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UNIVERSIDAD DE LAS FUERZAS ARMADAS-ESPE

DEPARTAMENTO DE CIENCIAS HUMANAS Y SOCIALES

ASIGNATURA: LITERATURA INFANTIL


DOCENTE: MGTR. DENICE BARRIONUEVO

ESTUDIANTE: Yadira Aracely Quijia Anaguano

TALLER
Queridas estudiantes, identifiquen, en los dos cuentos, los tres criterios (ESTÉTICA,
EFICACIA E IDEOLOGÍA) que debe considerar el adulto en la selección de los textos
literarios para niños/as. Se sugiere resaltar el texto con un color diferente para cada
criterio.

LA FANTASÍA DE LUISA, LA GALLINA


(María Fernanda Heredia)

En un gallinero vivían cuatro gallinas gordas.


Cada tarde se sentaban a empollar los huevos y a charlar mientras realizaban sus pasatiempos
preferidos. Josefina tejía escarpines para los futuros pollitos. Filomena hacía sombreros con la
paja de gallinero, mientras Catalina bordaba delantales floridos y contaba historias de
antiguos novios: gallos grandes, gordos, y de cuello pelado.

La última era Luisa, la más extraña de todas, una gallina a la que le encantaba imaginar
historias fantásticas.

Una tarde llegó al gallinero y dijo:


- Hoy me divertí mucho, me convertí en una gallina gigante, los niños me llegaban a las
rodillas y las vacas me miraban con miedo. ¡La pasamos tan bien! Solo pude descansar
cuando me senté sobre la copa de un árbol.

Las tres gallinas la escucharon horrorizadas y Filomena dijo:


- Te has vuelto loca, Luisa, eso no es verdad… ¡una gallina gigante! ¿dónde se ha oído
semejante tontería? – Debes estar enferma- dijo Catalina- mientras le tocaba la frente para
saber si tenía fiebre. –seguro comiste algo que te cayó mal, estás delirando, añadió Josefina.

A la mañana siguiente Luisa llegó al gallinero luego de jugar con sus amigos y contó esta
historia:
- Hoy nos visitó un extraterrestre y nos llevó a volar alrededor de los planetas. Luego
viajamos hasta el Polo Norte, allí unos esquimales nos regalaron deliciosos helados de vainilla
y luna. Más tarde decidimos cubrir de chocolate toda la ciudad… No imaginan lo bonitos que
se ven los techos con el chocolate resbalando por su tejado.

Filomena interrumpió y le dijo:


-¡Ya basta! Estás loca, no queremos que nos contagies, ¡tienes que irte del gallinero! Luisa
sintió que una lágrima resbalaba por su pico y se alejó.

Al salir del gallinero el sol le preguntó: -¿Qué te pasa? ¿Qué te pasa? ¿Tienes algún problema,
Luisa?

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–Mis amigas creen que estoy loca, piensan que lo que digo no es real.

-¿Y qué es lo que dicen?


- Les digo todo lo que miro cuando cierro los ojos para imaginar cosas.
– No te preocupes, -le dijo el sol –he oído que hay quienes piensan que los soñadores estamos
locos…
-¿Crees que algún día encuentre un nuevo gallinero en el que no piensen eso de mí?

En ese momento Luisa y el sol vieron pasar por allí a un gallo apurado que, con cara de
preocupación, les dijo: - Hola ¿han visto por aquí a un dinosaurio violeta? Es Anastasio, mi
mascota, y no lo encuentro. El sol le respondió presuroso: Esta mañana lo vi volar de la mano
de su novia. Me temo que ha escapado y no volverá.

El gallo se puso triste y Luisa, que no soportaba la tristeza, le dijo:


-¿Sabes? Soy muy buena para sembrar plantas de dinosaurios, yo podría ayudarte a que
florezcan nuevos dinosaurios en tu jardín. ¿Lo dices en serio? Preguntó emocionado el gallo.

- Cierra tus ojos conmigo, -le dijo Luisa- y verás que todo, todo es posible. Desde ese día,
Luisa encontró un nuevo amigo y un gallinero especial, en el que siempre está permitido
soñar.

CUANDO SEA GRANDE


María Fernanda Heredia (ecuatoriana)

- ¿Qué quieres ser cuando seas grande?


- Yo quisiera ser un puñado de viento.
- ¿Qué?!!!
- Sí, solo un puñado, no todo el viento. Para poder bailar con las hojas de los árboles y hacerle
cosquillas en la cabeza a la montaña más alta.
- No, no, piensa bien, qué quieres ser cuando seas mayor, cuando crezcas.
- Bueno, quisiera ser un redondo granizo.
- ¿Un granizo?
- Sí redondo y grande, para poder estar en el jardín cuando caiga con todos mis amigos
granizos.
Será fantástico poder ver la granizada desde afuera y no desde la ventana.
Sí,… será fantástico y nadie me dirá que me voy a resfriar.
- Lo que quiero saber es qué quisieras hacer cuando seas un adulto, en qué quisieras trabajar.
- Yo quisiera trabajar en la fábrica de las estrellas y las haría más grandes, de mil colores y de
otras formas, tal vez cuadradas o en forma de animalitos.
También las pondría más abajo para que cualquier niño con solo ponerse en puntas y estirar su
mano, pueda bajar una de ellas.
- Ceo que no me entiendes. Cuando uno es grande, es doctor, ingeniero, abogado… o trabaja
en un banco.
Cuando se es niño, hay algo que uno quisiera ser cuando sea grande, como papá.
- Ah, ya entiendo, quisiera ser el papá del arco iris.

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