Las claves del

contrato mercantil
Qué ventajas nos ofrece
y qué errores evitar
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ÍNDICE
Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3

El contrato mercantil . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 4
Qué elementos deben reflejarse en un contrato mercantil. . . . . . . . . . . . . . 5

Ventajas e inconvenientes del contrato mercantil . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 6

Tipos de contratos mercantiles. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 7

Errores a evitar ante un contrato mercantil. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9

1. Condiciones del contrato. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9
2. Tener un plan B.. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 10
3. Cumple con la ley.. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 11

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Introducción

ma
los

Al escuchar el término contrato, seguramente te venga a la mente la

imagen de un empleado trabajando para un empresario, o lo que es lo
mismo, un contrato laboral. Este es uno de los contratos más frecuen-
tes, sin embargo, no es el único. Existen otros tipos de contratos en
función de la legislación que se aplique, como el civil, el administrati-
vo o el contrato mercantil.

Todos ellos tienen una característica común, el establecimiento de un

acuerdo voluntario, de manera escrita o verbal, en el que las partes im-
plicadas se comprometen a respetar y asumir una serie de condicio-
nes. Este acuerdo conlleva el cumplimiento de determinados derechos
y obligaciones estipulados.

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En cada uno de estos contratos participan diferentes agentes y tienen unas característi-
cas peculiares:

• El contrato civil, que se rige por el Código Civil, es aquel en el que el acuerdo se cons-
tituye entre dos o más particulares, ninguno de ellos empresario.
• El contrato administrativo, regulado por la Ley de Contratos de las Administraciones
Públicas, es aquel que efectúa la Administración Pública (ministerios, ayuntamien-
tos, etc.) con particulares o empresas.
• Por su parte, el contrato laboral se rige por el Estatuto de los Trabajadores. En éste el
trabajador presta su servicio a un empresario a cambio de una retribución. El asala-
riado trabaja por cuenta ajena, depende del empresario y tiene una serie de derechos
y obligaciones que debe cumplir.
• El contrato mercantil, regulado principalmente por el Código de Comercio. Consiste
en un acuerdo que se establece entre comerciantes o empresarios.

El contrato mercantil
Aunque a priori parece fácil diferenciar los tipos de contratos, lo cierto es que en la prác-
tica existen ciertas dudas, especialmente cuando no se poseen conocimientos básicos so-
bre la materia y se desconoce la legislación vigente.
Un contrato mercantil es un acuerdo a través del que una persona física o jurídica (autó-
nomo, sociedad limitada, anónima, cooperativa…) se compromete prestar un determina-
do servicio a cambio de una compensación económica.

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Para que cualquier contrato sea considerado como mercantil y pueda originar derechos y
obligaciones, debe cumplir una serie de características:

• Capacidad. La aptitud y capacidad de las partes para cumplir con los derechos y obli-
gaciones del contrato por sí mismo.
• Consentimiento. El acuerdo voluntario y libre de las partes implicadas en el contrato.
De esta forma se originan unos derechos y obligaciones implícitas o explícitas.
• Objeto. El servicio a cumplir.

Si te han ofrecido la opción de trabajar con un contrato mercantil, debes tener en cuenta
las características de este tipo de contrato y las responsabilidades que conlleva antes de
tomar cualquier tipo de decisión.
Para poder realizar un contrato mercantil será necesario que te constituyas como empresa.
La opción más económica, rápida y fácil es darte de alta como autónomo lo que supone una
serie de obligaciones. A todos los efectos legales, un autónomo es una empresa unipersonal.

Qué elementos deben reflejarse en un contrato mercantil

Es aconsejable que todo contrato mercantil lo formalices por escrito, de esta forma no habrá lugar a du-
das y podrás recurrir e él en caso de incumplimiento de alguna de las disposiciones acordadas.
A la hora de redactar un contrato mercantil existen algunos apartados que no pueden faltar como,

•  La identidad de las partes implicadas. En el con-
trato deben constar los datos principales de las
empresas (nombre completo, número de identi-
ficación fiscal (NIF) y la dirección de la empresa),
además de los datos completos de la persona que
representa a la entidad (nombre y apellidos, docu-
mento nacional de identidad (DNI) y domicilio).
•  El motivo u objeto de contrato. Se debe detallar el
objeto o servicio que se va a prestar, en qué con-
sistirá.
•  Obligaciones de la partes. A fin de evitar ambi-
güedades y vacíos se deben redactar con detalle y
claridad las obligaciones de cada parte.
•  La duración y fecha de finalización del contrato
y las sanciones en caso de incumplimiento para
cada parte.
•  El importe y la forma de pago. Es importante pre-
cisar el importe total, aclarando si lleva o no in-
cluido los impuestos correspondientes, y apuntar
las condiciones del pago, si se abonará mensual-
mente, al finalizar el servicio, si habrá un plazo y
de cuántos días.
Además, pueden acordarse otra cláusulas como,
• El horario de trabajo. El servicio podría estar su-
jeto bien a un número de horas determinadas al
día o a la semana, o a un horario concreto. Este
dato debe reflejarse en el contrato mercantil.
• Cláusula de exclusividad. Determinados contra-
tos pueden estar sujetos a una cláusula de ex-
clusividad o de dedicación exclusiva, en la que la
empresa contratada se compromete a no trabajar
para otras empresas o no realizar determinadas
actividades. Se debe especificar claramente en
qué consistirá la exclusividad y las consecuencias
de su incumplimiento.
• Cláusula de confidencialidad. En función del
contrato este tipo de
• Causas de resolución. Es necesario aclarar los re-
quisitos para dar por concluido el contrato antes
de que venza la fecha de fin.

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Ventajas e inconvenientes del contrato mercantil

Para las empresas contratantes

Si eres una empresa que desea contratar unos determinados servicios especializados, de-
berás elegir entre entablar una relación laboral o mercantil.
Como empresa, te puede convenir más el contrato mercantil, especialmente si el servicio
va a ser puntual, por motivos de producción u otras causas.
Este tipo de contrato te exime de las responsabilidades que asumes al contratar a un tra-
bajador dependiente y te puede ahorrar bastante dinero, al no tener que pagar IRPF o
finiquitos.

Para las empresas contratadas

Si ya eres empresario, puede que tu empresa se dedique a la prestación de servicios para
otras empresas. En este caso este tipo de contratos son fundamentales para la supervi-
vencia de tu negocio.
Por otro lado, si te han planteado este tipo de contrato y estás barajando la posibilidad
de convertirte en empresario, has de tener presente las ventajas e inconvenientes de esta
decisión.

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Las principales ventajas que puede aportarte son:

• Eres tu propio jefe. Para algunas personas esta
condición puede suponer una desventaja, dada la
responsabilidad que conlleva. Sin embargo, para
otras es una gran ventaja, pues supone que tú
eres quien organiza el trabajo, toma las decisiones
y no tienes la obligación de responder ante nin-
gún superior. Si eres una persona emprendedora,
responsable, con capacidad de decisión y con una
meta que estás dispuesto a alcanzar, ser tu propio
jefe es una gran opción.
• Flexibilidad de horarios. En función de tu acti-
vidad puedes disfrutar de cierta flexibilidad de
horarios, reducirlo o ampliarlo según tus necesi-
dades o realizar tus obligaciones en el horario que
mejor te convenga.
• Éxito económico. Como trabajador independien-
te de la empresa a la que prestas tus servicios,
puedes trabajar para varias empresas a la vez. Si
eres bueno en tu trabajo y sabes organizarte esta
situación podría beneficiarte económicamente y
darte una mayor seguridad laboral. En este sen-
tido debes tener presente y respetar las condicio-
nes acordadas en el contrato, pues podrías firmar
alguna cláusula de exclusividad (muy frecuente
en contratos a comerciales), cuyo incumplimien-
to podría penarte y dañar tu economía.
• Éxito profesional. Si eres una persona válida para
el puesto, y lo demuestras, tu trabajo será valorado
y reconocido. Este reconocimiento repercutirá fa-
vorablemente en tu reputación y en tu economía,
ya que podrás negociar tus condiciones laborales.
A mayor prestigio, mayor cartera de clientes y ma-
yores ingresos. Puede darse el caso de que alguna
de las empresas para las que trabajas te ofrezca
un contrato laboral, si es lo que deseas.

Por otro lado, los inconvenientes que se derivan de este tipo de contrato son:

• El principal inconveniente es que al constituirte
como empresa pierdes todos los derechos que tie-
nes como trabajador:
– No tienes derecho a bajas laborales ni vacacio-
nes.
– Una vez finalizado el contrato no tendrás dere-
cho a indemnización ni finiquito.
–P
 uesto que no se cotiza para el paro, tampoco
tendrás derecho a cobrarlo si se produce el cese
de tu actividad. No obstante, si cumples deter-
minados requisitos puedes llegar a cobrar el de-
nominado “paro de los autónomos”.
• Aun cuando no tengas ingresos deberás abonar
los impuestos y cuotas obligatorias.
• Si te das de alta en el Régimen Especial de Tra-
bajadores Autónomos (RETA) de la Seguridad
Social, como empresario autónomo, debes tener
en cuenta que respondes con todo tu capital, tu
patrimonio mercantil y civil, ante las deudas ge-
neradas.

Tipos de contratos mercantiles

Del mismo modo que existen diferentes tipos de contratos laborales, también encontra-
mos distintos contratos mercantiles, cada uno de ellos con unas particularidades propias.
Estos contratos están regulados por el Código de Comercio y la legislación complementa-
ria, o en su defecto por el Código Civil.

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Existen diversas clasificaciones sobre los tipos de contratos mercantiles. Algunos de los
más comunes son:

1. C
 ontrato de prestación de servicios. Por el que
una empresa subcontrata a otra para la realiza-
ción de un determinado servicio. Es uno de los
más habituales.
2. C
 ontrato de compraventa mercantil. El contra-
to de compraventa mercantil se caracteriza por
realizar la compra de una “cosa”, un bien mue-
ble, con el firme propósito de volverlo a vender
y obtener unos beneficios con la reventa.
3. Contratos “de compañía” o “de sociedad”. Se
considera contrato de compañía, cuando dos o
más personas físicas o jurídicas acuerdan rea-
lizar aportaciones comunes con el propósito de
obtener un beneficio económico.
4. Contrato de agencia. Se trata de aquel contra-
to en el que una persona natural o jurídica de-
nominada “agente”, asume el compromiso de
promover operaciones de comercio por cuenta
ajena a cambio de una remuneración, sin asu-
mir riesgo por tales operaciones.
5. Contrato de depósito mercantil. Una de las
principales características de este tipo de con-
tratos es su fin: la conservación y custodia de las
cosas depositadas.
En este tipo de acuerdos, existen dos figuras cla-
ras, el depositante, quien entrega el artículo o
artículos, y el depositario, que guarda y cuida la
mercancía depositada a cambio de una contri-
bución.
6. Contrato de préstamo mercantil. Es uno de los
contratos más comunes e importantes, espe-
cialmente dentro del comercio mercantil, ya
que es una de las formas de financiar las opera-
ciones mercantiles.
Para que un préstamo sea mercantil se deben
cumplir dos requisitos:
– Por un lado, alguno de los contratantes debe
ser comerciantes.
– Por el otro, el préstamo se debe destina a ac-
tuaciones comerciales.
7. C
 ontrato de seguro. En los contratos de seguro
existe un convenio en el que la empresa ase-
guradora, a cambio del cobro de determinadas
cuotas, se obliga a indemnizar al asegurado
siempre que se produzcan una serie de riesgos
cubiertos, acordados previamente.
8. C
 ontrato de arrendamiento financiero o Lea-
sing. El contrato de leasing, o contrato con de-
recho a compra, permite a la empresa arren-
dataria disponer de determinados bienes o
herramientas, cedidas por la empresa arrenda-
dora, durante un periodo de tiempo determina-
do y a cambio del pago de unas cuotas. Una vez
finalizado el plazo de tiempo, el arrendatario
tiene derecho a adquirir el bien a un precio “re-
sidual”, en el que al precio de original se le des-
cuenta el dinero de las cuotas abonadas. En caso
de no querer adquirir el bien, deberá prorrogar
el contrato o devolverle el bien al arrendador.
9. C
 ontrato de franquicia. Este tipo de contratos
ha proliferado en las últimas décadas en nues-
tro país. En él la empresa franquiciadora le con-
cede a otra (franquiciado) el derecho a explotar
su marca y productos o servicios a cambio de
una prestación económica.
10. C
 ontratos de transporte. En el que una empre-
sa se compromete a recoger, llevar y entregar
en el lugar concretado una determinada mer-
cancía o personas, según lo pactado, a cambio
de una retribución económica.

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Errores a evitar ante un contrato mercantil

Si deseas acertar en tu de-

cisión, no perder tiempo,
dinero y no llevarte sor-
presas inesperadas ni des-
ilusiones, debes meditar
sobre todos los pros y con-
tras de este tipo de contra-
tos.
Por otro lado, tienes que te-
ner en cuenta una serie de
cuestiones fundamentales
que pueden hacer que te
decantes por aceptar o re-
chazar este acuerdo.

1. Condiciones del contrato.

Ante una oferta de contrato mercantil debes tener muy claras las condiciones exactas del
contrato:

• Las obligaciones que debes cumplir como empresa empleada, es decir, las funciones
que debes desempeñar, si el trabajo se va a llevar a cabo en un lugar concreto o en
un horario determinado, si existe alguna cláusula de exclusividad y todas aquellas
condiciones que puedan afectarte de alguna manera.
• El importe o las comisiones que te abonarán por los servicios prestados.
• El tiempo de duración del contrato.

Procura aclarar cada una de las condiciones y obligaciones que asumes y las repercusio-
nes que acarrean el incumplimiento de estas.
Negocia aquellas condiciones que consideres conveniente.

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Estudia si te conviene económicamente la propuesta. Ten presente que no tendrás una

nómina fija y que deberás abonar los impuestos y cuotas obligatorias. Realiza tus cálcu-
los y valora todas las variables posibles, especialmente si sólo vas contar con un cliente o
si vas a trabajar por comisión en función de tus ventas.
No olvides que tú pones el material y las herramientas necesarias para ejecutar tu tarea,
salvo que se pacte lo contrario. También los desplazamientos correrán de tu cuenta si no
estableces lo contrario. Esto puede suponer unos gastos extras (al tener que reponer el
material por pérdida o deterioro, o alquilar o comprar nuevo material, transporte) que
variarán en función de tu actividad económica.
No te dejes engañar por promesas que no sabes si se cumplirán. Es un grave error tomar
tu decisión basándote únicamente en este tipo de ofertas, como que en un futuro podrías
formar parte de la empresa.
Exige que el contrato sea por escrito, de esta forma podrás revisar las condiciones y cláu-
sulas siempre que lo necesites, además de garantizar que no se produzcan equivocacio-
nes o engaños.
Comprueba que la persona que firma en nombre de la empresa está legitimada para ha-
cerlo, pues de lo contrario el contrato podría perder su validez.
Por último, uno de los mayores problemas de las empresas y autónomos con los contratos
mercantiles es la frecuencia de los impagos por parte de sus clientes, especialmente en
la situación de recesión económica actual. Si prevés que existe el riesgo de que esto te
suceda, tienes dos alternativas:

• Exige el pago de una parte del contrato por adelantado antes de comenzar la activi-
dad. Es especialmente aconsejable con nuevos clientes, y debe permitirte cubrir tus
costes mínimos.
• Hazte con un buen seguro. Recomendable cuando la frecuencia y el riesgo de tus
operaciones es alto. El seguro te garantiza que percibas una indemnización en caso
de impago.

1. Tener un plan B
Otro error muy frecuente es no tener un plan B por si los planes no salen según lo espera-
do, incluso un plan C por si el B también fallara.
Coge tu cuaderno de notas y comienza a realizar un listado de todas las cosas que podrían
salir mal y las alternativas que puedes tomar. Recuerda que una buena planificación es
clave para el éxito.
Medita, por ejemplo, sobre los clientes que necesitas y cómo te vas a dar a conocer.

• A qué tipo de empresas puedes prestar tus servicios. En ocasiones nos autolimitamos
a un determinado sector y no somos capaces de ver más alternativas. Se creativo y
busca nuevos nichos.

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• Para cuántas empresas podrías trabajar y en qué condiciones. Quizás te convenga

rescindir tu contrato con alguna empresa que no te compense económicamente y
buscar otras con menor carga laboral o mejor pagada, siempre que no tengas contra-
to de exclusividad y sanciones relacionadas. Para tener una idea clara de cuál es tu
límite, toma tiempo en calcular cuál es el precio por hora mínimo por el que puedes
aceptar un contrato mercantil.
• Qué solvencia tienen dichas empresas, cuál es su reputación dentro de su sector, es-
pecialmente si es la primera vez que trabajas para ellas.

3. Cumple con la ley

No te olvides de tus obligaciones fiscales, que implican incluir el IVA en tus facturas siem-
pre que tu actividad no esté exenta, además de realizar las declaraciones estipuladas. En
caso de incumplimiento podrías recibir importantes sanciones económicas. Debes recor-
dar que si eres autónomo has de responder a tus deudas con todo tu patrimonio, lo que
supone un gran riesgo.

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