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Para comenzar con la implementación de un sistema de gestión como la norma

ISO 9001, es necesario contar con la aprobación y el apoyo de la dirección. El


compromiso de la dirección es primordial para el éxito de la implementación.

Una vez que tenemos el apoyo de la alta dirección, para trabajar correctamente
con la norma ISO 9001 necesitaremos contar con un equipo o persona encargada
de la calidad, que se ocupe de elaborar y seguir los planes de trabajo, determinar
todas las necesidades de capacitación, motivar al personal mediante una
adecuada comunicación interna, así como medir e impulsar la mejora continua del
sistema, entre otras funciones.

Durante la primera etapa es necesario que se determine la situación actual de la


empresa, normalmente se sugiere que sea mediante la realización de una
auditoría de diagnóstico, la cual nos ofrecerá las bases de la norma ISO 9001 y
saber hacia dónde ir. Seguidamente es bueno definir los objetivos y el alcance
para el Sistema de Gestión de Calidad. Durante esta etapa es muy importante
hacer un análisis del contexto de la empresa, así como establecer las necesidades
y expectativas de las partes interesadas. El diagnostico puede ser ejecutado
mediante un personal interno, si se cuenta con la experiencia y el conocimiento
necesario, o con la ayuda de consultores expertos.

Una vez que se haya definido el alcance se tiene que establecer una política y los
objetivos de calidad de la empresa, los cuales deben ser compatibles con el
contexto y la dirección estratégica de la empresa, además deben estar orientados
a incrementar la satisfacción del cliente.

Se procede a la identificación de las actividades de la empresa y la descripción de


cada proceso, las actuales y los necesarios para el Sistema de Gestión de
Calidad, describiendo las características de los procesos:
 Quién es el dueño?

 Quiénes participan en el proceso?

 Quién es el cliente?

Se identifican las entradas, las salidas, qué actividades forman el proceso, los
recursos necesarios, los riesgos y oportunidades asociadas, mecanismos de
control, así como las necesidades de documentación y sus interacciones con otros
procesos.

Una vez desarrollado y estructurado todo lo anterior, se pone en marcha la etapa


de implementación, en la que se despliegan los elementos del sistema de gestión
y se lleva a cabo el seguimiento, la medición, el análisis y la evaluación de cada
uno de los procesos identificados, buscando siempre todas las oportunidades de
mejora de la efectividad de cada proceso. Es importante conservar toda la
información documentada generada, ya que es la evidencia a mostrar en una
eventual auditoría de certificación. Es muy recomendable elaborar un plan de
implementación en el que se detallen, las actividades requeridas, fechas y
responsables para cada requisito de la norma ISO 9001.

Tendremos que realizar de forma periódica auditorías internas, para ver cómo se
encuentra funcionado el sistema y detectar posibles fallas y oportunidades que
permitan el crecimiento del mismo. Los resultados de las auditoras internas deben
ser revisados por la dirección y tienen que establecer las acciones correctivas
necesarias para solucionar los desvíos detectados.

Implantar un Sistema de Gestión de Calidad no implica necesariamente la


certificación. Si la organización quiere hacerlo, este proceso implica una auditoría
oficial por un ente certificador, después de las etapas anteriormente descritas se
tienen que contactar para hacer la solicitud formal e iniciar el proceso de
certificación.

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