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Con la detección precoz de la sordera, el aumento en el uso de los implantes cocleares y

audífonos, y los programas de atención temprana, la situación para los niños que nacen
hoy con sordera en España ha cambiado, sobre todo en la última década. Hemos querido
dirigirnos a los educadores para ver, según sus opiniones, cómo les afecta actualmente
contar con un niño/a sordo/a o hipoacúsico/a en su aula.

Con la ayuda de Emma Parsons, universitaria norteamericana de la carrera de Educación


y Sociología, que estudia este año en Madrid en la Universidad Complutense, t-oigo.com
ha planteado una serie de preguntas a través de la web para tomar el pulso a nuestros
usuarios maestros. Han respondido 14 educadores a nuestra encuesta.

Este nuevo artículo realizado por Emma representa una actualización de una primera
encuesta hecha por t-oigo.com en 2008. Puedes ver el artículo anterior en este enlace:
http://www.t-oigo.com/did_detail.lasso?did=Hfea1aabbea0539b9

“”UN NIÑO HIPOACUSICO EN MI AULA”


LOS RESULTADOS DE LA ENCUESTA 2013
POR EMMA PARSONS y t-oigo.com
Primera impresión y la realidad

Entre los profesores que han respondido a nuestra encuesta publicada en la web t-
oigo.com durante unos meses de 2012, algunos ya habían tenido previamente a niños
sordos en sus aulas. Sin embargo, algunos profesores “primerizos” nos comunicaron que
les supuso un reto. En general, los profesores fueron muy positivos y consideraron que el
tener a un niño con aparato en su clase representaba una oportunidad de aprender y crecer
como profesional.

“Al principio fue un reto, pero con la ayuda de la logopeda y las indicaciones que
me dieron, conseguí que los niños consiguieran los mismos objetivos que sus
compañeros, incluso en inglés.”

“Fue una nueva motivación para mí.”

“Mi primer pensamiento fue la oportunidad de crecer como docente y el desafío


de colaborar con un niño hipoacúsico.”

El apoyo individualizado —en términos de comprensión, integración, etc.- es importante


para cada niño, siendo normoyente o sordo. Los profesores nos explicaron que en el
caso de ayudar a un niño con pérdida auditiva, es necesario un apoyo adicional en clase
con más frecuencia durante los ejercicios de escucha y en el caso de los dictados.
Además es útil el apoyo de un logopeda, es decir, un apoyo adicional fuera del aula para
que no se rompa el ritmo de la clase.
Los profesores no necesitan hacer una adaptación del material para los niños con pérdida
auditiva, ni tienen que tratar a los niños de una forma diferente respecto a los demás
alumnos; quizás sí es importante asegurar que hayan entendido el material,
especialmente el impartido de forma oral. En un aula grande, puede resultar difícil
controlar el rendimiento de cada niño en todo momento, pero cada niño es diferente y
tiene necesidades diferentes.

“Es verdad que en algunas situaciones hay que dedicarle algún momento más
para signarle y explicarle lo que se va a realizar, pero al igual que a otros niños
del aula.”

“El trato es el mismo que el de sus compañeros.”

“No trato al niño hipoacústico de forma diferente, al menos conscientemente. A


veces estoy más pendiente de su atención y de que me está oyendo con otros
niños.”

La tecnología

Gracias al desarrollo de nuevas tecnologías, hay muchas herramientas para los niños y
profesores, como por ejemplo los sistemas FM, implantes cocleares y audífonos, que
facilita su integración de estos alumnos en escuelas normalizadas. Sin embargo, una
situación común entre los profesores es tener que aprender a usar estas tecnologías y la
adaptación de su uso en el aula. La clave es el apoyo de la familia: cuando las familias
ayudan al profesor, explicando en detalle el funcionamiento de este tipo de aparatos, con
explicaciones detalladas y repetidas, recursos y comunicación, el ajuste es mas fácil.

“La parte más difícil ha sido buscar material con recursos cero, es decir, sin
dinero. Las familias deberían de hablar con el profesorado y transmitir los pocos
o muchos conocimientos que tengan al respecto.”

“He aprendido a usar gracias al esfuerzo de las familias las cuales siempre han
estado muy atentas a los implantes de sus hijos.”

“En las ocasiones en las que he tenido algún "problema" he llamado a los papás
que siempre lo han resulto inmediatamente.”
Cuando los niños usan el sistema FM en clase, hay buenos resultados, y es útil en
circunstancias que requieren mucho tiempo escuchando al profesor. La colaboración
entre los profesores y la familia es muy importante para su correcto uso, pero también es
importante que el niño participe y sepa manejar su sistema. Cuando el niño crece, a veces
puede rechazar el uso del sistema, por considerar que lo aísla de sus compañeros de clase.

“Sí ayuda, pero en momentos muy concretos, porque se aburre si lo usas de


forma continua ya que ella me escucha de forma continua.”

“No, tengo dificultad para usarlo. A veces son los niños los que no quieren
usarlo porque así no pueden escuchar a sus compañeros.”

“Es muy útil en los dictados, en la lectura en voz alta, en las explicaciones,
cuando las hay, y para el aprendizaje de una segunda lengua.”

Los compañeros de clase

En la encuesta preguntamos a los educadores si el tener a un niño sordo afectó a los


compañeros de la clase. Muchos de los compañeros de un niño con implante o audífono,
ya conocían la situación del niño sordo, así que no resultó incómodo para el profesor.
En algunos casos, cuando el profesor les explicó el tema de los aparatos lo hizo con
naturalidad, y así los compañeros no tuvieron ningún problema. Los compañeros
trataron al niño de manera normal y relajada.
“Solamente, por mi experiencia, hay que tener especial cuidado en la adquisición
y comprensión de las normas.”

“Los niños ya se conocían, ellos me lo explicaron a mí. En el colegio no damos


un trato distinto a esta niña, es una más y creo que así funciona todo muy bien.”

Las calificaciones

Los educadores opinaban en esta encuesta que los niños con pérdida auditiva en sus aulas
tenían las mismas capacidades y oportunidades que los demás, así como los mismos
objetivos. Sin embargo, a veces había un apoyo especial en los dictados y la expresión
oral.

Aunque el estereotipo vinculado a los niños sordos o con implantes cocleares puede
llevar a pensar erróneamente que éstos pueden estar distraídos o tener dificultades para
prestar atención en clase, la realidad es que este no es el caso. Los profesores no han
comentado nada sobre niños distraídos. En realidad, los profesores dicen que los alumnos
son atentos y obedientes.

“Demuestra tener las mismas posibilidades que los demás, no es un problema de


capacidades. Se trata de darle un poco de atención para ver en qué medida se
puede perder, pero no rompe el ritmo de la clase.”

“Pueden y deben tener las mismas metas y objetivos que los demás niños. En las
edades en que yo di clase a mi alumno, consideré necesario y justo evaluarle de
una manera especial en la expresión oral y escrita, dado que se trataba de un
niño cuya lengua materna era el inglés y mis clases se impartían en español.”

La acústica

Aunque el ruido en clase es un obstáculo para todos los alumnos, y en especial para niños
que usan aparatos como audífonos e implantes, algunas veces los profesores han hecho
algo para mejorar la acústica del aula, si bien la mayoría no ha hecho nada. Prestan
atención a la ubicación del niño y muchas veces el niño se sienta en el frente del aula.
Aunque poco se ha hecho, existe la necesidad de reducir el ruido durante la clase. Sin
embargo, esta esfera todavía se está desarrollando y seguro podrá mejorar con más
recursos e información.

“Es bueno la adecuación del espacio: la colocación de cortinas para aminorar el


sonido exterior o la colocación de alfombras de plástico con la finalidad de
eliminar el ruido que se provoca con mesas y sillas.”

Una técnica muy útil—para cualquier aula—es poner pelotas de tenis en las patas de las
sillas, así, cuando los niños mueven sus sillas, no hacen mucho ruido. Este enlace explica
el método:
http://www.t-oigo.com/hr_detail.lasso?cid=P106ce4cb52ab3f4d
“En las aulas de mi colegio, hay pelotas de tenis incrustadas en las patas de las
sillas. Evita ruidos innecesarios y es beneficioso para todos los alumnos, más
para un niño hipoacúsico.”

Consejos y conclusión

La clave es tener una buena comunicación y apoyo familiar. Cuando no hay ayuda, ni
explanaciones de la situación, es difícil para todos. Ahora hay muchos recursos para los
profesores sobre cómo ayudar a sacarle el máximo rendimiento a un niño hipoacúsico en
el aula. Las respuestas de los profesores muestran que si todos—los profesores, la
familia y el estudiante—están dispuestos a participar y a comunicarse, entonces tener un
niño sordo en clase es posible.

“Creo que es importante fomentar la responsabilidad y la independencia en estos


niños. Ellos pueden conseguir casi todo lo que se propongan, como cualquier
otro. La familia es fundamental.”

Sobre la autora
Emma Parsons es una estudiante de la Universidad de Santa Bárbara, en California, y este
año está estudiando en la Complutense de Madrid. En octubre, empezó a trabajar con un
niño hipoacúsico. No tenía ninguna experiencia previa de trabajo con niños sordos, pero
tanto ella como la familia están de acuerdo en que este año ha sido exitoso. Ellos
cocinan, practican deportes y juegan en inglés.

“He trabajado con muchos niños


con edades comprendidas entre 3
meses y 15 años, pero esta
experiencia ha sido única y
preciosa para mí. Él actúa como
cualquier otro niño de 5 años.
He trabajado con él sin
problemas y valoro el tiempo que
hemos pasado juntos.”
Perfil de los encuestados

La mayoría de los participantes son de diversas partes de España, y dos son de México.
Los educadores provienen de diferentes tipos de escuelas: colegios públicos, privados,
especiales y bilingües.
Anexo con las preguntas realizadas en la encuesta:

1. Primera impresión: ¿Qué pensó cuando supo que iba a tener un niño con pérdida
auditiva en su clase? ¿Había tenido alguna experiencia previa en este sentido?

2. La realidad: ¿Necesita dedicarle más tiempo y un esfuerzo adicional al niño


hipoacúsico en comparación con los demás niños? ¿Hay que darle un apoyo adicional en
la parte académica? ¿Y en la social? Si es así, ¿de qué manera?

3. El Trato: ¿Tiene que tratar al niño hipoacúsico de forma diferente? ¿En qué sentido?

4. La Tecnología: ¿Ha sido complicado aprender a manejar la tecnología vinculada a este


tipo de patologías? En caso de ser así, ¿cuál ha sido la parte más difícil? ¿Interactúa usted
con los audífonos/ implante coclear/ sistema FM? ¿Cómo? ¿Qué consejos podría ofrecer
a las familias para que estas, a su vez, puedan apoyar al profesorado en el aprendizaje de
la mencionada tecnología?

5. El sistema FM: ¿Cree que el sistema FM realmente ayuda a un niño hipoacúsico en


clase? ¿Tiene usted dificultades para usarlo? ¿En qué sentido?

6. Los compañeros de clase, en un colegio normal: ¿Cómo se explicó a los demás niños la
situación del niño hipoacúsico? ¿Cómo afectó este hecho a los otros compañeros de la
clase? ¿Qué ideas podría compartir con las familias y el resto del profesorado sobre cómo
tratar a un niño con pérdida auditiva frente al resto del alumnado?

7. Calificaciones: ¿Fue complicado calificar a este niño conociendo su deficiencia? ¿En


qué sentido? ¿Cree que pueden/deben tener las mismas metas/objetivos que los demás
niños? ¿Cree que deben recibir algún tipo de ventaja o atención especial por su condición
de hipoacúsicos?

8. ¿Ha tenido que hacer algo para mejorar la acústica del aula? Y, en caso afirmativo,
¿qué?

9. ¿Otros comentarios o consejos?

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