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PROCEDIMIENTO:
La experiencia demuestra que poco o nada se puede obtener del examen microscópico si
antes no se prepara la probeta, la perfecta preparación de ésta es de máximo interés. Una
preparación defectuosa puede originar una estructura, por lo menos en la superficie, que
no guarda ninguna relación con la verdaderamente representativa y característica del
metal. Está claro que el examen de una superficie de este tipo da lugar a interpretaciones
erróneas y a conclusiones inadmisibles.
Examen de partidas de piezas que no han entrado en servicio: En este caso debe
asegurarse previamente que el lote de piezas corresponda a una misma colada y con igual
tratamiento térmico. Asegurada la condición anterior, conviene extraer probetas de las
zonas extremas y medias de la pieza. Sí la pieza tiene forma complicada, conviene extraer
probetas de la parte gruesa y finas. Si el material ha sido trabajado deben tenerse probetas
que permitan observaciones transversales y longitudinales.
Examen de materiales que han recibido tratamientos térmicos: En este caso, debe
disponerse de probetas de la parte central y periférica, a fin de evidenciar si ha habido
cambios superficiales (tal como la descarburización del acero)
Examen para establecer causa de rotura: En este caso, deben obtenerse probetas de la
zona de rotura que pueda dar el máximo de información y de la zona normal y sana de la
pieza para poder comparar las estructuras.
Materiales duros y tenaces, así como los superficialmente endurecidos deben cortarse con
seguridad empleando discos abrasivos y con un dispositivo de refrigeración constante
durante el corte. Si no se enfría suficientemente la probeta durante el corte se altera
radicalmente la estructura original.
Materiales muy blandos, caso del plomo, la separación puede hacerse mediante una sierra
mecánica o manual.
En los casos de corte con sierra o con discos abrasivos es necesaria una refrigeración
constante de la probeta. Es muy buena técnica operar de tal modo que la probeta no llegue
a calentar la mano, ni durante las operaciones de desbaste posteriores, que se describirán
más adelante.
Siempre que sea posible las probetas deben tener un tamaño conveniente y cómodo de
manejar. Las probetas de superficie muy grande pueden requerir tiempos de pulido
excesivamente largos, mientras las demasiado pequeñas tienden a redondearse durante
el desbaste, obteniéndose superficies preparadas curvas con los bordes estropeados. Las
probetas pequeñas deben montarse, para su mejor preparación.
Las probetas de manejo más cómodo son aquellas cuya altura es de unos 12 mm, y su
dimensión en una de las direcciones de la superficie a pulir, de 20 a 25 mm.
En general, las muestras deben biselarse en esta etapa, con el objeto de evitar posibles
roturas de los paños de pulido e incluso de los mismos papeles abrasivos. Además la
presión de contacto debe ser suave afín de evitar las rayas profundas, que puedan
distorsionar la superficie de la muestra y cuya desaparición requiere largo tiempo en las
posteriores etapas. Para no alterar la estructura superficial del metal, especialmente si esta
templado, se sumerge frecuentemente la probeta en agua, afín de que se mantenga fría.
La necesidad de aplicar calor y presión hacen inutilizables estas resinas para el montaje
de aleaciones o metales blandos o alterables con el calor. Los metales blandos, como
plomo, estaño, etc., se deforman durante el montaje a causa de las elevadas presiones
requeridas, y las aleaciones templadas pueden sufrir modificaciones estructurales a las
temperaturas empleadas.
Montaje con resina endurecible en Frío.- En este tipo de montaje se utiliza resina
sintética que en frío (temperatura ambiente), permiten la sujeción de la muestra en un
molde, pudendo incluso ajustarse con endurecedores adecuados. Si bien en algunos casos
esta operación se produce con el desarrollo de una cantidad de calor, éste por lo común
no es suficiente para afectar las estructuras metálicas.
Los diversos materiales sintéticos usados en montaje en trío, suelen ser inertes a la
mayoría de las soluciones de ataque. Para este tipo de montaje se sigue la siguiente
técnica operatoria:
1. Colocar sobre una superficie plana de vidrio la probeta con la superficie a estudiar en
contacto con el vidrio.
2. Untar con grasa el molde de plástico y colocarlo en el vidrio tratando que la muestra
quede centrada dentro del molde.
3. Realizar la preparación de la resina con sus catalizadores. Esto consiste en mezclar
en un recipiente 15 mi. de resina + 4 gotas de cobalto + 4 gotas de peróxido, y
homogenizarlo por agitación.
4. Agregar al molde, teniendo cuidado en no mover la muestra durante el llenado,
durante este proceso se puede realizar el codificado de la muestra (ver Fig. 1.3).
5. Después de 25 a 30 minutos realizar el desmontaje de la probeta
El desbaste fino elimina esta deformación. Sin embargo, si bien esta capa de deformación
es eliminada se forma una nueva capa de menor deformación, esto, a causa de la acción
de los granos del desbaste fino. Esta nueva deformación, no es tan severa y por lo tanto
no es tan profunda como la primera y consecuentemente puede ser eliminada por
aplicación de un abrasivo más fino.
Los materiales abrasivos y tamaños más frecuentes utilizados para el desbaste fino son
mostrados en la fig.1.6. Los abrasivos tipo fijo (aquellos que están constituido por un
soporte de papel o tela) son los más adecuados para el desbaste fino que los sueltos. El
papel de carburo de silicio ofrece mejores ventajas que los papeles de esmeril, debido a
que presenta una mayor razón de eliminación.
Conviene emplear un papel nuevo para cada probeta, porque sus partículas abrasivas
desgastadas, tienden a producir distorsión superficial del metal; además si, por ejemplo,
sobre un papel se ha desbastado una probeta de acero, pueden quedar sobre él, detritos
de este material duro, que pueden producir rayas profundas al emplearlo después para
preparar un material blando, como, por ejemplo, un latón.
En lo que respecta al tiempo de operación del desbaste fino no existe regla fija, por cuanto
varía con las muestras. Debería recordarse, sin embargo, que una capa deformada puede
extenderse de 10 a 50 veces la profundidad de la raya producida por un grano abrasivo.
La fig. 1.7, muestra el promedio de las profundidades de las rayas producidas durante el
desbaste fino.
El desbaste fino se realiza modernamente en forma mecánica empleando un disco
giratorio, los discos se cubren con papeles de desbaste y giran a razón de 600 R.P.M. para
el papel más grueso (220-280 malla) y a velocidades menores para papeles más finos (400-
600 mallas).
En el desbaste mecánico es preciso extremar el cuidado para que la presión excesiva no
produzca sobrecalentamiento de las probetas, con las consiguientes alteraciones
estructurales en las probetas tratadas térmicamente y distorsión del metal superficial.
TÉCNICA OPERATORIA
1. Los papeles abrasivos empleados son: 220, 280,400 y 600 mallas, y se colocan en los
discos fijándolos con agua.
2. Tomar firmemente la probeta con los dedos y apoyar la cara elegida sobre la superficie
del papel abrasivo, que se encuentra en movimiento.
3. El movimiento de la probeta es en forma radial desde los bordes hacia el centro y
viceversa, ejerciendo una presión suave como para eliminar sólo las marcas
originales. La dirección del movimiento se mantiene constante, para que todas las
rayas producidas sean paralelas.
4. El final de la operación sobre el primer papel abrasivo (220 malla), está determinado
por la desaparición de las rayas producidas por el desbaste grueso.
5. Seguidamente se lava la probeta con un chorro de agua corriente junto con las manos
y se seca antes de pasar a un nuevo papel abrasivo.
6. Para un nuevo papel abrasivo, la probeta debe girarse 90° con respecto a la dirección
anteriormente usada, esto con la finalidad de observar visualmente cuando las rayas
de la arenilla del abrasivo precedente ha sido eliminada.
7. Lavar y secar la muestra como se mencionó anteriormente.
8. Repetir esta sucesión de operaciones (siempre girando la probeta) en cada uno de los
papeles hasta ¡legar al más fino. (fig. 1.8).
El éxito del pulido y el tiempo empleado en la operación depende en gran manera del
cuidado con que se haya realizado el desbaste. Si una probeta tiene rayas profundas y
gruesas, que no se han eliminado en la última operación de desbaste, se pierde el tiempo
y el trabajo si se pretende eliminar durante el pulido; en estos casos lo más recomendable
es volver a desbastar la probeta, poniendo la máxima atención en conseguir la uniformidad
y finura de las rayas antes de comenzar el pulido.
Oxido de Magnesio.- Se recomienda para el pulido final de metales blandos, tales como
aluminio, magnesio y otros, o para sustituir a la alúmina en el pulido de fundiciones y otros
metales relativamente duros. Una de las calidades más satisfactorias para metalografía es
el denominado oxido de magnesio pesado, preparado por E. Merck. La técnica adecuada
para el empleo del óxido do magnesio en el pulido final consiste en poner una pequeña
cantidad de polvo fresco y seco sobre el paño de pulir, añadir agua destilada en cantidad
suficiente para formar una pasta clara y luego trabajar esta pasta con la yema de los dedos,
extendiéndola y embebiéndola en las fibras de puño.
Algunos tipos de polvo seco de alúmina, aunque se adquiere como Ievigados, es preciso
volver a levigarlos para obtener la debida finura y uniformidad de las partículas. La
levigación consiste, en suspender una cantidad pequeña de alúmina en agua limpia,
empleando un vaso alto adecuado. Después de agitar bien se deja sedimentar de 1-10
min., en la que se separa las partículas gruesas, y luego se sifona el líquido que sobrenada,
que constituye una suspensión del abrasivo fino. Para reducir el volumen de las
suspensiones del alúmina, con vistas al almacenamiento, se los deja sedimentar unos
cuantos días, y después se sifona el líquido claro que sobrenada. La alúmina sedimentada
se puede guardar en frascos de reserva y se diluye con 10 a 20 partes de agua en el
momento del empleo. Las observaciones del pH [8.3] son muy importantes para el
almacenamiento. Se puede acidificar con acético).
Existe otros abrasivos en polvo como: el carburo de silicio que se usa en el pulido preliminar
de metales duros, reemplazando a la alúmina; el óxido de cromo que se recomienda para
el pulido de aceros al carbón y aceros inoxidables; el óxido de hierro, comúnmente
conocido como abrasivo del joyero, se ofrece en tamaños de partículas de tres mieras para
el pulido de materiales blandos; etc.
PAÑOS PARA EL PULIDO.- La elección del paño para pulir depende esencialmente de la
naturaleza específica de la probeta que ha de prepararse y de la finalidad del examen
metalográfico posterior.
Existen muchas clases de paños para pulir, entre los que se puede hacer la elección. En
general la textura superficial de los paños de pulir varía desde la correspondiente a los que
no tienen pelo como la seda natural y el tejido empleado para cubrir alas de aeroplanos,
hasta aquellos de pelos relativamente largos, como el terciopelo y la pana de algodón que
son de aplicación muy general. En el caso intermedio se encuentran los paños de mesa de
billar, los paño de lona de distinta finura y las lanas.
Para utilizar por primera vez un paño, se le sumerge completamente en agua clara y
después y aún húmedo, se le coloca sobre el disco de la pulidora y se le sujeta con el
dispositivo correspondiente, haciéndole quedar bien tenso.
Seguidamente se le carga el abrasivo adecuado. La carga suele hacerse mejor
espolvoreando sobre el paño el polvo abrasivo seco y añadiendo agua hasta formar una
pasta clara, que se trabaja con la yema de los dedos, extendiéndola e impregnando bien
las fibras del paño.
Cuando un paño no va a ser utilizado durante algún tiempo, se le quita del disco de la
pulidora, se le enjabona y se le lava cuidadosamente con agua comente. Después se le
puede secar o en todo caso se le guarda sumergido en agua en un vaso.
E1. PULIDO PRELIMINAR: El objetivo del pulido preliminar es hacer desaparecer las rayas
finas producidas en la última operación de desbaste. El disco de la pulidora empleado en
esta operación se cubre, generalmente, con paño sin pelo tal como el Nylon o lana de poco
peso, se le hace girar a unos 400-500 R.P.M. Como abrasivo se emplea la alúmina o el
carburo de silicio de 600 mallas o productos equivalentes.
Para realizar el pulido preliminar se mantiene la probeta desbastada, sobre el disco que
gira, y durante la operación se mueve continuamente desde el centro al borde del disco, y
a la inversa. Si o:; necesario se añade de cuando en cuando suspensión de abrasivo que
contenga unos 15g/100 cm3 de agua.
Para que la operación vaya bien es necesario observar la humedad del paño. Si se
humedece demasiado, la acción pulidora del paño + abrasivo se retarda mucho, y si se
seca en exceso, la probeta se mancha. La humedad óptima es la que da lugar a que,
cuando se separa la probeta del disco, queda sobre la superficie que se prepara una
película que se evapora entre 1 a 5 seg.
TÉCNICA OPERATORIA.
1. Cubrir el paño del disco con la suspensión de abrasivo y poner en marcha la pulidora.
2. Tener la probeta y apoyar la cara ya desbastada sobre el paño cuidando de que la
cara a pulir este, perfectamente paralela al cisco, con el objeta de evitar que la probeta
se escape de la mano o que los bordes se redondeen.
3. Durante la operación de pulido la probeta debe desplazarse en dirección del radio,
desde el borde hasta el centro del disco y viceversa.
4. El pulido preliminar dura de unos 2 a 5 min. y al terminarse, se lava bien la probeta con
agua corriente, se le enjuaga con un poco de algodón para quitar todos los detritos y
el abrasivo adherido, y se le humedece con alcohol etílico o alcohol isopropílico,
secándolo después con aire caliente; para esta operación son muy adecuados los
secadores empleados para el cabello.
5. Examinar la probeta con todo detalle, para ver si aún contiene rayas más gruesas que
las debidas al abrasivo empleado. Tales rayas pueden haber sido introducidas por la
presencia de detritos sobre el paño del pulido o ser rayas demasiado profundas
producidas en el desbaste.
En este caso el único recurso que queda es volver a repetir el desbaste poniendo más
cuidado en dicha operación.
Las probetas bien preparadas, después del desbaste y el pulido preliminar, muestran
solamente las rayas características del alúmina o carburo de silicio de 600 mallas, y la
superficie es de brillo apagado.
E2. PULIDO FINAL.- Esta operación tiene por finalidad eliminar las rayas producidas en el
pulido preliminar y dar lugar, por último, a una superficie pulida, uniforme y libre de rayas.
Esta operación, salvo que sea fundamental la preservación de las inclusiones no metálicas,
se realiza cubriendo el disco de la pulidora con un paño de pelo largo, como el terciopelo.
Según el metal o aleación que se pule, se emplea uno de los abrasivos citados
anteriormente.
Dependiendo del tamaño, estos polvos son obtenidos en dos estructuras cristalinas
diferentes. La forma alfa disponible en tamaños 5, 1 y 0.3 micrones y tiene estructura
hexagonal. La forma gamma de 0.1 y 0.05 micrones, es de estructura cúbica, la dureza de
la alúmina se encuentra en la escala de Mohs apenas por encima de 9. El tipo alfa es
ligeramente más dura que el tipo gamma.
El MIROMET es una preparación de óxido de cerio en una base de agua destilada. Este
compuesto de pulido puede ser usado tal como viene embotellado o con una máxima
dilución de tres partes de agua destilada. Este material está destinado solo como abrasivo
excelente para la etapa de Pulido Final.
TÉCNICA OPERATORIA
Tales formaciones son inevitables cuando se pule en una sola dirección, porque se
arrancan más o menos las inclusiones, se abrasiona el metal adyacente y aparecen
picaduras y huecos dejadas por dichas inclusiones. Para evitar la distorsión que siempre
se produce del metal, se debe suspender el pulido fino en cuanto las rayas no se observen
a 100 aumentos, no apareciendo tampoco colas de cometa. Si persisten las rayas finas, se
puede continuar el pulido final; sin embargo, es más probable que se obtengan resultados
mejores repitiendo el pulido preliminar antes de laminar el pulido final.
Con referencia al equipo empleado se recomienda un giro de 600 RPM para los discos
cuando se pule con alúmina.
Conseguida la superficie plana se desbasta con tres grados de esmeril de números 0 (23u),
00 (20u) y 000 (17u, #600) se debe tener cuidado con las indicaciones dadas
anteriormente.
El pulido preliminar húmedo se hace con un disco cubierto con un paño de lana girando a
300RPM. El abrasivo usual es la alúmina o el carburo de silicio de 600#.
El pulido final se realiza en un disco cubierto con paño con pelo del tipo pana, como
abrasivo se usa la alúmina levigado u óxido de magnesio siendo el último el más
satisfactorio.
El paño se moja bien con agua destilada (no del grifo) y con las yemas de los dedos se
distribuye el polvo de óxido de magnesio. El disco debe de mantenerse húmedo, no debe
estar demasiado mojado, ni demasiado seco, un paño seco tiende a arrancar los
constituyentes blandos con aleaciones de 2 o más fases; si al contrario, el paño está
demasiado húmedo puede producir corrosión a ciertos constituyentes estructurales, y deja
en relieve los más duros.
Cuando prácticamente ha desaparecido todas las rayas, se continúa la operación
añadiendo agua clara, en tal forma que al final el paño este, completamente libre de
abrasivo. Es recomendable al finalizar, girar la probeta en sentido contrario para eliminar
las "colas de cometa"
COBRE Y SUS ALEACIONES.- Las superficies de las probetas de cobre y sus aleaciones
se rectifican limándose con abundante agua refrigerada. El desbaste con papeles de
esmeril no es necesario en estos materiales pasando directamente al pulido, que se realiza
en dos o tres etapas.
La primera etapa del pulido se realiza sobre lona, empleando como abrasivos carburo de
silicio o la alúmina de 500# ó 600#. La segunda fase del pulido se realiza sobre disco
cubierto con paño de lana y empleando como abrasivo alúmina pulverizada. La tercera fase
del pulido y última, se-Hace sobre paño fino de lana empleando como abrasivo una
suspensión en agua de alúmina u óxido de magnesio. En lugar de esta operación, se puede
pulir sobre gamuza con el abrasivo de joyeros.
Al terminar el pulido se lava con alcohol y se seca antes del ataque. El pulido del cobre
puro es más difícil que sus aleaciones.
FUNDICIONES.- Es muy difícil conservar las partículas de grafito de las fundiciones grises
y maleables, si se preparan las probetas por los métodos usuales, haciendo necesario
técnicas especiales. La mejor forma de prepararlas es desbastándolas en los 3 grados
usuales de papel esmeril de 23u, 20u y 17u prolongando el desbaste sobre papel 20u
gastado. El desbaste final se hace usualmente sobre un papel de 17u (malla 600) que se
suaviza previamente con grafito o talco.
Durante el desbaste se puede producir al arranque del grafito, pero lo más frecuente es
que el arranque se produzca durante el pulido, especialmente si se emplea un paño de
pelo largo. Por ello es conveniente realizar el pulido final sobre un paño sin pelo, tal como
seda fina. La experiencia ha comprobado que el óxido de magnesio pesado es un abrasivo
más adecuado que la alúmina levigada, provocando menos arranque de grafito, rayas más
finas y una superficie pulida mucho más brillante.
Es preciso mantener el paño húmedo, pero no mojado en exceso, y pulir en una sola
dirección. El pulido debe suspenderse en el mismo momento en que desaparecen las rayas
del desbaste, y es buena práctica seguir el pulido microscópicamente en el momento
oportuno.
Las superficies atacadas que hay que conservar durante mucho tiempo se pueden recubrir
con una laca adecuada. Para realiza' este recubrimiento, lo mejor es introducirlo
parcialmente la probeta en una solución diluida de la laca, se deja escurrir el exceso de
líquido unos segundos y después dejar secar la laca, poniendo la superficie pulida y
atacada horizontalmente y hacia arriba.
CUESTIONARIO PROPUESTO
1. ¿Qué es la metalografía?
2. Etapas que comprende la preparación de una probeta metalográfica.
3. ¿Por qué es importante la toma de muestra?
4. Determinar la manera de tomar la muestra para:
a. Examen para establecer causa de rotura.
b. Examen de soldadura
5. Si se estudia materiales laminados como debería realizarse la toma de muestra.
6. ¿Cómo se realiza la extracción de muestras de fundición?
7. ¿Por qué es necesario refrigerar la probeta durante el corte?
8. ¿Por qué no se puede tomar una probeta metalográfica mediante corte oxiacetilénico?
9. ¿Cuando es necesario el montaje?
10. Explique la metodología del montaje de probetas en frío.
11. ¿Cómo debería ser la presión que se aplica a la probeta durante el desbaste grueso?.
Explique
12. ¿Por qué debe lavarse la probeta al pasar de un papel a otro durante el desbaste?
13. ¿Por qué conviene rotar la probeta 90* al pasar de un papel abrasivo a otro?
14. Explique la metodología del trabajo durante el desbaste fino
15. ¿Qué tipos de abrasivos se osan en el pulido?
16. ¿Por qué conviene desplazar radialmente la probeta durante el pulido?
17. ¿Qué diferencias se observa entre una probeta de superficie deformada
(distorsionada) y otra libre de deformación?
BIBLIOGRAFÍA
1. Kehl, G. H., "Fundamentos de la Práctica Metalográfica". 3ra Edición, Editorial Aguilar
S.A., Madrid, 1954.
2. METALS HANDBOOK "Metallography, Structure and Phase Diagrams" 8va Edition.
Vol. 8 American Society for Metals, 1973.
3. BUEHLER LTD. "Metallographic Sample Preparatíon", publicado por Buehler Ltd.,
Metal Dígest Illinois (USA), 1973.
4. DUBOX E. J. "Prácticas de Metalografía" lera Edición, Editorial Marymar, Buenos
Aires, 1974.
5. Petzow, G., "Metallographic Etching: Metallographic and ceramographic Methods for
Revealing Microstructure". American Society for Metals, 1978.
LABORATORIO N° 2
PULIDO ELECTROLÍTICO
2.1. Objetivo:
Obtener una superficie bien pulida, evitando la formación de capas de metal distorsionado
cuando se realiza estudios metalográficos de aceros inoxidables y metales blandos y sus
aleaciones.
2.2. Fundamento:
La disolución del metal durante el proceso da lugar a la formación de una capa límite,
Inmediatamente próxima a la superficie de la probeta, que tiene diferente composición y
una resistencia eléctrica más elevada que el resto del electrolito. La consideración general
de esta película indica que en las partes sobresalientes de la superficie, tal capa es más
delgada; la resistencia eléctrica es más débil y los productos formados se difunden más
fácilmente hacia el interior del baño que en las porciones de la película que se forma en las
zonas planas o llanas.
Metales los cuales forman hidróxidos altamente solubles son preparados con soluciones
alcalinas, mientras que, aquellos que forman cianuros altamente solubles son tratados con
cianuros. La mayoría o£ los electrolitos mencionados en la tabla 2.1 son inofensivos si se
toma ciertas precauciones de sentido común. Sin embargo, mezclas de ácido perclórico
son particularmente; predispuestos a descomponerse violentamente y deberían, de esta
manera, ser tratados con" extremo cuidado.
La tendencia de las mezclas del acido perclórico a explotar está relacionado con su
concentración. En la fig. 2.2, se ilustra el diagrama temario para el ácido perclórico, agua y
ácido acético. Mezclas; fuera de la zona inmediata de peligro, pueden experimentar
cambios locales en concentración por medio de evaporación, incremento de temperatura,
contacto con material orgánico, o contacto con( bismuto o chispas. Si esto ocurre, las
soluciones se pueden mover dentro de la zona de peligro sin que el operador tenga
conciencia. Para minimizar tales peligros, el electrolito debería ser agitado y enfriado.
Los parámetros significativos los cuales afectan los resultados del pulido electrolítico son:
Densidad de corriente (A/cm2)
Voltaje (V)
Composición del electrolito, temperatura, y velocidad de flujo
Tiempo de pulido
Condición inicial de la superficie de la probeta Tamaño, forma y composición del cátodo
Para la mayoría de los reactivos dados en la tabla 2.1 se especifica estos detalles; sólo son
omitidos cuando no son críticos o pueden fácilmente ser establecidos por el operador.
De los parámetros antes mencionados, el factor más importante para el éxito del pulido
electrolítico es la relación entre densidad de corriente y voltaje el cual varia con diferentes
electrolitos y para diferentes metales. La Fig. 2.3 muestra el voltaje como una función de la
densidad de comente anódica para el electropulido del cobre en solución acuosa de ácido
ortofosfórico usando un circuito potenciométrico.
40H ↔ O2 + 2H2O + 4e
El éxito del pulido se consigue operando en la región CD. En algunos electrolitos, como los
recomendados para pulir metales como Wolframio, magnesio y zinc, la región CD es
relativamente amplia cubriendo un intervalo de varios voltios. En otros electrolitos tales
como los generalmente empleados para pulir cobre y cobalto, la región es reducida, en una
fracción de voltio, y, en consecuencia, el voltaje con el cual se obtiene el pulido es crítico.
Por último en los electrolitos a base de ácido perclórico recomendados para metales como
hierro, aluminio y estaño, la región CD es tan pequeña que no se puede detectar. A pesar
de ello se pule con éxito operando las (tenuidades de corriente y voltaje superiores a B e
inferiores a los que dan lugar ya a un desprendimiento de burbujas gaseosas.
El electrolito, evidentemente se desgasta por el uso. Debe ser cambiado cuando contiene
una concentración de iones metálicos demasiado elevado. Los electrolitos comúnmente
usados en el pulido de muchos metales y aleaciones se muestran en la tabla 2.1, dándose
además datos correspondientes a tiempo de pulido, temperatura, voltaje y densidad de
corriente estos datos sólo ion primera aproximación y requieren ensayos preliminares por
parte del técnico.
Sobre el montaje de la probeta, sólo la porción de la probeta a ser pulida debería estar en
contacto con el electrolito. Especies pequeñas pueden ser montadas por procedimientos
convencionales para ni fácil manejo en la preparación y subsecuente electropulido. El
contacto eléctrico puede ser por la parle Inferior del montaje o por el uso de una conexión
indirecta como se muestra en la fig. 2.4.
Cuando las muestras son montadas en plásticos, debe ser considerado, la posibilidad de
una reacción violenta entre el plástico y algunos electrolitos. Por ejemplo, materiales de
montaje fenol-formaldehido, acrílico - resina y aislantes a base de celulosa no deberían ser
usadas en soluciones conteniendo ácido perclórico, debido a peligro de explosión. En este
caso son recomendadas resina epóxicas, polietileno y cloruro de polivinilo.
La calidad de las superficies obtenidas por el pulido electrolítico es satisfactoria, en
materiales e donde el pulido mecánico no da buenos resultados (fig. 2.5), este método
puede ahorrar tiempo y s< más económico cuando se prepara una serie de probetas de la
misma clase o en el pulido d probetas demasiado grande.
2.4. Procedimiento:
El procedimiento seguido es el siguiente: (a) Preparación de la muestra:
- Evidentemente depende del material a pulir.
- Es aconsejable un desbastado húmedo previo con SiC hasta malla 600.
- A veces se requiere un paso intermedio de pulido mecánico previo, según la calidad
deseable.
- Si la muestra ha sido montada en probeta, ésta debe ser conductora. No es aconsejable
monte en otro metal.
CUESTIONARIO PROPUESTO
1. ¿Por qué debe lavarse inmediatamente la probeta al retirarla del electrolito, cuando se
realiza el pulido electrolítico?
2. Describa el mecanismo del pulido electrolítico.
3. ¿Cómo se establece el voltaje adecuado para el pulido electrolítico de una probeta?
4. ¿Para qué tipos de metales es aplicable el pulido electrolítico y porque?
5. ¿Porque durante el pulido electrolítico la disolución del metal empieza por las aristas
salientes de la probeta?
6. Explique la relación que existe entre la densidad de corriente y el voltaje aplicado al
pulido electrolítico.
BIBLIOGRAFÍA
1. METALS HANDBOOK "Metallography, Structure and Phase Diagrams" 8va Edition.
Vol. 8 American Society for Metals, 1973.
2. Kehl, G. H., "Fundamentos de la Práctica Metalográfica". 3ra Edición, Madrid, Editorial
Aguilar S.A. 1954
3. Petzow, G., "Metallographic Etching: Metallographic and ceramographic Methods for
Revealing Mlcrostructure'. American Society for Metals, 1978.
3.2. FUNDAMENTO:
El ataque metalografía) engloba todos los procedimientos usados para revelar las
características estructurales particulares de un metal que no son evidentes en condiciones
de pulido, La exanimación de una especie adecuadamente pulida, antes del ataque, puede
revelar aspectos estructurales tales como porosidades, grietas y inclusiones no metálicas.
En ciertas aleaciones no ferrosas, el tamaño de grano puede ser revelado adecuadamente,
sólo en condiciones da pulido (por exanimación con luz polarizada), a causa de que el
ataque oscurece excesivamente los límites de grano; pero en la mayoría de aplicaciones
el ataque es necesario para revelar la estructura. Además el ataque puede ser usado para
la identificación de las fases presentes en las probetas da estudio.
Estudios realizados mediante difracción electrónica, demuestran que esta fluencia destruye
completamente el estado cristalino superficial, como consecuencia de la alteración de la
periodicidad atómica de la red. Esta superficie completamente perturbada, cuya
profundidad es del orden de algunas distancias interatómicas, posee una energía libre más
elevada, que el metal sólo deformado plásticamente que queda debajo de ella y, por esa
razón se elimina fácil y efectivamente por disolución química durante el ataque. Por ello el
aspecto de la estructura metalográfica, observada después del ataque, no está influenciada
por la presencia de la superficie totalmente desorganizada.
Directamente debajo de ésta superficie, existe una capa de metal deformado plásticamente
en frío, cuya estructura cristalina está tanto más perturbada cuanto más próxima se halla
a la superficie desorganizada, el espesor de esta capa es finita y su formación es
consecuencia del gradiente de esfuerzo que, desde la superficie al interior se produce
durante el desbaste y el pulido. Es precisamente esta capa metálica distorsionada, la que
afecta enormemente al aspecto metalografía) de una probeta atacada, por lo que, es
imprescindible eliminarla de la superficie de la probeta preparada, antes de que se pueda
tener la seguridad de que se observa inequívocamente, la verdadera estructura del
material.
Con relación a la última circunstancia, un abrasivo deficiente puede producir un flujo del
metal superficial tan grande que muchos defectos superficiales, como picaduras y rayas,
pueden recubrirse y llenarse completamente con el metal removido, dando un aspecto falso
de homogeneidad.
B.- ELIMINACIÓN DEL METAL DISTORSIONADO: Puesto que, como hemos indicado,
es absolutamente imposible obtener una superficie metálica no distorsionada, resulta de la
mayor importancia la eliminación del metal distorsionado, a fin de que puedan revelar las
características estructurales verdaderas en el ataque definitivo.
Cuando una probeta metalográfica es atacada por primera vez, después de pulida, se
observa una seudoestructura cuyo aspecto es completamente diferente del de la estructura
verdadera. Ello es la consecuencia de que un solo ataque no es capaz de eliminar todo el
metal distorsionado. Las figuras 3.1 y 3.2, muestran tales casos. Sin embargo, se le puede
eliminar completamente y, en consecuencia, observar la estructura real de la probeta, si se
le ataca y pule alternativamente varias veces.
En general son precisos tres ciclos de ataque y pulidos alternados para eliminar el metal
distorsionado, pero en ciertos casos, especialmente tratándose de metales y aleaciones
blandas, (hacen falta mucho más ciclos para lograr tal objetivo. Si se ha logrado o no se ha
logrado eliminar el metal distorsionado, es algo fácil de reconocer mediante la observación
microscópica. Para la mayoría de los metales y aleaciones el tiempo de ataque, en los
intermedios, no debe superar al necesario en el ataque final; los pulidos deben hacerse
con cuidado, empleando presiones ligeras para evitar la formación de nuevas cantidades
de metal distorsionado.
C- REACTIVOS DE ATAQUE.- En general, los reactivos adecuados para el ataque
metalográfico se compone de ácidos orgánicos o inorgánicos, álcalis de varias clases, y
otras sustancias más complejas, disueltas en disolventes apropiados como agua, alcohol,
glicerina, glicol o mezcla de varios disolventes. La actividad y comportamiento general de
los distintos reactivos está relacionado con las características siguientes:
• Concentración de iones hidrogeno o iones hidroxilo, o
• capacidad de) reactivo para manchar preferentemente a uno o más de los
constituyentes, estructurales.
Para que el ataque del metal o aleación sea perfecta y muestre claramente los detalles
estructurales deseados, es necesario que la composición del reactivo empleado responda
exactamente a la composición de la probeta y a las distintas fases que la constituyen. Así,
por ejemplo, un reactivo compuesto por hidróxido amónico y peróxido de hidrógeno es ideal
para atacar el cobre y el latón alfa, pero es completamente inadecuado para atacar el hierro
y al acero u otras aleaciones férreas. El mismo reactivo que va bien en el ataque de los
latones alfa, monofásicos, no es tan bueno como otros para atacar latones polifásicos,
como por ejemplo, los latones alfa-beta.
De los muchos reactivos propuestos para el ataque de cada grupo de metales y aleaciones
deben seleccionarse cada uno de ellos, teniendo cuidadosamente en cuenta las
aplicaciones específicas de cada uno.
Si se prolonga el ataque más allá del tiempo preciso para que la estructura quede bien
definida, puede suceder que el constituyente inicialmente electronegativo se ennoblezca y
adquiera, respecto al ataque, las propiedades características de una fase electropositiva.
El proceso de ataque de una aleación de dos fases, que se produce en la forma discreta,
se muestra bien en la figura 3.3.a y 3.3.b. Las láminas de ferrita y carburo de hierro que
constituyen la perlita, tienen propiedades mecánicas y físicas esencialmente diferentes y
potenciales distintos en los reactivos metalográficos usuales. Las láminas de ferrita son
relativamente blandas y dúctiles y más electronegativas que el carburo. En el ataque
normal, las laminillas de ferrita se disuelven parcialmente y se hacen rugosas,
especialmente a lo largo de los bordes, produciéndose una diferenciación nítida de la
interfase ferrita - carburo. El resultado es que las láminas de carburo más delgadas,
aparecen ennegrecidas. Sí las láminas de carburo son suficientemente groseras como se
observa en los límites de grano, en un acero hipereutectoide (fig.3.3.b), ésta aparecerá
brillante y será prácticamente indistinguible de la ferrita.
E. MÉTODOS DE ATAQUE.- Las operaciones mediante las que se efectúa el ataque son
sencillas, pero es necesario una cierta práctica para obtener un resultado satisfactorio. La
consideración preliminar más importante es la elección más acertada del reactivo
adecuado, de entre los recomendados para una aleación o metal dado. Hacer tal selección
requiere juzgar y conocer el comportamiento de los distintos reactivos, cuando se emplean
en las condiciones recomendadas.
Cada reactivo ha de emplearse para el uso específico a que está destinado y exactamente
de acuerdo con las instrucciones adecuadas para su empleo. Estas instrucciones suelen
referirse a la forma de aplicación del reactivo, temperatura a que ha de realizarse el ataque,
tiempo aproximadamente necesario para obtener un ataque satisfactorio, etc.
Para desalojar burbujas de aire retenidas en la superficie y asegurar que bajo esa superficie
siempre existe reactivo no gastado, se agita moderadamente la probeta, teniendo cuidado
de que la superficie pulida no se raye por tocar al fondo del recipiente que contiene el
reactivo (dicho recipiente puede ser un vasito o una pequeña cubeta).
Cuando la probeta está sobreatacada siempre es necesario volver a pulirla sobre el disco
final y, luego, volver a repetir el ataque durante un tiempo más corto. En algunos casos
cuando el ataque se prolongó excesivamente, puede ser necesario desbastar sobre
papeles de esmeril números 17 y 20u, y repetir el pulido en cada uno de los discos.
Si en tales casos se intentara hacer desaparecer los efectos del ataque solamente
mediante el pulido, se podrían redondear los constituyentes estructurales que hayan
quedado en alto relieve y, en general, no se obtendría una apariencia estructural
satisfactoria luego de repetir el ataque.
Cuando el ataque se prolonga suelen producirse, en los metales puros o en las soluciones
sólidas, huecos en forma geométricas definidas. Son las llamadas figuras de corrosión y
son una consecuencia de las distintas velocidades de ataque de los distintos planos
cristalográficos del metal. La forma de la figura de corrosión puede relacionarse con la
estructura cristalográfica del metal en que se producen; las aleaciones y metales del
sistema cúbico presentan figuras de corrosión tales como la de la figura 3.5, que
corresponde a cavidades geométricas derivadas de un cubo.
Las composiciones y procedimientos para el uso de los electrolitos para el ataque químico
de aleaciones especificas son dadas en la tabla 3.2.
3.4. PROCEDIMIENTO
El procedimiento seguido para el ataque químico por inmersión es el siguiente:
(a) Desengrasar con alcohol la cara a atacar de la probeta previamente pulida.
(b) Tomar la probeta con la pinza y sumergirla, con la cara pulida hacia abajo en el
reactivo de ataque contenido en un recipiente.
(c) Mantener la probeta sumergida según tiempos diferentes (Por ejemplo para un acero
al carbono hipoeutectoide: 2, 5, 10, 20, 40 y 80 segundos) con el mismo reactivo
utilizado. Entre cada ataque, observe la estructura en el microscopio. Cada nuevo
ataque, requiere un rápido pulido que haga desaparecer el ataque anterior.
(d) Determinar el tiempo óptimo del ataque químico, para el material de estudio.
Nota: En el caso de ataque por untado, se toma un poco de algodón y con una pinza se
sumerge en el reactivo de ataque y luego se unta sobre la superficie de la probeta. El resto
del procedimiento es similar.
CUESTIONARIO PROPUESTO Nº 02
1. ¿Qué efecto tiene un ataque deficiente y un sobreataque?
2. ¿Qué se entiende por figura de corrosión?
3. ¿Por qué un excesivo tiempo de ataque a una aleación polifásica produce una
alteración total de la probeta?. Explique desde un punto de vista electroquímico.
4. ¿Cómo actúa el Nital durante el ataque químico de un acero eutectoide para
diferenciar la fase ferrita y cementita?
5. ¿Cómo actúa el reactivo durante el ataque químico de una aleación monofásica?
6. ¿Qué relación existe entre el tiempo de ataque y los aumentos a los que haya de
observar la probeta?
7. ¿Por qué cuando se va a tomar una fotomicrografía con gran aumento se recomienda
un tiempo de ataque menor al requerido para obtener un contraste máximo en la
observación visual?
8. ¿Cuándo una probeta ha sido sobreatacada con un tiempo prolongado. Qué pasos
debe seguirse para realizar un nuevo ataque?
9. ¿Por qué en las aleaciones polifásicas el tiempo de ataque químico es más rápido
que en los metales puros?
10. ¿Por qué el carburo de hierro en la perlita toma el color oscuro, mientras que en un
tamaño más grosero aparece brillante?
BIBUOG RAFIA
1. Kehl, G. H., "Fundamentos de la Práctica Metalografía". 3ra Edición, Madrid, Editorial
Aguilar S.A. 1954.
2. METALS HANDBOOK "Metallography, Structure and Phase Diagrams" 8va Edition.
Vol. 8 American Society for Metals, 1973.
3. Petzow, G., "Metallographic Etching: Metallographic and ceramographic Methods for
Revealing Microstructum". American Society for Metals, 1978.