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CRrTER/OS, La Habana, N" 31, 1-6/1994

MUAÍL e- CONCEPCIONES
~ BAJTÍN DE LA INIERTEXTUALIDAD-
Sexto Encuentro lntenwcional Mijaa Bajten MANFRED PFISTER
Ciudad de México 5- 9dt Julio de 1993
(Alemania)

EDICiÓN ESPECIAL DE CRITERIOS


Gracias a la colaboración de la
Universidad Autónoma Metropolitana-Xochimilco de México,
se publicó y lanzó en el Encuentro, que por primera vez tuvo
lugar en nuestra América, un número especial de nuestra re-
vista, enteramente dedicada al legado del gran sabio ruso y
a sus grandes temas. He aquí su contenido:
INTERTEXTO UNIVERSAL VS. INTERTEXTUALlDAD ESPEcíFICA
MIJAíL M. BAJTíN I PÁVEL N. MEDVEDEV (Ru.ia)
la evaluación social, su papel, .1 enunciado concreto y la construcción
poéllica
No podemos ni queremos escribir aquí ninguna historia cronológica-
MIJAiL L. GASPAROV (Ru.ia) mente ordenada de las investigaciones Y la teoría, sino que tratare-
M. M. Bojtin en la cultura rUla del siglo XX mos de delimitar y coordinar las posiciones esenciales dentro de este
• -TEFAN ZÓLKIEWSKI (Palania) debate, para de ahí poder entonces sacar consecuencias poro nues-
Bajtín y .1 problema fundamental d. lo semiótica tra propia conceptualización de la intertextualidad. Queremos, pues,
RENATE LACHMANN (Alemania)
a1 extraer las consecuencias de nuestro tema para nuestro propio
Dialogicidad y lenguaje poético
WLAD GODZICH (Suiza) discurso, relacionar entre sí dialógicamente los distintos puntos de
0.1 Irane. gnos.ológico a lo praxis postrevolucionaria: Bojtín y los in- vista sobre aspectos parciales de la intertextualidad Y no presentar
t.r<Jccione. ¡nlarculturales simplemente breves caracterizaciones aisladas de los mós importan-
HEINRICH PLETT (Alemania) tes teóricos de la intertextualidad dispuestas en sucesión histórico.
Intertextualidode.
Como esquema de ordenamiento utilizaremos una categorización de
RYSZARD NYCZ (Palania)
la intert.xtualidad y sus esf.ros: textos, géneros y mundos la Kristeva, que distingue entre una dimensión horízontal, en la que
IURI M. LOTMAN (E.tania) el texto es referido al sujeto del modo de escribir y a los destinata-
El texto en .1 t.xto rios, y uno dimensión vertical, en la que el texto se orienta al corpus
Acerca d. la semiosferQ literario precedente o sincrónico.! Al hacerlo, somos conscientes de
VIACHESLAV V. IVANOV (Ru.ia)
El filme en .1 filme
que esto no puede ser más que un esquema muy provisional que es
PAVAO PAVLlCIC (Craacia) desconstruido por las implicaciones más radicales de la propia teoría
La intertextuolidod moderna y lo podmoderna de la intertextualidad. Dentro de esas dos dimensiones de autor/re-
LINDA HUTCHEON (Canadá)
1 Sémeiotiké: Recherches pour une sémanalyse, París, 1969, p. 145; en a'emán, en:
La pot¡tica de la porodio pO$moderna -8achtin, das Wort, der Dialog und der Roman-, J. Ihwe, ed., literaturwissenschaft
UNA RESTROSPECTIVA DE CRITERIOS; DE 1992 A 1972 und linguistik, Frankfurt, 1972, 11I, p. 347.
* Unidades 2 y 3 del artículo -Konzepte der Intertextualitat-, en: Intertextualitot. For·
men, Funktionen, anglis1ische Fallstudien, Tubinga, Mox Niemeyer Verlag, 1985,
pp. 11-30.

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86 Manfred Pfister Concepciones de la intertextuaUdad 87

ceptor y texto/pre-texto, partiremos en cada ocasión de las concep- dad las "dependencias entre producción a recepción de un texto da-
ciones más vastas y entonces les opondremos concepciones más es- da y las conocimientos de los participantes de la comunicación sobre
trechas y precisas. otras textos", y ha deducida del "concepto misma de la textualidad" el
postulada de la "investigación de la influencia de la intertextualidad
como una inspección del proceder de las actividades comunicativas
1. Texto y pre-texto en su conjunto 6 Al condicionarse así mutuamente textualidad e in-
ll

tertextualidad, para el texto individual vale la siguiente: "No hay


la teoría de la intertextualidad es la teoría de las relaciones entre texto que no sea intertexta" (Charles Grivel), o en una formulación
textos. Eso no se discute; se discute, sin embargo, qué tipos de re- aún mós acentuada: "El texto no es un objeta autónomo o unificado,
laciones deben ser comprendidas en ella. Y según cuóntos se com- sino un conjunto de relaciones can otras textos. (...) Toda texto es
prendan en ella, la intertextualidad aparece coma una ~iedad de intertexta" (Vincent B. l.eitch].? Esta concepción del texto como inter-
los textos en generala como una propiedad específica de determi- texto tiende a disolver el texto coma unidad e identidad cerrada:
nados textos o clases de textos. aunque esté cerrada en el plano sintagmótica, en el plana paradig-
la concepción mós amplia y mós radical en sus implicaciones pa- mática de la relación con otros textos está liberada de su carócter
ra la teoría del texto parte de que en la comunicación no hay tabula limitado. la consecuencia de ello, la negación de la existencia de las
rosa, de que el espacio en el que un texto individual se inscribe, textos individuales, la extrae, par ejemplo, Harold Bloom, cuando es-
siempre es yo un espacio escrito. Todo texto es reacción a textos tablece "que no hay textos, sino sólo relaciones entre textos".8
preceder.fes, y éstos, a su vez, son reacciones a otros, y así sucesi- A esta idea de un intertexto universal corresponden, del lada de
vamente en un regressus ad in{initum -todo texto, es decir, Ino sólo los otros textos que existen antes del texto, estructuras textuales, có-

l
el texto literario o el texto literario moderno o el texto "dialógico" en digos y sistemas de significación, de modo que ya tampoco aquí se
el sentido de Bajtín, sino también todo texto discursiva-crítica y todo pueden aislar pre-textas individuales. "Yeso es realmente el inter-
enunciado del habla normal y cotidiana! Todo objeto al que un texto texto:", escribe Barthes en le plaisir du texte, "la impasibilidad de
pueda referirse, siempre es ya un objeta del que se ha hablada a se vivir fuera del texto infinita -sea éste Proust, a el periódico, o la
ha escrito, y cada uno de sus elementos estructurales, desde las pa- pantalla de televisión".9la elección de los ejemplos debe dejar claro
labras, pasando por la sintaxis, hasta determinados modelos de que aquí ya no estón privilegiados las textos de la alta literatura, y
especies de textos y propiedades generales del texto, na le pertene- ni siquiera los textos verbales, sino que también los textos multime-
ce solamente a él, sino que lo comparte con otros, en más de un diales o no-verbales pueden ser igualmente pertinentes. Él subraya
respecto con todos los otros textos. Así, para Roland Barthes, todo eso también en su autopresentación ficcionalizada, Ra/and Bar-
texto es uno "cámara de ecos",2 y el mismo estado de cosas lo for- thes par Ra/and Barthes, al señalar con énfasis la importancia de tex-
mulan otros críticos en una argumentación apodíctico desprovista de tos na-poéticos, y hasta textos triviales, para el juego intertextual:
metóforas: todo texto es, según Michael Riflaterre, "un conjunto de "El intertexto no abarca solamente textos escogidas can delicadeza,
presuposiciones de otros textos",3 y por eso, para él, "la idea misma amados en secreto, libres, discretos, generosos, sino también textos
de textualidad [es] inseparable de la intertextualidad y está basada . comunes, triunfantes." 10 Y este intertexto como espacio que el nuevo
en ella".4 Janathan Culler parte de "la naturaleza intertextual de to- ,:
6 R.-A. de B.augrand./W. U. Dreesler. finführung in die Textlinguistik, Tubinga,
da constructo verbal",s y también la lingüística del texto se ha 1981, pp. 188y215.
adherido entretanto a este axioma, ha definido como intertextuali- 7 Ch. Grivel, "Theses préparatoires sur les intertextes", en: R. lachmann, ed., Dia/ogi-
zitat, Munich, 1982, pp. 237-248, aquí: 240, y V. 8. leitch, Deconstrudive
2 Roland 8arthes par Roland 8arthes, París, 1975, p. 78 (N. del T.: Aquí y en adelan- Criticism: An Advonced Introdudion, londres, 1983, p. 59.
te el autor cita d.~rectamente en la lengua del respectivo originaL); en alemán, en:
Ro/and 8orthes: Uber mich selbst, trad. de J. Joch, Munich, 1978, p. 81. 8 A Mop of Misreading, Nueva York, 1975, p. 3.
3 "la syllepse intertextuelle", Poétique, nO 40, 1979, pp. 496.501, aquí: p. 496. 9 Le p/aisir du texte, París, 1973, p. 59; en alemán en: Die tust am Yext, trad. de T.
Konig, frankfurt am Main, 1982, p. 53 Yss.
4 "Syllepsis", Criticollnquiry, n" 6, 1980, pp. 625·638, aquí: p. 625.
SThe PursuitofSigns, landres, 1981, p. 101. 10 Ro/and Barlhes por Ro'ond Barlhes, p. 51; en alemán en: Über mich se/bst, p. 52.
88 Manfred Hister Concepciones de la intertextualidad 89
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texto comporte con el ajeno y preexistente, de""ene uno especie de Aquí no se habla ya en general de textos, sino expresamente de tex-
'nube de sonido' que todo texto, al te¡er, emplea a manera cM un se- tos literarios, y una restricción o facalización semejante ha de ser '0-
dudar canto de sirena, pues 'el intertexto no es necesariamente un brentendida a menuda en otras definiciones del texto como
campo de influencias; es mós bien una mOsica de figuras, de metá- intertexto. Eso es aplicable, por e¡emplo, a Harold Bloom, que por
foras, de pensamientos-polabras; es .1 significante como sirena'. 11 texto siempre entiende implícitamente el texto poético y en más de
Lo que en Barthes es evocado rapsódicamente, en otro. teóricos una ocasión también subraya eso explícitamente:
suena tal vez más fria, pero encierra lo mi.mo: en todo texto .e ins-
criben las huellas --por muy vagas y borrosas que sean- del Pocas ídeas son más difíciles de disipar que la 'didada por el
universo entero de los textos, del "texto general' en el que, para De- sentido común" de que un texto poético es independiente, de
rrida, se ha disuelto la realidad, o, como dice Charles Grivel en una que tiene un significado o significados averiguables sin refe-
metáfora que recuerda a Borges, 'la Biblioteca general'.12 Así, pre- rencia a otros textos poéticos. (oO.) Desgraciadamente, los poe-
texto de todo texto individual es no sólo el conjunto de todos los mas no son cosas, sino solamente palabras que se refieren a
textos ren el má. amplio sentido), sino, además, el conjunta de to- otras palabras, y aquellas palabras se refieren a otras pala-
dos los códigos y sistemas de sentido en que se basan esos textos. bras todavía, y así sucesivamente en el mundo densamente
Esta concepción global de un intertexto infInito se ve restringida superpoblado del lenguaje literario. Todo poema es un inter-
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allí donde se la reclama ante todo para lo. textos Jiterorios o poéti- poema, y toda lectura de un poema es una inter-lectura.
cos y de esa manera se la define como lo espeCÍfico de la
literariedad o la poeticidad. Precisamente en la obra de arte verbal En Bloom, el intertexto permanece, pues, en el dominio de la litera-
.e condensaría esa intertextualidad universal, yeso condensación tura y la poesía, tanto el texto como los pre-textos son textos poéti-
sería una cualidad diferencial del lenguaje hiperconformado estéti- cos, y, añadirá el conocedor de los trabajos de Bloom, no
camente. Una definición así de la obra literaria como constructo simplemente textos poéticos, sino los grandes poemas canonizados
intertextual es la que ofrece, por ejemplo, Lourent Jenny: de una tradición, que se inscriben unoS en otras al tratar de desalo-
jarse unos a otros. Esa misma restricción a los intertextos literarios
Fuera de la intertextualidod, la obra literaria sería llana y sim- se halla en lo base de la mayorfa de los análisis concretos existentes
plemente imperceptible, de la misma manera que la palabra sobre la intertextualidad, sea simplemente en virtud de la elección
de una lengua aún desconocida. De hecho, sólo aprehende- del objeto, o sea por razones de principio en las que más adelante
mos el sentido y la estructura de una obra literaria en su rela- entraremos.
ción con arquetipos, abstraídos, a su vez, de largas series de Mientras que en Jenny y Bloom todo texto literario tiene sus pre-
textos de los que son en cierta manera la invariante. Esos ar- textos a su vez literarios, Michael Rifaterre, por ejemplo, parte
quetipos, nacidos de otros tantos "gestos literarios', codifican también, es cierto, de una intertextualidad general de las textos
las formas de uso de ese 'lenguaje secundario' (lotman) que poéticas, cuando escribe que "el poema está compuesto de textos,
es la literatura. Con los modelos arquetípicos, la obra literaria de fragmento. de textos, integrados, con o sin una conversión, en
entra siempre en una relación de realización, de transforma- un nuevo sistemall , eero, pora él, los precedentes pre-textuales no
ción o de transgresión. Y, en gran medida, es esa relación lo están restringidos atl.Qominia de la literatura y la poesía. Sus "hipo-
que la define. 13 gramas", a los que un texto se refiere, sólo en casos excepcionoles
san textos literarios; en la mayoría de los caso...on presuposiciones
textuales o clichés, y pueden ser 'potenciales, Ypor ende observ-
ables en el lenguaje, o aduales, y par ende observables en un texto
11 Ibídem, p. 148; en alemán, p. 158. anterior 15
l

12 Ch. Grivel, '"Th•••,·, p. 245.
13 -la stratégi. d. Ja forme-, P04f1qu., nO 27, 1976, pp. 257-281 ¡aquí: p. 257. 14 Poefry ond Repre.don, N.w Hav.n, 1976, p. 2 Yu.
15 Semiofics 01Poefry, Londr••, 1978, pp. 16.. y 23 y u.
90 Manfred Pfister Concepciones de la interlextualidad 91

Pero el concepto de la intertextualidad será decididamente más teóricos y críticos emprendan análisis concretos de textos. Hasta críti-
restringido o especificado allí donde ya no designa un aspecto par- cos que, como Jenny, parten enérgicamente del axioma
cial general, siempre dado, de la textualidad poética o literaria, sino ontologicotextual de un intertexto global, estrechan su perspectiva
una propiedad particular de determinados textos literarios o espe- tan pronto como se dedican a los análisis concretos de la intertextuo-
cies de textos literarios. En este sentido, Renate Lachmann distingue, lidad. Esto tampoco sorprende, porque un concepto que es tan

¡ con referencia al concepto afín de dialogicidad, entre un aspecto de


ontología del texto y un aspecto de descripción del texto, entre dia-
logicidad como una "dimensión general de los textos en general (del
texto como parte constitutiva de un 'universo' de textos que están
en correspondencia unos con otros, como acumulación de ' experien-
universal que ya no es concebible-ninguna alternativa a él ni, en más
de una ocasión, la negación del mismo, es necesariamente de exiguo
potencial heurístico para el análisis y la interpretación. Por eso es
que da en el vacío, por ejemplo, la crítica de Jonathan Culler a la "te-
neduría de libros por partida doble" de Jenny;'8 y también su
cia' textual), que podríamos designar como la estructura implicativa alegato en favor de una perspectiva de análisis lo más amplio posi-
de los mismos, como inmanencia textual cbcrccdorc", y dialogicidad ble, por más convincente y teoricotextual que pueda ser, adolece de
"como forma específica de la constitución del sentido de los textos", seguir siendo un llamado vacío y no puede ser trasladado a procedi-
como "el diálogo con textos ajenos (intertextualidad), el diálogo con mientos de análisis concretos y operacionalizados:
diferentes'dialectos sociales' que compiten en un contexto cultural
(pluralidad de discursos) o el diálogo con una posición de sentido La "intertextualidad" tiene, pues, un doble foco. Por una parte,
ajena, que está registrado en la 'palabra bivocal' que fundan dos llamo nuestra atención sobre la importancia de los textos an-
instancias discursivas que se interfieren (dialogicidad en el sentido teriores, insistiendo en que la autonomía de los textos es una
primario)". 16 y Wolfgang Preisendanz valora esta oposición para los idea engañosa y en que una obra tiene el significado que tie-
textos poéticos en el sentido de "que la intertextuolidod no se moni- ne sólo porque ciertas cosos han sido escritas anteriormente.
fiesta como principio universal de la literatura o de la recepción Sin embargo, en la medida en que se concentro en la inteligi-
estética, sino como una posibilidad, una alternativa, un procedi- bilidad, en el significado, la "intertextualidad" nos lleva a con-
miento de la construcción del significado de la obra litererio".'? De siderar los textos anteriores como contribuciones a un código
esa manera la intertextualidad deviene concepto genérico para que hace posible los diversos efectos de significación. Así, la
aquel procedimiento de una referencia más o menos consciente, y intertextualidad deviene no tanto un nombre para la relación
también aprehensible concretamente de alguna manera en el texto de una obra con textos anteriores particulares como una de-
mismo, a pre-textos individuales, grupos de pre-textos o códigos y nominación de la participación de la misma en el espacio dis-
sistemas de sentido en que éstos se basan, como hasta ahora ya los cursivo de una cultura: la relación entre un texto y los diversos
ha manejado la ciencia literaria bajo conceptos como fuentes e in- lenquojes o prácticas significantes de una cultura y su relación
fluencia, cita y alusión, parodia y travesti, imitación, traducción y con aquellos textos que articulan para él las posibilidades de
adaptación, y como ahora deben ser definidos y categorizados de una cultura. Así, el estudio de la intertextualidad no es la in-
manera más precisa y concluyente dentro del nuevo marco sistemá- vestigación de fuentes e influencias como se la ha concebido
tico. tradicionalmente; arroja su red con mayor amplitud para in-
Ése es el concepto de intertextualidad en que se basa la mayoría cluir las prácticas discursivos anónimos, códigos cuyos oríge-
de los estudios más detallados sobre la misma -y hasta se puede nes están perdidos, que hacen posible las prácticas
decir que se volverá dominante en la medida en que los distintos significantes de textos posteriores. Barthes advierte que desde
la perspectiva de la intertextualidad "las citas de que está he-
160ia/ogizitat, p. 8.
cho un texto son anónimas, de orígenes imposibles de hallar,
17 "Zum Beitrag van R. lachmann 'Dialogizitat und poetische Sprcche", en: Oia/ogizi-
tat, pp. 25-28, aquí: p. 26 y ss. Cf. también R. lachmann, "lntertextuclitct als
~jnnkonstitution. Andrej Belyis Petersburg und die 'fremden Texte". Poetico, nO 15, 1B "Presupposition and Intertextuality", en: J. Culler, The Pursuit of 51gn5, pp. 100-
1983. pp. 66-107. lOS, aquí: p. 104 y ss .
Concepciones de lo intertextualidad 93
92 ManfredPflster
tar y criticar de monera diferenciada eso red sutilmente urdida desde
y, sin embargo, yo leído"; funcionan _sto es lo decisi~ el punta de vista terminológico. Para nuestra contexto de la argu-
como "ya leído'.19 mentación de una gradación d. los conceptos de intertextualidad, la
único importante es que la intertextualidad por él llamada transtex-
Lo de;a lu (Iaquí se ha de sobrentender el ensanchamiento del cen- tuolidad permanece limitada a relaciones entre textos literarias;'3
cepto de 'lectura', característico de 8arthesl), que en su totalidad que éstas san relaciones específicas y precisos, Yque los preceden-
global da el horizonte de la producción y la recepción del texto,'o se tes inter- o transtextuales que han entrado en el texto, no est6n
condensa precisamente en referencias ocentuadal \pointierten) o limitadas a pre-textos individuales, sino que también incluyen siste-
otros textos y sistemas de textos y sólo en éstas ha de ser atrapado
mas de textos coma los de los géneros.
analíticamente. En todo caso, la propuesta propia de Culler, que Aquí, pues, e¡n este último punto, divergen de nuevo las epinio-
presenta la estructura de implicaciones universal como un conjunto nes. Mientras que te6ricos coma Genette abarcan baja el concepto
de presuposiciones lógicas y pragmáticas, no resuelve ese dilema. de la inter-a transtextualidad tanta las referencias de un texto a
El bosquejo más ampliamente diferenciado hasta ahora de una pre-textos individuales como ias referencias o sistemas que abarcan
teoría de la ¡ntertextualidad como conjunto de las diferentes formal textos, a modelos y códigos en que se basan textos, otros distinguen
de referencias acentuadas entre textos literarios, es Pa/impsestes: La entre intertextualidad, por una parte, y referencia al sistema, por
líttérature au second degré de Gérard Genette." En juega autairóni- otra. En esto el más decidido es Klaus W. Hempfer, quien, en explí-
ca con un derroche francamente escolástico de nomenclatura, cito contraste con la Kristeva, aplica "el concepto de intertextualidad
subdivide la abarcadora transtextualidad --que 61 define como la solamente a relaciones entre textos individuales, es decir, entre ac ..
"trascendencia textual del texto", como "todo lo que lo pone en re/a- tos de paraJe, los que han de ser distinguidas de las relaciones entre
ción, manifiesta o secreta, con otros textos"22- en cinco sistema y actualizaci6n"". Parecida mente restrictiva es la definici6n
subcategorías: en (1) la intertextualidad como la copresencia de dos
del concepto que propone Rolf Kloepfer:
o más textos, lo presencio palpable de un texto en otro (cito, alu-
sión, plagio, etc.); (2) la paratextualidad como las relaciones entre Ante toda, "intertextualidad" no debe coincidir con "c6digo", el
un texto y su título, prólogo, ep~ogo, lema Yotros por el estilo; (3}la sistema semiótico virtual del que se nutre toda realización tex-
metatextualidad como la referencia comentadora y a menuda crítica tu al y cuya forma de vida es la variada praxis textual. Después
de un texto a un pre-texto; (4) la hipertextualidad, en la que un tex- se ha de separar I'intertexto" de "contexto', con el que se ha
to tomo 01 otro como fondo (imitación, adaptación, continuación, de designar la situación comunicativa, en la medida en que se
parodia, etc.), y, por último, (5) lo architextualidad como las relacio- presenta textualmente. Se puede concebir el "contexto" de
nes genéricas de un texto. Esas cinco clases son, a su vez, una manera más estrecha: como las textos circundantes en un
subcategorizadas de una manera diferenciada, en ocasiones excesi- ciclo poético, como prólogo acompañante o hasta como los
va --.m la cual la hipertextualidad resulta particularmente otros escritos contemporáneos del autor (a éstos se los podría
productiva-, y los distintas tipos y subtipos son ilustrados y ejempli- llamar también el "ca-texto"), o se la puede concebir más am-
ficados entonces con una impresionante cantidad de textos de toda pliamente: como la obra del autor en su conjunto, los textos
la literatura mundial. Aquí no tenemos tiempo para entrar a presen-
23 Abfi.ondo una perspectiva, entro también en las relaciones "hiperesléticas" entre
191i>ídem, p. 103. poemas y pinturas, piezas musicales y obras lilerarias, y así sucesivamente; d. Pe-
20 Culler cita aquí ·O.l'oeuvr. au text.-, R.yue d'.rthéfique, nO 24, 1971, pp. 225- Jimpsestes, p. 435. .
232, aquí: 229. 24 "Üherlegvngen 2U .inem GültigkMhkriterium für lnterprotationen", pp. 14·18,
21 Paria, 1982. la mel6fora del titulo convence sólo a primera viata, porque, en con- aquí: p. 15; cf. del mismo autor, Poststrukturale r.Jdtneorie und narrativa Praxis,
traste ton la intertextualidad, en .1 palimpusto la r.lación entre .1 texto básico Munich, 1976, p. 54 y u. lo d"-'inc\ón de Hompfer entre inlertoxlualidad Y
d.svanecido y.1 t.xto ••crito encima d••1es puramente casual. Cf. al r••pecto K. referencia al sistema aparece en lo Janny como diferencioción entre "tipos de lo
eJ.,
Slierlo, "Vt'e...k und Intertextualila", en: W. Schmid/W.D. Stempel, ed •. , Oialog
reJde. Vieno, 1983, pp. 7-26, aqui: p. 26.
int.rtextualidad, a saber, entre explicita e implícita", "lo stro'égie de lo fOfmo", p.
257 y ss.
22 PalImps."'" p. 7.
94 Manfred Pfister Concepciones de lo intertextualidad 95

de sus amigos y enemigos directos o, por último, la tradición a descanstruible. Un sistema, en general, sólo es aprehensible a través
partir de la cual él escribe. "Intertexto" sería, entonces, una de sus actualizaciones, que se basan en él, y todo sistema es simvl-
forma específica y mós estrecha de la referencia sintóctica en táneamente la actualización de un sisteme abslrocto, del mismo
el co- yel contexto, sea explícita, como en la cita, la alusión, la modo que la actualización misma tiene, a su vez, carácter de siste-
estilización o la parodia, sea más bien implícito, como en mu- ma. El propio texto literario individual tiene, pues, carácter de
chos procedimientos que varían, procesan o des.gastan un mo- sistema y es, al mismo tiempo, la actualiz.ación de sistemas abarca-
delo conocido por la historia literaria. 25 dores como, por ejemplo, el género, y el género es un sistema y, al
mismo tiempo, la actualización de sistemas mes abstractos, como el
27
Seguramente, no es ninguna casualidad que semejante restric- del modo de escribir suprahistórica o el lenguaje. Y, par último,
ción del concepto se halle ante todo en críticos alemanes y que precisamente una investigación de la intertextualidad definida de
todavía le deben mucho al estructuralismo. A ellos les importa de manera tan estrecho estó particularmente expuesto al peligro de de-
manera especial, por una parte, extinguir gradualmente o, por lo generar en uno 'nvestigoci6n tradicional de sourn~s-ond~no/ogues
menos, desactivar las radicales implicaciones que en materia de [fuentes y anólogas], de estudiar bajo la etiqueta nueva Y de moda
epistemología, filosofia del lenguaje y teoría del texto tiene lo nexos entre textos individuales que siempre se estudiaron, Y de se-
concepción postestructuralisto o desconstruccionisto de lo intertex- guir practicando eso también de la misma manera desde el punto de
tualidad, y, por otra, limitar el concepto a una dimensión que vista del método. Desde luego, no debe ser así, porque tampoco
posibilite o facilite su operacionalizoción en la práctica analítica y no aquí la investigación de lo intertextua\idad debe significar simple-
ponga en peligro lo unidad del texto como obra de arte. 26 mente búsqueda de pistas, sino que la integración de las diferentes
En esto surgen, sin embargo, dificultades que no se deben pasar referencias intertextuales de un texto, la acción coordinada de los
por alto. Así, mediante esa dicotomía de intertextualidad y re- diferentes procedimienlos inlertexluales y de las funciones de éstos
ferencia al sistema se separa a menudo en dos categorías lo que, pueden ser eficaces como nuevo foco de análisis.
según la intuición, forma una unidad. la parodia de un texto indivi- Al lado de esta reservación del concepto de la intertextualidad
dual, por ejemplo, es cargada en la cuenta de la intertextualidad, para \0 referencia de un texto literario a pre-textos individuale!O, se
mientras que la parodia de modelos genéricos -como, por ejem- hallan todavía otras tentativas, en otros planos, de darie al concepto
plo, en la mock-heroic- es asentada como referencia al sistema. En mayor precisión mediante una restricción. La mayoría de las veces
el caso concreto, sin embargo, lo que ocurre la mayoría de las veces conciernen a la dimensión horizontal de autor y receptor, a la que
es que semejante parodia de todo un género se compone de un queremos dedicarnos a continuación. Dos criterios se refieren, sin
gran número de referencias paródicos o realizaciones individuales embargo, a lo relación entre lexlo y pre-texto y por eso todavía de-
de ese modelo genérico. Además, las transiciones entre texto indivi- bemos anotarios aquí brevemente. Estó, ante todo, la propuesta de
dual, corpora textuales más pequeños y más estrechamente unidos hablar de intertextualidad sólo cuando la reloción entre texto y pre-
por obra de densos homologías estructurales, y géneros definidos texto no es meramente puntual, sino que se basa en homologios
más ampliamente, son fluidas, del mismo modo que, en general, la estructurales entre texto y pre-texto. Por eso, pare eritreos como
oposición entre sistema y actualización del sistema es enteramente. Lourent Jenny, las citas, alusiones o reminiscencias puntuales oco-
sionales caen fuera del dominio centrol de la intertextuolldod Y son
25 "Grundlagen des 'dialogischen Prinzips' in dar literatur", en: Dialogizifóf, pp. as- consideradas, a lo sumo, como forma "débil" de lo intertextualidad,
106, aquí: p. 92 y u Lo que cqu¡ es excluido del intortexto come "ca-texto', l\Jeien mientras que la intensidad de ésta crece. cuanto más altamente es·
Dellenbcch lo tomara en consideración como "interlextualidod interna", d. "Intor- 28
tructuradas son las relaciones entre texto y pre_texto. La segunda
texte et cutctexte''. Poet,que n" 27,1976, pp. 282-296. También la dilerencicción
conceptual de Klcepter entre "intertextvefidcd" e "intertexto" -"intertexlualidod"
como principio e "intertexto" como una determinada relccion entre dos textO$" (p. 27 L. Jenny (.on~idorQ lo referencia a un codiga de genero cerno estructuralmente
93)- no coincido con la reglamentación hasta ahora v igente del uso del lengua- equivalente a la refereocia o un texto particular, porql.le en ose C0500 se tr otc de
¡e; ante lodo, se des v ía del concepto del "intertexto" en Barthes, quo fue quien lo una referencia a un "erchitextc", d. "La stratég¡e de la forme", P 264
acuñó.
28 Ibídem, p. 262.
26 Cf. al respecte K. Stierte, "Werk und lntertextvclitat". pp 7·24.
-----------------~"

Concepciones de lo interteKtvolidod 97
9ó Monfred Pfister

restricción concierne a la relación semántica entre texto y pre-texto y ciones intertextuales. El texto es, para él, "un tejido de citas extraídas
ha sido repetidamente objeta de propaganda, ante todo por parte de los innumerables centros de cultura"; pero, prosigue él,
de Michael Riffaterre. Para él, la intertextualidad supone un conflicto
entre texto y pre-texto, que ha de ser entendido como diferencia o hay un lugar donde se concentra esta multiplicidad y ese lugar
divergencia semántico-ideológica, yesos "incompatibilidades inter- es el lector, y no, como se decía nasta ahara, el autor. El lec-
textuales" se inscriben en el texto mismo como señal de tor es el espacio en el que se inscriben todas las citas que
intertextualidad, ya que las huellas del texto ajeno no se insertan sin componen un escrito. (oo.) La unidad de un texto no reside en
costuras en el texto, sino que causan anomalías sintácticas y faltas Su origen sino en su destinación. 32
I

gramaticales en el sentido más amplio, que incluye también la sin-


taxis del texto y la gramática del texta. 29 Pero, puesta que la Sin embargo, para las postestructuralistas, ese sujeto del lector ya
completa ausencia de conflicto, diferencia y divergencia es incon- no es, en modo alguno, una identidad fija como en Riffaterre, sino
cebible, porque -como demuestra sagazmente Jorge Luis Borges que, como el texto de Bartnes, él mismo se na disuelto ya en una in-
en el modelo ficcional de "Pierre Ménard, autor del Quijote"-, hasta finita pluralidad de referencias intertextuales:
en el coso en que se repite palabra por palabra un texto entero, el
contexto distinto hace que surjan divergencias funcionales entre el yo no es un sujeto inocente, anterior al texto y que después
pre-texto y su duplicada, también el intento de Riffaterre de restrin- noria uso de él como de un objeto que se ha de desmontar o
gir el concepto de intertextualidad desemboca en un criterio para un lugar que se ha de cercar. Ese "yo" que se acerca al texto
ordenarla en una escala que distingue intertextualidades más fuer- es ya, él mismo, una pluralidad de otros textos, de códigos in-
tes o más débiles. Y ese criterio coincide en gran parte, sin que finitos, o más exactamente, perdidos (cuyo origen se pierde).33
Riffaterre sea consciente de ello, con la definición que dio Bajtín de
la dialogicidad como conflicto de puntos de vista. Esta misma disolución del sujeto en una "pluralidad de otros tex-
tos, de códigos inflnitos concierne, naturalmente, también al autor,
ll
,

sobre todo porque el autor siempre es, a la vez, un lector -el lector
2. Autor y receptor del '~exte généra/" y el lector de su propio texto. Ambos, autor y lec-
tor, en esta concepción, en general sólo son concebibles dentro del
Las concepciones postestructuralistas de la intertextualidad parten, universo de los textos, aunque ese universo de textos también está
en esto en consonancia con la estética de la recepción, más bien del matizado de modo diferente para cada autor individual y cada lector
lector que del autor. 30 Pero, también para un semiótica del texto co- individual según la respectiva perspectiva. El universo de los textos,
mo Riffaterre, el lector es "el único que hace las conexiones entre en sí mismo ya en continuo movimiento y transformación, se le pre-
texto, interpretante e intertexto, el único en cuya mente tiene lugar senta, pues, a cada individuo de otro modo, y el individuo participa
la transferencia semiótica de signo a signo", y la propia intertextuali- en él no sólo cuando consciente y deliberadamente evoca a cita de-
dad es esencialmente "un modo de percepción del texto" y"el meca- terminados textos individuales, topo; o códigos, sino que lo tiene
nismo propio de la lectura literaria".31 Y de manera aún más inscrito en estructuraciones inconscientes, reminiscencias serniente-
decidida Barthes hace al lector el lugar de clearing de las transac- rradas y toda reflexión de precedentes huellos de lenguas ajenas y
29 Semiotics 0' Poetry, p. 130; d. también pp. 100 y 165.
pensamiento ajeno. Así, también el autor es una "cámara de ecos",
lleno de la resonancia y el murmullo de textos ajenos, Y el lector lee
30 El polo opueslo -humanista- lo ocupa en este respecto r. Schabert, ·Interauklorioli-
Hit·, DV¡s, nO 57, 1983, pp. 679.90l.
31 Semiotics of Poetry, p. 164; -la ,yUepse interteJttuell.-, p. 496. En Semiotics of 32'moge, Mus;c, Text, Nueva York, 1977, pp. 146 Y 148. Cf. al respecto J. Culler, On
Poetry, p. 136 y SS" Rifo'.rr. d ••cribe- con todo detall. esle mecanismo de la lectu- Deconstruction: Theory ond Critiósm aftor Structurolism, Londres, 1983, p. 32 Yss.
ro intertextual; d. al respecto el sigtJiente trabajo de W. D. S'ornpel, que pone de 33 S/Z, París, 1970, p. 16; en alemán en: S/Z, Fronkfurt om Moin, 1976, p. 14. Cf.
relieve positivamente la orientación 01 loctor de Rifot.rre: ·/ntertextualitat und Re- sobre la ·deconstruetion of the setr V. 8. leitch, Deconstructiv. Criticism, p. 111 Y
zeptien", en: Oia109 der Texte, pp. 85-109, aquí: pp. 88-90. ...
-----------------~~

Concepciones de lo intertextuolidod 99
98 Manfred Pfister
táctica para la desconstrucción crítica, En el primer papel, pa-
el texto en un "acto de intertextualización" "o través de la Biblioteca rece una prisión; en el segundo, una llave de escope. 38
(...). a través de estantes enteros de la Bibliateca".34 En todas estas
formulaciones llama la atención que las mismas pueden definir en Cierto es que esas dos funciones de sentido contrario, basadas en
igual medida al autor, al texto y 01 lector, y que, por ende, en el las relaciones de repetición y diferencia, se dan siempre simultánea-
marco de lo teoría postestructuralista esa distinción elemental se mente, pera la dominancia de una u otra función constituye la espe-
vuelve caduca o es desconstruida conscientemente; los tres, autor, cificidad histórica de la intertextualidad en una determinada época.
texto y lector, devienen "un campa infinito para el juego escritura,".35 En el clasicismo, por ejemplo, domina la función conservadora, efir-
la ubicación de los sujetos y los textos en el intertexto universal madora del código y el sistema previamente dadas; en el modernis-
no resulta, según lo teoría postestructuralista, de un auto-estableci- mo, también altamente intertextual, domina, por el contrario, la
miento o auto-colocación conscientemente deseado, sino que es función apuesta de la desestabilización y la innovcción.P?
inevitable. Pero no carece de función; sin embargo, es vista ~mo En el interior de tales abarcadores modelos funcionales para el
funcionalmente ambivalente: por una parte, intertextualidod signifi- intertexta universal, al que toda producción y recepción de textos es-
ca "compulsión a repetir, a hablar con la voz prefabricada, tón incorporadas a través de los códigos comunes y las sistemas
inautenticidad, uniformidad resultante de la avasalladora presión aún más abstractos y a través del regressus ad infinitum de los tex-
social dirigida a lograr la conformidad de la conducta individual con tos, las consideraciones sobre si un autor conoció un determinado
la de la colectividad", y por otra, es "10 respectivo diferencio con re- texto y se refiere consciente e intencionalmente a él y si el receptor
lación a los otros textos, previamente dados, es confusión de las dispone del mismo repertorio de textos que el autor, no desempe-
lenguas, es Babel y 'ruptura de todas las reglas' (Rimbaud)";36 por ñan papel alguno o sólo un papel subalterno. las interrogantes
una parte, enreda al sujeto en las palabras, normas y verdades pre- sobre los conocimientos y las intenciones del autor, sobre la inten-
viamente dadas, y, por otra, le ofrece la posibilidad de la desviación, cianalidad del texto y sobre las existencias de información en el
del juego distanciadar, del aprovechamiento de la rivalidad entre receptor y lo conducción de la recepción por el texto mismo, que
sistemas y puntas de vista divergentes y de la différonce (Jacques están en la base de las actualizaciones concretas del potencial de
Derrida) como un diferir y diferenciar que nunca cesa, que difiere referencia intertextual, quedan desprovistas de importancia en vista
una y otra vez la autoridad del origen y de una verdad última. Por' del descentra miento de las sujetos y de la supresión de las fronteras
eso puede ser tanto el signo de una "literature of Exhaustion" [lite- de los textos, y hasta representan una recaída en mitos humanistas
ratura del agotamiento] alejandrina del periodo final de una época, burgueses, Sin embargo, precisamente a tales preguntas regresan
como el de una "literature of Replenishment" [literatura del rellena- los approoches de orientación estructura lista o hermenéutica en el
miento] subversiva e innovedorc.V O, como escribe Vincent B.
dominio de la teoría y la investigación de la intertextualidad.
Leitch, resumiendo con precisión la posición de Barthes:
Intentos de semejante diferenciación entre intertextualidad in-
consciente y consciente, entre no-intencionada e intencionada y, por
Para Barthes, pues, la intertextualidad muestra dos caras se
ende, entre intertextualidad como potencial de referencia o como
presenta como una cripta histórica, es decir, como una forma-
actualización de éste, hallamos, desde luego, también en el interior
ción de ideología cultural; y aparece como un procedimiento
de la teoría postestructuralista, pero allí mós bien en la forma de
una diferenciación subalterna o subordinada. Así, Charles Grivel dis-
34 Ch. Grivel, ·Theses préparatoires", p. 240.
351. Perrone-Moisés, "l'intertextualit. critique", en: Poétique, nO 27, 1976 pp 383
tingue "entre las clases intencionales y las clases no intencionales de
36 Así lo plantea Rolph Kloepfer, resumiendo en atención a su ambivalencia les les.~
expuestos en Ccnstcrue por Grivel, en: "Grundlagen des 'dialogischen PrinZlps In 38 Deeonstrudive Criticism, p. 110. Cf. sob...e esa ambivalencia R. Lochmann, 'Ebe-
der literatur", p. 91 Y ss. nen dos Intertextualitatsbegriffs", en: K. Stierle/R. Warning, ede., 00$ Gesproch,
Munich, 1984, pp. 133-138, aquí: p. 138.
37 Asi se titulan dos em.ayos de John Berth: "The Literature of Exhcusticn" (1967) en
rile Novel roday: Contemporary Wr;ters on Modern Fidion, ed . M Bradbury (Lon- 39 Cf. al respecto P. Zvmthor, "Le carrofout des rhétcriqueurs. Intertextualité et Rhé-
dres, 1977), pp. 70-83, Y "The Literature of Replenishment· Pcstmcdem Fichon" torique", Poétique, nO 27,1976, pp. 317-337, aquí: p. 336.
rhe At/ontie, 245 (enero de 1980), pp. 65-71.
100 Monfred Pfister
Concepciones de la intertextualidad 101
repeticiones· y cuenta entre las primeras la cita, la parodia, la toma
siempre están incompletos en el poema: o son señalados por
en préstamo de fuentes y (ya problemótica) la influencia; entre las
signos textuales o son actualizados fragmentariamente. (oo.)
segundas, el cliché y el estereotipo.40 Ambas formas, sin embargo,
la arquitectura original de esos "otros textos··, su gramática, la
son incluidas en la intertextualidad. El segundo tipa es el decisivo
distribución de su léxico, la secuencia de sus componentes,
desde el punto de vista de la teoría del texto, mientras que, a la in.
son, no obstante, obvias para el lector, puesto que son parte
versa, tentativas estructuralistas y hermenéuticas desearían
de su competencia lingüística; él e.tó, por lo tanto, bajo una
restringir el concepto de la intertextualidad precisamente a las pri-
esrricte guía y control cuando está llenando las lagunas y re-
meras formas. Aqul se distingue, desde el punto de vista de la
solviendo el rompecabezas. 43
estética de la producción, entre reminiscencias del autor casuales y
a menudo inconscientes, que, ciertamente, entran en el texto, pero
De manera anóloga a esos teóricos, también Karlheinz Stierle
cuyo descubrimiento no le concede al mismo ningún significado adi-
parte de que, ante todo, entre una obra, sus fuente. que sólo sirven
cional o acentuado, y la alusión intertextual propiamente dicha, que
como estímulo y sus diferentes versiones, hay relaciones intertex-
el autor se propone y debe ser reconocida por el lector, si se ha de tuales relevantes exclusivamente desde el punto de vista de la
agotar el potencial de sentido del texto. Sólo en el segundo caso es- estética de lo producción, del mismo modo que hay una intertextua-
tamos ante "sistemas contextuales verticales", como llama Claes lidad propia exclusivamente de la e.tética de la recepción, porque
Schaar a la intertextualidad; e "infracontextos·, es decir, pre-textos, por principio toda obra es correlacionable con toda otra obra. Con
son sólo aquellos a los que el autor alude consciente, intencional y tales referencias intertextuales relevantes sólo desde el punto de
acentuadamente y que él desearla que fueran reconocidos por el vista de la estética de la producción o desde el de la e.tética de la
lector y explorados como planos adicionales de la constitución del recepción, respectivamente, contrasta, sin embargo, la intertextucli-
sentido. Semejante "arqueología del texto· se diferencia, entonces, dad propiamente dicha, "la relación privilegiada, puesto de relieve",
de la investigación de las fuentes y las influencias por el hecho de que se caracteriza por
que no es ya una búsqueda de los orígenes desde el punto de vista
de la genética de la obra, sino ·un intento de ampliar y estratificar el el hecho de que el texto mismo indica una o mós relaciones
significado·. 41 intertextuales. El texto tiene la posibilidad de establecer un
En el sentido de Schaar, también Wolf Schmid distingue entre medio de reflexión en el que él se presenta como una diferen-
una arqueologia del texto metódicamente controlada (él emplea la ciadora toma de distancia respecte de uno o mós textos e ins-
misma imagen) y una libre asociación de sentidos, que, respecto ti la cribe esa toma de distancie en la constitución concreta de la
intención de la obra, tiene un carócter exclusivamente casual. 42 Y obra. 44
hasta Michael Riffaterre, a pesar de su amplia concepción de la in.
tertextualidad, considera las referencias intertextuales no como un Desde la perspectiva de ese concepto más preciso de la intertextua-
salvoconducto para cualquier asociación del receptor, sino, por el lidad, la "estructura de remisión potencialmente infinita", de la que
contrario, como "un constreñimiento ejercido sobre la lectura", como parten la concepción de la intertextuolidad de la Kristevo y lo idea,
pilotaje de la recepción por el texto mismo: los hipogramas que sir- lanzado por Derrida, de un juego de la difFérance abierto hacia to-
ven de base al texto dos lados, sólo es semiótico y estéticamente relevante si la unidad
de la obra está rota conscientemente, es decir, como escribe Rainer
40 "Th",e. préparatoir••-, p. 241; d. también p. 246.
Warning,
.41 "Vertical Cont.xt Sra•• ms·, en: H. Ringbohm y otros, eds., Styl. ancl rext, Estocol·
mo, 1975, pp. 145-157, aquí: p. 149. Cf. tambi'n del mismo autor, -Linear
Sequenc., Spatial Strudur., Complex Sign, and Vertical Con'.xt System·, Poefies, a condición de que se trate de ficciones que sean ellas mis-
nO 7, 1978, pp. 377-388, Yrl1. Full-voje'á Quire S.Iow; Vertical Contexf Systems in
'Pareclis. Lc»t', lund, 1982. ' mas metáfora. de la diferencia semiótica. Pero eso condición
42 -Intertextualitat und Komposition in Puschkins Novell." De, Senuss und De, 43 ·Syllepsis·, p. 628; Semiotic$ of Poetry, p. 165.
ponnalt.,., Poetice, nO 13, 1981, pp. 82·132, aquí: p. 127.
.... "Werk und IntertextualitiifM, p. 10.
<,

Concepciones de la intertextualidad 103


102 Manfred PrISte,

car son claras actualizaciones de aquella intertextualidad global a la


sólo lo cumple el Moderno, no puede ser generalizada normo-
que apunta el más amplio. En nuestro modelo de mediación quere-
tivamente. Más bien, desde el punto de vista de esta dialéctica
mos, pues, partir del modelo abarcador de la ¡ntertextuolidad y, en el
[de différance ¡ntertextuol y unidad discursiva del hablo) se
interior de esa intertextualidod ampliamente definida, diferenciarla
debe diferenciar históricamente el concepto general de inter-
y graduarlo entonces según los grados de la intensidad de la
textualidad poética, si éste ha de conservar su valor operacio-
referencia intertextual. Trasladado a una imagen espacial, nuestro
nol.·s
modelo se presenta como un sistema de círculos o envolturas con.
céntricos, cuyo punto central morca la más alto intensidad y
El intertexto universal y su estructura de remisión del regressus ad in-
finitum deviene en esto perspectiva un axioma históricamente espe- condensación posible de lo intertextualidad, mientras que ésta,
cifico de la poética del Moderno y el Postmodemo. cuanto más nos alejamos del 'núcleo duro' del centro, tanto más dis-
minuye y se acerco asintótico mente al valor cero.'6 Esto,
naturalmente, no es más que una imagen visual, y también las ex-
GRADACiÓN DE LA INTERTEXTUALlDAD presiones matemáticos los empleamos solamente de manero
metafórica. No obstante, resultará cloro que este modelo implico lo
Nuestro sinopsis de la evolucián de la teoría de la ¡ntertextuolidad y necesidad de que se den criterios o parámetros poro la intensidad
el estado actual de la discusión ha mostrado que, en lo esencial, dos de la intertextuolidad. En esto, como ha dejado ver claramente
concepciones rivalizan entre sí: el modelo global del postestructura- nuestro bosquejo del debate sobre la intertextualidod, no basto con
lismo, en el que todo texto aparece como porte de un intertexto uni- un criterio, sino que se debe aplicar un haz de criterios; entonces,
versal, que lo condiciona en todos sus aspectos, y modelos poro determinar el grado de intensidad de una determinado remi-
estructuralistas o hermenéuticos más precisos, en los cuales el con- sión intertextuol, se deben tomar en consideración todos los volares
cepto de la ¡ntertextualidad es restringido a referencias conscientes, de esos diferentes parámetros. También aquí las formulaciones ma-
intencionadas y marcadas entre un texto y textos o grupos de textos temáticas han de ser entendidos de manera más bien metafórica,
pr..sentes. Ambos modelos tienen, lo hemos señalado, su respectivo pues estamos muy leios de la mensurabilidad exacto aquí supuesto,
potencial cognoscitivo propio y sus supuestos en materia de teoría si es que ésto no es imposible en general. AdemáS, también el pro-
del lenguaje, teoría del texto y teoría del conocimiento, pero tam- blema de la diferente jerarquización de los distintos criterios es difícil
bién son lastrados por sus respectivos problemas de método. Para el de resolver.
análisis y la interpretación del texto, el modelo más fructífero es, se- Los criterios poro la intensidad de lo remisión intertextuol que
guramente, el más estrecho y más preciso, porque puede ser trasla- queremos proponer tentotivomente, son deducidos de lo discusión
dado más fácilmente a categorías y procedimientos analíticos teórica y, en lo que a esto concierne, representan también el intento
operacionolizados, mientras que el modelo más amplio es de mayor de sintetizarla. Distinguimos aquí entre criterios cualitativos y cuanti-
alcance teoricoliterario, y ello aun cuando uno no quiera saber nada tativos y esbozaremos ante todo los criterios más decisivos, los
de sus implicaciones descontruccionistos radicales -reducción del cualitativos.
signo al significante, disolución de texto y sujeto. 46 Oe uno gradación de la intertextualidad parto también la tentativa realizada desde
Nos parece que una posible salida de este dilema se hallo en la las posiciones de la lingüística del texto por R.-A. de aeaugrande/W. U. Orel$ler,
quíenes ordenan en una escala con arreglo a grados de la mediación: "Cuente
tentativa de mediar entre ambos modelos. Esto nos parece posible mayor es el tiempo transcurrido, y ante todo la actividad de elaboración, entre el
ya por el hecho de que ambos modelos no se excluyen uno al otro, empleo del texto actual y los textos conocidos de antes, tanto mayor es la media-
sino que, más bien, los fenómenos que el más estrecho quiere abar- ción.· Su escala se extiendo desde lo exigua mediación entre un enunciado y los
precedent.s en la convenación, pasando por la cita y la alusión el determinados
textos, bien conocidos, hasta la mediación expandida en el empleo de especies de
"'5 -Imilafio und IntertextualitCit. lul' Geschicht. Iyrisch.r D.konstruktion de, textos; así el grado d. mediación es invenament. proporcional a nueslro grado
Amor-theologi.: Dante, Petrarca, 8audelair.·, en: 'n'.'Prefationen: 00$ Paradigma de intensidad. E-Ia ordenación en una escala coincide on gran porte con la reali.
el.,europoischen Renaissance-Lít.ratur. Fest.chrift fü, AlIr.d Noye,-Weiclner, .d. K. zada según nuestro quinto critorio de intensidad. Cf. Einführung in die
rextlinguistik, Tubinga, 1981, pp. 188-215, aquí: p. 188.
W. Hempf.r/G. kegn, Wie.boden, 1983, pp. 288-317, aquí: p. 300.
"
104 Manfred Pfi.!er Concepciones de la interlextua/idod 105

(1) Para el primer criterio partimos de la distinción lingüistica en- de actualidad, de amplia recepción y ampliamente discutidos; los
tre use y mentian, o, también, refer tO. 47 Del mismo modo que pre-textos esotéricos, por el contrario, sólo pueden devenir comuni-
podemos o meramente emplear una palabra o una estructura lin- cativamente relevantes de manera directa para una coterie como
güística, a también llamar la atención sobre ella, asimismo podemos público lector en el que se puso la mira. Un grado de intensidad
servirnos simplemente de textos o tipos de discurso previamente da- mós alto o mós bajo según este criterio no tiene que coincidir -y
dos, o referirnos a ellos. Por eso a este criterio lo llamamos esto vale de manera general para todos nuestros criterios- con un
referencio/idod y postulamos que uno relación entre textos es tanto grado mós alto o mós bajo según los otros criterios. El plagio, por
mós intensamente intertextual cuanto más un texto tematiza al otro, ejemplo, que, según el criterio de la correspondencia estructural con
"poniendo al desnudo" su peculiaridad -para adoptar una formula- el modelo que debemos definir mós adelante y por la precisión de
ción de los formalistas rusos. Uno cita, por ejemplo, cuya función la referencia a un texto individual, es intensamente intertextual,
consiste sólo en la adopción de un giro ajeno que se incorpora sin según el criterio de la comunicatividad, osi como según el de la
costura al contexto propio, se sirve de ese giro y del texto del que se referencialidad, es tan sólo débilmente intertextual, porque, cierta-
lo toma, y es, por eso, de poca intensidad intertextual, mientras que, mente, el autor es demasiado consciente de la dependencia de un
por otra parte, en lo medida en que el carácter de cita sea realzado modelo, pero no sólo no se propone, sino que precisamente trata de
y puesto al desnudo y se llame osi la atención sobre la cita y su con- impedir par todos los medios que esa dependencia se vuelva cons-
texto originol, la intensidad de la referencia intertextucl aumenta. En ciente también para el receptor. Conforme a este criterio, también
esa medido, también el texto subsiguiente deviene el metatexto del son de poca intensidad, en la mayoria de los casos, las referencias
pre-texto -metaf'exto aquí no meramente en el sentido cronológico intertextuales que se asocian a conceptos como influencia y epigo-
de "más rorde", sino, además, en el sentido semiótico de "sobre", Así nismo: a menudo no son conscientes para el autor y son
la intertextualidad siempre hace que surja, en cierto grado, metotex- experimentadas por él no tanto intencionadamente como pasiva-
tualidad, una metatextualidad que comenta, pone en perspectiva e mente.
interpreta el pre-texto y osi tematiza el establecimiento de una liga- (3) El tercer criterio estó estrechamente relacionado con los dos
zón con él o la toma de distancia respecto de él. Mientras que en primeros; desearia llamarlo outorreflexividad. El grado de intensidad
este criterio el texto mismo se hallo en el centro, el segundo incluye de la intertextualidad según los dos primeros criterios todavia puede
la pragmótica de autor y lector. ser aumentado por el hecho de que el autor no sólo ponga en un
2) Con el criterio de la comunicotividod ordenamos en una escala texto remisiones intertextuales conscientes y claramente marcadas,
las referencias intertextuales con arreglo a su relevancia comunicati- sino que también reflexione sobre el carácter condicionado y referi-
va, es decir, según el grado de la conciencia de la referencia do de su texto en ese mismo texto, es decir, de que no sólo marque
intertextual en el autor y en el receptor, de la intencionalidad, y de lo intertextualidad, sino que la tematice, justifique o problematice los
supuestos y resultados de la misma. El grado de intertextualidad
la claridad del marcaje en el texto mismo. Los pre-textos o fondos
particularmente alto de las literaturas moderna y postmoderna, que
textuales traidos al texto sólo por la genética de la obra o sólo arbi-
hace que éstas devengan una y otra vez paradigma de la intertex-
trariamente por los receptores, constituyen, conforme a este criterio,
tualidad en general, estó dado, entre otras cosas, precisamente por
tan sólo referencias intertextuales débiles, mientras que aquí el nú-
la particular importancia de ese aspecto metacomunicativo en ellas,
cleo duro de máxima intensidad lo alcanzan los casos en que el
y su importancia crece aún mes en el caso de los textos que fueron
autor es consciente de la referencia intertextual, parte de que el
escritos ya en el horizonte de la teoria de la intertextualidod, como,
pre-texto le es familiar también al receptor y remite a él de "na ma-
por ejemplo, G/os de Derrida (1974) u otros textos de los descons-
nera clara y unívoca mediante un marcaje consciente en el texto. truccionistas que suprimen las fronteras entre textos teóricos y textos
Como pre-textos entran entonces en consideración ante todo los
poéticos. El criterio de la autorreflexividad puede ser ulteriormente
textos canonizados de la literatura mundial o precisamente textos graduado con arreglo a cuán explícita o implícitamente se realiza
esa meta comunicación sobre la intertextualidad.
47 Cf., por ejemplo, J. lyons, Semantics, Cambridge, 1977, 1, pp. 5-10.
1OÓ Manfred Pfisfer Concepciones de la intertextualidod 107

(4) El cuarta criterio de la estrudunalidad concierne a la integra- procedente de un pre-texto individual, mientras que la relación entre
ción sintagmótica de los pre-textos en el texto. Según este criterio, textos exclusivamente sobre la base de su textualidad representa un
el citar pre-textos de manera meramente puntual y ocasional da por grado de desaparición, periférico, de la intertextualidad. Y cuanto
resultado tan sólo un exiguo grado de intensidad de la intertextuali- mós selectiva y precisa es la remisión intertextual, tanto más tiene la
dad, mientras que nos acercamos al centra de móxima intensidad en estructura y función de una sinécdoque, del po,. pro tata: con el de-
la medida en que un pre-texto deviene fondo estructural de un texto talle escogido de manera acentuada se evoca el contexto total del
entera. Conforme a eso, las principales obras del modernismo, que que surgió, con la cita breve se incluye el pre-texto entero en la
entretanto se volvió c1ósico, como La tierna baldia de Eliot y el Vlises nueva constitución de sentido.
de Joyce, son en alto grado intertextuales y lo son también con arre- (6) Nuestro último criterio cualitativo conduce de regreso al pun-
glo a otros criterios nuestros. Sin embargo, el fenómeno mismo no to de partida de la teoría de la intertextualidad, a la dialogicidad de
estó limitado, en modo alguno, al Moderno, sino que se halla ya en Bajtín. Este criterio dice que ---<amo siempre ceteris paribus- una
la Antigüedad (por ejemplo, en la relación del epas de Virgilio con remisi6n a textos o sistemas de discurso previamente dados es de
los poemas épicas homéricos) y en formas como la parodia, el tra- una intensidad intertextual tanto más alta, cuando más fuerte sea la
vesti y la contrafactura o la traducción, la imitación y lo adaptación tensión semántica e ideológica en que se hallen entre sí el contexto
en todas los épocas literarios. Por doquier aparecen aquí los proce- original y el nuevo. Una elaboración del texto a contrapelo del origi-
dimientos puntuales de lo cita o la alusión dilatados poro formar nal, el citar un texto relativizándolo irónicamente y minando sus
modelos que, como fondos estructurales, integran partes del texto supuestos ideológicos, un aprovechamiento distanciador de la dife-
mayores o, 01 fin y al coba, el texto entero. rencia entre el viejo contexto de la palabra ajena y su nueva
(5) Con el quinto criterio queremos abarcar los diferentes grados contextualización -todos esos son caSOS de una intertextualidad
en la precisión de la remisión intertextual. lo llamaremos se/edivi- particularmente intensa, mientras que, por ejemplo, la mera traduc-
dad, porque aquí se trata de cuón acentuadamente un determinado ción lo mós fiel posible de una lengua a otra, la mera transposición
elemento es escogido de un pre-texto como fondo de referencia y de un sistema de signos a otro (dramatización, versión cinematográ-
puesto de relieve y cuón exclusiva o inclusivamente es aprehendido fica, versión operótica) que conserva el sentido del texto, o una
el pre-texto, es decir, en qué nivel de abstracción éste se constituye. imitación motivada exclusivamente por admiración por el original; y
Aqur ya una cita textual, que aparece como partícula claramente de- una cita como argumentum ad audoritatem, son de poca intensidad
limitada de un texto ajeno en el nuevo, tiene una mayor intensidad intertextual. Y, por último, cierto es que la pura negación o antítesis
intertextual que una alusión, que se refiere globalmente a un pre- del pre-texto es "mós dialógica" que la repetición total o afirmación,
texto entero o, por lo menos, a un aspecto abarcador de éste. Así, pero ella, por su parte, se queda muy por detrás de una dialéctica
por ejemplo, la cita de un verso de Ham/et es una remisión más pre- diferenciada de establecimiento de una ligazón y toma de distancia
cisa, mós acentuada, al Ham/et de Shakespeore que la mención o la como lo óptimo en materia de dialogicidad.
caracterización perifróstica del héroe cuyo nombre le da título a la Si aplicamos juntamente esos seis criterios, en el centro de inten-
obra. Y, de manera anóloga, la remisión a un pre-texto individual sidad móxima se hallan especies de textos como la de la parodia o
es mils precisa Y, por eso, más intensa que la referencia o las nor- textos individuales como La tierra baldía: en ellos no simplemente
mas y convenciones de un género, a determinados topoi y mitos, o a se emplean textos o tipos de discurso previamente dados, sino que
sistemas de constitución de textos, definidos de una manera aún se llama la atención sobre ellos (1), las referencias intertextuales, in-
més abstracta. 4s El núcleo duro lo señala aquí, pues, la cita textual tencionales y marcadas, son de alta relevancia comunicativa (2), se
48 Conf!?rme a ello, la serie d. t.xtos que D. Schwanitz compone en -Intertextualitcit articula en una metacomunicación mós o menos explícita una con-
und Aquivalenzfunldionalismus: Vorschlage zu .inor vergleichenden Analityk von ciencia autorreflexiva de la intertextualidad (3), las citas y alusiones
Geschichten·, en: Oia/og eJ.r Text., pp. 27-51, es, en la mayoría d. sus miembros,
d. poca intensidad intertextual, porque ,. basa en una estructura profunda tan forman un modelo estructural (4), se citan de manera acentuada y
abstracta d. la historia, que su corpus es ampliable casi a voluntad. También es d. precisa textos individuales o estructuras específicas de grupos de
poca intensidad intertextual según los criterios 1·3.
1OS Manfred Pfister CRITERIOS, Lo Habano, N° 3 J, 1-6/ J 994

textos (5), y, por último, todo eso sirve 01 aprovechamiento de lo dife-


rencio textual yola relotivizoción dialógico de las palabras, los textos eL AUTOR Y EL MEROE
y los sistemas de normas en que éstas se basan (6). EN LA ACTIVIDAD ESTETICA·
Este hoz de criterios cualitativos todavía debe ser completado
mediante criterios cuantitativos, si se quiere determinar la importan. MIJAIL M. BAJTIN
cio de lo intertextuolidod en obras particulares, en autores
particulares o hasta en épocas particulares. Aquí son de importancia (Rusia)
ante todo dos factores: por uno porte, lo densidad y frecuencia de
los referencias intertextuoles, y por lo otro, el número y espectro de
los pre-textos puestos en juego. Y también en este respecto lo litera-
tura modernista se evidencia como intertextual en un grado
particularmente alto. Como ejemplo modelo remitimos o los ultimas
nueve versos de Lo tierro baldío, que, en un macarrónico collaga de
citas, yuxtaponen fragmentos de texto en cinco lenguas (inglés, pro-
venzal, latín medio, francés y sánscrito) y remiten a por lo menos
ocho textos que representan lo literatura mundial desde lo Antigüe-
dad hasta el siglo XIX. Lo poesía del clasicismo, por el contrario, es Entre los trabajos del destacado filólogo Mijo;1 Mijailovich Boj'ín (1895-
también altamente intertextuol en lo que concierne a la frecuencia 1975) publicados póstuma mente en su libro Estética de la creación verbal
de citos y alusiones; sin embargo, éstos se refieren lo mayoría de los (Moscú, '979),'" le corresponde un lugar central al gran trabojo -El autor y
veces a un corpus esencialmente más homogéneo de pre-textos. el héroe en la adividad esténcc". Este trabajo fue escrito en la primero mi-
Las criterios aquí propuestos para la gradación de la intertextua- tad de los años 20 y no fue concluido; se lo imprimió con arreglo 01 manus-
crito que se había conservado (lamentablemente, no completo) en el
lidad no aspiran, en el espíritu de un positivismo ingenuo, a una
archivo de M. Sai,ín. [...] En el texto que de este trabajo se publicó en el li-
"medición" de la intensidad intertextual, sino que son entendidos co- bro Estética de la creación verbol no entró un fragmento que se había con-
mo constructas heurísticos poro lo diferenciación tipológico de servado del primer capítulo, el cual encierra unos tesis preliminares
diversas referencias intertextuales. Sólo cuando esté elaborada una generoles sobre el hombre como condición de la visión estética en la vida
tipología tal que tome en consideración tanta la inserción estructural real y en el arte. Hemos incluido aquí este fragmento, dándole el mismo tí-
y marcaje de los pre-textas en el texto mismo como la relación entre tulo que lleva todo el trabajo, -El autor y el héroe en la actividad estética-o El
texto y pre-textos y las actividades comunicativas de autor y recep- texto del trabajo impreso en el libro Estética de la creación verbal va inme-
tor, se pondrá o nuestro alcance el proyecto de uno historio de la diatamente después de este fragmento. [...}
intertextualidod, de sus estructuras, estrategias y funciones. Al leerlos, es preciso recordar que el propio autor no preparó esos me-
nuscritos poro imprenta; de ahí lo forma de tesis y de resumen que tiene
por momentos la exposición de algunas afirmaciones. Los manuscritos se
Traducción del alemán: Desiderio Navarro
han conservado en mol estado, distintos palabras quedaron en ellos sin
descifror, algunas han sido leídas con lo ayuda de suposiciones (lo cual se
ho señalado con un signo de interrogación entre corchetes después de lo
palabra dudoso). El dificilísimo trabajo de lectura de los manuscritos y pre-
paración de los mismos para imprenta fue realizado por L. V. Deriuguina, S.
M. A/exandrov y G. S. Bernstein.
S. G. Bocharáv
* "K filosofii pcstvpkc". en: Fi/osofiio i sotsio/oguiio nauki i tejniki. Ezhegodnik
J984·1985, Moscú, Nouka, 1986, pp. 138-160.
** N. del T.: Hoy edición en español, en traducción directo del ruso por Tatiana Búb-
nova, Estético de fa creación verbal, Mexico, Siglo XXI, 1982, 396 págs.

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