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0.1. Resumen
La creciente importancia del conocimiento en nuestras sociedades desarro-
lladas o emergentes está generando una necesidad de control y eficiencia en los
procesos de transferencia del conocimiento. Diversas ciencias se están moviendo
hacia el campo del conocimiento conforme la Sociedad del Conocimiento, y,
paralelamente la Economía del Conocimiento se desarrolla: Psicología,
Lingüística, Economía, Sociología, Informatología, Informática y muchas otras.
A pesar de los exitosos esfuerzos interdisciplinares, existe una necesidad de
modelos integradores de los procesos de transferencia del conocimiento —tanto
sociales como individuales— que faciliten la gestión del cambio desde la socie-
dad de la información industrial a la sociedad del conocimiento post industrial. A
pesar de la dificultad, es necesario poner manos a la obra. El autor propone un
escenario de futuro en el que los científicos de la informacion serían los líderes
de este cambio.
El artículo explora las bases sociales que subyacen a la necesidad de contro-
lar los procesos de transferencia del conocimiento. A partir de este análisis se
propone una definición ontológica de la información y otra funcional del conoci-
miento. Se perfila un paisaje interdisciplinar en el que distintas ciencias cooperan
y compiten por el espacio de las Ciencias del Conocimiento. Finalmente, se pro-
pone un modelo que se enfrenta a los problemas de funcionalidad, adquisición,
Scire. 1 : 2 (jul.-dic. 1995).
106 Francisco Javier García Marco
0.2. Abstract
The increasing importance of knowledge in our developed or developing
societies is creating a need for control and efficiency in knowledge transfer proc-
cesses. Different sciences are moving into the knowledge field as a ‘knowledge
society’, and, therefore, a ‘knowledge economy’ developes: Psichology,
Linguistics, Economy, Sociology, Information Science, Computer Science, and
many others. In spite of the thriving interdisciplinary efforts, there is a need of
integrative models of knowlege transfer proccesses —both social and individual
at the same time— able to manage social change from the industrial ‘information
society’ to the post-industrial ‘knowledge society’, and somebody is to take the
risk to develope them. The author envisions a future for information scientists as
leaders in this task.
The paper explores the backgorund that determines the need for knowledge
transfer control. Thereafter, it is proposed an ontological definition of informa-
tion and a functional definition of knowledge; a landscape of integrational and/or
competitive steps among the different sciences which are facing the new field of
‘knowledge sciences’ and the new demands from the ‘knowledge society’; and,
finally, a sketch is drafted of such a model —with a basic system of concepts—,
which looks for an answer to the problems of functionality, acquisition, repre-
sentation and communication of knowledge from the integrative point of view of
optimizing its social transference, which is, in fact, the aim of the modern infor-
mation scientist. On the other hand, it is proposed that the information professio-
nal should focus in specific problem-solving tasks, but such a theorical construc-
tion developed by the information scientist might help her/him to implement a
systemic and sistematic intervention; and therefore avoid the risk of irrelevancy
and of missunderstanding of the complex phenomena involved in knowledge
transference.
Keywords: Knowledge transfer. Teorethical models. Information theory.
Una vez que una sociedad o un individuo alcanza el dominio de nuevos recur-
sos de información para adaptarse al medio y los explota eficazmente, dicho sis-
tema queda prisionero del nuevo equilibrio alcanzado con su entorno y encuentra
dificil la marcha atrás. En este sentido podemos afirmar —si admitimos que ha
alcanzado un equilibrio más autónomo, eficaz y eficiente con su medio— que
dicho organismo social o biológico ha avanzado en la escala evolutiva.3 El orga-
nismo se hace así dependiente de esa información para sobrevivir en el nuevo
equilibrio alcanzado y necesita codificarla, preservarla y reproducirla. Esto ocu-
rre así a nivel celular mediante el código genético y sus sistemas de decodifica-
ción, y en los sistemas sociales con escritura mediante la combinación de docu-
mentos y los sistemas de enseñanza. Por poner un ejemplo que nos ocupa
directamente: si la sociedad aragonesa dispone de una institución como el nota-
riado que le permite codificar actos sociales y determinar la veracidad de su codi-
ficación, entonces depende de la reproducción de esa institución para su misma
reproducción. Es significativo que una de las primeras acciones de los revolucio-
narios de cualquier signo suele ser quemar archivos y monumentos, que contie-
nen la memoria permanente del anterior régimen y por tanto sus posibilidades de
reproducción. En el peor de los casos procederán incluso al borrado (“lavado de
cerebro”) o eliminación de las memorias vivas: las personas.
Así pues, una vez que un sistema ha utilizado a fondo las posibilidades que la
posesión de determinada información le ofrece para conseguir un nuevo equili-
brio con su entorno, depende de esa información para subsistir, y debe asegurar
su correcto almacenamiento, recuperación y uso.
2.3. Procesamiento de la información y conocimiento
Es precisamente en relación con el uso inteligente de la información con el
que surge el concepto de conocimiento, el otro objeto de nuestra reflexión. No se
puede confundir el conocimiento simplemente con un tipo especial de informa-
ción. El conocimiento es información seleccionada por sistemas inteligentes en
función de unos objetivos específicos y, en principio adaptativos del inabarcable
mundo de información disponible en el universo. El conocimiento es la informa-
ción percibida y procesada por un sistema inteligente en virtud de su valor para
ese sistema. Efectivamente, el ser inteligente tiende un puente entre sus objetivos
o necesidades y ciertos aspectos de la inabarcable realidad objetiva. El ser inteli-
gente explora el universo informado y aísla de él “cuantos” de información —lo
que denominamos datos— capaces de guiar su acción de forma dinámica y retro-
alimentada. Pero busca esos datos desde estructuras o sistemas de información ya
almacenadas en su mente, y los integra en ellas y los utiliza desde ellas. En defi-
nitiva, el organismo inteligente explora continuamente el ambiente en busca de
información significativa, es decir, de información funcional para sus objetivos.
Realidad
Sujeto 1 Sujeto 2
Necesidad Necesidad
Adquisición Adquisición
Acto de
transferencia
Representación Representación
Sistema de Sistema de
comunicación comunicación
SOCIEDAD
A partir de este modelo, parece pues lógico pensar que sea necesario trabajar
en las siguientes direcciones:
1. Una teoría de la funcionalidad del conocimiento, que deberá ir elaborán-
dose primero por campos de especialización (Bernard, 1990). Por ejemplo, pode-
mos contemplar el tratamiento documental como proceso en función de la recu-
peración de la información; ¿cuáles serían entonces los criterios de tal
CANAL
Señal
Fuente Emisor MENSAJE Receptor Destino
Fuente de Perdida de
ruido inform. y energía
CONTEXTO
diado sobre todo por lingüistas. El enfoque tradicional ha sido analítico, dedica-
do al estudio de paradigmas léxicos bien delimitados, con una metodología basa-
da en los hallazgos de la fonología estructural, y dirigido a la búsqueda sistemá-
tica de las dimensiones de oposición de los significados (Pottier, 1963; Greimas,
1973[1966]; Coseriu, 1977[1970]). Este enfoque ha sido extraordinariamente
productivo para producir matrices léxicas, y no puede negarse su utilidad para
dirigir el cálculo de significados y estructurar vocabularios con el objeto de, por
ejemplo, apoyar el tratamiento automatizado del lenguaje natural. Sin embargo,
conduce de forma natural a la definición de sistemas circulares y autodefinidos,
arrojando a la Semántica a un presunto callejón sin salida.15
4. Nivel significante: El nivel significante viene determinado por las opera-
ciones que aseguran la eficacia distintiva de los elementos del código con refe-
rencia al sistema perceptual, sea éste humano o automático.
5. Nivel señalizante: El nivel señalizante viene determinado por las operacio-
nes que aseguran la correcta transmisión física de la señal. Si fracasamos en este
nivel la comunicación no se realizará. En este punto el modelo de Shannon
(1984) y los trabajos de los ingenieros electrónicos y de telecomunicaciones son
absolutamente críticos.
Dichos niveles de optimización están inspirados en el modelo de Shannon
(1981), especialmente en los conceptos de señal y de código —generado a partir
de un conjunto de cualidades distintivas—, así como por el modelo de signo pro-
puesto por Saussure (trad. esp. 1985):
14. Notas
(1) Aunque nos centremos en el problema de la información y de la organiza-
ción, para ser honestos debemos confesar que, paralelamente, también la
evolución biológica genera desorden (Gould, 1985).
(2) Como filogénesis y como ontogénesis. No sólo asistimos a una complejiza-
ción de la vida en la evolución de las especies, sino que también asistimos a
ese crecimiento en la complejidad en el desarrollo biológico y mental de los
organismos. Pensemos en el desarrollo de la capacidad perceptiva de un
bebe, o en el proceso de adquisición del lenguaje.
(3) Una posible definición de evolución en este sentido podría ser la siguiente;
“Evolución es la adquisición de un nuevo equilibrio dinámico con el entor-
no sustancialmente diferente del equilibrio inmediatamente anterior”. Si
dicho nuevo equilibrio es diferente de cualquier equilibrio anterior la evolu-
ción es positiva en el sentido de la flecha temporal; si es equivalente a algún
equilibrio anterior estamos ante una evolución negativa. Para hablar con pro-
piedad de la evolución negativa como regresión o de la positiva como pro-
gresión es necesario un estudio de los fines permanentes del sistema y una
evaluación de la evolución del sistema respecto a esos fines. Observese que
esta concepción de evolución —a diferencia del concepto cotidiano de pro-
greso— no prejuzga la bondad o maldad del proceso.
(4) Un paso más puede conducirle a la sabiduría, a la creación de objetivos fir-
memente anclados en la realidad objetiva, a la unión íntima de subjetividad
y objetivo.
(5) Al ser éste un trabajo con pretensiones de cientificidad y no una discusión
filosófica obviamos el peliagudo tema del objetivo del hombre como siste-
ma. Sin embargo, por honestidad intelectual hemos de confesar que este pro-
blema subyace a nuestra investigación.
(6) Este esquema coincide parcialmente con el modelo de los “tres mundos” de
Popper (1972). Intentando dar cuenta del proceso de cambio continuo al que
está sometido el conocimiento, Popper propuso la existencia de tres mundos
en interacción: a) el mundo 1 de los objetos materiales, de la realidad física;
b) el mundo 2 de los pensamientos, sentimientos, voliciones, etc., humanas
—una representación del mundo 1—; y c) el mundo 3, que es el resultado de
la interacción de los mundos 1 y 2, y que forma la herencia cultural de la
Humanidad.
(7) En España podemos mencionar, por ejemplo, los Congresos de Lenguajes
Naturales y Artificiales, la Sociedad Española para el Procesamiento del
Lenguaje Natural, etc.
(8) En un principio los ingenieros del conocimiento se concentraban en modelar
y formalizar sistemas empíricos de conocimiento que sustentaran el cálculo
inferencial de los ordenadores sobre un dominio fáctico concreto—los lla-
mados sistemas expertos—; pero, recientemente, conforme la representa-
ción automática del conocimiento se ha ido consolidando metodológica-
mente, han comenzado a ocuparse de la transferencia de conocimientos entre
sistemas expertos y bases de conocimientos (García Montesinos, 1993).
(9) Existen no obstante notables excepciones, como los ingenieros de Apple que
acudían a las escuelas para observar como los niños aprenden, o los cogniti-
vistas puros que explican la totalidad de los fenómenos mentales en función
de la informatividad del medio y del procesamiento de la información.
(10) Véase en este mismo número el trabajo de Martín y Serrano(1994). Es nece-
sario señalar aquí los límites de esta creatividad, basada en meta-reglas y en
objetivos proporcionados por el programador humano.
(11) Por ejemplo un lexicólogo tradicional desplegará enormemente sus concep-
tos descriptores de paradigmas léxicos mientras que manejará conceptos
como ‘sociedad’ o ‘contexto’ como unidades, mientras que un sociólogo
hará justamente lo contrario.
(12) El problema de los fines/motivaciones humanas sigue abierto a discusión.
Véase al respecto la sugerente teoría piramidal de las motivaciones de MAS-
LOW (1954, trad. esp., 1963).
(13) Un modelo muy próximo ha sido postulado en la semántica de situaciones de
Barwise y Perry (1983) siguiendo a Dretske (1981), según Sánchez de
Zavala (1986) (ref. Garrido, 1988).
(14) Y si lo hiciera, manifestaría un desconocimiento del estado de conocimien-
tos de su interlocutor, o estaría intentando comunicar algo diferente del men-
saje aparente.
(15) Decimos presunto, porque esta tarea es indudablemente productiva y, real-
mente, conduce a la realización de excelentes instrumentos de trabajo.
(16) Es interesante traer aquí de nuevo a colación la teoría de la jerarquía de nece-
sidades de Abraham Maslow (1954, trad. esp., 1963).
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