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EQUIPO CÁTEDRA:
ALUMNOS:
ABREGU, ESTRELLA
CRUZ, RAMON
PEREZ, SILVIA
AÑO: 2018
Juan Bautista Alberdi
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organizarse? Porque de acuerdo a Alberdi el país
carece de una organización política y jurídica. Lo deja
en claro cuando sostiene que:
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y de la industria”.
La inmigración es un tema central en el pensamiento
de Alberdi. De hecho, en varias partes de Bases se
puede observar que la falta de población en los países
de Sud América es una preocupación recurrente en su
pensamiento. Alberdi considera que los países de Sud
América están despoblados, desiertos y que dicha
situación constituye un verdadero obstáculo para que
puedan comenzar a transitar la senda del progreso.
Entonces, piensa que los países de Sud América deben
crear las condiciones necesarias para fomentar la
inmigración y que la inmigración impulsará el progreso
de dichos países. En lo que se refiere específicamente
al territorio argentino, a tal punto considera que la falta
de población es un problema grave que entiende que la
Argentina ni siquiera constituye una nación, es decir, la
falta de población según su pensamiento trae aparejada
consecuencias políticas y jurídicas. Sobre este aspecto
sostiene:
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deberíamos adoptar el sistema parlamentarista? En
caso de preferir el sistema presidencialista, sistema que
actualmente nos rige, ¿deberíamos dejarlo tal cual está
o introducirle alguna modificación? Obras como Bases,
más allá de coincidir o no con el pensamiento de
Alberdi, nos invitan a reflexionar sobre la necesidad de
discutir un proyecto de país.
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Alberdi y Sarmiento no dista mucho uno de otro.
Ambos políticos buscaban llenar un vacío territorial,
cultural y educativo dejando atrás el legado español.
¿Cuál era el ideal de civilización de Alberdi? ¿Cómo
construir el Estado nacional? ¿Bajo qué criterios? Las
aspiraciones civilizatorias de Alberdi se centraban en
torno a la transformación que debía producirse en
Argentina siguiendo el ejemplo de los países más
desarrollados. Bajo la máxima alberdiana “Gobernar es
poblar” proponía un trasplante poblacional que
reemplazara a la población nativa por la extranjera que
sería más civilizada. Alberdi pretendía fomentar la
educación con el propósito de realizar un trasplante
cultural, orientado a la conformación de la identidad
nacional. La estrategia alberdiana se basaba en
transformar las herencias culturales hispánicas
Ideas y aportes a (heredadas de la colonización) con la llegada de
hombres y mujeres más civilizados de Europa, cuyos
la educación hábitos y costumbres se extendieran a través de todo el
territorio. A esta práctica, Alberdi la llamó educación por
las cosas, estaba convencido de su meta cuando en
Bases expresó que “la educación por medio de las
cosas es el medio de instrucción que más conviene a
pueblos que empiezan a crearse.” A diferencia de
Sarmiento, Alberdi no consideraba que en la educación
primaria se encontraba el punto clave para civilizar al
pueblo, más aun, consideró a esta como maliciosa y de
no formar de manera efectiva a los estudiantes.
La propuesta educativa de Alberdi apuntaba a
sectores sociales con prestigio, el impulso para la
creación de colegios nacionales tenía como objetivo
formar la conciencia moral de los jóvenes, la instrucción
secundaria y la universidad debían ser los pilares de
dicha enseñanza. Como se ha señalado en el apartado
anterior, la instrucción orientada a la industria era
primordial para el crecimiento económico del país,
por ello Alberdi proponía fundar escuelas en áreas
mercantes cuya currícula contemple materias
relacionadas con las ciencias exactas e ingeniería
siendo el principal objetivo proveer a los jóvenes
herramientas necesarias para que apliquen su
conocimiento en aquel modelo de país que soñaba
Alberdi. “La industria es el gran medio de
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moralización. Facilitando los medios de vivir,
previene el delito, hijo las más veces de la miseria y
del ocio.” Queda claro que la asociación de la
moralización enlazada con la concepción religiosa
implicaba el progreso de la república desde la
mirada de Alberdi.
Alberdi lo explica mejor cuando sostiene que
“para civilizar por medio de la población es preciso
hacerlo con poblaciones civilizadas; para educar a
nuestra América en la libertad y en la industria es
preciso poblarla con poblaciones de la Europa más
adelantada en libertad y en industria, como sucede
en los Estados Unidos.”
Consideraba (“Escritos póstumos”) que “la instrucción
es una parte de la educación, pero sólo una parte; la
instrucción es la cultura de la inteligencia; la educación
es la cultura de la voluntad, la formación del carácter, la
composición del temperamento”. Tal era la “doble
cultura” en que residía “la cuestión general de la
educación”. Educación e instrucción, “no sólo no son la
misma cosa, sino que a menudo están separadas y se
excluyen recíprocamente. De ahí los ejemplos infinitos
de hombres perversos y dañinos que son inteligentes e
instruidos, y de hombres ignorantes llenos de bondad y
de cultura en su conducta”. En las “Obras completas”,
hay un párrafo sobre las matemáticas. Decía que “los
estudios matemáticos no son necesarios por la utilidad de sus
fórmulas: semejante interés sería muy secundario. Su
conveniencia viene de que las matemáticas son el mejor medio
de educar nuestras cabezas orientales y españolas en las
prácticas del método, de la lógica y del orden.