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EL LABRADOR Y EL ÁRBOL

En el campo trabajaba un labrador. Era un lugar extenso con gran variedad de plantas y
animales, el labrador hacía un buen trabajo cuidando el campo para deleite de los habitantes
del lugar, quienes alababan su dedicación. El hombre, tratando de complacer aún más a las
personas del pueblo, decidió trabajar el campo y volverlo aún más hermoso. El único problema
para él era un viejo árbol que estaba en medio del prado, tan viejo que ya no producía ningún
fruto, sino más bien era el hogar de muchos gorriones y cigarras. El labrador pensó mucho en la
decisión que iba a tomar, ya que a él mismo le servía de cobijo en días de sol y que lluvia
intensos. Sin embargo, decidió que lo mejor era derribar aquel viejo árbol y sembrar nuevas
plantas en ese lugar. Cuando se aprestaba a hacerlo, levantando su hacha y de repente,
escuchó una vos con un tono muy grave y serio que le dijo: Mí querido amigo labrador, ¿Por
qué quieres derribarme? Observa a tu alrededor y te darás cuenta de que no hay ejemplar
alguno con tantos años como yo.

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