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I CAPÍTULO

LA REPRESIÓN DE LA
COMPETENCIA DESLEAL
1.1. COMPETENCIA DESLEAL- CONCEPTO
La competencia en un mercado es la lucha por la clientela. Hay competencia cuando se
puja por ofrecer lo mismo o algo que lo puede reemplazar. Esta lucha debe realizarse
dentro de ciertas pautas para ser leal. De lo contrario, será desleal. Y cuando es desleal
se convierte en un acto ilícito que a veces, según lo establezca la legislación, alcanza la
categoría de delito. Su realización causará un daño resarcible y, desde luego, la justicia
ordenará su cese. Existe una gran dificultad, sino imposibilidad, en encontrar una
definición del concepto de competencia desleal. Ello, porque la variedad de actos
desleales es tal que impide abarcarlos en una definición concreta.

No es competencia desleal el captar un cliente de un competidor, ya que esa es la


esencia de la competencia. La cuestión está entonces en los medios que se utilizan para
captar ese cliente. Hay medios leales, como lo es el ofrecer el producto de la mejor
calidad posible al menor precio posible, sin llegar al dumping, la realización de
campañas publicitarias o promocionales, la distribución del producto en todos los
lugares en que es buscado, para citar los principales. Como vemos, se trata de medios en
los que el competidor solo se apoya en su propio esfuerzo y desde esta posición, intenta
vencer a su o sus competidores. Esta conducta es impecable y leal.

Cuando el competidor, para luchar por la clientela, comienza a “apoyarse” en su o sus


competidores, en sus esfuerzos, o en sus productos y servicios, entonces entra en un
terreno en el que la deslealtad y, por ende, la ilicitud, puede aparecer con toda facilidad.
Utilizo la palabra “apoyo” en su acepción más amplia, abarcando la copia, el
aprovechamiento indebido del esfuerzo ajeno y hasta las maniobras para dañar o
destruir al competidor. También hay deslealtad cuando lo que se ofrece no es lo que se
dice ofrecer. Aparece así el engaño que intenta mostrar lo que no es.

1.2. ÁMBITO DE APLICACIÓN

Ámbito subjetivo: De conformidad la Ley de Competencia Desleal (LCD), es aplicable

a empresarios, profesionales o cualquier persona física o jurídica que participe en el

mercado, incluidos los consumidores, asociaciones de consumidores, empresas públicas


o Administraciones que presten servicios. Todo ello, independientemente de si quien

sufre la consecuencia del acto desleal sea competidor o no.

Ámbito objetivo: Indica que para que un acto esté sometido a esta Ley son necesarios
dos requisitos:

– Acto realizado en el mercado. Esto es, acto realizado con transcendencia externa y
alcance a otro sujeto distinto del que realiza el acto.

– Acto realizado con fines concurrenciales. Es decir, el acto cuyo autor al ponerlo en
práctica tiene como finalidad la de competir con alguien. Como esto pertenece al ámbito
interno del individuo, la Ley objetiviza esta voluntad interna mediante una presunción
“iuris et de iure”, es decir, que no admite prueba en contrario, indicando que se presume
que existe finalidad concurrencial si la conducta es apta para beneficiar o perjudicar a
alguien en el mercado, es decir, incidir en el mercado. Normalmente esto es evidente,
pero hay supuestos más complicados o dudosos, como por ejemplo los mensajes
difundidos por terceros ajenos a la lucha competitiva pero que incide en las posiciones
que los competidores ocupan en el mercado: una asociación de consumidores que
prueba y compara productos de diferentes marcas de productos para posteriormente
indicar cuál es, a su juicio, la mejor opción.
1.3. ÁMBITO DE APLICACIÓN TERRITORIAL
El problema principal en este caso es qué ocurre cuando un acto se realiza en un Estado
y tiene incidencia en otro u otros. Por ejemplo, cuando en los hogares españoles
recibimos la cadena BBC por satélite. En este caso, si hay anuncios que podrían ser
contrarios conforme la LCD, ¿aplicaría ésta? Para solucionar esto se crean dos
principios:

1. Principio de control en origen: Propone que en los actos de competencia desleal, se


aplique la Ley del Estado autor del acto. Ventajas: incrementa la seguridad jurídica de
las empresas que realizan el acto, por tanto es cómodo para las empresas.
Inconvenientes: se disminuye el nivel de protección del consumidor, pues son actos que
deberán ser tolerados aunque en su país sean ilícitos.

2. Principio de control en destino: Se aplicaría la Ley del Estado en el que produce los
efectos el acto. Ventajas: incrementa la protección del consumidor. Inconvenientes:
Disminuye la seguridad jurídica de las empresas y es muy difícil de controlar.
II CAPÍTULO
LOS DIVERSOS TIPO DE ENGAÑOS
QUE CONSTIYEN COMPETENCIA
DESLEAL
La disciplina sobre la competencia desleal ha pasado de ser un cuerpo legislativo
destinado exclusivamente a cautelar los intereses de los proveedores directamente
afectados por las conductas realizadas por sus competidores, para devenir en un
conjunto normativo destinado a proteger principalmente el interés público del Estado en
el correcto funcionamiento de la economía social de mercado y el interés colectivo de
los consumidores como agentes que cumplen un papel importante dentro de este modelo
económico

2.1. ACTOS DE ENGAÑO

Al referirnos a estos actos tenemos que entender que su veracidad no existe, pueden
aparentar algo y promocionarlo de esa forma pero luego solo será una falsedad. Esa
información que dan no tiene relación con lo que son. No se puede acreditar la
originalidad de sus actos. Asimismo, esta norma establece que en especial se considera
desleal ostentar o afirmar la posesión de premios, distinciones, medallas o certificados
de cualquier naturaleza que no se han obtenido o no tuvieran vigencia, particularmente
en publicidad o en etiquetas, envases, recipientes o envolturas. Guzmán afirma que:

Un concepto clave de estos actos es la veracidad de la información que se está


emitiendo al mercado, que es también de especial importancia para situaciones
como la publicidad comparativa. Ello implica que deberá acreditarse la veracidad
y exactitud de las afirmaciones objetivas sobre los bienes o servicios anunciados
[…] (p. 261)

Por lo tanto, para que un acto no sea engañoso todo lo que muestra, promociona tiene
que ser verificable. La finalidad de actuar de esa forma solo es captar la atención de las
demás personas o poder competir con las demás empresas y captar más clientes. Antes
las competencias entre empresas eran sanas, pero el hecho de que la avaricia se apodera
de las personas ha ocasionado las tramas y trucos para que los consumidores puedan
adquirir los productos de ellos.

2.1.1. Publicidad testimonial

Cuando vemos en la televisión diferentes propagandas, quedamos encantados con el


producto, como la mayoría dice: todo ingresa por los ojos. Y justamente eso sucede con
nosotros estamos dependientes de lo que podemos apreciar. Para que esto será más real,
ponen testimonios de personas que corroboran las virtudes del producto. Guzmán afirma
que:
Constituye publicidad testimonial aquella que puede ser percibida por el
consumidor como una manifestación de las opiniones, creencias, descubrimientos
o experiencias de un testigo, a causa de que se identifique el nombre de la persona
que realiza el testimonial o está sea identificable por su fama o notoriedad
pública( p. 261)

Por lo tanto, se puede concluir que las empresas buscan que alguna persona de la
farándula pruebe el producto, para que así lo recomiende. El que escucha y observa
desea adquirir, ya que al ver que personas famosas lo usan sus ganas de imitar están
primero.

2.2. ACTOS DE CONFUNSIÓN

Existen dos causas principales que, en principio, producen el riesgo de confusión: “El
consumidor puede atribuir erróneamente a una empresa los productos producidos por
otra empresa, bien porque por el extremo parecido entre los signos confunde uno con
otro, bien porque aun diferenciando claramente las marcas, cree que ambas pertenecen a
un mismo empresario. En el primer caso estaremos ante el llamado “riesgo de confusión
directo”; en el segundo frente al “riesgo de confusión indirecto” Guzmán afirma que:

[…] y que al igual que los actos de engaño afectan el funcionamiento del mercado
a nivel de la información que se proporciona la constituye los actos de confusión.
Según la norma estos consisten en actos que tengan como efecto inducir a error a
otros en el mercado respecto del origen empresarial de la actividad, el
establecimiento, las prestaciones o los productos propios de manera tal que se
considere que estos poseen un origen empresarial distinto que realmente les
corresponde. (p. 262)

El riesgo de confusión, ya sea directo o indirecto, se evalúa atendiendo a la capacidad


de diferenciación de un consumidor que actúa con diligencia ordinaria, teniendo en
cuenta la presentación, el aspecto general de los productos o las prestaciones materia de
evaluación.

2.3. ACTOS DE EXPLOTACIÓN INDEBIDA A LA REPUTACIÓN AJENA

A modo de ejemplo de este tipo de actos desleales, podemos mencionar los siguientes:
la comercialización de jabones para lavar ropa utilizando un envase con un diseño muy
similar al empleado por un competidor, lo cual podía llevar a un consumidor a
identificar los productos como fabricados por la empresa competidora. Otro ejemplo
sería, a comercialización de helados utilizando unos carritos que reproducían las
características de tamaño, forma y color de los utilizados por un competidor.
El artículo 14º del Decreto Ley Nº 26122 “considera desleal el aprovechamiento
indebido, en beneficio propio o ajeno, de las ventajas de la reputación industrial,
comercial o profesional adquirida por otro en el mercado. En particular, se reputa
desleal el empleo o imitación de signos distintivos ajenos, así como el empleo de
etiquetas, envases, recipientes u otros medios de identificación que en el mercado
se asocien a un tercero.” (p. 21)

Por lo tanto, las empresas que toman modelos de otras empresas y la patentan como
suyas están cometiendo estos actos desleales. A medida que sale algo novedoso los
demás desean imitar y lo peor de eso es que no es su creación.

2.4. ACTOS DE DENIGRACIÓN

En este ámbito nuevamente cobra importancia la veracidad, en este caso, como


mecanismo que exime de la responsabilidad proveniente del acto de denigración, puesto
que en este caso el competidor está beneficiando al mercado, al proporcionar
información veraz respecto a la falta de idoneidad del proveedor afectado.

El artículo 11 del Decreto Ley Nº 26122 establece que “se considera desleal la
propagación de noticias o la realización o difusión de manifestaciones sobre la
actividad, el producto, las prestaciones, el establecimiento o las relaciones
mercantiles de un tercero o de sus gestores, que pueden menoscabar su crédito en
el mercado a no ser que sean exactas, verdaderas y pertinentes.” (p. 17)

Al momento de interpretar estas normas, debemos tener en cuenta que la leal


competencia mercantil no está exenta de situaciones en las que un competidor opina que
ciertas frases, imágenes, sonidos o cualquier otro tipo de manifestaciones o expresiones
difundidas por otro, están afectando la reputación de sus productos o la propia imagen
comercial. Además, debemos recordar que el daño concurrencial derivado de la
eficiencia empresarial es considerado legítimo, pues las empresas se pueden causar
perjuicio por el solo hecho de competir en un mismo mercado, sin que ello implique
actuar ilegalmente.

2.5. ACTOS DE COMPARACIÓN

A nuestro modo de ver, la inclusión de la publicidad comparativa no es demasiado


acertada, toda vez que la mera inclusión como un requisito más de licitud, evitaría
graves problemas de interpretación en relación con los requisitos de licitud de la
publicidad comparativa, cuando se trate de una práctica desleal entre
empresarios/profesionales o cuando se califique como una práctica desleal entre
empresarios/profesionales y consumidores. Pues, ha incluido como práctica engañosa
por confusión con los consumidores, la publicidad comparativa que pueda desencadenar
el riesgo de confusión.

En las normas legales 374793 en el subcapítulo III del artículo 12°


Los actos de comparación consisten en la presentación de las ventajas de la oferta
propia frente a la oferta competidora; mientras que los actos de equiparación
consisten en presentar únicamente una adhesión de la oferta propia sobre los
atributos de la oferta ajena.

2.6. ACTOS DE VIOLACIÓN DE SECRETOS EMPRESARIALES

La configuración de este acto de competencia desleal dependerá de la concurrencia de


los siguientes elementos:

a) La existencia de un secreto comercial o industrial.


b) Que dicho secreto haya sido divulgado o explotado por un tercero que accedió a
éste legítimamente pero con deber de reserva, o que accedió a éste
ilegítimamente
c) Que la divulgación o explotación del secreto se haya realizado sin autorización
de su titular.

De conformidad con lo establecido por el artículo 15 de la ley 136, constituye un


acto de competencia desleal la divulgación o explotación de un secreto comercial
o industrial que sin autorización del titular, realiza quien legítima o ilegítimamente
tuvo acceso a dicha información. Por otro parte, el artículo 121º del Decreto
Legislativo Nº 823, Ley de Propiedad Industrial, establece que, sin perjuicio de las
acciones civiles y penales, la Comisión es competente para conocer las denuncias
referidas a la revelación, adquisición o uso de secretos industriales por parte de
terceros, de manera contraria a las prácticas leales del comercio13. (p. 22)

Por lo tanto, conforme a lo expuesto, podría constituir secreto comercial cualquier tipo
de información sea técnica, comercial o de negocios, incluyendo procesos secretos,
fórmulas, programas, especificaciones de productos, dibujos, planes de
comercialización, listas de clientes, programas de computadoras, información de
investigación y desarrollo, planes especiales de precio, información sobre costos o
cualquiera otra información confidencial, siempre que se cumpla con los requisitos a los
cuales se ha hecho referencia en los párrafos precedentes.

2.7. ACTOS DE VIOLACIÓN DE NORMAS


Según ha establecido la Comisión en reiterados precedentes administrativos 157, para
determinar si en un caso concreto se ha configurado un supuesto de competencia desleal
en la modalidad de violación de normas, debe cumplirse con los siguientes requisitos:

a) Que el hecho materia de denuncia no constituya un supuesto de competencia


prohibida
b) Que se haya producido la efectiva infracción de una norma de carácter público e
imperativo,
c) Que el infractor de la norma haya obtenido una ventaja competitiva de carácter
significativo frente a sus competidores

De conformidad con lo dispuesto por el artículo 17º de la ley de competencia


desleal, “se considera como desleal valerse en el mercado de una ventaja
competitiva ilícita adquirida mediante la infracción de las leyes. La ventaja deberá
ser significativa”. Según ha establecido la Comisión en reiterados precedentes
administrativos 157, para determinar si en un caso concreto se ha configurado un
supuesto de competencia desleal en la modalidad de violación de normas, debe
cumplirse con los siguientes requisitos: (p. 26)

Por lo tanto, para establecer la existencia de una ventaja ilícita significativa, la


Comisión tendrá en cuenta los costos que debió asumir o debería haber asumido el
infractor de cumplir con las disposiciones vigentes y, asimismo, el beneficio obtenido
como consecuencia del incumplimiento de dichas normas.

2.8. ACTOS DE SABOTAJES EMPRESARIALES

Aquellos en los que se provoca o incentiva la terminación de un contrato por la


contraparte de un concurrente, siendo una conducta sancionable, siempre que:

i) Los medios vinculados a la interferencia sean contrarios a la eficiencia


económica, tal como lo sería el engaño o la confusión;
ii) Pretendan excluir o eliminar al competidor del mercado;
iii) Sustraer, divulgar o explotar indebidamente secretos empresariales ajenos
iv) Vaya acompañada de otra circunstancia de naturaleza análoga a las antes
referidas

En las normas legales 374794 en el subcapítulo III artículo 15.

Consisten en la realización de actos que tengan como efecto, real o potencial,


perjudicar injustificadamente el proceso productivo, la actividad comercial o
empresarial en general de otro agente económico mediante la interferencia en la
relación contractual que mantiene con sus trabajadores, proveedores, clientes y
demás obligados, y que tengan como efecto inducir a estos a incumplir alguna
prestación esencial o mediante una intromisión de cualquier otra índole en sus
procesos o actividades.
CONCLUSIÓN

La represión de la competencia desleal resulta en estos tiempos una disciplina en


constante evolución debido a la intensificación del proceso competitivo en algunos
sectores y a lo encarnizado de la lucha que entablan las empresas por lograr la
realización de transacciones comerciales que les permitan lograr rentabilidad. Se debe
tener en cuenta que, en la actividad empresarial, un mal encaminado ímpetu por lograr
liderazgo y éxito en el mercado puede convertir un acto audaz o agresivo desde el punto
de vista comercial, en un acto de competencia desleal desde el punto de vista del
Derecho, aun cuando la voluntad de la empresa que lo realiza no sea desplegar una
conducta contraria a la buena fe comercial

BIBLIOGRAFÍA
Northcote, C. (2009). Represión de la Competencia Desleal. Lima, Perú.
http://aempresarial.com/servicios/revista/192_43_PVQLWMIXQJHIKWVFSXY
XQLXZIJBMIQKYMBJINSFEBNMMKHSDEQ.pdf
López, P. (2010). La cláusula general como elemento esencial en la configuración de
los
actos de competencia desleal enunciados y no enunciados.
file:///C:/Users/KATERIN/Downloads/Dialnet-
LaClausuraGeneralComoElementoEsencialEnLaConfigura-5110700.pdf

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