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ETICA PROFESIONAL

Al hablar de ética profesional, hacemos referencia a los valores que han de regir en el
ejercicio de una profesión. Muchos de estos valores son reconocidos de modo general y
no han de aplicarse tan sólo en el campo laboral: la honestidad, por ejemplo, debe de estar
presente en la vida diaria de un individuo tanto como en su vida profesional. El
compromiso, la puntualidad y el respecto han de estar presentes también no sólo en el
campo laboral, si no en todos los aspectos de la vida cotidiana.

Para hablar de ética profesional, hay que ser conscientes de que el cliente, cuando contrata
al arquitecto, lo hace con la confianza de que está contratando a un especialista, capaz de
resolver un problema que él, la mayoría de las veces es incapaz de resolver. Por lo tanto,
al realizar el contrato el cliente espera del arquitecto que éste ponga al su servicio todos
los conocimientos y habilidades que su formación le ha proporcionado; el arquitecto, por
su parte, debe comprometerse con el cliente a dar satisfacción a las necesidades que éste
le presente, y a hacerlo cuidando no tan sólo su propio interés como profesional, sino
también el interés de su cliente: en este punto, la honestidad en el arquitecto obliga a éste
a decir al cliente lo que más le conviene, dejando a un lado propio interés.

El compromiso del arquitecto no puede ser tan sólo con el cliente, o con su propio
beneficio. El compromiso del arquitecto debe ser también un compromiso contraído con
la arquitectura misma: debe hacer el compromiso de que, con su trabajo, el acervo
arquitectónico se acrescente y dignifique. Por el contrario, el arquitecto ha de evitar
incurrir en errores que resulten en un desmerecimiento de la arquitectura. Un ejemplo de
esto lo vemos cuando los arquitectos proyectan edificios sin tener en cuenta las
necesidades del cliente, ni las reglas de la estética o la valoración de la arquitectura. En
este caso, desgraciadamente muy corriente, la labor arquitectónica no existe; el proyecto
será una edificación, ciertamente, pero una que no puede considerarse verdadera
arquitectura.

APRECIACIÓN:

La ética profesional es indispensable en el desempeño profesional de cada persona, esta


tiene que ir de la mano con los valores éticos de cada persona. Desempeñando así una
correcta e impecable labor profesional.

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