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MITOS Y LEYENDAS DE TABASCO

EL VAQUERO FANTASMA

"Se contaba que el vaquero fantasma era el alma en pena de un ladrón de ganado
que arruinó a un viejo hacendado con sus robos, por lo que fue muerto de una
lanzada por uno de los hijos del anciano arruinado, y se cuenta que desde la
noche siguiente del trágico suceso, comenzó a recorrer las sabanas y los caminos
solitarios el alma del muerto, tomando la apariencia de un jinete misterioso."

Con el tiempo, la leyenda se fue olvidando, casi nadie se acuerda de ella, pero la
verdad es que el jinete fantasma continúa diariamente recorriendo todos los
caminos de nuestra tierra. Unas noches ronda por la Región de los Ríos; otras, por
la Chontalpa o la Sierra; y la mayor de las veces, por el Centro. De quienes se han
topado con él, automovilistas, camioneros o motociclistas que viajan por las
noches, muchos no han vivido para contarlo. Se dice que, de improviso, el jinete
atraviesa la carretera o el camino, haciendo que el conductor del vehículo frene y,
si viaja sobrio, al sobresaltarse exclame frases como: "¡Dios mío!", "¡Ave María
Purísima!" o "¡Jesucristo mi salvador!", la cosa no pasa del susto.

Si por el contrario, maneja ebrio y al ver al jinete aquel, suelta toda clase de
improperios y maldiciones, el vaquero fantasma se para frente a él con ojos
centelleantes y carcajeándose en forma demoniaca, por lo que presa del terror el
viajero acelera enloquecido, terminando su vertiginosa carrera contra un árbol u
otro vehículo, perdiendo la vida.

Nadie lo ha visto, pero se asegura, que el vaquero fantasma se acerca al vehículo


accidentado y se lleva en ancas el alma del fallecido. ¿Verdad?, ¿mentira? Pero,
si usted tiene que viajar esta noche por carretera, es mejor que no tome y se
encomiende a Dios, no vaya a toparse con él."

Por: Ramón Mendoza Herrera

LA MUJER DE LA SERPIENTE

En la plazuela conocida como de La Concepción, que hace muchísimos años


formaban las calles Vicente Guerrero e Independencia, del viejo barrio de La
Punta en la ciudad de Villahermosa, vivió una señora llamada doña Beltrana,
madre de una joven de nombre María Violeta, quien era ligera de cascos, por lo
que su madre la castigaba a punta de latigazos cuando volvía a casa después de
sus nocturnas correrías, sin que lograra encaminarla por la senda de la
honestidad.
Una noche que María Violeta regresó a su hogar sin haber saciado sus apetitos
sexuales, cuando la madre se disponía a imponerle el castigo de rigor, se rebeló
contra ella y arrebatándole el látigo se dispuso a usarlo en su contra, pero ante
sus aterrorizados ojos y los de su madre, dicho látigo se convirtió en una enorme
serpiente que se le enroscó en el cuerpo, quebrándole todos los huesos a su
prostituido cuerpo, al que dejó hecho una masa informe y ensangrentada; y
reptando, se sumergió en las aguas del cercano río Grijalva donde desapareció.

Ante aquel hecho sobrenatural, doña Beltrana quedó muda de espanto y así vivió
durante varios meses, pero antes de morir recobró el habla y pudo confesar la
causa de la muerte de su hija, a la que la gente del barrio de La Punta, le llamó
desde entonces, "la mujer de la serpiente".

Moraleja: todos, hijos e hijas debemos portarnos bien, respetar siempre y nunca,
por ningún concepto, levantar la mano contra nuestros padres, pues la serpiente
de esta leyenda vive en el cauce del río Grijalva y puede volver a salir, para
ajustarle cuentas a los malos hijos.

Por: Ramón Mendoza Herrera

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