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Con la distinción entre lógica y dinámica evolutiva, Habermas trata de evitar la filosofía
de la historia, lo que implica desvincular, por una parte, el desarrollo de las estructuras
cognitivas de la dinámica de los acontecimientos históricos, y por otra, a la evolución
social respecto a la concreción histórica de las formas de vida.1 En el contexto del
paradigma del entendimiento, la lógica trascendental pasa a ser asunto de unas ciencias
reconstructivas falibles, la pragmática universal, que tiene como tarea reconstruir las
condiciones universales del entendimiento posible.2 Sobre esa base, la evolución social
es tratada tanto desde el punto de vista de procesos de aprendizaje radicados en el
mundo de la vida como desde la perspectiva del aumento de la complejidad sistémica.
De acuerdo Habermas, éste último depende de la diferenciación estructural del mundo
de la vida. “Y este cambio estructural, cualquiera que sea la forma en que se explique su
dinámica, está a su vez sujeto a la lógica propia de una racionalización que es la
racionalización comunicativa.”3

La noción de una lógica evolutiva implica, como lo dice su nombre, un desarrollo


puramente formal, esto es, indiferente al contenido, del cual cabe hacer una
reconstrucción interna, se trate de las esferas de validez correspondientes a la ciencia, a
la moral o a la estética, así como de las estructuras del mundo de la vida. La dinámica
evolutiva puede solamente gatillar esos desarrollos, ser la ocasión de la actualización de
procesos ya definidos, en último término, por el despliegue de competencias
establecidas por la pragmática formal.4 Su desarrollo “es visto como el ejercicio de una
capacidad general que está esperando sus condiciones para desarrollarse”, “una
operación racional o social culturalmente neutral”, o “una función general que puede
adquirir cualquiera cultura” [esta es una descripción del pensamiento de Habermas
que,por muy atinada que sea, no es del propio Habermas: debe aclararse en la
redacción].5 En todos los casos se trata de procesos contínuos, acumulativos y
sistemáticos de aprendizaje. Por cierto, puede haber momentos de estancamiento y aún
de des-aprendizaje, pero éstos se definen en relación al proceso de aprendizaje lógico-
evolutivo; en cuanto hay aprendizaje el proceso es, pues, continuo y acumulativo.

Sin embargo, Habermas pretende escapar tanto al objetivismo como al contextualismo,


esto es, al punto de vista de un sujeto puesto en la perspectiva extra-mundana provisto
de un lenguaje ideal, liberado del contexto, como a la renuncia a todo concepto de razón
que vaya más allá de las obligaciones y vínculos locales que establece cada cultura. “En
la propia posibilidad del entendimiento lingüístico cabe leer un concepto de razón
'situada' que eleva su voz en pretensiones de validez que dependen del contexto a la vez
que lo trascienden.”6
1
Teoría de la acción comunicativa II, op. cit., p. 541.
2
“El análisis trascendental busca los rasgos invariantes que se van repitiendo en la multiplicidad histórica
de las formas de vida socioculturales.” (Verdad y justificación, op. cit., p. 21).
3
Teoría de la acción comunicativa II, op. cit., p. 245.
4
“Si separamos la lógica y la dinámica del desarrollo, esto es, el modelo de una jerarquía de estructuras
cada vez más amplias ―reconstruible racionalmente― y sus procesos, con los que se desarrollan los
susbstratos empíricos, no tenemos por qué exigir unilinearidad, necesidad, continuidad o inflexibilidad a
la historia........Estas estructuras fundamentales describen el ámbito lógico en el que pueden realizarse
construcciones estructurales más amplias. Posteriormente, la cuestión de cómo y cuándo se producen
estructuras nuevas depende de condiciones marginales contingentes, así como de procesos de aprendizaje
que son observables empíricamente.” (La reconstrucción del materialismo histórico, Taurus, Madrid,
1981, pp. 143-144).
5
Charles Taylor, “Inwardness and the Culture of Modernity”, en Philosophical Interventions in the
Unfinished Project of Enlightenment, edited by Axel Honneth, Thomas McCarthy, Claus Offe, and
Albrecht Wellmer, The MIT Press, Massachusetts, 1992.
6
Pensamiento postmetafísico, op. cit., pp 179-180.

Habermas y Putnam, sobre la verdad/José Fernando García


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Hemos visto que, en otros pasajes Habermas habla indistintamente de “independencia”


y “trascendencia del contexto”. Cabe pensar que esta oscilación terminológica es
síntoma de un problema que puede expresarse en las siguientes cuestiones: ¿es posible
pensar una razón situada sobre la base de una pragmática formal, esto es, de partida
indiferente a la materia y cuya relación a ésta es agregada posteriormente? ¿Estos
procesos continuos, acumulativos y sistemáticos de aprendizaje no están condenados a
tener una relación externa con la materia [esta idea de ‘relación externa’ conviene ser
profundizada y quizás servir como eje para la formulación medular el problema]? O,
dicho de otro modo: ¿la razón no se pone, de ese modo, en una posición extra-
mundana? ¿No entran aquí en conflicto la orientación sistemática y racionalista de
Habermas y su intento de formular un concepto de razón situada?

Desde Kant en adelante la relación forma-materia ha constituído un problema para el


racionalismo, orientado, por otra parte, a la sistematización. Como vieron ya los
primeros comentaristas de la Crítica de la razón pura, Reinhold y Maimón, e
igualmente Fichte, hay en Kant una antinomia en germen: o bien se elimina la cosa en-
si como una materia exterior irracional para realizar el impulso sistemático formal, o se
renuncia al sistema [hay un problema con este dilema: en Kant, eliminar la cosa en sí es
renunciar al sistema, luego, no hay dilema]. La tradición idealista siguió el primer
camino, la materia no es exterior a la forma, ya que la materia es el pensamiento puro y,
por ello, la forma absoluta.7 Con posterioridad, el neo-kantismo reconoce dicha herencia
en relación al rechazo de la cosa-en-sí y la orientación sistemática. 8 El marxismo, a su
vez, opone al desarrollo puramente conceptual la identificación de la dialéctica con el
desarrollo histórico, puesto que la eliminación de la indiferencia de la forma respecto de
la materia solamente puede llevarse a cabo a través de la práctica.9

La opción por el otro término de la antinomia materia-sistema está representada en la


obra de Emil Lask, filósofo de origen neo-kantiano que recibiera la influencia de
Husserl.10 Para Lask, la revolución copernicana de Kant suprime la independencia del
ser respecto de la esfera lógica, destruye la escisión entre el objeto y su contenido de
verdad, reconoce la logicidad trascendental del ser, admitiendo que el ser es de la misma
especie que el entendimiento. Pero la logidización de la objetualidad en la tesis
copernicana, según Lask, escapa a una perspectiva panlogista, puesto que son el ser y no
el ente, la objetualidad y no el objeto, la cosalidad y no la cosa, lo causal y no lo ligado
por el nexo causal, los que están librados a la lógica:11

Lask afirma que no existe un contenido de validez que se baste a sí mismo, autónomo,
que no tuviera ninguna necesidad de apoyo, que no reenviara a otro de sí, que estuviera
evaluado en función de sí mismo. No hay validez que no sea relación a, en la
perspectiva de, en función de. Esta ausencia de autonomía, esta necesidad de ser por
7
Cita de la Lógica.....
8
Paul Natorp dice lo siguiente: “No cabe duda alguna que nosotros, con todo esto, nos hemos acercado en
cierto modo, a los grandes idealistas, principalmente a Hegel. Pero no hay más hegelianismo en nuestra
filosofía que lo que en Hegel mismo fue un claro desarrollo de los gérmenes que existían ya en Kant y en
Platón.” (Kant y la Escuela de Marburgo, en Editorial Porrúa, México, 1975, p. 90.)
9
Historia y consciencia de clase, Grijalbo, México, 1969, p. 138. Más adelante dice Lukács: “porque en
el marxismo el proceso dialéctico y el desarrollo histórico se entienden como idénticos.” (p. 188).
10
La logique de la philosophie et la doctrine des catégories. Etude sur la forme logique et sa
souveraineté, Vrin, Paris, 2002.
11
La logique de la philosophie et la doctrine des catégories. Etude sur la forme logique et sa
souveraineté, op. cit., p. 59.

Habermas y Putnam, sobre la verdad/José Fernando García


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alguna cosa otra, en función (Hingeltendes) de alguna otra cosa, esta suerte de
intencionalidad, constituye, de acuerdo a Lask, el carácter formal de la validez.12Esto, a
su vez, implica la intricación, la juntura de la forma y la materia, un todo donde la
forma requiere de un complemento. Dicho cumplimiento de la forma por una materia
Lask la denomina sentido, y el reino de la verdad es un reino de “sentido”, con la
implicación de que el juicio es una construcción artificial y derivada.

El sentido es, entonces, la conjunción de ambas: una materia temporal afectada por una
forma intemporal, una constitución de validez acompañada de algo que es válido. Eso
significa que la verdad no es el reino de la intemporalidad ininterrumpida; la verdad es
una forma intemporal relativa a una materia no intemporal afectada por dicho
intemporal;13 el dualismo de forma y materia es irremontable, ellas son irreductibbles
una a la otra.14 De modo que no es posible representarse la verdad como el reino de la
luz, no hay posibilidad de iluminar la materia; solamente es posible nimbarla de
claridad, la materia es irracional.15 “!Irracionalidad de la materia, pero no
irracionalismo, racionalidad de la forma, pero no racionalismo¡”16

Lask introduce el principio de la determinación material de las formas. La


determinación de las formas particulares es ciertamente lógica, pero no proviene de lo
que es lógico sino de la materia a-lógica. La determinabilidad de las categorías
ontológicas, en particular, tienen por origen la singularidad de la materia extranjera a la
significación, son determinaciones que reflejan dicha materia. Es así impensable que la
forma pueda existir aparte (Aristóteles) o ser impuesta a la materia por el pensamiento
(Kant). Igualmente, la determinación material de la forma implica que el discernimiento
de las categorías deba ser una tarea empírica. Las estructuras lógicas particulares están
diferenciadas de manera a-lógica y su determinabilidad excede los límites de lo que es
abstractamente lógico. Esto se opone a toda tendencia a la sistematización, la cual
ignora que la pluralidad de significaciones está determinada por la materia. Entre la
unidad de la forma y la diversidad de la materia —en particular de la materia sensible
primera— viene a intercalarse, a título de esfera intermedia, el dominio de la pluralidad
de significaciones, un dominio intermediario que ha surgido únicamente del juego de la
validez desprovista de diversidad y de la diversidad de lo que es extraño a la validez.

Para Lask el racionalismo desconoce que la materia a-lógica, si bien se sitúa en el seno
de la lógica, no deviene, por eso, algo lógico. Así, lo a-lógico y lo extra-estético no
cesan de serlo, tienen solamente forma lógica y forma estética.17 Es posible, de este
modo, desmarcarse del panlogismo, los entes no son una constitución puramente lógica,
sino una materia a-lógica cercada por la validez lógica. Por tanto, las formas no
reenvían dialécticamente unas a otras sino a la materia, lo que es a-lógico las penetra,

12
Para Gurvitch, en Las tendencias actuales de la filosofía alemana (Editorial Losada, Buenos Aires,
1939, p. 187), la Hingelten, como denomina Lask al apuntar de la forma a la materia, está inspirada en el
concepto de intencionalidad de Husserl, aunque, por cierto, en aquel no se refiere a la consciencia.
13
La logique de la philosophie et la doctrine des catégories. Etude sur la forme logique et sa
souveraineté, op. cit., p. 61.
14
La logique de la philosophie et la doctrine des catégories. Etude sur la forme logique et sa
souveraineté, op. cit., p. 95.
15
La logique de la philosophie et la doctrine des catégories. Etude sur la forme logique et sa
souveraineté, op. cit., p. 97.
16
La logique de la philosophie et la doctrine des catégories. Etude sur la forme logique et sa
souveraineté, op. cit., p. 218.
17
La logique de la philosophie et la doctrine des catégories. Etude sur la forme logique et sa
souveraineté, op. cit., p. 63-64.

Habermas y Putnam, sobre la verdad/José Fernando García


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determinándolas.18

Las formas categoriales antes de llegar al conocimiento, se ofrecen en lo que Lask


llama “su desnudez lógica.” Así como está presupuesta la inmediatez de la
experiencia vivida cuando se trata de la materia sensible, ocurre lo mismo en el
caso de la materia no sensible. La experiencia vivida inmediata se presenta en
oposición a toda reflexión, en la medida en que ella se absorbe inmediatamente en
lo que tiene de específico un objeto, como por ejemplo la consagración
(Hingeben ) a lo ético, a lo estético o lo religioso. La vida no afectada por la teoría,
esta vida que suministra la materia a la filosofía, ya consiste en entregarse a lo no
sensible, al sentido y, por tanto a la forma. Aunque Lask no utiliza el concepto
husserliano de intuición categorial, es presumible que la idea de desnudez lógica
tenga allí su fuente. 19

A contrario sensu, Habermas entiende 1) que es posible un desarrollo, puramente


formal, consistente en la relación de unas formas a otras, con prescindencia de toda
materia; 2) la verdad y la validez se sostienen en sí mismas, sin relación a lo temporal,
irracional o contingente; 3) la determinación reside en las formas, lo que implica que la
determinación es a-histórica y a-temporal. La pretendida “razón situada” corresponde,
pues, a un logos puro, consistente en una pura interioridad que supone
incondicionalidad. Por cierto, Habermas escapa a la filosofía de la historia en cuanto la
pragmática universal es una ciencia reconstructiva falible, expuesta a la crítica. Pero,
por otra parte ¿no recae en la filosofía de la historia al sostener la noción de una razón
absoluta? ¿No fracasa al pensar que la distinción entre lógica evolutiva (interna) y
dinámica evolutiva (externa) permite evitar la noción de una razón descontextuada?20

Ahora bien, la perspectiva abierta por Lask ¿tiene consecuencias contextualistas?


¿Solamente podemos evitar el contextualismo con la incondicionalidad de la razón?
Claramente, Lask escapa a toda sospecha de renuncia a la razón. Más bien, ofrece una
orientación para cumplir el programa que Habermas anuncia tan bien pero no puede
cumplir, como se ha visto: formular un concepto de “razón situada'”que dependa del
contexto a la vez que lo trascienda. Pareciera, en efecto, que el principio de
determinación material permite pensar la dependencia al contexto (temporal, histórico,
irracional), pero en la medida que es principio de determinación de las formas (válidas,
intemporales, racionales) cautelar, a su vez, la trascendencia al contexto.

La perspectiva abierta por Lask da lugar a lo que quisiera llamar la “subordinación de la


lógica (de la razón, del método) a la hermenéutica. En el enfoque racionalista, al menos
desde Kant en adelante, la forma, siendo lo determinante, se impone a la materia, lo que
significa, como hemos visto, asumir un logos intemporal e incondicionado, dueño de sí
mismo.21 En el caso de Habermas, eso significa que solamente es posible una lógica
18
La logique de la philosophie et la doctrine des catégories. Etude sur la forme logique et sa
souveraineté, op. cit., p. 85.
19
“Lask no habla directamente de la intuición pura ―de la Wessenschau de las categorías― como
premisa del conocimiento filosófico; pero la admite sin duda alguna, y toda su idea de la Lógica de la
Filosofía se inspira directamente en la teoría de Husserl sobre la intuición categorial” (G. Gurvitch, Las
tendencias actuales de la filosofía alemana, op.cit., p. 180).
20
Sobre las implicaciones eurocentristas del proceso de racionalización del mundo de la vida
habermasiano véase “Notas sobre lógica y eurocentrismo.”
21
“Materia y forma. Estos dos conceptos están tan indisolublemente ligados a todo uso del
entendimiento, que sirven de base a toda otra reflexión. El primero de ellos significa lo determinable
sin más. El segundo significa su determinación.” (Crítica de la razón pura, B 322, Taurus, México,

Habermas y Putnam, sobre la verdad/José Fernando García


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que, en el mejor de los casos, encuentra una materia después de haber completado su
desarrollo sistémico, con la consecuencia de que la intemporalidad de la validez queda
desconectada de la temporalidad de la materia, o la verdad intemporal de la justificación
racional en el aquí y el ahora. La determinación material de las formas implica, por el
contrario, que las éstas tengan como trasfondo a la materia, que la validez intemporal
tenga como supuesto a la materia temporal. La mediatez del conocimiento, la distancia
que implica en relación a la vida, de acuerdo a la terminología de Lask es, pues, una
consecuencia que se sigue del principio de determinación material de la forma. Eso
significa que el logos supone el sentido, esto es, un horizonte temporal desde el cual
algo se hace comprensible como algo.22

Para Habermas, por el contrario, la lógica tiene prioridad sobre el sentido, es algo
primero, que flota, por así decirlo, en el vacío. El mundo de la vida, lejos de ser algo
supuesto en el despliegue de la lógica, está sometido a ésta. ...”los agentes
comunicativos se mueven siempre dentro del horizonte que es su mundo de la vida; de
él no pueden salirse. En tanto que intérpretes pertenecen, junto con sus actos de habla,
al mundo de la vida, pero no pueden establecer una relación 'con algo en el mundo de la
vida' de la misma manera que pueden establecerla con hechos, normas o vivencias. Las
estructuras del mundo de la vida fijan las formas de la intersubjetividad del
entendimiento posible.”23

Esto hace imposible el pluralismo, ese lugar intermedio del que habla Lask, entre la
unidad de la forma y la diversidad de la materia, producto del juego entre ambas. Dicho
juego implica que la forma (unitaria, intemporal, racional) limite pero no determine el
desarrollo posible, y que el desarrollo real sea el resultado de su encuentro con la
materia (diversa, temporal, irracional). No hay, entonces, una lógica compulsiva, pero
esto no quiere decir que cualquier desarrollo sea posible. Cabe, por lo tanto, hacer una
reconstrucción de los procesos de aprendizaje, aunque dicha reconstrucción no sea
entendida como un proceso único de evolución, puramente racional y, por consiguiente,
interno.

Quisiera justificar a continuación la hipótesis de que la obra de Lask puede ser la base
para sostener la concepción de la razón situada, la cual se encuentra sea formulada pero
no desarrollada en algunos pensadores contemporáneos o implícita en otros.

Dice Kuhn: “La observación y la experiencia pueden y deben limitar drásticamente la


gama de las creencias científicas admisibles o, de lo contrario, no habría ciencia. Pero,
por sí solas, no pueden determinar un cuerpo particular de tales creencias. Un elemento
2006, p. 280. Traducción de Pedro Ribas). En el caso de Aristóteles, por el contrario, el punto está
sujeto a debate. “Resulta obvio a raíz de lo dicho que, de una parte, lo que se llama forma o ousía no
se engendra, pero, de otra, el compuesto que se llama de acuerdo con la forma sí se engendra; y que a
todo lo engendrado le es inherente una materia, y que una parte es esto, y otra, es esto otro” Y más
adelante agrega: “El todo engendrado es una forma de tal cualidad en tales carnes y tales huesos,
Calias o Sócrates, el cual es otro en cuanto a la materia (pues es otra), pero es idéntico en cuanto a la
forma (pues la forma es indivisible).” (Libro Z, 8, 1033b y1034a, Editorial Sudamericana, Buenos
Aires, 1978, pp. 325-326. Traducción de Hernán Zucchi). Tricot anota que en este pasaje, entre otros,
se apoya la interpretación tradicional para sostener que de acuerdo a Aristóteles la determinación
individual es por la materia. Sin embargo, hay otros textos donde se atribuye la determinación
individual a la forma, interpretación que asumen los comentaristas modernos, entre otros, Ross y
Robin. (Ver la nota de Tricot en La Metaphysique, Tome I, J. Vrin, Paris, 1970, pp. 392-393).
22
Ser y tiempo, Editorial Universitaria, Santiago, 1998, pp. 177-183. Traducción de Jorge Eduardo
Rivera; Verdad y método, op. cit., pp. 344-360.
23
Teoría de la acción comunicativa II, op. cit., p. 179. El último énfasis es agregado.

Habermas y Putnam, sobre la verdad/José Fernando García


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aparentemente arbitrario, compuesto de incidentes personales e históricos, es siempre


uno de los ingredientes de formación de las creencias sostenidas por una comunidad
científica dada en un momento determinado.”24 Aquí, la forma científica, la observación
y la experiencia sobre la base del método, pone un límite a lo que es posible sostener en
el terreno de la ciencia, pero no puede determinar, por si mismo, la validez; ésta queda a
cuenta del encuentro de dicha forma con contingencias históricas que, como tales, son
irracionales.25 Pero aquello que es determinado de esa manera son las “creencias
sostenidas por una comunidad científica”, la teoría científica, la forma racional.

Me parece que de un modo un tanto rápido Habermas pone a Kuhn entre los autores que
explican la fuerza que han adquirido las propuestas contextualistas en el pensamiento
contemporáneo.26 Por el contrario, Kuhn sostuvo siempre el carácter racional de la
ciencia, pero sobre la base de una diferente concepción de la racionalidad.27

Bueno, lo que sigue sería una defensa de de Kuhn en contra de su asimilación a


Feyerabend y a Rorty que hace Habermas. Del mismo modo, creo que se puede
argumentar que Gadamer no es Heidegger, en primer lugar reivindica a la razón, y en
segundo lugar ubica su análisis en la práctica (la conversación) que media cualquier
apertura del mundo lo que le permite evitar el holismo. Ambos (Kuhn y Gadamer)
serían filósofos donde está sugerida, no desarrollada, una razón situada (hay otros como
Wellmer y el último Foucault). Lask podría ser el sustento que falta en ellos para pensar
ese concepto de razón.

Se agradecen críticas,

Un abrazo,

Fernando

24
La estructura de las revoluciones científicas, Fondo de Cultura Económica, México, 1980, p. 25,
énfasis agregado.
25
“Los científicos individuales aceptan un nuevo paradigma por toda clase de razones y, habitualmente,
por varias al mismo tiempo. Algunas de esas razones ―por ejemplo, el culto al Sol que contribuyó a
que Kepler se convirtiera en partidario de Copérnico― se encuentran enteramente fuera de la esfera
aparente de la ciencia.” (La estructura de las revoluciones científicas, op. cit., p. 237).
26
“En la línea de pensamiento que proviene de Kuhn, Feyerabend, Elkana y otros, la razón fundadora de
unidad se ve privada incluso de su último dominio, es decir, de la física.” (Pensamiento
postmetafísico, op. cit., p. 174).
27
“Decir que, en materia de elección de teorías, la fuerza de la lógica y de la observación no pueden en
principio ser compulsivas ni es descartar la lógica y la observación ni insinuar que no haya buenas
razones para defender una teoría más que otra.” (Ibíd).

Habermas y Putnam, sobre la verdad/José Fernando García

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