Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
En la literatura reciente, autores como Porter, Drucker, Kodama, Piore y muchos más han
planteado que para que los países puedan competir en el mercado internacional se requiere
que, entre otras cosas, tengan la infraestructura y las condiciones necesarias para preparar
cuadros humanos calificados así como para generar adoptar y adaptar la ciencia y la tecnología
a fin de apoyar la reestructuración de sus aparatos productivos4.
Cabe señalar que si bien es cierto algunos economistas reducen a la educación con
escolaridad, otros reconocen que la educación es un concepto más amplio que se relaciona con
la escuela, el trabajo, la familia, el entorno social y otros espacios; Desde nuestro punto de
vista, la existencia de diferentes definiciones más que ser producto de reflexiones apresuradas,
tienen que ver con el desarrollo de aspectos teóricos y metodológicos 6 y con la preocupaciones
económicas y sociales que ha habido en diferentes momentos y sociedades. Así pues, el
concepto de educación en el campo de la economía de la educación es un concepto histórico.
Antes del siglo XVIII, el término con el que se hacia referencia a las destrezas, habilidades y
adiestramiento técnico era el de <<skill>> o <<arte>>. En diferentes obras, los mercantilistas
mencionan que uno de los propósitos más importantes de la política estatal consistía en
aumentar el <<arte>> de la nación a fin de que ésta pudiera exportar mercancías y con esto
obtener una balanza comercial favorable que se traduciría en metales preciosos, expresión de
la riqueza de un país.
1
Disponible en: http://www.redem.buap.mx/word/eugenia2.doc
2
. o el sector del conocimiento.
3
. “El conocimiento se ha convertido en el recurso clave para la fuerza militar de una nación, lo mismo que para su
fuerza económica, y es conocimiento que sólo se puede adquirir en un proceso formal, esto es, mediante
escolaridad” (Drucker (1996) La administración. la organización basada en la información. La economía. La sociedad.
Grupo editorial Norma.
4
. “... las actividades científico-tecnológicas son esenciales para lograr nuevas condiciones productivas, a partir de las
cuales pueda sustentarse la rentabilidad del capital y su reproducción... “ (Sánchez D., Germán (1993) “Investigación
y desarrollo: nuevas características y tendencias” en Revista Economía informa. Facultad de Economía, UNAM; núm.
219. Pág. 33)
5
. El área de economía de la educación tiene una larga tradición en Estados Unidos, en países europeos y en los ex-
socialistas. Entre las líneas de investigación que más destacan en este campo están las relacionadas al capital
humano, seguimiento de egresados, tasas de retorno, análisis de gasto en educación, financiamiento, vinculación de
la educación con el sector productivo y la investigación científico tecnológica.
6
La economía es una de las ciencias sociales que más ha buscado formalizar los supuestos con los que trabaja y ha
desarrollado formas de medición y verificación. Estas características se aprecian en las definiciones que los
economistas han dado de la educación.
2
En particular, autores como John Hales, Thomas Mun, Edwards Misselden, Nehemias Grew,
William Petty, Malachy Postlethwayt, Pedro Rodríguez Campomanes y Gaspar Melchor de
Jovellanos señalaron la necesidad de la aplicación directa de los conocimientos a la solución de
los problemas económicos y la importancia de la educación en el crecimiento económico7.
1. A. LOS CLÁSICOS
Así, para A. Smith (1723-1790), uno de los factores que influye de manera importante en el
crecimiento económico es la calificación de la fuerza de trabajo. En particular, sobre la
educación, A. Smith señaló que:
Por otra parte, A. Smith al definir el concepto de capital, diferenció al capital físico del capital
humano y otorgó al trabajo humano un papel relevante en la creación de la riqueza:
“Cuando se construye una máquina muy costosa, se espera que la operación [...] hasta
su total amortización, responderá al capital invertido y procurará, por lo menos el
beneficio corriente. Un hombre educado a costa de mucho trabajo y tiempo, en uno de
aquellos oficios que requieren una pericia y destreza extraordinarias, se puede comparar
con una de esas máquinas costosas. La tarea que él aprende a ejecutar hay que esperar
que le devuelva, por encima de los salarios usuales del trabajo ordinario, los gastos
completos de su educación y, por lo menos, los beneficios correspondientes a un capital
de esa cuantía [...] la diferencia entre salarios del trabajador corriente y los del calificado
reposan en este principio” (A. Smith; 1958: 99)
7
. William Petty señaló que para lograr el crecimiento económico eran necesario primero educar adecuadamente a
los trabajadores para distribuirlos, posteriormente, en cantidades predeterminadas, en aquellos trabajos socialmente
necesarios. Pedro Rodríguez Campomanes decía que <<es menos costoso enseñar a un pobre un oficio, haciendo
de él una persona útil, que mantenerlo como tal>>. Gaspar Melchor de Jovellanos, por su parte escribió que <<Sin
duda. Las fuentes de la prosperidad social son muchas; pero todas nacen de un mismo origen, y este es la
instrucción pública.>>
3
A diferencia de Adam Smith, Thomas R. Malthus puso más énfasis en las repercusiones de la
educación en los problemas sociales que en el ámbito económico. En 1806, Malthus escribía:
“Hemos prodigado enormes sumas de dinero en socorrer a los pobres, los cuales
tenemos razones para creer que han tendido siempre a agravar su miseria. Pero, en
cambio, no nos hemos ocupado de educarlos y de inculcarles aquellas importantes
verdades políticas que les tocan más de cerca, que forman quizá el único medio de que
disponemos para elevar su situación y para hacer de ellos hombres más felices y
súbditos más pacíficos” (Malthus; 1806: 463).
Jean Baptiste Say (1767-1832), hizo referencia a la educación cuando analizó el papel de los
empresarios, a quienes definió como hombres educados. Para Say, los empresarios juegan un
papel central en el proceso de producción ya que son ellos los que la dirigen. Además, señaló
que las destrezas y habilidades deben ser consideradas como capital ya que se adquieren a un
costo y éstas tienden a aumentar la productividad del trabajador.
Por su parte, David Ricardo (1772-1823), si bien es cierto estableció una escuela lancasteriana,
hizo poca referencia a la educación. Para él, el precio natural de las mercancías (excepto las
materias primas y la fuerza de trabajo) tiende a disminuir debido a las mejoras en la maquinaria,
división del trabajo, distribución de la mano de obra y la creciente habilidad científica e industrial
de los productores.
Carlos Marx, por su parte, es uno de los teóricos que analizó con mayor profundidad al sistema
capitalista. En su obra diferenció al trabajo de la fuerza de trabajo y se refirió al papel de los
trabajadores en el proceso de trabajo y en los mercados de trabajo. Otro aspecto que sobresale
en sus análisis es la importancia que da a las características de los trabajadores.
Otro economista que mostró gran interés por las repercusiones de la educación en la economía
fue Nassau W. Senior (1790-1864). Este autor, al analizar la definición de capital, incluyó el
concepto de <<capital inmaterial>> para indicar las habilidades y destrezas desarrolladas en el
individuo mediante la educación.
Un planteamiento similar al de Senior lo hizo John Stuart Mill (1806-1873) al considerar que la
educación era el mejor medio para inculcar hábitos de prudencia y superación:
4
“Con el fin de alterar los hábitos del pueblo trabajador... una educación nacional efectiva
de los hijos de las clases trabajadores es lo primero que se necesita... Se puede afirmar
sin escrúpulos que el fin de toda instrucción intelectual para la masa del pueblo debe
consistir en cultivar el sentido común, prepararla para formar un juicio práctico verdadero
de las circunstancias que la rodean. Cualquier cosa que en el campo intelectual se
añada a esto es principalmente ornamental... Una educación dirigida a difundir el buen
sentido del pueblo, dándole unos conocimientos que le capaciten para juzgar las
tendencias de sus acciones, elevaría sin duda, incluso sin intervención directa, una
opinión pública para la cual la intemperancia y la imprevisión de todas clases serían
consideradas como vicios ignominiosos” (Mill; 1909: ).
1. B. LOS NEOCLÁSICOS
Alfred Marshall (1842-1924) al analizar el éxito industrial de los países hizo referencia a: la
importancia del carácter8; las facultades artísticas9; las repercusiones de la especialización10, las
habilidades11, la educación y eficiencia de la población así como a las consecuencias de la
división del trabajo, de la maquinaria y a las economías externas e internas.
Alfred Marshall consideró a la educación como una inversión nacional y señaló que una buena
educación repercutiría positivamente en la industria. La conveniencia de invertir en fondos
públicos y privados en la educación no debe medirse sólo por sus frutos directos. Dicha
inversión deberá ser uniforme, enfocados específicamente sobre los sectores marginados, en
que el cual existe el mayor porcentaje de desaprovechamiento debido a impedimentos
económicos. El valor económico de un gran genio industrial es suficiente para cubrir los gastos
de la educación de una ciudad, ya que basta una idea nueva para aumentar la potencia
productiva como el trabajo de los hombres.
Sin embargo, a pesar de que Marshall dio gran importancia a la educación, debido a que centró
el concepto de capital en lo material, no estimó práctico valorarla en términos monetarios, como
lo hizo con el capital físico, aduciendo que ésta al igual que el concepto de capital humano,
enfrenta serios problemas en términos de medición.
Por su parte Irving Fisher (1876-1947) dio un valor económico a los individuos, incorporándolos
en el concepto de capital. Esto amplió su concepto respecto al de Marshall ya que incluyó al
8
. Marshall planteó que para que un pueblo tenga éxito en cualquier empresa es necesario que la población tenga
vigor de carácter. Además, el poder llevar en la mente muchas cosas al mismo tiempo, el tener todo listo cuando se
necesita, el obrar con rapidez y tener recursos cuando algo va mal, el acomodarse pronto a los cambios de detalle en
el trabajo efectuado, el ser constantes y seguro, el tener siempre una reserva de fuerzas para un caso de
emergencia, son cualidades que repercuten positivamente para que un pueblo sea industrial (Marshall, A. (1920)
Obras escogidas. FCE, México).
9
. El desarrollo de las facultades artísticas del pueblo se está convirtiendo en un factor principal de la eficiencia
industrial, ya que dichas facultades implican el desarrollo de métodos de producción innovadores o la creación de
nuevos productos debido a la dinámica impuesta por la moda.
10
. Los pueblo -señala Marshall- evolucionan de la no especialización a la especialización del trabajo a medida que
desarrollan estratos de organización laboral más elevados en gran parte debido al factor educativo.
Marshall aconseja el mayor manejo posible de un amplio espectro de ramas industriales, para que a partir de dicho
conocimiento se pueda concebir una pertinente especialización en alguna de dichas ramas, que pueda redundar en
la consecución de altos niveles de eficiencia productiva. Una educación esmerada aumenta la eficiencia en los
trabajos menos especializados de la industria.
11
. Para Marshall el concepto habilidad general designa aquellas facultades y conocimientos generales que son en
grados diversos propiedad común en todos los órdenes más elevados de la industria, mientras la habilidad
especializada es aquella destreza manual y aquel conocimiento de los materiales y procesos especiales que se
requieren para los fines especiales de las profesiones individuales.
5
<<capital humano>> (Moreno; 1995: 4). Así pues, el concepto de capital de Fisher incluye todas
las fuentes de ingreso pudiendo ser materiales (tales como los recursos naturales y la
maquinaria) o abstractas (como la calificación de los trabajadores). Cabe señalar que las ideas
de Fisher, si bien es cierto, se vieron opacadas por las de Marshall, más tarde fueron
retomadas junto con muchos de los supuestos de la teoría neoclásica por los teóricos del
capital humano.
A partir de la década de los treinta, el contexto económico internacional, pero sobre todo
Estados Unidos, se enfrentó a graves problemas que cuestionaron el pensamiento económico
prevaleciente:
Los supuestos clásicos sobre la “mano invisible” como regulador de la actividad económica, la
existencia de la competencia perfecta y el equilibrio económico fueron cuestionados por John
Maynard Keynes(1883-1946) quien hizo nuevos planteamientos sobre la participación del
Estado, la producción global y el empleo. Por otra parte, cabe señalar que si bien es cierto
algunos de los supuestos fundamentales de los clásicos fueron abandonados, también lo es
que otros, como el concepto micro del capital humano, fueron retomados e incorporados en
esta perspectiva.
La consolidación de la teoría del capital humano esta relacionada con el trabajo de economistas
como Solow, Denison, Griliches, Jorgenson, Schultz, Harbison Y Myer, quienes centraron su
atención en la educación como insumo del crecimiento económico y el <<factor residual>>. Y
de Hansen, Becker, Hanoch, Blau, Gounder, Duncan, Maso, Hause, Carnoy, Blaug, Mincer,
Eckhau y Chiswick quienes pusieron énfasis en la relación educación-productividad (Moreno;
1995: 6). Cabe señalar que muchos de estos economistas se apoyan teóricamente en la teoría
del capital y crecimiento que incorpora la importancia del capital humano:
Robert Solow, en diferentes trabajos, analizó las variaciones en el producto per capita debidas
al cambio técnico y la disponibilidad de capital per capita e incorporó el “residual” en la medición
de la productividad.
Solow utiliza el concepto "cambio técnico" para referirse a cualquier clase de desplazamiento de
la función de producción. Los retardos, las aceleraciones, las mejoras en la educación de la
fuerza de trabajo, y toda clase de cosas, aparecerán como "cambio técnico". Así, el "cambio
tecnológico" representa la parte del crecimiento del producto que no es "explicable" por el
incremento de los insumos. Como ya se señaló anteriormente, Solow incluye el mejoramiento
en la educación de la fuerza de trabajo en el "cambio técnico".
Con respecto a la contribución de la mejor calidad de la fuerza de trabajo, Solow sugiere que
podría manejarse introduciendo diversos niveles de mano de obra calificada como insumos
separados.
Edward Denison, por su parte, centró su atención en la educación como insumo del crecimiento
económico y señaló que al hablar de progreso tecnológico incorporado en capital físico no se
estaba haciendo otra cosa que referirse a cambios en la calidad de los bienes de capital. Una
analogía puede hacerse en relación con los seres humanos, las destrezas y habilidades
adquiridas están incorporadas al ser humano y posiblemente aumentan su calidad como
productor.
Denison, en su trabajo sobre el crecimiento económico de los Estados Unidos, señaló que el
crecimiento de la producción potencial depende de los cambios en la cantidad y la calidad de la
mano de obra y el capital disponibles, del adelanto de los conocimientos y de factores similares.
Mientras que la razón de la producción efectiva a la potencial está gobernada, sobre todo, por la
relación entre la demanda agregada y la producción potencial.
Por otra parte, Denison señaló que la estimación de la contribución del avance de los
conocimientos se obtiene como un residuo teniendo la debilidad acostumbrada de los residuos.
Sin embargo, después de realizar las pruebas econométricas, encontró que este "residuo" no
7
explicado por ninguno de los dos factores de la producción se entendía si se consideraban las
mejoras cualitativas en la fuerza de trabajo proveniente de la educación.
Las conclusiones de Denison fueron corroboradas por los resultados de Schultz, quien en 1963
realizó una comparación entre las tasas de retorno de un dólar invertido en educación y de uno
invertido en capital físico. La conclusión fue que la rentabilidad del dinero invertido en recursos
humanos es tan o más grande que la rentabilidad del capital físico. Por lo tanto, Schultz
propuso que la educación no debería considerarse como una actividad de consumo sino como
una inversión que obtiene tasas muy altas de retorno, comparables con las del capital físico.
T. W. Schultz señaló que los factores decisivos para el mejoramiento del bienestar de la
población, en especial de los pobres son el mejoramiento de la calidad de la población y los
adelantos en el conocimiento. Para este economista el hombre tiene la capacidad y la
inteligencia suficientes para reducir su dependencia de la tierra y de las fuentes de energía.
Para Schultz el factor trabajo no es homogéneo, los recursos humanos tienen diferentes
características que se reflejan en diferentes calidades. Y la calidad consiste en diversas formas
del capital humano. La calidad de población tiene un valor económico, por lo tanto su
adquisición impone un coste. En ese sentido el tipo y monto de calidad adquirida a lo largo del
tiempo depende de la relación entre las ganancias obtenidas de la calidad adicional y el coste
de adquirirla.
Dado que la contabilidad del capital humano incluye las inversiones que significa el
adiestramiento en el lugar de trabajo, que son grandes, además de los costes y rendimientos de
la migración y las inversiones destinadas al mejoramiento sanitario, la educación es
probablemente el factor más importante en este contexto. (Schultz, 1981: 79).
Myer Fritz Machlup, publicó en 1962 un estudio sobre la producción y distribución del
conocimiento en los Estados Unidos. Para este economista <<conocimiento>> e
<<información>> presentan pocas diferencias, y en su obra toda información es conocimiento.
afecta la productividad de los factores de la producción, y que los efectos de tal conocimiento
pueden ser identificados y medidos, analizando las industrias y ocupaciones apropiadas.
En 1970 publicó su obra Education and economic growth, University of Nebraska Press, Lincoln.
En ella plantea que la educación puede considerarse como consumo, inversión, pérdida de
tiempo o estorbo. Cuando se disfruta de la lectura o de la observación de una obra de arte, la
educación es consumo; cuando la educación sirve para mejorar la posición económica o social,
es una inversión; cuando no sirve para el disfrute o mejoramiento, es una pérdida de tiempo; y
cuando la educación recibida hace incompatibles los gustos y preferencias con las
oportunidades de empleo, es un estorbo o impedimento.
Machlup señala que cuando se comparan grupos con distinta cantidad de educación, hay que
tener en cuenta un gran número de variables que pueden alterar los resultados. La edad, el
sexo, el color, el origen étnico, el origen social, la experiencia son fáciles de apreciar por los
datos censales; pero hay otros factores que son más difíciles, como son los antecedentes
familiares y relaciones y conexiones con personas influyentes. Pero el factor más difícil de
considerar es la separación entre las habilidades natas e impulso personal, con las habilidades
y actitudes adquiridas por la educación.
Becker, en su libro Human capital: A theoretical and empyrical analysis, with special referente to
education, publicada en 1964, desarrolla la tesis de que la inversión en capital humano ha
producido una importante tasa de beneficios individuales y ha sido un factor de gran fuerza en
el aumento de la productividad del pueblo americano. Para llegar a sus conclusiones, Becker
analiza distintas clases de capital humano, tales como educación escolar y educación en el
trabajo, y su análisis produce una teoría general de amplias aplicaciones que cubre desde la
distribución personal de las ganancias, hasta los efectos del desempleo entre las personas de
poca educación. También se presenta la acción del capital humano sobre las ganancias y la
productividad en Norteamérica.
En este mismo texto, Becker se propone explicar fenómenos empíricos como: a) el típico
aumento en las ganancias personales, de acuerdo con la edad, pero a una tasa decreciente; b)
la tendencia negativa de las tasas de desempleo en relación con el nivel de habilidad; c) la
actitud de paternalismo hacia los empleados que parece prevalecer en las empresas de países
en vías de desarrollo; d) La tendencia de los jóvenes a cambiar de empleo más frecuentemente
que las personas de edad; e) la desviación positiva de la distribución del ingreso,
particularmente entre profesionales y otros trabajadores calificados; f) el hecho de que las
personas más capaces reciben más educación y, g) el hecho de que la división del trabajo está
limitada por la extensión del mercado (Becker; 1983: 28).
Partiendo del supuesto de que los mercados de trabajo y de bienes son perfectamente
competitivos, Becker señala que en empresas que contratan trabajadores por un período
específico de tiempo y en las que no existe formación en el trabajo, los salarios se determinan
fuera de la empresa. Sin embargo, cuando existe formación en el trabajo (y, por lo tanto,
interrelación entre los ingresos y gastos presentes y futuros) se puede dar una reducción de los
ingresos actuales y un incremento de los gastos actuales; no obstante, las empresas podrían
9
Este autor también señala que si el producto marginal es igual al salario en cada período, el
valor actualizado de la corriente de productos marginales tendría que ser igual al valor
actualizado de la corriente de salarios. Por lo tanto, si la formación tuviese lugar solamente
durante el periodo inicial, los gastos durante ese período serían iguales a los salarios más el
gasto de la formación, los gastos durante cada uno de los períodos restantes serían iguales
únicamente a los salarios, y los ingresos de todos los períodos serían iguales a los productos
marginales
Para Becker, la formación general es útil tanto a las empresas que la proporcionan como a
muchas otras ya que da lugar a incrementos de la productividad marginal futura de los
trabajadores. Además de la formación general, Becker se refiere a la formación específica.
Respecto a la disposición de los trabajadores o de las empresas a costear los gastos de la
formación específica ésta dependerá de la rotación laboral 12 y de los beneficios que se
obtengan como consecuencia del incremento de la productividad.
Además de la formación en el trabajo y en las escuelas, los individuos tienen otros espacios y
formas de obtener conocimientos que repercutan en un incremento de sus ingresos; la
información de agencias de empleos o de anuncios, la comunicación con personas informadas,
las visitas a empresas constituyen una inversión en información sobre oportunidades de
empleos, que proporcionaría un rendimiento en forma de retribuciones superiores a las que en
otro caso se hubieran obtenido.
Por su parte, Héctor Correa en su libro Economía de los recursos humanos señala que los
hombres intervienen en la economía como factores de producción y como objetivos finales de
los procesos socioeconómicos. Al igual que otros autores, Correa considera que uno de los
insumos de la función de producción es el trabajo y que entre los factores que influyen en éste
se encuentran el tamaño de la población (la que a su vez se relaciona con la natalidad, la
mortalidad y la migración), la salud, la edad, el sexo y la educación.
El libro de Correa es importante porque al analizar la oferta y demanda del trabajo, aborda el
papel de la educación, los determinantes macro y microeconómicos de la demanda y oferta de
12
. Becker señala que la renuncia de los trabajadores o el despido de éstos impiden a la empresa obtener la totalidad
de los costes en que incurrieron.
10
Al hacer una recapitulación sobre los teóricos del capital humano, Teresa Bracho puntualiza las
aportaciones de los teóricos del capital humano:
“... La pregunta central del texto de Schultz y del origen de la teoría del capital humano
se encuentra en tratar de discernir hasta dónde se podría explicar la “calidad” del trabajo
a partir de la inversión en capital humano y en qué medida ésta podría dar cuenta de
parte del crecimiento económico, esto es, hasta dónde podría ser parte residual de los
modelos de crecimiento basados convencionalmente en medidas de capital y trabajo
(Bracho; 1994: 10).
No esta por demás señalar que la teoría neoclásica tuvo como fundamentos la teoría de la
productividad marginal que explica la demanda del trabajo; la teoría de la maximización de la
utilidad que explica la oferta individual del trabajo y la teoría competitiva del equilibrio de los
mercados (Llamas; 1989: 20). De éstos fundamentos se desprenden los siguientes supuestos:
1) El trabajo está sujeto a las mismas leyes económicas que cualquier otro insumo del proceso
de producción.
2) Las fuerzas del mercado prevalecen. La libre movilidad del trabajo asegura equilibrio entre la
oferta y la demanda de todo tipo de empleo.
3) Los patrones tratan por igual a todos los trabajadores.
4) En cualquier categoría de especialidades los trabajadores son homogéneos, con la misma
productividad, el mismo sueldo y la misma información sobre las oportunidades de trabajo.
5) Los individuos ganan según su productividad. Y la productividad de los individuos depende
de su capital humano.
6) En esta perspectiva la educación adquiere gran relevancia ya que se convierte en el
mecanismo a través del cual: los trabajadores adquieren las habilidades productivas o
especialidades; se definen los aspectos centrales de la ocupación y se definen las
remuneraciones de los individuos.
Aunque la teoría del capital humano gozó de gran influencia entre los economistas que se
dedicaron a estudiar los mercados de trabajo y las repercusiones de la calidad de los recursos
humanos en el proceso de trabajo, en la década de los setentas diferentes autores plantearon
críticas entre las que sobresalen las siguientes:
Michael Piore cuestionó a los teóricos del capital humano el “desmesurado empirismo y su
falta de sistematización teórica”, así pues, las críticas de Piore se centran en los supuestos
teóricos y en la metodología con los que trabaja la teoría del capital humano. Frente a las
deficiencias de la teoría del capital humano Piore propone utilizar el método inductivo 13y
revisar algunos de los supuestos teóricos como el de la conducta de los individuos y el de la
perfección de los mercados.
Carnoy en 1974 y Blaug en 1976 realizaron investigaciones en las que mostraron que la
acreditación universitaria ni garantizaba una productividad mayor ni aseguraba un ingreso
más elevado automáticamente. Indicaron que el empleador no reconocía ni pagaba tanto la
educación en sí (conocimientos adquiridos) sino lo que señala (una capacidad potencial de
rendimiento).
Resulta interesante que Mark Blaug -teórico del capital humano- en una actitud autocrítica
reflexionara sobre el status de esta teoría.
Como respuesta a las críticas que le hicieron -particularmente, frente al desempleo, racismo y
discriminación sexual- los teóricos del capital humano plantearon restricciones en el modelo de
decisión de la oferta de trabajo de los individuos, la incertidumbre y costos de selección, así
como hicieron referencia al adiestramiento y costo de selección. Sin embargo, frente a las
inconsistencias y limitaciones de la teoría del capital humano, a finales de la década de los 60
surgieron otras corrientes
ENFOQUES INSTITUCIONALISTAS.
13
. es decir, “...partir de la observación de la realidad y formular teorías que sirvan para explicar dicha realidad e
incidir en ella” Thoaria Luis (1983) El mercado de trabajo: Teorías y aplicaciones. Alianza Universidad. Pág. 16.
12
Esta teoría se desarrolló a finales de la década de los 60 como un intento de explicar algunos
problemas empíricos que la economía neoclásica no podía resolver. Este enfoque representa
una posición intermedia entre la economía neoclásica y la radical. Entre los principales
supuestos de la teoría del mercado dual del trabajo están los siguientes:
Mientras que el mercado primario tiene altos salarios, buenas condiciones de trabajo,
estabilidad y seguridad en el empleo, equidad en la aplicación de las normas de trabajo y
oportunidades de promoción, el mercado secundario cuenta con trabajos menos atractivos,
salarios bajos, deficientes condiciones de trabajo, variabilidad en el empleo, disciplina dura y
arbitraria, pocas oportunidades de promoción.
Respecto al papel de la educación en los mercados de trabajo, los teóricos del mercado dual
del trabajo señalan que:
Además de las corrientes antes señaladas, hay otros enfoques que ponen la atención en la
segmentación del mercado de trabajo, dichos enfoques estan generalmente asociados con los
nombres de sus autores: Carnoy y Carter; Carnoy y Levin; Deoringer y Piore; Piore; Gordon,
Reich y Edwards, sin embargo estos pueden dividirse en dos grupos: los tecnológicos y los de
contorno social.
Uno de los más representativos de este enfoque es M. Piore. Este autor se apoya en los
postulados de Adam Smith: la productividad depende de la división del trabajo, y la división del
13
trabajo depende de la extensión del mercado. Y agrega dos proposiciones nuevas: la división
del trabajo también es función de la estabilidad e incertidumbre de la demanda, y cualquier
demanda por mercancía puede separarse en un componente estable y otro inestable.
5. La división del trabajo está limitada por la dimensión, estabilidad, y certidumbre del mercado.
En 1975-1980 Piore abandona la "noción minimalista" que distingue los sectores primario y
secundario, y define un rango ocupacional superior e inferior dentro de cada uno de los
anteriores. Además incorpora el segmento artesanal, que tiene una posición intermedia entre
los rangos ocupacionales superior e inferior del sector primario.
La economía política radical puso de relieve las maneras en que las instituciones educativas
reproducen las relaciones de producción existentes y, por ende, en qué grado la estructura de
las instituciones educativas refleja o reproduce la estructura económica fundamental de la
sociedad.
14
Cabe señalar que mientras que los institucionalistas consideran que la educación es una
respuesta históricamente determinada a una demanda institucionalizada y creada por la
sociedad, los radicales consideran la educación como un instrumento para reproducir las
relaciones sociales de producción y los esquemas culturales de hegemonía, así como una
fuente de las contradicciones que puede provocar un progreso social. Los radicales examinan la
manera en que tales funciones se manifiestan y desarrollan, qué es lo que determina el rumbo
futuro del sistema educativo y cómo los esquemas de comportamiento y la condición social
adquiridos en la escuela corresponden a las relaciones de poder que prevalecen en la sociedad
o a veces las contradicen.
Entre los supuestos más importantes de los que parten los teóricos de los enfoques radicales
destacan los siguientes:
2. Estas teorías están históricamente fundamentadas y estudian las fuerzas sistemáticas que
restringen las opciones disponibles a grupos completos de la clase trabajadora.
5. Las fuerzas institucionales representan y juegan un papel más importante que las fuerzas del
mercado en la asignación y distribución del trabajo.
Los modelos radicales enfatizan que: las instituciones educativas se encuentran íntimamente
ligadas con la fuente de trabajo; los trabajadores tienen diferentes rendimientos económicos
según las credenciales educativas que hayan adquirido y según el sector en el que trabajen; la
educación actúa como elemento generador de las divisiones de la clase trabajadora y como una
institución que conforma a la población para trabajar bajo condiciones capitalistas de
producción; la educación proporciona especialidades y las escuelas han sido medios utilizados
por los capitalistas para remediar la escasez de trabajo especializado; y, a través de la
educación, los capitalistas crean el tipo de trabajo que necesitan, en términos de especialidades
y orientación ideológica.
Entre los principales modelos del enfoque radical destacan los de Gordon, Reich y Edwards;
Carnoy y Carter y Carnoy y Levin que parten de los siguientes supuestos:
2. La misma tecnología se puede operar con diferentes formas de organización del trabajo; los
capitalistas escogen una organización social que les asegure la colaboración de los
trabajadores en la producción.
15
Para estos autores la segmentación del mercado de trabajo aparece y es perpetuada porque es
funcional, o sea, facilita la operación de las instituciones capitalistas. La segmentación es
funcional porque ayuda a reproducir la hegemonía capitalista.
En el modelo de Carnoy y Carter los segmentos en este modelo se definen con el propósito de
identificar su productividad y relacionarla con la tasa de explotación asociada a los mismos. Así
pues, se centran en las brechas de productividad y salarios entre los segmentos, enfatizando el
concepto de explotación. La educación aunque juega un papel importante, es vista como un
requisito de entrada en cada segmento.
En este modelo existen dos problemas de identificación de los grupos sociales: los autores
identifican a los gerentes (managers) con los capitalistas, y para ellos el sector artesanal no
pertenece estrictamente a la clase obrera y se asemeja a lo que tradicionalmente se ha llamado
pequeña burguesía.
El modelo de Carnoy y Levin enfatiza la socialización prelaboral de las personas. Los autores
integran en este modelo una visión general de los mecanismos por los cuales el aparato
productivo, el educativo y otras instituciones sociales, tales como la familia y la iglesia, preparan
a las personas para reproducir y trabajar en una sociedad segmentada o dividida. Los
segmentos los definen como: el altamente educado, el sindicalizado, el competitivo y el
artesanal.
Al igual que Piore, estos autores relacionan la escuela con el trabajo. Para Piore, la educación y
el trabajo están relacionados a través de las decisiones individuales de inversión en
aprendizaje, ya sea específico o abstracto.
Para Carnoy y Levin, el desarrollo capitalista ha definido la naturaleza del trabajo y éste ha
estructurado la escuela. Esta relación, sin embargo, no es mecánica o lineal, sino dialéctica. La
relación no es directa, porque se trasmite a través del prisma del Estado.
Sobre las interrelaciones entre la escuela y el trabajo plantean las siguientes modalidades:
1. La naturaleza del trabajo estructura los procesos educativos y condiciona las relaciones
fundamentales en la escuela;
2. Los años que cursa una persona en la escuela se relacionan con la posición que dicha
persona ocupará en el trabajo;
3. Lo que se aprende en los diferentes niveles escolares está influido por las especialidades y
actitudes que se requieren para ocupar los distintos puestos de trabajo.
Carnoy y Levin retoman los planteamientos de que la escuela es un buen predictor del ingreso y
del status ocupacional de los individuos y de que la decisión de estudiar está fuertemente
influida por los antecedentes de clase social y por la familia para analizar el proceso de
organización del sistema educativo de los Estados Unidos, que ha permitido producir
trabajadores educados bien diferenciados para mercados de trabajo segmentados. La
expansión de la educación media y superior trajo una división del conocimiento, asociada con
papeles ocupacionales en un mercado de trabajo segmentado.
Para Carnoy y Levin la socialización diferencial por genero no explica ni la segmentación del
trabajo por género ni los salarios femeninos más bajos. Sin embargo, en el contexto de la
sociedad capitalista, la hegemonía masculina incluye la ideología de la primacía del trabajo para
el hombre y de la primacía del matrimonio y la crianza de los hijos para la mujer. Debido a que
las mujeres se definen como subordinadas a los hombres, automaticamente juegan un papel
secundario en la fuerza de trabajo.
Además de las corrientes institucionalista, mercado dual del trabajo y de la segmentación de los
mercados de trabajo, existen otras que en esta década han revalorado el papel de la educación
en la economía dandole una nueva dimensión. Tal es el caso de la CEPAL.
EL PLANTEAMIENTO DE LA CEPAL.
Esto ha llevado a que el papel de la educación en la economía -en particular, la vinculación del
sector educativo con el sector productivo-, sea uno de los aspectos prioritarios en las
estrategias de crecimiento y de competitividad internacional de los países. La educación
adquiere mayor relevancia en la medida en que, aparte de cubrir estas necesidades, tiene como
tarea contribuir a que el crecimiento económico se dé con equidad social, se formen los
modernos ciudadanos, además de que coadyuve a mantener la identidad nacional de los
países dentro de un nuevo orden internacional.
En México, la relación entre economía y educación ha sido analizada por diferentes autores
entre los que destacan Jorge Padua, Teresa Bracho, Andrés Zamudio, Carlos Muñoz,
Prudenciano Moreno, Axel Dridickson, Maura Rubio, Sylvie Didou, Victor Gómez, María de
Ibarrola, Sylvia Schmelkes, Victor Arredondo, Ignacio Llamas, Jorge Meléndez y Rolando
Maggi14 quienes han puesto el acento en diferentes aspectos, contribuyendo al desarrollo de
diferentes subáreas entre las que destacan:
14
. En los fascículos 1 y 2 del cuaderno 25 Estados del conocimiento “La investigación educativa en los ochenta,
perspectivas para los noventa” publicados en 1993 por el 2° Congreso Nacional de Investigación Educativa se
incluye una larga lista de autores y bibliografía que abordan diferentes aspectos del tema educación-trabajo.
18
Tratando de sintetizar los trabajos realizados por C. Muñoz Izquierdo, se puede observar que en
su obra:
En los últimos años, Jorge Padua ha señalado en diferentes trabajos la importancia que la
educación, particularmente la escuela, tiene en el contexto económico actual:
“... la educación y las cuestiones asociadas con la escuela se hacen más y no menos
importantes; como no hay un proceso de descalificación de la mano de obra sino, por el
contrario mayores exigencias de calificación.
... es posible que las habilidades para desempeñar tareas se asocien aún más fuerte
con el sistema escolar formal y que esto afecte la cantidad de tiempo que los jóvenes
deben permanecer en la escuela.
Por su parte, Teresa Bracho ha analizado las tasas de retorno de la escolaridad en México,
siendo éste uno de los temas centrales de la economía de la educación. En diferentes trabajos
ha desarrollado aspectos teóricos y metodológicos sobre los rendimientos económicos de la
educación, particularmente ha estimado los rendimientos económicos de la educación para el
caso mexicano. Respecto a la educación escolarizada, Teresa Bracho señala lo siguiente:
... Cada vez más la escolaridad, las credenciales educativos, son una puerta de entrada
al mundo del trabajo, salvo en lo que quedan de nichos de sistemas "tradicionales",
sectores agrícolas de autoconsumo, etc...” (Bracho, 1994)
“El nivel educativo de las personas está fuertemente asociado con su posición
ocupacional, por lo que resulta esencial incorporarlo en el análisis de la segmentación
del mercado de trabajo. Por otro lado, debido a que la remuneración de los trabajadores
20
El trabajo de J. Meléndez resulta muy sugerente por diferentes motivos entre los que destacan:
el planteamiento teórico, la propuesta metodológica y la forma de presentar los resultados de la
investigación
... la principal causa identificable de la expansión de la brecha entre los ingresos de los
ricos y los pobres en el primer subperiodo fue la alteración de la distancia entre los
grados educativos, que representó casi la mitad del cambio en la desigualdad... ”
(Székely, 1995: 218-219).
BIBLIOGRAFÍA
Bevort, Antoine. (1994), "La relación formación-empleo. El caso francés reexaminado a la luz
de los casos alemán e inglés", en Foro prospectiva 2000 México y Francia ante los retos
educativos del nuevo milenio, Memoria, México, P. 59-68.
Boyer, Robert (1986), "La flexibilización del trabajo en Europa", Ministerio del Trabajo, Madrid,
España
_
___________ y Andrés Zamudio (1994, b) Rendimientos económicos de la escolaridad II:
Estimaciones para el caso mexicano, 1989. Colección de Documentos de Trabajo del CIDE.
División de Estudios Políticos y Economía, Número 31, México.
Correa, Héctor (1970) Economía de los recursos humanos. Fondo de Cultura Económica,
México.
De Ibarrola, María (1989), "Relaciones entre la escuela y el trabajo. Nuevos objetos de estudio,
nuevos enfoques de investigación", DIE-CINVESTAV, Documento DIE 17, México.
Denison, E. F. (1967), Why Growth Rates Differ, The Brookings Institutions, Washington, D. C.
_______ (1962) The Sources of Economic Growth in the United States and the Alternatives
Before Us, Committee for Economic Development, Nueva York.
Dosi, G., et al. (1990), "The Economics of Thecnical Change and International Trade", Harvester
Wheatsheaf, New York.
Eyraud, Francois et. al. (1990) "Mercado profesional y mercado interno del trabajo en Francia y
en Gran Bretaña". En Revista Internacional del Trabajo, Vol. 109, No. 4, P. 561-580.
Fisher, Irving (1912) The nature of capital and income, New York. Macmillan
Horton, Susan, et al. (1992), " Mercado de trabajo y ajuste estructural en doce países en
desarrollo", en Revista Internacional del Trabajo, Vol. 111, Núm. 2.
Marshall, Alfred (1927) Principles of economics, 8th edition, Macmillan and Company, London.
________(1978), Obras escogidas, Fondo de Cultura Económica, México.
23
Marx, C. (1980) El Capital, Siglo XXI editores, México, España, Argentina, Tomo I/Vol.2, Cap.
XV.
Martínez, Ma. Eugenia (1995) Los recursos humanos en la productividad de la industria textil:
análisis comparado de los factores de la producción. Avance de tesis de Doctorado. Universidad
Autónoma de Aguascalientes.
Meléndez, Jorge (1994) “El rendimiento de la inversión en escolaridad: estimación del sesgo
por “habilidad” y “tipo de familia” en ecuaciones de ingreso. Evidencia para el área
metropolitana de Monterrey”. Ponencia presentada en el Seminario “Capital humano,
crecimiento, pobreza: la experiencia mexicana” UANL, Monterrey.
Penton, Evelio (1979) Educación y economía: el capital humano. Editorial Playor, España.
Porter, Michel (1991), "La ventaja competitiva de las naciones", Editorial Vergara, Argentina.
Rubio, Julio (1996) “La movilidad de los estudiantes mexicanos ante los desafios de la
globalización”. Conferencia presentada en la III Reunión General sobre Colaboración en
Educación Superior, Investigación y Capacitación en América del Norte.
______ (1994), "Patrones de colaboración innovadora". En Economía informa, No. 227, marzo
1994, UNAM, México, P. 60-62.
Smith, Adam (1958) Investigación sobre la naturaleza y causas de la riqueza de las naciones.
Fondo de Cultura Económica, México.
Stuart Mill, John (1909) Principles of Political Economy, de. W. J. Ashley, 2 vols., London.