Dada la escala de la operación, los impactos en Yanacocha son de una
dimensión significativa. El mayor impacto ambiental es la remoción de suelo y vegetación que se ha producido a lo largo de los últimos años en enormes extensiones de páramo – jalca. Las afectaciones de esta remoción extensiva son múltiples pues afectan de forma contundente la biodiversidad, el régimen hídrico de la región y el paisaje. Las afectaciones en términos de pérdida de biodiversidad, alteración de dinámicas hidrológicas y degradación de funciones asociadas a los suelos paramunos producen comprensibles inquietudes en cuanto a la capacidad del ecosistema para la prestación de servicios ambientales. A esto se suma el riesgo de derrames de metales pesados y otras sustancias con afectaciones sobre cuerpos de agua y la salud humana. Tema muy sensible que ya ha ocasionado una dolorosa experiencia en el caso de Yanacocha. El Estudio de Impacto Ambiental cobijó una buena parte de los impactos potenciales y planteó numerosas medidas de protección y mitigación. En general, se puede decir que, consecuente con el tamaño y costo de la operación, la minera ha invertido recursos importantes en estos temas. Sin embargo, más allá de las buenas prácticas, de la disciplina y orden en las operaciones y de las estrictas medidas de seguridad ambiental, los impactos están allí. El desafío ahora consiste en asegurarse de que la revegetación al cierre de las minas se esté llevando a cabo de manera efectiva, no simplemente en términos de reponer un manto verde, sino de recuperar los valores y funciones del ecosistema. En el frente social, las afectaciones son múltiples y de hecho han generado un clima social delicado en Cajamarca frente a la mina.