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FACULTAD DE DERECHO

ESCUELA PROFESIONAL DE DERECHO

MONOGRAFIA, ANÁLISIS DE RESOLUCIÓN.

TEMA:

PROCESO CONTENSIOSO ADMINISTRATIVO


NULIDAD DE RESOLUCIÓN ADMINISTRATIVA

AUTORES:

CABALLERO GUIO, Guadalupe.


MENDOZA INFANTES, Johan.
ROJAS SOTELO, Franchesca.
DOCENTE:

Dra. Úrsula Rosalía, ANICETO NORABUENA.

HUARAZ – PERÚ

2018
INTRODUCCIÓN

Dentro de un Estado constitucional existen diversos mecanismos para hacer efectivo el


principio de constitucionalidad asegurando con ello no sólo la real vigencia de la
Constitución y la ley dentro del Estado, sino, además, la efectividad de las situaciones
jurídicas de los particulares.

El proceso contencioso administrativo es uno de los medios de control del poder, y en


particular, una de las formas como el órgano jurisdiccional realiza un control de la
Administración. Dicho control tiene por finalidad dar efectividad al principio de
constitucionalidad y a las situaciones jurídicas de los ciudadanos ante cualquier exceso en el
uso del poder por parte de la Administración, de ahí la trascendencia de su estudio.

En el presente trabajo, pretendemos dar una revisión general del proceso contencioso
administrativo desde la óptica del derecho procesal, pues es evidente que siendo el
contencioso administrativo un proceso que supone el ejercicio de la función jurisdiccional
del Estado, es objeto de estudio del derecho procesal, lo que incluso ha determinado que de
un tiempo a esta parte haya surgido una nueva rama conocida como "derecho procesal
administrativo".

En ese sentido, en el presente trabajo se analizarán las normas de la Ley del Proceso
Contencioso Administrativo (Ley 27584) que fuera publicada en el Diario Oficial El Peruano
el 07 de diciembre de 2001; elaborada por la Comisión designada por el Ministerio de
Justicia el mismo que sirviera de base a la Ley posteriormente aprobaba por el Congreso de
la República; así como las diversas normas modificatorias, así mismo hará mención a un
análisis basado en un expediente en materia de Nulidad de resolución administrativa.
I. PROCESO CONTENSIOSO ADMINISTRATIVO
1.1. ANTECEDENTES

(Rivero, 2005) expone que” el proceso contencioso administrativo ha transitado por


una interesante evolución que remonta sus orígenes a las luchas por limitar el poder
del Estado”. (p.22)

El origen del proceso contencioso administrativo se encuentra precisamente en un


importante periodo de lucha por la libertad y la democracia. en un momento en el
cual comienza a predicarse la necesidad de un control del poder del Estado y la de
un reconocimiento de los derechos fundamentales de los ciudadanos.

1.2. DEFINICIÓN
El proceso contencioso administrativo es un proceso por medio del cual se pone en
funcionamiento la función jurisdiccional del Estado. Planteando una pretensión que
brinde una efectiva tutela a una situación jurídica subjetiva que ha sido lesionada o
que es amenazada por una actuación ilegal o inconstitucional de la administración
pública.
(Priori, Bustamante, 1997) manifiesta qué:
 La "finalidad" de la acción contencioso-administrativa; es el control jurídico
por el Poder Judicial de las actuaciones de la administración pública sujetas
al derecho administrativo y la efectiva tutela de los derechos e intereses de
los administradores.
 Las partes en un proceso; son las personas naturales o jurídicas, a quien el
juez de la causa reconoce legitimada para actuar en el proceso, encontrándose
sujetas a los efectos procesales y sustanciales producidos por la sentencia.
(p.86)

1.3. OBJETO:

El objeto del proceso contencioso administrativo está constituido por la pretensión


material, que una vez postulado el proceso se convierte en pretensión procesal, que
en el caso del proceso contencioso administrativo son:

a) La declaración de nulidad, total o parcial o ineficacia de actos


administrativos.
b) Reconocimiento o restablecimiento del derecho o interés jurídicamente
tutelado y la adopción de las medidas o actos necesarios para tales fines.
c) La declaración de contraria de derecho y el cese de una actuación material que
no se sustente en acto administrativo.
d) Se ordene a la administración pública la realización de una determinada
actuación a la que se encuentre obligada por mandato de la ley o en virtud de
acto administrativo firme.

1.4. SUJETOS DEL PROCESO


 Competencia territorial: Es competente para conocer el proceso contencioso
administrativo en primera instancia, a elección del demandante, el Juez del
lugar del domicilio del demandado o del lugar donde se produjo la actuación
impugnable.
 Competencia funcional: Es competente para conocer el proceso contencioso
administrativo en primera instancia el Juez Especializado en lo Contencioso
Administrativo. (Ley 27584).

1.5. LAS PARTES DEL PROCESO CONTENCIOSO

Parte en el proceso es todo aquél que demanda o en cuyo nombre se demanda, y


también lo es todo aquel contra quien se plantea una demanda. Ahora bien, existen
algunas condiciones que se exigen para que la actuación de quien actúa como parte
sea válida, estas son: capacidad, el interés para obrar y la legitimación.

a) La capacidad
En la doctrina procesal se distingue entre la capacidad para ser parte y la
capacidad procesal. La capacidad para ser parte es la aptitud para ser titular de
situaciones jurídicas procesales. En ese sentido, tiene capacidad para ser parte
todo sujeto de derecho, entre los cuales se encuentran: el nasciturus, las personas
naturales, las personas jurídicas, los patrimonios autónomos y el Estado.
(Alarcón, F. 2003) sostiene que “la capacidad procesal es la aptitud para realizar
por sí mismo las situaciones jurídicas de las cuales un sujeto de derecho es
titular” (p.48).
Es decir, la capacidad, tanto la procesal como la capacidad para ser parte,
constituye un presupuesto procesal. Los conceptos de capacidad para ser parten
y el de capacidad procesal son conceptos comunes a todo el derecho procesal,
con lo cual son aplicables también al proceso contencioso administrativo.

b) El interés para obrar


Es la relación de utilidad que existe entre la providencia jurisdiccional solicitada
y la tutela a la situación jurídica cuya tutela está siendo planteada en el proceso.
Es por ello que el instituto del interés para obrar sirve para evitar que “se realice
el examen de mérito, cuando el amparo de la demanda o de la defensa sería
secundum ius, es decir, justo, pero resultaría inútil”. De ahí que, un sector de la
doctrina señale que el interés para obrar se encuentra íntimamente ligado al
principio de economía procesal, pues sirve para evitar una actividad procesal
inútil.

Ahora bien, dicha utilidad deberá ser medida en función de la situación jurídica
cuya tutela se reclama con el inicio del proceso respectivo. De esta manera, si el
proceso contencioso administrativo iniciado por el ciudadano no resulta útil para
brindar una efectiva protección a la situación jurídica sustancial, entonces no hay
interés para obrar.
Esa situación se presentaría en todos aquellos casos en los cuales la situación
jurídica sustancial del particular que inicia el proceso no se haya visto vulnerada
o no se encuentre amenazada por la actuación administrativa, como ocurre en
aquellos casos en los cuales la Administración haya satisfecho al ciudadano en
su pretensión.

c) La legitimidad para obrar


La legitimidad para obrar es la posición habilitante para ser parte en el proceso
en ese sentido, se habla de legitimidad para obrar activa para referirse a la posición
habilitante que se le exige al demandante para poder plantear determinada

 Legitimidad para obrar activa


De esta forma, en el proceso contencioso administrativo tendrá legitimidad
para obrar activa quien afirme ser titular de la situación jurídica que haya sido
o esté siendo vulnerada o amenazada por la actuación administrativa
impugnada en el proceso, sin que se exija para efectos de la legitimación que
el demandante haya sido parte del procedimiento administrativo. Dicha regla
de determinación de la legitimidad para obrar activa tiene sustento en la
finalidad del proceso contencioso administrativo de plena jurisdicción, el
mismo que pretende la tutela de las situaciones jurídicas subjetivas, y no se
agota en el solo control de la legalidad del acto administrativo.

Por lo demás, debe tenerse en cuenta el hecho que el proceso contencioso


administrativo debe ser concebido como un instrumento que brinda una
efectiva tutela a las diversas situaciones jurídicas de las cuales puede ser titular
un sujeto de derecho, y en el caso concreto, un particular. Siendo ello así, una
de dichas situaciones jurídicas está constituida por los intereses o derechos
difusos, los mismos que son entendidos como intereses o derechos cuya
titularidad corresponde a un conjunto indeterminado de sujetos. En este caso,
en la medida que la titularidad es difusa se hace imposible la determinación de
quiénes resultan estar legitimados para poder plantear dicha pretensión.

Debido a ello, la Ley, en su artículo 12148, ha optado por establecer una


efectiva tutela de los intereses o derechos difusos otorgando legitimidad para
obrar extraordinaria al Ministerio Público, al Defensor del Pueblo y a cualquier
persona natural o jurídica. Esta última forma de legitimación extraordinaria es
lo que la doctrina procesal conoce como “acción popular” y se concede bajo el
entendido que los intereses que se desean tutelar forman parte del interés
público, con lo cual la ley amplía la legitimación concediéndosela a cualquier
persona para que ésta, en nombre propio, pueda iniciar un proceso en tutela de
un interés que, de manera individual, no le corresponde. La regulación de esta
forma de legitimación parte de otorgarles a los particulares una mayor
participación en la tutela del interés público, y específicamente, en la tutela de
los derechos e intereses difusos.
En los procesos de lesividad la legitimación activa corresponde a la entidad
pública facultada por ley para impugnar cualquier actuación administrativa que
declare derechos subjetivos.

• Legitimidad para obrar pasiva


En lo que se refiere a la legitimidad para obrar pasiva, ésta le corresponde, por
regla general, a las entidades administrativas. En ese sentido, la legitimidad
pasiva se determinará en función de la actuación administrativa que es
impugnada en el proceso contencioso administrativo. De esta forma, conforme
a lo dispuesto en el artículo 13 de la Ley la pretensión en el proceso contencioso
administrativo se dirige contra:

a) La entidad administrativa que expidió en última instancia administrativa


el acto administrativo o la declaración administrativa impugnada.
b) La entidad administrativa cuyo silencio u omisión es objeto del proceso.
c) La entidad administrativa cuyo acto u omisión produjo daños cuyo
resarcimiento está siendo discutido en el proceso.
d) La entidad administrativa y el particular que participaron en un
procedimiento administrativo trilateral.
e) El particular titular de los derechos declarados por el acto cuya nulidad
pretenda la entidad administrativa que lo expidió, en los casos del proceso
de lesividad.
f) La entidad administrativa que expidió el acto y la persona en cuyo favor
se deriven derechos de la actuación impugnada en el supuesto del proceso
de lesividad.
g) Las personas jurídicas bajo el régimen privado que presten servicios
públicos o ejercen función administrativa, en virtud de concesión,
delegación o autorización del Estado están incluidas en los supuestos
previstos precedentemente, según corresponda.

1.6.VÍA PROCEDIMENTAL
La vía procedimental por la que se tramita el proceso contencioso administrativo son
las siguientes vías:
a. Proceso Urgente; Se tramita como proceso urgente únicamente las siguientes
pretensiones:
1. El cese de cualquier actuación material que no se sustente en acto
administrativo.
2. El cumplimento por la administración de una determinada actuación a la que
se encuentre obligado por mandato de la ley o en virtud de actos
administrativo firme.
3. La relativa a materia previsional en cuanto se refieran al contenido esencial
del derecho a la pensión.

Para conceder la tutela urgente se requiere del mérito de la demanda y sus


recaudos, se advierta que concurrentemente existe:

 Interés tutelable cierto y manifiesto,


 Necesidad impostergable de tutela, y
 Que sea la única vía eficaz Para la tutela del derecho invocado.

b. Proceso Especial, Se tramitan con forme al presente procedimiento las


pretensiones no previstas en el artículo 26 de la presente ley.

II. NULIDAD
2.1. ¿Cuándo es legítimo un acto administrativo?

Legitimidad hace referencia a la calidad de lo que es legítimo, es decir, de lo que es


conforme a la ley, de los que es arreglado a la justicia y la razón. Se considera que
las condiciones de legitimidad del acto administrativo son: competencia, voluntad,
objeto y forma.

Asencios (2016) manifiesta que se considera “elementos de legitimidad los que se


relacionan con el cumplimiento de las normas positivas concernientes al acto, y son
elementos de mérito los que se refieren al cumplimiento oportuno y conveniente de
los fines del acto.” (p.53)
Paz (2013) argumenta que “supone que el acto fue emitido “conforme a derecho”, es
decir, que su emisión responde a todas las prescripciones legales, habiéndose
indicado como fundamento o razón de ser de la presunción, las garantías subjetivas
y objetivas que preceden a la emanación de los actos administrativos.” (p.2)

La perfección del acto se subordina a la existencia de estos requisitos que le son


esenciales, un acto administrativo entonces será perfecto en cuanto su contenido sea
oportuno, conveniente y equitativo.

Por tanto, los elementos esenciales del acto administrativo son aquellos requisitos
que impone el ordenamiento jurídico para que el acto administrativo sea perfecto, es
decir, valido y eficaz.

2.2. Nulidad

La nulidad es una sanción que la norma prevé para determinadas situaciones o


actuaciones jurídicas irregulares y cuando con ellas se viola el derecho de defensa o
al debido proceso de alguna de las partes.

Hinostroza citado por Asencios (2016) indica que; “en su acepción etimológica, la
palabra nulidad (del latín nullitas) significa negación de la esencia, del ser. Proviene
del adjetivo nullus-a-um, que quiere decir, nulo, ninguno, que no es”. (p.54)

Asencios quien cita a Lohmann (2016) manifiesta que “la nulidad es una sanción
legal, sanción de naturaleza coercitiva y cuya interpretación debe ser,
preferentemente, ceñida estrictamente a lo dispuesto en la norma legal. Por lo tanto,
no debe haber lugar a otra nulidad que la taxativamente señalada en el ordenamiento
positivo.” (p.55)

Camusso citado por Paz (2014) argumenta que, “por nulo deba entenderse aquello
que es carente de valor y fuerza para exigir, por ser opuesto o contrario, a las leyes o
por carecer de los requisitos, formalidades o solemnidades que se requieran en la
sustancia o en el modo.” (p.5)

En nuestra normatividad civil existen dos supuestos de invalidez: la nulidad y la


anulabilidad, conocidos también como nulidad absoluta y nulidad relativa.
2.2.1. Nulidad Absoluta

La nulidad absoluta hace al acto totalmente ineficaz, como si nunca hubiera


existido, no produce ningún efecto jurídico. Surge de la ausencia de algún
elemento esencial para la validez de cualquier acto jurídico y tiene por principio
el interés público. Según el art. 219 del C.C. enumera los casos de nulidad
absoluta o radical, del acto jurídico, indicando:

 Falta de manifestación de voluntad, implica la falta de declaración material


de voluntad del sujeto, En estos casos se habla de inexistencia.
 Cuando es practica por persona absolutamente incapaz, la incapacidad
absoluta hace nulo al acto jurídico.
 Que su objeto sea física o jurídicamente imposible o cuando sea
indeterminable, supone la imposibilidad de la existencia de la relación
jurídica, por estar dentro del marco legal y jurídico; la indeterminabilidad
está referida a la imposibilidad de identificar los derechos, deberes u
obligaciones que constituyen la relación jurídica.
 Cuando el fin sea ilícito, será considerado nulo todo acto contrario a las
normas, al orden público y a las buenas costumbres.
 Cuando adolezca de simulación absoluta
 Cuando no revista la forma prescrita bajo sanción de nulidad, se refiere a la
falta de formalidad, solemnidad que debe acompañar la celebración del acto
establecida expresamente por la ley,
 Cuando la ley lo declara nulo

Para que exista nulidad, debe generarse en una causa original, ya existente al
nacimiento del acto. Su ilicitud, es consecuencia de su imposibilidad física o
material o la presencia de vicios de la voluntad.

Entonces, la nulidad debe ser entendida como una sanción que priva al acto de
la atribución de poder producir sus efectos normales, propios de un acto legal y
legítimo.
2.2.2. Nulidad Relativa

La nulidad relativa o anulabilidad, es la forma más leve de invalidez, en la que


los requisitos incumplidos tutelan intereses disponibles por los sujetos del
negocio.

Asencios (2016) manifiesta que “el acto anulable, el que padece de nulidad
relativa es aquel que reúne los elementos esenciales o requisitos de validez y,
por tanto, es eficaz, pero al adolecer de un vicio, puede devenir en nulo a pedido
de una de las partes.” (p.57)

Según el art. 221 del C.C. enumera las siguientes causales de nulidad relativa,
el acto jurídico es anulable:

Por incapacidad relativa del agente, o vicio resultante de error, dolo, violencia
o intimidación, por simulación cuando el acto real que lo contiene perjudica el
derecho de tercero, cuando la ley lo declara anulable.

2.3. Nulidad del Acto administrativo

La nulidad absoluta de pleno derecho, o nulidad, se da cuando el acto administrativo


adolece de cualquiera de sus requisitos esenciales o requisitos de validez: autoridad
competente, objeto o contenido legal finalidad pública, motivación adecuada y
procedimiento regular previsto por la ley, y además haber incurrido en cualquiera
de los supuestos que están establecidos en el Art. 10° de la Ley de Procedimiento
Administrativo General.

Patrón Faura citado por Asencios (2016) nos dice: “Será nulo el acto administrativo
que ha sido emitido sin tener en cuenta el ordenamiento jurídico, así como ser
emitido por la autoridad administrativa o jurisdiccional no competente.” (p.56)

De la misma manera, Paz(2014) manifestó, “ Los actos administrativos se tienen


que producir por el órgano competente y conforme al procedimiento establecido,
ajustándose su contenido a lo dispuesto en el ordenamiento jurídico teniendo que
ser determinado y adecuado a los fines que ese acto persiga, en virtud del
principio in favor acti donde se presume la validez y eficacia a los actos
administrativos, pero el incumplimiento de sus requisitos produce efectos sobre
dicho acto que, en función de la gravedad de ese incumplimiento y la mayor o
menor afectación a sus elementos esenciales, puede llegar a su total invalidez.”
(p.10)

Asencios (2016) explica, “un acto administrativo inválido sería aquél en el que existe
discordancia entre el acto y el ordenamiento jurídico, tratándose por tanto de un acto
ilegal. Sin embargo, no todo acto administrativo inválido es un acto susceptible de
ser declarado nulo, porque si se trata de un acto que padece de los vicios considerados
no transcendentes o no relevantes, entonces no procede la declaración de su nulidad,
sino la posibilidad de que recobre su validez mediante la subsanación o enmienda de
su ilegalidad por la propia Administración Pública.” (p.57)

Para tener un concepto concreto de la nulidad de los actos administrativos, es


conveniente precisar lo siguiente:

 La nulidad responde siempre a causas originarias. Se trata de causas en muchos


casos ya existentes en el momento de originarse el acto.

 La nulidad priva al acto de los efectos que normalmente debía producir.

 La nulidad es siempre una sanción que se declara por la ley, estableciéndose


mediante declaración de resolución administrativa o judicial, ya sea a petición de
parte o de oficio.

De lo expuesto podemos decir que la nulidad del acto administrativo es la sanción por
la cual se priva de efectos jurídicos al acto administrativo al carecer de un requisito de
validez o haber incurrido en una causal de nulidad prevista por la ley.

2.4.Causales de Nulidad del Acto administrativo

El artículo 10 de la Ley de Procedimiento Administrativo General indica cuales son


las causales de nulidad, siendo estas:

A. Contravenir la Constitución, leyes o normas reglamentarias.

Esta causal de nulidad obedece la vulneración del principio administrativa que


determina el acto administrativo debe respetar lo consagrado y ordenado por la
constitución, las leyes y demás normas del sistema jurídico. La constitución es
norma máxima en el sistema normativo su jerarquía es de mayor rango y prevalece
por encima de la ley, por lo que su aplicación con las normas de menor jerarquía
debe estar armoniosa y acorde con la constitución.

Danos (2015) considera que “es importante tener presente que la citada causal en
cuanto a la sanción con nulidad, la contravención a todo tipo de norma legal, incluso
la reglamentaria, está puntualizando las diferencias entre el acto administrativo
como una declaración de la administración pública en el marco de normas de
derecho público con respecto de los reglamentos, porque mientras que el
reglamento forma parte del ordenamiento jurídico, el acto administrativo es
producido en el seno del mismo y constituye una aplicación concreta de dicho
ordenamiento; por esa razón es que se establece que un acto administrativo jamás
podrá contravenir disposiciones constitucionales, legales o reglamentarias, sin
importar que estás últimas hayan sido dictadas por autoridades de inferior jerarquía,
o incluso por la misma autoridad que dictó el acto administrativo en cuestión.”
(p.9,10)

Entonces, la vulneración al ordenamiento jurídico es la más grave de las


infracciones en que puede incurrir un acto administrativo porque una de las
garantías más importantes del Estado de Derecho consiste precisamente en que la
Administración Pública sólo puede actuar dentro del marco legal; por dicha razón
el principio de legalidad es el primero de los principios rectores del procedimiento
administrativo, conforme al cual las autoridades administrativas están obligadas a
actuar con respeto.

B. Defecto u omisión de algún requisito de validez.

Se hace referencia a la ausencia u omisión de algunos de los cinco requisitos de


validez con que debe contar obligatoriamente el acto administrativo: competencia,
objeto o contenido, finalidad pública, motivación y procedimiento regular. Bastara
que alguno de los cinco requisitos ya anunciado no concurra en la conformación del
acto administrativo para que proceda la nulidad de este, ya sea a pedido de parte o
por declaración de oficio.

Dinos (2015) señala que, “el ordenamiento administrativo reacciona con mayor o
menos intensidad contra los actos administrativos que lo infringen según la
gravedad del vicio que lo aqueja o infracción cometida, por esa razón el artículo 14º
de la LPAG dispone que en el caso de actos administrativos que padezcan de vicios
en su formación caracterizados expresamente como no trascendentes, no
corresponde declarar su nulidad, sino proceder a su enmienda por la propia
autoridad emisora con la finalidad de que cumplan la función a la que estaban
destinados.” (p.11)

Por tanto, los vicios o defectos que puedan afectar esencialmente a los elementos
estructurales de los actos administrativos constituyen causal de nulidad de los
citados actos salvo que sean rectificados para que así se cumpla la finalidad prevista.

C. Actos expresos o los que resulten como consecuencia de la aprobación


automática o por silencio administrativo positivo, por los que se adquieren
facultades o derechos, cuando son contrarios al ordenamiento jurídico o
cuando no se cumplen son los requisitos, documentos o trámites esenciales
para su adquisición.

Esta causal prevé la posibilidad de que se pueda declarar la nulidad de los actos que
resulten como consecuencia de los procedimientos administrativos de aprobación
automática y de los actos generados por silencio administrativo positivo en los
procedimientos de evaluación previa a que se refiere y otros dispositivos legales.

Dinos (2015) explica que, “los procedimientos de aprobación automática suponen


la conformidad administrativa de la solicitud formulada por el particular desde el
mismo momento de su presentación, no generan un pronunciamiento expreso por
parte de la Administración siendo suficiente la copia o cargo con el sello de
recepción para acreditar su realización, operan respecto de aquellas actividades
particulares que son de libre ejercicio pero sometidas a un control de tipo posterior
por parte de la Administración.

En los procedimientos administrativos de aprobación automática la solicitud


constituye en verdad una comunicación o aviso a la Administración del inicio de
actividades por parte de los particulares, a diferencia de los procedimientos
administrativos de evaluación previa en lo que la Administración cuenta con un
plazo para poder verificar el cumplimiento de los requisitos y/o la legalidad de la
documentación presentada por el particular antes de pronunciarse, en los
procedimientos de aprobación automática claramente diseñados como instrumentos
de celeridad y simplificación administrativa rige el principio de presunción de
veracidad de lo afirmado por el solicitante, por lo que la Administración queda
facultada para realizar un control posterior o sucesivo de carácter aleatorio en caso
de comprobar fraude o falsedad en la declaración, traerá como consecuencia la
declaratoria de nulidad de los derechos o facultades ilícitamente obtenidos.” (p.13)

Así mismo, manifestó que, “el silencio administrativo positivo constituye una
figura creada por el legislador a favor del administrado, con la finalidad de combatir
la pasividad o negligencia administrativa, en los procedimientos en los que por
mandato legal opera el silencio administrativo positivo, la omisión de
pronunciamiento formal por parte de la Administración dentro de los plazos
legalmente establecidos para la resolución de los procedimientos administrativos
de evaluación previa, equivale a la emisión de un acto administrativo presunto
estimatorio o aprobatorio de la petición formulada por el particular. Vencido el
mencionado plazo previsto para resolver, la Administración ya no puede
pronunciarse tardíamente en sentido contrario al otorgamiento de lo solicitado o
revocarlo, porque se entiende que ha finalizado el procedimiento administrativo y
por ende perdido la competencia para pronunciarse, salvo que su contenido se
oponga al ordenamiento jurídico, caso en el cual sólo podrá declarar su nulidad.”
(p.13)

Entonces, la posibilidad de declarar la nulidad del acto administrativo presunto de


carácter favorable al particular obtenido como consecuencia del silencio
administrativo positivo tiene por finalidad evitar que se utilice abusivamente dicha
técnica para obtener beneficios indebidos o contrarios al ordenamiento jurídico.

D. Los actos administrativos que sean constitutivos de infracción penal, o que se


dicten como consecuencia de la misma.

Ya sea que el acto administrativo es constitutivo de infracción penal o se dicte como


consecuencia de este, igual la sanción de nulidad será aplicable de Puro Derecho,
como consecuencia de la materialización de un acto antijurídico típico e imputable.
Deslindando de esta manera la posibilidad de la continuidad de la vigencia del acto
dado que expresa una finalidad ilícita en contra de la finalidad pública.
Dinos (2015) explica que, “tanto los actos administrativos constitutivos en sí mismos
de infracción penal como los actos que se dicten posteriormente como resultado
directo de cometer dicha infracción. Asimismo, la referencia a "infracción penal"
comprende a los delitos y a las faltas sancionadas por la ley penal. Para que opere
esta causal de nulidad se requiere de la existencia de una sentencia emitida con
carácter final por un juez o tribunal penal que verifique los hechos cometidos y
califique el delito o la falta cometida por los agentes administrativos.” (p.14)

2.5. Vía e instancia competente para declarar la Nulidad

La instancia competente para declarar la nulidad del acto administrativo será la


autoridad superior aquella que dicto dicho acto. Tratándose de distancia única será
declarada por la misma autoridad que lo dicto. La resolución que declara la nulidad
del acto administrativo deberá disponer lo pertinente a fin de ser efectiva la
responsabilidad de la autoridad u órgano que emitió dicho acto administrativo
invalido.

Los ciudadanos o administrados recurren a los recursos administrativos de


reconsideración, apelación y revisión para plantear la nulidad de los actos
administrativos. Debe precisarse que todo acto administrativo se considera válido
mientras que no sea declarada su nulidad por autoridad administrativa o judicial.

La declaración de nulidad del acto administrativo tiene efecto retroactivo a la fecha


del acto. Los administrados no se encuentran obligados a su cumplimiento y los
funcionarios deberán oponerse a su ejecución motivando su negativa. En caso de que
el acto viciado en nulidad ya se hubiera consumado siendo imposible de retrotraer
sus efectos surge la responsabilidad civil del funcionario y del ente emisor dando
lugar a la indemnización correspondiente
III. ANALISIS DEL EXPEDIENTE

3.1. Síntesis

El expediente 2067-2012, expone la solicitud de Doña Vilma Lupe Alegre Sotelo


(en condición de profesora de aula de la I.E “Simón Bolívar”) hacia la Unidad de
Gestión Educativa Local (UGEL), pidiendo el pago de dos remuneraciones
correspondientes por cumplir veinte años de servicio al estado, la cual es admitida
por concepto de gratificación de servicios prestados al estado, la irrisoria suma de
ciento treinta y dos soles con cuarenta céntimos, con fecha 12 de febrero del 2012.

Posterior a ello Doña Vilma Alegre, reconsidera; solicita el reintegro del saldo
deudor, la cual se declara improcedente por la UGEL respaldada por el art. 206.2 (en
ese entonces) de la Ley 27444.

“El término para la interposición de los recursos es de quince (15) días perentorios,
y deberán resolverse en el plazo de treinta (30) días.”

Puesto que la demandante gozaba de 15 días luego de emitida la resolución, sin


embargo, ella lo realiza 5 años después.

Continuando con el asunto, la demandante se enmarca en la imperiosa necesidad de


interponer el recurso de apelación, dirigido a la Dirección Regional de Educación de
Ancash, con fecha 2012, y esta declarándola infundada.

Llegados a este punto se agota la vía administrativa, llegando a la vía judicial la


cual declara fundada la demanda contenciosa administrativa.

3.2.Opinión

Dado cuenta que en vínculo a nuestro tema principal (Proceso Contencioso


Administrativo) con el expediente 2067-2012, de acuerdo a la sentencia emitida nos
colocamos en posición a favor de lo declarado.

Por lo que las partes se pronunciaron de manera debida, respecto a los recursos
interpuestos por la demandante (Reconsideración, apelación), en materia de Nulidad
de Resolución Administrativa, como lo dispone la Ley del proceso contencioso
administrativo “En este proceso podrán plantearse pretensiones con el objeto de
obtener la declaración de Nulidad, total o parcial o ineficacia de los actos
administrativos” (Art, n°5, Ley 27584).

También la jerarquía de interponer recursos administrativos ya existe una escala.

Reanudando el tema, el proceso contencioso administrativo se inicia cuando se agotó


la vía administrativa en todos sus extremos, por lo que deducimos que se debe tener
antecedentes para resolverlo de manera factible,

Manifestando, la finalidad de este proceso es control jurídico por el Poder


Judicial de las actuaciones de la administración pública sujetas al derecho
administrativo y la efectiva tutela de los derechos e intereses de los
administrados. (Art. n°1, Ley 27584)

Así mismo consideramos correcto el accionar de la demandante en tal sentido que no


prescribió (5 años después como se manifestó líneas arriba), la cual fundamentamos
con la siguiente jurisprudencia.

Percibir la remuneración que corresponde a su nivel, incluyendo las


bonificaciones y beneficios que proceden conforme a ley, máxime si de
acuerdo a jurisprudencia del Tribunal Constitucional estas son
bonificaciones son de naturaleza alimentaria, por lo tanto, imprescriptible el
derecho. (Exp. N° 0752-2004-AA/TC)

En conclusión, nuestra postura es a favor de la sentencia emitida, como lo explicamos


líneas arriba con sustento jurídico, así mismo acotar que la Carta Magna quien goza
de supremacía, fundamenta en su art. n°26 inc. 2 y 3.

Artículo 26.- Principios que regulan la relación laboral.

En la relación laboral se respetan los siguientes principios:

2. Carácter irrenunciable de los derechos reconocidos por la Constitución y la ley.

3. Interpretación favorable al trabajador en caso de duda insalvable sobre el


sentido de una norma.

Como bien se manifiesta se considera de carácter irrenunciable los derechos que son
reconocidos por la Constitución, en dicha facultad tutelada por la demandante en
este proceso.
BIBLIOGRAFIA

 Asencios Pascual (2016). Validez y nulidad del acto administrativo. Lima. Perú:
Academia de Magistratura

 Constitución política del Perú.

 Danos Jorge (2015) Régimen de la Nulidad de los Actos Administrativos en la Ley


N.º 27444 del Procedimiento Administrativo General. Lima. Perú. MP

 Alarcón Flores, J. (2008), “Ley que Regula El Proceso Contencioso Administrativo”.


 Priori Posada (1997). “Apuntes de Derecho Procesal”, ARA Editores, Lima:
http://blog.pucp.edu.pe/item/59897/el-proceso-contencioso-administrativo.

 Rivero Oré, M. (2005), “Manual de Proceso Contencioso Administrativo”, Librerías


y Ediciones Jurídicas, Lima. Perú.

 Ley del Procedimiento Administrativo General (N.º 27444)

 Ley que regula el Proceso Contencioso Administrativo (Ley N.º 27584)

 Paz Gabriel (2014) La Acción De Nulidad Y La Impugnación De Los Acuerdos


Societarios, Legitimación, Procesos Y Caducidad En La Ley General De
Sociedades. Acción de Nulidad. Lima. Perú. PUCP

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