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Lectura 2 - Fuentes Del DIP
Lectura 2 - Fuentes Del DIP
Unidad 2
Lectura 2
2.2.1. Concepto
Barboza (1999) destaca la existencia de dos significados de la palabra
“costumbre”. Uno apunta a la norma jurídica formada al amparo de una
conducta constante y repetida en el tiempo; el otro refiere a la práctica
misma, esto es, a la conducta que al repetirse origina la obligatoriedad de su
repetición.
El Art. 38.1.b se refiere a ambos significados cuando habla de “la costumbre
internacional como prueba de una práctica generalmente aceptada como
derecho”. En efecto, cuando menciona a “la costumbre internacional”, se
refiere a la norma que surgió de la repetición de una conducta, pero es a la
conducta a la que se refiere el mismo artículo cuando habla de “una práctica
generalmente aceptada como derecho”.
En definitiva, la norma consuetudinaria es la que surge de una práctica
cuando la misma es aceptada como derecho. Por ello, no es adecuada la
terminología utilizada por el Estatuto, en cuanto que la costumbre como
norma, no es prueba de nada, y menos de una práctica.
2.2.3. Formación
Con relación al tiempo de formación de una costumbre, anteriormente se
requería el transcurso de un largo período de tiempo; hoy este largo lapso
ya no se requiere debido a las características actuales de las relaciones
internacionales, en las que las interacciones entre los Estados se
intensifican y por ello, las reacciones a los comportamientos de éstos se
conocen rápidamente.
Barboza (1999) distingue dos períodos en la formación de las costumbres: el
período formativo y el período de la costumbre universal.
Período formativo: La costumbre implica una conducta esencialmente
repetida y compartida por al menos dos Estados. En este sentido,
cualquiera de ellos tiene la posibilidad de permitir o impedir tal conducta.
Barboza (1999) cita como ejemplo la formación de la costumbre del paso
inocente de buque de todas las banderas por el mar territorial de los
Estados costeros: el Estado costero estuvo originalmente en situación de
poder impedir que por sus aguas territoriales naveguen buques de otro
pabellón.
En este sentido, es importante mencionar el concepto desarrollado por la
doctrina sobre el objetor persistente. Se denomina así a aquel Estado que
durante el período de formación de la costumbre, se ha opuesto
invariablemente a que ésta le sea aplicada. En tal caso, la objeción no
impedirá la formación de la costumbre, pero la misma –una vez creada- no
podrá ser impuesta a dicho Estado.
2.2.4. Clasificación
Costumbre clásica y nueva costumbre
Barboza (1999) distingue entre la costumbre clásica, en la cual la regla
consuetudinaria se deduce de ciertos actos repetidos en el tiempo, de la
nueva costumbre, que se desprende de textos creados a partir de consensos
2.4.2. Clases.
Teniendo en cuenta el número de partes contratantes, son tratados
bilaterales aquellos en los que participan dos sujetos y multilaterales los
celebrados por tres o más.
En cuanto a la posibilidad de ser parte luego de su celebración, son abiertos
aquellos a los que se puede acceder sin haber participado de la negociación
y cerrados aquellos que no admiten nuevos miembros sin que ello implique
la celebración de un nuevo tratado.
Con respecto a las formas, podemos distinguir: tratados en buena y debida
forma, que son los que siguen un proceso complejo (se negocia, se adopta el
texto único, se firma y ratifica) y los tratados en forma simplificada, que
normalmente son bilaterales y se perfeccionan mediante un cambio de
notas. En una nota, una de las partes hace la propuesta del texto, y si la otra
lo acepta (mediante otra nota de respuesta en la que se expresa que la
propuesta hecha es aceptada y que por ende el texto es un tratado) hay un
acuerdo internacional entre ambos Estados. Tienen la ventaja de ser una
forma rápida que se adapta a la intensificación de las relaciones
internacionales.
2.4.3 Celebración
Barboza (1999) identifica las siguientes etapas para la celebración de un
tratado:
2.4.4. Reservas
De acuerdo con la Convención, “se entiende por "reserva" una declaración
unilateral, cualquiera que sea su enunciado o denominación, hecha por un
Estado al firmar, ratificar, aceptar o aprobar un tratado o al adherirse a él,
con objeto de excluir o modificar los efectos jurídicos de ciertas
disposiciones del tratado en su aplicación a ese Estado” (Art. 2.d).
En realidad, como señala Barboza (1999), la reserva es sólo aparentemente
unilateral, ya que este carácter se presenta en su formulación en cuanto que
es presentada unilateralmente por el Estado, pero carece de efectos
jurídicos mientras no haya una reacción de los demás miembros del tratado
(aceptación o rechazo).
Como señala la definición, la declaración que la reserva implica tiene por
objetivo modificar el alcance de alguna de las disposiciones convencionales
respecto al reservante. Ello puede ocurrir cuando un Estado ha querido
imponer cierta posición en la negociación y no lo ha logrado (por lo cual
busca el mismo efecto mediante la reserva); o bien cuando un Estado tiene
respecto a cierto tema una posición que considera importante en su política
exterior, de tal modo que si no presenta una reserva que la salve, le
resultará imposible entrar en el tratado.
Las reservas sólo atañen a las convenciones multilaterales; en los tratados
bilaterales la presentación de una reserva equivale a reabrir las
negociaciones.
La Convención de Viena regula la cuestión de las reservas en los Arts. 19 a
23, siguiendo para ello el modelo inaugurado por la regla panamericana,
que –a diferencia de la regla de la unanimidad- favorece notablemente la
participación de los Estados en cuanto que establece más de un sistema
según se acepten o no las reservas presentadas. De acuerdo con esta regla
(Ver art. 21 de la Convención):
1. Un tratado estará en vigor en la forma en que fue firmado entre aquellos
países que lo firmen sin reservas, en los términos originales.
2. Entrará en vigor entre los gobiernos que lo ratifiquen con reservas y los
firmantes que acepten las reservas en la forma en que quede modificado
por dichas reservas.
3. No estará en vigor entre un Estado que haya ratificado con reservas y
otro que no las acepte.
2.4.9. Nulidad.
La nulidad de los tratados puede responder a diversas causas, previstas por
la Convención en los Arts. 46 a 53. A continuación, presentaremos una
Causas de nulidad breve síntesis de las mismas:
Falta de capacidad del órgano del Estado: Esta causal se configura
1. Falta de capacidad cuando el órgano que decide el consentimiento del Estado actúa en
del órgano del Estado violación de una disposición de su derecho interno sobre la competencia
para celebrar contratos. Se trata de una excepción a la regla de que el
2. Error como vicio Derecho Internacional prevalece sobre el derecho interno; de allí que el
del consentimiento Art 46 de la Convención exija: a) que la violación sea manifiesta,
3. Dolo como vicio del entendiéndose por tal aquella que “resulta objetivamente evidente para
consentimiento cualquier Estado que proceda en la materia conforme a la práctica usual
y de buena fe”; y b) que afecte a una norma de importancia fundamental
4. Coacción como del derecho interno.
vicio del consentimiento Error como vicio del consentimiento: Esta causal de nulidad, regulada
por el Art. 48 de la Convención, es admitida cuando se refiere a un
5. Violación de una
hecho o una situación (se excluye al error de derecho), que debe reunir
norma de ius cogens
las siguientes condiciones: a) haber sido tenido por supuesto por el
Estado que lo alega en el momento de la celebración; y b) haber
constituido una base esencial de su consentimiento en obligarse. Este
vicio no puede ser alegado si es que el Estado que lo alega contribuyó a
su producción con su conducta, o cuando las circunstancias fueran tales
que hubiera quedado advertido de la posibilidad de error. Cabe aclarar
que su aplicación práctica es muy escasa.
Dolo como vicio del consentimiento: Esta causal, prevista en el Art. 49
de la Convención, supone una conducta fraudulenta de otro Estado
negociador que induce al que lo alega a celebrar un tratado. Si bien la
corrupción del representante aparece como una causal independiente
2.5.1. Doctrina
El Art. 38.1.d se refiere a “la doctrina de los publicistas de mayor
competencia de las distintas naciones como medio auxiliar para la
determinación de las reglas de derecho.” Aclara Barboza (1999) que en
realidad, la doctrina comprende tanto la opinión de autores como de
sociedades científicas –el Institut de Droit International, la International
Law Association, el Instituto Hispano-Luso-Americano de Derecho
Internacional, entre otras- que realizan comparaciones más amplias de las
prácticas internacionales y por ello forman parte de un debate científico
más objetivo.
Como lo señala el artículo que comentamos, la doctrina –al igual que la
jurisprudencia- tiene como función la de aclarar el sentido y alcance de las
normas generadas por las fuentes autónomas. Es de destacar sin embargo,
que la CIJ raramente cita la doctrina como fundamento de sus opiniones,
aunque es innegable la influencia que ejerce sobre los juristas que la
constituyen.
2.5.2. Jurisprudencia
El rol de la jurisprudencia es verificar el contenido y el alcance de la norma
consuetudinaria cuando la misma no ha sido formulada con precisión por la
práctica reiterada de los Estados. Tiene además una función especificadora,
en cuanto establece las especies dentro de cada género legal.
El art. 59 del Estatuto de la CIJ establece que “la decisión de la Corte no es
obligatoria sino para las partes en litigio y respecto del caso que ha sido
decidido” lo que implica afirmar que el sistema del precedentes obligatorio
no tiene vigencia en el Derecho Internacional.
La jurisprudencia internacional tiene ciertas características que la
distinguen de la del derecho interno. La más importante, es que a diferencia
de lo que ocurre en este último, en el plano internacional no existen muchas
líneas jurisprudenciales que consoliden una determinada interpretación,
debido al reducido número de casos.
Cabe destacar sin embargo que la CIJ se apega habitualmente a sus propios
precedentes para mantener la coherencia en sus decisiones, por lo cual
cuando se aparta de lo que ha dicho con anterioridad, procura demostrar
que existen circunstancias que lo justifican.
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