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Dionisio – Selección

En Dionisio, el Ser está vinculado a Aquél que es, esto es, el inefable, incognoscible, supraesencial que
es causa de todas las cosas. En efecto, es de suyo el Ser en tanto nombre divino, del mismo modo en
que lo son los restantes nombres divinos manejados en el texto.

En este autor, al igual que en Plotino, se habla de una procesión que explica la realidad a través de los
nombres divinos, una procesión descendiente que avanza en el siguiente orden: Bien, Ser, Vida y
Sabiduría. Lo común de todos estos nombres divinos es que pertenecen al Dios único, y cada uno de
ellos manifiesta la Providencia de este, sea absoluta, más total o más parcial.

“Aquél que es’ es, según su potencia, la Causa fundadora supraesencial del Ser todo entero, y el
Demiurgo de lo que es, de la existencia, de la subsistencia, de la esencia y de la naturaleza,
principio y medida de los eones, entidad de los tiempos y duración de los entes, tiempo de lo que
deviene, ser, para los seres de cualquier manera que ellos sean, y devenir para los que devienen,
de cualquiera manera que lo hagan.”

Se reitera en esta caracterización del Aquel que es, es decir, Dios, como el prinicipio incognoscible que el
soporte mismo de todo, incluyendo el ser mismo. No se puede decir que Dios es en sentido estricto, sino que
es gracias a este que las cosas son, es decir, la mera posibilidad de ser algo y ser propiamente tal está dada
por Dios. “Es por esto que se le llama Rey de los siglos, en tanto que, en Él y en torno a Él, todo el ser
existe y subsiste, pero Él no era, ni será, ni ha devenido, ni deviene, ni devendrá, y aún más, Él ni
siquiera es.” En efecto, incluso la existencia viene de Aquél que preexiste; Aquél “ha producido de
antemano el ser entero, quiero decir el ser por sí, y por este ser mismo ha producido el ha hecho ser
todos los seres.”

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