El modo filosófico de conocer a Dios, según el Pseudo

Dionisio Areopagita, su valor y sus límites

“Dios puede ser alcanzado, alabado y nombrado de múltiples maneras”. Múltiples nombre
lo designan: Vida, Luz, Dios, Verdad, etc. Todos los nombres son poseídos por Dios, por Aquél
que es. “Dios es, pues, la Afirmación total, la Multiplicidad de los nombres”. De Dios puede
afirmarse todo, pues todo es poseído por él, de suerte que cualquier predicación sobre algo es,
en última instancia, una predicación apoyada en Dios mismo, posibilitador de la predicar en sí
mismo. Por ejemplo, se dice que es admisible afirmar que Dios es bello ¿En qué sentido es
posible hacer esto? “Dios es bello en el sentido de que El contiene toda belleza, que
sobrepasa toda belleza, que confiere toda belleza, que es eternamente bello y que su
belleza no sufre nunca ninguna alteración ni ningún cambio”.

Considerando esto, se dice que toda denominación de Dios debe entenderse de manera
eminente, sobre-esencial. Esto remite a lo mencionado anteriormente: Dios es bello siempre y
cuando se sobreentienda que lo es de un modo sobre-esencial, esto es, que está más allá del
predicado es bello, así como del atributo de la belleza misma. En esta misma dirección, se
afirma que en tanto Dios está más allá de todas las apariencias, no hay imagen posible de él.