El niño prodigio hizo muchas cosas misteriosas mientras crecía,
pero su primer gran milagro lo realizó a la edad de quince años, cuando su madre lo llevó a OJA- AJIGBOMEKON, el único mercado que existía en ese tiempo y en el cual los comerciantes del Cielo y la Tierra efectuaban toda clase de negocios, desde la venta bienes hasta la adivinación. Todos los que tuvieran algún tipo de mercancía, habilidad, arte, tecnología, etc., para vender iban al mercado.