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La naturaleza humana y la evolución

Resumen

Este trabajo tiene dos partes. La primera parte se tratará sobre la antropología
filosófica, sus problemáticas y algunas concepciones que se han tenido de la
naturaleza humana, y la segunda parte se escogerá la concepción evolucionista
que resolverá este problema fundamental. La tercera parte se verá algunas de
las razonas porque se tiene que escoger esta tipo de concepción. El fin de este
trabajo es poder entender más la naturaleza de los seres vivos.

Palabras claves: programa biológico, naturaleza, evolución, genotipo, fenotipo,


biología funcional, biología evolutiva.

1. Antropología filosófica y sus problemáticas

La pregunta sobre ¿qué es el hombre?

Las preguntas en esta disciplina giran en torno al hombre, y la respuesta que se


puede dar puede estar relacionadas a las demás preguntas que se remiten a
¿Quién soy yo?, ¿Cuál es el sentido de mi vida?, ¿Qué ha de ser de mi vida
después de la muerte?, etc., afecta ciertamente a la concepción que se puede
tener de la felicidad y del destino que tiene el hombre. Este tipo de preguntas
han sido respondidos por diferentes filósofos y culturas, y sigue siendo muy
problemático tratar de responderlas. La respuesta sobre ¿qué es el hombre?, en
el cristianismo es que para ellos “el hombre es un ser creado por Dios a su
imagen y semejanza”. Pero, ¿Qué significa ser creado por Dios?, ¿Dios que
quiere para nosotros? Si respondiéramos a las preguntas, se diría que implica
que él nos creo que a su imagen y semejanza, quiere que nosotros seamos
salvos, ósea sin pecados, para gozar con él en el paraíso después de que
hayamos muerto.
La concepción que hay después de la muerte en el cristianismo es muy diferente
a la concepción que tiene un ateo. Para el primero, existe un infierno y un paraíso
donde, las almas buenas se van al paraíso y las malas al infierno. Su felicidad
no está aquí en el mundo terrenal, sino en el cielo, tiene que esforzarse en su
vida terrenal para que puede llegar al cielo. El sentido de su vida es seguir la
palabra del señor con mucha alegría y con mucha fe. En cambio, para el ateo no
existiría nada de eso, la vida terminó cuando uno muere y su felicidad no se
basaría en cosas supranaturales y el sentido de su vida tampoco, sino en algo
que debe encontrar en la vida que lleva.
Kant decía que la pregunta fundamental de la filosofía es “¿Qué es el hombre?”
de lo cual se puede inferir a otras preguntas como ¿Qué puedo conocer?
(metafísica), ¿Qué debo hacer? (ética), ¿Que puedo esperar? (religión). Para
este autor la pregunta acerca del hombre vendría hacer la pregunta fundamental,
es la nueva metafísica.

El hombre es el único ser vivo que se hace este tipo de preguntas, no hay ningún
animal no humano hasta ahora que podamos haber escuchado haciéndose este
tipo de preguntas. Son pocos los hombres que se hacen este tipo de preguntas,
y es un hecho que cuanto más conocen la realidad que los rodea, sienten que
se conocen mejor a sí mismos. Reflexionan sobre las preguntas acerca del
sentido de la realidad y de su propia existencia.

La exhortación “Conócete a ti mismo” estaba esculpida sobre el dintel del templo


de Delfos, para testimoniar una verdad fundamental que debe ser asumida como
la regla mínima por todo hombre deseoso de distinguirse, en medio de toda la
creación, calificándose como “hombre” precisamente en cuanto “conocedor de
sí mismo”1

Las diferentes respuestas que se dan son un intento por responder estas
preguntas que son propias de esta disciplina llamada antropología filosófica. Aun
así hay sigue siendo problemático para los hombres responder este tipo de
preguntas.

1
PABLO II, J. U. A. N. (1998). Fides et ratio. Links. Del oráculo de Delfos recogió
Sócrates el célebre precepto: «conócete a tí mismo» (Jenofonte, Memorables, IV, 2, 24-
25).
Las distintas disciplinas de la antropología

Cuando se intenta estudiar al hombre podemos distinguir tres tipos de


disciplinas:

1. La antropología física o natural, que se encarga estudiar al hombre desde


el punto de vista física, es decir, estudia los rasgos corporales,
morfológicos y fisiológicos de los individuos o grupos humanos, según las
diversas localizaciones geográficas y climáticas.
2. La antropología cultural o social es la disciplina que se centra en el análisis
de la historia, estructura y desarrollo de las diversas culturas humanas.
Ciencia que estudia los modelos típicos de comportamientos de un grupo
humano para descubrir los códigos o reglas de hábitos o tendencias, tanto
en el lenguaje, en las acciones, en las técnicas y en las creencias como
en sus normas sociopolíticas, su filosofía, su arte y su religión.
3. Antropología filosófica o filosofía del hombre. Este es el centro de la
reflexión que nos proponemos hacer. El estudio de antropológico que del
hombre responde a la pregunta si se tiene que estudiar al hombre en su
globalidad o en sus partes. Hay un estudio que nos conduzca al hombre
en su fin último, que nos conduzca al hombre en su globalidad. O
tendríamos que pensar en los dos sentidos de antropología antes dichos,
pensando que los diferentes estudios nos pueden dar una respuesta de
qué es el hombre. Considerando distintas disciplinas que hoy se ocupan
del hombre: la biología, la lingüística, la etnología, la psicología y las
ciencias sociales.

El método de la antropología filosófica

El conocimiento de la naturaleza humana debe estudiar en primer lugar a la


diversidad de planos epistemológicos. Pensamos que la realidad es tan rica y
compleja que no puede abarcarse con una sola mirada. Se plantea dos tipos de
planos para estudiar al hombre.
a) Plano de la exterioridad. Se trata de considerar de modo experimental al
ser humano, como un «objeto» más dentro del mundo material. En efecto,
el hombre gracias a su dimensión material y corpórea es susceptible de
ser analizado por las ciencias empíricas. Estas ciencias se caracterizan
por la experimentación y observación sistemática de los fenómenos
físicos. Este método científico es necesario para descubrir aspectos de la
naturaleza humana.
b) Plano de la interioridad. Hay una experiencia subjetiva consciente en los
animales. No existe una reducción entre la experiencia consciente y algún
tipo de materia. Las partes no conforman el todo, ya que un análisis en un
plano exterior nos muestra las partes mismas del cerebro, pero esto no
quiere decir que sea reducible una cierta suceso mental a algo material.
No se puede caer ya en un absurdo reduccionismo. John Searl dice que

(…) La consciencia es, por definición, subjetiva, en el sentido de que para que
exista un estado consciente debe ser experimentado por un sujeto consciente.
La consciencia tiene, en este sentido, una ontología de primera persona, es
decir, sólo existe desde el punto de vista de un sujeto humano o animal, un “yo”
que posee la experiencia consciente. La ciencia no está acostumbrada a
ocuparse con fenómenos que poseen una ontología de primera persona. La
ciencia se ha ocupado tradicionalmente de fenómenos que son “objetivos” y ha
evitado todo aquello “subjetivo”. De hecho, muchos filósofos y científicos creen
que dado que la ciencia es por definición objetiva, no puede existir algo así como
una ciencia de la consciencia ya que la consciencia es subjetiva. A todo este
razonamiento subyace una gran confusión, la cual es una de las confusiones
más persistentes de nuestra civilización intelectual. Existen dos sentidos
realmente diferentes de la distinción entre lo objetivo y lo subjetivo. En un
sentido, que llamaré el sentido epistemológico, existe una distinción entre el
conocimiento objetivo y las opiniones subjetivas. Si digo, por ejemplo,
“Rembrandt nació en el año 1606”, esa afirmación es epistémicamente objetiva
en el sentido de que puede ser decidida como verdadera o falsa
independientemente de las actitudes, sentimientos o prejuicios de los agentes
que investiguen la cuestión. Si digo “Rembrandt fue mejor pintor que Rubens”,
tal aserción no es una cuestión de conocimiento objetivo sino un asunto de
opinión subjetiva. Pero además de la distinción entre las aserciones
epistémicamente objetivas y subjetivas, existe una distinción entre entidades que
poseen una existencia objetiva en el mundo, como las montañas y las moléculas,
y entidades que poseen una existencia subjetiva, como el dolor y las cosquillas.
Llamaré a esta distinción en los modos de existir, el sentido ontológico de la
distinción objetivo-subjetivo. La ciencia es epistémicamente objetiva en el
sentido de que los científicos intentan establecer verdades que puedan ser
verificadas independientemente de las actitudes y prejuicios de los científicos.
Pero la objetividad epistémica no excluye la subjetividad ontológica del objeto de
estudio. No existe entonces en principio, una objeción para una ciencia
epistémicamente objetiva de un dominio ontológicamente subjetivo como el de
la consciencia humana.2

Naturaleza

Cuando comenzamos hablar sobre la naturaleza humana, nos preguntamos,


¿qué es el hombre?, a partir de esto tomamos un compromiso ontológico de que
entendemos por hombre. Y asumimos las consecuencias al adoptar una teoría
así. Tiene una repercusión en metafísica, ética, religión, etc. O podríamos
mantenernos escépticos y no tratar de responder nada. Si quisiéramos tener una
vista amplia de las diferentes teorías, tendríamos que recurrir a diferentes tipos
de fuentes.
El análisis mismo de cada teoría, tiene que cumplir con algunos requisitos, al
menos si esta o aquella nos generan muchos problemas o si nos beneficia.

Cuando se habla de antropología filosófica podemos remitirnos a preguntas que


los hombre se hacen sobre su existencia y su realidad. Pero podríamos
¿Podríamos preguntarnos por algo que va mas allá del hombre? Sí, como pensar
en los seres Pero esto no significa que no podamos preguntar cuál la naturaleza
de los animales no humanos. En la mayoría de casos se ha visto que al hombre
siempre lo querido intentar tratar como un ser indeterminado y como que sino
tuviera naturaleza, en cambio los animales no humanos si tendrían una
naturaleza determinada.

Concepciones de la naturaleza humana

Negación de la naturaleza humana

2
Searle, J. R. (2010). El futuro de la filosofía. Praxis filosófica, 30, 193- 22
¿Quiénes asumen esta postura?

Conductistas, existencialistas, constructivistas sociales, posmodernos,


etc.
1. Somos pura libertad e indeterminación
2. Somos una tabula rasa

 Locke prueba de que la mente es una tabula rasa.

 La mente es vacía de cualquier letra y sin idea alguna.

 La experiencia es lo que hace que nosotros tengamos pensamientos.


Esto nos convierte en lo que somos. No hay instinto alguno.

3. Nosotros no tenemos naturaleza, pero otros sí.

“No te he dado, oh Adán, ningún lugar determinado, ni un aspecto propio ni


ninguna prerrogativa exclusiva tuya; sino que aquel lugar, aquel aspecto,
aquellas prerrogativas que tú desees, las obtendrás y conservarás según
tus deseos. La naturaleza limitada de las demás criaturas está constreñida
por las leyes que Ies he prescrito. Pero tú determinarás tu propia naturaleza
sin ninguna barrera, según tu arbitrio, y al parecer de tu arbitrio la entrego.
Te he puesto en el medio del mundo para que desde ese centro puedas ver
más cómodamente todo lo que hay. No te he hecho celeste ni terrestre,
mortal ni inmortal, para que por ti mismo, como libre y soberano artífice, te
formes y te esculpas en la forma que hayas escogido”(Oratio de hominis
dignitáte, Mirandola, P))(1 y 3).

4. El mito del buen salvaje

Recoge la creencia de que los seres humanos, en su estado natural, son


desinteresados, pacíficos y tranquilos, y que males como la codicia, la
ansiedad y la violencia son producto de la civilización.

Rousseau dijo:
”Algunos se han apresurado a concluir que el hombre es naturalmente cruel y
que hay necesidad de organización para dulcificarlo, cuando nada hay tan
dulce como él en su estado primitivo, cuando [la naturaleza lo ha colocado] a
igual distancia de las estupidez de los brutos y de las luces funestas del
hombre civilizado […]”

5. Dualismo cartesiano

Lo mental y lo físico (la mente y el cuerpo / la mente y el cerebro) son cosas


radicalmente diferentes.

Se asume la realidad del mundo físico y se considera por qué la mente no


puede tratarse como parte de ese mundo.

2. La concepción evolucionista

La perspectiva evolucionista se toma a la palabra “naturaleza” en el sentido de


que “es propio de “x”. Para entender bien lo que se quiere decir haremos una
analogía, podríamos decir que es propio de la biología el estudio de la vida, pero
para estudiar la vida se remite a las distintas áreas que tiene la biología, cada
una de esas áreas tienen distintos trabajos, y cada una de ellas es parte de la
biología. Pero, si quisiéramos decir cual es la naturaleza de la “filosofía”
entonces, tendríamos que decir que es propio de ella. Lo propio de la filosofía en
una sola definición es cosa que no se ha visto hasta ahora, y es por el hecho de
que este es un término al uso. Por eso es que cuando utilizamos la palabra
filosofía lo utilizamos en varios sentidos y no en uno solo. La diferencia entre uno
y el otro es que la biología su definición no es al uso, en cambio la filosofía si
tiene ese tipo de definiciones. Otro sentido sería el de “naturaleza” en el sentido
de esencia, esta sería inmutable y tomaría un solo significado que haría que sea
propio de ella y de nadie mas. Este último sentido no se piensa usar.

Podemos decir que los seres vivos nacen con ciertas aptitudes y cierta forma de
ser. Podemos encontrar ahora una mayor comprensión de los comportamientos
que tienen los seres vivos por los avances de la genética, la etología, la
psicología evolutiva, la lingüística, etc. Muchas de estas disciplinas han tenido
muy buenas consecuencias en el estudio de los seres humanos, v.g, ir
derribando poco a poco la teoría de la maleabilidad de la conducta humana.

Si se quisiera ver como cambian las especies biológicas, diríamos que no es de


cualquier manera, si no precisamente por evolución biológica. La evolución
biológica es un hecho y se tiene un registro fósil que nos muestra los distintos
fósiles que se han encontrado en las excavaciones de diversos estratos
sedimentarios. La ramificación del árbol de la vida refleja la anatomía, la fisiología
y la genómica de los organismos actuales.

En la evolución biológica no todo es adaptativo. No se puede suponer


apresuradamente que los rasgos de un organismo son todos adaptativos o
funcionales. Y de ahí decir que todo lo funcional es óptimo, cuando esto no es
cierto. La adaptación biológica no optimiza, simplemente selecciona entre la
variedad disponible. La selección natural selecciona lo menos malo de entre lo
que hay. Ej:

Los pulpos y los calamares – humanos.

Los mamíferos – gonadas y testículos.

El genoma

El genoma es el programa biológico de los seres vivos. Este tiene la función de…
El genoma no solo describe la naturaleza de sus portadores, sino que también
proporciona las instrucciones para generarlo y para permitirle vivir, reproducirse
y desplegar todas sus capacidades. El genoma de un individuo es el conjunto
del material genético(del ADN) de los cromosomas de ese individuo. Cada
individuo humano tiene su propia naturaleza individual, que es una variedad
particular de la naturaleza humana. El genoma humano es idéntico en todos
nosotros en un porcentaje del 999 por 1.000. Si quisiéramos ver la naturaleza
humana, entonces tendríamos que analizar a nuestro genoma, este contiene la
información necesaria para poder encontrar en cada uno de nosotros la
respuesta.

El cerebro
El cerebro es generado por el programa biológico que es nuestro genoma. El
cerebro es un fenotipo, cuya función es la de centralizar todas las funciones del
sistema nervioso

Toda nuestra conducta, nuestra cultura y nuestra vida social, cuanto hacemos,
pensamos y sentimos, depende de nuestro cerebro. El cerebro es la sede de
nuestras ideas y emociones, de nuestros temores y esperanzas, del gozo y el
sufrimiento, del lenguaje y la personalidad.

Si en algún órgano se manifiesta la naturaleza humana en todo su esplendor,


es sin duda en nuestro voluminoso cerebro.

Luego de analizar esto, tendríamos que ir al cerebro, ya que es el centro por el


cual nosotros tenemos actividades conscientes.

Lenguaje
En todo acto de comunicación hay un emisor, un receptor (o varios), un objeto o
evento físico (la señal) que sirve de soporte material a la información transmitida,
y un código en función del cuál esa señal transmite precisamente esa
información, y no otra. Ese código puede ser natural o convencional.

La comunicación se presenta, desde luego, en multitud de especies de


mamíferos, aves, insectos y otros animales disponen de sistemas de
comunicación.

La comunicación animal abarca tanto la comunicación mediante señales


químicas o feromonas como el «lenguaje» corporal y los gestos faciales. Ej: la
comunicación sonora o acústica, que incluye los sonidos de contacto, los
reclamos de búsqueda de pareja, las llamadas, las señales de advertencia, las
amenazas, las expresiones afectivas y los gemidos de dolor.

El cerebro, por ejemplo, envía sus mensajes electroquímicos a través del sistema
nervioso y sus mensajes hormonales a través del sistema circulatorio.

Los humanes disponemos de algunos sistemas innatos de comunicación


gestual, como, por ejemplo, la sonrisa, que expresa bienestar y bienvenida en
individuos de los más diversos grupos culturales e incluso en infantes ciegos y
sordos de nacimiento.
El lenguaje parece constituir el rasgo más característico de la naturaleza
humano, los humanos hablamos.

Las lenguas son códigos primarios o primitivos de comunicación, mientras que


las escrituras son códigos secundarios o derivados.

La escritura es un código derivado.

El habla es natural, mientras que la escritura es artificial, cultural.

El genoma humano determina que, en el curso de nuestro desarrollo embrionario


y de nuestra primera infancia, se forme en nuestra cabeza un cerebro
preprogramado para hablar.

El primer éxito en la búsqueda de los genes del lenguaje consistió en la detección


del gen FOXP2. Se trata del único gen descubierto hasta ahora relacionado con
el lenguaje.

Consecuencias y problemas de la naturaleza humana

Al tener una concepción evolucionista de la naturaleza humana nos ayuda a


tener una mejor visión de cómo es la realidad, de cómo se comportan los
humanos con la sociedad. Así teniendo una perspectiva evolucionista podríamos
adoptar una forma de ver la educación, la política u ética, etc. Por ejemplo,
podríamos adoptar ser izquierdistas darwinistas, donde se vela por la
cooperación y la competencia. O podríamos adoptar medidas de aprendizaje
frente a una reforma educativa. Esta perspectiva evolucionista de la naturaleza
nos hace ver que no son meras convenciones sociales los actos altruistas, sino
que tienen una base biológica en todo esto. Es claro que influye lo social para
las conductas altruistas pero sentido de altruismo no solo lo vemos en los
humanos, sino también en los animales no humanos.

Muchas de nuestras conductas pueden explicarse de una manera evolutiva,


como el matar, robar, violar, etc. Pero, no se intenta justificar ninguno de estos
actos y no hay que pensar que reconocer la naturaleza humana significa aprobar
el racismo, el sexismo, la guerra, la codicia, el genocidio, el nihilismo, la política
reaccionaria y el abandono de niños y desfavorecidos. Es un problema de
interpretación el que se da.
Bibliografía

Cuadrado, J. Á. G. (2001). Antropología filosófica: una introducción a la filosofía


del hombre. Ediciones Universidad de Navarra.

García-Cuadrado, J. A. (1996). José Miguel IBÁÑEZ LANGLOIS, Introducción a


la Antropología Filosófica (5ª edición),«Ediciones Universidad de Navarra, SA»,
Pamplona 1995,

Mosterín, J. (2006). La naturaleza humana. Espasa Calpe.

PABLO II, J. U. A. N. (1998). Fides et ratio. Links.


Pinker, S. (2005). La tabla rasa, el buen salvaje y el fantasma en la máquina (Vol.
13). Grupo Planeta (GBS).

Searle, J. R. (2010). El futuro de la filosofía. Praxis filosófica, 30, 193- 222.

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