Facilitador: Marco Vinicio Umaña Juárez. Estudiante: Diana Beatriz Pazos Andrade Fecha y año: 21 de Julio de 2018 Reporte de lectura número 1 (Crítica personal) Libro: “Los siete saberes necesarios para la Educación del Futuro” Edgar Morin
CAPÍTULO I “Las cegueras del conocimiento: el error y la ilusión”
Como docentes debemos estar conscientes que la tarea de educar tiene muchas implicaciones, y depende de diversos factores, uno de ellos es que los docentes somos seres humanos falibles, que por ende, tenemos vivencias, costumbres, formación, concepciones, percepciones, cultura, ambientes, predisposiciones genéticas, etc. Que influyen en el desarrollo de nuestras actividades, lo cual, expone al conocimiento inevitablemente al error y a la ilusión. El autor profundiza en el análisis de los elementos internos, desde las funciones cerebrales, lo cual multiplican las posibilidades del error, por ejemplo: la estrecha relación entre inteligencia y afectividad, el 98% de funcionamiento interior del cerebro, la “self-deception”, la memoria, nuestros sistemas de ideas, la racionalidad (que debe ser autocrítica) y los paradigmas que juegan un papel básico en el comportamiento de las personas. Coincido inevitablemente en considerar la posesión, lo inesperado y la incertidumbre como elementos que permiten fortalecer o contrastar conceptos preestablecidos por el individuo para que este sea capaz de tomar una serie de decisiones adecuadas a su contexto y realidad personal, social y cultural. CAPÍTULO II “Los principios de un conocimiento pertinente” Vivimos en un mundo globalizado, complejo y multidimensional, ello puede ser favorable o no, ya que la problemática de la sociedad no es la falta de información sino la falta de organización y selección de la misma, esto deriva en que el conocimiento se fragmenta y descontextualiza. Morin plantea algunos elementos como la deshumanización en los procesos que provoca el debilitamiento de la responsabilidad y solidaridad, las disciplinas hiper especializadas, el principio de reducción, de compartimentar el conocimiento y la falsa racionalidad que se traduce en abandonar el conocimiento. “Existen los desafíos de la complejidad a los cuales los desarrollos propios de nuestra era planetaria nos confrontan ineluctablemente”.