carrera del
municipio. En la Defensoría, se contrataron funcionarios de procom; La
Coordinación de Promoción de la Integridad contaba, en suma, con los pe-
riodistas del municipio, ya que el área de Producción de Inteligencia estaba
formada por funcionarios cgu.
Como Contralor, Mario Spinelli también encargó a prodam, Empresa
de Tecnología de la Información y Comunicación del municipio de San Pa-
blo, un sistema que permitiese a la cgmsp realizar análisis patrimonial a los
servidores de la Prefectura. Con el sispatri, fue posible percibir, comparan-
do las declaraciones de 2012/2013 y 2013/2014, que había caso de evolución
patrimonial irregular.
Continuando con el proceso de investigación, se descubrió que algu-
nas empresas de construcción pagaban sobornos a auditores de impues-
tos. El escándalo de corrupción, que llegó a ser conocido como la mafia
ISS-Habite-se, fue descubierto a través del trabajo de análisis patrimonial,
en una operación conjunta entre la cgmsp y el Ministerio Público. Des-
pués de la divulgación de los casos de corrupción, fue creado, por iniciativa
del Ministerio de Finanzas, una Coordinación de Control Interno (cocin).
Consciente de la necesidad de diseñar correctamente los procedimientos, la
creación de la cocin es el resultado de una confluencia de intereses: para
evitar los casos de corrupción y minimizar la discrecionalidad del servidor
a través de la verificación del cumplimiento de los procesos, de tal manera
se mejorara la política de recaudatoria. Para los entrevistados, la creación de
una burocracia de control interno en la Secretaría de Finanzas fue facilitada
ante el descubrimiento del iss-Habite-se.
Así la cgmsp ha intentado replicar de forma adaptada la estructura de
la cocin en otras secretarías. Para fincar relaciones entre otras secretarías
y la cgmsp, la Contraloría debería, en teoría, evaluar los controles de los
órganos, pero sin involucrarse en la toma de decisiones. En la práctica, sin
embargo, no es lo que sucede, ya que la cgmsp ha participado directamente
en la concepción de las secretarías del municipio cocin.
259
Los efectos y límites de la Contraloría General del Municipio en las po-
líticas públicas.
El caso de la mafia del iss-Habite-se, revisado en este trabajo, corrobora
la idea de que la corrupción puede afectar significativamente la eficiencia,
la justicia y la legitimidad de las actividades del estado (Rose-Ackerman,
2002, p. 60). En la Prefectura de San Pablo, a pesar de la corrupción sisté-
mica que existió en la recaudación, creció considerable su monto en el pe-
ríodo 2003-2013. Dicha recaudación, sin embargo, podría alcanzar valores
mucho mayores si no hubiera deformidades en el sistema recaudatorio de
impuesto y en el propio estado, que hacen que el proceso del ISS muy dis-
crecional y vulnerable a los incentivos de corrupción.
Además, la limitación del crecimiento económico (en este caso, pro-
veniente de la recaudación del iss) no es la única lesión propinada por la
mafia del área fiscal. Hay un efecto negativo en el desarrollo y las relaciones
entre Estado y sociedad en general, que es evidente en las líneas argumen-
tales de los entrevistados pertenecientes a la Secretaría de Finanzas, quienes
afirman que la reputación de la Secretaría está muy comprometida ante la
opinión pública. Por lo tanto, se reitera la hipótesis de que no solamente
está comprometida la eficiencia de los mecanismos de recaudación, sino
también la legalidad y la legitimidad de la administración.
Vale, también, señalar que la gravedad del caso de corrupción, radi-
ca en la intervención, tanto del servidor público, como de las empresas
privadas de la industria de la construcción: ambos, buscaban disminuir la
recaudación de la pmsp y beneficiarse de la cantidad no declarada e ingre-
sada. En este sentido, basándose en el análisis de Rose-Ackerman (2002, p.
70), el tamaño y la incidencia de sobornos son determinados por el nivel
general de beneficios disponibles por los poderes discrecionales de las au-
toridades, por el riesgo de las transacciones corrompidas y por el relativo
poder del corruptor y del corrompido. En la visión de Klitgaard (1998, p.
75),podemos elucidar la hipótesis de que los desvíos en la conducta de los
servidores del sector privado es fruto de las deformaciones que facilitan la
corrupción y la ineficacia, a saber: (1) deformidades en el sistema recau-
datorio y (2) en la estructura de controles de la recaudación de impuestos
del pmsp.
En efecto, son evidentes las fallas en el sistema de recaudación de im-
puesto. El problema se centra en el valor declarado de la obra, por el servidor
público, sobre el cual se aplica la proporción del gravamen. Es en este paso
que las irregularidades ocurrieron, puesto que los mecanismos de verifi-
cación de los valores recaudados se insertan en un sistema que da espacio
para la arbitrariedad fiscal, puesto que da lugar para recibir sobornos de
empresas constructoras buscando reducir el monto de impuestos y el pago
de los elementos que corresponden a esta actividad. También ocurrió, como
ha señalado el entrevistado, porque no puede ejercer control a priori en la
conducta y la moralidad de las personas que trabajan en la administración
pública (y en el caso concreto, sobre los auditores fiscales).
260
Un análisis comparativo, entre la Ley Orgánica de San Pablo y las entre-
vistas realizadas, deja ver otro resquicio legal que permitió los desvíos en la
recaudación: la baja sinergia entre el control externo e interno del municipio.
En primer lugar, sobre el control externo, los contratos de la Prefectura
son sometidos a análisis del tcm, que los juzga legales o ilegales como lo
establece la Ley Orgánica Municipal. Este sistema de control, sin embargo,
está dirigido predominantemente a los gastos, según información obteni-
da del entrevistado. De este modo el control de la recaudación, desde un
primer momento, ya era vulnerable en la medida en que el tcm, órgano
encargado de supervisar el gasto municipal, lo hace de manera ineficiente.
Respecto al control interno del municipio, la Prefectura tenía, hasta la
creación de la cgmsp, solamente una auditoría contable, no existiendo un
sistema de control interno y de gobierno, según han confirmado los entrevis-
tados D y J. Aun cuando la Constitución Federal, la Ley Orgánica Municipal
de San Pablo y la Ley Fiscal de Responsabilidad Fiscal establece la necesidad
de un sistema de control interno organizado y dinámico, la investigación
permite inferir que, en la práctica, esto no ocurre. No se puede rechazar la
hipótesis de que el sistema de control interno de la pmsp está fragmentado,
en un primer momento, a partir del análisis comparativo entre las leyes y
la vida cotidiana de las instituciones, aquí representadas en las líneas de los
entrevistados. Durante las entrevistas, B, C, D, H y J, se explicó claramente
que las secretarías no realizan un control interno propio, tampoco conversan
entre sí, ya que están centradas en el gasto y no en el control.
Además del análisis comparativo, cabe mencionar que la auditoría (que
hasta la creación de la cgmsp se constituía únicamente en forma de control
interno en la pmsp, mencionado por el entrevistado D) no era un órgano
autónomo, pero si perteneciente a la Secretaría de Finanzas, por lo que no
tenía muchos poderes, además de contar con un equipo bastante limitado.
Su papel se limitó a las auditorias contables en las empresas, así como a
demandas esporádicas que se presentaron a lo largo del trabajo realizado.
Es en este contexto de escasez de mecanismos de control, que se creó, en el
2013, la Contraloría General del Municipio, que trató de introducir una nueva
lógica de control en la pmsp, y construir la idea respecto a que las medidas de
combate a la corrupción deben ir acompañadas de un control interno organi-
zado, para asegurar la eficacia de las políticas públicas contra la corrupción.
Consideraciones finales
El presente estudio ha buscado examinar la teoría y práctica de las deriva-
ciones de la creación de la Contraloría General del Municipio en las polí-
ticas públicas en la ciudad de San Pablo, concretamente, sobre la política
recaudatoria. Específicamente, se ha pretendido contribuir a la compren-
sión de los motivos que llevaron a la creación de la Contraloría General del
Municipio de San Pablo, así como identificar y analizar las acciones desa-
rrolladas por el órgano (y por los demás órganos de la Prefectura), que ha
contribuido a mejorar la gestión, y que sean resultado del aprendizaje insti-
tucional de lucha contra la corrupción, buscado por la cgmsp, con el fin de
mejorar la democracia. Con este fin, se compararon entrevistas, legislación
y documentos oficiales de la pmsp, basado en el estudio de caso relativo al
descubrimiento de la mafia de la iss-Habite-se. Dos cuestiones guiaron la
búsqueda de este objetivo: las acciones para combatir la corrupción; y la
implementación de mecanismos de mejora de la gestión por el gobierno
municipal derivaciones de los trabajos desarrollados por la cgmsp.
Con el establecimiento de mecanismos formales de control continuo,
se establece todo un proceso sistemático de rendición de cuentas que per-
mite la responsabilización permanente de las autoridades públicas electas o
de carrera, o como se conoce en la jerga, accountability. Por lo tanto, para
establecer el control continuo en el límite entre las cuestiones públicas y pri-
vadas que involucran la actividad del burócrata en su vida diaria, es eviden-
te la importancia de la coordinación entre los órganos de control externo,
control interno y también con la sociedad civil.
Se desprende, en un primer momento, que el control de la administra-
ción pública afecta no sólo la conducta de los gobernantes, sino también
los proyectos de políticas públicas por ellos elaborados. Por lo tanto, la res-
ponsabilidad de los implicados en la mafia del iss-Habite-se era de innega-
ble importancia para el municipio. En este contexto, el papel desempeñado
por la cgmsp debe considerarse no sólo como un mecanismo para luchar
264
contra la corrupción, sino también como un instrumento para la mejora
continua de la gestión, ya que la Contraloría, para identificar irregulari-
dades, produjo una invaluable base de datos para la mejora y creación de
nuevos mecanismos de mejora de la gestión.
Sobre el sistema recaudatorio, se infiere que la limitación del crecimien-
to de los ingresos (en el caso, de la recaudación del iss) no es la única lesión
propinada por la mafia fiscal. Hay un efecto negativo en las relaciones entre
el Estado y la sociedad en general, lo que se vuelve evidente con las respues-
tas de los entrevistados pertenecientes a la Secretaría de Finanzas, quienes
afirman que la reputación de la Secretaría está muy comprometida frente a
la opinión pública. Por lo tanto, se reitera la hipótesis de que no solamente la
eficiencia de los mecanismos de recaudación estaban comprometidos, sino
que también la legalidad y el sentido de justicia de tales procedimientos se
ponen en jaque. Se reduce la legitimidad del actor público.
Además, en el caso estudiado, podemos arrojar algo de luz sobre la hi-
pótesis de que el desvío en la conducta de los servidores y del sector pri-
vado es el resultado de distorsiones que han facilitado la corrupción y la
ineficiencia, a saber: (1) deformidades en el sistema recaudatorio y (2) en la
estructura de control de la Prefectura Municipal. Un análisis comparativo
entre la legislación y las entrevistas permitió observar la baja sinergia entre
el control interno y externo del municipio: no hay relaciones instituciona-
lizadas entre el Tribunal de Cuentas del Municipio, responsable del control
externo, y los secretarios, o incluso con la cgmsp, órganos responsables del
control interno. Además, el sistema de control interno está fragmentado, ya
que las secretarías no cuentan con sistemas propios de control, correspon-
diendo a la cgmsp realizar tanto el control primario, como el secundario.
La cgm, por lo tanto, se introdujo en este caótico contexto de control
en el municipio, alcanzando avances relevantes en cuanto a la lucha contra
la corrupción y promoción de la transparencia y control social; la estructu-
ra de recaudación del municipio; y las áreas vulnerables de la pmsp. Entre
ellos está la creación de la Coordinación de Control Interno (cocin) en la
Secretaría de Finanzas, que puede considerarse el mayor legado de la obra
de la cgmsp para la política de recaudación, además de mayores montos de
ingresos municipales y el sispatri.
Aunque la iniciativa de creación de la Coordinación de Control interno
no fue de la cgmsp, es imposible desvincular su creación del trabajo reali-
zado en el descubrimiento de la mafia del iss. De esta manera, fue posible
confirmar la hipótesis de que el trabajo de la cgmsp, impactó la política de
recaudación reduciendo las deformidades del sector, debido a que el fin de la
cocin no es sólo prevenir que los casos de corrupción se repitan, sino que
también mejora los procesos de la Secretaría.
Sin embargo, aún se mantienen otras deformidades del estado que di-
ficultan el trabajo de la Contraloría, entre ellos, la baja profesionalización
de los servidores públicos, en general; el bajo nivel de documentación y
racionalización de los procesos, lo que crea espacio para la discresión; la
265
resistencia interna de la burocracia del Ejecutivo; y las negociaciones con el
legislativo. Además, la cgmsp se encuentra en proceso de institucionaliza-
ción, con una estructura diminuta.
De todos modos, si el control de las actividades realizadas y la crea-
ción de nuevas estructuras de control requieren el uso de recursos públicos,
también es un hecho que la cgmsp aunque con un reducido equipo, obtuvo
importantes resultados en la lucha contra la corrupción y la aplicación de
instrumentos de transparencia. Esa evidencia sugiere que una burocracia
con objetivos bien trazados, puede aumentar los beneficios de la adminis-
tración, así, también sugiere que la creación de una burocracia equipada es
capaz de aumentar los éxitos.
En un momento de incertidumbre e incredulidad de la sociedad fren-
te la administración pública, es fundamental que se creen mecanismos de
control y eficacia de políticas públicas, para institucionalizar, en el mediano
y largo plazos, la lucha contra la corrupción en el municipio de San Pablo y
en otras ciudades brasileñas.
266
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270
Conflictos por límites competenciales en México
Miguel Ángel Sánchez Ramos
Rafael Cedillo Delgado
Introducción
El Estado federal es una forma de organización compuesta y compleja, la
primera porque se trata de la coexistencia de órganos de poder con compe-
tencias constitucionales; la segunda por referirse nada menos que a órganos
cuyas atribuciones se ejercen en el mismo espacio geoterritorial, enfrentan
la necesidad de acuerdos para poder hacer valer los méritos jurisdiccionales
conservados para sí en la Constitución Política. El Estado federal supone
entonces la coexistencia de dos órdenes jurídicos, el llamado federal y el de
los Estados miembros o entidades que la componen; a su vez, conviven cuan-
do menos tres ámbitos de poder y de gobierno dentro del mismo territorio.
Las características del federalismo impulsan la necesidad de generar
acuerdos como instrumento de acción de las competencias de cada órgano
de poder. La intervención de cada ámbito de poder en el terreno de los he-
chos se enfrenta y convive con los actos de otro órgano de gobierno, lo que
lleva a la necesaria ocurrencia de formular acuerdos y acciones conjuntas.
Estas circunstancias pueden estar impulsadas desde diferentes ángulos del
análisis como de la praxis misma.
Algunas de las estrategias de generación de acuerdos y de sinergia para
el desarrollo de las acciones multigubernamentales se encuentran en las
Relaciones Intergubernamentales (rig), en la Coordinación Interguberna-
mental (cig) o en la Administración Intergubernamental (aig). Cada una
de estas estrategias tiene su connotación específica en un interés dado, mis-
mo que se especificará más adelante dentro de este mismo capítulo.
México es una República federal, por lo que es inminente que despliega en
el ejercicio complejo del gobierno algunas de estas estrategias mencionadas
como formas de interacción que tienen un lugar, personajes y circunstancias
definidas en un tiempo específico. No hay un marco institucional que defi-
na cómo deben establecerse estas interacciones, lo que existe en un marco
de referencia conocido como el régimen de excepción, mismo que explicita
a través de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos las
atribuciones que son del orden federal, reservando lo no enumerado para
el ámbito de los Estados.
271
Una característica del régimen constitucional mexicano es que cuenta
con una constitución política de orden rígida, cuyas reformas se pueden
lograr con una mayoría calificada (dos terceras partes) del Congreso de la
Unión compuesto por dos Cámaras, y de la mayoría de las legislaturas de los
Estados. Ante esta rigidez se presume que las reformas constitucionales son
materia laboriosa de realizarse. Sin embargo, en los hechos, la Constitución
Mexicana ha sido objeto de un gran número de reformas que han redefini-
do las competencias federales y estatales.
Además de la Federación y de los estados, coexisten los municipios
como otro ámbito de gobierno con cierta libertad de acción en términos del
federalismo teórico. En México, el artículo 115 de la Constitución Política
de los Estados Unidos Mexicanos enumera una serie de facultades, atribu-
ciones y limitaciones para el municipio. Bajo el supuesto del régimen de
excepción y al considerarse al municipio como la base de la organización
política, territorial y administrativa del Estado, se comprende que éste rea-
lizará lo que le tiene estrictamente consignado este precepto constitucional
en mención.
Sin embargo, el mexicano no se trata de un sistema constitucional con
competencias exclusivas, pues considera en varios temas la concurrencia de
los tres ámbitos de gobierno para su consecución, como es el caso de la educa-
ción, de la salud, de la seguridad pública, entre otras. Ante esta circunstancia
y la imperiosa realidad del despliegue de acciones gubernamentales por los di-
versos ámbitos de gobierno, es un hecho la posible invasión de competencias.
La invasión de competencias puede presentarse en la interacción guber-
namental de diversas formas, una es la material y otra la formal. La primera
sucede cuando se reduce al acto mismo de la autoridad, llevando a cabo tareas
que no le son de su competencia legal. La otra, la formal, surge cuando a través
de actos de creación de ley (en un sentido material dado que puede ser ley, de-
creto, acuerdo, reglamento o lineamientos) se estén creando facultades que in-
vaden la competencia constitucional de otro órgano de gobierno. Frente a este
problema surge la pregunta que guía este capítulo: ¿en México existen me-
canismos de administración intergubernamental que maticen los conflictos
acontecidos entre los órganos de gobierno por la invasión de competencias?
La respuesta a esta pregunta ha constituido el supuesto hipotético a
demostrar en este capítulo, la cual estriba en que en México no hay una
forma institucional de administración intergubernamental para los con-
flictos de invasión de competencias formales, en consecuencia se recurre
al Poder Judicial de la Federación para que como árbitro defina la solución
de los casos.
Para poder demostrar lo anterior, el artículo se estructura en tres apar-
tados, el primero define el posicionamiento de enfoque a través del cual
se analiza el conflicto de las interacciones intergubernamentales, estable-
ciendo una diferenciación entre las relaciones y la administración de las
mismas para subrayar la importancia del aspecto político como mediador
del conflicto. El segundo apartado enlista las características del federalismo
272
mexicano, sobre todo en el tenor de los vacíos que generan los conflictos de
competencias. Finalmente, en el último apartado se comentan algunos casos
como ejemplo de esos conflictos y los cauces que tomaron para su solución.
Las rig no se mueven por la acción jurídica, aunque esta es necesaria para la
formalidad de las actuaciones, mas están en el campo de las relaciones públicas y
personales que definen a la política. Estos vínculos que se alimentan más por las
relaciones personales de las autoridades y funcionarios se formalizan a través de
acuerdos y convenios, mismos que pueden entrar en controversia en tribunales
administrativos y/o judiciales, cuando alguna de las partes incumple. Entonces,
las rig exitosas estriban más en el despliegue decidido de la voluntad de los po-
líticos que del adecuado espíritu jurista. Tan están en la arena personal de los
políticos que no existe una regulación propia para las rig (Sánchez, 2015: 101).
Las rig, desde el ángulo del análisis, enfatizan en el estudio de las interac-
ciones que llevan a cabo las unidades de gobierno a diferencia de la aig, que
busca la gestión de esas interacciones para evitar el conflicto y lograr llegar a
dar respuesta a la causa final de la acción gubernamental, a través de la adminis-
tración pública, que es el bien público temporal o el bienestar de la comunidad.
Agranoff (1997) refiere que la aig implica una ejecución cotidiana en la
gestión de la interacción de esas relaciones con el propósito de solucionar
la materia principal de la acción y evitar el conflicto. A pesar de que Ma-
rando y Florestano (1999) consideren que las aig son embrionarias, sí se
273
puede definir un campo que las distinga de las rig. Las aig son el vehículo
político de las rig que inhiben la generación de conflicto y el término del
dirimiendo en los tribunales.
Cercano al de aig se encuentra el de cig, que ha sido tratado por Mauri-
cio Covarrubias (2006). Sin embargo, hay una diferenciación que se precisa
en el momento en que esa interacción que inhibe el conflicto llega a mate-
rializarse en la signatura de voluntades muy precisas que permiten la opera-
ción de acciones. Para Martínez Cabañas (1995) la cig es una confrontación
entre la racionalidad jurídico-política y eficacia económica-administrativa.
En los estados modernos con formas de gobierno federal, los problemas econó-
micos y administrativos plantean la necesidad de la unidad de acción, de estra-
tegias globales y de políticas uniformes para sortear la crisis económica y social,
sin embargo se interpone una estructura formal que es necesario respetar, en este
caso, la existencia de ámbitos de gobierno a nivel constitucional; de ahí que surja
la coordinación intergubernamental como respuesta para lograr la coherencia en
la lucha contra los grandes problemas del Estado (Martínez, 1995: 163).
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2012
2013
2014
2015
Conclusiones
Los conflictos competenciales entre gobiernos dentro de un sistema compues-
to, complejo o federal de Estado son connaturales a su estructura y racionali-
dad tanto jurídica como política. Por eso se han desarrollado figuras en las dos
arenas, para servir de vehículo a la interacción efectiva de los gobiernos y sus
órganos para resolver las necesidades y atender el desarrollo de los pueblos.
Las rig son el todo que se manifiesta en la necesaria interacción entre los
ámbitos de gobiernos y sus órganos, encontrando que la aig es la estrategia
280
política que facilita la generación de soluciones para los problemas, dando
paso a la cig como figura jurídica y política que explicita los compromisos
de las partes en una sana convivencia legal.
El sistema federal mexicano cuenta en su diseño institucional con órga-
nos para la aig; sin embargo, y de forma paradójica, la transición democrá-
tica que ha traído pluralidad moderada no ha favorecido la práctica de la
negociación transparente y honesta, con trato igual para todos.
La aig en México está incipiente, ha dominado la rig basada en las rela-
ciones personales y de la camaradería partidista, no logrando institucionaliza-
ción de la administración política de los procesos de interacción entre los go-
biernos y sus órganos. Existe en la negociación de estos procesos un recelo por
hacerlos en el sigilo de la política; ante la opacidad de estos fenómenos no es
clara la evidencia de los acuerdos legítimos y honestos en pro de los pueblos.
Existe en México el mecanismo para hacer valer el respeto a la invasión
de competencias, a cargo del Poder Judicial de la Federación, mismo que
archiva cerca de 178 sentencias en 20 años. Aún su trabajo es lento ante la
demanda de su intervención como órgano garante de la constitucionali-
dad, a juzgar por la inversión de tiempo que se encuentra registrado en las
sentencias entre la fecha de la interposición de la demanda y la sentencia.
Pero a pesar de esto, se ha erigido en una ventana de anhelo a la equidad
jurídica y constitucional de las competencias entre los órganos de poder y
ámbitos de gobierno. A partir de estas acciones, el federalismo se fortalece
en la arena jurisdiccional, reconociendo que hay asignaturas pendientes en
otras arenas como la de equidad política entre los ámbitos de gobierno, fi-
nanciera y social; sin embargo, esto rebasa el interés de estas conclusiones.
Los conflictos competenciales de que se tiene registro en México cir-
cundan en el ámbito jurisdiccional, no existiendo evidencia transparente
de la aig en los procesos de las rig. Las instancias encargadas de la política
interior de cada ámbito tienen como reto transparentar sus acciones y ha-
cer de la negociación política una cultura que consolide la aig en pro de la
solución de problemas sociales.
La generación de policies basada en un contexto de aig favorece el des-
empeño no sólo de los órganos de poder o gobierno inmersos, sino de la
sociedad misma, por los impactos financieros y sociales que trae consigo
este proceso.
La transición democrática no ha sido suficiente para crear igualdad y
equidad entre los ámbitos de gobierno. El municipio sigue siendo el más
limitado en sus capacidades institucionales, organizacionales y financieras,
destacando que sólo aquellos municipios que han logrado mejores condi-
ciones (las capitales de los estados, y los metropolitanos o municipios ricos)
son los que cuentan con los recursos para enfrentar las vías legales y los
tribunales para hacer valer sus derechos y competencias. De no generarse la
equidad, los municipios marginados seguirán a la sombra de la dependen-
cia de los gobiernos estatales, en contra del desarrollo endógeno que genera
la sinergia con sus propias identidades.
281
Fuentes consultadas
282
Conflictos por límites competenciales en Brasil
Cibele Franzese
Introducción
La Constitución Federal brasileña de 1988 no solamente ha definido los
principales parámetros de la estructura federativa del país, también deter-
minó normas de provisión para las políticas sociales y dispuso sobre la di-
visión de atribuciones entre las esferas de gobierno en diferentes áreas de
las políticas públicas.
En lo que se refiere a las áreas de salud, educación y asistencia social,
la opción constitucional fue definir la ampliación del acceso, proponien-
do para todo el país un modelo universalizado, semejante a los Estados
de Bienestar Social universales. Es evidente la directriz de igualdad, cons-
titucionalizando la preocupación con la garantía de derechos para todos
los ciudadanos brasileños, independientemente de la unidad federativa en
la cual residan. El dilema surge porque, para promover estas políticas, la
opción era establecer responsabilidades comunes entre las tres esferas de
gobierno - la Unión (gobierno central), los estados y los municipios. Tal de-
terminación mostró una tensión permanente entre las normas nacionales
y la autonomía subnacional en la prestación de Servicios públicos, lo que
resulta en diferentes modelos de relaciones intergubernamentales, dentro
de cada una de estas políticas Sociales.
En este sentido, el propósito de este artículo es analizar los distintos
arreglos institucionales de coordinación federativa creados en el campo de
la salud, la educación y la asistencia social, para conciliar la tensión entre la
provisión universal y la descentralización, poniendo de relieve los dilemas
que dichos acuerdos han traído a las organizaciones de relaciones intergu-
bernamentales en Brasil.
El tema acerca de la distribución de responsabilidades entre las enti-
dades federativas es una de las cuestiones más pertinentes en la discusión
sobre federalismo. Establecida normalmente de forma escrita en la Consti-
tución Federal, esta división constituye parte esencial del pacto federativo,
puesto que establece los límites de actuación de los entes subnacionales y
centrales, determinando cómo será ejercida la autoridad de cada cual, en el
territorio nacional común.
283
De los fundadores del federalismo estadounidense, se origina el para-
digma de que los límites de responsabilidades deben ser claramente estable-
cidos, manteniendo la autonomía de los gobiernos subnacionales, evitando
el exceso de interferencia federal. La preocupación se extiende, establecien-
do que, para los casos no previstos, las competencias residuales serán de los
estados. Bajo esta visión del federalismo, la actuación del gobierno central
debe ser reducida y los estados asumen la responsabilidad por el fomento
de gran parte de las políticas públicas. Dentro de esa perspectiva se ha de-
sarrollado la visión del federalismo norteamericano como un modelo dual,
con clara distinción de potestades y casi sin ninguna interacción entre las
esferas del gobierno.
Grodzins (1966) y Elazar (1962) criticaron esa visión, sosteniendo la
existencia de una inevitable y necesaria interacción entre las esferas del go-
bierno en una federación. De ello se origina la definición del federalismo
construida por Elazar (1984), de que el federalismo no significa apenas la
afirmación de autonomía entre las entidades, sino una mezcla de autono-
mía (self rule) con interdependencia (shared rule). En el análisis de Michael
Burgess: “Grodzins y Elazar sostuvieron posiciones que consisten en que el
federalismo es un acto de compartir (...). Sus posiciones son fundadas en un
firme rechazo al federalismo dual – la idea de compartimientos jurisdiccio-
nales incomunicables entre gobierno federal y gobiernos locales.” (Burgess,
2006: 39, traducción libre).
Pese a que la investigación de Elazar (1962) demuestra que esa interac-
ción entre las esferas del gobierno estaba presente en los Estados Unidos
ya en siglo xix, el autor afirma que este entrelazamiento se ha hecho más
perceptible con el aumento de la actividad gubernamental, iniciada en los
años 1930 en los Estados Unidos, con acciones federales que tenían por
objeto minimizar los problemas ocurridos después de la Gran Depresión.
En perspectiva comparada, ese movimiento se intensifica con la creación
de los Estados de Bienestar, en el período posterior a la Segunda Guerra Mun-
dial. Debido a ello, los estudios sobre federalismo tuvieron su enfoque rediri-
gido a la discusión de la interacción entre los niveles del gobierno, culminando
con los trabajos sobre relaciones intergubernamentales, dentro los cuales des-
tacamos el trabajo precursor de Anderson (1960), describiendo como el pro-
ceso ocurrió en los Estados Unidos, principiando en el Estado de Minnesota
y el trabajo de Wright (1988) que propone un esquema analítico basado en la
clasificación de las relaciones intergubernamentales en tres normas distintas.
Precisamente por la idea de que la interacción entre las esferas del go-
bierno crece con la ampliación de la acción gubernamental, tal cual lo notó
Elazar (1962), es que algunos estudios han vuelto al análisis acerca de la
división de atribuciones en los estados federativos basados en la discusión
acerca de las políticas del Welfare State. Pierson (1995), sostiene que, en los
estados federativos, las políticas de Bienestar Social son más fragmentadas,
debido a que el tema de la distribución de responsabilidades, o sea, qué es
lo que debe hacer cada entidad federativa, es tan importante como la misma
284
decisión acerca del contenido de las políticas que se crearán e implemen-
tarán. Por esta razón, las políticas públicas, en federaciones, no tendrían
como objetivo apenas sus finalidades sociales, sino también la protección
institucional de las entidades federativas que las fomentan.
Diez años más tarde, Obinger y Leibfried (2005) organizan una serie de
estudios comparados, buscando mejor entendimiento de la cuestión presen-
tada por Pierson, en distintas federaciones. El análisis comparado ha demos-
trado que hay una relación de reciprocidad entre las políticas públicas y el
federalismo, o sea, mientras la estructura institucional federativa define el
desarrollo de las políticas públicas, ellas por su parte producen efectos que
cambian las características de la estructura federativa, por medio de un efec-
to de retroalimentación (feedback effect), según han definido otros autores.
Según ese pensamiento, la discusión acerca de la división de las respon-
sabilidades en las federaciones va mas allá de la división constitucional de
atribuciones. Necesariamente implica pasar por el análisis de las relaciones
intergubernamentales y por el estudio de las políticas públicas. Por lo tan-
to, para abordar la cuestión de los límites de responsabilidades en el caso
brasileño, seguiremos el planteamiento que sigue: primero, la presentación
del modelo constitucional de división de responsabilidades, heredado de la
Constitución Federal de 1988; segundo, análisis de las normas de relaciones
intergubernamentales originadas después de la validez de las nuevas reglas
constitucionales; y, tercero, discusión acerca de los mecanismos creados
para la solución de conflictos de responsabilidades, dentro del ámbito de
cada política pública.
“Bajo el discurso de que los problemas deben ser resueltos por el alcalde, porque
ocurren en el municipio, se fortaleció el sentido de autonomía y autogestión mu-
nicipal que, a menudo, hace que los alcaldes tengan mucha dificultad para con-
centrarse en los problemas que son más amplios y que, por lo tanto, no pueden
resolverse dentro del ámbito de su territorio. Esa cultura municipalista dificulta,
y mucho, el establecimiento de relaciones horizontales de cooperación.” (Daniel,
2001, p. 205).
293
El sistema prevé la existencia de fondos de salud municipales en más
de 5570 municipios brasileños, fondos estaduales en todos los estados y en
el Distrito Federal, y un fondo nacional de salud en el marco del Gobier-
no Federal. Tales fondos tienen recursos garantizados por la Constitución
federal donde un porcentaje de los ingresos deben ser obligatoriamente
destinados a estos fondos, el 15% de los ingresos de los impuestos muni-
cipales, 12% en el caso de los estados y Distrito Federal y 15% del ingre-
so corriente federal neto, que se cobrará paulatinamente a partir de 2016
hasta 2021.
Con respecto a los foros federales, existe una Comisión Tripartita (Co-
missão Intergestores Tripartite-cit), compuesta por representantes del
Ministerio de Salud, Consejo Nacional de Secretarios Estaduales de Sa-
lud (conass) y el Consejo Nacional de Secretarios Municipales de Salud
(conasems) cuyas minutas de reunión revelan que existe de hecho, la dis-
cusión y la deliberación sobre temas relevantes de la organización de la
prestación de servicios de salud en el país. (Franzese, 2010). También hay,
en cada estado, una Comisión Bipartita (cib), integrada por el titular de la
Secretaría Estatal de Salud y representantes de los Secretarios Municipales
de Salud del Estado, considerado un importante órgano de toma de decisio-
nes colegiada, sobre la política sanitaria a nivel de los estados.
Por último, respecto a la regulación del sistema, una serie de normas
básicas de funcionamiento emitidas por el Ministerio de Salud se estable-
cieron, definiendo varias normas que le dan a la política de salud, uniformi-
dad nacional, combinado con un alto grado de descentralización en la pres-
tación de servicios. Aunque dispuesto por el gobierno federal, las normas
básicas de funcionamiento son por lo general el producto de los debates
en el marco de la cit y cib, lo que facilita la aplicación de las normas en el
ámbito nacional (Miranda, 2003; Franzese, 2010).
Lo más interesante es que, pese a constar en la Constitución, el Sistema
inicia en la década de 1990, con casi ninguna implementación. Ha sido por
medio de las transferencias federales que estados y municipios se estimula-
ron para hacerse cargo de las responsabilidades en la prestación de servicios
de salud. Por lo tanto, el Sistema Único de Salud inicia en la década de 1990
como una guía más que como una realidad y llega a la década de 2000 ya
universalizado, debido a la adhesión voluntaria de los estados y municipios
(Levicovitz et al., 2001).
El diseño de las transferencias de mayor éxito en el objetivo de la des-
centralización, fue la norma básica Operativa 1996 - nob 96, que ha previs-
to la posibilidad de que los municipios se adhieran a los modelos de gestión
aplicables a su propia realidad - completa gestión de la atención primaria y
la gestión completa del sistema municipal. Junto a esto hubo la Creación de
Transferencia Mínima de Atención Básica (pab – Piso de Atenção Básica),
donde consta una transferencia calculada por el número de habitantes, más
una cantidad variable, en función de la adhesión de la entidad federal a
determinados programas prioritarios.
294
La estructura de las reglas, fondos y foros fue importante para agilizar
las transferencias de recursos y dar confiabilidad al sistema, creando una
relación de confianza entre las entidades federadas involucradas en la pres-
tación de servicios de salud.
Reconocido el éxito, en términos de resolución de conflictos federales
en el ámbito de la política de salud, el formato de sistema único fue copiado
íntegramente por el área de la asistencia social, originando el Sistema Único
de Asistencia Social - suas.
El suas fue creado en 2005, por medio de la norma operacional básica
del Ministerio del Desarrollo Social. Su objetivo era regular la:
3) Conclusiones
El artículo ha buscado analizar algunos de los mecanismos utilizados por
la federación brasileña en el manejo de los conflictos de responsabilidades,
en el campo de las políticas sociales, en particular la educación, la salud y
la asistencia social.
El análisis se inició a partir de la Constitución Federal de 1988, donde se
ubican las principales reglas para definir responsabilidades en la federación
brasileña. Aunque los primeros enfoques revelan un contexto propicio para
la descentralización, la combinación de una predicción de funciones com-
partidas en el área social, con una orientación de cobertura universal y una
crisis fiscal, principalmente a nivel federal y estatal, ha hecho que el escena-
rio de las relaciones intergubernamentales se volviera bastante complejo y
conflictivo a principios de los años noventa.
Después de poco más de dos décadas de promulgación de la Constitu-
ción, las tres políticas sociales analizadas muestran un gran avance en el
abordaje de estos conflictos. La disposición más exitosa parece haber sido
la estructura del sistema, replicada del ejemplo del Sistema Único de Salud.
Con la creación de fondos sectoriales en los gobiernos federal, de los esta-
dos y municipios; una estructura de normas infra-constitucionales capaces
de definir mejor las atribuciones de cada entidad federativa, sin renunciar
a compartir las responsabilidades; y la existencia de foros de negociación
federativa, parecen haber cumplido, en gran medida, la misión de promo-
ver la universalización con descentralización, tal como se esbozó en 1988.
296
En este sentido, la fórmula utilizada por la federación brasileña para
equilibrar los conflictos de responsabilidades fue, en esencia, la coordina-
ción federal. Con una disposición más completa en salud y asistencia social,
y un camino por recorrer en la educación, las tres áreas han logrado gran-
des avances en los últimos años, sin tener que depender de la judicialización
de los conflictos ni de la búsqueda de una completa separación de funciones
entre las entidades federativas.
Referencias Bibliográficas
298
Federalismo y relaciones intergubernamentales:
la gestión en la Zona Metropolitana del Valle de México
Roberto Moreno Espinosa*
Óscar Mauricio Covarrubias Moreno**
José Antonio Rosique Cañas***
299
políticas gubernamentales. La eficacia final de los procesos de decisión y
puesta en práctica de políticas regionales o nacionales reside en gran medi-
da en la capacidad de interacción y negociación intra e intergubernamental.
Los gobiernos locales deben entablar difíciles, complejas e interdependien-
tes interacciones dentro de los aparatos gubernamentales, lo cual representa
uno de los principales rasgos del federalismo y motivo para atribuir especial
importancia a las rig, a la cooperación entre el gobierno central y las re-
giones, así como a la distribución de poderes y autoridad (Ziccardi, 1995).
Para establecer mecanismos de coordinación metropolitana eficientes
para las instancias que gobiernan las ciudades, es necesario conocer la red de
dependencias de los tres órdenes de gobierno que intervienen en la gestión
del territorio en que están asentadas, identificar sus puntos de interacción
administrativa, el marco legal que rige sus relaciones y las reglas fácticas del
federalismo, adoptadas por el régimen institucional2 que ha comandado las
regiones, más allá del formalismo prescrito en la constitución nacional.
Por esta razón, es importante hacer uso del concepto de rig que se ha
abierto paso dentro de la nueva gestión pública,3 mostrando su utilidad
para comprender de manera sistemática las interacciones que se dan entre
las diferentes instancias del gobierno, cuando se trata de explicar la manera
en cómo se organizan y despliegan sus capacidades administrativas descen-
tralizadas sobre las distintas regiones metropolitanas bajo su jurisdicción.
Aun cuando en la formalidad de la descentralización se tiende a la se-
paración de atribuciones, responsabilidades y recursos, en la práctica, el es-
tablecimiento de rig es inevitable por la complejidad actual de las políticas
públicas y de los problemas o asuntos públicos que se atienden. De modo
que, al margen de la división legal-formal del poder, las múltiples conexio-
nes que exigen los programas, implican una dimensión territorial junto a
las responsabilidades funcionales.
Por otra parte, la cuestión fiscal relacionada con el monto, distribución
y obtención de las participaciones federales, que constituye uno de los te-
mas centrales en las rig, los motivos de estas interacciones, es porque a
307
cumplir, aún sin su aprobación, lo que la mayoría parlamentaria les impone.
Bajo este modelo de operación política, la rig de collage coercitiva es defi-
nida por Wright como:
Fortalezas:
1. Experiencia entre los funcionarios del Distrito Federal; 2. Sólidos co-
nocimientos sobre la problemática; 3. Buena disposición para coordinarse
con otras autoridades; 4. Claridad respecto a la diferencia entre proyectos
metropolitanos y los de orden local; los proyectos son multianuales y de gran
envergadura; y 5. Amplia experiencia en administración metropolitana.
Debilidades:
1. La coordinación es débil y está sujeta a los vaivenes políticos; 2. Resis-
tencia estatal y federal para que participen los gobiernos locales y la sociedad
civil; 3. No existe una estructura administrativa especializada; 4. Proyectos
centrados en movilidad automovilística; 5. No se cuenta con un plan me-
tropolitano integral; 6. El Consejo Metropolitano no tiene reconocimiento
legal como autoridad frente a los gobiernos locales.
Oportunidades:
1. El fm se ha convertido en un mecanismo de vinculación y coordi-
nación en la zmvm; 2. Su Consejo puede llegar a ser una autoridad metro-
politana reconocida legalmente; 3. Puede ser estructurador de políticas y
programas metropolitanos; 4. Hay tic para entrenar funcionarios locales;
5. El crecimiento demográfico del Distrito Federal se detuvo, por lo que
puede mejorarse su infraestructura.
Amenazas:
1. Las Reglas de Operación son rígidas y complejas; 2. Los proyectos no
están atacando los problemas de fondo; 3. No se están autorizando proyec-
tos multianuales; 4. Se da trato homogéneo a zonas heterogéneas; 5. No se
admite la participación de los gobiernos locales ni de la sociedad civil; 6. Los
problemas se agudizan más en la periferia; y 7. Los recursos no alcanzan
para resolver el tamaño de los problemas, por lo tanto volvemos a destacar la
debilidad institucional de las rig al momento de la gestión de escala territo-
rial más allá de lo definido constitucionalmente para cada entidad federativa
o municipal, pues los intereses de la arena política propician el fracaso de las
políticas que intentan actuar bajo rig, en lugar de transitar a formas hacia
su fortalecimiento, reconociendo que la gobernanza democrática, aunque
tortuosa, una vez que se aceptan los costos de transacción, ofrecen equilibrio
y mejora en resultados de gobierno que son valorados por la ciudadanía.
Dada la debilidad del régimen institucional que aportaron las Comi-
siones Metropolitanas y el fmf, la toma de decisiones importantes sobre
las grandes infraestructuras y servicios siguen centralizadas en el gobier-
no federal bajo acuerdo del Presidente de la República; desde la cúpula
del gobierno federal se decide sobre trenes metropolitanos hacia Toluca o
315
Querétaro, obras para mejorar la comunicación por carretera hacia Puebla,
Cuernavaca, Pachuca y Querétaro, ciudades vecinas de la Ciudad de Méxi-
co, además de las grandes obras hidráulicas.
Sin dejar de reconocer, por ejemplo, que la toma de decisión para la
construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México
sobre el lecho de una zona en recuperación del Lago de Texcoco, más allá
de que haya sido anunciada por el Presidente de la República, fue pensada
como una política pública que requiere de construir consensos a base de
un modelo específico de gobernaza15 que se mueve en los límites de lo
que se podría considerar democrática, pero cuidando que el proyecto no
aborte, pues aunque en México hay mucho camino por recorrer en ese
sentido, damos como aceptables los alcances de la transición política de los
últimos cinco lustros y de la modernización administrativa del Estado, por
lo que consideramos que esa decisión tomada desde los altos niveles del
gobierno federal, se puede analizar desde la perspectiva axiomática de una
política pública, pues no se trata de una decisión de la elite gubernamen-
tal, producto de ocurrencias surgidas de la imaginación del Presidente o
de intereses de fieles cortesanos que sólo piensan en el beneficio personal
o de grupo, donde un gobierno autoritario está operando al margen de la
opinión pública y de la ciudadanía, pues se trata de un megaproyecto de
gran magnitud considerado por el mismo Presidente como la obra más
importante de su administración; el mayor riesgo era que renacieran las
resistencias de actores locales que en 2002, durante el gobierno del presi-
dente Vicente Fox, echaron abajo cuando ya se tenía resuelto el problema
de la enorme inversión.
Medio siglo atrás, en tiempos de la “dictadura perfecta”, o de la “monar-
quía sexenal”, como producto de los “poderes meta-constitucionales” de que
gozaba el Presidente, sí se podían tomar decisiones a puerta cerrada desde
la Casa de los Pinos, pero no ahora con una ciudadanía más informada, con
partidos y congresos legislativos que sirven de contrapeso entre los actores de
los poderes públicos y con normatividades más puntuales sobre el uso de los
recursos del Estado; esto, más allá de que la corrupción siga siendo un común
denominador que caracteriza la acción gubernamental o de que las tentacio-
nes y prácticas autoritarias persistan en algunas entidades, particularmente
en el Estado de México, donde quedará asentado el nuevo aeropuerto.
Analizando de cerca las estrategias de gestión de este megaproyecto, lo
que se percibe con claridad es la manera en cómo operan en la zmvm las rig,
Conclusiones
Las relaciones intergubernamentales (rig) conforman un campo de co-
nocimiento que explica la interacción e interlocución crecientes entre los
diversos órdenes o niveles de gobierno, lo cual de suyo es una labor de alta
complejidad dada la cantidad de actores que participan cotidianamente
para darles forma y concretar acuerdos, negociaciones, transferir recursos,
brindar seguimiento a decisiones de gran cobertura e impacto, tanto en el
corto, mediano o largo plazo. Revisten una mayor complicación y diversi-
dad en países con una forma de Estado federal, dada la mayor autonomía
16 Proviene del idioma inglés partnership; en idioma español significa compañía, so-
ciedad o consorcio; es un instrumento jurídico-administrativo con firma de contratos
con la iniciativa privada, donde los gobiernos logran inversiones de riesgo para obra
pública y/o servicios diversos, en el que el objetivo del lucro es un incentivo para los
bancos y empresas asociadas.
317
relativa de que están dotados los entes políticos que integran la federación,
trátese de entidades, länders o estados federados, los cuales a su vez se des-
agregan en distritos, condados y comunas o municipios.
Las rig no se reducen a las ya complicadas relaciones entre los órde-
nes de gobierno, administración y gestión, toda vez que día a día se aña-
den nuevos actores políticos y sociales; de igual manera, en la atención de
los asuntos públicos participan organizaciones gubernamentales y no gu-
bernamentales, de ahí que autores como Barry Boozeman afirmen que el
complejo de instituciones, organizaciones, asociaciones, etc., ubicadas en
la intersección entre el Estado y la sociedad: “Algunas organizaciones son
gubernamentales, todas las organizaciones son públicas” y lo que es más,
dicho espacio sufre una dilatación creciente, producto del dinamismo que
observa la sociedad civil organizada, del empoderamiento de la ciudadanía
y su involucramiento en los referidos asuntos públicos, lo que de conjunto
va dando como resultado una gobernanza que expresa, desde hace ya al
menos dos décadas, una de las tendencias que se están manifestando en los
estados modernos; es palpable que cada día se abre el abanico y la diversi-
dad y pluralidad cobran nuevas dimensiones.
En este ambiente, las rig se dirigen por un sendero que toma nuevos
cauces donde la tradicional verticalidad queda ampliamente rebasada; así,
es tiempo de que los gobiernos y las administraciones públicas ensayen y
asuman una horizontalidad acorde con la democratización de las socieda-
des de la región latinoamericana. La diversidad también se manifiesta en
las rig que, de haberse dado básicamente entre instancias gubernamenta-
les que incluyen tanto los órdenes de gobierno como a los tres poderes, se
abren hacia la sociedad, por lo que la citada gobernanza también se hace
presente en aquéllas.
En el presente también nos hemos referido a uno de los grandes procesos
que caracterizan a las sociedades contemporáneas, las cuales se han torna-
do en unas de carácter urbano-metropolitano, actualmente más de la mitad
de la población mundial vive en ciudades. El caso mexicano observa ya 59
zonas metropolitanas que incluyen 29 entidades federativas y a la ciudad ca-
pital; no cabe duda, todo un fenómeno de metropolización, lo que es una ex-
presión más de la complejidad que se ha asentado en nuestro medio; si a ello
sumamos la fase de democratización por la que atraviesa el país, la relación
entre las entidades gubernamentales y no gubernamentales, el mercado, las
redes sociales y los grupos emergentes, se elevan a escala exponencial las
relaciones interinstitucionales e interpersonales; de esta manera las rig han
adoptado dimensiones interesantes que es indispensable ponderar.
A lo largo de este trabajo se ha efectuado un breve ejercicio de conceptua-
lización en torno a las rig, se ha situado el caso de éstas en la Unión America-
na y nos hemos centrado en las rig y la coordinación y gestión metropolitana,
las cuales han cobrado una enorme relevancia ante la irreversible transición
del México rural al México urbano-metropolitano, que constituye uno de los
grandes procesos que caracterizan a la sociedad; asimismo, hemos aludido
318
sintéticamente al fondo metropolitano que apunta a fortalecer las zonas arri-
ba mencionadas, aunque de manera desigual. Es indispensable que no sólo se
incremente dicho fondo, sino que se definan criterios y reglas claras para una
distribución justa y equitativa de algo que ya es de por sí limitado, pero que
representa un factor de desarrollo que se traduce en fomentar la calidad de
vida de los asentamientos humanos de las hoy 59 zonas metropolitanas, a las
que en breve se sumará la de Atlacomulco, Estado de México.
En suma, hoy las rig atraviesan por una nueva etapa de mayor dina-
mismo y horizontalidad, donde las políticas públicas, el empoderamiento
ciudadano, la gobernanza metropolitana, el gobierno abierto están presen-
tes. Es indispensable promover una menor asimetría entre los órdenes de
gobierno que nos proyecte a un Estado más descentralizado, democrático,
diferenciado y plural.
Fuentes consultadas
320
Umaña, Nidia María (2001), "Relaciones Inter-gubernamentales, coor-
dinación y gestión urbana en la Zona Metropolitana de la Ciudad de Mé-
xico: El caso de la Comisión Metropolitana de Transporte y Vialidad", Mé-
xico, El Colegio de México, tesis de Maestría en Estudios Demográficos y
Desarrollo Urbano.
Vidal Beltrán, José Vidal y Joan Prats i Català (coords.) (2005), Gober-
nanza. Diálogo euro-iberoamericano, Madrid, Ministerio de Administracio-
nes Públicas-inap, 382 pp.
Walker, David (1978), “A New Intergovernmental System in 1977”, Pu-
blius, núm. 8, Easton, Oxford University Press.
Wright, Deils S. (1999), “Comprensión de las relaciones interguberna-
mentales”, pp. 1109-1138, en Jay M. Shafritz y Albert C. Hyde, Clásicos de
la Administración Pública, México, Fondo de Cultura Económica, 1154 pp.
Ziccardi, Alicia (1995). “Federalismo y democracia para mejorar la cali-
dad de vida de las ciudades”, Revista de la Universidad Nacional Autónoma
de México, julio-agosto.
321
El papel de los gobiernos estatales en el fortalecimiento de
la coordinación federal: el caso de la educación.
Catarina Ianni Segatto
Fernando Luiz Abrucio
Introducción
En Brasil, la coordinación federal fue fortalecida, principalmente, en las po-
líticas sociales de la década de 1990 (Abrucio, 2005). Este proceso fue acom-
pañado por el fortalecimiento de los sistemas de política pública, como el
Sistema Unificado de Salud, el Sistema Unificado de Asistencia Social y, en
menor medida, el Sistema Nacional de Educación (Franzese, 2010; Abrucio
y Franzese, 2007). La creación de formas articuladas de rig es muy im-
portante en las federaciones que se caracterizan por las desigualdades so-
cio-económicas, como Brasil, especialmente en los mecanismos de garantía
de las políticas sociales universales (Obinger, Castles y Leibfried, 2005).
Sin embargo, la coordinación de la política educativa era ejecutada por
el gobierno federal, en consecuencia, la cooperación estados-municipios
bajo la coordinación de los gobiernos estatales no se había instituciona-
lizado. El propósito de este capítulo es discutir el papel de los gobiernos
estatales en las rig de la educación, especialmente en su relación con los
municipios.
En política educativa, la prestación de educación básica es responsabi-
lidad de estados y municipios, quienes tienen funciones comunes en este
ciclo. Así ha sido históricamente y fue reafirmado por la Constitución de
1988, la cual determinó que debe haber colaboración para la provisión. Sin
embargo, existe una variación en la forma de operar la prestación de los
servicios, y hay una gran diversidad en la cooperación entre los gobiernos
estatales y locales, lo que amerita el análisis de los diferentes modelos de
relación que se establecen entre ellos.
Este capítulo está dividido en tres secciones principales. La primera sec-
ción es una breve sistematización de la literatura sobre las RIG. La segunda
analiza la trayectoria y las características de la coordinación federativa en la
política educativa brasileña. La tercera muestra los diferentes modelos de re-
lación entre los estados y municipios, con la profundización en un caso de
coordinación efectiva, el Estado de Ceará.
323
Las coordinación federal y las rig en Federaciones desiguales
Hay un gran debate acerca de la influencia del federalismo en las políticas
públicas. En primer lugar, hay una discusión sobre la compatibilidad entre
la diversidad/heterogeneidad, características de los sistemas federales, y la
universalidad en las políticas públicas. Es decir, el federalismo produce una
diversidad de las políticas sociales, que por lo tanto no constituyen una ga-
rantía de los derechos sociales y universales. A pesar de que esto ocurre en
las federaciones, algunos autores señalan que ciertos mecanismos de coor-
dinación federal pueden garantizar los derechos sociales y universales de
las normas y regulaciones nacionales e incluso reducir las desigualdades
regionales en, por ejemplo, la redistribución de los recursos (Banting, 2005,
2006; Greer, 2006; Obinger, Castles y Leibfried, 2005).
En segundo lugar, la discusión se centra en los efectos de la coordina-
ción federal y las rig de las políticas públicas. Las rig están presentes en
todos los tipos de sistemas políticos, sin embargo, son constitutivas de fe-
deralismo. Esto presupone la existencia de continua negociación en la for-
mulación e implementación de políticas públicas de los sistemas federales
(Elazar, 1991; Agranoff, 2001, 2007).
A pesar de que todas las federaciones se caracterizan por las rig, no
hay un modelo único. A partir de una investigación en 25 países federa-
les, Agranoff (2007) formuló cuatro categorías: 1) económicas, basadas
en subsidios, transferencias y préstamos intergubernamentales, comités
de impuestos, contratación de bienes y servicios, así como la contratación
de personal de otros gobiernos; 2) legales, como la regulación y acuerdos
de operación conjunta de un programa; 3) administrativas, sean contra-
tos de servicios y programas entre los gobiernos, adscripción de personal,
auditoría, autoridades especiales, gobiernos metropolitanos o regionales y
programas de desempeño negociado; y 4) políticas, consistentes en redes,
consejos y conferencias intergubernamentales, cabildeo y representación
intergubernamental.
Banting (2005) y Watts (2006) también muestran que hay diferentes mo-
delos de rig coexistiendo en un sistema federal. Hay formas más verticales
y unilaterales, donde una de las entidades actúa de forma independiente;
horizontales y cooperativos, en los que hay acuerdo; programas conjuntos
en los que se comparten costos y se negocia para resolver ciertos proble-
mas; e intermedios, en los que el gobierno federal, por ejemplo, proporcio-
na apoyo financiero para la implementación de determinado programa o
intercambio de información entre las entidades. Es importante destacar que
estas formas varían en el grado de institucionalización, es decir, pueden ser
informales o formales.
Estos dos debates, presentes en la literatura sobre la relación entre el
federalismo y las políticas públicas, todavía están muy centrados en las re-
laciones verticales entre el gobierno federal y los gobiernos subnacionales y,
por lo tanto, hay pocos estudios que abordan la relación entre estos últimos.
Este es el resultado, en primer lugar, de la gran producción bibliográfica
324
sobre la autonomía de los gobiernos subnacionales o regionales, especial-
mente en países con conflictos lingüísticos, étnicos y religiosos profundos.
En segundo lugar, la acción de coordinación del gobierno federal en varias
federaciones se propone para reducir las desigualdades regionales.
Por otra parte, los diferentes diseños institucionales de los gobiernos lo-
cales, incluyendo la toma de decisiones y los poderes fiscales, complica el
análisis comparativo entre federaciones. Como muestra Steytler (2005: 1),
"los tres niveles de gobierno —federal, estado / provincia y gobierno local—
son comunes en todos los sistemas federales; sin embargo, el lugar y el pa-
pel de los gobiernos locales varía significativamente en estos sistemas”. En
algunos países, los gobiernos locales están reconocidos en la Constitución,
como el caso de Alemania, la India y Sudáfrica. En Brasil, todos los muni-
cipios son reconocidos como entidades federales. En otros, son creaciones
de los estados/provincias, por lo cual, las relaciones entre el gobierno federal
y los gobiernos locales no son frecuentes, como en los Estados Unidos, Ca-
nadá y Australia (Risse et al., 2008; Steytler, 2005).
En la mayoría de los países federalistas hay una gran heterogeneidad
de gobiernos locales, ciudades-estados, condados, municipios, pequeñas
ciudades, distritos escolares y distritos especiales. Para cada caso, sus atri-
buciones pueden variar dependiendo de lo que fue descentralizado por los
estados/provincias y, por tanto, reflejan su cultura y sus fuerzas políticas.
Puede también imponerse el tamaño y la trayectoria de los gobiernos lo-
cales, como en España y en Alemania (Carneiro y Dill, 2011; Krell, 2003;
Libonati, 2005; Risse et al., 2008; Sancton, 2010; Steytler, 2005; Wilson y
Gamhkar, 2011; Zimmerman, 1995).
En Estados Unidos y Canadá, los gobiernos locales son como "criaturas"
de los estados. En el primero, hay una variación de su nivel de discrecionali-
dad en la implementación de políticas y en la fijación de impuestos, que de-
pende de la descentralización de acciones, de transferencia de recursos y de la
acción directa de los Estados (Zimmerman, 1995, 1996). En Canadá, debido
a su gran diversidad religiosa, étnica y lingüística, las provincias tienen una
enorme autonomía, incluso determinan las funciones de los gobiernos loca-
les y cuentan con órganos responsables para relacionarse con ellos (Horak
2012; Sancton, 2010; Smith, 2010). Sin embargo, Young & Leuprecht (2012) y
Horak (2012) señalan que muchos gobiernos locales han ganado autonomía
en Canadá y, por lo tanto, han asumido un papel político más amplio, sobre
todo en las políticas de migración e indígenas.
Wilson y Gamhkar (2011) también muestran una variedad de mecanis-
mos de cooperación entre estados y unidades locales propios de la federación
norteamericana. Estos se presentan en la forma de organismos regionales,
consejos, convenios o incluso como fusión, anexión o creación de distritos
especiales, siendo los recursos hídricos y el transporte los temas de coopera-
ción más comunes.
La política educativa en Estados Unidos, así como en Canadá, cuenta con
órganos locales para el efecto. En primer lugar están los distritos escolares y,
325
después, las juntas escolares locales. Ellos tienen autonomía administrativa
y fiscal para la prestación de ese servicio. Sin embargo, los estados y las pro-
vincias son los responsables finales de la política educativa (Morduchowiez
y Arango, 2010).
Igual que en los casos presentados, en Alemania hay diferentes tipos de
gobiernos locales, como los municipios pequeños (Gemeinden), las ciuda-
des libres (Kreisfreie Städte) y las ciudades-estado (Städte). Berlín, Bremen
y Hamburgo son ejemplos de ciudades-estado que poseen status político,
autonomía normativa, capacidad tributaria y conformación urbana históri-
camente diferenciadas. La Federación Alemana sólo contempla dos esferas
en su Constitución, el gobierno federal y los estados, siendo los gobiernos
locales y los gobiernos regionales parte de la estructura de los estados, sin
embargo, los gobiernos locales son reconocidos constitucionalmente, a di-
ferencia de las federaciones estadounidense y canadiense (Carneiro y Dill,
2011; Krell, 2003; Steytler, 2005).
Existen varios mecanismos de rig en la Federación Alemana. Hay
responsabilidades conjuntas que involucran, principalmente, la redistri-
bución de recursos; conferencias entre los ministros que componen el
Gobierno Federal, comisiones entre el Gobierno Federal y los Estados
federados y los comités especiales y grupos de trabajo; cooperación regio-
nal, especialmente en la planificación regional en algunas políticas, como
transporte, vivienda y saneamiento (Benz, 2009; Carneiro y Dill, 2011;
Krell, 2003).
Además, los poderes de los gobiernos locales son supervisados por los
estados. Estas competencias pueden ser: a) delegadas, como en las áreas de
seguridad pública, protección de la naturaleza, fiscalización, registro electo-
ral, etc.; b) propias, pudiendo optar por las de cultura, deporte, transporte,
ancianos, jóvenes; y c) obligatorias, como seguridad, suministro de agua y
tratamiento de aguas residuales, transporte público, construcción de vías
públicas, mantenimiento de edificios escolares y hospitales (Carneiro y Dill,
2011; Krell, 2003).
La educación se descentralizó hacia los gobiernos estatales a partir de
1969, inicialmente, con competencias comunes al gobierno federal y, desde
2006, como responsables de esa área (Benz, 2009). De esa manera, " el dise-
ño, la aprobación curricular y la definición de los textos es responsabilidad
del ministerio de educación de cada Land, a menudo con la asistencia de
los comités de profesores y especialistas. El respectivo parlamento regional
determina la estructura de la administración de la escuela y las responsabi-
lidades de las autoridades locales y del director" (Morduchowiez y Arango,
2010: 116).
Como apuntan Risse et al. (2008) y Steytler (2005), México y la India
son otros casos en los que se menciona constitucionalmente a los gobiernos
locales. Sin embargo, la literatura muestra que no han tenido poder fiscal
y político para protagonizar las políticas públicas. En México, al igual que
algunos rasgos de Brasil que se tratarán después, en la década de los ochenta
326
hubo un movimiento de descentralización que se tradujo en el fortaleci-
miento de los estados y, en la década de los noventa, las políticas redistri-
butivas se descentralizaron hacia los municipios "saltándose" a los estados,
mientras que las políticas de educación y salud se transfirieron a los esta-
dos. Los municipios, sin embargo, dependen de las transferencias intergu-
bernamentales y la creación de impuestos locales les está restringida. Esta
situación se tradujo en el fortalecimiento de los estados y en una debilidad
institucional y financiera de los municipios, lo que impide la implementa-
ción de ciertos programas (Farah et al., 2008; Ward y Robles, 2012). Del
mismo modo, los gobiernos locales en la India no son constitucionalmente
reconocidos y tienen poca autonomía en la toma de decisiones y en política
fiscal, por lo tanto, dependen de las transferencias intergubernamentales.
Los gobiernos locales son, especialmente, dependientes de los estados (Ris-
se et al., 2008).
En la política educativa, el camino de la centralización influyó en la divi-
sión de competencias. En México y en la India los estados son responsables
de la oferta de educación básica, pero dependen de las transferencias de
recursos federales. En México, incluso, a finales de la década de los ochen-
ta y principios de la de los noventa el sistema educativo fue reformado,
descentralizando la ejecución de la política a los estados y centralizando
la profesionalización de la carrera docente a partir de la creación de un
sistema nacional de formación, actualización y vinculación de los contratos
de los profesores al Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación
(snte). Es de destacar que en estos países, el papel del gobierno federal
como coordinador es más importante que el resto de países presentados
(Estados Unidos, Canadá y Alemania) (Gershberg, 1995; Ibarrola y Silva,
1996; Morduchowiez y Arango, 2010; Tilak, 1989).
Es importante destacar que la gran mayoría de los países federales
—Argentina, Australia, Brasil, Canadá, España, India, México y Sudá-
frica— tienen foros federales relacionados con la Educación. Brasil es el
único país que incluye en el foro a los municipios, la Comisión Interguber-
namental de Expertos sobre Financiamiento para la Educación de Calidad.
Alemania y Canadá son los únicos que tienen foros que incluyen sólo a los
representantes estatales o provinciales (Morduchowiez y Arango, 2010).
En la mayoría de las federaciones discutidas los estados/provincias son
los responsables de la oferta educativa. En Estados Unidos y Canadá las
autoridades locales son responsables de esto, aunque se comparte con los
estados. En los casos de India y México, el gobierno federal tiene un papel
importante en la coordinación de esta política, aunque también se ofrece
en forma descentralizada por los estados. En Brasil hay un reparto de res-
ponsabilidades entre los estados y municipios, pero con un alto grado de
autonomía de cada uno de ellos en la política, no hay jerarquía como en la
mayoría de las federaciones. Además, hay un espacio para la cooperación
entre estados y municipios y, por lo tanto, de coordinación estatal.
327
La coordinación federativa en la educación brasileña
Los cambios más significativos en la coordinación federativa de educación
se llevaron a cabo a partir de la década de los ochenta. Antes, la educación
fue, básicamente, ofrecida por los estados y municipios de manera descen-
tralizada y sin la coordinación del gobierno federal, con la excepción de
las escuelas técnicas de enseñanza media (nivel de high school). Esto dio
lugar a grandes variaciones de la política en todo el país, especialmente
a la luz de las diferencias financieras e institucionales entre las regiones
de Brasil, y una duplicación de los sistemas educativos (Oliveira y Souza,
2010; Cury, 2008).
En la década de 1980, la Enmienda Calmon determinó gastos mínimos
en la política, mientras que la Constitución Federal de 1988 estableció la
responsabilidad de su ejecución. Los gobiernos estatales son los responsa-
bles de la educación primaria y secundaria. Los gobiernos municipales de la
educación infantil y de las escuelas primarias. En el gobierno federal recayó,
constitucionalmente, el papel de reducir la diversidad a través de directri-
ces nacionales, redistribución de recursos y asistencia técnica (Brasil, 1983;
Brasil, 1988).
Además, la Constitución estableció el "régimen de colaboración" entre
las entidades, lo que dio especial atención a las rig en esta política. Dada la
existencia de redes duales, competencias comunes sobre todo en la escuela
primaria, así como acciones subsidiarias de la Unión, la cooperación podría
evitar conflictos o acciones no coordinadas capaces de provocar un deterio-
ro de la calidad de la política.
Sin embargo, la coordinación federativa se fortaleció de manera efec-
tiva a partir del gobierno de Fernando Henrique Cardoso (algunos años
después de la promulgación de la Constitución) y, luego, en el gobierno de
Lula. En ese momento, se produjo un cambio en las rig y el gobierno fede-
ral comenzó a desempeñar un papel de coordinación mayor en las políticas
públicas (Abrucio, 2005).
Desde 1995 se han producido tres cambios en la redistribución de los
recursos por medio del Fondo de Mantenimiento y Desarrollo de la Edu-
cación Primaria y Mejora Docente (fundef). El primer cambio fue en las
transferencias federales, que tenían una base clientelista y que pasaron a
distribuirse por criterios, adicionalmente, algunos programas descentraliza-
ron recursos a las escuelas. El segundo cambio se dio en la regulación federal
y en la formulación de directrices nacionales, según la Ley de Directrices y
Bases de la Educación y el Plan Nacional de Educación. El tercer cambio fue
la creación de sistemas de evaluación y de información, como el Sistema de
Evaluación de la Educación Básica y El Censo Escolar, que eran importan-
tes para el control de las transferencias del fundef. Los resultados más
importantes del fundef fueron el aumento de la matrícula en la escuela
primaria, la municipalización de ese segmento educativo y la reducción
de las desigualdades de gastos entre el sistema estatal y el municipal de
cada estado.
328
Durante el gobierno de Lula se promovieron cambios que reforzaron la
coordinación federal. Tales fueron el Plan de Acciones Articuladas (par), el
Plan de Metas Compromiso Todos por la Educación, Prueba Brasil, Provin-
ha Brasil, el Índice de Desarrollo de la Educación Básica (ideb), así como la
creación del Fondo de Mantenimiento y Desarrollo de la Educación Básica
y Fortalecimiento de la Educación Profesionales (fundef).
A pesar de los esfuerzos iniciados en 1995, varios factores actuaron en
contra de la coordinación federal: la ausencia de foros federales,1 la falta de
regulación de los acuerdos de colaboración entre las entidades, la debilidad
en el establecimiento de normas mínimas nacionales, así como la falta de
un currículo nacional común. Se puede ver que la relación vertical entre los
tres niveles se impuso en el Sistema Nacional de Educación. La cooperación
vertical entre estados y municipios y horizontal entre esos entes no ha teni-
do espacio en el Sistema Nacional de Educación, y no se les ha incentivado
como en las políticas de salud y de asistencia social.
La idea de los sistemas de políticas públicas nacionales, mostrada por
Franzese (2010) y Abrucio y Franzese (2007), supone la combinación de
las siguientes características: una sólida coordinación e inducción del Go-
bierno Federal, la descentralización de las políticas y la autonomía de los
gobiernos subnacionales y foros intergubernamentales. En este sentido, el
Sistema Nacional de Educación todavía no está totalmente institucionali-
zado. La redistribución de recursos, el asesoramiento técnico, la normali-
zación, regulación, así como la evaluación nacional, constituyen mecanis-
mos de fortalecimiento para la coordinación federativa y desempeñan un
papel de compensación en la política. Otros mecanismos que debilitan,
como la propia implementación descentralizada de la política de manera
no jerárquica, a diferencia de la de Salud, han sido la existencia de grandes
cantidades de programas federales inconexos, la falta de regulación de la
colaboración y la ausencia de foros federales.
331
Hay dos incentivos vinculados a la evaluación: la distribución de la par-
te de cuota del icms (impuesto estatal principal), y el Premio Escuela Nota
Diez. Ambos son impulsados por el rendimiento de los estudiantes, es de-
cir, no trata de redistribuir los recursos como lo hace el fundeb. La parte de
la cuota del icms se distribuye de acuerdo a los indicadores de educación,
salud y medio ambiente. El Premio se otorga a 150 escuelas que presentan
el mejor desempeño en alfabetización. Se divide en dos partes y para recibir
la segunda transferencia la escuela debe asesorar a otra escuela con bajo
desempeño durante un año.
La redistribución de los recursos no considera el nivel socioeconó-
mico de los estudiantes, es decir, no está destinada a reducir las desigual-
dades educativas entre los municipios. Sin embargo, según lo informado
por los entrevistados de la secretaría estatal y de la sección de undime en
Ceará, el cambio en la distribución de la cuota benefició a más munici-
pios, ya que antes, la distribución se hacía de acuerdo a la matrícula, lo
que beneficiaba solamente al municipio capital: Fortaleza. Sin embargo,
señalan que el cambio en la distribución de la cuota del icms y la creación
del premio produjo otro resultado positivo: el perfil de los secretarios
municipales de educación cambió y se ha convertido en una prioridad en
la gestión municipal.
La cooperación implica el mejoramiento de la infraestructura para la
ampliación del acceso a la educación infantil, a partir de la construcción de
Centros de Educación Infantil.
Recientemente, en 2013, la Secretaría estatal decidió ampliar el paic
para el 3°, 4° y 5° año de la escuela primaria. En este sentido, la secretaría
ha estructurado el paic, que amplía el programa para esas series e incluye
acciones para la disciplina de las matemáticas. La estrategia es la misma que
paic con la formación y distribución de material. Además, la secretaría, con
la participación de representantes de los municipios, preparó el currículo
de lengua portuguesa y matemáticas. La idea es implementar paic + 9, que
cubrirá el segundo ciclo de la educación primaria (6º y 9º año).
El copem apoya a los municipios en otras dos dimensiones: transfe-
rencias del gobierno estatal y programas federales. La secretaría admi-
nistra el Programa Federal de Transporte Escolar y las transferencias de
fondos para la construcción de Centros de Educación Infantil, asimismo,
supervisa los acuerdos alcanzados entre el Ministerio de Educación y los
municipios.
Es importante destacar que todos los Estados deben ser responsables
de la coordinación de determinados programas federales. Sin embargo, la
mayoría de las secretarías estatales no tienen un órgano específico para eso.
A menudo, hay algunos técnicos responsables de esta actividad trabajando
en respuesta a las demandas de los municipios.
La mejora del rendimiento, sobre todo en los primeros grados de la es-
cuela primaria en Ceará, está vinculada, según los entrevistados, a la imple-
mentación de paic. La razón radica en el hecho de que, con el programa, las
332
escuelas tienen que cumplir con el horario en aulas, el plan de estudios y el
calendario escolar. Esto confirma la declaración de algunos de los entrevis-
tados, que el paic garantiza un estándar básico en todos los municipios y, en
cierta medida, compensa la falta de recursos que caracteriza la situación de
la mayoría de las secretarías municipales de educación cearenses.
Consideraciones finales
Este trabajo examinó el papel de los gobiernos estatales en la coordinación
de la política educativa, enfatizando la relación con los gobiernos munici-
pales. Aunque la Constitución Federal de 1988 y otras normas nacionales
tengan previstas competencias comunes y colaboración entre los gobiernos
sub-nacionales, no se crearon modelos o incentivos para ello. El resultado
fue una amplia variedad de rig y, en la mayoría de los estados brasileños,
esta relación es aún frágil y poco institucionalizada.
Sólo hay un gobierno estatal con una coordinación efectiva, que inclu-
ye la redistribución de recursos financieros: Ceará. En él, la cooperación
establece condiciones institucionales a partir de normas mínimas en todos
los municipios. Es de destacar que la ejecución del plan de estudios, la for-
mación y distribución de materiales tiene un papel clave en esto. El caso de
Ceará, por lo tanto, es más parecido a la coordinación federal que trata de
abordar la diversidad en Brasil, la naturaleza socioeconómica e institucio-
nal (debilidad administrativa de los municipios). Sin embargo, a pesar del
establecimiento de un estándar mínimo en todos los municipios a través de
los instrumentos antes mencionados, no hay redistribución de los recursos
con el fin de reducir la desigualdad dentro del estado.
El estudio de caso del presente documento no se puede generalizar al
papel del gobierno estatal en la relación con los municipios de otras políti-
cas públicas. Aun así, la literatura (Abrucio, 2005) ya mostró previamente
como los estados son una clave para el éxito de las políticas públicas. Por
ahora, sin embargo, la experiencia de Ceará es una excepción. Difundir esta
práctica es esencial para mejorar el experimento federal en Brasil.
Referencias bibliográficas
336
Relaciones intergubernamentales y
política social en México*
Antonio Inoue Cervantes
Karina Rebeca Ramírez González
Introducción
La forma en que se organiza y estructura el aparato estatal en México ha pro-
piciado que se reconozcan dos cuestiones. Primera, que las relaciones entre
los ámbitos de gobierno son complejas y dinámicas, producto del conjunto de
acciones y propósitos diferentes tanto de los gobiernos estatales como de los
municipales. Segunda, el diseño institucional que delinea las interrelaciones
de los tres órdenes no favorece a las mismas, provocando descoordinación,
por lo que para realizar acciones conjuntas en materia de infraestructura so-
cial se hace necesario recurrir a instrumentos que refuercen la capacidad de
gestión y colaboración de los gobiernos locales con el gobierno federal.
Ejemplo de ello son los recursos condicionados que la Federación
transfiere a las haciendas públicas de las entidades federativas y, en su
caso, a los municipios en el marco del Ramo 33. El objetivo de este grupo
de aportaciones es mejorar la transferencia de facultades y responsabili-
dades del ámbito federal a los estados y municipios mediante la vincu-
lación de los órdenes de gobierno en diferentes procesos para integrar y
asegurar la promoción de competencias, capacidades y recursos mediante
ocho fondos. Éstos se enfocan a superar las condiciones de marginación y
pobreza del país en aspectos como la educación, la salud y la infraestruc-
tura social; de ellos, el Fondo para la Infraestructura Social Estatal (Fise),
el Fondo para la Infraestructura Social Municipal (fism) y el Fondo para
el Fortalecimiento de los Municipios y las Demarcaciones Territoriales del
Distrito Federal (fortamundf) son las acciones más relevantes para el
fomento del desarrollo social en las entidades federativas.
En el presente documento se reflexiona acerca de las relaciones intergu-
bernamentales que se suscitan entre los órdenes de gobierno, en el marco
de los fondos referidos y que tienen como función la asignación de recursos
financieros destinados a la infraestructura social. Tal objetivo tiene la fina-
lidad de identificar logros y obstáculos en las interacciones y establecer un
patrón de las mismas.
337
Conceptualización y características de las Relaciones Intergubernamen-
tales (rig)
El concepto Relaciones Intergubernamentales (rig) surgió en los Estados
Unidos de América durante la década de 1930 con una orientación al
fortalecimiento de los gobiernos locales como agentes fundamentales en
el proceso de toma de decisión (Carrera, 2004).
Las rig han sido definidas como “un conjunto de relaciones funcio-
nales, financieras y administrativas, que no son estrictamente materia de
arreglos formales, institucionales, jurídicos o legales” (McCuIloch citado
por Carrera, 2004). De esta forma las rig reconocen la primacía de funcio-
narios públicos que actúan en un contexto interjurisdiccional, y se refieren
a relaciones informales de trabajo que se desarrollan en un contexto insti-
tucional (Wright, 1997).
En el caso de México, las rig consideran los vínculos de coordinación,
colaboración y trabajo conjunto existente entre dos o más órdenes de gobier-
no de acuerdo con las facultades que la Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos le otorga a cada entidad federativa. No obstante, las rig
contemplan en su naturaleza factores como la capacidad de gestión, la habi-
lidad política, la interacción económica y el liderazgo en la función pública.
Deil Wright señala que las rig dan elementos para comprender los di-
ferentes tipos de relaciones entre los ámbitos de gobierno: Federación-es-
tado-municipio; municipio-estado-Federación; estado-municipio-Fede-
ración; estado-Federación-municipio; municipio-municipio-Federación;
municipio-municipio-estado; entre otras (Wright, 1997).
Las rig tienen un conjunto de características de naturaleza técnica (esque-
mas de gestión destinadas a conseguir unidad, compatibilización de acciones,
entre otras), administrativa (su campo de acción es la toma de decisiones, la
racionalidad de la acción, esquemas de mejora de los procesos, organiza-
ción y coordinación de los aparatos burocráticos) y jurídica (validez de la
personalidad jurídica, distribución de competencias).
Por su parte, Deil Wright (1997) señala que las características más im-
portantes de las rig son:
344
Teniendo como contexto los procesos de descentralización, se consideró
que la coordinación intergubernamental sería el instrumento apropiado para
redistribuir competencias en materia de bienestar social y ejercer la política
social de manera coordinada; de tal suerte que se retomó el aporte de los
Convenios Únicos de Coordinación (cuc), para conjuntar los esfuerzos tanto
del gobierno federal como de los gobiernos estatales en la puesta en práctica
de programas sociales, así como en la asignación y aportación de recursos
para los mismos (Moreno, 2001).
A mediados de la década de 1990, en los convenios se encontraba práctica-
mente la orientación de la política social y el proceso de descentralización de la
misma adquirió un mayor auge con la transferencia de facultades y responsabi-
lidades de los servicios de salud y educación de la administración federal a los
gobiernos locales; pero con la creación del Ramo 33 se logró un mayor impacto
en la descentralización de los recursos y las Aportaciones Federales para Enti-
dades Federativas y Municipios se realizan, como ya se mencionó, a través de
ocho fondos, de los cuales el Fondo de Aportaciones para Infraestructura Social
(Fais)2 y el Fondo de Aportaciones para el Fortalecimiento de los Municipios y
las Demarcaciones Territoriales del Distrito Federal (fortamund) son relevan-
tes para la política social.
El fais se divide en la parte estatal (fise) y la municipal (fism),3 este
último en conjunto con el Fortamun, son los únicos dos recursos del Ramo
33 que son ejercidos directamente por los municipios. Al ser el fism la prin-
cipal fuente de ingresos federales para realizar política social, merece un
análisis más detenido. Este fondo está destinado al financiamiento de obras,
acciones sociales básicas e inversiones que beneficien a la población que se
encuentra en condiciones de pobreza extrema y rezago social. De acuerdo
con la Ley de Coordinación Fiscal en su artículo 33, el financiamiento se rea-
lizará específicamente en los rubros siguientes: Agua potable; Alcantarilla-
do; Drenaje; Electricidad rural y de colonias pobres; Caminos rurales; Urba-
nización municipal; Infraestructura básica de salud; Infraestructura básica
educativa; Infraestructura productiva rural; y Mejoramiento de la vivienda.
La importancia del fism para los grupos vulnerables, específicamente
la población que se ubica en situación de pobreza extrema, por un lado,
radica en el hecho de tener una gran influencia en las condiciones de vida y
2 El fais se concibió como un mecanismo de apoyo a los estados y municipios para impul-
sar la infraestructura social mínima necesaria para el desarrollo social. La forma en que se
asigna es mediante la suma ponderada de cuatro variables, a saber: 1) Población ocupada
que no percibe ingresos o que éstos son hasta de dos salarios mínimos; 2) Población que
no sabe leer y escribir a partir de los 15 años; 3) Población que habita en viviendas particu-
lares sin disponibilidad de drenaje conectado a fosa séptica o a la calle y; 4) Población que
habita en viviendas particulares sin disponibilidad de electricidad. El objetivo primordial
del Fais es financiar obras y acciones que beneficien directamente a sectores de la pobla-
ción que se encuentran en marginación, rezago social y pobreza extrema.
3 De acuerdo con las fórmulas que establece la Ley de Coordinación Fiscal, aproximada-
mente un 70 por ciento de los recursos del Fais se transfieren a los municipios.
345
bienestar de los individuos y la reducción de la pobreza; es decir, las opor-
tunidades de tener una mejor calidad de vida se incrementan cuando la
población tiene acceso a más y mejores servicios públicos. Por otro lado,
permite observar y evaluar la capacidad de administración y prestación de
servicios públicos por parte de los municipios (cidac, s/a).
La asignación del fism pasa por tres momentos desde que sale de las
arcas de la Federación hasta que es ejercido por los municipios. Primero el
Ejecutivo federal, a través de la Secretaría de Desarrollo Social, distribuye
el recurso entre los estados aplicando una fórmula relacionada con nece-
sidades básicas en los hogares.4 Segundo, los estados deben distribuir el
recurso a sus municipios aplicando la misma fórmula que el Ejecutivo em-
pleó en la etapa previa; en caso de no contar con la información necesaria
para emplear la fórmula original, las entidades federativas pueden emplear
una fórmula alternativa.5 Por último, una vez que el recurso ha llegado a los
municipios, los ayuntamientos son los encargados de canalizar el recurso
hacia las comunidades en condiciones de pobreza extrema y rezago social;
la decisión de gasto del fism se hace en el Comité de Planeación para el
Desarrollo Municipal (Coplademun).
Conclusiones
La dinámica de la política social en el marco del Ramo 33 no sigue un pa-
trón redistributivo, más bien es un patrón compensatorio y muy marcado
por una lógica regulatoria; de hecho, el esquema de la Ley de Coordina-
ción Fiscal está diseñado para que la estructura del gobierno federal esté
por encima de las capacidades institucionales de los gobiernos municipa-
les y estatales. Esto demuestra que se requiere un marco jurídico nacional
que permita que las instituciones, en los tres niveles, estén obligadas a
organizarse para la implementación de planes y programas en beneficio de
la ciudadanía. De esta manera, se puede afirmar que no existe un marco
institucional adecuado para el fortalecimiento de la coordinación inter-
gubernamental.
349
El desarrollo de los argumentos aquí presentados permite señalar que a
pesar de las acciones de política social realizadas a lo largo de más de tres
décadas, estos esfuerzos han tenido un efecto limitado consecuencia de
las siguientes situaciones. Primera, las acciones gubernamentales se han
enfrentado a esquemas administrativos impregnados de una tradición
centralista que ha dificultado la interacción entre ámbitos de gobierno. Se-
gunda, las estrategias de asignación fiscal han favorecido la inequitativa
distribución de recursos entre las entidades federativas y los municipios.
Tercera, las acciones de bienestar social, generalmente concentradas en
el gobierno federal, se realizan de manera fragmentada; es decir por una
parte asignación de recursos para la infraestructura (a través de fondos)
y por otra acciones que fomentan el desarrollo humano (programas). En
este contexto la política social continúa demostrando una falla en el invo-
lucramiento y participación de actores claves como los gobiernos locales;
así mismo, se nota la ausencia de consensos en torno a sus objetivos, metas
y mecanismos de acción por citar algunos.
Inevitable es decir que los procesos de descentralización no han teni-
do los impactos deseados, pues mediante esta práctica se han transferido
mayores exigencias y responsabilidades a los gobiernos locales y a sectores
sociales, pero no ha ocurrido lo mismo con los recursos que la Federación
le asigna a estas entidades territoriales; mientras se continúe con esquemas
que poseen cierto grado de subjetividad, inequidad o discrecionalidad en el
cálculo para la asignación de los recursos, los esfuerzos descentralizadores
seguirán siendo limitados en materia de política social. Así, a pesar de que
por casi 30 años la política social se ha descentralizado de manera paulati-
na, los esfuerzos tanto del gobierno federal como de los gobiernos estatales
en la puesta en práctica de programas sociales y del Ramo 33, queda pen-
diente elaborar esquemas más eficientes de coordinación y colaboración
intergubernamental.
Por último, la política social debe ser entendida como el instrumen-
to mediante el cual se pretende realizar una distribución del poder en la
toma de decisiones. Administrativamente propiciará que desde el dise-
ño de un programa de desarrollo social se transfieran algunas tareas para
que sean desempeñadas por los gobiernos estatales y locales; pero además
en el momento de la implementación se estarán conformando redes de
colaboración en las que participen actores locales, estatales, y federales;
además de establecer funciones particulares según las capacidades de los
diferentes actores, sin que ello signifique la pulverización de esfuerzos. En
general, estas acciones facilitarían la atención de la población más vulne-
rable reconociendo las condiciones heterogéneas entre cada uno de los
sectores y regiones. En este escenario, los programas de desarrollo social
en el ámbito municipal reflejarían sus estrategias en las que permea una
lógica horizontal y de redes.
350
Fuentes consultadas
353
Políticas regulatorias de las relaciones
intergubernamentales en materia urbana
en el Estado de México
Melesio Rivero Hernández*
Enrique Moreno Sánchez**
Introducción
El estudio de las relaciones intergubernamentales (rig) es un tema de las
Ciencias Sociales en general, sin embargo recientemente se han enfocado
en temas concretos como federalismo fiscal, finanzas públicas, problemas
ambientales, asuntos de ordenamiento urbano territorial. Las rig y el pro-
ceso de políticas regulatorias en materia urbana en México y en particular
en el Estado de México adquieren otro significado, toda vez que el proceso
urbano y el estudio del mismo adquieren repercusiones en el ámbito local,
estatal y federal. Hoy día la capacidad institucional busca nutrirse de un
marco normativo institucional que tiene que ver con el federalismo, con
las políticas de fortalecimiento del ámbito local, de analizar la gestión gu-
bernamental, donde se puede conocer de mejor manera la evolución de las
políticas regulatorias de las rig en materia urbana en el Estado de México.
Las políticas regulatorias en el Estado de México, y las rig adquie-
ren otro significado porque parte de sus municipios involucra la Zona
Metropolitana de la Ciudad de México1 (zmcm), lo cual implica definir
características territoriales, sociales, económicas, políticas y urbanas de
dos entidades como son el Distrito Federal y el Estado de México, con
* Profesor de Tiempo Completo del Centro Universitario uaem Texcoco, miembro del
Cuerpo Académico Política y Gobierno, las líneas de investigación son: Instituciones, Me-
trópoli y Ciudad.
** Profesor de Tiempo Completo Definitivo del Centro Universitario uaem Texcoco,
miembro del sni, miembro del Cuerpo Académico Política y Gobierno, las líneas de in-
vestigación son: gobierno local, desarrollo sociourbano y ambiental, y lo local, lo regional
y movimiento sociales.
1 La Zona Metropolitana de la Ciudad de México en el año 2010, según el inegi, compren-
día la misma Ciudad de México y sus 16 delegaciones, más 27 municipios conurbados del
Estado de México y el municipio de Tizayuca en el estado de Hidalgo, con una pobla-
ción estimada en más de 17 millones de habitantes en dicha región. También existe otra
demarcación y división administrativa llamada Zona Metropolitana del Valle de México
(zmvm), que es más amplia y abarca 59 municipios del Estado de México, 16 delegaciones
del Distrito Federal y 21 municipios de Hidalgo (puec, 2011).
355
actividades muy particulares, leyes y ordenamiento urbano distintos, pero
insertos en la dinámica metropolitana de la ciudad más grande de México
y de Latinoamérica.
El objetivo de este trabajo es generar mejor conocimiento de las rig
en materia urbana en el Estado de México y la legislación al respecto. La
presente investigación utilizó el método deductivo, que se presenta para al-
canzar el conocimiento de algo general a lo particular, comparando y ana-
lizando los datos cuantitativos disponibles y realizando análisis cualitativo
de cada uno de los temas, con apoyo y seguimiento del objetivo planteado.
Por lo que se refiere a las técnicas de investigación, se realizó una revisión
de información documental y electrónica de la temática referida.
El trabajo está dividido en cinco apartados, el primero reflexiona acer-
ca de la discusión de la rig, luego se estudia el ámbito de lo urbano y las
políticas regulatorias, en el siguiente apartado se particulariza el papel de
las políticas regulatorias de la gestión urbana en el Estado de México, pos-
teriormente se reflexiona y estudian las bases programáticas de las rig en
la gestión urbana del Estado de México, luego se estudian los aspectos con-
cretos de las rig para la autorización de conjuntos urbanos; finalmente se
presenta la conclusión del trabajo desarrollado.
356
Agranoff (1993) propone considerar los aspectos: relación centro-pe-
riferia; leyes y marcos legales; estructura del gobierno y la administración;
relaciones financieras; aspectos políticos; implementación de políticas;
relaciones interorganizativas y dinámicas de redes. Para Agranoff (1993),
el concepto de rig trasciende la formalidad del Derecho, que determina
facultades y atribuciones y se enfoca en el estudio de las relaciones diná-
micas entre los gobiernos; por ello en el estudio de las rig se deben supe-
rar los estudios legalistas que hacen hincapié en los instrumentos jurídicos
y las normas del procedimiento. Con tal enfoque coinciden Hernández y
Villa (2010) al señalar que “…la diversidad que pueden adquirir las inte-
racciones entre los diferentes niveles de gobierno se proyectan más allá de
las condiciones legales, incluyen variables políticas y sociales que denotan
la naturaleza de las relaciones” (Hernández y Villa, 2010: 101).
No obstante la diferenciación que puede establecerse en torno al fede-
ralismo y las rig, para Martínez y Méndez (1996) ambos enfoques no son
excluyentes, sino complementarios. En la idea que plantean se nota un hilo
que ata los dos enfoques, ya que en el primero de ellos se estudian los prin-
cipios normativos de la organización política del Estado y, mediante las rig,
se da cuenta de la dinámica y los patrones de conducta de los funcionarios
públicos y las relaciones horizontales y/o verticales entre niveles de gobier-
no. Objetivos y métodos de los enfoques no son los mismos, pero su labor
no puede separarse arbitrariamente so pena de cometer errores en el abor-
daje del objeto de estudio.
Las rig se presentan bajo tres formas clásicas: coordinación, concurren-
cia y subsidiariedad. La coordinación implica conciliar las actuaciones de las
diversas autoridades administrativas para el adecuado cumplimiento de los fi-
nes del Estado. La concurrencia alude a la participación de varias entidades
para atender de manera concertada problemas públicos transversales social
y territorialmente. La subsidiariedad “aplica cuando las autoridades de un
nivel superior apoyan transitoriamente a otras de un nivel inferior, a soli-
citud de estas últimas en la realización de actividades propias de este nivel”
(Barbosa, 2007: 192).
No obstante que se pueden identificar tres formas clásicas de rig, la
instrumentación de las mismas resulta de procesos de negociación y con-
flicto. Para el caso de la coordinación entre organizaciones jerárquicas, su-
cede que es difícil construir acuerdos entre superiores y subordinados; lo
mismo puede suceder entre organizaciones pares (Rosique, 2005: 39); todo
ello deriva del grado de poder y las áreas de política pública que atienden
los gobiernos. Son, entonces, las actitudes, aptitudes y acciones de los servi-
dores públicos el centro de atención de las rig. Al respecto, Pontifez (2002:
49) señala cinco “ingredientes de las rig: 1) Negociación política, 2) Conca-
tenación de las diferentes capacidades jurídicas e interactividad de progra-
mas, 3) Relaciones interpersonales entre funcionarios, 4) Mecanismos de
comunicación formal e informal y 5) Sistemas de convenios.
357
Respecto a la agenda urbana, con su derivación metropolitana, en los
Estados federados es común la concurrencia de los gobiernos federal, es-
tatal y municipal en un marco de rig. Según Ramírez (2002), es posible
identificar tres tipos de gestión:
360
Marco regulatorio de la gestión urbana en el Estado de México2
Para desarrollar este apartado se parte del enfoque denominado de políticas
públicas planteado por Martínez y Méndez (1996) y que está definido como
el enfoque que enfatiza el examen de los actores implicados en la ejecución
de los programas ante la necesidad de coordinación y control en un con-
texto de implementación multiorganizativo. Del mismo modo, del enfoque
elegido, se utiliza la dimensión formal establecida por Agranoff (citado por
Martínez y Méndez, 1996), que implica el estudio del orden jurídico-cons-
titucional de las rig y la distribución de competencias. En esta dimensión se
privilegia el estudio de las estructuras administrativas e instituciones de trans-
ferencia, así como el marco que genera los momentos de intercambio y nego-
ciación entre los funcionarios de diversas organizaciones gubernamentales.
En este trabajo se describen y analizan las bases jurídicas de la gestión
urbana en el Estado de México, sobre todo considerando tres aspectos cen-
trales de las mismas: planeación territorial, administración urbana y, final-
mente, operación urbana. La primera de ellas alude al conjunto de momentos
y espacios en que es requerida la opinión, aprobación y visto bueno de di-
versos funcionarios del gobierno estatal y municipal en lo concerniente a la
prelación lógica entre los diversos documentos de planeación.
La administración urbana tiene que ver con el conjunto de decisiones y
autorizaciones que se desprenden de la normatividad vigente (leyes) y de las
políticas, estrategias y normas contenidas en el plan municipal de desarro-
llo urbano referentes a la expedición de licencias de uso de suelo, así como
de la autorización de construcción de conjuntos urbanos. Por su parte, la
operación urbana se vincula con el seguimiento y control una vez que se
han ejecutado dichas autorizaciones. Para tal efecto, se parte del análisis de
los contenidos del marco normativo urbano del ámbito federal y de manera
complementaria la normatividad particular del Estado de México.
En el ámbito federal las bases jurídicas de la gestión urbana se encuentran
en los artículos 25, 26, 27, 28, 115 y 122 de la Constitución General; además,
existen la Ley Federal de Planeación y la Ley General de Asentamientos Hu-
manos. Así, el artículo constitucional 25 marca los lineamientos generales
de la planeación, dentro de las cuales una de sus variables es el desarrollo
territorial; en ese sentido, tal artículo marca la potestad exclusiva del Estado
2 El Estado de México (oficialmente Estado Libre y Soberano de México) es, junto con
el Distrito Federal, una de las 32 entidades federativas o estados de los Estados Unidos
Mexicanos. Es uno de los estados fundadores de la Federación y el de mayor densidad de
población. Está dividido en 125 municipios y su capital es Toluca de Lerdo. Se encuen-
tra en el centro sur del país y posee una superficie mayor a 22,000 km². Su gentilicio es
mexiquense, para distinguirse de los ciudadanos del país, llamados mexicanos. La entidad
mexiquense limita al norte con Querétaro e Hidalgo, al sur con Morelos y Estado de Gue-
rrero; al oeste con Michoacán, al este con Tlaxcala y Puebla, y rodea al Distrito Federal.
Con sus más de quince millones de habitantes es la entidad mexicana con mayor número
de habitantes, de los cuales más de dos tercios se concentran en la Zona Metropolitana del
Valle de México y en la ciudad de Toluca (Wikipedia).
361
mexicano de conducir, coordinar y orientar el desarrollo nacional. En ese
artículo se señala que la realización de las tareas tiene que estar respaldada en
estructuras administrativas del ámbito encargadas de atender sectores espe-
cíficos del desarrollo. De manera complementaria, en el artículo 26 se señala
la obligatoriedad de establecer un Sistema Nacional de Planeación Democrá-
tica en la que se incluyan diversos actores gubernamentales, así como grupos
representativos de la sociedad.
Por su parte, el artículo 27 constitucional es enfático al establecer la obli-
gatoriedad del Estado mexicano de determinar lineamientos para la distri-
bución equilibrada de los asentamientos humanos a través del territorio na-
cional. Para el Estado es ineludible establecer políticas y normatividad en
lo concerniente a los usos, reservas y destinos de tierras, aguas y bosques, a
efecto de que se ejecuten obras públicas; del mismo modo, debe planear y re-
gular la fundación, conservación, mejoramiento y crecimiento de los centros
de población. Como puede observarse, el artículo 27 resulta fundamental al
establecer potestad sobre el territorio y sus recursos, lo que obliga a las ins-
tituciones a contar con dispositivos regulatorios claros, precisos y efectivos.
A partir de 1983 se llevó a cabo una de las reformas más importantes en
materia urbana al descentralizar facultades y atribuciones, antes del ámbito
federal, en pro del fortalecimiento de los gobiernos locales. Así, de acuerdo
con el artículo 115 constitucional, a partir del año mencionado corresponde
a los gobiernos municipales formular, aprobar y administrar la zonifica-
ción y planes de desarrollo urbano municipal; asimismo, dichos gobiernos
también pueden participar en la creación y administración de sus reservas
territoriales y en la formulación de planes regionales junto con los gobier-
nos estatales y el federal, si así fuere el caso. Otra de sus facultades centrales
es la de autorizar, controlar y vigilar la autorización del uso del suelo en el
ámbito de su competencia territorial.
Aunque no es un artículo que privilegia lo municipal como espacio
potestativo en materia urbana para los gobiernos locales, el artículo 122
(apartado C, Base Quinta-G) señala que el Distrito Federal (también deno-
minado Ciudad de México), en función de sus estatus especial (asiento de
los poderes federales) dentro del conjunto de entidades de la República y de
su vecindad con el territorio del Estado de México con el cual se ha formado
una gran región metropolitana, deberá construir con eficacia un esquema
de coordinación metropolitana entre las distintas delegaciones locales y con
los gobiernos municipales del Estado de México mediante la definición de
una agenda metropolitana.
Por su parte, la Ley Federal de Planeación es el ordenamiento vincu-
lante, en el que se establecen las normas y principios básicos conforme
a los cuales se llevará a cabo la planeación nacional del desarrollo y en-
cauzarán, en función de ésta, las actividades de la administración pública
federal (fracc I); también, en ella se establecen las bases de integración y
funcionamiento del Sistema Nacional de Planeación Democrática (fracc.
II); así como los fundamentos para que el Ejecutivo federal coordine sus
362
actividades de planeación con las entidades federativas (fracc. III); las ba-
ses para promover y garantizar la participación democrática de los diversos
grupos sociales (fracc. IV), y las determinantes para que las acciones de los
particulares contribuyan a alcanzar los objetivos y prioridades del plan y los
programas (fracc. V).
En cuanto a los “momentos” de rig que prevé la Ley de Planeación en
el artículo 16, fracción III, se señala que las dependencias de la administra-
ción central deberán elaborar programas sectoriales, tomando en cuenta
las propuestas que presenten las entidades del sector y los gobiernos de los
estados. Del mismo modo, en el citado artículo, en su fracción VI, se es-
tablece para las dependencias federales la obligatoriedad de considerar el
ámbito territorial de las acciones previstas en su programa, procurando su
congruencia con los objetivos y prioridades de los planes y programas de
los gobiernos de los estados.
Otro de los “momentos” de rig previstos en la Ley de Planeación se
establece en el Capítulo Quinto referido a la “Coordinación”. A la letra el
artículo 33 señala que
el Ejecutivo Federal podrá convenir con los gobiernos de las entidades federativas,
satisfaciendo las formalidades que en cada caso procedan, la coordinación que se
requiera a efecto de que dichos gobiernos participen en la planeación nacional del
desarrollo; coadyuven, en el ámbito de sus respectivas jurisdicciones, a la consecu-
ción de los objetivos de la planeación nacional, y para que las acciones a realizarse
por la Federación y los Estados se planeen de manera conjunta. En todos los casos
se deberá considerar la participación que corresponda a los municipios.
Del mismo modo, las cinco fracciones del artículo 34 señalan particulari-
dades de los mecanismos de coordinación del gobierno federal con los de los
estados y municipios. Así, se prevé recibir de ambos niveles de gobierno pro-
puestas para el desarrollo, definición de mecanismos de congruencia y com-
plementariedad entre sistemas de planeación, establecimiento de lineamientos
metodológicos, formulación de programas o planes regionales y, finalmente,
la instrumentación de acciones bajo el principio de corresponsabilidad.
El tercer instrumento jurídico del ámbito federal es la Ley General de
Asentamientos Humanos (lgah), misma que tiene aplicabilidad en los tres
ámbitos de gobierno: federal, estatal y municipal. En términos generales, la
lgah, vigente desde 1993, mejoró el principio de concurrencia en materia
de urbana de los tres ámbitos de gobierno, normó la competencia munici-
pal en la materia establecida en el 115 constitucional, buscó compatibilizar
medio ambiente y urbanización, simplificó el tratamiento de las conurba-
ciones y, lo más importante, instituyó la zonificación como instrumento de
regulación en los usos del suelo municipal.
En cuanto a los “momentos” de rig, el Capítulo Segundo de la lgah
establece el principio de concurrencia y coordinación de autoridades. El ar-
tículo 6º señala que las atribuciones en materia de ordenamiento territorial
363
de los asentamientos humanos y de desarrollo urbano serán ejercidas de
manera concurrente por la Federación, las entidades federativas y los muni-
cipios en el ámbito de sus competencias.
El artículo 7º establece que las competencias del nivel federal se con-
densan en las acciones de promover, verificar, vigilar y coordinar. Dichas
acciones representan un papel tangencial en cuanto a la toma de decisiones
respecto al uso del suelo y el desarrollo territorial. Uno de los aspectos más
importantes que se señalan en el artículo citado es la facultad de formular el
programa nacional de desarrollo urbano, mismo que se convertirá en refe-
rente programático a la hora que gobiernos estatales y municipales elaboren
o actualicen sus respectivos planes urbanos.
El artículo 8º señala las atribuciones que corresponden a los gobiernos
estatales. Una muy importante es la de legislar en materia de ordenamien-
to territorial de los asentamientos humanos y de desarrollo urbano de los
centros de población; del mismo modo, les corresponde formular, aprobar
y administrar el programa estatal de desarrollo urbano y evaluar su cum-
plimiento. De manera complementaria, el resto del contenido del artículo
refiere facultades para convenir con la Federación y los municipios acciones
para la regulación de conurbaciones, fundación de centros de población y,
cuando así lo indiquen las necesidades de los municipios, apoyarlos en lo
concerniente a la planeación y gestión urbana local.
Para los municipios, la lgah prevé la mayor relevancia en términos ur-
banos. En el artículo 9º se señala que corresponde a los gobiernos locales
formular, aprobar y administrar los planes o programas municipales de desa-
rrollo urbano, de centros de población y los demás que de éstos deriven, así
como evaluar y vigilar su cumplimiento, de conformidad con la legislación
estatal (fracc. I). Además, como ya lo indica el artículo 115 constitucional, de-
ben regular, controlar y vigilar las reservas, usos y destinos de áreas y predios
en los centros de población (fracc. II) y administrar la zonificación prevista en
los planes o programas municipales de desarrollo urbano (fracc. III).
En términos de la coordinación con otros ámbitos gubernamentales, la
fracción IX del artículo 9º, señala que los municipios podrán hacerlo con
la respectiva entidad federativa y con otros municipios o con los particu-
lares, para la prestación de servicios públicos municipales, de acuerdo con
lo previsto en la legislación local. Otro aspecto central de la gestión urbana
corresponde a los municipios, ya que en la fracción X del mismo artículo se
señala que es facultad de ellos expedir las autorizaciones, licencias o permi-
sos de uso de suelo, construcción, fraccionamientos, subdivisiones, fusio-
nes, relotificaciones y condominios, de conformidad con las disposiciones
jurídicas locales, planes o programas de desarrollo urbano y reservas, usos y
destinos de áreas y predios. Es decir, las facultades y atribuciones en materia
urbana no son menores, al contrario.
En cuanto a la normatividad en materia urbana en el Estado de México
se dispone de cuatro herramientas jurídicas: Constitución Política del Es-
tado de México (cpem), Ley Orgánica Municipal (lom), Ley de Planeación
364
del Estado de México y Municipios (lpemym) y el Libro Quinto del Código
Administrativo y su Reglamento.
La cpem señala en el artículo 112 que las facultades municipales estable-
cidas en la Constitución General de la República y la lgah se ejercerán de
manera exclusiva por el ayuntamiento sin que exista autoridad intermedia
alguna entre éste y el gobierno del estado. Aspecto que se refuerza en el
artículo 122 del mismo ordenamiento.
Por otra parte, el artículo 139 señala que los planes, programas y ac-
ciones que formulen y ejecuten los ayuntamientos en las materias de su
competencia se sujetarán a las disposiciones legales aplicables y serán con-
gruentes con los planes y programas federales, estatales, regionales y me-
tropolitanos, en su caso. El citado artículo abre un “momento” de rig al
indicar que los ayuntamientos deberán, en forma coordinada, participar en
la planeación y ejecución de acciones con la Federación y con las entidades
federativas colindantes con el estado en los asuntos definidos como metro-
politanos y en los trabajos de las comisiones respectivas.
La Ley Orgánica Municipal (lom) especifica, en el artículo 5º, que los
ayuntamientos podrán coordinarse entre sí y con las autoridades estatales y,
en su caso, con las autoridades federales. Es decir, esta Ley prevé “momen-
tos” para las rig. Mientras que en la fracción XXIV del artículo 31 deter-
mina facultades para participar en la creación y administración de sus re-
servas territoriales y ecológicas; convenir con otras autoridades el control y
la vigilancia sobre la utilización del suelo en sus jurisdicciones territoriales;
intervenir en la regularización de la tenencia de la tierra urbana; planificar
y regular de manera conjunta y coordinada el desarrollo de las localidades
conurbadas; y de manera complementaria la misma fracción en su punto
Quater establece la facultad de otorgar licencias y permisos de construccio-
nes privadas.
Quizá el ordenamiento más claro en materia de rig lo sea el artículo 33,
fracción VII, porque prescribe que se necesita autorización de la Legislatura
o la diputación permanente para poner en vigor y ejecutar los planes de de-
sarrollo de las localidades de conurbación intermunicipal. Cuestión que se
refuerza con el contenido del artículo 34, el cual mandata que una solicitud
en el sentido indicado deberá enviarse al ejecutivo estatal a la que agrega-
rá íntegramente los documentos, justificaciones necesarias y, en su caso, el
dictamen técnico correspondiente que le haya remitido el ayuntamiento en
su petición.
En cuanto a los “momentos” de rig que establece la Ley de Planeación del
Estado de México y Municipios (lpemym), el artículo 19, en su fracción V,
instituye que los municipios podrán participar en la estrategia del desarrollo
del Estado de México, formulando las propuestas que procedan en relación
con el plan de desarrollo municipal; del mismo modo, en la fracción VII
del citado artículo se señala como obligación municipal la de propiciar la
participación del Ejecutivo federal, el ejecutivo estatal, organizaciones y pri-
vados en el proceso de planeación para el desarrollo del municipio.
365
En el capítulo tercero de la lpemym, el conjunto de artículos que van del
24 al 31 se prevén “momentos” de rig tales como: los mecanismos y proce-
dimientos para la revisión conjunta, actualización, modificación y evalua-
ción de los planes y programas. En lo concerniente al desarrollo territorial y
urbano, los artículos 32, 33 y 34 refieren que se debe procurar el desarrollo
equilibrado de las distintas regiones que conforman el Estado de México,
mediante la convergencia de las estrategias y políticas de cada uno de los
planes y programas de los gobiernos municipales y el estatal.
De manera explícita, en el capítulo quinto de la lpemym (artículos 40 al
43) se establecen los mecanismos y procedimientos para la coordinación entre
gobiernos y la participación ciudadana. El artículo 40 dota de facultades al
ejecutivo del estado para celebrar convenios de coordinación con el Ejecuti-
vo federal, las dependencias federales y con los ayuntamientos para ejecutar
programas, proyectos y acciones que se desarrollen en la entidad y que por
su naturaleza o vigencia requieran de fortalecer las acciones de coordinación,
concertación y participación; mientras que los artículos 41, 42 y 43 particula-
rizan mecanismos para asegurar el cumplimiento y seguimiento de las accio-
nes concertadas entre gobiernos.
En el análisis del los “momentos” de rig que instituye el Libro Quinto
(referido al Ordenamiento territorial de los asentamientos humanos y del de-
sarrollo urbano de los centros de población) del Código Administrativo del
Estado de México, se destaca en el artículo 5.5 la observancia obligada de auto-
ridades estatales y municipales en lo concerniente a la expedición de normas,
lineamientos, planes de desarrollo urbano, autorizaciones, licencias, dictáme-
nes, constancias y demás instrumentos administrativos de su competencia en
las que podrán participar de manera coordinada y concurrente (fracc. II).
También en la fracción III del artículo 5.8 se estipula que el gobernador
del estado, en el marco de sus facultades, podrá celebrar convenios de coor-
dinación con autoridades federales, de otras entidades federativas y muni-
cipales, en materia de ordenamiento territorial y de desarrollo urbano de
los centros de población. Mientras que la fracción IV del citado artículo lo
faculta para crear órganos técnicos de consulta, coordinación interinstitu-
cional, evaluación y seguimiento.
También en la lógica de “momentos” previstos de rig en la normati-
vidad estatal, el artículo 5.9 señala en su fracción XIV que una de las atri-
buciones de la Secretaría del ramo es la de intervenir en las instancias de
coordinación, consulta, seguimiento y evaluación en materia de ordena-
miento territorial de los asentamientos humanos y desarrollo urbano de los
centros de población. Por su parte, en el artículo 5.10 se indica que los mu-
nicipios tienen la atribución de participar en la elaboración o modificación
del respectivo plan regional de desarrollo urbano o de los parciales que de
éste deriven, cuando incluya parte o la totalidad de su territorio (fracc. II),
participar en los órganos de coordinación estatal, regional y metropolitana,
en materia de ordenamiento territorial de los asentamientos humanos, de-
sarrollo urbano de los centros de población y vivienda (fracc. X).
366
Explícitamente, en el capítulo cuarto del citado libro, se da cuenta de
las facultades y atribuciones de la Comisión Estatal de Desarrollo Urbano y
Vivienda (ceduyv), misma que en su esencia está definida como un órgano
técnico de coordinación interinstitucional que tiene por objeto promover
el desarrollo urbano ordenado de los centros de población y alentar la pro-
ducción formal de la vivienda en la entidad (art. 5.13). La integración de
dicha comisión considera la participación del secretario estatal del ramo, los
titulares de las dependencias gubernamentales que se estipule, los municipios
cuando se traten asuntos de su competencia territorial y, en su caso, represen-
tantes de otras instancias gubernamentales cuya actividad esté vinculada con
el desarrollo urbano (art. 5.14). En este marco, los participantes en la Comi-
sión aludida deberán emitir por escrito opiniones o dictámenes técnicos en
asuntos de su competencia en las sesiones para los cuales sean convocados.
La agenda pública que atiende la ceduyv se vincula con temas de emi-
sión de dictámenes de congruencia de planes de desarrollo urbano; estudio
y seguimiento de programas, acciones, inversiones y obras públicas de inte-
rés estratégico; así como programas y acciones de desregulación, homolo-
gación normativa, desgravación, simplificación, mejora y agilización de la
gestión urbana (art. 5.15, fracc. II).
Como se observa en el largo recorrido por la normatividad urbana que
aplica en el Estado de México, son varios los momentos de decisión com-
partida entre gobiernos. En la legislación urbana se prevén diversos “mo-
mentos” de rig; es decir, enunciados generales que marcan la necesidad
de vinculación interinstitucional para la definición e implementación de
políticas. Sin embargo, para que puedan ser fructíferos tales “momentos”, a
la hora de lograr acuerdos y emprender acciones, se requiere de artesanía
política, capacidades comunicativas, habilidades de negociación y una co-
yuntura político-administrativa de factibilidad.
Cuadro 1
AGENCIAS DE GOBIERNO QUE TOMAN DECISIONES EN Y PARA LA ZMVM, 2011
Agencias del Poder Ejecutivo No. Agencias No. No. de
del Poder Inte-
Legislativo grantes
Presidente de la República Cámara de
500
Diputados
Federal 1 1
Cámara de
128
Senadores
Jefe de Gobierno
1
369
En su definición, el “El pozmvm es, a nivel metropolitano, el instru-
mento de planeación que articula las disposiciones en materia de desa-
rrollo urbano establecidas en el Programa Nacional de Desarrollo Ur-
bano… con los Planes y Programas de Desarrollo Urbano del Distrito
Federal, del estado de México y del estado de Hidalgo” (puec, 2011: 3).
Además, dicho programa tiene como objetivos establecer los mecanis-
mos de coordinación metropolitana que permitan a las entidades invo-
lucradas contar con un referente técnico para la definición de estrategias
comunes y particulares de ordenación del territorio y la gestión del espa-
cio metropolitano.
En términos y consolidación de rig, el pozmvm plantea, dentro de sus
estrategias para el entorno jurídico e institucional, impulsar el cambio y
consolidación de la gestión metropolitana y de sus herramientas funda-
mentales. También se propone la construcción de modelos que permitan
gestionar de manera adecuada el territorio metropolitano; quizá lo más
sobresaliente sea el tránsito del modelo de “Comisiones Metropolitanas”
hacia la creación de “Organismos metropolitanos sectoriales”, con atribu-
ciones, recursos y autoridad técnica (puec, 2011: 303).
En cuanto al Plan Estatal de Desarrollo Urbano del Estado de México
(pedu) se advierte que, en términos de rig, señala la necesidad de ampliar
la colaboración en materia de desarrollo urbano con los municipios y con
las entidades vecinas a su territorio y con las cuales se observan fenómenos
de conurbación (gem, 2008: 79). “Las líneas de estrategia tienen un alinea-
miento ‘vertical’, dado que son generadas por un sector particular de la ad-
ministración pública, (pero) observarán una función de tipo ‘horizontal’”
(gem, 2008: 115).
El pedu estipula que en materia de vinculación de acciones e inversio-
nes para construcción de infraestructura y equipamiento, es dable la ges-
tión de esquemas de financiamiento provenientes del gobierno federal, la
banca y organismos internacionales, para que en la medida de lo posible
exista corresponsabilidad del gobierno federal y de los ayuntamientos para
la construcción de obras convenidas en los diferentes espacios de interlocu-
ción entre los gobiernos (gem, 2008: 84). Es decir, se está en presencia de un
escenario posible de rig en términos operativos.
En el apartado 7.2.7 el pedu contiene de manera explícita alusiones a
la necesidad de impulsar la gestión urbana estatal mediante un esquema
de rig. Señala que la planeación, programación, ejecución, supervisión,
administración, control, seguimiento y evaluación de las decisiones debe-
rán ser el resultado de la intervención de los distintos órdenes de gobierno
de manera coordinada y concurrente (gem, 2008: 88). En lo particular, el
esquema de coordinación metropolitana construido con el gobierno de
la Ciudad de México (desde 1994) y complementado con la integración
del estado de Hidalgo (2008), debe ser un tema para fortalecimiento, so-
bre todo en los trabajos de la Comisión Metropolitana de Asentamientos
Humanos.
370
En el análisis del pedu se destaca la integración de una nueva política
urbana que hasta la versión precedente de 2003 estaba vedada: Impulso.
En la versión del 2003 sólo se consideraban políticas de Control y de Con-
solidación, ya que implicaban poner un freno al crecimiento urbano expe-
rimentado en décadas anteriores, caracterizado por no seguir un patrón
de organización respetuoso de los recursos naturales, ni tampoco propi-
ciatorio de calidad de vida para sus habitantes. Sin embargo, en la versión
del pedu 2008 se introdujo la política de Impulso que consiste en permi-
tir nuevos desarrollos en zonas no ocupadas por asentamientos humanos
(gem, 2008: 103-107).
La manera de instrumentar la política de impulso acrecentó las tareas
de diversas dependencias de gobierno para implementar dicha política me-
diante la autorización de grandes desarrollos habitacionales denominados
conjuntos urbanos (Rivero, 2015). En este proceso, necesariamente, han
concurrido en un esquema de rig diversos representantes organizacionales
del nivel municipal, estatal y federal.
…la modalidad que se adopta en la ejecución del desarrollo urbano que tiene
por objeto estructurar o reordenar, como una unidad espacial integral, el trazo
de la infraestructura vial, la división del suelo, las normas de usos, aprovecha-
mientos y destinos del suelo, las obras de infraestructura, urbanización y equi-
pamiento urbano, la ubicación de edificios y la imagen urbana de un predio
ubicado en áreas urbanas o urbanizables.
Se refiere a una unidad espacial que contiene una mezcla de usos del
suelo en los que se considera, preponderantemente, la construcción de vi-
vienda, complementado con espacios para comercio, servicios o industria.
Dichos espacios deberán estar dotados de la infraestructura y equipamien-
tos requeridos para la reproducción social. En su concepción se deben
detallar las normas, aprovechamientos y destinos del suelo al interior del
conjunto y las formas en que se habrá de integrar a la estructura urbana
local y, en su caso, a nivel regional.
El artículo 5.37 establece una tipología de conjuntos urbanos: Habita-
cional; Industrial o agroindustrial; Abasto, comercio y servicios; Científicos
y tecnológicos y de Unidades económicas de alto impacto; todo esto en su
forma pura, aunque pueden ser mixtos. Para el caso de los habitacionales,
que es el seguimiento que se hace en este trabajo, se derivan los siguientes
subtipos: Social progresivo, Interés social, popular, medio, residencial, re-
sidencial alto y campestre. En todos y cada uno de estos subtipos permean
371
distintos tamaños de lote, densidades e intensidades en el uso de suelo;
siendo los lotes de menor tamaño y con mayores densidades e intensidades
los subtipos social progresivo y de interés social.
Los lineamientos que deben seguir los solicitantes, de acuerdo con el
artículo 5.38 fracciones I a la IX, para lograr la autorización de un conjunto
urbano se condensan en siete pasos: 1) entregar la solicitud ante la Secreta-
ría del ramo, 2) considerar la normatividad contenida en la “Tabla de usos
del suelo” del Plan Municipal respectivo, 3) observar las normas del libro
quinto y de su reglamento, 4) definir si son inmuebles públicos o privados,
5) ubicar el conjunto en áreas urbanizables, según la zonificación munici-
pal, 6) integrar las autorizaciones, constancias, dictámenes y licencias urba-
nas que correspondan a dependencias federales y municipales, 7) cumplir
las normas municipales y estatales concernientes a la división, fusión y/o
relotificación de predios.
Una vez que ha procedido la autorización de un conjunto urbano, los
desarrolladores están obligados, entre lo más relevante, a (art. 5.38, fracc.
X): 1) ceder a los gobiernos estatal y municipal la propiedad de la superficie
de terreno para vías públicas y áreas de donación para equipamiento urba-
no y, 2) construir obras de infraestructura, urbanización y equipamiento
urbano. De manera complementaria, se debe proporcionar a las autorida-
des de los tres ámbitos de gobierno toda la información y documentación
que se les requiera para que se realicen las supervisiones que sean necesa-
rias; además, atender las precisiones que al respecto contiene el Reglamento
del citado Libro Quinto.
Los aspectos indicados en los párrafos precedentes conllevarían una
interminable lista de instancias y dependencias gubernamentales ante las
cuales se deberían realizar los trámites. Sin embargo, la regulación del Libro
Quinto establece que corresponde a la ceduyv, en su carácter de órgano
técnico de coordinación interinstitucional, la responsabilidad de concen-
trar todas las decisiones, dictámenes, autorizaciones y licencias requeridas
para las autorizaciones de conjuntos urbanos (art. 5.13).
372
Cuadro 2
DEPENDENCIAS Y ORGANISMOS PARTICIPANTES EN LA ceduyv
DEPENDENCIAS ORGANISMOS
Secretaría de Desarrollo Urbano Direcciones Generales de Operación,
Planeación y Control Urbano
Fuente: Elaboración propia con base en Artículo 17 del Reglamento del Libro Quinto
del Código Administrativo del Estado de México y Figueroa (2009: 20).
El artículo 18 del Reglamento del Libro Quinto establece tres reglas bá-
sicas esenciales para el funcionamiento de la Comisión: 1) Integrar dictá-
menes de factibilidad e impacto regional, 2) Solicitar la concurrencia de los
municipios, de manera oficial y por escrito, cuando se requiera por motivo
de potestad territorial, y 3) Integrar previamente a los dictámenes, constan-
cias de viabilidad y aprovechamiento inmobiliario.
La estructura de la ceduyvem cubre las diferentes etapas que implica la
autorización de un Conjunto Urbano tanto las de planeación y usos del sue-
lo que corresponden a las Direcciones Generales de Operación, Planeación
y Control Urbano (véase cuadro 2); es decir, en su momento tuvieron que
ver con la decisión de otorgar las correspondientes licencias de uso del sue-
lo que es el paso principal para dar inicio o no, a un proyecto habitacional
de grandes números.
Al Instituto de la Función Registral del Estado de México (véase cuadro 2),
corresponde dotar certeza jurídica en torno a la propiedad de las tierras que,
de acuerdo con la licencia de uso de suelo previamente obtenida, fueron ob-
jeto de compra por parte de las compañías inmobiliarias, ya hubiesen sido te-
rrenos ejidales o propiedad privada. La Dirección General de Protección Civil
(véase cuadro 2) genera el dictamen de no existencia de fallas naturales en el
suelo, y de ausencia de restricciones por causa de existencia de infraestructu-
ra: gasoductos, oleoductos o torres de conducción de alta tensión, entre otros.
373
De manera complementaria, la Dirección General de Ordenamiento e
Impacto Ambiental expide visto bueno respecto a que la instalación de los
desarrollos habitacionales no genera impactos negativos en los recursos na-
turales de la región, asimismo, el dictamen de que, ni que en el mediano y
ni en el largo plazo, se habrán de generar efectos negativos en el entorno
natural y social (véase cuadro 2).
Corresponde a la Comisión de Agua del Estado de México (véase cua-
dro 2) elaborar dictamen respecto a la existencia de fuentes abastecedoras
de agua, así como formas adecuadas de canalizar y expulsar las aguas de
desecho. En tanto que en la Dirección General de Vialidad (véase cuadro
2) tiene la encomienda de determinar la conectividad del proyecto ha-
bitacional con la infraestructura vial existente, tanto a nivel local como
regional.
De los municipios se debe integrar la certificación de clave catastral, la
licencia de uso del suelo, autorización de alineamiento y número oficial.
Finalmente, los representantes de las dependencias federales de Petróleos
Mexicanos (Pemex), Comisión Federal de Electricidad (cfe), Instituto Na-
cional de Antropología e Historia (inah) y la Comisión Nacional del Agua
(cna) serán convocadas cuando las características de la zona donde se ubi-
que el predio a desarrollar así lo requiera.
De la revisión que se ha hecho de las regulaciones existentes en materia
de autorización de Conjuntos Urbanos se puede generar la impresión de
que con dicha regulación es suficiente. No obstante, existen espacios en
los que la artesanía política y las habilidades de negociación entre los re-
presentantes organizacionales son necesarias para acordar, instrumentar,
controlar y evaluar. De otro modo, a pesar de la puntualidad con que se
describen los procedimientos, en la gestión de las documentales reque-
ridas tales como planos, memorias de cálculo, dictámenes, entre otros,
también es importante la calidad, coherencia técnica, normativa, legal y
temporal, mismas que dependen de capacidades y competencias de los
funcionarios.
Incluso criterios subjetivos de apreciación, respecto a las característi-
cas idóneas de las infraestructuras y equipamientos, que se presentan al
momento de opinar por parte de los representantes de las organizaciones
gubernamentales y de los cuales se desprenden firmas de autorización y/
cumplimiento requieren de discusión, intercambio, acuerdo, sea en escri-
torio o en el espacio mismo en que se construyeron las diversas obras com-
prometidas. Es decir, política pura.
Otro factor que no debe descuidarse es la filiación política de los
funcionarios, sea como integrantes de partidos políticos diferentes o
como integrantes de corrientes internas de un instituto político, ya que
dependiendo de la coyuntura política exógena y el momento político
(cercano a elecciones, por ejemplo) serán las disposiciones y calidad de
los acuerdos tomados.
374
Conclusiones
El estudio de las rig enfocado al tema de ordenamiento urbano territorial,
en particular las políticas regulatorias, otorga un significado profundo al
conocimiento de los problemas urbanos, ya que la gestión de los mismos
requiere del concurso de una diversidad de tomadores de decisiones en un
marco de intercambio y negociación permanente. Es decir, lo que en este
trabajo se denominaron “momentos” de rig previstos en el marco regula-
torio mexicano.
Las capacidades institucionales en materia de gestión urbana están defi-
nidas en el marco normativo en un régimen federal descentralizado. Com-
petencias, facultades y atribuciones en materia urbana se han distribuido
entre los niveles de gobierno que el régimen político mexicano tiene. Así,
en la década de los ochenta del siglo pasado los gobiernos municipales se
colocaron como actores centrales en la toma de decisiones respecto a las
ciudades: les corresponde la zonificación de su territorio y la emisión de las
autorizaciones de uso de suelo mediante las licencias respectivas. Las políti-
cas regulatorias en la materia demandan a todos desarrollo de capacidades
organizacionales y de interlocución con otros ámbitos de gobierno.
En el Estado de México una adecuada implementación de las políticas
resulta de vital importancia para la región y para el país entero, ya que el
territorio estatal es asiento de una porción importante de la Zona Metropo-
litana del Valle de México, la más grande del país en términos poblacionales,
así como de unidades político-administrativas que la integran. Tal fenóme-
no metropolitano implica la necesidad de tomar decisiones adecuadas en
términos sociales, económicos, políticos y territoriales, por ello el marco
regulatorio es un punto de partida importante de abordar, primero desde
el enfoque del federalismo y, posteriormente en su faceta dinámica, desde el
enfoque de las rig.
El objetivo de este trabajo se fue bordando conforme los apartados
tomaron cuerpo, de ahí que se puede afirmar que este trabajo contribuye,
sobremanera, a generar mejor conocimiento de las rig en materia urbana
en el Estado de México. El método deductivo aplicado en el estudio permi-
tió comparar, analizar e identificar los diversos “momentos” de rig conte-
nidos en la legislación urbana.
El procedimiento y los “momentos” de rig presentes en la autorización
de conjuntos urbanos en el Estado de México dan cuenta del vigor que puede
tomar la gestión urbana en la entidad. La decisión de definir zonas aptas
para el desarrollo urbano, los tiempos y formas para llevarla a cabo y los
modelos de ciudad a seguir son puntos nodales para una utilización del
suelo y sus recursos en pro de incrementar o crear condiciones para un
efectivo desarrollo del país.
375
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LEYES Y REGLAMENTOS
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos
Constitución Política del Estado de México
Ley de Planeación del Estado de México y Municipios
Ley Federal de Planeación
Ley General de Asentamientos Humanos
Ley Orgánica Municipal del Estado de México
Libro Quinto del Código Administrativo del Estado de México
Reglamento del Libro Quinto del Código Administrativo del Estado de México
377
Políticas urbano-ambientales y de vivienda de interés social
en Brasil: marco legal y relaciones intergubernamentales
Flávia De Paula Duque Brasil
Ricardo Carneiro
Rafael Lara Mazoni Andrade
Introducción
Desde la adhesión al régimen republicano, a finales del siglo XIX, Brasil
adopta la forma federativa de división territorial de gobierno. Con el paso
del tiempo, el país convivió con periodos de autoritarismo y de normalidad
democrática, pero preservó la opción del federalismo. Su persistencia, sin
embargo, implicó arreglos federativos variados, con las reglas básicas que lo
continúan rigiendo, y que son periódicamente (re) definidas por los diversos
textos constitucionales, propuestos y promulgados después de la República.
Como observa Souza (2005: 107), las siete constituciones que se suce-
dieron bajo la égida del régimen republicano1 promovieron rediseños en el
federalismo vigente en el país, los cuales van a reflejar “as barganhas políticas
e territoriais” -las ofertas políticas y territoriales- (traducción nuestra) que
se procesan en el transcurso de la historia nacional. Siguiendo a la autora,
al mismo tiempo en que reflejaban “los cambios en los regímenes políti-
cos”, transitando de democrático a autoritario y viceversa, los nuevos textos
constitucionales sucesivamente promulgados “también mantuvieron o forta-
lecieron muchos dispositivos constitucionales de las constituciones anterio-
res, con pocas excepciones” (traducción del autor). Sin la pretensión de hacer
una recuperación histórica del constitucionalismo Brasileño, interesa en este
trabajo destacar dos trazos significativos del diseño constitucional en lo que
concierne al pacto federativo, cuyos contornos comenzaron a ser delineados
en la Constitución de 1934.2 El primero de ellos tiene que ver con las relacio-
nes intergubernamentales en la dimensión fiscal y se expresa bajo la forma de
transferencias obligatorias de recursos del gobierno central a los gobiernos
subnacionales, las cuales han venido consolidándose desde la introducción
en la Constitución Federal de 19673 del sistema de transferencias por medio
de fondos de participación –los Fondos de Participación de los Estados (fpe)
1 La primera constitución del periodo republicano fue promulgada en 1891; la última,
en 1988.
2 La Constitución Federal de 1934 es la segunda del período republicano.
3 La Constitución Federal de 1967 es la quinta del período republicano y fue promulgada
bajo la vigencia de la dictadura militar instaurada el 1964.
379
y de los Municipios (fpm)– reafirmados y robustecidos por la Constitución
Federal de 1988 (CF-88). El segundo se refiere a una propensión a insertar
en el texto constitucional cuestiones socioeconómicas que van más allá de la
especificación de principios, reglas y derechos para el ordenamiento y la regu-
lación de las dimensiones económica, social y política de la vida en sociedad.
Esa propensión aparece con nitidez en la CF-88, que trata de un amplio con-
junto de políticas públicas, con la proposición de metas u objetivos a ser cum-
plidos en diversos campos de la actuación estatal, como la erradicación de la
pobreza, la reducción de las desigualdades regionales y la universalización del
acceso a la seguridad social, entre otros. No sin razón, la referida constitución
es muy detallada, contemplando, desde su aprobación, 275 artículos en su tex-
to básico y otros 70 en sus disposiciones transitorias; articulado que han sido
sumamente alargado merced a diversas enmiendas constitucionales.
En lo que toca a la distribución de competencias entre los entes fede-
rados, la CF-88, a pesar de su propósito descentralizador, que deriva en la
elevación formal del municipio a la condición de ente federado, atribuye a la
Federación el rol más amplio y más importante de competencias exclusivas,
reservando a estados y municipios competencias residuales. El ejercicio de
esa atribución, aun así, se ve fuertemente restringido ante el elevado grado
de pormenorización que caracteriza al texto constitucional, lo cual, confor-
me Souza (2005: 111), especifica “las reglas sobre las competencias, recur-
sos y políticas públicas de las entidades subnacionales […], dejando poco
margen de maniobra para iniciativas específicas” (traducción del autor). A
esto se suma el hecho de que las decisiones del poder judicial, más especí-
ficamente del Supremo Tribunal Federal (stf)4, referentes a materias cons-
titucionales caminan en la misma dirección, reforzando la simetría como
característica significativa del federalismo brasileño. Sobre la cuestión, vale
decir, que las constituciones estatales, todas creadas en 1989, tienden, en su
amplia mayoría, a mimetizarse con el texto federal. El texto federal establece
las reglas generales que determinan la estructuración y funcionamiento de
los municipios, regidos por leyes orgánicas aprobadas por sus respectivos
legislativos. En lo que se refiere a las competencias concurrentes, la CF-88
sienta las bases para compartir, entre los tres niveles de gobierno, una serie
de atribuciones relativas a la prestación de servicios públicos a la población,
delineando un federalismo de concepción cooperativa. Entre las diversas
responsabilidades compartidas –objeto del Art. 23 del texto constitucional–
aparecen la protección del medio y de los recursos naturales, la preservación
de los bosques, de la fauna y de la flora, la vivienda social y el saneamiento,
junto con salud, asistencia social y educación, para referir las atribuciones de
mayor relieve para el bienestar de la sociedad.
4 En Brasil posterior a la CF-88, corresponde al stf el “control de constitucionalidad
de leyes y normas federales y estaduales, el juzgamiento de conflictos entre el gobierno
federal y los gobiernos estaduales, entre dos o más gobiernos estaduales y entre los go-
biernos estaduales y sus asambleas legislativas, así como la constitucionalidad de leyes
municipales” (traducción nuestra) (Souza, 2005: 115).
380
Esa opción por responsabilidades compartidas, sin embargo, no fue
anclada a ningún tipo de reglamentación en la CF-88. Sobre la cuestión,
el mismo artículo que define el rol de competencias comunes de los entes
federados se limita a decir, en su párrafo único, que la “ley complementaria
fijará normas para la cooperación entre la Unión y los Estados, Distrito Fe-
deral y los Municipios, con miras al equilibrio del desarrollo y del bienestar
en el ámbito nacional” (traducción del autor) (Brasil, 1988). Sin embargo,
no se materializó la propuesta en ese sentido5. El único cambio procesado
constitucionalmente en la materia, remite a la nueva redacción del mencio-
nado párrafo por la Enmienda Constitucional No. 53/2006, la cual establece
que leyes complementarias, y no una ley complementar, fijarían normas para
la cooperación intergubernamental en la federación.
La ausencia de una regulación más general para las relaciones intergu-
bernamentales y, específicamente, para la cooperación entre los entes fede-
rados, fue gradualmente suministrada por la legislación infraconstitucio-
nal, a iniciativa del gobierno federal. De un lado, se tiene la regulación de las
políticas públicas sectoriales, que se inicia por el área de salud, cuyo marco
referencial está dado por la Ley No. 8.080/1990,6 constituyendo la estruc-
tura más general del Sistema Único de Salud (sus). El proceso se extiende,
posteriormente, a diversas áreas, como la asistencia social, la vivienda social
y el saneamiento básico, entre otras. Por otro lado, toma forma la regla-
mentación de mecanismos de cooperación entre las entidades del sector
público. Un primero e importante instrumento que hay que destacar, en ese
sentido, remite a la figura de convenio entre órganos de la administración
pública,7 regulado en el ámbito de la Ley No. 8.666/1993. Un segundo ins-
trumento, igualmente importante, es representado por la figura del consor-
cio,8 el cual, a diferencia del convenio, sólo puede ser celebrado entre entes
federativos. La reglamentación del mencionado instrumento se inicia con la
5 Algunos proyectos de ley con tal intuito fueron elaborados en el ámbito del Congreso
Nacional, pero no lograron éxito.
6 Conocida como Ley Orgánica de Salud, tal ley específica las atribuciones de los diferen-
tes niveles de gobierno en lo que toca a competencias y gestión en el área.
7 El convenio es un instrumento para establecer acuerdos entre diferentes órganos o en-
tes federativos, teniendo en consideración la realización de un objetivo común, mediante
colaboración mutua. Por medio del convenio, un órgano o ente federativo transfiere, vía
delegación, la implementación de una actividad a otro, apreciado como más indicado
para realizarla. En los ajustes realizados, hay compromisos y obligaciones, en el sentido
de la disponibilidad de recursos, fondos o contrapartidas por parte o la totalidad de los
implicados para realizar el objeto acordado – implementación de proyecto, actividad,
servicio, adquisición de bienes o realización de eventos de interés recíproco.
8 El consorcio público constituye una persona jurídica de derecho público o privado,
lo que le permite asumir diferentes tipos y obligaciones, siendo celebrado entre entes
federativos, con objetivo determinado. Ante la sobrecarga de atribuciones legadas a los
municipios, principalmente a los pequeños, la ley busca adecuar los consorcios públicos
a diferentes escalas y superar la inseguridad jurídica con relación a los arreglos cooperati-
vos, teniendo en perspectiva la promoción de rendimientos de escala, racionalización en
la utilización de recursos públicos y fortalecimiento de los entes federados.
381
Enmienda Constitucional No. 19/1998, que lo crea. Posteriormente, la Ley
No. 11.107/2005 norma la materia y el Decreto No. 6.017/2007 establecien-
do pautas para su aplicación.
La naturaleza de la regulación de las relaciones intergubernamentales
que se procesan en el ámbito de las diversas políticas públicas, como las
políticas urbano-ambientales y de vivienda de interés social, es diferente de
aquella más comúnmente tratada por la literatura, que remite a la regula-
ción de los llamados bienes de utilidad pública. En estos casos, la relación
entre regulados y reguladores está bien definida. De un lado está el Estado
que busca, por medio de la regulación, garantizar la provisión regular del
servicio con menor costo, mejor calidad y mayor cobertura y, por otro lado,
están las empresas reguladas, interesadas en el negocio en función de la ex-
pectativa de ganancia económica. Al transitar para la provisión de servicios
públicos, los contornos de la regulación se hacen menos nítidos. El punto
incisivo a destacar aquí es el hecho de que la sociedad, con sus conflictos y
desigualdades, constituye no solamente la razón de ser de la regulación, la
cual se hace, o se debería hacer, en nombre del bien colectivo, pero también
el actor sobre el cual inciden los derechos y las obligaciones previstas en el
marco regulatorio.
El objetivo del presente capítulo es examinar la reglamentación de las
políticas públicas en las áreas de protección al medioambiente, desarro-
llo urbano y vivienda social. El análisis emprendido se desdobla en dos
secciones principales, además de esta introducción y de las conclusiones.
La primera de ellas es dedicada al abordaje de las políticas de medioam-
biente y, la segunda, a las políticas relacionadas con el desarrollo urbano,
en el cual se incluye la temática de la vivienda social. Ambas parten de
una breve recuperación del contexto regulatorio vigente hasta la promul-
gación de la CF-88, que redefine el pacto federativo brasileño, para, en la
secuencia, destacar los nuevos marcos normativos dedicados a la regula-
ción del texto constitucional, con énfasis en la naturaleza de las relaciones
intergubernamentales de ellos derivadas. La conclusión busca sintetizar
el argumento construido.
384
Cuadro 1. Principales marcos regulatorios de las políticas ambientales
385
Marcos regulatorios de la política nacional de medioambiente
La temática del medioambiente es tratada en el capítulo VI de la CF-88, in-
tegrada en el Art. 225, que postula que “todos tienen derecho al medioam-
biente ecológicamente equilibrado, […] imponiéndose al poder público y a la
colectividad el deber de defenderlo y preservarlo para las presentes y futuras
generaciones” (traducción del autor) (Brasil, 1988).
Para la consecución de ese propósito más general, la CF-88 adopta, como
principios orientadores para la actuación de la administración pública, aque-
llos puestos en la pnma, en la que se destacan la “planeación y fiscalización
del uso de los recursos ambientales”; la “protección de los ecosistemas, con la
preservación de áreas representativas”; el “control y zonificación de las activi-
dades potencial o efectivamente contaminadoras”; el “monitoreo del estado de
la calidad ambiental”; y la “recuperación de las áreas degradadas” (traducción
del autor) (Brasil, 1981). A su vez, en consonancia con tales directrices, los
principales instrumentos o mecanismos de intervención propuestos, también
listados en la pnma, implican la definición de padrones ambientales; la eva-
luación de impactos ambientales; la expedición de licencias y la revisión de
actividades con potencial para ocasionar contaminación o degradación am-
biental; y la zonificación ambiental.
Con el diseño de la pnma, la Ley No. 9.938/1981 instituyó el sistema,
anteriormente mencionado, cuya reglamentación es objeto del Decreto No.
99.274/1990. La composición del sistema, pensado en términos de una actua-
ción articulada en términos federativos, involucra órganos y entidades de los
tres niveles de gobierno que tienen, como atribución, la protección y la mejora
de la calidad ambiental. En su estructura organizacional, destacan, el Consejo
Nacional de Medio Ambiente (conama), como órgano consultivo y delibera-
tivo; el Instituto Brasileño de Medio Ambiente y de los Recursos Naturales Re-
novables (ibama), como órgano ejecutor, en el nivel central, de los programas
y proyectos en el área ambiental y del control y fiscalización de las actividades
capaces de provocar contaminación y degradación ambiental; y los órganos
seccionales de los estados y de los municipios, que asumen responsabilidades
similares al ibama en sus respectivas jurisdicciones.
Instituido también por fuerza de la Ley No. 6.938/1981, el conama
se constituye como la principal entidad reguladora de la política ambien-
tal brasileña. El referido consejo es un colegiado con representación de
órganos federales, estatales y municipales, del sector empresarial y de la
sociedad civil. Su arreglo administrativo y operacional implica una inge-
niería institucional compleja, comprendiendo la Plenaria, el Comité de
Integración de Políticas Ambientales (cipam), Grupos Asesores, Cámaras
Técnicas y Grupos de Trabajo. La cipam tiene como una de sus principales
responsabilidades la elaboración de la agenda de trabajo del conama. A su
vez, las Cámaras Técnicas, once, en total, son instancias con la responsabi-
lidad de desarrollar y examinar las materias de su competencia, dándolas
a conocer a la Plenaria, en la cual se da el proceso de deliberación. Los
Grupos de Trabajo son instancias creadas por tiempo determinado, con
386
miras a analizar y presentar propuestas sobre materias de su competencia.
Las decisiones del consejo se materializan principalmente por medio de
resoluciones, las cuales abarcan no solamente la definición de criterios y
padrones relativos a la protección ambiental y al uso sustentable de los
recursos ambientales, sino también deliberaciones vinculadas a directrices
de la política ambiental. Actualmente, se encuentran reglamentados los pa-
drones de calidad del aire, de las aguas y de los niveles de ruidos.
En los términos de la Ley No. 6.938/1981, estados, Distrito Federal y muni-
cipios pueden elaborar, en las áreas de sus jurisdicciones, normas supletorias y
complementarias y padrones relacionados al medioambiente, en cooperación
con el conama. Los padrones definidos por el conama son tratados como
parámetros mínimos a ser observados, pudiendo los estados y los municipios,
en el ejercicio de competencia concurrente, suplementariamente, establecer
padrones más rigurosos. Esa atribución queda bajo la responsabilidad de los
respectivos Consejos Estatales de Medio Ambiente -presentes en todos los es-
tados– y en los Consejos Municipales de Medio Ambiente, cuando existieran.
La regulación emanada del conama norma también el uso de aia que,
articulada al procedimiento administrativo del licenciamiento ambiental,
constituye un instrumento básico de la pnma. La utilización formal de la aia
comienza a ser practicada en el país en los años 1970, aplicándose en el área
industrial.13 El avance decisivo en ese sentido, sin embargo, se dará en el ám-
bito de la Ley No. 6.938/1981, que extiende su aplicación para todo tipo de
proyecto de inversión, público o privado, con potencial de ocasionar contami-
nación o degradación ambiental, el cual se vuelve objeto para la expedición de
licencias ambientales. La regulación de la expedición de licencias fue esboza-
da en el Decreto No. 88.351/1983, que dedica un capítulo específico a la ma-
teria, en el que se destaca el triple licenciamiento –la Licencia Previa (lp), la
Licencia de Instalación (li) y la Licencia de Operación (lo)– concedidas su-
cesivamente de acuerdo al ciclo del proyecto de inversión (planeación, imple-
mentación y funcionamiento). La reglamentación propuesta para tal decreto
se complementaría y/o modificaría por posteriores normas con énfasis en las
resoluciones promulgadas por el conama. Entre ellas, merecen destacarse la
Resolución No. 1/1986, que establece criterios básicos y directrices para el
uso y la implementación de la aia, así como la Resolución No. 237/1997, que
promueve una revisión de los procedimientos del licenciamiento e incorpora
nuevos instrumentos de gestión ambiental.
La Resolución No. 1/1986 del conama establece definiciones, responsabi-
lidades y seguimiento en la aplicación de la aia y del licenciamiento ambien-
tal. Uno de los principales aspectos operacionales por ella regulados es el de-
lineamiento de las actividades sujetas al licenciamiento ambiental subsidiado
por la elaboración del Estudio de Impacto Ambiental (eia) y de la respectiva
387
Relatoría de Impacto Ambiental (rima).14 Otro aspecto relevante es la defini-
ción de responsabilidades en lo que toca al seguimiento de los procedimientos
con vistas al licenciamiento ambiental, lo que incluye el análisis, para fines
de aprobación o no, del eia y de la rima. En el ámbito federal, la responsabi-
lidad fue atribuida al ibama y, en el ámbito de los estados, al órgano estatal
competente. La Resolución No. 237/1997 del conama relaciona los diversos
tipos de emprendimiento sujetos al proceso de licenciamiento, establece nivel
único de competencia para fines de licenciamiento ambiental y especifica los
niveles de competencia federal, estatal y municipal en la actividad licenciado-
ra, de acuerdo a la extensión del impacto ambiental. Así, compete al ibama
el otorgamiento de licencias de emprendimientos con impacto de extensión
nacional o regional, es decir, que abarquen más de dos estados; a los órganos
estatales, el licenciamiento de emprendimientos con impacto incidente sobre
más de un municipio o en unidades de conservación de dominio estatal; y, al
municipio, el de emprendimientos de impacto ambiental local.
Más recientemente, la Ley Complementaria No. 140/2011 fija normas
para la cooperación entre los entes federativos en las acciones administrati-
vas, derivadas del ejercicio de la competencia común o compartida, relativas
a la protección del medioambiente y al combate a la contaminación en cual-
quier de sus formas, entre otras cuestiones atinentes a la temática ambiental.
Uno de los principales tópicos tratados en la mencionada legislación tiene
que ver con el licenciamiento ambiental. El primer punto en ella regulado
dice, respecto a la competencia supletoria para realizar el licenciamiento,
que abarca tanto situaciones de incumplimiento de plazos legales para el
análisis y la concesión o no de la licencia, como de ausencia de estructura
con adecuada capacidad de hacerlo. En ambas situaciones, la Federación,
por medio del ibama, puede asumir supletoriamente la competencia del
órgano seccional estatal y, este último, la del municipio. El segundo punto
remite a la acción subsidiaria en situaciones en las cuales hay insuficiencia
de capacidad del órgano licenciador competente. Esa acción subsidiaria en-
tre los entes federativos puede darse por medio de apoyo técnico, científico,
administrativo o financiero, sin perjuicio de otras formas de cooperación15.
Por fin, otro instrumento dispuesto en la pnma es la zonificación am-
biental, cuya reglamentación, como zonificación ecológica-económica, se
hace por medio del Decreto No. 4.297/2002. La cuestión es tratada también
por la ya citada Ley Complementaria No. 140/2011, según la cual a la Fede-
ración se le concede la atribución de elaborar la zonificación ambiental en
escala nacional y regional; a los estados, la zonificación de ámbito estatal,
388
conforme a la zonificación en el nivel nacional y regional; y, a los munici-
pios, la zonificación urbanística o ambiental inscrita en el respectivo plan
maestro. Pese a esa previsión de elaboración de la zonificación en diversas
escalas territoriales, lo comúnmente usado es la zonificación en escala mu-
nicipal, con énfasis en la ocupación y uso del suelo urbano.
393
El pnrs prevé una extensa lista de instrumentos, destacando la elabora-
ción de planes de residuos sólidos, que buscan armonizar con las políticas
de gestión de residuos sólidos de los diversos entes federativos. Tales planes
deben ser elaborados por todos los niveles de la federación, así como por
los generadores de residuos sólidos. El Plan Nacional de Residuos Sólidos, a
cargo de la Federación, establece las metas, programas y acciones en el área,
para un horizonte temporal de 20 años, debiendo ser revisados cada cuatro
año.31 Los Planes Estatales de Residuos Sólidos tienen contenido semejante
al Plan Nacional y plazos idénticos. Les toca a los estados, además, la ela-
boración de Planes Micro-regionales, con la participación obligatoria de los
municipios implicados. Por su parte, los Planes Municipales de Gestión de
los Residuos Sólidos están más enfocados a la consecución de los objetivos,
metas y directrices de los Planes Nacional y Estatales, centrando la gestión
y operación en los servicios de recolección, reciclaje y destino final de los
residuos en sus respectivos territorios.
De manera similar a la reglamentación adoptada en la pnsb, para que esta-
dos o municipios tengan acceso a recursos dispuestos por la Federación para
servicios relacionados con la gestión de residuos sólidos, la elaboración de un
plan en la materia es requisito indispensable. Para el acceso a esos recursos,
hay prioridad para municipios que opten por soluciones consorciadas inter-
municipales para la gestión de los residuos sólidos o que se inserten de manera
voluntaria en los planes micro regionales de residuos sólidos ya mencionados.
31 El Plan Nacional de Residuos Sólidos, elaborado por el mma, fue divulgado el 2012.
394
El principio nuclear de la función social de la propiedad que gana terre-
no en la CF-88 y en el Estatuto de la Ciudad —principal marco de la políti-
ca urbana, actualmente—, fue enunciado en las Constituciones anteriores,
desde 1934, pero no se materializó en la legislación urbana, como tampoco
en las políticas públicas. O sea, en la práctica, la administración pública no
poseía instrumentos legales, ni tampoco financieros y administrativos, para
hacer valer lo dispuesto, prevaleciendo, así, la visión liberal de la propiedad
privada absoluta del Código Civil de 1916, vigente hasta 200232. Paralelo
a eso, en los ya mencionados textos constitucionales se observa un trata-
miento ambiguo e impreciso en relación a la competencia legislativa de los
niveles de gobierno sobre el desarrollo urbano. La legislación federal, en
ese contexto, es precaria e incipiente, pues los municipios pueden todo y
de hecho nada pueden, sin recursos de ninguna índole. Fernandes (1998)
argumenta que la legislación urbana, hasta las últimas décadas del siglo xx,
constituye un conjunto poco claro de reglas incompletas, fragmentadas y
poco sistemáticas, orientadas a aspectos puntuales y específicos.33
En el contexto de la dictadura militar, a mediados de los años 1960 y en
los años 1980, se alcanza el punto más alto del proceso de crecimiento urbano
y de metropolización, pautado por algunas características que se revelan en
la problemática socio-espacial actual, como la expansión urbana por medio
de la constitución de periferias precarias y distantes, conformadas por las
dinámicas especulativas que se alimentan de la provisión pública de infraes-
tructuras, y la multiplicación de barrios pobres y de otras tipologías de infor-
malidad, desprovistas de las mínimas condiciones de habitabilidad. El patrón
emergente de intervención del Estado en las ciudades en el período, engloba
la actuación en las áreas de saneamiento, transporte y habitación, y se dis-
tingue por la oferta de los servicios urbanos en modalidades empresariales.
Uno de los principales instrumentos de esa intervención es la creación de un
aparato institucional dirigido a la cuestión urbana y habitacional, destacando
el Banco Nacional de Habitación (bnh)34que, aunque inicialmente se orientó
a la vivienda social, no atiende a la población objetivo y tampoco responde a
la magnitud del déficit habitacional.
32 La noción liberal de propiedad privada expresada en el Código Civil de 1916, prevale-
ce durante todo el curso del proceso de urbanización brasileño, delineando un escenario
adecuado para los intereses dirigidos a la acumulación urbana (Fernandes, 1998). El nue-
vo Código Civil (Ley No. 10.406/2002) da un tratamiento a la propiedad más compatible
con la CF-88.
33 En lo que se refiere a los pocos marcos legales entonces instituidos, se tiene el Decre-
to-ley No. 58/1937, que establece reglas minimalistas e ineficaces para el fraccionamiento
urbano. Se destaca aún el Decreto-ley No. 3665/1941, que permite la expropiación urba-
na por causa de utilidad pública; la Ley No. 4132/1962, que permite la expropiación por
causa de interés social; y el Decreto-ley No. 25/1997 relativo a la protección del patrimo-
nio cultural. En el ámbito municipal hay planes maestros de carácter físico-territorial en
algunas capitales – que incluyen la regulación del uso y ocupación del suelo, al lado de
normas puntuales, como los códigos de obras.
34 El bnh fue creado por la Ley No. 4.380/1964.
395
En ese contexto, el gobierno federal estimula a los municipios para ela-
borar planes maestros que contemplen la dimensión físico-territorial con
dispositivos de control de uso y ocupación del suelo, acompañados de legis-
lación específica para este fin. Sin embargo, los municipios no disponen de
autonomía y de recursos necesarios para la implementación de los planes
y de políticas urbanas y habitacionales. Correspondía al municipio lo que
fuese de su “peculiar interés”, pero el diseño constitucional no le reservaba
mucho en términos de competencias, de recursos y de instrumentos de in-
tervención. De manera general, a pesar de la complejidad de los problemas
urbanos y del cuadro socio-espacial, se observa un aparato legal tímido,
limitado y puntual en el ámbito local y un déficit de instrumentos regulato-
rios federales de política urbana, propiciando la actuación especulativa del
mercado inmobiliario sin restricciones significativas.
No obstante, como excepción, hubo una tentativa del gobierno federal de
establecer de hecho un marco regulatorio para la política urbana en los años
1970, con las propuestas de la llamada Ley de Desarrollo Urbano, cuyo trámite
estuvo paralizado por la repercusión negativa en los medios de comunicación.35
Paralelamente, por medio de la Ley Complementaria No. 14/1973, el gobierno
crea las Regiones Metropolitanas en varias capitales, implicando en varios casos
la creación de órganos específicos para la planeación y gestión de esas áreas, así
como la edición de leyes o normas estatales enfocadas al desarrollo urbano, es-
pecíficamente referentes a la norma de subdivisión del suelo y zonificación. Al fi-
nal de la década, en un escenario de recesión, crisis económica y profundización
de las desigualdades sociales, se nota una inflexión en la actuación del gobierno
federal, que incluyó la producción de instrumentos regulatorios, específicamen-
te la tardía Ley No. 6.766/1979, que regula la subdivisión del suelo urbano.
En los años 1980, marcados por la crisis fiscal, el bnh, blanco de críticas,
especialmente a la distorsión de sus programas, desaparece,36 lo que indica
un proceso más amplio de desconstrucción de las estructuras administrati-
vo-burocráticas federales orientadas a la cuestión urbana. Esas estructuras
extintas no se recomponen y las estructuras restantes son atomizadas o des-
vinculadas hacia diferentes ministerios, escenificando la salida del gobierno
federal del referido campo de las políticas urbanas.
El ambiente de esas décadas muestra a la ciudad como lugar privilegiado
y objeto de los conflictos sociales. Se fortalecen los movimientos sociales y las
luchas por la reforma urbana, aglutinando actores colectivos que construyen
una agenda con principios del derecho a la vivienda y a la ciudad, de la función
social de la propiedad y de la democratización de la planeación y gestión de las
ciudades. Un momento clave es la convocatoria de la Asamblea Constituyente
35 En 1983, es presentado al Congreso Nacional el proyecto de ley No. 775 cuya base era
la misma de la referida propuesta elaborada en 1977 y, alrededor del debate sobre este
proyecto de ley, se articularon movimientos populares por la reforma urbana para dis-
cutir los instrumentos que garantizarían el derecho a la ciudad. El proyecto tampoco ha
sido procesado adecuadamente en el Congreso, pero, a partir de los debates, permearon
algunos elementos, incorporados después en el Estatuto de las Ciudades.
36 La extinción del bnh se da en 1986.
396
en 1986, que permite la presentación de las denominadas “enmiendas popula-
res”, recurso que fue ampliamente utilizado por los movimientos sociales en las
diversas áreas, con sus plataformas generales de democratización y específicas
a los diversos campos de las políticas.
Así, la movilización de la sociedad acuñó avances significativos en la CF-
88 que rediseña el contexto político-institucional brasileño, especialmente
para los propósitos de este trabajo, en tres ejes. El primero se relaciona con
la democratización del Estado y de sus relaciones con la sociedad por medio
de diversos dispositivos relativos a la participación social. En el caso de las
políticas sociales la CF-88 avanzó más en este aspecto, inclusive requiriendo
la creación de instituciones participativas, principalmente los consejos de
políticas. En el caso de las políticas urbanas, resalta el requisito de la coope-
ración de asociaciones en la planeación municipal y la posibilidad de inicia-
tiva popular de proyectos de leyes y programas. El segundo se refiere a la am-
pliación de derechos sociales que, en el caso de la vivienda social, ocurrirá
hasta en el año 2000, por medio de una Enmienda Constitucional. El tercer
eje es relativo a la descentralización y autonomía municipal. La ampliación
de las competencias y atribuciones reserva un papel central a los municipios
en las políticas urbanas. Sin embargo, sobresale el papel del gobierno federal,
y también de los estatales, en la producción de normas generales y de coo-
peración conjunta en la oferta de políticas públicas, incluida la de vivienda.
En el caso específico de las políticas urbanas y de vivienda social, el
Movimiento Nacional de Reforma Urbana (mnru), ya reorganizado como
Foro Nacional de Reforma Urbana (fnru), presenta la Enmienda Popular
de Reforma Urbana que resulta del inédito capítulo de política urbana —los
Arts. 182 y 183 de la CF-88—, que constituyen el marco jurídico básico de la
legislación urbana. Entre otras disposiciones, el Art. 183 reconoce el derecho
a la ocupación informal, por medio de usucapión urbana —inclusive colecti-
va— tras cinco años y el Art. 182 explicita el principio de la función social de
la propiedad y de la ciudad, remitiendo los requisitos a los planes maestros,
obligatorios para municipios de más de 20 mil habitantes. Se reserva así, a
los gobiernos locales, la facultad legislativa para normar el uso y ocupación
del suelo y garantizar el cumplimiento de la función social de la ciudad.
Sin embargo, la ausencia de legislación infraconstitucional hasta la pro-
mulgación del Estatuto de la Ciudad, en 2001, implicó un obstáculo im-
portante a la autonomía de los gobiernos locales con relación a la aplica-
ción de dispositivos constitucionales y de instrumentos de política urbana.
Ocasionó, también, que, a lo largo de los años 1990, hubiera una falta de
compromiso de los ámbitos federal y estatal, en el caso de las competencias
y atribuciones compartidas, punto que, a propósito, ni el Estatuto de la Ciu-
dad llegó a resolver satisfactoriamente.37
37 Un indicativo evidente de falta de compromiso es el propio Estatuto de la Ciudad. Su
proyecto legislativo fue elaborado inmediatamente después de la CF-88, aglutinando las
propuestas societarias de reformas urbanas, como proposiciones parlamentarias. Sin em-
bargo, ese proyecto se tramitó por 13 años, hasta su aprobación en el 2001, lo que puede
ser atribuido al contexto de la Conferencia Hábitat + 5, realizada en el país.
397
Además del Estatuto de la Ciudad, la legislación infraconstitucional so-
bre asentamientos humanos, referentes a las políticas urbanas y de vivienda
social, comprende otros importantes marcos federales, aprobados a partir
del primer Gobierno de Lula, que constituye un punto de inflexión, al crear
el MCuidades. Los referidos marcos pueden ser visualizados en el cuadro 2.
El Estatuto de la Ciudad
El Estatuto de la Ciudad, como es conocida la Ley Federal No. 10.257/2001,
constituye el marco principal y más general de las políticas urbanas en el
país. Tal legislación profundiza los avances constitucionales en sintonía con
la agenda de reforma urbana, dotando de contenido el principio de la fun-
ción social de la propiedad.
El Estatuto establece directrices de desarrollo urbano y bases para la
gestión democrática de las ciudades, dotando de instrumentos a los munici-
pios para alcanzar un nivel razonable de desarrollo socialmente justo de las
ciudades. La referida legislación enumera los instrumentos de planeación
municipal, define el contenido mínimo del Plan Maestro y ofrece instru-
mentos para el desarrollo urbano, para la regularización de la propiedad de
la tierra y para la gestión democrática de las ciudades; este último, corres-
pondientes a los mecanismos e instancias de participación ciudadana. Los
instrumentos reglamentados no son auto-aplicables y dependen del muni-
cipio y de su discrecionalidad para definir cuáles utilizará y reglamentará
en el ámbito local, considerando que presentan un grado considerable de
complejidad. O sea, su aplicación no es tan fácil para los gobiernos locales,
ni su apropiación es simple por los actores sociales, implicados en los pro-
cesos de participación.
Además del papel conferido a los municipios en el ámbito de la pla-
neación y de la gestión de las ciudades, orientadas al desarrollo urbano, el
Estatuto enlista las competencias de la Federación, entre ellas, se incluye
legislar sobre normas generales de derecho urbanístico; legislar sobre nor-
mas para la cooperación entre los entes; promover —por iniciativa propia
o junto a los demás entes— programas habitacionales y de saneamiento
básico; e instituir directrices para la política urbana y elaborar y ejecutar
planes nacionales y regionales de ordenación del territorio y de desarrollo
económico y social. Desde el punto de vista legal, por lo tanto, el Estatuto
reafirma y especifica la distribución de competencias de los entes federados.
Como ya se ha dicho, la regulación urbana en Brasil posee, desde en-
tonces, un ordenamiento jurídico específico para el desarrollo urbano, y
resalta el papel de los municipios. No obstante, buena parte de la literatura
399
sobre regulación señala la necesidad de que haya una estrecha vinculación
entre el ordenamiento jurídico específico y las instituciones formalmente
constituidas, ya que toda regulación depende de su capacidad de enforce-
ment o de la creación de incentivos para una adhesión tácita, que necesita
arreglos institucionales subyacentes a la ley. A este respecto, cabe observar
que el Estatuto de la Ciudad no establece mecanismos capaces de hacer va-
ler sus premisas y directrices. Con todo, a partir de 2003, el MCiudades, por
medio de sus programas, y el Consejo de las Ciudades, por medio de sus
normativas, impulsaron iniciativas de los municipios como la elaboración
de planes maestros en los casos obligatorios o la realización de programas
habitacionales y de regulación de tierras.
400
articuladores de las acciones en su territorio, integrando los planes habita-
cionales de los municipios a las directrices regionale.39 Por su parte, a los
consejos, de cada uno de los entes, les corresponde fijar criterios para la
priorización de acciones, promover la publicidad de los programas —a fin
de permitir el monitoreo y la fiscalización de sus acciones— y promover
espacios de debate sobre los programas habitacionales.
La Ley No. 11.977/2009, dispone sobre la política urbana y cambia pun-
tos de varios decretos y leyes anteriores a ella —incluyendo el Estatuto de
la Ciudad—. Dispone, principalmente, sobre el programa Mi Casa, Mi Vida
(mcmv) y sobre regularización de la propiedad de la tierra en asentamientos
localizados en áreas urbanas. O sea, como instrumento de política de vivienda
social, la referida ley se constituye como el mayor programa importante jamás
realizado en el país, reenfocándose así al déficit habitacional, así como a la
regularización urbanística y de la propiedad de la tierra de los asentamientos
informales que constituyen una parte muy importante de las ciudades.
El mcmv tiene como objetivo incentivar la producción y la adquisición de
nuevas unidades habitacionales o recalificar inmuebles urbanos. En la princi-
pal línea del programa, la Federación, atendiendo su capacidad presupuesta-
ria y financiera, subvenciona económicamente a los beneficiarios que contra-
tan financiamiento habitacional. El mcmv da prioridad a familias residentes
en áreas de riesgo, insalubridad o sin hogar. En áreas urbanas, la ley prevé la
donación de terrenos de los estados, del Distrito Federal y de los municipios
localizados en área urbana consolidada para la implantación de emprendi-
mientos vinculados al programa; implementación por los estados, por el Dis-
trito Federal y por los municipios de medidas de exoneración tributaria para
construcciones destinadas a la habitación social; e implementación, por los
municipios, de los instrumentos citados por el Estatuto de la Ciudad, dirigi-
dos al control de la retención de las áreas urbanas ociosas.
Al gobierno federal le corresponde definir la remuneración de las institu-
ciones y de los agentes financieros involucrados en las operaciones realizadas;
definir la tipología y el patrón de las viviendas —observando la legislación
municipal— y parámetros de priorización y encuadramiento de los benefi-
ciarios del programa, además de definir la periodicidad de la actualización
de los límites de ingreso familiar. Sin embargo, estados, municipios y Distrito
Federal pueden fijar otros criterios para la selección de esos beneficiarios,
que hayan sido previamente aprobados por los consejos locales de vivienda,
cuando existen, y en conformidad con las políticas públicas de vivienda y con
la legislación federal. Los estados, municipios y Distrito Federal son respon-
sables de la ejecución del trabajo relacionado con la post ocupación.
Con base en el análisis, se percibe el papel protagonista del gobierno fe-
deral, que reglamenta normas y procedimientos, define parámetros y límites,
39 Como dispone el Art. 17 de la ley, corresponde a los estados actuar “coordinando
actuaciones integradas que exijan intervenciones intermunicipales [...] y dando apoyo a
los Municipios para la implantación de sus programas habitacionales y de sus políticas
de subsidio” (traducción del autor).
401
opera el financiamiento y aprueba los proyectos. Los gobiernos subnacio-
nales son asumidos como facilitadores - responsables tanto de los registros
de los beneficiarios, como de la realización del trabajo social y provisión de
infraestructura urbana y equipamiento público. Representa un problema,
que no haya instancias de acuerdos institucionalizados, ocasionando que el
diálogo intergubernamental sea fragmentado, además de la desarticulación
del programa con la planeación local (Brito, 2015).
Como ya se ha mencionado, la Ley No. 11.977/2009 trata también de la
regularización de la propiedad en los asentamientos informales. Su capítulo
III, es el primer marco jurídico de carácter nacional que dispone sobre la re-
gularización de tierras en áreas urbanas de manera amplia,40 consolidando,
de esa forma, una alternativa para el problema de los asentamientos irregu-
lares, presente en la mayoría de las ciudades Brasileñas (MCiudades, 2013).
El Art. 48 de la citada ley afirma, de acuerdo con el Estatuto de la Ciudad,
los principios de ampliación del acceso a la tierra urbana por la población
de bajos ingresos, de articulación con otras políticas relacionadas —como
vivienda, medio ambiente, saneamiento básico y movilidad urbana—, de
participación de los interesados, de estímulo a la resolución extrajudicial
de conflictos y de preferencia por la concesión del título de propiedad para
la mujer. En conformidad con el Estatuto de la Ciudad, el municipio puede
disponer sobre la regularización de tierras en su territorio, siendo también
el ente responsable en la definición de los requisitos para la elaboración del
proyecto de regularización urbanística y de tierras. Son varios los agentes
legitimados o involucrados para promover la regularización de la propiedad
de la tierra, más específicamente, la Federación, los estados, el Distrito Fede-
ral, los municipios, los beneficiarios —sea individual o colectivamente—, las
cooperativas habitacionales, las asociaciones de residentes, las fundaciones
y las organizaciones de la sociedad civil, entre otras asociaciones civiles que
actúan en el área del desarrollo urbano.
En el caso de la regularización de la propiedad de la tierra de interés so-
cial —que es aplicable a asentamientos irregulares ocupados por población
de bajos ingresos, generalmente relegadas a la irregularidad por ausencia de
alternativa legal de vivienda—, Ley No. 11.977/2009 condiciona el proceso
al análisis y aprobación del licenciamiento urbanístico y del licenciamiento
ambiental por el municipio. Sin embargo, corresponde al municipio —en el
caso de regularización de tierras de interés social— implementar el sistema
de vialidad y de infraestructura básica.41
La irregularidad en la tenencia de la tierra, sin embargo, no se restringe a
los asentamientos populares. Existen varios barrios y fraccionamientos for-
mados por familias de ingresos medianos y altos que se encuentran fuera de
las leyes. Para esos casos, el instrumento utilizado es la regularización de la
tenencia de la tierra de interés específico. Semejantemente a la regularización
402
de tierras de interés social, ese instrumento también exige análisis y aproba-
ción del proyecto por la autoridad licenciadora. Hay diferencias, sin embar-
go, en la previsión de contrapartidas y compensaciones de los beneficiarios
de la regularización – con base a su poder adquisitivo.
El Estatuto de la Metrópoli
Tras la redemocratización, y debido al sesgo descentralizador de la CF-88,
así como al hecho de que el texto constitucional omitió la cooperación in-
tergubernamental metropolitana, hay una reducción de las inversiones fe-
derales, y aun de los estados, en las regiones metropolitanas del país. Ese
cuadro resultó en lo que Capobianco (2004, p. 4) llamó de “vaciamiento
progresivo de la coordinación intermunicipal” (traducción del autor) en las
regiones metropolitanas, a pesar de que ellas se configuran como loci (luga-
res) de importantes desigualdades.
Ante esa problemática, y tras muchos debates, la Ley No. 13.089/2015 ins-
tituyó el Estatuto de la Metrópoli, estableciendo directrices para la planeación
y la gestión de políticas en el ámbito metropolitano, así como para la planea-
ción del desarrollo urbano integrado y otros instrumentos de aquello que la
ley llama de gobernanza interfederativa. En los términos de la ley,42 la gober-
nanza interfederativa de las regiones metropolitanas preconiza, como princi-
pio, la prevalencia del interés común sobre el interés local; la coincidencia de
responsabilidades; la autonomía de los entes de la Federación; la observancia
de peculiaridades regionales y locales; la gestión democrática; la efectividad
en el uso de recursos públicos, y la búsqueda del desarrollo sustentable.
La referida ley establece, como competencia de los estados, instituir
regiones metropolitanas y aglomeraciones urbanas, considerando las es-
pecificidades de los municipios en cuanto a población, renta, territorio y
características ambientales. Sin embargo, en el núcleo de las discusiones
acerca de las relaciones intergubernamentales, la ley propone los instru-
mentos para el desarrollo de regiones metropolitanas, para lo cual se prevén
audiencias públicas y debates que incluyan representantes de todos los mu-
nicipios integrantes de determinada unidad territorial urbana.43
El Estatuto dispone también sobre las competencias de la Federación,
estableciendo que el gobierno federal debe apoyar las iniciativas de los esta-
dos y de los municipios, lo que incluye la elaboración y la revisión del plan
de desarrollo urbano integrado. Para que exista ese apoyo de la Federación,
la unidad territorial urbana debe poseer gestión plena.44 O sea, en su conte-
nido, la referida ley avanza en la definición de competencias y de directrices
de cooperación horizontal y vertical.
42 Descritos en su artículo 6º.
43 Se configura como improbidad administrativa del gobernador del estado, del alcalde
del municipio o del agente público que actúe en la estructura de gobernanza interfe-
derativa dejar de elaborar el plan de desarrollo urbano integrado dentro de los plazos
previstos en la ley.
44 En los términos del inciso III del artículo 2º.
403
Conclusión
405
Brasil. Decreto No. 23.793, de 23 de janeiro de 1934. Rio de Janeiro:
Senado Federal, 1934. En línea: <http://www.planalto.gov.br/ccivil_03/de-
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406
CONCLUSIONES
Joel Mendoza Ruiz
Eduardo José Grin
408
la redistribución de los recursos financieros, materiales y humanos. En las
políticas nacionales de salud y de asistencia social el grado de instituciona-
lización nacional es considerable.
En el gasto intergubernamental los académicos brasileños coinciden
en destacar de su experiencia nacional el federalismo cooperativo que
resultó de la nueva Constitución, promulgada en 1988. La creación de
sistemas nacionales de educación, salud y asistencia social ha ampliado la
coordinación intergubernamental al inducir formas de colaboración por
medio de reglas operativas. Los estímulos financieros y la posibilidad de
apoyo técnico del gobierno federal hacen que los gobiernos sub-naciona-
les, especialmente los municipales, asuman el funcionamiento subsidia-
rio de tales sistemas.
Las fórmulas preventivas del conflicto por límites competenciales
presentan mayores avances en Brasil en comparativa con el caso mexica-
no. En México, el pasado de las rig se basó en la camaradería partidista.
Hacia la transición democrática, pese a la existencia de órganos para la
administración intergubernamental, no se favoreció la práctica de la ne-
gociación transparente y honesta entre ámbitos de gobierno igualitarios
y equilibrados.
En Brasil se ha avanzado hacia la transformación del conflicto en re-
sultados públicos, lo que ha contado con tres componentes estratégicos. El
primer componente ha sido la creación de fondos de sector de los gobier-
nos locales, estatales y el federal. Se considera que el esquema más impor-
tante es el Fondo de Participación de los Municipios, normado de forma
constitucional. El segundo componente se basa en la distribución consti-
tucional de responsabilidades de las entidades federativas, que no concede
el intercambio. Este es el componente más endeble por la superposición
federativa que aún ocasiona la indefinición reglamentaria constitucional,
como es el caso de las competencias comunes que enumera el artículo 23
de la Carta Magna brasileña. El tercer componente radica en la existencia
de foros federales de negociación, sobre todo en los sectores de salud y
asistencia social.
Para el caso de las políticas sociales y educativas, las rig mexicanas y bra-
sileñas, a pesar de contar con esfuerzos por mejorar la coordinación y la co-
laboración, han coincidido en la excesiva importancia del aspecto normativo.
En México se emiten reglas de operación para dirigir los programas sociales
y se confía en que la norma garantizará el rumbo objetivo de la acción. La
realidad muestra una desvinculación entre los medios y los fines, pues por
una parte se transfieren mayores responsabilidades a los gobiernos estatales
y municipales, mientras que por otra se aporta igual o menor cantidad de
recursos a esos órdenes de gobierno.
En el caso de Brasil, la política educativa vio fortalecido su esquema a
partir del gobierno de Fernando Henrique Cardoso. Sin embargo, las prin-
cipales inconsistencias encontradas fueron: a) la falta de una adecuada
409
coordinación federal, así como la consecuente desigualdad de gastos entre
estados y municipios; b) la rígida reglamentación y tutoría de las directi-
vas nacionales; y c) la creación de sistemas de evaluación que determinan
plazos para la aplicación de los recursos, bajo pena de devolución. Estas
situaciones suponen para ambos contextos, el brasileño y el mexicano, una
autonomía sub-nacional limitada en la utilización de los recursos y, por
ende, en el establecimiento de mecanismos efectivos de colaboración y
coordinación entre entidades gubernamentales.
La consideración más relevante del caso brasileño es el sólido papel
coordinador del orden nacional de gobierno, propenso a colocar a los go-
biernos municipales en el rol de implementadores antes que formuladores
de políticas públicas. A fines de los ochenta el final de la supremacía estra-
tégica del gobierno nacional fue la descentralización de algunas políticas
sociales, como vía factible de manejar las rig en un contexto caracterizado
por la fuerte desigualdad regional. No obstante, el equilibrio federativo si-
gue siendo una tarea pendiente pues en las dimensiones política, fiscal y ad-
ministrativa todavía hay procesos inacabados cuya consumación permitiría
alcanzar mayores grados de cooperación. Es importante recalcar que Brasil
se distingue de otras federaciones por el alto grado de heterogeneidad entre
las unidades territoriales, lo que complica aún más la tarea de equilibrar las
rig. La descentralización difícilmente puede ser revertida, debe ser condi-
cionante primaria de la cooperación intergubernamental.
En las políticas urbano-regulatorias los casos de México y Brasil son
muy similares: 1) el marco regulatorio es la base para la toma de decisiones
y su posterior implementación necesariamente coordinada; 2) los instru-
mentos de coordinación y cooperación generalmente son los planes, cuya
elaboración ha sido reforzada mediante instituciones participativas; y 3) la
instancia municipal ha ganado protagonismo, pese a ello, persiste la asime-
tría en capacidad técnica, administrativa y financiera. En Brasil ha destaca-
do el trabajo de las Conferências Nacionais das Cidades y del Meio Ambiente.
En suma, la presente obra colectiva llama a la reflexión ante la evidente
recentralización jurídica, política y administrativa acontecida recientemen-
te en el sistema federal mexicano. En comparativa, México ha observado
un desempeño federal desfavorable y aún así continua en contrasentido.
Desde la perspectiva del federalismo clásico, la recentralización aludida se
ha apoyado en un marco jurídico perverso. Por un lado, la competencia
genérica de los estados está constitucionalmente limitada. Por otra parte, la
coordinación impulsada por el resto de leyes federales satura y condiciona
las acciones de los gobiernos estatales. Para contrarrestar lo expuesto, se
deberá iniciar un proceso minucioso de análisis de atribuciones a la par
del modelaje de la capacidad administrativa estatal. El énfasis deberá darse
en la generación de recursos propios en medio de una sana compensación
con la programación de transferencias. Otra especial condición será nece-
sariamente infundir confianza en los ciudadanos mediante el combate de la
impunidad en gobiernos estatales y municipales.
410
Más allá de la perspectiva jurídica, este libro propone continuar con el
desarrollo de la asignatura política pendiente: las rig. De vuelta a la com-
parativa, es menester subrayar que en ambos países el estudio de las rig
se muestra inconsistente por razones muy distintas. En México las rig es
un campo disciplinar en construcción, la variedad de estudios al respecto
presentan tres clasificaciones: abordajes intuitivos más que acumulativos,
adaptaciones del enfoque clásico y visiones alternativas. Los programas aca-
démicos y los proyectos con ayuda federal han soslayado esa veta de estu-
dio. En Brasil la trama histórica pendular, centralización-descentralización,
hace que esa proposición teórica resulte incompatible por su simplificación
racional. Bajo otros enfoques, la coordinación vertical entre los gobiernos
estatales y el nacional se ha abordado en estudios de salud, educación y
asistencia social.
Por su parte, la coordinación horizontal brasileña se ha caracterizado por
la creación de una amplia gama de formas de asociacionismo municipal: con-
sorcios intermunicipales públicos y privados, organizaciones de municipios,
consejos de secretarios estatales y municipales, consejos de alcaldes, arreglos
productivos locales, comités de cuencas hidrológicas, coordinaciones o agen-
cias metropolitanas, regiones integradas de desarrollo, arreglos de desarrollo
de la educación o territorios de cooperación, territorios de la ciudadanía,
fórums federativos, entre otros. Como precariedad en uno de nuestros obje-
tos de estudio, las rig, el municipalismo brasileño ha sido un obstáculo para
el desarrollo de interacciones verticales al presentarse frecuentemente como
solución a los problemas del aislamiento local. Lo anterior ha sido posible
porque, si bien la Constitución de 1988 contiene una serie de incentivos para
construir un paradigma más cooperativo de federación, también cuenta con
mecanismos que favorecen una descentralización más autárquica y comple-
mentaria de los órdenes de gobierno.
411
Alejandro Alejo Pompilio Aguilar Miranda.
Doctor en Ciencias y Profesor de Tiempo Completo de la Universidad
Autónoma del Estado de México (uaem), con Reconocimiento de Perfil
Deseable por la Secretaria de Educación Pública (sep) del Gobierno Fe-
deral. Es autor de diversas publicaciones sobre políticas públicas y gestión
municipal. También, se ha desempeñado en diversos cargos en el ámbito
de gobierno municipal.
Correo electrónico: aaguilar@colpos.mx
412
Catarina Ianni Segatto.
Doctora y Maestra en Administración Pública y Gobierno, por la Fundación
Getulio Vargas (eaesp/fgv), y Licenciada en Administración Pública, por la
Universidad Estadual Paulista. Actualmente, es investigadora del Centro de
Estudios en Administración Pública y Gobierno de la Fundación Getulio Var-
gas de San Pablo (ceapg/fgv-sp), donde participa en investigaciones sobre
educación, burocracia, relaciones intergubernamentales y gobiernos locales.
Correo electrónico: catarina.segatto@gmail.com
Cibele Franzese.
Licenciada en Derecho, por la Universidad de San Pablo (usp); Maestra y
Doctora en Administración Pública y Gobierno, por la Fundación Getulio
Vargas, con una etapa de investigación realizada en el Centro de Estudios
del Federalismo, en la Universidad de Kent, Inglaterra. Profesora en la Es-
cuela de Administración de Empresas, de la Fundación Getulio Vargas, en
los cursos de Licenciatura en Administración Publica y Gobierno, y en la
Maestría Profesional en Gestión de Políticas Públicas. Fue Secretaria Ad-
junta de Gestión Pública y de Planificación y Desarrollo Regional del Go-
bierno del Estado de San Pablo.
Correo electrónico: cibelefranzese@gmail.com
413
Fermín Leonel Reyes.
Licenciado en Economía por la Universidad Nacional Autónoma de México
unam. Maestro en Ciencias Económicas por el Instituto Politécnico Nacio-
nal, ipn. Especialidad en Sistemas de Información Geográfica por la Uni-
versidad Autónoma del Estado de México uaem. Profesor de Asignatura en
las Licenciaturas en Ciencias Políticas y Administración Pública y la Licen-
ciatura en Psicología del Centro Universitario Zumpango de la Universidad
Autónoma del Estado de México.
Correo electrónico: fleonelr@gmail.com
415
Luciana Paes Elmais.
Licenciada en Administración Pública, por la Fundación Getulio Vargas
(fgv-sp), e investigadora en el Centro de Administración Pública y Go-
bierno de la misma institución.
Correo electrónico: lucianaelmais@gmail.com
Martina Bergues.
Licenciada en Ciencias Sociales en la Universidad de San Pablo (usp) y en
Relaciones Internacionales por la Pontificia Universidad Católica de San
Pablo (puc-sp). Actualmente es alumna de Maestría en Administración
Pública y Gobierno en la Fundación Getulio Vargas (fgv), donde estudia
temas relacionados a la burocracia, relaciones intergubernamentales y fede-
ralismo. Es gestora de políticas públicas en la Municipalidad de San Pablo.
417
Ricardo Carneiro.
Doctor en Ciencias Humanas: Sociología y Política, por la Universidad
Federal de Minas Gerais, Master en Economía y Matemático. Además, es
Profesor e investigador de la Escuela de Gobierno Profesor Paulo Neves de
Carvalho, de la Fundación João Pinheiro (fjp), ha participado en progra-
mas de pregrado y postgrado en Administración Pública en esa institución.
Correo electrónico: ricardo.carneiro@fjp.mg.gov.br
Rafaella Lopes,
Licenciada en Administración Pública, por la Fundación Getulio Vargas
(fgv-sp), e investigadora en el Centro de Administración Pública y Go-
bierno de la misma institución.
Correo electrónico: mlopesrafaella@gmail.com
418
Índice
Presentación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 7
Mauricio Valdés Rodríguez
419
La implementación del gasto intergubernamental en México:
discrecionalidad, resultados e impactos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 221
Jaime Espejel Mena y Fermín Leonel Reyes
Conclusiones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 407
Joel Mendoza Ruiz y Eduardo José Grin
420