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Pesante González 1

Eddie Joel Pesante González


ESPA4905
Dra. Maribel Acosta Lugo y Dra. Jacqueline Girón
Monografía
2 de junio de 2018
De un pájaro las dos alas: el bildungsroman en las novelas Écue-Yamba-O de Alejo
Carpentier y La víspera del hombre de René Marqués.
“Cuba y Puerto Rico son de un pájaro las dos alas,
/reciben flores o balas sobre el mismo corazón”
Lola Rodríguez de Tío

“Hoy sólo era la víspera. El día será mañana.”, (268) esta es la última línea de la novela

La víspera del hombre escrita por René Marqués, en la que se nos presenta a un joven lareño

llamado Pirulo y su camino a convertirse en un hombre. El crítico puertorriqueño Rogelio

Escudero Valentín menciona sobre la novela que: “a través de un niño que está emparentado con

el sistema patriarcal de hacienda, dominante en el país antes de 1898, el narrador busca el sentido

del hombre puertorriqueño.” (55). A través de Pirulo se intenta narrar el desarrollo y el futuro del

puertorriqueño entre principios y mediados del siglo XX. La preocupación de la intelectualidad

puertorriqueña por el futuro de la cultura viene forjándose desde antes de la publicación de La

víspera del hombre ya que figuras como Antonio S. Pedreira en su libro Insularismo intentan

analizar y exponer la problemática del “puertorriqueño” moderno y hacia donde éste dirige la

cultura. Sobre la influencia de este libro en Marqués, Juan Gelpí reflexiona que La víspera del

hombre “constituye una prolongación del Insularismo de Pedreira, es una especie de homenaje a

ese texto previo. El título de la novela, como se sabe, procede de un pasaje en el cual Pedreira

utiliza la frase “vísperas del hombre” para aludir a la educación y los años de aprendizaje.” (81).

Otro crítico puertorriqueño, Juan Flores, describe Insularismo como: “la principal fuente de
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inspiración del pensamiento sobre la cultura puertorriqueña…” (15). Esta inspiración que surge de

Insularismo será crucial para el estudio y desarrollo de la conciencia social ante una modernización

rampante que surgirá después de la llegada de Luis Muñoz Marín al poder y la creación del Estado

libre Asociado de Puerto Rico. Además, añade Gelpí “la aparición de la novela de Marqués

coincide con el apogeo del plan de desarrollo económico que implantó en Puerto Rico a lo largo

de los años cuarenta, cincuenta y sesenta…” (78). Por esto, es necesario analizar La víspera del

hombre como esa preocupación del autor por su conciencia y su identidad.

Además de Marqués hay otros escritores caribeños y latinoamericanos que se comienzan a

preocupar por la conciencia de sus países y utilizan la figura del niño y sus etapas para expresarse.

Por ejemplo, Alejo Carpentier en su primera novela publicada, Écue-Yamba-Ó, nos presenta como

nace, crece y fallece Menegildo Cué. Carpentier describe su primera novela como un: “…libro que

se resiente de todas las angustias, desconciertos, perplejidades y titubeos que implica el proceso

de aprendizaje.” (9). Intentaré demostrar cómo estos escritores, a través de sus primeras novelas

publicadas, utilizan la figura del protagonista masculino para representar el desarrollo de la

conciencia nacional del ciudadano caribeño frente a la modernización. Además, debatiré como en

Marqués se desarrolla la conciencia nacional, mientras que en Carpentier la conciencia nacional

racial.

Según la crítica literaria, Julia Kushigian en su libro Reconstructing Childhood Strategies

for Culture and Gender in the Spanish American Bildungsroman, el concepto de bildungsroman

se define como: “una novela de desarrollo juvenil y crecimiento.” (13). También menciona

Kushigian que este género literario: “inscribe la realidad completa- vida y muerte, memorias y

sueños, éxito y fracaso, rebelión y aceptación- explorando las etapas intervinientes como

marcadores de crecimiento personal.” (14). Por otro lado, Victoria Lorenzo en su tesis doctoral,
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El bildungsroman en el Caribe Hispano, analiza dicho concepto a través de Puerto Rico, Cuba y

la República Dominicana desde eventos importantes de la historia del siglo 20: El Estado Libre

Asociado de Puerto Rico, La Revolución Cubana y la dictadura de Trujillo. Aquí ella establece

que este género literario intenta: “…narrar la formación de un personaje masculino, cristiano,

heterosexual y perteneciente a la burguesía.” (10). Además, Lorenzo postula que: “el género

literario del bildungsroman es perfecto para proponer la formación nacional ya que presenta una

alegoría del progreso social e individual de la formación nacional y personal”1 (5). De una forma

más específica, ella propone que: “en Cuba y Puerto Rico el género ha sido utilizado para promover

discursos absolutos de nacionalidad como proyectos políticos que deben ser cuestionados debido

a su naturaleza discriminatoria y un tanto racista y violenta”. (2). Lorenzo expone además que

dicho género en Cuba fue popular después de la revolución ya que había que promover el

desarrollo de la patria, pero sin olvidar los antecedentes de la revolución y la conciencia nacional

que se produjo aquí. Ambas teóricas discuten cómo distintos escritores hispanoamericanos utilizan

a los protagonistas de sus novelas para llevar el mensaje del desarrollo de la cultura. Por tanto,

estaré dialogando con sus ideas para estudiar el desarrollo de Pirulo y de Menegildo Cué.

Comenzaré con La víspera del hombre de René Marqués y con Pirulo, protagonista de la

misma. Para Rogelio Escudero Valentín, La víspera del hombre es: “una articulación novelística

de la visión del mundo de los terratenientes puertorriqueños desplazados por lo que el propio René

llama “la segunda invasión”: la de los Estados Unidos de América.” (56). Además, sugiere

Escudero Valentín que:

la idealización de la historia de Puerto Rico que aparece en La víspera del hombre no es

otra cosa que el producto de la búsqueda de un supuesto paraíso que quedo desacralizado

en 1898 con la segunda invasión. En el fondo lo que se presenta como el mejor de los
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estados posibles es la vida patriarcal que reinó en Puerto Rico hasta 1898 y que luego

sobrevivió angustiosamente en las montañas del país… (65)

En el epígrafe de la novela: “¡Cuánto duele crecer! ¡Cuán hondo es el dolor de alzarse en puntillas

y observar, con temblores de angustia, esa cosa tremenda que es la vida del hombre!” (8), se

presenta una reflexión del desarrollo de la vida de un hombre, pero otra interpretación tiene que

ver con el hombre puertorriqueño que se está dando en un ambiente lleno de angustias y de dolor.

Además, es una pista de la vida de Pirulo, a pesar de estar en una edad entre los 12 a 14 años o en

la víspera de ser hombre, está desarrollándose para luchar por su país y definir su identidad

nacional. A un nivel literal, Pirulo es un niño/adolescente que se desarrolla entre la década del

1920 al 1930 entre Lares y Hatillo, o entre el huracán San Felipe II y la década del treinta. Sin

embargo, es representación del puertorriqueño que luchará, o intentará de hacerlo, por la

independencia de Puerto Rico para la década del 1950.

La novela comienza con Pirulo reflexionando sobre el mar visto desde lo alto de la

montaña: “… fue tan grande su asombro que casi se quedó sin respiración. Y eso que lo vio de

lejos.” (9). Este nuevo mundo desconocido causa una fascinación en Pirulo y determina la manera

en la que se va a enfrentar al decadente mundo de la hacienda cafetalera. Esta decadencia se

presentará por medio de varios elementos, el primero de ellos es el padrastro que representa esa

fuerza que impide que Pirulo sea feliz. Constantemente este subraya sobre la carga que presenta

Pirulo para la casa: “Oye, Juana, si no sacamos más chavos por este muchacho no vale la pena

tenerlo.” (11). Sin embargo, los comentarios hostiles del padrastro no son el elemento principal

con el que se muestra la decadencia del mundo de la hacienda. Es en la página 16 cuando

verdaderamente se inicia este proceso: “El verano en que empezaron surgir barruntos del desastre,

todo, sin embargo, fue distinto.” (16). Pirulo protege la casa de la hacienda porque para él ese
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edificio representa la estabilidad, orden y seguridad, por eso siente una constante preocupación

por esta edificación y que esté en las mejores condiciones posibles. Pirulo va percibiendo el

desastre por etapas; la más impactante es cuando se da cuenta del descuido, la indiferencia o la

negligencia del dueño de la hacienda: “Don Rafa no examinó la casa como de costumbre. Y eso si

resultaba inconcebible. Era como alteración de un proceso natural cuya causa no encontraba

explicación en su meollo.” (16). Era inconcebible para Pirulo, pues no había otra realidad ni otra

felicidad que saber que todo estaba bien en la hacienda, pero entonces sufre una epifanía:” …por

vez primera en su vida, concibió lo inconcebible: ¡la gente de la casa grande podía no ser feliz!”

(19). Al ver que Doña Irene no era feliz en su mundo de campesina, también se fija que Juana, su

madre, tampoco es feliz en su mundo: “Los ojos tristes de Doña Irene, que le hicieron pensar en la

tristeza de Juana. La tristeza que a él también se le estaba metiendo adentro como un aviso seguro

de algo peor.” (20). Sin embargo, tanto Juana como Doña Irene padecían de otros pesares más allá

de la caída del mundo cafetalero, como la infelicidad en sus matrimonios. Por tanto, la figura de

Don Rafa será quien sufrirá con mayor pasión la extinción de la hacienda cafetalera, aunque su

sufrimiento no sea tan fácil de encontrar en la lectura. Además, esta figura será la más admirada

por Pirulo a través de la lectura, que su bienestar y su sentir es el más que importa para este niño.

A partir de esta relación, Gelpí menciona: “…se sugiere aquí la dimensión simbólica de la figura

paterna: al igual que su casa, la figura de don Rafa será “grande”, casi inaprehensible. Esa

“grandeza” no es solo de índole “moral” apunta de igual modo a una estatura jerárquica que delata

el paternalismo que atraviesa el texto” (82-83). Así que, Don Rafa puede leerse como una

generación de puertorriqueños/as que nace y se forma en el macrocosmos de la hacienda cafetalera,

pero al pasar a un segundo plano el café como medio de producción de riquezas y ser desplazado

por la caña, se quedan desamparados y sin destino. Esta caída de la base económica-social
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puertorriqueña, es representada por medio de Pirulo, un niño, que por medio de sus sentimientos

por la hacienda revela la preocupación de los adultos que lo rodean.

Este niño de Marqués es el que describe Pedreira en Insularismo: “nuestro niño atraviesa

muy aprisa la etapa en que debería regodearse y muy temprano se abren sus sentidos haciendo que

maduren antes de tiempo los mejores años de la muchachez.” (34). Para Marqués, la madurez

precoz o temprana, que está en peligro de extinción, lo llevará a continuar el legado de este mundo

de la hacienda esto toma tanta importancia la formación de Pirulo, porque será el encargado de

salvar la cultura puertorriqueña y de continuar el legado de este mundo de la hacienda. Son Juana,

Doña Irene y Don Rafa quienes representan la clase trabajadora de la hacienda y la clase alta

respectivamente. “¿Tú antes eras alegre?” (21) le cuestiona Pirulo a su madre y esta pregunta

comienza a desconcentrar a Juana; “Juana interrumpió bruscamente su tarea y miró a Pirulo casi

asustada. Luego bajó la vista y continuó en silencio en la búsqueda de granos malos en el arroz. -

Juana- preguntó él-. ¿Por qué uno se pone triste? Juana esta vez no dio señales de haber oído.”

(21). Pirulo solo intenta encontrar las respuestas a sus dudas sobre las emociones que siente y

percibe a su alrededor, pero Juana se rehúsa a responder porque entonces caería en cuenta de que

su mundo está decayendo: “Era como si él formulase las preguntas para sí mismo, como si

formulándolas pudieran aclararse cosas oscuras, difíciles, cosas que en realidad no tenían

contestación correcta. -Juana-dijo-. ¿Por qué Doña Irene, tan rica, tiene que estar triste? Juana se

volvió con brusquedad y fue a echar el arroz en el caldero.” (21) ¿Cómo se puede ser feliz en una

cultura decadente que ya no tiene salvación? Es una pregunta que se hacen estos personajes, pero

Pirulo es el único que se atreve a articularlas porque él tiene la responsabilidad lo que ni Don Rafa

ni Juana pudieron hacer; preservar la cultura. Según Juan Gelpí, “… en los treinta se produce la

crisis definitiva de la clase de los hacendados que ya se había debilitado considerablemente desde
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la invasión norteamericana de 1898…” (79) y esta crisis de clase comienza con el abandono de la

casa grande.

Sin embargo, todavía quedaba esperanza en este mundo de la hacienda, pero todo se

transforma en la página 24 cuando el padrastro llega borracho para contar la peor de las noticias:

“Don Rafa va a vender-dijo. Y al decirlo así, tan sencillamente, parecía que se desvanecía en él

todo efecto de la borrachera.” (24). Ante estas palabras, Juana permaneció incrédula pensó que

era producto del estado de embriaguez de su esposo, pero Pirulo comprendió cada una de las dichas

palabras “Desde el primer instante. Con claridad tajante, dolorosa. La palabra “vender” se le había

de golpe en el corazón y era como un peñasco que entorpecía los latidos. Hubiera dado el corazón

entero porque padrastro no dijera más.” (24). La venta de San Isidro es la perdición de la vida de

Pirulo, daría su vida solo porque la noticia fuera falsa. El puertorriqueño que vivía aferrado en ese

sistema no pudo aceptar la realidad de que todo aquello que era un orden estaba en caos. El

resultado de esta noticia fue un acto de locura: “Pero Pirulo corría cuajando en sus ojos el rocío de

la noche que amenazaba a San Isidro. Y era un desfilar frenético de ramas y troncos, guamás y

cafetos, bejucos inocuos y cardos hirientes. Era San Isidro corriendo hacia él. Era la hondonada

arrancada a su ley, avanzando locamente hacia un vacío cósmico. Era lo imposible: la ausencia del

orden, la tierra sin dueño, el caos, la hecatombe…” (25). Esta reacción de Pirulo solo termina en

dolor: “El choque brutal detuvo el delirio. De bruces sobre la piedra gris, Pirulo sintió el dolor

agudo en la frente. Bajo la enorme laja, el rio se deslizaba fresco, rumoroso, apresurado. Bajo la

frente rota, la sangre manaba tibia, callada, lenta. Pero ni agua ni sangre borrarían las palabras ya

pronunciadas: “Don Rafa va a vender a San Isidro.” (25). Al contrario de su padrastro y su madre,

Pirulo no aceptará la noticia tan fácil e incluso irá a la fuente más confiable, Don Rafa, y le exigirá

explicaciones sobre la venta de la casa. Su reclamo fue creciendo en intensidad, desde “¿Por qué
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lo hizo?” con fuerza y seguridad hasta que apasionadamente le dijo “¡Usted no tenía derecho de

vender a San Isidro!” (27).

Es evidente que Don Rafa no tenía el derecho de vender a San Isidro porque no es solo la

tierra, es la cultura, la vida, la estabilidad y el destino de la patria. Esto no tiene valor monetario,

porque su valor trasciende el capital o la modernización que se está dando en ese momento, para

Pirulo están vendiendo su alma. La respuesta que le brinda Don Rafa fue la voz de los hacendados

que tuvieron que trasladarse a la costa “-Te sobra razón. Nadie tiene derecho de vender la tierra. -

Y luego, casi como un susurro-: Pero el hombre no siempre vive de acuerdo con el derecho.” (28).

Este diálogo presenta como el hijo le reclama a su padre por la venta de un espacio que era de

ambos y presenta una reflexión de las decisiones en la del “hombre”. Sin embargo, el reclamo fue

en vano porque comoquiera las tierras fueron vendidas y ya el mundo no sería el mismo. Luego

de esta conversación, Pirulo vio todo distinto: “dio la espalda a la casa y huyó del glacis. Sintió su

desamparo crecer con la huida. Sintió la futilidad de su gesto. Sintió, sobre todo, la crueldad de la

situación recién descubierta: la seguridad y la paz no estaban ya en la casa grande” (28). Esta

inseguridad en Pirulo forma parte de los eventos que le obligarán a escapar de este mundo

decadente para salvarse y salvar su conciencia nacional. No hay otra opción para poder sobrevivir

en un mundo que va en colapso, lo importante aquí es no olvidar aquellos valores que son centrales

y continuarlos.

Por otra parte, Don Rafa intento compensar su decisión de vender a San Isidro regalándole

a Pirulo y a su familia cinco cuerdas de terrenos para que las puedan cultivar. Según Pirulo las

cinco cuerdas: “… tampoco querían decir nada. San Isidro era un todo; su corazón, la casa grande;

su cerebro, Don Rafa. Cinco cuerdas no eran San Isidro. San Isidro se había perdido. Y sus

despojos no iban a comparar la pérdida total, irremediable” (31). Además de la pérdida del orden
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y a la estabilidad, se perdió el cerebro, Don Rafa, y el corazón, la casa grande, elementos

representativos de la conciencia y de la cultura. Incluso, se perdió al padre de origen español que

tenía encargado cuidar de ese entorno y por la tanto todos estos sentimientos no lo compensaba

una porción diminuta de tierra ni los productos que esta dejará. Otros problemas que surgen a raíz

de este nuevo pedazo de tierra son la falta de libertad y crecimiento. Después de recibir el título de

las tierras, naturalmente, se procedió a cercarlas para marcar la propiedad de las mismas y se utilizó

alambres de púas. Este aislamiento producido por los alambres de púas, para Pirulo:

…habían achicado su mundo. Era casi como si le faltara el aire, como si el horizonte erizado

de púas tapiara toda salida al futuro, como si crecer y hacerse hombre fuese imposible en

las cinco cuerdas señaladas por ley. Sintió la angustia de los límites impuestos por Don

Rafa sin consultar su voluntad. Y por vez primera experimentó el dolor de saberse

prisionero. Y también por vez primera sintió la urgencia de la libertad. (35)

Su nueva realidad no era producto de su deseo, sino que estas dos figuras (el estado y Don Rafa),

que hicieron muy poco por evitar la decadencia del mundo cafetalero, le obligaron vivir de una

forma que no fomentaba al desarrollo de un hombre. Sin embargo, lo más doloroso para Pirulo es

ver como a la tierra se la atribuyó un valor monetario, porque la tierra es más que esto; es la cultura,

la conciencia, el padre, el orden, la estabilidad y la vida. Este aislamiento producirá que Pirulo

huya de este mundo, pero hasta este momento algo más lo amarra a San Isidro: “eran también los

ojos tristes de Juana. Y el dolor de San Isidro en manos extrañas. Y el hechizo aun latente de la

casa grande” (35).

Según Julia Kushigian, el bildungsroman hispanoamericano: “se distingue a través de su

metahistoria. Por ejemplo, el rol que la identidad nacional juega en los procesos de desarrollo

sugiere un entrelazamiento de aspiraciones que anima el individuo a actuar como parte de algo
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mayor…” # (15). Este planteamiento se presentará en Pirulo luego de una serie de elementos como

la india Marcela y El Grito de Lares, previos a su llegada a Carrizal, hacienda de la costa

perteneciente a Don Rafa y a Doña Irene. El primero de estos eventos ocurre un 23 de septiembre

en la plaza de Lares.

Lo único que conocía sobre el Grito de Lares era a través de su padrastro: “-en vez de

pelear, los puertorriqueños gritaron- había dicho riendo salvajemente-. Por eso lo llamaban el Grito

de Lares” (33). El padrastro se burla del proceso largo que ha sido la lucha por la independencia

de Puerto Rico y lo importante de esta burla, es que la responsabilidad paternal sobre Pirulo está

en manos de un puertorriqueño decante con un interés en el alcohol, lo material y el maltrato hacia

Pirulo. Afortunadamente para Pirulo, el discurso de Pedro Albizu Campos y la bandera de Puerto

Rico le revelaron dos cosas: la identidad puertorriqueña y la guerra actual en Puerto Rico. Cuando

Pirulo vio la bandera la describió como: “esa era la bandera chiquita de una sola estrella. No era

la grande que tenían en la escuela y en el cuartel de la policía” (33). Luego vino el discurso de

Albizu: “…decía que la revolución ahora era en contra Estados Unido y que Puerto Rico seguía

en guerra por conseguir su libertad. A Pirulo le sorprendía que Puerto rico estuviese en guerra y

que en Lares no se oyeran los tiros. Pero quizás era en la costa y los tiros no llegaban a la montaña”

(33). Esta es la segunda ocasión, hasta ahora, donde la dicotomía campo/costa se presenta en torno

al desarrollo de la identidad y la libertad. Un personaje que está claro que en la montaña ya no se

puede luchar por la libertad de Puerto Rico, es el padrastro, ya que según Pirulo: “El padrastro le

explicó luego que no había tal guerra y que en Lares ya nadie quería la revolución” (33). Aunque

la actividad era y es importante para la formación de la conciencia de Pirulo, en Lares no había

porvenir ni lucha ideológica, se nos da entender que los residentes de allí aceptaron el destino y la

pobreza de ese mundo les presentaba otra realidad. Aunque en ese momento Pirulo no entiende lo
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que está pasando allí, sentía una tranquilidad y un gusto por estar cerca de esa bandera y de esos

seres hablando, representado la admiración prematura de Pirulo por una conciencia y una ideología

independentista. Aunque era una experiencia desconocida, se sentía en paz en aquel espacio.

Luego pasaba por la iglesia a verificar que el “Sepulcro” estuviera todavía en la iglesia de Lares.

El elemento religioso es importante para Pirulo, en este caso el catolicismo, porque es parte de la

herencia europea, que representa a su vez. Don Rafa. La religión aquí es parte de la patria, lo unión

representada por el “Sepulcro”, ya que Pirulo: “… iba después de misa a cerciorarse de que estaba

en un sitio el “Sepulcro” que solo a Lares a pertenecía” (35). Ambos añaden fortaleza al proyecto

de nación de la generación que pertenecía Marqués, es necesario aclarar que no son los únicos

elementos de la montaña que fortalecen la conciencia de Pirulo, pero la influencia de Albizu será

importante cuando Pirulo llegue a Carrizal.

Por otro lado, la llegada de Pirulo a Carrizal ocurre luego de que el huracán San Felipe II

destruyera más la montaña en Lares. Era un mundo en caos, sin orden, ni seguridad, sin progreso,

moribundo, en fin, todas las características que no promueven una conciencia nacional sana ni un

país sano. Para Victoria Lorenzo Pirulo: “huye de su entorno a Carrizal, la otra hacienda de don

Rafa. Ahí transcurren sus años de formación en los cuales se educa, trabaja, moldea sus creencias

políticas, tiene su primera experiencia amorosa y sexual con Lita- la hija de su mentor Félix- y se

enfrenta a la muerte” (95). Esta dicotomía costa/montaña se puede representar como la dicotomía

liberta/encerramiento, ya que en el mundo del que huye Pirulo era uno cerrado por alambra de

púas, un padrastro alcohólico, sin padre, sin progreso y la costa era abierta. Llena de progreso, los

efectos de la modernidad. El camino entre San Isidro y Carrizal fue uno lleno de aprendizaje, en

especial gracias las experiencias del camino corto la más que me interesa fue la relación con el

conductor de camiones. Este pareció ser hostil, pero aconsejo a Pirulo sobre la vida y el destino,
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siendo uno de los consejos el más pertinente para este trabajo: “-mira, la única oportunidad que

tendrás de no ser sirviente será ingresando en Partido Socialista. ¡No lo olvides cuando crezca!”

(78). Se le otorgó a Pirulo la tarea de defender el ideal de la independencia y de una conciencia

puertorriqueña auténtica ante la modernidad gracias a la invasión estadounidense. Al llegar a la

costa descubrió el mundo que le esperaba: “…la maravilla casi aterradora de un mundo abierto y

franco con la inmensidad azul del mar como horizonte sin límites a sus ansias de libertad” (79).

Podemos ver que al igual que en Pirulo hay una división, primer parte la decadencia de la hacienda

y la segunda la llegada a la libertad de la costa, en la novela se observa una división. Rogelio

Escudero explica esta división como: “…dos grandes núcleos estructurales divididos cada uno en

seis partes. El primero se extiende desde la página 9 hasta la página 80, mientras que el segundo

desde esta última página hasta el final de la novela. Esta división funcional nos permite captar con

bastante claridad la problemática ideológica del texto” (56). Este cambio lo vemos como en la

página 80 las primeras líneas son totalmente descriptivas ya que se trata de un nuevo escenario,

sin embargo, sentía nostalgia por ver como en la costa el paisaje era más alegre del que se veía en

la montaña pos huracán Felipe II.

Al llegar a Carrizal debía buscar su hospedaje en la casa de su tío materno, Payo. Rápido

comenzó a reflexionar sobre el trabajo y pensó: “… que trabajar la tala y limpiar el establo no eran

cosas de porvenir para uno que ha dejado la escuela. Si se abandonan los estudios es para meterse

en algo que tenga mejores perspectivas. Y este pensamiento le hizo reprocharse el encontrarse allí,

varado en Carrizal…sin saber aún hacia dónde tirar” (91). Todavía se siente angustiado porque

después de cambiar su vida y abandonar a su madre y hermano, llegó a Carrizal y todavía se

encontraba en espera de alguna oportunidad. Sin embargo, frente a la libertad del mar recibe la

visita de don Rafa, su estabilidad y una figura paternal, y rápido es interrogado: “… ¿No había
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trabajo en San Isidro? ¿No podías trabajar allí? -Podría, pero no quiero. Yo quiero trabajar por mí

cuenta. No quiero depender de nadie” (95). Es prematuro pensar que desde aquí ya está definida

la conciencia nacional de Pirulo, pero hay que aceptar que cada está vez más madura. Además, de

estas palabras iniciales de don Rafa es necesario recalcar la mención de Francisco Domingo Abreu,

un español que crea la hacienda de Carrizal. Este es la figura paternal de don Rafa, y representa a

los valores ideales para Marqués, la virilidad, la fuerza y el campo. El detalle de Andreu era su

analfabetismo, por lo que, don Rafa lo utiliza para darle una lección a Pirulo:

…la hazaña del viejo Abreu no sería posible hoy. Una analfabeta no podría construir lo que

aquí construyó mi tío… El mundo de hoy es más complicado, más estrecho y egoísta que

antes. La competencia es mucha. Y para enfrentarse a ella es preciso preparase bien. Tienes

que estudiar muchacho. El trabajo y la independencia vendrán después. (96)

El mundo moderno iba en constante evolución y lo que las generaciones de padres españoles

forjaron con sudor, ahora había que estudiar y tener otro tipo de educación. Además, es una

metáfora porque al estudiar seria libre, pero el pueblo puertorriqueño de la época tenía un

porcentaje preocupante de analfabetismo. Por lo tanto, para desarrollar una conciencia nacional

había que educarse para poder independizarse como individuo y como nación. Además, había que

tener el deseo de trabajar porque así se levantaría el proyecto de país ideado por la clase a la que

pertenecía don Rafa.

Interesantemente, en la conversación entre don Rafa y Pirulo, se inicia el proceso de

maduración de Pirulo, porque se negó a que se le pagaran sus artículos necesarios para vivir ya

que iba a trabajar: “no quiero que nadie me dé nada gratis” (97). Luego de esta conversación con

don Rafa, Pirulo le viene a reclamar porque vendió a San Isidro y este responde: “Lares-continuó

Don Rafa-, era en una época un pueblo rico y próspero de la montaña. Pero vino la invasión y vino
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el ciclón San Ciriaco: dos maldiciones para la montaña. El café pasó a ser un producto secundario.

Lares, de pronto, empezó a hacerse demasiado pequeño. El mundo crecía en la costa” (100). Esta

clase sufría la caída del mundo del café, como explica Victoria Lorenzo: “… defendían un modelo

decimonónico que privilegiaba a los de ascendencia español y a la industria cafetalera como

elemento autóctono, pero dejaba una condición precaria y con pocas posibilidades de movilidad

social a los que no pertenecían a esa clase hacendada de raíces hispanas” (100). Cuando la industria

de la caña de azúcar comienza a crecer en la costa, estos hacendados españoles no deciden trabajar

por diversos factores, pero uno de ellos era ideológico ya que la caña representa al extranjero

estadounidense que se está quedando con las tierras de estos “criollos exóticos” como los llama

José Martí. Cuando Don Rafa le muestra los alrededores de Carrizal a Pirulo, lo lleva por las

distintas partes del litoral norteño, pero cuando se enfrenta la caña Pirulo nota en don Rafa: “…un

dejo de resentimiento en la voz del hombre. La misión principal de la tierra no es hacer rico al

hombre. Es darle productos de subsistencia. Al paso que vamos tendremos que importarlo todo…”

(101). Ya que estos extranjeros se están adueñando de las tierras de los “puertorriqueños

autóctonos”, no queda espacio para sembrar otros productos que no sean caña, y en la montaña no

se podía trabajar la tierra porque la mano de obra se estaba trasladando a la costa, acto representado

por Pirulo. Por esto su conciencia se desarrolla en la costa, porque ya la montaña es un cronotopo

(unidad espacio temporal) muerta y decadente.

Luego de este proceso de reflexión, le tocaba a Pirulo trabajar y estudiar según lo estipulado

por don Rafa, su figura paternal. En la escuela, Pirulo demuestra su conciencia nacional y su

identidad como sujeto caribeño, puertorriqueño y muy importante lareño. Su primera

representación del mundo escolar fue la principal, figura hostil como el padrastro, que los ordena

organizarse en fila para recitar el “pledge alliagence to the flag…”, acto que a todos los estudiantes
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puertorriqueños le era obligado hacer ya que Puerto Rico era una colonia y se tenía que recalcar

diariamente. Pirulo se quedó paralizado ante dicho evento, nunca había escuchado esa serie de

palabras y prefirió no hacerlo para no lucir ridículo (116). Sin embargo, logro captar algunas

palabras del inglés: “… tres palabras sueltas que sonaban un tanto inteligibles en español: republic,

justice y Liberty. ¿No era también de la república, de la justicia y de la libertad de lo que hablaba

el señor trigueño que llamaban Albizu, allá en la plaza de Lares?” (116). Reaparece la figura de

Albizu en la conciencia de Pirulo, porque no era posible para él que las ideas de Albizu no sean

las repetidas en la escuela. Luego reflexiono sobre estas palabras y se pregunta sobre la figura de

la autoridad: “¿Por qué entonces la policía no lo quería? O en todo caso, ¿por qué la policía permitía

que se hablara de eso aquí en la escuela? Pirulo estaba ahora realmente confundido” (116).

Confundido porque las palabras de Albizu eran las mismas, pero enfocadas en Puerto Rico,

¿entonces porque había que defenderlas? Esta actitud de Pirulo fue castigada por la directora

escolar, o la Miss como la llaman los estudiantes y los empleados, y en su oficina comenzó una de

las dos guerras ideológicas que Pirulo tendrá en la novela: “

¿Eres o no eres ciudadano americano? La pregunta fue hecha con el ímpetu furioso con se

tira estacazo de muerte a la cabeza de un enemigo. Pirulo sintió la necesidad de retroceder

un paso y ponerse a la defensiva. -Yo soy de Lares. Las dos tetas se irguieron en actitud

agresiva, como cañones a punto de vomitar su carga. Y el insulto salió candente de los

labios color naranja. - ¡Jíbaro bruto de la montaña tienes que ser! ¿Pero no sabes, animal,

que todos somos americanos? -Yo nací en Lares- repitió él tercamente. Y esta vez no le dio

la gana de retroceder un paso. (117)

Un acto de reivindicación, Pirulo es lareño y nada ni nadie se lo puede quitar. Representa este

enfrentamiento, la lucha ideológica del siglo XX (y XXI) en Puerto Rico. La voz nacional en contra
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del puertorriqueño que asimila una ciudadanía que no es la del. Aunque dejó a Lares, siempre

estará dentro del y en el futuro será la fuerza que lo moverá a superarse. No es que Pirulo extrañará

a Lares, sino que los valores de la clase a la que pertenecerá por herencia de Don Rafa serán la

base para la defensa nacional y la protección de la tierra, en un futuro que no sabemos cuándo será.

Además, Lares es el lugar donde se da la lucha para independizar a Puerto Rico en el siglo XIX y

es esto la importancia de ser lareño, porque defenderá su identidad. Para Victoria Lorenzo, lo que

se critica en esta escena es: “la obligación de rendir tributo a una bandera que no es la propia y la

forma en que en el país no hay libertad para ondear la bandera puertorriqueña sola. Es decir, lo

que Pirulo anteriormente había observado sobre la celebración en Lares de la bandera chiquita era

algo “especial” dado que no es lo que comúnmente ocurría” (105). De ahí en adelante, pondrá su

mano en el pecho para mofarse de dicha bandera extranjera y demostrarle que es valiente a la

“Miss”.

Antes de llegar a la última lucha ideológica y de reivindicación de la conciencia nacional

de Pirulo, es necesario mencionar la formación intelectual que propulsa don Rafa en Pirulo. En la

casa de Carrizal, había una biblioteca donde se le autorizo a Pirulo tomar libros para que siguiera

educándose. Sin embargo, cuando intenta leer sobre la historia de otros países, Don Rafa le asigna

leer Historia de Puerto Rico por Salvador Brau y añade: “… si te interesa la historia es conveniente

que conozcas primero la historia de tu propio país” (178). Es similar a pensar que para conocerse

a sí mismo hay que conocer a tu país, y esta línea de pensamiento será la guiará a Pirulo hasta el

enfrentamiento con Raúl, nieto de Don Rafa. Raúl regresaba de estudiar en los Estados Unidos, y

representaba un rival para Pirulo. Sin embargo, se había decidido quedar en Puerto Rico porque

quería ser famoso (231). La ruta para ser famoso era sencilla: “se puede ser un gran escritor, o un

gran músico, por ejemplo. Pero hay un camino más fácil: la política” (231). Quería ser el primer
Pesante González 17

gobernador electo por el pueblo puertorriqueño y quería ser presidente del senado. Para Pirulo esto

parecía inconcebible, peor aun cuando le pregunta si votaría por él y para sorpresa de Raúl, Pirulo

le responde: “-Pues, no sé… para mí sería más bonito ser presidente de la República” (232). Este

choque ideológico entre ambos representa lo que ocurría en el Puerto Rico de las décadas entre

1930 a 1950, dos pensamientos distintos en el país: el Estado Libre Asociado de Puerto Rico y la

independencia de Puerto Rico. El resultado de este choque fue el descubrimiento de la conciencia

nacional e identitaria de Pirulo: “-Yo no sé si soy nacionalista. Pero he leído que en la India Gandhi

se muere de hambre por la libertad de los suyos. Y nadie le llama loco. -No entiendes nada de

nada. -Puede ser. Pero siento… Aunque no hubiese un Albizu en Puerto Rico ni un Gandhi en la

India, sentiría lo mismo. Es lo único que entiendo, lo que siento” (233). Pirulo, un adolescente,

representa a la conciencia nacional en un país que sufre una modernización rapaz y un colonialismo

que lo sangra. La influencia de Albizu, las lecciones de Don Rafa y Lares le dieron ayudaron a

identificarse como un sujeto puertorriqueño, nacionalista, caribeño y libre.

Por otra parte, Écue-Yamba-Ó gira en torno a la vida y muerte temprana de Menegildo Cué,

un joven cubano negro y como este se enamora, se descubre y muere. El contexto histórico de la

novela es especificado por Carpentier en el prólogo de la misma. Nos adelanta que se desarrolla

antes de la Primera Guerra Mundial y a finales del gobierno de Gerardo Machado o la Primera

República, aproximadamente en el año 1933. Además, según el mismo prólogo de la novela,

Menegildo representa a los padres de los guerreros que acompañarán a Fidel Castro y a Ernesto

“Che” Guevara en la Revolución Cubana del 1959. Écue-Yamba-Ó ha sido analizado mayormente

desde la representación de la cultura cubana, el sincretismo religioso y lo racial. Como ya se había

mencionado anteriormente, pretendo hacerle un acercamiento desde las ideas de la Dra. Julia

Kushigian y su libro Reconstructing Childhood Strategies for Culture and Gender in the Spanish
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American Bildungsroman. Según ella: “…narrativas testimoniales y ficciones fundacionales se

podrían leer como bildungsroman ya que transmiten el desarrollo de la identidad, así sea individual

o colectiva, dentro de las estructuras sociales.” (146). La novela de Carpentier puede leerse como

una ficción fundacional pues Menegildo representa la conciencia nacional y la cultura en proceso

de cambios radicales: la Guerra Hispanoamericana, la llegada e intervención de Estados Unidos,

la industria de la caña y la dictadura de Machado. Además, menciona Kushigian sobre dichas

narraciones que: “…estos apelan a una cualidad representacional a través de sus protagonistas

quienes recrean luchas históricas mayores del nacimiento de la nación, o se mueven de sujeto a

objeto en la creación/vociferación de su propia historia.” (146). Si se utiliza esta definición,

Carpentier intenta exponer el desarrollo de la lucha identitaria más auténtica cubana.

Otro dato importante se encuentra en el prólogo de Écue-Yamba-Ó donde explica: “Muerto

Menegildo, nace un segundo Menegildo-su hijo- en el capítulo final de la novela. Ese tendrá

veintiocho años en 1959. Habrá visto otras cosas, habrá oído otras cosas. Y para él, <<otros gallos

cantaran>>… en el alba de una Revolución que habrá de darle su dignidad y dimensión de Hombre,

dentro de una realidad nueva… entonces, por el color de su piel, tal dimensión le era negada.”

(12). Estas expresiones que indican que es Menegildo un intento de lucha, pero fallece en un rito

ñáñigo, elemento importante porque es parte de una cultura cubana que está en peligro. Además,

para la crítica literaria Kenya C. Dworkin Méndez, la formación literaria de Cuba de principios del

siglo veinte ha

…suplicado bastante por un análisis contemporáneo y la atención que la literatura de finde-

siècle ha recibido. Novelas cubanas de finales del siglo XIX continúan de estar bajo análisis

y critica, sin embargo, narrativas de principios del siglo veinte revelan las mismas
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ansiedades encontradas en novelas anteriores sobre la formación racial, étnica y económica

de la nación que tomará la nación. # (110)

También señala Dworkin que Écue-Yamba-Ó representa: “la inestabilidad irresoluble de un

cubano negro que intenta vivir en la nación de 30 años” # (111). Al igual que en La víspera del

hombre, en esta novela hay una preocupación por el desarrollo de un discurso nacional, pero con

un enfoque más racial que Marqués. A través de Menegildo, se desarrolla la identidad del cubano

negro, salvedad necesaria porque el cubano blanco estará de la mano del extranjero y de las

centrales azucareras, así que en esta parte de la historia cubana había una exclusión del ciudadano

negro y el desarrollo era para el ciudadano blanco o criollo exótico como los llamó José Martí.

Anteriormente, se presentó como La víspera del hombre utiliza al protagonista para el

desarrollo de una conciencia nacional frente a la modernización y el colonialismo estadounidense.

Pirulo, es un adolescente con gran capacidad y madurez para su edad, por lo que es un

bildungsroman distinto porque solo conocemos una etapa diminuta del desarrollo de Pirulo, pero

vemos que ya tiene conciencia y motivación. Al contrario de Menegildo que se presencia su

nacimiento, desarrollo y muerte, nunca llega a una madurez intelectual por distintos factores. Su

padre, Usebio Cué, decide no enviar a su hijo a la escuela porque necesitaba mano obrera en su

negocio de carreta de bueyes. Por lo tanto, su escuela sería la tierra y la caña, como a tantos otros

de su nación. Además de la tierra, tuvo otra maestra: “era cierto que Menegildo no sabía leer,

ignorando hasta el gesto de firmar con una cruz. Pero en cambio era ya doctor en gestos y

cadencias. El sentido del ritmo latía en su sangre” (34). Don Rafa, al contrario, le exigió a Pirulo

ir a la escuela, por supuesto era su padre, porque educarse era importante para el desarrollo de

Pirulo que a su vez desarrollaría el país y el mundo de la hacienda. Menegildo prefirió educarse

en su raza, el ritmo afroantillano y la danza. Aquí es un todavía un niño, pero estos ritmos serán
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necesario para ayudarlo comprender su conciencia como un cubano negro. En el resto de la novela,

se desarrolla la vida de Menegildo, pero lo importante es ver que a pesar de su muerte, queda

esperanza en mejorar las condiciones de vida del cubano negro.

Por medio de ambos textos se exploró como dos escritores caribeños representaron la

novela de desarrollo y a su vez el desarrollo de una conciencia nacional y racial. En el futuro, se

intentará analizar con mayor profundidad la novela de Carpentier y su contexto histórico, mientras

que en Marqués analizar con mayor detenimiento la figura paternal de Don Rafa por medio de los

planteamientos de Juan Gelpí. El bildungsroman es la técnica que abunda en Hispanoamérica y el

Caribe debido a que son pueblos que todavía en el siglo 20 estaban luchando por una identidad y

formar la idea de una nación y una cultura, pero en el caso particular de Cuba y Puerto Rico, que

fueron las últimas dos colonias españolas y luego sufrir la intervención e invasión de Estados

Unidos, la necesidad de una identidad y una conciencia fue más agresiva. Esto lo plasman tanto

Kushigian y Lorenzo en sus respectivos textos, e incluso Lorenzo expone que en Caribe es distinta

que a otros lugares del mundo. Por lo tanto, que, a pesar de ser países hispanoamericanos, Puerto

Rico y Cuba crearon sus definición de bildungsroman a partir de los planteamientos originales de

Goethe, pero con los elementos que los identifica como: La Revolución cubana, El Estado Libre

Asociado de Puerto Rico, el gobierno de Machado, entre otros. Es necesario continuar y estudiar

las narrativas de formación en ambos países, porque asi se comprenderá parte de la cultura actual.
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Referencias
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