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LA MUSICA Y EL CEREBRO

La música está presente en todas las culturas y, desde edades tempranas, todas las personas
tenemos las capacidades básicas para su procesamiento, el cual está organizado en módulos
diferenciados que implican distintas regiones cerebrales Como veremos, la producción y
percepción musical implican gran parte de nuestras capacidades cognitivas, involucrando áreas
del córtex auditivo y del córtex motor. Por otro lado, la música produce en nosotros respuestas
emocionales que involucran distintas áreas del CEREBRO

LA RUTA DE LA MUSICA
El cerebro convierte los impulsos que recibe a través del oído en sonidos que podemos
entender y, a su vez, discrimina los sonidos relevantes del ruido de fondo, amplificando el
volumen de nuestra propia voz. Cuando escuchamos sonidos, las ondas sonoras viajan del oído
externo, a través del oído medio, hasta el oído interno, donde las vibraciones estimulan a miles
de diminutas células ciliadas y se dirigen al tallo cerebral, al mesencéfalo, hasta llegar al tálamo
que a su vez proyecta la información a la corteza cerebral auditiva que se encuentra en el
lóbulo temporal.

La música y el lenguaje comparten conexiones profundas en el cerebro, en lo que respecta a su


estructura y a sus funciones, lo que es indispensable para la neurociencia cognitiva. La música,
además del lenguaje, tiene el potencial de interactuar con otras funciones cerebrales que se
distribuyen en diferentes regiones de la corteza como la memoria y la atención. Recientemente,
las investigaciones científicas que han estado centradas en la lingüística, las ciencias cognitivas,
la música y la neurociencia han determinado que la lengua y la música son capacidades
procesadas por mecanismos cerebrales que no están separados. Con la música podemos
conseguir tranquilidad, emoción, reminiscencia, sociabilidad; sin embargo, hasta la actualidad,
no existe evidencia científica sobre la efectividad de la terapia musical.
Ritmo
La organización temporal de una pieza musical se basa en dos relaciones fundamentales:
fraccionar una secuencia en grupos basándonos en su duración temporal y la extracción de una
regularidad temporal subyacente o compás.
Producción e interpretación musical
La interpretación musical incluye diferentes tareas, que combinan habilidades motoras y
cognitivas además del componente perceptivo, emocional y la memoria.
Interpretación musical
La interpretación musical requiere que el músico cuente con tres controles motores básicos:
coordinación, secuenciación y organización espacial del movimiento
Imaginería musical
La imaginería musical consiste en imaginar la música en nuestra cabeza o en imaginar que
estamos tocando un instrumento. Los distintos estudios llevados a cabo indican que son las
mismas áreas cerebrales las implicadas tanto para percibir o realizar el sonido como para
imaginarlo. Respecto a la lateralización hemisférica, sabemos que, cuando se trata de canciones
bien conocidas por nosotros, incluida la letra, la activación es bilateral, muy probablemente
porque implica el componente melódico y el verbal. Por otro lado, si se trata de música
instrumental, se activa el córtex auditivo derecho, relacionado con el procesamiento del tono.
Cuando un músico imagina que está tocando una pieza familiar, se ha podido confirmar que se
activan los lóbulos frontales, el cerebelo, el lóbulo parietal y el área motora suplementaria. No
podemos dejar de lado el hecho de que tanto áreas auditivas como motoras se activan cuando
un músico imagina que toca su instrumento, ya que se encuentran integradas (cuando el
músico está practicando mentalmente un instrumento puede ‘oír’ cómo suena).
Emociones
La música tiene la capacidad de provocar en todos nosotros respuestas emocionales. Las
emociones pueden clasificarse en dos dimensiones, según su valencia (positivas o negativas) y
su intensidad (alta o baja). Las emociones positivas inducen conductas de aproximación y las
negativas conductas de retirada. Ambas respuestas están mediadas por el córtex prefrontal
ventromedial (derecho para la aproximación e izquierdo para la retirada)
No obstante, sí observamos las respuestas fisiológicas ante las emociones y las respuestas
emocionales que provoca la música; la música induce cambios fisiológicos en nosotros como
cualquier otro estímulo emocional
Las alucinaciones musicales
Las alucinaciones musicales se presentan rara vez, con mayor frecuencia en pacientes con
pérdida auditiva, edad avanzada y epilepsia; Escuchar música puede crear ilusiones y
alteraciones perceptuales, manifestándose como perseveraciones de tonos o bien con un
paciente que se queja de escuchar música a alto volumen—himnos y villancicos, por lo
general—, sin estímulo real, que interfiere con el sueño y crea, a su vez, una disfunción en su
vida diaria. . Habitualmente, las personas que padecen una alucinación musical piensan que la
música tiene un origen externo, pero cuando ven que no encuentran la fuente, deducen que
debe estar dentro de su cabeza, que proviene ‘de su cerebro’. Estas alucinaciones, además de
esta aparente exterioridad, suelen ser constantes, repetitivas, involuntarias e intrusivas, y
puede que tengan significado o no

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