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Estas notas están escritas sobre un mismo tema, elaboradas a raíz del proceso histórico de
cambio, que Venezuela requiere para construirla y reconstruirla desde nuestra realidad,
fundamentada en símbolos que nos identifican y definen.
Por eso cuando se participa se invoca la necesidad del hombre y la mujer con sus poderes
creadores como sujetos del pueblo para expresarse más allá de convencionalismos del hecho
cotidiano.
Como factor esencialmente social, humanos y humanas mueven el todo de las relaciones
de cualquier sociedad, activando los elementos esenciales que determinan su cultura, los niveles
que ésta logre alcanzar y su más efectivo adentramiento y posicionamiento dentro de cada
individuo e individua que conforman una determinada colectividad.
De ahí que conceptualizar desde el término cultura, sea tarea riesgosa. Es posible que al
hablar de cultura entendámosla como una forma de comprensión de la realidad en función de
totalidades en procesos integrados (holístico), lo que nos llevaría a dilucidar que estos procesos no
pueden reducirse a unidades de referencias menores.
Mas cultura es un término y un ente que sufre el embate del tiempo y de los cambios
políticos, sociales y económicos que viven las distintas sociedades humanas.
Puede engrosarse aún más el concepto de cultura desde lo holístico entendiendo que éste
concibe al hombre y a la mujer como un organismo integrado, una unidad de desarrollo, con una
determinada visión de mundo que lo llevan y la llevan a formular cambios en los pensamientos,
percepciones y valores, lo cual constituirá una sustitución o mudanza de visiones, sin menoscabo
de su misma integración y de la suma de valores de su ámbito, lugar o nación. En ese sentido el
sentimiento o sentido de pertenencia como factor humano, es particularmente importante para
confrontar y evitar la modificación global y uniforme de la conciencia y, por supuesto de la
expansión individual, y sí, buscar restablecer algún día la unión del hombre y la mujer con lo
humano y con la totalidad del mundo que lo contiene. Cultura es una propuesta inacabable...
Al respecto, Brecht nos permite parafrasearlo cuando nos estimula a ello: Cambiar la
humanidad y cuando la hayáis cambiado seguid cambiando de nuevo esta humanidad cambiada.
Participar es estar consciente de la realidad ahora, actual que construye y reconstruye una
cultura participativa, involucrarse concretamente y ser parte en la transformación constante
donde factores esencialmente humanos son los beneficiarios de ese ir y venir abriéndose nuevos
horizontes, haciendo posible contemplar el misterio de lo que se crea organizadamente con
solidaridad y creatividad, intentando descifrar dónde nos encontramos, hacia dónde vamos sin
eludir la presencia de varias antiguas tradiciones de pensamiento sobre el origen creativo último.
En el caso particular de Misión Cultura, ésta constituye una política cultural de Estado;
participación individual y colectiva, que busca a mi entender, consolidar un sector tan vulnerable
como es el cultural, potenciando endógenamente los recursos humanos existentes que son
invisibilizados por las élites de los(as) viejos(as) “notabilidades”, élite que ve la cultura como una
sucesión de hechos heredados pasivamente, convirtiendo la acción humana dependiente de una
máxima, la cual establece: “la vida es así”.
Es una cultura donde se debe excluir la exclusión, y preterirla como viejo paradigma nada
cónsona en una sociedad que avanza a pie firme por históricos derroteros de revolución.
Han sido, y son múltiples los medios e instrumentos utilizados para endosarnos los
elementos extraños que subliminalmente atrapan la conciencia, siembran dudas y hacen creer que
cualquier forma de colonialismo es desarrollo y, lógicamente, el proceso de explotación sigue
omnipresente.
Las experiencias pasadas y vividas muestran o nos dicen que la dominación cultural como
ente alienante, alienador y modificador en la sociedad venezolana ha multiplicado sus tentáculos
en torno a esta última.
Es evidente su poder de dominio ejercido y dirigido desde los centros cínicos de poder
mundial, con la venia consagrada de los sectores más reaccionarios y extremistas de derecha del
país.
Trabajar sin descanso, no sólo con la cabeza, sino con el cuerpo entero, con los
sentimientos, los pavores, las angustias y hasta los sudores, y volviendo a recomenzar en cada
error, con autocrítica y sobre todo, valiéndonos de la creencia en nuestros símbolos patrios que
nos identifican a lo largo de la historia. Haciéndolos valer en cada actitud, en cada rincón, en cada
persona y en los niños y niñas de la primera edad. Crear nuestra cultura desde la gestación,
fundarnos y refundarnos en la estructura de todas las cosas, condensando una suma de ideas
consecuentes para construir, siempre construir una Nueva República, lenta pero incansablemente,
día tras día; una Nueva República Culturalmente Soberana.
6.- ¿Cuáles son las implicaciones en construir una cultura con referentes ajenos?
Para poder desglosar las implicaciones que se dan cuando se construye una cultura con
referencial “ajeno”, han de considerarse dos cuestiones: la forma y el fondo.
Crear significa origen, naturaleza, pero se debe tener cuidado al ir a la matriz de ese
origen, de esa naturaleza.