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Historia argentina 1880 – 1916.

Del liberalismo oligárquico al liberalismo democrático

1880 Presidencia de Julio A. Roca (comienza el ciclo del liberalismo oligárquico, que se extiende hasta
1916) Finaliza el proceso de “Construcción del Estado”
Se sentaron las bases de una estabilización económica
Implantación de una economía capitalista
Modelo agroexportador como régimen de acumulación
1882 Fundación de la ciudad de Buenos Aires
1883 Se establecieron los primeros frigoríficos
1884 Sanción de la Ley 1420 (Educación pública y laica)
1886 Presidencia de Miguel Juárez Celman
1890 Revolución del Parque: fracasó, pero el Congreso acepta la renuncia de Celman.
1891 Se divide la Unión Cívica Nacional (Mitre) y Radical (Alem)
1892 Presidencia de Luis Sáenz Peña
1893 Revoluciones radicales en varias provincias
1895 Renuncia de José Uriburu.
1898 Segunda presidencia de Roca
1901 Ley del Servicio Militar Obligatorio
1902 Ley de Residencia
1904 Finaliza la presidencia de Roca
1905 Revolución Radical reprimida por el gobierno del presidente Manuel Quintana
1906 Muere el presidente Quintana
1910 Presidencia de Roque Sáenz Peña
1912 Ley Sáenz Peña (reforma electoral)
1914 Muere Sáenz Peña
Presidencia de Victorino de la Plaza
Comienzo de la Primera Guerra Mundial
1916 Primera presidencia de Hipólito Irigoyen (Finaliza el ciclo del liberalismo oligárquico y comienza el
ciclo del liberalismo democrático, que se extiende hasta 1930)
1918 Reforma universitaria
Finaliza la Primera Guerra Mundial
1919 Semana trágica (represión obrera)
1924 Ruptura de la UCR, entre Irigoyenistas y Antipersonalistas (Mitristas)
1928 Segunda presidencia de Irigoyen
1930 Presidencia de facto de José Félix Uriburu

Esta etapa de la historia argentina comienza con la llegada al poder de la oligarquía, y termina cuando el
primer líder de masas es elegido presidente.
Con la llegada de Roca al poder y la federalización de Buenos Aires, concluye la guerra civil y Argentina
logra la organización institucional del país.
Roca logra la ubicación del país a nivel mundial como productor de materias primas, y la ocupación de todo
el territorio nacional.

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En 1880 Buenos Aires es derrotado por el ejército nacional y se ve obligada a entregar la capital, también
se llama a elecciones y triunfa Julio Argentino Roca, ideólogo de la “Conquista del desierto”, que exterminó
a los pueblos originarios de la Patagonia.
Roca forma parte de la llamada “Generación del 80”, un grupo de intelectuales y políticos que se piensan a
sí mismos como la gente más sana y la mejor de la sociedad, y por lo tanto, la más apta para gobernar.
Roca cree que el país necesita profundos cambios sociales y que los mismos sólo podían venir de la mano
del capitalismo.
Los hombres de los 80 adhieren a las ideas positivistas que por entonces son la última moda en Europa y
sostienen que las nuevas ideas tecnológicas van a llevar a un progreso ilimitado. Sienten un profundo
desprecio por las clases populares y piensan que el progreso sólo es posible bajo un severo orden social.
Los conservadores tienen su propio partido, el PAN (Partido Autonomista Nacional) y su propio lema, “Paz
y administración”, aunque en realidad sólo buscaban la paz para poder llevar adelante sus propios
negocios.
Mientras tanto en Europa, el desarrollo del transporte terrestre y marítimo produce un movimiento
impensado poco tiempo atrás. Ahora, las clases trabajadoras pueden emigrar de un continente a otro en
busca de mejores condiciones de vida.
Esto permite la llegada al país de una enorme cantidad de inmigrantes. El régimen conservador pretende la
llegada de población anglosajona (norte de Europa) que transforme la cultura de estas tierras, pero la
mayoría de los trabajadores llegan de las zonas más empobrecidas de Europa, como España e Italia, por
ejemplo.
Durante la presidencia de Roca aumentan las inversiones extranjeras, sobre todo las británicas. Inglaterra
pone atención en las tierras, los bancos, en los frigoríficos y ferrocarriles. En poco tiempo se duplican los
kilómetros de vías férreas que desembocan en el puerto de Buenos Aires para que nuestras carnes,
cereales y cueros sean transportados a Europa. Son los años de la consolidación del modelo
agroexportador, donde nuestro país exporta materias primas e importa manufacturas.
Este modelo ubica al país entre los más ricos del mundo, situación que sólo beneficia a una minoría de
comerciantes y grandes terratenientes pertenecientes al partido conservador.
Muchos inmigrantes vienen al país en busca de la propiedad de la tierra, pero al llegar sólo consiguen
empleo como peones, capataces y jornaleros. Gracias al esfuerzo de su trabajo, muchos logran convertirse
en pequeños comerciantes o chacareros de las ciudades o de los pueblos del interior.
Roca plantea grandes avances en materia civil, educativa y económica. Establece la moneda nacional, el
argentino, que viene a reemplazar a la gran variedad de valores que circulaban hasta el momento.
Durante su mandato también se crea el Registro Civil, que pasa a controlar los nacimientos, defunciones y
casamientos, que hasta el momento estaba en manos de la iglesia.
Roca también crea el Consejo Federal de Educación, encabezado por Domingo Faustino Sarmiento,
institución responsable de la toma de medidas claves para el desarrollo del país, como la Ley 1420 de
Enseñanza Primaria Laica, Gratuita y Obligatoria. También regula el funcionamiento de las universidades y
crea escuelas para la preparación de maquinistas y obreros.
Los miembros de la generación del 80 no creen que el resto de la población esté preparada para recibir los
mismos derechos que ellos.
Cuando llegan las elecciones de 1886, Roca elige como su sucesor a su concuñado Miguel Juárez Celman y
no tiene ningún reparo en el uso del fraude para conservar el poder.

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Celman lleva a cabo una política liberal, sin intervención del Estado, privatiza los servicios públicos que dan
lugar a grandes negociados que benefician a los amigos del poder. Estos sectores conocidos como los
grupos juaristas, toman gran fuerza durante su mandato.
Todo esto en un contexto de alta inflación y caída de los precios internacionales. El país se encuentra en
una gran crisis, el pago de la deuda externa se hace insostenible, la desocupación se generaliza y se
complica la situación de los trabajadores.
La política de Celman sumada a la corrupción y la crisis económica, afianzan el surgimiento de la oposición
La nueva fuerza está formada por grupos heterogéneos que habían quedado al margen del poder, que se
unen bajo el nombre de Unión Cívica. Rápidamente se convierte en la primera amenaza a la hegemonía del
PAN. Uno de sus máximos referentes, es un apasionado abogado y orador, Leandro N. Alem, nacido en
1841, de padre rosista, quien es ahorcado delante de su hijo. Durante su juventud, Alem, milita en el
Autonomismo, pero cuando la mayoría del grupo se une al PAN, él se opone y queda marginado. Defensor
del sufragio universal y de los partidos políticos como base de la democracia. Es un político de convicciones
inquebrantables. Además de él en la UC conviven líderes muy distintos, como Bartolomé Mitre y José Félix
Uriburu, entre ellos tienen muchas diferencias, pero los une un objetivo común, derrocar a Juárez Celman.
La primera acción de la UC fue la Revolución del Parque, una revuelta de la que participan alrededor de
1200 personas, entre civiles y militares. En un primer momento los rebeldes logran su objetivo, toman el
Parque de Artillería, ubicado en la actual Plaza de Tribunales, pero luego de tres días de intenso combate
son derrotados. Mueren y quedan heridos cientos de personas, y la figura de Juárez Celman se ve
debilitada, por lo que termina presentando la renuncia.

Lo reemplaza el vice Carlos Pellegrini, que, a diferencia de Celman, estuvo en el campo de batalla.
Él está dos años en el poder y saca al país de la crisis. Es el precursor de las ideas industrialistas, crea el
Banco de la Nación y la Caja de conversión que permite convertir pesos argentinos en oro.
Si bien la Revolución del Parque es una derrota para la UC, abre la posibilidad de una oposición organizada.
La UC se divide en Unión Cívica Nacional liderada por Mitre, y la Unión Cívica Radical comandada por Alem.
Los objetivos de la UCR son elecciones libres y honestidad en la administración pública.
Después de diez años de total dominio, los conservadores se encuentran por primera vez con una amenaza
a su hegemonía.
En 1891 se consolida la UCR como primer partido político moderno y mientras tanto, Carlos Pellegrini sigue
intentando sacar al país de la crisis económica y pide a los empresarios y banqueros un préstamo para
pagar la deuda.
En las elecciones de 1892, la UCR asume la “Abstención Revolucionaria”, decide no participar porque las
elecciones se realizaban en estado de sitio y cientos de opositores presos. Sin oposición y mediante la
ayuda del fraude, se convierte en presidente el candidato de Roca, Luis Sáenz Peña.
La UCR denuncia la ilegitimidad del nuevo gobierno y prepara una nueva revolución.
Los partidos de la revolución están al mando de Alem, sin embargo, su poder es disputado por Bernardo de
Irigoyen y el sobrino de Alem, Hipólito Yrigoyen.
Hipólito Yrigoyen convirtió a la UCR de Buenos Aires en una poderosa organización, sin embargo, son
muchos los que dentro de la UCR desconfían de él y de su estilo, sobre todo los ligados a las clases altas.
Yrigoyen odia las fotos y no le gusta dar discursos, sin embargo, se perfila como un gran líder. Será el
personaje más amado por el pueblo y el más odiado por las elites durante los próximos cuarenta años.
EL 28 de julio de 1893 estalla la segunda revolución radical. El movimiento armado comienza en San Luis,
en Buenos Aires Yrigoyen organiza cerca de 8000 hombres armados, pero la falta de comunicación entre

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los levantamientos y la represión conducida por Roca, ahora ministro del Interior, hacen fracasar la
sublevación.
Para evitar un baño de sangre, Yrigoyen disuelve el partido revolucionario, hecho vivido por Alem como
una traición.
Todas las provincias entregan las armas, pero Alem resiste en Rosario hasta que Roca lo convence de
rendirse y lo detiene.
Muchos radicales permanecen seis meses presos mientras Yrigoyen se exilia en Montevideo.
En 1895 el presidente Luis Sáenz Peña está muy debilitado, no puede resolver las internas de su partido y
no se ha mostrado muy efectivo ante las amenazas revolucionarias de la oposición, por lo cual, presenta su
renuncia y en su ligar asume el vicepresidente José Evaristo Uriburu.
Alem, atraviesa un gran problema económico y deprimido, decide quitarse la vida en 1896.
En 1898 se realizan nuevas elecciones, en las cuales, sin la presencia de radicales porque se encuentran
divididos, se postula Roca y gana por segunda vez.

Durante el segundo mandato de Roca, Yrigoyen organiza la UCR y en febrero de 1905 estalla la tercera
revolución radical. Los levantamientos se producen en Buenos Aires, Córdoba, Mendoza y Santa Fe, si bien
la rebelión es controlada, muestra que el radicalismo sigue vivo y con una considerable fuerza.
No solo los radicales se levantan, los trabajadores también se hacen escuchar con manifestaciones cada
vez más importantes.
Los inmigrantes no sólo traen su fuerza de trabajo sino también ideas socialistas y anarquistas que pondrán
en jaque a muchos gobiernos en la Argentina.
Entre fines del SXIX y principios del XX llegan muchos de estos inmigrantes en busca de una mejor vida.
Los futuros gobiernos también fomentarán la inmigración, esperando la llegada de industriosos
trabajadores del norte de Europa, pero eso no sucede porque el modelo agroexportador no fomenta la
manufactura y no ofrece puestos de trabajo en ese sector.
Los recién llegados encuentran una mejor paga por sus labores que en sus lugares de origen, pero en
condiciones de trabajo pésimas, por lo que buscan organizarse para mejorar la situación.
Los socialistas ven a los políticos criollos más preocupados por alcanzar el poder que por desarrollar un
programa de gobierno. Reclaman el establecimiento de la jornada laboral de ocho horas para los adultos,
la prohibición del trabajo industrial a menores de 14 años y descanso obligatorio de 36 horas continuas por
semana. Fundan el partido Socialista en 1896, realizan huelgas, marchas y consiguen cada vez más
repercusión.
Los anarquistas por su parte, son partidarios de la acción directa del pueblo, creen que los partidos
políticos distraen a las masas y les impiden ser combativas. Se agrupan en gremios y sindicatos, y en 1901
forman la FORA (Federación Obrera Regional Argentina).
El gobierno de Roca, en respuesta a esta organización del pueblo obrero, en 1902 aprueba la Ley de
residencia que le permite al gobierno expulsar del país a cualquier extranjero que se involucre en conflictos
sociales o económicos.
También aprueba la Ley del Servicio Militar Obligatorio para todos los varones de 20 años. Allí se enseña a
obedecer a las autoridades y se imponen los valores nacionales promovidos por la oligarquía para
contrarrestar los ideales llegados de Europa.
Pero a pesar de estas acciones, los trabajadores no se rinden y siguen luchando por salir de la miseria y la
explotación a la que son condenados.

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Roca impulsa una reforma electoral para buscar representación a los grupos disconformes de la oposición,
tratando de evitar nuevas revoluciones. Los socialistas se incorporan, pero los anarquistas continúan por
fuera del sistema de partidos.
En 1904 llegan nuevas elecciones y Manuel Quintana, sucesor de Roca, se impone como presidente en
fraudulentos comicios sin oposición. Pero Quintana renuncia a los pocos meses y asume su vice, Figueroa
Alcorta.
Como Roca complica el ejercicio de su mandato, Alcorta responde cerrando el Congreso e interviniendo a
las provincias roquistas.
Enfrenta numerosas huelgas y protestas debido a la situación de gran desigualdad social que vive el país.
En 1907 tiene lugar una huelga muy particular, la “Huelga de inquilinos”, llevada a cabo por los habitantes
de los conventillos más importantes del país que reclaman por las malas condiciones de vida y deciden no
pagar los alquileres frente al aumento desmedido que les imponían.
El 1° de mayo de 1909, alrededor de 1500 personas convocadas por los gremios anarquistas, se reúnen en
la plaza del barrio del Congreso para conmemorar el “Día Internacional del trabajador”. La policía, al
mando del coronel Falcón, se hace presente de una manera intimidatoria y provocativa. El acto se
desarrolla con normalidad, pero al culminar, mientras la multitud se dispersa, abre fuego dejando
alrededor de14 muertos y 80 heridos, dando inicio a la histórica “Semana Trágica”.
El 6 de mayo de 1909 comienza con numerosos enfrentamientos entre obreros y fuerzas de seguridad.
Figueroa Alcorta ignora los reclamos de justicia de los obreros y felicita al comisario Falcón por su accionar.
En noviembre de ese mismo año, los muertos son finalmente vengados, el jefe de la policía, Falcón,
responsable de la muerte de cientos de obreros, es asesinado por un anarquista ruso de 17 años.
A pesar del conflicto social, el comercio exterior aumenta considerablemente produciendo un período de
prosperidad para las finanzas públicas. Esto le permite a Alcorta destinar grandes sumas de dinero a los
festejos del centenario de la Revolución de Mayo.
A principios de 1910 se acercan nuevas elecciones. Los anarquistas las repudian porque las consideran una
maniobra de los gobernantes para quedarse en el poder, y los socialistas se ven perjudicados porque ni los
extranjeros ni las mujeres pueden votar.
Nuevamente el fraude electoral es protagonista y se impone el candidato de Alcorta, Roque Sáenz Peña.
Entre abril y mayo de 1910 se establece estado de sitio para celebrar el centenario “en paz”.
Durante este período, por las noches, bandas de jóvenes de clase alta se suman a la represión y junto a la
policía atacan la redacción de diarios anarquistas y socialistas, locales judíos, turcos y armenios.
Se sanciona una ley que impide la entrada de anarquistas al país y se establece la pena de muerte para
aquellos que cometan atentados. También se pena con la cárcel a toda persona que imprima o difunda
material anarquista.
Para los festejos del centenario se crean grandes monumentos, avenidas, parques y diagonales. Durante
una semana se despliegan desfiles militares y navales, arriban visitantes ilustres y se producen
exposiciones masivas.
Estos fastuosos festejos le sirven a la elite para mostrar al mundo que la Argentina ha entrado en el grupo
de los países más prósperos, y que esto ha sido posible gracias a las políticas que los conservadores vienen
impulsando desde 1962.
Pero la fiesta no es para todos, la desigualdad social es enorme y son muchos los que no reciben ningún
beneficio de la prosperidad del país.
Detrás de escena hay censura, miles de presos políticos y estado de sitio, para muchos no hay nada para
festejar.

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Para 1910, la nación tiene 100 años, pero la democracia no encontró su lugar, el régimen conservador se
perpetúa en el poder mediante el fraude y la exclusión social.
El nuevo presidente, Roque Sáenz Peña, representa al sector liberal dentro del PAN, reconoce que se
realizaron importantes reformas en lo económico y social, pero sostiene que llegó el momento de reformar
el sistema político.
Quiere integrar a los radicales y a los socialistas al sistema electoral para aumentar la legitimidad política
del gobierno, modernizar el partido conservador y avanzar en la solución del problema anarquista,
trasladando la solución al parlamento.
Roque Sáenz Peña se reúne en secreto con Hipólito Yrigoyen, principal referente de la oposición, le ofrece
un plan de coalición con la UCR. Irigoyen no acepta pero le dice que si la elección es libre y sin fraude va a
participar de los comicios.
A los pocos meses, el poder ejecutivo presenta el plan en el Congreso, propone el voto secreto y
obligatorio y el sistema de lista incompleta que permite la representación a las minorías.
La ley se discute durante un mes y medio, hasta que a principios de 1912 se aprueba. Es la Ley 8871, más
conocida como la Ley Sáenz Peña, que representa un importante avance para la representación
democrática, pero no ha podido frenar la creciente conflictividad social.
En 1912 hay 200 huelgas en la Capital Federal. En la colonia de Alcorta, en la provincia de Santa Fe, un
grupo de pequeños arrendatarios inicia una protesta, son inmigrantes que reclaman por las pésimas de
alquiler de las tierras.
El conflicto se extiende a Buenos Aires y Córdoba, pronto se suman los chacareros por el reclamo de
condiciones desiguales en la comercialización de sus productos.
Conocido como “El grito de Alcorta”, el conflicto dura tres meses y logra que algunos arrendatarios bajen el
precio de los alquileres.
Otra consecuencia es también la creación de la Federación Agraria Argentina, que reúne a pequeños y
medianos productores, una organización que abre una alternativa a la hegemonía de la Sociedad Rural.
Luego de la sanción de la Ley Sáenz Peña comienzan a aparecer nuevos partidos políticos, y el presidente
advierte a las provincias que no dudará en intervenirlas si se cometen hechos de fraude.
Finalmente, la democracia da sus primeros pasos, las elecciones libres se producen en Santa Fe y la Capital
Federal, en ambas gana la UCR con comodidad. El oficialismo, a pesar de haber comprado votos pierde por
amplio margen.
Estos resultados llevan al presidente a convocar a sus seguidores y formar un nuevo partido nacional
unificado, que triunfa en Córdoba, Tucumán y Salta, dando un poco de aire a los conservadores, pero no
por mucho tiempo.
A éstos les cuesta acostumbrarse a las nuevas reglas de juego. Un pequeño grupo, encabezado por Roca,
pretende volver al fraude, mientras que otros piensan que hay que respetar la nueva ley.

Roque Sáenz Peña, enfermo se retira de la política y a los pocos meses muere.
Su reemplazante es el vice Victorino de la Plaza, no muy simpatizante de la reforma electoral. Teme un
triunfo radical y aumentan los rumores de que derogaría la ley, pero por temor a una revuelta, no lo lleva a
cabo.
El 2 de abril de 1916 se llevan a cabo las elecciones presidenciales donde vota el 60% del padrón electoral,
conformado sólo por hombres.
El radicalismo vence e Hipólito Yrigoyen se convierte en el primer presidente argentino elegido
democráticamente.

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Asume la presidencia acompañado por una multitud, algo antes nunca visto. Ese día sus partidarios,
desatan los caballos de su carruaje y lo llevan a pulso hasta la Casa Rosada.
Para 1916 el país tiene un sistema político con mayor legitimidad. Por primera vez un presidente de la
nación cuenta con el apoyo de una parte importante del pueblo argentino.

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