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VÍTOR: Los continuos deslizamientos en la margen izquierda del río Vítor han dejado

bajo tierra más de 450 hectáreas de zonas de cultivos. Estos derrumbes son
provocados por las filtraciones de las aguas de retorno de las irrigaciones de La Joya
(Antigua) y San Isidro-La Cano. Debido a que en estos sectores los agricultores
siguen utilizando el sistema de riego por gravedad, los recursos hídricos se
desperdician y se infiltran por los terrenos hacia las zonas bajas, produciendo
movimientos de masas de suelo, grietas e inestabilidad en la superficie rocosa.
En las últimas semanas, el problema se ha agravado en el sector Punillo (ubicado en
el distrito de Vítor), en donde el uso excesivo de agua de riego ha provocado la caída
de rocas y tierra sobre el cauce del río Vítor. A lo largo de casi dos kilómetros, se ha
formado por los derrumbes un montículo de casi veinte metros de altura que ha
desviado el recorrido del afluente hacia la margen derecha del valle. El agua ha
comenzado a avanzar por los terrenos y ya se encuentra a menos de doscientos
metros de las cosechas. Según el presidente de la Junta de Usuarios del Valle de
Vítor, Jesús Díaz, la reducción del cauce del río pone en riesgo a 200 hectáreas
agrícolas (55 usuarios) en la zona de Huachipa que podrían ser arrasadas en la época
de lluvias debido al aumento del caudal. “Ahora, el caudal es de 4 m3/s, pero durante
la temporada de precipitaciones el volumen puede llegar a 400 o 500 m3/s. Si el río
avanza con esta fuerza arrasará con todo, por ello no solo pedimos que las
autoridades limpien el cauce sino que construyan defensas ribereñas”, señala Díaz.

El cauce del río Vítor se ha desviado debido a los derrumbes.


El agricultor del valle de Vítor, Gerardo Zegarra, es uno de los posibles damnificados.
En los últimos tres años ya perdió cien hectáreas debido a los derrumbes que
provocan sus vecinos de La Joya. Debajo del polvo y las piedras han quedado
sepultadas zonas de cultivo para alfalfa y cebolla valorizadas en cerca de un millón de
dólares. Ahora que el río Vítor amenaza con ingresar, él puede perder una suma
similar.
AGUAS SALINAS
Otra de las consecuencias de las filtraciones es la contaminación de los afluentes por
exceso de sales. El director de la Autoridad Administrativadel Agua (AAA) Caplina
Ocoña, Isaac Martínez, indica que las aguas de retorno de La Joya han provocado
que en algunos tramos del río Vítor la salinidad supere los 7 milimhos/cm, pese a que
los valores normales no deben llegar a los 2 milimhos/cm. Este factor afecta la
producción de los cultivos, provocando que los agricultores de la zona disminuyan sus
cosechas en 40%
Según Martínez, en el valle de Vítor existen alrededor de 1.000 hectáreas de cultivo
afectadas por los deslizamientos o el exceso de salinidad. “La única solución para
este problema es que los agricultores de las zonas colindantes al valle se cambien al
riego por goteo. Se necesita con urgencia que 4.000 hectáreas de La Joya y La Cano
tengan un sistema de irrigación más eficiente para evitar una catástrofe”, explica el
director de la AAA. Para hacer este cambio se requiere una inversión de US$ 3.500
por cada hectárea.
Mientras se buscan estos fondos, los derrumbes también han comenzado a afectar a
los agricultores en la zona alta del valle, en el sector de San Isidro –La Cano. Ciro
Portilla cuenta que en el último mes los deslizamientos ya han desaparecido tres
lotes. Las filtraciones también están carcomiendo los bordes de los terrenos y, al
menos, 70 hectáreas están en riesgo de erosionarse. “Pronto todos seremos
damnificados”, dice Portilla, mientras observa cómo las parcelas con cochinilla de sus
vecinos empiezan a caerse al precipicio.

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