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Preso de la vida

Como olvidarme de vos, Rodri, como olvidarnos de vos. Cuando íbamos al jardín, que eras siempre el mas
inquieto, el que andaba con el guardapolvo desprendido y todo sucio, porque jugabas al fútbol con los mas
grandes y en el areno con nosotros. Cuando te mandabas alguna la seño te intentaba retar pero tus ojos
chinos y verdosos podían a cualquiera. Como a Sami, en la secundaria, que no dejaba de hablar de vos. Si
no era por tu pelo castaño y despeinado, era por tus paletas separadas o tu forma de ser, como si no
existiese el tiempo en tu vida. Tu presencia cambiaba el mundo de quienes te rodeábamos.

Hoy te vi y se que vos a mi también. Soy, Manuel, tu amigo y compañero de banco desde sala de 3 a quinto
año. Me di cuenta que ya no eras vos o no te dejaban ser vos. Después de la fiesta de egresados nadie te
volvió a ver ni a saber nada de vos. Ese Rodrigo que todos conocíamos y queríamos ya no existía. Puede ver
el brillo de tus ojos cuando me miraste y ya no era el mismo que antes. Tu uniforme bien planchado y
estirado, tu pelo corto casi rapado que apenas se podía ver por la gorra verde que llevabas puesta,
combinada con el resto de tu ropa.

Y fue ahí cuando me di cuenta de porque habías cambiado de esta forma. Te reencontraste con tu papá, que
volvía del servicio militar. Era el que te decía que no era necesario caerle bien a todo el mundo. Pero a vos
te salia ser así, porque no buscabas que te quieran. Solamente eras vos y eso a tu papa no le gustaba. Para
el tenias que ser una persona desconfiada y solitaria, no tenias que encariñarte con nadie, porque al final
todos se iban. Pero el único que se fue siempre de tu vida era el. Y ahora volvió, pero no para estar con vos,
sino para hacerte un preso de la vida. Sé que de alguna forma ese rodri de antes sigue latiendo dentro tuyo
y espero que pueda renacer cuanto antes. Porque nunca nadie va a olvidarse de vos.

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