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EFICIENCIA ENERGÉTICA

Al igual que ocurre con otros recursos productivos (trabajo, capital, recursos hídricos, etc.)
la eficiencia en el ámbito de la energía se refiere a la relación entre los resultados obtenidos
y los recursos, en este caso energéticos, utilizados para su consecución. En términos
macroeconómicos, la eficiencia energética se analiza a través del concepto de intensidad
energética, que se calcula como el cociente entre el consumo energético de una economía
y su producto interior bruto (PIB). Es decir, muestra la cantidad de energía necesaria para
producir una unidad de PIB en la economía.

Para abordar la eficiencia energética se requiere hacer cambios de carácter normativo y


reenfocar la forma como los usuarios finales y sus redes gestionan el uso de la energía. Es
preciso adoptar modelos de distribución cuyos ejes fundamentales sean las energías
renovables y las tecnologías de ahorro y eficiencia. Estos conceptos requieren un nuevo
sistema de distribución que responda con mayor precisión y flexibilidad a los cambios de la
gestión de la demanda de energía y un cambio en el concepto de la red unidireccional, es
decir, lograr que las redes sean “más inteligentes”.

LA EFICIENCIA ENERGÉTICA Y LOS RETOS DEL MODELO ENERGÉTICO.

La eficiencia energética puede contribuir de forma decisiva a la lucha contra el cambio


climático, a la mejora de la seguridad energética y de la competitividad. Incluso se plantea
por parte de los gobiernos recientemente como un importante dinamizador del desarrollo
económico y el empleo.

Muchos son los beneficios tangibles de la implementación de proyectos de eficiencia, entre


los cuales se destaca la contribución a la seguridad energética y alivio de precios; mejora
de la competitividad de la economía; introducción de nuevas tecnologías; creación de
nuevos empleos; reducción de las facturas de energía de los usuarios finales y de los
subsidios del gobierno a la energía; reducción de los costos de generación mediante la
reducción de la carga de punta y la inversión diferida en generación de energía y reducción
de las emisiones de GEI.

Entre muchos estudios y propuestas, propone que la Eficiencia Energética en las ciudades
puede ser impulsada por:
1. Imposición de normas restrictivas o incentivos

2. Mejora en la movilidad urbana

3. Etiquetado de los equipos electrodomésticos

4. Modernización de edificios viejos

5. Modernización de equipos e instalaciones de alumbrado público y saneamiento

6. Tratamiento de residuos sólidos

¿COMO PODEMOS AHORRAR ENERGIA? SOLUCIONES A LA EFICIENCIA


ENERGÉTICA

Debemos ser conscientes que para producir energía tenemos que utilizar recursos
naturales muy preciados, como el carbón, el aceite, el gas…etc. Recursos que hay que
intentar conservar lo más posible, ya que son recursos que nuestro planeta nos da, pero
que no debemos agotar y es nuestro deber saber administrar para que futuras generaciones
puedan vivir también de ellos.

Hay muchas y diferentes maneras en las que podemos ayudar a ahorrar energía. En
internet hay un montón de páginas web que te dan cientos de ideas sobre hábitos
saludables que podemos poner en práctica a diario para ahorrar energía y que están al
alcance de nuestra mano. Solo es cuestión de concienciarse y no olvidarnos de ello. A
continuación, os mencionaremos unas cuantas prácticas que puedes llevar a cabo para
contribuir tanto a tu bolsillo como a la conservación del medio ambiente y ahorrar energía
hasta en un 30%:

1. TRANSPORTE PUBLICO O BICICLETAS: Utilizar el transporte público o las bicis


hace que se emitan menos gases nocivos a la atmósfera producido por los vehículos
a motor.
2. RECICLAJE: Recicla todo lo que compras para ti y para tu casa. Bolsas de plástico,
tetra briks, latas, vidrio para que pueda ser reciclado y pueda volver a usarse.
Reutiliza tú mismo todo lo que puedas antes de tirarlo a la basura como, por ejemplo,
las bolsas de los supermercados.
3. AISLAMIENTO DE VIVIENDAS: Si tenemos pensado reformar nuestra vivienda
intentar escoger siempre materiales aislantes para las paredes, así como ventanas
aislantes (ventanas de doble cristal, de pvc) ya que el consumo en calefacción es el
que más se dispara en las viviendas. Poner termostatos en casa ayuda a que se
regule el uso de la calefacción.
4. SOL: Debemos aprovechar al máximo la energía que nos proporciona nuestro
preciado astro el Sol, la energía solar. Por ejemplo, en lugar de utilizar una secadora
eléctrica para secar nuestra ropa, colguémosla al aire libre en los días de sol. Utiliza
el sol también para dar luz a tu casa. Si puedes evitar encender las luces, mejor. Si
además también podemos instalar en nuestra vivienda paneles solares nos
proporcionará otro gran ahorro, ya que utilizaremos la energía solar para calentar
nuestra agua, calentar nuestro hogar…etc.
5. BOMBILLAS: Utiliza siempre bombillas de bajo consumo o sustitúyelas por
bombillas LED que duran mucho más que las bombillas tradicionales y que las de
bajo consumo. Apaga siempre las luces cuando salgas de una habitación. Cuando
veas la televisión, leas un libro, etc. aprovecha siempre las luces de lamparitas que
tengas cerca. Las luces generales de una habitación consumen mucha más energía
que las lámparas para leer.
6. EQUIPOS ELÉCTRICOS. No dejes nunca conectados ordenadores, televisores,
cargadores, reproductores de DVD, etc. Aunque no los estés utilizando, si los tienes
enchufados, estos equipos eléctricos están siempre en modo Stand By y siguen
consumiendo energía.
7. CALEFACCION: Nunca abras las ventanas con la calefacción puesta. No pongas
elementos encima de la calefacción que pueda impedir que el calor se distribuya
bien en el hogar. Utiliza siempre termostatos para regular tanto la temperatura como
el tiempo que pones la calefacción. Una temperatura superior a los 20 grados
centígrados se considera un abuso. Si tienes una casa o un piso grande, evita utilizar
aquellos radiadores que los espacios en los que no estés.
8. ELECTRODOMÉSTICOS: Fíjate siempre en las etiquetas de los electrodomésticos
que compres. Todos nuestros electrodomésticos tienen un etiquetado energético.
Es una pegatina que lleva cada electrodoméstico que nos informa del consumo de
energía de dicho electrodoméstico. En estas etiquetas veremos diferentes letras A
– B – C – D – E –F –G. Todos aquellos electrodomésticos con las letras A-B-C tienen
un bajo consumo de energía. Las letras D y E son de consumo medio de energía y
las letras F y G son de consumo alto de energía. Es decir, un frigorífico de clase A
quiere decir que ese frigorífico consumirá mucha menos energía que el de clase D
o G dándonos el mismo servicio. Siempre debemos comprar electrodomésticos con
la letra A, B o C. Fíjate en la imagen de más abajo donde verás las letras de la
eficiencia energética.

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