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Pese a la gran dif: temente pre se én alcanzada recien br el estructuralismo, no Siem: mprende su verdadere signit 3a waieno | cade. Esta obra de Edmund Leach esta eatses 1 nensada para cl uso de estudiunies do ey antropologia, lingiistien, titeratuns, filo live | sotia y disciplinas alines, que se enti tan por vez primera con el metodo estruc- turalista, El objective es complejo, pero la forma es simple; para la comprension de esta obra pueden sor titiles algunos conocimicntos anteriorss de antropologia, pero no resulian imprescincil fa principal fuante otnograifica ulilizada es el libre del Lovities, Esta gula sora de utilidad para todos los quo tanten caplar los aspectos csenciales de la somlo- logia, la teoria general do los signos y simbolos en cuanto vehiculos de significado Aunque éste es fundamentalmente un libro de tex parte de su contenido os radicalmente nucvo capitulo 16 contiene una innovadora contribucién a la teorfa genera! del incesto, y ol analisis de la logica do los sacrificios do animales en el capitule 1s supos ho un avance respacto a todo lo publicade anturtors mente sobre el tema. La tosis principal del autor es que «los indicadores on los sistemas de comunica- clon no verbales, al igual que los elementos sonoros en la lengua hablada, no tienen significacién aistados, inc 510 Como miembros de conjuntos»; uno de los méritos dol libro os traductr asta jorga on términes de nuestra experiencts cotidiana. Edmund Loach nacté on 1910, Esudié matamitieas on Cambridge y postorlormanty untropalagis suckal con Malinowski y Firth, tras pasar varlos anos en China. Durante la segunda guerra mundial residié en Birma- nla. Ha sido catedratico de la London Schoo! of Eco- nomics, y desde 1966 es director del King’s College, en Cambridge. Entre sus obras més conocidas fiqura Replanteamiento de la antropologia. ies itura y comunicaci 5 sca Edmund, Leach Caltura y comunicacién La logica de ta xion de los simbolos cone INTRODUCCION EI supuesto lector medio de este ensayo es un estudiante que precisamente esti comenzando a ponerse en contacto con la literatura de la antropologia social, Debo justificar mi presentacidn porque es muy probable que tales lectores potenciales, tal vez también algunos de sus profesores, se desanimen ante el formalismo y Ia dificultad superficial de la exposicién en los capitulos iniciales. Hace muchos afios me gané el odio de mis colegas ma yores en antropologia por atreverme a sugerir que la etno- grafia de los demas es frecuentemente muy aburrida. Fui mal comprendido, pero persisto en mi herejia. La labor del antropologo social consist es analizar terpretar los datos einoardficos, la conducta consuetudina- ria, como si {ueran observados directamente. El punto més fundamental en que difieren los procedimientos de los an- tropdlogos modernos de los de sus predecesores de hace cien afios es que Ia ioterpretacién moderna de los datos etnogrificos es siempre funcionalista. Hoy en dia, todos Jos detalles de las costumbres son vistos como partes de un conjunto; se admite que los detalles, considerados aislada- mente, resultan tan carentes de sentido como las letras ais: ladas del alfabeto. Asi, In etnografia ha dejado de ser un inventario de costumbres, se ha convertido en el arte de la descripcion densa; un complicado entretejido de argumen to ¥ contraargumento, como en la obra de un gran novelis- ia (Geertz, 1973), ¥ si admitimos esto, esta claro que ningtin detalle del trabajo de campo del propio antropslogo podria parecer hunea aburrido; el detalle es su misma esencia, Pero los detalles del trabajo de campo de los demas son tal vez otra cues { i 1 i { $ 2 Edmund Leach Sélo en casos muy raros se escriben las monografias antropolégicas de tal forma que el lector pueda tener un sentimiento de comprensién hacia el medio cultural extra fio en el que tienen lugar los acontecimientos deseritos embargo, en ausencia de tal atmésfera un exceso de deta Hes simplemente intensifica la incomprensibilidad,

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