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La pobreza y la felicidad

Mi planta de naranja lima tiene como protagonista a Zezé un niño de 5 años con
nacionalidad brasileña.
Su historia comienza tras al mudarse a una nueva casa, en la cual los hermanos
escogen un árbol para cada uno. A Zezé, por ultimo le tocó una diminuta planta de
naranja lima que nadie quería. Lo que nadie sabía era que aquella planta de naranja
lima iba a acompañar a Zezé a miles de aventuras.
La familia de Zezé es una familia de humildes habitantes de las favelas de Brasil en
donde la pobreza allí es extrema, a pesar de la pobreza y dificultades que se encuentra
Zezé, él es un niño fascinado por aprender cada día más con la ayuda de su abuelo
Edmundo y otros personajes que va encontrando tras el transcurso de la obra.
El autor nos cuenta la historia desde el punto de vista de Zezé, la vista de un niño de 5
años inocente, alegre y con un corazón hermoso. La obra no parece para nada artificial
sino por todo el contrario, muestra una excelente realidad que explica los
pensamientos y por qué Zezé hace lo que hace.
Zezé sin duda es un niño extraordinario que puede llegar a ser muy travieso hasta
trabajar muy duro para comprarle una cajetilla de cigarros para su padre. A pesar de
que todos creen que Zezé tiene el demonio adentro, es capaz de demostrar una
ternura con cada acto que hace, por ejemplo: regalándole una flor a su desconsolada
maestra o inventar todo un mundo de aventuras con tal de entretener a su hermano
menor.
Todo esto el autor lo consigue con una prosa sencilla, en la que toman especial
importancia los diálogos, que se gravan en la memoria por su mezcla entre inocencia y
sinceridad. Vasconcelos crea una novela exenta de barroquismos y complicaciones,
que precisamente por eso es tierna y delicada. Nada parece artificial, todo es natural
como la vida misma. Nos deja un sabor agridulce: un lado dulce por la fascinante
historia en sí. Del otro, lo triste de la pobreza y el cómo algunas personas no pueden
permitirse comprar ni si quiera un regalo para navidad.

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