Está en la página 1de 1

El agua es un líquido muy asociado.

Puede mantener puentes de hidrógeno, lo que permite la cohesión entre todas las
moléculas, adoptando una red tetraédrica como por ejemplo en el hielo. Esta se
desorganiza ligeramente en estado líquido, por ello el agua tiene menos densidad
sólida que líquida. Al tener esta propiedad de cohesión, se derivan las siguientes
consecuencias:
Mayor punto ebullición y mayor calor de vaporización: hay que aportar más
energía para romper los puentes de hidrógeno y así las moléculas puedan escapar del
líquido en forma de vapor de agua.
Menor calor de fusión: al contrario que para la ebullición, las propias interacciones de
la molécula favorecen la disposición para formar la red cristalina del hielo.
Mayor calor específico: por lo mismo, para elevar la energía cinética del agua hay
que aportar una energía cinética mayor.
Mayor tensión superficial: las fuerzas intermoleculares en la superficie del agua
atraen con mayor fuerza las moléculas de la superficie.
Datos fisicoquímicos del agua
Lo que ocurre es que a temperatura ambiente los demás compuestos están en
estado gaseoso debido a que el átomo central no es lo suficientemente electronegativo
como para generar cargas parciales importantes y en consecuencia puentes de
hidrógeno. Por lo tanto hace falta aportar menos energía para vaporizar estos
compuestos ya que no hay que romper estos enlaces débiles.
El segundo cuadro compara el agua con un compuesto apolar (por tanto hidrófobo).
Dada la alta cohesión del agua, su densidad aumenta considerablemente respecto al
pentano que no puede mantener puentes de hidrógeno por las propiedades de los
compuestos hidrocarbonados

También podría gustarte