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LA GUERRA DEL GOLFO

Al conflicto general de Oriente Medio, y a la situación crítica existente a mediados


de 1990, se añadió desde los primeros días de agosto de ese año la nueva crisis
surgida por las rivalidades planteadas entre Irak y Kuwait que desembocaron en la
invasión iraquí del Emirato, y que por su gravedad e implicaciones se
sobrepusieron a todas las otras que registraba esta región, dos de cuyos conflictos
parecían últimamente acallados: así, el final de la guerra civil de Líbano con la
consiguiente pacificación del país que incluía el control de los combatientes
palestinos, y la práctica bajada de tono de la "Intifada" palestina que parecía haber
entrado en una fase de debilitamiento natural, lejos de la tensión inicial, aunque
quedaran residuos con enfrentamientos esporádicos en los territorios ocupados
por Israel.
El conflicto entre Irak y Kuwait alteró profundamente la situación pre-existente en
la región, convulsionó a todo el mundo árabe-islámico, así como tuvo serias
repercusiones internacionales de alcance mundial, primero con el esfuerzo bélico
y la Guerra del Golfo, y después con el largo y difícil proceso de negociación
global de la paz en Oriente Medio auspiciado por Estados Unidos en el marco de
Naciones Unidas. La guerra entre Irak y Estados Unidos fue la mayor crisis
regional desde el fin de la Primera Guerra Mundial. No sólo afectó a las más
remotas zonas del mundo árabe, sino también, y en un grado nunca visto, a los
tres Estados no árabes de Oriente Medio: Irán, Turquía e Israel.

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